Jonas y El Gran Pez

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JONAS Y EL GRAN PEZ

En una ciudad de Asiria que se llamaba Nínive, la gente era muy muy mala. Jehová
envió a su profeta Jonás que fuera a Nínive y les dijera a las personas que tenían
que cambiar. Pero, en vez de ir a Nínive, Jonás huyó al lado contrario y se subió a
un barco que iba a un lugar llamado Tarsis.
Cuando el barco estaba en el mar, se levantó una fuerte tormenta, y los marineros
se asustaron muchísimo. Oraron a sus dioses y se preguntaron:
“¿Por qué nos pasa esto?”.
Al final, Jonás les dijo: “Es por mi culpa. Estoy huyendo para no hacer lo que
Jehová me mandó. Échenme al agua para que la tormenta se calme”. Los
marineros no querían echar a Jonás al agua, pero él insistió para que lo hicieran.
Así que lo echaron al mar, y la tormenta paró.
Jonás creyó que iba a morir. Mientras se iba hundiendo más y más en el mar, le oró
a DIOS . Entonces DIOS envió un pez muy grande que se tragó a Jonás pero que
no lo mató. Dentro del pez, Jonás le oró a DIOS: “Prometo que voy a obedecerte
siempre”. DIOS mantuvo a Jonás vivo dentro del pez por tres días y después hizo
que el pez lo escupiera en tierra seca.
Vino palabra de Dios por segunda vez a Jonás diciendo levántate y ve a Nínive,
aquella gran ciudad y diles este mensaje que yo te daré y se levanto Jonás y fue a
Nínive, y le dijo a la malvada gente: “DIOS va a destruir la ciudad dentro de
40 días”. Entonces pasó algo que no se esperaba.
Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de
cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos.
Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su
vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar
en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales,
bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino
cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase
cada uno de su mal camino, Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su
mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.

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