C 651 15
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exceptuados, así como los demás que allí se indican. Por tanto, la Sala Plena
procederá a resolver el segundo cargo de inconstitucionalidad.
Magistrada Ponente:
MARÍA VICTORIA CALLE CORREA
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
demandó el artículo 8º del Decreto Ley 2090 de 2003 ‘Por el cual se definen
las actividades de alto riesgo para la salud del trabajador y se modifican y
señalan las condiciones, requisitos y beneficios del régimen de pensiones de
los trabajadores que laboran en dichas actividades’. En su concepto, esta
norma desconoce los artículos 48 y 150 numeral 10 de la Carta. Mediante
auto del 21 de abril de 2015, la Corte Constitucional admitió la demanda, y
ordenó comunicar la iniciación del proceso al Presidente del Congreso de la
República, al Presidente de la República, a los Ministerios del Trabajo y de
Salud y Protección Social, al Presidente de la Administradora Colombiana de
Pensiones, a las Facultades de Derecho de las Universidades Nacional de
Colombia, Libre y Santo Tomás, al Colegio de Abogados Especializados en
Derecho del Trabajo, a la Escuela Nacional Sindical –ENS-, a la Federación
de Aseguradores Colombianos –FASECOLDA-, al Centro de Investigación
Económica y Social –FEDESARROLLO-, al Centro de Estudios para el
Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia –CID-, al Colectivo de
Abogados José Alvear Restrepo, a la Central Unitaria de Trabajadores –CUT-
, a la Unión Sindical Obrera –USO-, y a la Asociación de Abogados
Laboralistas de Trabajadores (artículo 11 del Decreto 2067 de 1991). Por
último, se ordenó correr traslado al Ministerio Público, y fijar en lista el
proceso para efectos de las intervenciones ciudadanas (artículo 7 del Decreto
2067 de 1991).
DECRETA:
[…]
Artículo 8º. Límite del régimen especial. El régimen de pensiones
especiales para las actividades de alto riesgo previstas en este
decreto, solo cubrirá a los trabajadores vinculados a las mismas
hasta el 31 de diciembre del año 2014.
III. LA DEMANDA
1
El Decreto 2655 de 2014, ‘Por el cual se amplía la vigencia del régimen de pensiones especiales
para las actividades de alto riesgo previstas en el Decreto número 2090 de 2003’, fue expedido por
el Presidente de la República “en ejercicio de sus facultades constitucionales, en especial de las que
le confiere el numeral 11 del artículo 189 de la Constitución Política y el artículo 8° del Decreto
número 2090 de 2003”.
7
“[…] mediante el inciso segundo del artículo octavo del Decreto con
fuerza de Ley No. 2090 de 2003, el Gobierno Nacional se atribuyó o
facultó a sí mismo para disponer nuevamente de un régimen legal
cuya atribución corresponde al Congreso de la República. || De
hecho y como fue mencionado antes, el Gobierno Nacional, el 17 de
diciembre de 2014, expidió el Decreto 2655 para prorrogar hasta el
31 de diciembre de 2024 el régimen especial de pensión de vejez
para los que laboran en actividades de alto riesgo. Es decir, el
Gobierno Nacional ejerció facultades propias del Congreso de la
República mucho tiempo después de los 6 meses concedidos por el
numeral segundo del artículo 17 de la Ley 797 de 2003”.
IV. INTERVENCIONES4
2
El actor agrega que esta terminación del régimen de pensiones por actividades de alto riesgo no es
una desprotección, pues se inserta en un contexto en el cual ha cambiado el enfoque de seguridad
social para esa clase de actividades. Menciona que en un documento reciente de la OIT, publicado
en el año 2014, y en el ‘Libro Blanco sobre una Agenda para Pensiones adecuadas, seguras y
sostenibles’ publicado por la Comisión Europea, se advierte que en este nuevo paradigma lo
relevante es la prevención en las condiciones de trabajo.
3
El artículo 17 numeral 2 de la Ley 797 de 2003 dice lo siguiente: “Facultades extraordinarias. De
conformidad con lo dispuesto en el artículo 150 numeral 10 de la Constitución Política, revístese
por seis (6) meses al Presidente de la República de facultades extraordinarias para: […] 2. Expedir o
modificar las normas relacionadas con el régimen legal para los trabajadores que laboran en
actividades de alto riesgo y en particular para modificar y dictar las normas sobre las condiciones,
requisitos y beneficios, incluyendo la definición de alto riesgo, conforme a estudios y criterios
actuariales de medición de disminución de expectativa de vida saludable y ajustar las tasas de
cotización hasta en 10 puntos, siempre a cargo del empleador, con el objeto de preservar el
equilibrio financiero del sistema”.
4
En el presente acápite se relacionan tanto los conceptos rendidos por entidades públicas y
organizaciones privadas, en virtud del artículo 13 del Decreto 2067 de 1991, como las
intervenciones ciudadanas instauradas en virtud del derecho constitucional previsto en el artículo
242 numeral 1 de la Constitución. Debe precisarse que, con fundamento en el Decreto 2067 de
1991, los plazos para la presentación son distintos según el caso.
8
5. Explica que el sentido del artículo 8º del Decreto 2090 de 2003 fue prever
una fecha inicial, específicamente el 31 de diciembre de 2014, para que hasta
ese momento se evaluara si resultaba innecesario extender la vigencia del
régimen de pensiones por actividades de alto riesgo, con fundamento en la
existencia de factores causantes de alto riesgo en el campo laboral. De tal
suerte, si existían condiciones o elementos de protección laboral o medidas
suficientes para contrarrestar la disminución que tales actividades
normalmente suponen para las expectativas de vida saludable, entonces podía
restringirse el ámbito de aplicación del Decreto 2090 de 2003. No obstante, lo
que advirtió el Consejo Nacional de Riesgos Laborales fue que para el año
2014 todavía había “actividades que por su alto riesgo impactan la
expectativa de vida saludable, razón por la cual se debe considerar una edad
inferior para que se pensionen”. Así las cosas, como para el año 2014 aún
estaban presentes las condiciones que llevaron a la expedición del Decreto
2090 de 2003, se imponía la extensión de su vigencia.
Intervenciones ciudadanas
12
5
La Secretaría General de la Corte Constitucional certificó que esta intervención fue presentada
después de expirar los términos de fijación en lista.
6
Cita en respaldo las sentencias C-256 de 1998 y C-681 de 2003.
14
Competencia
7
Sentencia C-571 de 2004 (MP Rodrigo Escobar Gil. Unánime). En ese caso la Corte debía decidir
una demanda contra normas previas a la Constitución de 1991, en las cuales se consagraban
regulaciones ajenas al nuevo marco constitucional. La incompatibilidad era apreciable, pues entre
las normas acusadas había una que decía por ejemplo que “Todos los ciudadanos eligen
directamente […] Consejeros Intendenciales y Comisariales”, y otra que establecía “El congreso en
pleno, las cámaras y las comisiones de estas podrá abrir sesiones y deliberar con la tercera parte de
sus miembros”. Estas disposiciones eran aparentemente contrarias –la primera- al nuevo
ordenamiento administrativo y político del territorio, y –la segunda- al artículo 145, que señala que
“el Congreso en pleno, las cámaras y las comisiones no podrán abrir sesiones ni deliberar con
menos de una cuarta parte de sus miembros”. La Corte Constitucional estudió a pesar de eso el
fondo de la demanda, y emitió juicios de exequibilidad sobre las normas cuestionadas. Dijo –en
síntesis- que un conflicto normativo de tal naturaleza debía resolverse en un juicio de invalidez, y
concluir con una declaratoria sobre la inexequibilidad de las disposiciones legales demandadas, y no
solo en una declaración de derogación tácita.
8
Sentencia C-571 de 2004 (MP Rodrigo Escobar Gil. Unánime), citada. Dijo en ese caso: “La
declaratoria de invalidez por vía del control constitucional se explica en estos casos, y prevalece
sobre la institución de la derogatoria tácita, por dos razones fundamentales, consustanciales al
principio de seguridad jurídica. - La primera, por el hecho que la preceptiva constitucional suele
emplear conceptos demasiado abiertos y generalmente imprecisos en su estructura técnica y en su
eficacia normativa directa (como ocurre por ejemplo con la igualdad, la autonomía de las entidades
territoriales o la libertad, entre otros), lo cual hace que su significado jurídico no sea en la mayoría
de lo casos fácilmente detectable por los distintos operadores y oponible a las disposiciones legales
precedentes, que por lo general suelen regular de manera más específica y explícita una determinada
materia y, por ello, no contienen en sus textos una simple enunciación de principios al estilo de las
cláusulas constitucionales. - La segunda, estructurada en los efectos que genera la derogatoria tácita,
en el sentido que si bien por su intermedio se limita en el tiempo la vigencia de una norma, esto es,
se suspende su aplicabilidad y capacidad regulatoria, en todo caso el precepto sigue amparado por
una presunción de validez (específicamente tratándose de aquellas situaciones ocurridas bajo su
vigencia y hasta tanto no exista pronunciamiento por vía de autoridad que avale su derogatoria). En
estos eventos, la discrecionalidad judicial y la ausencia de mecanismos de unificación de
jurisprudencia pueden conducir a que, al momento de determinar su utilización, se produzcan
consecuencias muy diversas respecto de casos idénticos. Así, mientras un operador jurídico detecta
la incompatibilidad normativa y opta por inaplicar el texto que considera sin efectos, el otro
intérprete puede llegar a concluir lo contrario, es decir, que dicha incompatibilidad no tiene lugar,
procediendo a aplicar la misma norma para definir una situación fáctica similar a la anterior”.
9
Sentencia C-571 de 2004 (MP Rodrigo Escobar Gil. Unánime). Citada. Dijo entonces: “si la
posición dominante es la que propugna por la vigencia de la legislación preexistente, la definición
sobre la insubsistencia de una norma anterior que se encuentre en abierta contradicción con la
Constitución, requiere necesariamente de la declaratoria de inconstitucionalidad, excluyéndose la
posibilidad de dictar un fallo inhibitorio por carencia actual de objeto, ante la presunta ocurrencia
del fenómeno jurídico de la derogatoria tacita”.
18
10
Sentencia C-571 de 2004 (MP Rodrigo Escobar Gil. Unánime), referida.
11
Dicen los considerandos del Decreto 2655 de 2014: “Que el artículo 8º del decreto 2090 de 2003,
estableció que el régimen de pensiones especiales para las actividades de alto riesgo hasta el 31 de
diciembre de 2014; no obstante, facultó al Gobierno Nacional para poder ampliarlo parcial o
totalmente hasta por 10 años más, previo concepto del Consejo Nacional de Riesgos Profesionales”.
19
11. El Decreto ley 2090 de 2003 fue expedido con base en las facultades
extraordinarias conferidas al Presidente de la República por la Ley 797 de
2003, artículo 17 numeral 2. Esta Ley habilitante le atribuyó precisas
competencias temporales para “[e]xpedir o modificar las normas relacionadas
con el régimen legal para los trabajadores que laboran en actividades de alto
riesgo y en particular para modificar y dictar las normas sobre las
condiciones, requisitos y beneficios, incluyendo la definición de alto riesgo,
conforme a estudios y criterios actuariales de medición de disminución de
expectativa de vida saludable y ajustar las tasas de cotización hasta en 10
puntos, siempre a cargo del empleador, con el objeto de preservar el
equilibrio financiero del sistema”. Como se observa, la Ley se refiere a estas
reglas de alto riesgo como un “régimen legal”, pero no dice de forma explícita
que se trate de un régimen especial o exceptuado de pensiones. Además,
21
aunque la Ley 797 de 2003 introduce reformas a la Ley 100 de 1993, que hace
parte del sistema general de pensiones, lo cierto es que esto no basta para
establecer si las facultades buscaban configurar un régimen especial, pues el
título de la Ley 797 de 2003 no es totalmente unívoco (‘Por la cual se
reforman algunas disposiciones del sistema general de pensiones previsto en
la Ley 100 de 1993 y se adoptan disposiciones sobre los Regímenes
Pensionales exceptuados y especiales’).
12. El Decreto ley 2090 de 2003 ofrece a su turno una relativa ambigüedad
aparente. En efecto, a primera vista, podría pensarse que caracteriza
insularmente sus reglas como integrantes de un régimen especial. Así, como lo
destaca el actor, el artículo 8º demandado dice en su título que el de pensiones
de alto riesgo es un “régimen especial”. No obstante, lo cierto es que esta
calificación luego no se repite en el Decreto. Por ejemplo, aunque el título del
artículo 8 habla de “régimen especial”, en la redacción de la norma utiliza el
adjetivo “especiales” para calificar ya no al régimen sino a las pensiones (se
lee “régimen de pensiones especiales”). De hecho, este es el uso más frecuente
en el Decreto de los adjetivos “especial” o “especiales”; es decir, como
vocablos para calificar las pensiones o las cotizaciones que las originan, y no
para caracterizar el régimen al cual pertenecen. Por ejemplo, el Decreto 2090
de 2003 habla de las de alto riesgo como “pensiones especiales de vejez” (art
3), y dice que se originan además en “cotizaciones especiales” (arts 3 y 5).
Esta diferencia en el uso de los vocablos “especial” o “especiales” deja
entonces a la vista una ambigüedad literal decisiva, pues el Acto Legislativo
busca terminar con los regímenes especiales indicados en sus previsiones, y no
con la totalidad de reglas especiales de pensión o con las pensiones especiales
del régimen general. Por lo demás, el contenido normativo de toda una ley no
puede surgir únicamente del título de uno de sus artículos. El título de una
disposición orienta la actividad legislativa, como un instrumento para darle
orden a la formación de la ley. Si bien puede informar la interpretación, no es
un argumento suficiente para imponer el sentido de la totalidad de la ley a la
cual pertenece.
los términos allí dispuestos. El hecho de que, entonces, la Ley 100 de 1993
hubiera regulado lo atinente a las pensiones de alto riesgo en el Libro Primero
no es entonces fortuito, sino que responde a la idea de que las reglas de ese
esquema se insertaban en el sistema general de pensiones, y en sus regímenes
generales.
16. El Decreto ley 2090 de 2003 no solo dice también que pertenece al
régimen de prima media, sino que en la configuración de los requisitos para
adquirir la pensión de alto riesgo, y para definir sus reglas aplicables, se
remite permanentemente al sistema general de pensiones, que es entonces el
fondo regulatorio de estas prestaciones de vejez:
16.1. En primer lugar, el artículo 4º del Decreto dice que el derecho a esta
pensión se adquiere tras “[h]aber cotizado el número mínimo de semanas
establecido para el Sistema General de Seguridad Social en Pensiones, al que
se refiere el artículo 3[3] de la Ley 100 de 1993, modificado por el artículo 9º
de la Ley 797 de 2003”. Como se aprecia, en cuanto al número de semanas de
cotización, el requisito base es el establecido en el sistema general de
pensiones.
16.5. En quinto lugar, el artículo 7 del mismo Decreto establece una regla
residual, en virtud de la cual “[e]n lo no previsto para las pensiones especiales
por el presente decreto, se aplican las normas generales contenidas en la Ley
100 de 1993, la Ley 797 de 2003 y sus decretos reglamentarios”. Esto se
entiende entonces como la asunción material de que las reglas pensionales de
vejez de alto riesgo no constituyen un régimen aparte, sino que forman parte
de un trasfondo normativo conformado por el sistema general de pensiones.
16.6. En sexto lugar, el artículo 10º dice que cuando los trabajadores de alto
riesgo pretendan trasladarse al régimen de ahorro individual con solidaridad,
dentro de los parámetros contemplados para ello en la ley, “tendrán derecho a
la emisión del correspondiente Bono Pensional, el cual se liquidará con base
en la cotización establecida en el artículo 20 de la Ley 100 de 1993,
modificado por el artículo 7º de la Ley 797 de 2003”. El Decreto ley 2090 de
2003 no pretende por tanto crear nuevas instituciones, sino que se inscribe
dentro de las existentes en el marco general de pensiones del cual forma parte.
17. Desde luego, no pasa inadvertido para la Corte que, paralelamente, las
pensiones de vejez de alto riesgo no solo se consideren especiales en el
Decreto 2090 de 2003, sino que en efecto ofrecen un trato especial. En
13
El artículo 168 del Decreto 407 de 1994 se refería a las pensiones especiales de vejez por alto
riesgo de los miembros del Cuerpo de Custodia y Vigilancia Penitenciaria y Carcelaria Nacional; el
Decreto 1281 de 1994 trataba, en su capítulo II, de las pensiones de los periodistas; el Decreto 1835
de 1994 reglamentaba las pensiones de alto riesgo para servidores públicos; el Decreto 1837 de
1994 reglamenta el artículo 11 del Decreto 1281 del mismo año, el cual se refiere a una pensión
especial de vejez para periodistas; el artículo 6º del Decreto 691 de 1994 regula lo atinente a las
pensiones de alto riesgo de los servidores públicos, en el contexto de su vinculación al sistema
general de pensiones; el Decreto 1388 de 1994 reglamenta las pensiones de los periodistas; el
artículo 117 del Decreto 2150 de 1995 se refería a las pensiones reguladas por el Decreto 1281 de
1994, es decir, a las especiales de vejez para periodistas; el Decreto 1548 de 1998 reglamentaba
también el Decreto 1281 de 1994, sobre pensiones de periodistas.
25
14
El artículo 2º del Decreto menciona como de alto riesgo las actividades desarrolladas en trabajos
de minería que impliquen prestar el servicio en socavones o en subterráneos, o en trabajos que
acarreen exposición a altas temperaturas, por encima de los valores límites permisibles por las
normas técnicas de salud ocupacional, o que supongan exposición a radiaciones ionizantes. Por
realizar actividades de ese tipo, que aparejan una reducción de las expectativas de vida saludable, se
ofrece la posibilidad de pensionarse con menos años de edad, pero con iguales o superiores semanas
de cotización, liquidadas como unidades de contribución con cuantías superiores.
26
24. Esto indica entonces que el régimen pensional, con sus reglas especiales
para pensiones de alto riesgo contenidas en el Decreto 2090 de 2003,
consideradas en sus implicaciones estrictas, no se sujetan conforme al texto
del parágrafo transitorio 2º del artículo 48 constitucional, al término de
expiración del 31 de julio de 2010, pues a sus previsiones alude otro parágrafo
del artículo 48 de la Constitución sin precisar un término de vigencia
específico para ellas, y concluyente. Lo cual se refuerza además con la lectura
integral del artículo 48, inciso 11, pues esta norma dice que “[l]os requisitos y
beneficios pensionales para todas las personas, incluidos los de pensión de
vejez por actividades de alto riesgo, serán los establecidos en las leyes del
sistema general de pensiones”. El actor y los intervinientes que lo acompañan
estiman que esta previsión no tiene otro sentido que el de sujetar a todos los
trabajadores de alto riesgo a las reglas generales de pensiones de vejez,
eliminando los requisitos y beneficios especiales de pensiones de alto riesgo.
No obstante, cuando la disposición constitucional dice que los requisitos y
beneficios pensionales para todas las personas, “incluidos los de pensión de
vejez por actividades de alto riesgo”, serán los definidos en el sistema general
de pensiones, lo que hace es justamente aclarar que los beneficios y requisitos
contenidos en reglas sobre pensiones de alto riesgo se encuentran “incluidos”
en el sistema general de pensiones, y no excluidos de él y, por tanto, que no
están llamados a desaparecer del orden jurídico por el Acto Legislativo.
25. Esta interpretación adquiere mayor sustento cuando se estudian los debates
parlamentarios que antecedieron a la expedición del Acto Legislativo 01 de
2005. En efecto, como pasará a mostrarse a continuación, en las
deliberaciones del Congreso se advierte que hubo claridad en torno a tres
puntos: (i) primero, desde el comienzo del trámite se aclaró que las reglas
sobre pensiones de alto riesgo, contenidas en el Decreto 2090 de 2003, no iban
a verse afectadas por la reforma constitucional, ni inmediatamente ni hacia
futuro por el Acto Legislativo, bien porque se consideró que formaban parte
del sistema general de pensiones, o bien porque eran reglas especiales que se
justificaban en el proyecto de reforma; (ii) segundo, cuando se introdujo el
texto que hoy corresponde al inciso 11 del artículo 48 de la Constitución se
buscaba consciente y justamente precisar que las reglas pensionales de alto
riesgo se entendían incorporadas al sistema general de pensiones, y no debían
entonces considerarse eliminadas, sino incluidas en el orden constitucional y
los regímenes generales; (iii) tercero, que la decisión de contemplar el
parágrafo transitorio 5º se debió a una pregunta específica, sobre la regulación
aplicable a los miembros del cuerpo de custodia y vigilancia penitenciaria y
carcelaria nacional, basada en el presupuesto de que el Decreto 2090 de 2003
no perdería su vigencia por el Acto Legislativo 01 de 2005. Obsérvese lo
siguiente:
exceptuados, pero no las reglas sobre pensiones de alto riesgo, por cuanto
estas formaban parte en sentido estricto del sistema general de pensiones. Se
decía que el sistema general de pensiones estaba conformado por las Leyes
100 de 1993, 797 y 860 de 2003, y por el Decreto ley 2090 de 2003, y por
tanto que las previsiones de este último no se alteraban con la reforma. En
efecto, el proyecto de acto legislativo se radicó en la Cámara de
Representantes, y como Ponente fue designado el Representante Javier
Ramiro Devia. En la exposición oral que hizo ante la Comisión Primera de esa
célula, en la sesión del 13 de octubre de 2004, correspondiente al primer
debate de la primera vuelta, aclaró:
17
Gaceta 837 de 2004. Énfasis añadido.
18
Señaló el ponente Representante Javier Jaramillo Devia: “De otra parte señor Presidente, quiero
hacer expresa mención de dos aspectos; el primero de ellos, hay, lo decía al comienzo, el sistema
general de pensiones lo integran las muchas inquietudes con las profesiones de alto riesgo, con los
sectores que han tenido una reglamentación que se ha denominado alto riesgo, entre ellos los
contadores de tráfico aéreo y el personal del departamento administrativo de seguridad
escapándoseme algún otro que nos ha hecho la misma mención. Sobre eso nosotros hemos hecho
un examen y encontramos lo siguiente, que queremos dejar expresa mención en este debate para
futuras interpretaciones; como normas Ley 100 de 1993, Ley 797 del 2003, 860 del 2003, en la cual
se establece el régimen del departamento administrativo de seguridad y el Decreto-ley 2090 que
tiene que ver con las profesiones de alto riesgo. ¿Cómo entendemos nosotros el asunto? El proyecto
de acto legislativo lo que suprime a futuro, son los regímenes especiales y exceptuados, y decimos
en el inciso 3º que toda disposición que esté por fuera de las normas que integran el sistema general
de pensiones, expirarán en la fecha que hemos determinado; quiere decir ello, que las normas que
estén en el sistema general de pensiones mantienen su validez”. Gaceta 837 de 2004.
30
exceptuados, pero no las reglas especiales de pensión de alto riesgo, pues estas
a su juicio pertenecían institucionalmente al sistema general de pensiones.19
19
El señor Ministro de la Protección Social, Doctor Diego Palacio Betancourt, sostuvo entonces:
“[e]ste tema de alto riesgo no había sido discutido ampliamente en las ponencias, puesto que era
claro que alto riesgo hace parte del sistema general de pensiones y que al referirnos nosotros al
sistema general de pensiones est[á]bamos incluyendo dentro de la discusión el tema de alto riesgo”.
Gaceta 837 de 2004.
20
Actuó como ponente el Representante Javier Ramiro Devia, quien señaló: “[…] además de ello,
debo tratar el siguiente tema, se ha presentado alguna inquietud con quienes en este momento están
siendo cobijados por los regímenes que tienen que ver con el alto riesgo, llámese el Departamento
Administrativo de Seguridad, llámese los controladores aéreos y otras actividades que han sido
consideradas como de alto riesgos; el criterio que tuvimos en la Comisión Primera, es que esas
actividades no hacen parte ni de los regímenes especiales, ni exceptuado, ni convencionales, están
regidas por las Normas del Sistema General de Pensiones que tienen unas cotizaciones distintas y
por lo tanto, unas condiciones diferentes para adquirir la pensión, pero están dentro del sistema
general de pensiones, por eso cuando hablamos de que se eliminan los regímenes pensionales,
exceptuados o convencionales, creemos que esa legislación de alto riesgo se mantiene y no se
afecta por la eliminación de los regímenes que hemos establecido”. Gaceta 832 de 2004.
21
El Senador Luis Carlos Avellaneda sostuvo: “[…] Debo reconocer honorables Representantes
que hoy dentro de los regímenes especiales, hay unos que se justifican a la luz del principio de
igualdad, hay otros que no, hay regímenes especiales de justificación, como el de la fuerza pública,
pero otros como ya lo reconoció la Comisión Primera Constitucional, los de alto riesgo que quedan
a salvo en la redacción que ya viene de la Comisión Primera, luego la idea absolutista del Gobierno
de acabar con todos los regímenes especiales, excepto con los de la fuerza pública ha sido
morigerado por la Comisión Primera y eso me parece importante”. Gaceta 832 de 2004.
22
“Con la venia de la Presidencia y del orador, interpela el honorable Senador Luis Carlos
Avellaneda Tarazona: Gracias Presidente, gracias Senador Mario Uribe, mire una de las razones que
yo he indicado de la antitécnica, de la metodología antitécnica que hemos adoptado es este tema de
los regímenes especiales, ni en Cámara ni aquí en Senado se ha hecho un inventario de cu[á]les son
los regímenes especiales y exceptuados, no se ha hecho ese inventario, ese es un inventario
necesario para de ahí discernir cuáles son los justificados y cuáles no tienen justificación, cuáles son
exorbitantes o cuáles no; esa es una tarea que le debía corresponder al legislador, nosotros por
ejemplo estamos de acuerdo en que regímenes exorbitantes de privilegio deben eliminarse. Pero
aquí no se ha hecho la tarea nos falta aplicar el principio de razonabilidad en materia legislativa, eso
me parece, me parece entonces absurdo esa tarea que estamos haciendo, ahí se están salvando
algunos regímenes especiales, de justificación el de los maestros, espero que el alto riesgo esté a
salvo según lo último que se había hablado en Cámara y en Comisión Primera de Senado, los
regímenes de alto riesgo estaban a salvo pero hay otros regímenes por naturaleza de la actividad que
deben estar también a salvo”. Gaceta 29 de 2005.
31
23
“Recobra el uso de la palabra el honorable Senador Mario Uribe Escobar: Señor Presidente tanto
en la Cámara como en la Comisión Primera del Senado como lo señala el Senador Avellaneda, a
los trabajadores a que alude el Senador Angarita, a los que alude el Senador Andrés González es
decir a los del DAS no se les toca, se les mantiene el alto riesgo, eso hace parte del sistema general
y desde luego nos hemos cuidado que en la historia de la ley, que se diga que mantienen sus
privilegios y que no se les toca absolutamente para nada, yo creo que eso satisface la demanda que
ustedes han hecho, pero todos lo tenemos lo suficientemente claro. Señor Presidente yo le ruego
someter a votación”. “Recobra el uso de la palabra el honorable Senador Luis Elmer Arenas Parra:
Entonces a mí me parece que el tema que está planteando algunos Senadores aquí tiene total
vigencia, ese tema del DAS, del Inpec, de gente que no gana horas extras ni nada de eso y que
trabaja más de 24 horas me parece que lo tenemos que mirar. Así entonces, entonces por esa razón
Senador Mario Uribe o yo no entendí, o acláreme porque lo que votamos es totalmente contrario a
lo que usted explicó. Con la venia de la Presidencia y del orador, interpela el honorable Senador
Mario Uribe Escobar: El Ministro me podría ayudar señor Senador, por lo que yo he entendido, lo
que hemos entendido durante la discusión es que a esas personas a que usted alude, no se los toca
porque pertenecen al alto riesgo y el alto riesgo hace parte del sistema general y no lo vamos a
tocar. ¿Es así Ministro?” Gaceta 29 de 2005.
24
El Ministro de la Protección Social de la época, doctor Diego Palacio Betancourt, dijo al
respecto: “(…) yo quiero recordarles honorables Senadores que este Gobierno en el año 2003,
aprovechando unas facultades extraordinarias que el Congreso de la República nos dio, definió
claramente y de acuerdo con los rangos internacionales lo que se considera una profesión de alto
riesgo, y se considera una de alto riesgo toda aquella actividad que desarrollada en la cotidianidad
disminuye la expectativa de vida de las personas, por ejemplo: los buzos de profundidad, mientras
cualquiera de nosotros vive o nosotros vivimos un promedio de 72 años, los buzos de profundidad
viven un promedio de 62 años, igual pasa con los mineros de los socavones. Para ese tipo de
profesiones hay dentro del Sistema General de Pensiones, hay una reglamentación especial que
quedan perfectamente cobijado dentro del Sistema General de Pensiones con el Acto Legislativo
actual Senador, no se están tocando para nada los regímenes especiales, perdón el alto riesgo, se le
sigue respetando los derechos a altas profesiones que son consideradas de alto riesgo”. Gaceta 29
de 2005.
25
En el acta de la sesión del 5 de mayo de 2005 se lee: “Intervención del honorable Representante
Omar Baquero Soler: Ayer se hablaba en la discusión del martes, se hablaba que el personal
adscrito a la guardia del Inpec, no perdía sus derechos, de acuerdo al texto o que se nos responda si
ellos pierden derecho; porque ellos tienen también un régimen especial, dada consideración del
trabajo que ellos vienen desempeñando que es un trabajo de alto riesgo. Intervención del honorable
Representante Javier Ramiro Devia: Usted tiene la razón en el sentido de que existe la inquietud, en
mi exposición en la parte general hice claridad y vuelvo y lo reitero, el tema del Inpec, lo hemos
estudiado y el Inpec tiene un tratamiento como profesión de alto riesgo, está considerado así y así
quedó establecido en la Ley 797; por lo tanto, en este acto legislativo, se están eliminando son los
regímenes especiales y exceptuados, no lo de alto riesgo, que está inmerso en las normas generales
del Sistema General de Pensiones, no tienen normas especiales, ni son excepciones a las normas
32
generales, son normas generales, pero con la particularidad de ser una actividad de alto riesgo.”
Gaceta 387 de 2005.
26
“Palabras del honorable Representante Javier Ramiro Devia Arias, coordinador de ponentes del
proyecto de acto legislativo: Gracias Presidente. Pienso que la discusión está basada en un error de
interpretación. En este acto legislativo estamos eliminando por vía general, los regímenes
especiales y exceptuados. Las profesiones de alto riesgo, el régimen pensional de las profesiones de
alto riesgo, no es especial ni es exceptuado. El alto riesgo está dentro del régimen general de
pensiones. Si ustedes observan todo el articulado, somos reiterativos en que todo en materia de
pensiones se regirá por las leyes en materia del sistema general de pensiones. Lo hemos hecho
desde la Comisión I y lo reiteramos acá: el tema de las profesiones de alto riesgo no queda
eliminado con este acto legislativo, porque no se elimina un régimen especial, porque no lo es. Alto
riesgo está dentro de las normas del régimen general de pensiones y como tal tiene ese tratamiento,
así lo hemos entendido”. Gaceta 354 de 2005.
27
“Con la venia de la Presidencia y del orador, interpela el honorable Senador Álvaro Sánchez
Ortega: Gracias señor Presidente, doctor Mario es sobre esta parte; algunos amigos me han
manifestado y le estoy a usted transmitiendo la preocupación, concatenando con lo que es
transitorio 2 con este artículo, en lo que se refiere a las actividades de alto riesgo. En el caso de los
controladores aéreos que concatenando con el transitorio número dos que ya fue aprobado, pero
ellos tienen la preocupación de que si esa vigencia que tienen ellos como desarrollan una actividad
de alto riesgo, termina en el 10 o continúa porque está contemplado en las leyes, esa es la
preocupación de ellos, continúa […] Con la venia de la Presidencia y del orador, interpela el señor
Ministro de la Protección Social, doctor Diego Palacio Betancur: No afecta para nada el sistema de
alto riesgo que está conformado, hace parte del sistema general de pensiones, para nada se afecta.”
Gaceta 433 de 2005.
33
[…]
28
Gaceta 354 de 2005 (énfasis añadido).
29
“Proposición Aditiva. Adicionar el inciso 4º del artículo 1º, el siguiente texto: "Incluidas las de
alto riesgo de vejez". El inciso completo quedaría así: "Los requisitos y beneficios pensionales para
todas las personas, incluidas las de alto riesgo de vejez, serán los establecidos en las leyes del
Sistema General de Pensiones, no podrá dictarse disposición alguna, o invocarse acuerdo de
ninguna naturaleza, para apartarse de lo allí establecido. […] Intervención del honorable
Representante Javier Ramiro Devia Arias, Ponente: […] le aclaro qué es lo ocurre, es que el alto
riesgo, del que hemos hablado, y del que habló el señor Ministro en el día de ayer, es el alto riesgo
que tiene que ver con la Pensión de Vejez, que por esas actividades de alto riesgo, la vida de una
persona se disminuye y por eso tiene unas condiciones distintas para pensionarse, por pensión de
vejez. La propuesta sencillamente es aclarar, en lo único que estamos de acuerdo, la proposición
quedaría así: "Los requisitos y beneficios pensionales para todas las personas, incluido la de vejez
por alto riesgo, serán los establecidos en las leyes de Sistema General de Pensiones, no podrá
dictarse disposición alguna, invocarse acuerdo de ninguna naturaleza, para apartarse de lo allí
establecido". Lo que produce la profesión de alto riesgo y que va a definir la ley, es la posibilidad
de tener una pensión de vejez distinta, por el hecho de que esa actividad de alto riesgo, le
disminuye su vida, eso es […] Intervención del honorable Representante Venus Albeiro Silva
Gómez: Presidenta, ya que se ha llegado a un acuerdo, Ponente, usted ahora lo ha dicho y es la
duda que yo tengo, es que no sea persona, no quede redactado como personas sino como
profesiones y actividades de alto riesgo y es lo mismo, pero usted lo ha dicho si son personas todo
el mundo se va a querer meter como personas que están laborando en alto riesgo, y lo que dice la
OIT son profesiones o actividades, entonces si la podemos meter como profesiones y actividades y
no como personas, y obviamente la discusión ayer era que quedaran para reglamentar, o sea para
hacer una nueva ley o sea que la Constitución le diera la posibilidad de hacer una ley para las
actividades y profesiones de alto riesgo, Ministro, entonces si lo pudiéramos presentar ahí, y no que
digamos que ya está en el Sistema General de Pensiones, obviamente entendiendo compañeros que
esta discusión no va a hacer hundir el acuerdo que ya tienen, sino es tratando de mejorarlo, porque
como personas queda realmente muy abierto y lo que se reconoce son actividades y profesiones de
alto riesgo, entonces Ministro y Ponente si podemos ahí y lo votaríamos en total acuerdo. […].
Doctor Venus, usted tiene la razón en algo y le hemos hecho la modificación a la proposición.
Quedaría así: Los requisitos y beneficios pensionales para todas las personas incluidas las de vejez
por actividades de alto riesgo, serán las establecidas en las leyes del Sistema General de
Pensiones, no podrá dictarse disposición alguna o invocarse acuerdos de ninguna naturaleza para
apartarse de lo allí establecido. Le adicionamos el término actividades de alto riesgo, porque la
verdad es que no es relacionado con las personas sino con la actividad en sí misma". Gaceta 439 de
2005.
35
25.3. En tercer lugar, quizás lo anterior lleva a preguntarse por qué entonces,
si era claro que el Acto legislativo no interferiría en la vigencia y validez de
las pensiones de alto riesgo, contempladas en el Decreto 2090 de 2003,
resultaba necesario contemplar el actual parágrafo transitorio 5º del artículo 48
de la Constitución. La respuesta se halla hacia el final del trámite de
formación del Acto, ya dentro del tercer debate de la segunda vuelta, en el
Senado de la República. En ese momento adquirió fuerza una preocupación
parlamentaria que antes se venía discutiendo, ya no en torno a la posible
afectación de las pensiones de vejez por actividades de alto riesgo, pues había
claridad acerca de que no las impactaba la reforma, sino en torno de una
situación puntual de los miembros del cuerpo de custodia y vigilancia
penitenciaria y carcelaria nacional, pues al parecer había un vacío regulatorio
en el tiempo en relación con este personal, que el Congreso consideró
necesario colmar.30 Esa intervención concluyó con una constancia.31 Pero en
una sesión de Comisión posterior, dentro del mismo tercer debate de la
30
En la sesión de la Comisión Primera del Senado, ocurrida el 31 de mayo del año 2005, el Senador
Andrés González dijo al respecto lo siguiente: “En tercer lugar, señor Presidente, vienen los temas
sectoriales, son dos concretamente, uno planteado aquí por los guardianes del cuerpo de custodia y
vigilancia del Inpec durante las audiencias públicas, su situación es muy concreta, en el año 86 hubo
una ley que dijo que tendrían un régimen especial para pensionarse con cualquier edad. Al principio
de la década de los noventa se creó el Inpec, se adoptó el Código Penitenciario y este Congreso le
dio facultades al gobierno para que expidiera un sistema especial en materia de pensiones. Ese
decreto extraordinario se expidió incluso con posterioridad a la Ley 100, precisamente para que
tuviese un régimen especial. Incluso la misma Ley 100 y me correspondió en ese momento hablar
con el Ministro de la época Juan Luis Londoño para que se accediera en ese aspecto. La Ley 100 en
términos concretos y precisos dice que los funcionarios del cuerpo de custodia y vigilancia serán del
Estatus de las funciones de alto riesgo. Al mismo tiempo para otros funcionarios de alto riesgo el
Estado vino estableciendo las normas especiales, no lo hizo así con los guardianes del Inpec, sino
hasta el año 2003. De manera que hoy la pregunta o el tema o la duda que pudiera haber surgido, es
cuál era el régimen aplicable de 2003 para atrás, pues de 2003 para atrás, el legislador dijo: son de
alto riesgo, número 1. Número 2. Nunca se reglamentó el tema, luego conclusión seguía rigiendo el
régimen que les pertenecía que fue expresamente señalado en un decreto del año de 1994. Esta tesis
fue llevada a la consideración del señor Ministro de la Seguridad Social, el Ministro de Hacienda, el
gobierno ha hecho una interpretación... Ha anunciado que coincide grosso modo con esta
apreciación, sería precisar la aplicación de las normas en el pasado, hacia a delante se aplica
totalmente el régimen nuevo que establece la ley o el Legislador para las funciones de alto riesgo,
yo presento en esta constancia un artículo concreto sobre ese particular, pero que de darse como se
ha anunciado por parte del Gobierno una definición en este tema, pues lo retiraría porque perdería
su fundamento, pero dejó constancia de que el tema ha sido tratado en los dos Ministerios y hay una
salida sobre el particular.” Gaceta 535 de 2005.
31
La constancia obró como propuesta de pliego de modificaciones. Decía en lo pertinente:
“Parágrafo transitorio segundo: Los Miembros del Cuerpo de Custodia y Vigilancia, Penitenciaria y
Carcelaria Nacional (INPEC), que se encuentren vinculados antes del 25 de julio de 2003, se
pensionarán conforme a las reglas establecidas en el artículo 168 del Decreto 407 de 1994, esto es,
según lo dispuesto en la Ley 32 de 1986. Quienes perteneciendo a dicho cuerpo se hubiesen
vinculado a partir del 25 de julio de 2003, se pensionarán conforme a las reglas establecidas o las
que se establezcan para las actividades de alto riesgo.” Gaceta 535 de 2005.
36
modificando nada hacía, no se pretende un régimen especial hacia el futuro, ya este Acto
Legislativo dice que habrá actividades de alto riesgo que se rijan conforme a la ley. De manera que
yo lo dejo a consideración de esta Comisión, en el sentido de que es un acto de plena justicia, y de
absoluta y clara juridicidad.” Gaceta 533 de 2005.
33
Si bien con cambios de redacción, pues el aprobado por la Comisión Primera del Senado de la
República decía: “Parágrafo transitorio 5º. De conformidad con lo dispuesto por el artículo 140 de
la Ley 100 de 1993 y el Decreto 2090 de 2003, a partir de la entrada en vigencia de este último
decreto, a los miembros del cuerpo de custodia y vigilancia penitenciaria y carcelaria nacional se les
aplicará el régimen de alto riesgo contemplado en el mismo. Con anterioridad a dicha fecha se
aplicará el régimen hasta ese entonces vigente para dichas personas por razón de los riesgos de su
labor, esto es el dispuesto para el efecto por la Ley 32 de 1986, para lo cual deben haberse cubierto
las cotizaciones correspondientes”.
38
28. Esta reforma constitucional no implica sin embargo una prohibición para
introducir reglas especiales en materia pensional o, particularmente, en las
normas sobre pensiones de vejez. En lo que atañe a los regímenes pensionales
especiales o exceptuados, el objetivo preciso eran los marcos normativos que
preveían, al mismo tiempo, tratamientos beneficiosos en edad, tiempo de
servicios, montos de cotización y semanas cotizadas, y cuantía de las mesadas
pensionales. Por eso en la exposición de motivos del proyecto de reforma se
refirió que el propósito de garantizar los derechos en un marco de
sostenibilidad financiera, presuponía acabar con los regímenes introducían
“desequilibrios pensionales”, entendiendo por tales los que exigían menos
cargas pero otorgaban mayores beneficios, sin una justificación aparente.
Decía entonces la exposición de motivos, suscrita por el Presidente de la
República y los Ministros de Hacienda y Crédito Público, y de Protección
Social de la época:
33. Por encontrarse en estas condiciones, y para garantizar el goce efectivo del
derecho a la seguridad social en pensiones de estas personas, se prevé
entonces una edad especial para adquirir el derecho a la pensión de vejez. No
obstante, este beneficio está precedido por una carga contributiva superior, y
no introduce entonces un probado “desequilibrio pensional” que haga
insostenibles las finanzas públicas, pues en primer lugar por estos trabajadores
se debe pagar un monto de cotización superior al general, en tanto el artículo
5º del Decreto 2090 de 2003 dice que “[e]l monto de la cotización especial
para las actividades de alto riesgo es el previsto en la Ley 100 de 1993, más
diez (10) puntos adicionales a cargo del empleador”. Pero, además, en
segundo lugar solo es posible reducir adicionalmente la edad de pensión,
cuando se ha superado la base mínima de cotizaciones exigida en el sistema
general de pensiones, pues el artículo 4º del Decreto ley referido establece que
“[l]a edad para el reconocimiento especial de vejez se disminuirá en un (1)
año por cada (60) semanas de cotización especial, adicionales a las mínimas
requeridas en el Sistema General de Pensiones, sin que dicha edad pueda ser
inferior a cincuenta (50) años”. No hay entonces un desequilibrio pensional
pues los beneficios se ven compensados con cargas contributivas especiales.
34. En conclusión, el artículo 8º del Decreto con fuerza de ley 2090 de 2003
no desconoce el artículo 48 de la Constitución Política, aun cuando prevea que
la vigencia de sus reglas sobre pensión de vejez por actividades de alto riesgo
supera la fecha de entrada en vigor del Acto Legislativo 01 de 2005, y también
el 31 de julio de 2010, fecha límite en la cual por mandato de la reforma
constitucional referida debían expirar todos los regímenes especial y
exceptuados, así como los demás que allí se indican. Por tanto, la Sala Plena
procederá a resolver el segundo cargo de inconstitucionalidad.
37. El artículo 8º del Decreto ley 2090 de 2003 establece entonces un término
de vigencia complejo, sin plazos perentorios para su aplicabilidad. Esta
interpretación presupone una distinción entre nociones que forman parte del
derecho colombiano (vigencia y aplicabilidad). Las normas legales entran en
vigencia en el momento en el cual lo decide la propia ley o, en su defecto, las
leyes supletorias.38 Las normas legales pierden este atributo o bien por el
38
Sentencia C-084 de 1996 (MP Carlos Gaviria Díaz). Dijo entonces la Corte: “[…] la entrada en
vigencia de las normas se produce únicamente como resultado de una decisión tomada
43
discrecionalmente por quien tiene la competencia de hacerlas”. La Ley 4 de 1913, por su parte, dice:
“ARTICULO 52. La ley no obliga sino en virtud de su promulgación, y su observancia principia
dos meses después de promulgada. La promulgación consiste en insertar la ley en el periódico
oficial, y se entiende consumada en la fecha del número en que termine la inserción. ARTICULO
53. Se exceptúan de lo dispuesto en el artículo anterior los casos siguientes. 1. Cuando la ley fije el
día en que deba principiar a regir, o autorice al gobierno para fijarlo, en cuyo caso principiará a
regir la ley el día señalado. || 2. Cuando por causa de guerra u otra inevitable estén interrumpidas las
comunicaciones de alguno o algunos municipios con la capital, y suspendido el curso ordinario de
los correos, en cuyo caso los dos meses se contarán desde que cese la incomunicación y se
restablezcan los correos.”
39
Por ejemplo, la ley de presupuesto tiene un periodo de vigencia determinado en la Constitución
(arts 346 y ss). En la doctrina, Kelsen, Hans. “La vigencia espaciotemporal de la norma. El campo
de la vigencia espacial y temporal”, en Teoría General de las Normas, Trad. Hugo Carlos Delory.
México Trillas, 1994, p. 150, decía: “[e]l campo de vigencia temporal de una norma […] puede ser
determinado hasta cierto punto por otra norma superior”.
40
El artículo 3 de la Ley 153 de 1887 prevé: “Estímase insubsistente una disposición legal por
declaración expresa del legislador, o por incompatibilidad con sus disposiciones especiales
posteriores, o por existir una ley nueva que regule íntegramente la materia a que la anterior
disposición se refería”. Las hipótesis referidas en la norma son respectiva las derogaciones expresa,
tácita y orgánica.
41
Prieto Sanchís, Luis. Apuntes de teoría del derecho. 3a edición. Madrid. Trotta. 2008, p. 170. En
la jurisprudencia, puede verse la sentencia C-592 de 2005 (MP Álvaro Tafur Galvis. Unánime), en
la cual la Corte señaló que “[…] en el caso de sucesión de leyes en el tiempo, si la nueva ley es
desfavorable en relación con la derogada, ésta será la que se siga aplicando a todos los hechos
delictivos que se cometieron durante su vigencia, que es lo que la doctrina denomina ultractividad
de la ley”.
44
ley 2090 de 2003, estableciendo que las facultades debían ejercerse dentro del
término de los seis meses siguientes, y se abstuvo de señalar qué reglas sobre
vigencia podían expedirse dentro de ese plazo. Por consiguiente, la Sala Plena
de la Corte no observa que se hubiera desconocido una previsión expresa de la
Constitución o de la ley habilitante, de modo que, desde este punto de vista,
no se vulneró el artículo 150 numeral 10 de la Carta Política.
“si una ley señala que sólo puede ser aplicada cuando se cumpla o
ejecute determinado acto (como en el caso bajo examen, desde el
momento en que se expidan los decretos leyes y los reglamentos),
esa condición no hace inconstitucional el precepto que así lo
consagra, pues el legislador goza de libertad para fijar el momento a
partir del cual debe entrar a regir la ley”.43
42. Efectivamente, lo que hace el Decreto 2090 de 2003 es prever que sus
beneficios no se extenderán a quienes se vinculen a actividades de alto riesgo
44
Sentencia C-302 de 1999 (MP Carlos Gaviria Díaz. SV Eduardo Cifuentes Muñoz y Antonio
Barrera Carbonell).
45
Sentencia C-368 de 2000 (MP Carlos Gaviria Díaz. SPV Eduardo Cifuentes Muñoz).
46
después del 31 de diciembre de 2024, y que ese plazo podía incluso acelerarse
si antes del 31 de diciembre de 2014 no se expedía un decreto por parte del
Gobierno Nacional, previo concepto del Consejo Nacional de Riesgos
Profesionales. Esto, para empezar, resulta razonable en el contexto de una
regulación sobre actividades de alto riesgo, toda vez que los niveles de riesgo
pueden variar con las circunstancias y el tiempo. Así, por ejemplo, en la
sentencia C-853 de 2013, la Corte señaló que antes de la creación del sistema
general de pensiones se consideraban como de alto riesgo actividades que
luego ya no tenían tal carácter. Se mencionó entonces que conforme a la ley
laboral,
46
Sentencia C-853 de 2013 (MP Mauricio González Cuervo. SV María Victoria Calle Correa. AV
Jorge Iván Palacio Palacio).
47
VII. DECISIÓN
RESUELVE