Tarea 3 DIS EDMG

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Lectura y reflexión

El libro más completo del Discipulado (Bill Hull) Capítulos 7-9

Por

Esteban Daniel Medellín Garza

Presentado para llenar parcialmente los requisitos de la materia:


Discipulado

Que imparte el profesor:


Floriano Ramos Esponda

Seminario Teológico Bautista “Dr. G. H. Lacy”

H. Matamoros, Tamaulipas, México a 13 de octubre de 2024


CAPITULO 7: LA TRANSFORMACIÓN ESPIRITUAL CRISTIANA

La transformación representa un cambio y los cambios nunca son fáciles, pero si deseamos

conformarnos a la imagen de Cristo debemos de estar dispuestos a transformarnos en todos los

aspectos de nuestra vida. Entendemos que no se trata solo de un cambio para ser una mejor persona,

ya que en muchas ocasiones cometemos el error de confundir ser moralmente buenos con ser

seguidores de Cristo. Nuestros deseos, pensamientos y acciones son conformados a la imagen de

Cristo cuando decidimos tomar nuestra cruz y seguirlo.

Lo que resulta maravilloso es que nosotros no podemos cambiarnos por nuestra cuenta,

sino que es un trabajo que el Espíritu Santo realiza, quien actúa para producir fruto espiritual. Con

esto no quiero decir, que sucede sin nuestra cooperación, ya que cada uno de los creyentes debe

ejercer las disciplinas espirituales como la oración, la lectura de la Biblia, la meditación, la

confesión de pecados, el ayuno y la comunión con otros hermanos en la fe. No debemos realizarlas

como rituales religiosos, sino herramientas que abren el corazón a la obra transformadora de Dios.

Otro de los puntos que me hace reflexionar es que la transformación espiritual es un

proceso, esto quiere decir que toma tiempo. No podemos juzgar a los nuevos creyentes acciones

que han sido arraigadas en ellos por muchos años, sino que en amor debemos ayudarlos a

profundizar en su relación con el Señor y así como se menciona en el capitulo formar una

comunidad cristiana en donde reflejemos a Cristo con nuestras acciones y actitudes hacia el

prójimo.

La gracia es crucial en la transformación espiritual, ya que ella nos ayuda para poder

cambiar, no solo cubre las fallas y pecados, sino que también otorga el poder para vivir de una

manera distinta, de una manera que honre y alabe a Dios.


CAPITULO 8: MÉTODOS PERSONALES PARA HACER DISCIPULOS

Concuerdo con el autor del libro que en la actualidad no es muy común el discipulado uno

a uno, ya que erróneamente hemos caído en el afán de querer alcanzar a más personas y nos

enfocamos en eventos en donde podamos captar a grupos grandes. En lo personal he visto en la

vida de mi padre como pastor, un gran interés por discipular y enseñar uno a uno. Con esto he

comprobado que es realmente necesario dedicar tiempo con las personas en diferentes etapas de

su vida y cristianismo. Cabe destacar que debe ser por un periodo de tiempo, ya que no se puede

alargar para siempre, sino que deben llegar a una madurez en donde ahora los discípulos se

conviertan en discipuladores. Pero sin duda que se nota cuando alguien esta siendo discipulado de

cerca, ya que tiene una mejor comprensión de las Escrituras y su proceso de desarrollo espiritual

es fortalecido por el acompañamiento de alguien que conoce más al Señor.

Como hemos aprendido no solo se trata de compartir conocimiento, sino de formar

personas que imiten a Cristo en su vida cotidiana. Cuando oras con alguien, la persona puede tener

ese modelo a seguir. Los discípulos aprenden observando la conducta, las actitudes y las

prioridades de su mentor. Es por ello, que nuestra vida debe ser íntegra, y ser congruente con lo

que hablamos y con nuestras acciones. Como hemos escuchado muchas veces: “nuestras acciones

hablan más que mil palabras”. Y esto es verdad, pero a la vez muy triste ya que podemos ser

buenos expositores de la Palabra de Dios pero al mismo tiempo no reflejar con nuestra vida lo que

decimos. Con esto en mente, también debemos aclarar que la enseñanza de las Escrituras debe ser

con un enfoque práctico y centrado en la aplicación de la Biblia a la vida diaria.

Por ultimo, debemos crear un espacio seguro con nuestros discípulos, en donde puedan ser

honestos, sobre sus luchas y tengan la confianza para abrir su corazón delante de Dios y también

de delante de la persona que lo esta discipulando.


CAPITULO 9: EL PAPEL DE LOS GRUPOS PEQUEÑOS EN EL DISCIPULADO

En lo personal he vivido la experiencia de los grupos pequeños muy de cerca ya que

pertenezco a una iglesia local en donde no asisten muchos miembros, eso crea un ambiente de

familia entre todos. He tenido buenas y malas experiencias en los grupos pequeños, ya que en las

relaciones interpersonales siempre surgen problemas, pero reconozco que como dice el autor hay

que resolverlos y siempre estar dispuestos a pedir perdón y a ser constantes en mantener la

responsabilidad de los miembros.

Los grupos pequeños ayudan al crecimiento espiritual de los discípulos y crean ese

ambiente ideal para que desarrollen su fe, rindan cuentas y puedan poner en practica las enseñanzas

bíblicas. Considero que un nuevo creyente o incluso aún una persona que no ha hecho la decisión

de seguir a Cristo, puede cambiar su vida con la ayuda de un grupo pequeño que lo oriente hacia

los pies del Señor y asimismo permanecer para seguir madurando en su comunión con Dios.

Crear relaciones significativas en los grupos es muy importante pero desgraciadamente

también puede resultar en algo negativo. El grupo de jóvenes que hace unos años se congregaba

en la iglesia se fracturo por las relaciones de noviazgo que surgieron, por desgracia muchos de

ellos se alejaron después de un rompimiento amoroso. Ahora reflexiono y pienso que tal vez

muchos de ellos no anhelaban crecer en su conocimiento de Cristo y creo que ese es el más grave

error que podemos cometer en los grupos pequeños, buscar formar solo parte de un grupo social y

olvidarnos del propósito principal que es exponernos a las Escrituras, aprender de ellas, ponerlas

en práctica y a la vez poder compartir con otros que necesitan conocer la Verdad.

Los grupos son un espacio seguro para poder ser vulnerables y sanar, como lideres debemos

estar preparados para ayudar a aquellos que se encuentran enfermos espiritualmente y por medio

de la Palabra animarlos a seguir adelante en su santificación.

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