Capítulo Iv Completo D

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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE SANTIAGO, UTESA

SISTEMA CORPORATIVO
RECINTO MAO
Facultad de Ciencias y Humanidades
Carrera de Psicología

Incidencia psicosocial de la violencia en los estudiantes del Liceo Juan


de Jesús Reyes, del Municipio de Mao provincia Valverde, 2023-2024

Proyecto de Grado presentado como requisito para optar por el Título


de Licenciado en Psicología

Presentado por:
Vanessa Pérez
Maritza Pichardo Toribio
Ronaldo Lorenzo Castillo

Asesor:
Arismendy Rodríguez, M.A.T

Mao, Valverde
República Dominicana
Agosto, 2024
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE SANTIAGO, UTESA
SISTEMA CORPORATIVO
RECINTO MAO
Facultad de Ciencias y Humanidades
Carrera de Psicología

Incidencia psicosocial de la violencia en los estudiantes del Liceo Juan


de Jesús Reyes, del Municipio de Mao provincia Valverde, 2023-2024

Proyecto de Grado presentado como requisito para optar por el Título


de Licenciado en Psicología

Presentado por:
Vanessa Pérez 1 -18 7091
Maritza Pichardo Toribio 1-14-9747
Ronaldo Lorenzo Castillo1-17-7237

Asesor:
Arismendy Rodríguez, M.A.T

Mao, Valverde
República Dominicana
Agosto, 2024
Tema
Incidencia psicosocial de la violencia en los estudiantes del Liceo Juan de
Jesús Reyes, del Municipio de Mao provincia Valverde, 2023-2024
CAPÍTULO IV

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN
4.1 Análisis y Discusión de los Resultados

Gráfico 4.1.1 Sexo de la muestra

Femenino
29%

Masculino
71%

En el Gráfico 4.1, se observa que el 71% de los encuestados son de

sexo masculino, mientras que el 29% son de sexo femenino. Esta

distribución de género indica que hay una predominancia masculina en la

muestra.

En relación a la distribución de género y edades en las muestras,

Hernández (2019) entiende que la diversidad demográfica es un aspecto

crucial a considerar en cualquier estudio. La proporción de participantes de

diferentes géneros y grupos de edad puede influir significativamente en los

resultados y conclusiones obtenidas.


Gráfico 4.2. Edad de la muestra

12-15 años
12%

19 años o más
51%

16-18 años
37%

Por otro lado, en el Gráfico 4.2, se puede ver que el 37% de los

encuestados tienen entre 16 y 18 años, seguido por el 51% que tienen 19

años o más.

Esto indica que la mayoría de los participantes en la muestra son

mayores de 18 años, lo que puede tener implicaciones en términos de

madurez, responsabilidades y preferencias.


Gráfico 4.3. Grado en que se encuentran
Primaria
4%

Universidad
35%

Secundaria
48%

Preparatoria
13%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

De acuerdo con lo anterior, en el gráfico No. 4.1.3 se visualiza que el

48% de la muestra ha egresado de la educación secundaria, 35%

universidad, 13% preparatoria y 4% Nivel Primario. Por lo que se entiende

que la mayor parte de la muestra se encuentra o ha egresado de la

educación secundaria, lo que resulta ser importante ya que esto indica que

son individuos completamente alfabetizados.

En ese sentido, Ulloa (2019), entiende que es necesario e importante

que las personas tengan al menos un grado de secundaria, para poder

acceder a los empleos de manera apropiada y tener un buen

desenvolvimiento en la vida diaria.


Gráfico 4.4. Tipo de familia de procedencia

Reconstruida (familias com-


binadas)
10%

Monoparental (un
solo padre o madre)
15%

Nuclear (padres e hi-


jos)
Extendida (incluye 60%
parientes adicionales)
15%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

De acuerdo con lo presentado en el Gráfico 4.1.4, se observa que el

60% de la muestra pertenece a familias nucleares, seguido por un 15% de

familias extendidas y monoparentales respectivamente, y un 10% de

familias reconstruidas. Esto infiere que la mayoría de los encuestados

provienen de familias nucleares, lo que puede reflejar un modelo familiar

tradicionalmente establecido en la sociedad.

En este contexto, Ulloa (2019) argumenta que la estructura familiar


influye significativamente en el desarrollo y bienestar de los individuos, y
que las familias nucleares suelen proporcionar un entorno más estable y
estructurado para el crecimiento de los hijos. Asimismo, resalta la
importancia de comprender la diversidad de estructuras familiares en la
sociedad actual y cómo éstas pueden impactar en diversos aspectos de la
vida familiar y social.
Gráfico 4.1.5. Zona de procedencia
Reconstruida (familias
combinadas)
6%

Rural
30%

Urbana
59%

Suburbana
5%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

En el Gráfico 4.1.5, se revela que el 59% de la muestra proviene de

zonas urbanas, seguido por un 30% de zonas rurales, un 6% de zonas

reconstruidas y solo un 5% de zonas suburbanas.

Esto implica que la mayoría de los encuestados son de origen urbano,

lo que podría indicar una mayor concentración de población en entornos

urbanos en comparación con zonas rurales o suburbanas.


Gráfico 4.1.6. Frecuencia con la que ha presenciado actos de violencia
verbal entre estudiantes
Siempre
6%
Nunca Casi Siempre
28% 15%

A veces
50%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

En relación al Gráfico 4.1.6, se destaca que el 50% de los


encuestados reportaron presenciar actos de violencia verbal entre
estudiantes en ocasiones, seguido por un 28% que indicaron nunca haber
presenciado dichos actos. Por el contrario, un 15% mencionado casi
siempre y un 6% siempre. Estos resultados sugieren que la violencia verbal
entre estudiantes es un fenómeno común en el entorno estudiado, lo que
podría tener implicaciones significativas en el clima escolar y el bienestar
de los alumnos.

En este contexto, García (2020) plantea que la violencia verbal en


entornos educativos puede tener efectos negativos en el desarrollo
emocional y psicológico de los estudiantes, así como en su rendimiento
académico y en las relaciones interpersonales. Destaca la importancia de
implementar estrategias efectivas para prevenir y abordar la violencia en
las escuelas, promoviendo un ambiente seguro y respetuoso para todos los
miembros de la comunidad educativa.
Gráfico 4.1.7. Frecuencia con la que se ha observado situaciones de
violencia física en el entorno escolar
Siempre
4%
Nunca
21% Casi Siempre
20%

A veces
56%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

En el Gráfico 4.1.7, se puede apreciar que el 56% de los encuestados


indicaron haber observado situaciones de violencia física en el entorno
escolar en ocasiones, seguido por un 21% que mencionó nunca haber
presenciado tales situaciones. Por otro lado, un 20% señaló casi siempre y
un 4% siempre. Estos resultados permiten inferir que la violencia física en
el entorno escolar es un fenómeno relativamente común en la muestra
estudiada, lo cual plantea preocupaciones sobre la seguridad y el bienestar
de los estudiantes en ese contexto.

En este sentido, Martínez (2018) argumenta que la violencia física en


las escuelas puede tener consecuencias graves para la salud física y mental
de los alumnos, así como para el clima escolar en general. Destaca la
importancia de implementar programas de prevención de la violencia,
promover la resolución pacífica de conflictos y fomentar una cultura de
respeto y tolerancia en las instituciones educativas para garantizar un
ambiente seguro y propicio para el aprendizaje.
Gráfico 4.1.8. Constancia con la que se ha notado que algunos
estudiantes son excluidos o aislados por sus compañeros
deliberadamente
Siempre
6%
Nunca Casi Siempre
25% 15%

A veces
55%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

En el Gráfico 4.1.8, se evidencia que el 55% de los encuestados han


notado que algunos estudiantes son excluidos o aislados por sus
compañeros a veces, seguidos por un 25% que indicó nunca haber
presenciado estas situaciones. Asimismo, un 15% mencionó casi siempre y
un 6% siempre. Estos resultados reflejan que la exclusión o el aislamiento
deliberado de estudiantes por parte de sus pares es un fenómeno bastante
común en el entorno estudiado, lo que plantea importantes implicaciones
para el bienestar emocional y social de los alumnos involucrados.

En relación a este tema, Rodríguez (2017) sostiene que la exclusión


social en el contexto escolar puede tener efectos devastadores en la
autoestima y el desarrollo personal de los estudiantes afectados, así como
en el clima de convivencia dentro de la comunidad educativa. En este
sentido, aboga por la implementación de estrategias de intervención que
fomenten la inclusión, la empatía y el respeto mutuo entre los estudiantes,
con el objetivo de promover un ambiente escolar más inclusivo y acogedor
para todos.
Gráfico 4.1.9. Frecuencia con la que ha sido testigo de actos de
intimidación o 'bullying' en la escuela.
Siempre
4%
Nunca
21% Casi Siempre
20%

A veces
56%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

En el Gráfico 4.9 se observa que el 56% de los encuestados han sido


testigos de actos de intimidación o bullying en la escuela a veces, seguido
por un 21% que indicó nunca haber presenciado tales situaciones. Además,
un 20% mencionó casi siempre y un 4% siempre. Estos resultados indican
que el bullying es un fenómeno significativo y relativamente común en el
entorno escolar estudiado, lo que plantea preocupaciones sobre la
seguridad, el bienestar emocional y la convivencia de los estudiantes en
dicho entorno.

Desde una perspectiva académica, Pérez (2016) argumenta que el


bullying en las escuelas es un problema grave que puede tener
consecuencias negativas a corto y largo plazo para las víctimas, los
agresores y el clima escolar en general. Destaca la importancia de abordar
activamente este fenómeno a través de programas de prevención,
intervención y sensibilización que promuevan la empatía, la tolerancia y el
respeto entre los estudiantes, así como la creación de entornos escolares
seguros y libres de violencia.
Gráfico 4.1.10. Los actos de violencia más frecuentes en el centro
educativo son:
Violencia Física
11%

Bulying
38%

Violencia Verbal
43%

Violencia Psicológ-
ica
8%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

En el Gráfico 4.10 se muestra que el 43% de los encuestados


identificaron la violencia verbal como el acto de violencia más frecuente en
el centro educativo, seguido por el bullying con un 38%. Además, el 11%
mencionó la violencia física y el 8% la violencia psicológica. Estos
resultados demuestran que la violencia verbal y el bullying son los tipos de
violencia más prevalentes en el entorno educativo estudiado, lo que destaca
la importancia de abordar estos problemas para promover un ambiente
escolar seguro y respetuoso para todos los estudiantes.

En este contexto, Gómez (2019) argumenta que la violencia verbal y


el bullying en las escuelas pueden tener un impacto significativo en la salud
mental, el bienestar emocional y el rendimiento académico de los
estudiantes afectados. Propone que es fundamental implementar estrategias
de prevención y intervención que promuevan la cultura de la no violencia,
fomenten la empatía y el respeto entre los miembros de la comunidad
escolar, y brinden apoyo adecuado a las víctimas y agresores para abordar
de manera efectiva estos problemas en el entorno educativo.
Gráfico 4.11. Frecuencia con la que se percibe que los estudiantes
violentos suelen tener problemas en su entorno familiar
Alternativas Frecuencia Porcentajes
Siempre 19 16%
Casi Siempre 47 40%
A veces 42 36%
Nunca 9 8%
Total 117 100%
Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

Nunca
8% Siempre
16%

A veces
36%

Casi Siempre
40%

En el Gráfico 4.11, se aprecia que el 40% de los encuestados


perciben que los estudiantes violentos suelen tener problemas en su entorno
familiar casi siempre, seguido por un 36% que indicó que esto ocurre a
veces. Además, un 16% mencionó que siempre es así, mientras que solo un
8% indicó que nunca perciben esta relación. Estos resultados indican que la
percepción de una conexión entre la violencia de los estudiantes y los
problemas en su entorno familiar es significativa en el entorno estudiado, lo
que resalta la importancia de abordar no solo las conductas violentas, sino
también las posibles causas subyacentes en el ámbito familiar.
Desde una perspectiva teórica, López (2017) sostiene que es crucial
considerar el papel del entorno familiar en la manifestación de
comportamientos violentos en los estudiantes, ya que las experiencias y
dinámicas familiares pueden influir de manera significativa en el desarrollo
de actitudes agresivas y conflictivas.
Gráfico 4.12. Frecuencia con la que se observa que los estudiantes
violentos frecuentemente están involucrados en discusiones o peleas
Nunca
6%
Siempre
24%

A veces
32%

Casi Siempre
38%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

De acuerdo con el gráfico 4.12, se observa que el 24% de los


estudiantes encuestados indicaron que siempre están involucrados en
discusiones o peleas, mientras que el 38% afirmó que casi siempre lo están,
el 32% dijo que a veces se ven envueltos en este tipo de situaciones, y solo
el 6% indicó que nunca lo hacen. Estos datos demuestran que una gran
proporción de los estudiantes encuestados tienen cierto grado de exposición
o participación en comportamientos violentos, lo cual podría indicar un
ambiente escolar problemático o la necesidad de implementar estrategias de
prevención y resolución de conflictos de manera efectiva.
En relación a este tema, García (2020) argumenta que la violencia en
las escuelas puede tener un impacto significativo en el bienestar y el
rendimiento académico de los estudiantes, así como en el clima escolar en
general. Destaca la importancia de abordar este problema a través de la
promoción de la convivencia pacífica, el fomento de habilidades sociales y
emocionales, y la implementación de programas de prevención y
tratamiento de la violencia, con el fin de crear entornos educativos seguros
y saludables para todos los estudiantes.
Gráfico 4.1.13. Constancia con la que el consumo de sustancias puede
influir en el comportamiento violento de los estudiantes
Nunca
7%

Siempre
33%

A veces
38%

Casi Siempre
22%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

En el gráfico 4.13 se puede observar que el 33% de los encuestados


creen que el consumo de sustancias siempre puede influir en el
comportamiento violento de los estudiantes, mientras que el 22% piensa
que casi siempre tiene esa influencia. Por otro lado, el 38% considera que a
veces puede influir, y solo el 7% opina que nunca lo hace. Estos datos
permiten inferir que existe una percepción significativa entre los
encuestados de que el consumo de sustancias puede tener un impacto en el
comportamiento violento de los estudiantes, lo cual destaca la importancia
de abordar tanto el consumo de sustancias como la violencia en el entorno
escolar de manera integral.

En este contexto, Martínez (2018) enfatiza la necesidad de


implementar programas educativos y de prevención que aborden tanto el
consumo de sustancias como la violencia en las escuelas. Destaca la
importancia de promover conductas saludables, fomentar la conciencia
sobre los riesgos del consumo de sustancias y proporcionar apoyo y
recursos a los estudiantes que puedan estar experimentando problemas
relacionados con estas cuestiones.
Gráfico 4.1.14 Constancia con la que la presión de grupo incita a
algunos estudiantes a actuar de manera violenta
Nunca
5% Siempre
18%

A veces
44%

Casi Siempre
33%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

En el gráfico 4.14 se evidencia que el 18% de los encuestados


consideran que la presión de grupo siempre incita a algunos estudiantes a
actuar de manera violenta, mientras que el 33% piensa que casi siempre
tiene esa influencia. Por otro lado, el 44% opina que a veces puede incitar a
la violencia, y solo el 5% cree que nunca lo hace. Estos datos sugieren que
la presión de grupo es percibida como un factor relevante que puede influir
en la conducta violenta de los estudiantes, lo que resalta la importancia de
abordar la dinámica de grupo y las relaciones sociales en el contexto
escolar para prevenir la violencia y promover un clima escolar seguro y
respetuoso.

En relación a este tema, Pérez (2021) argumenta que la presión de


grupo es un aspecto crucial a considerar al abordar la violencia escolar, ya
que puede ejercer una fuerte influencia en las decisiones y acciones de los
estudiantes. Destaca la importancia de promover la autonomía, la
autoestima y la capacidad de resistencia frente a la presión de grupo, así
como de fomentar la empatía, la comunicación asertiva y las habilidades de
resolución de conflictos para prevenir situaciones de violencia en el
entorno escolar.
Gráfico 4.15. Los factores de mayor incidencia en la violencia escolar
Falta de habilidades de res-
olución de conflictos
9%
Conflictos interpersonales
12% Problemas de conducta
34%
Consumo de drogas y alcohol
3%

Bullying
25%
Exposición a la violencia en el
hogar
17%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

En el gráfico 4.15 se muestra que, según los encuestados, los factores


de mayor incidencia en la violencia escolar son los problemas de conducta
con un 34%, seguidos por el bullying con un 25% y la exposición a la
violencia en el hogar con un 17%. Además, se destaca que el consumo de
drogas y alcohol, los conflictos interpersonales y la falta de habilidades de
resolución de conflictos también son considerados factores relevantes, con
porcentajes de 3%, 12% y 9% respectivamente. Estos datos reflejan la
complejidad y la diversidad de factores que pueden contribuir a la violencia
escolar, lo que subraya la importancia de abordar este fenómeno de manera
integral y multidimensional.

En este contexto, García (2020) sostiene que la violencia escolar es


un problema multifacético que requiere enfoques holísticos y preventivos
para su abordaje efectivo.
Gráfico 4.16. ¿La violencia en la escuela afecta su concentración
durante las clases?
Nunca
9%

Siempre
34%
A veces
28%

Casi Siempre
28%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

En el gráfico 4.16 se evidencia que el 34% de los encuestados


indican que la violencia en la escuela siempre afecta su concentración
durante las clases, mientras que el 28% señalan que casi siempre lo hace.
Además, el 28% mencionan que a veces se ve afectada su concentración, y
solo el 9% afirman que nunca se ven afectados. Estos datos revelan que una
proporción considerable de los estudiantes encuestados experimentan
dificultades para concentrarse en clase debido a la violencia en el entorno
escolar, lo que subraya la importancia de abordar este problema no solo
desde una perspectiva de seguridad, sino también en términos de bienestar
emocional y rendimiento académico.

En este sentido, López (2019) destaca la estrecha relación entre la


violencia en la escuela y el rendimiento académico de los estudiantes,
señalando que la presencia de situaciones conflictivas y amenazantes puede
tener un impacto negativo en la capacidad de atención, concentración y
aprendizaje de los estudiantes.
Gráfico 4.17. ¿El clima de violencia en el liceo interfiere con su
rendimiento en los exámenes?

Nunca Siempre
18% 21%

Casi Siempre
21%

A veces
41%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

En el gráfico 4.17 se observa que el 21% de los encuestados indican


que el clima de violencia en el liceo siempre interfiere con su rendimiento
en los exámenes, mientras que otro 21% mencionan que casi siempre lo
hace. Por otro lado, el 41% señalan que a veces afecta su rendimiento, y el
18% afirman que nunca se ve afectado. Estos datos reflejan que una parte
significativa de los estudiantes encuestados experimentan interferencias en
su rendimiento académico debido al clima de violencia en el entorno
escolar.

En relación a este tema, Martínez (2020) sostiene que el clima de


violencia en el entorno escolar puede tener consecuencias negativas en el
rendimiento académico de los estudiantes, afectando su capacidad para
concentrarse, aprender y desempeñarse en evaluaciones académicas.
Destaca la necesidad de implementar estrategias efectivas para prevenir y
reducir la violencia en las escuelas, promover la cultura de paz y crear
entornos educativos seguros y saludables que favorezcan el bienestar y el
rendimiento académico de todos los estudiantes.
4.1.18. Frecuencia con la que siente que la violencia escolar afecta mi
motivación para asistir a la escuela?

Nunca Siempre
19% 20%

Casi Siempre
25%
A veces
37%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

De acuerdo con la tabla presentada, se observa que el 20% de los


encuestados respondieron que siempre sienten que la violencia escolar
afecta su motivación para asistir a la escuela, mientras que el 25% indicó
que casi siempre se ve afectada. Por otro lado, el 37% mencionó que a
veces se ve afectada, y el 19% restante afirmó que nunca les afecta. Estos
resultados comprenden que existe una preocupante proporción de
estudiantes que experimentan algún nivel de impacto negativo de la
violencia en su motivación para ir a la escuela, lo que resalta la importancia
de abordar este problema para promover un ambiente educativo seguro y
estimulante.
En relación a este tema, García (2022) plantea que la violencia
escolar no solo afecta el rendimiento académico de los estudiantes, sino
que también tiene repercusiones en su bienestar emocional y social.
Destaca la necesidad de implementar estrategias efectivas para prevenir y
abordar la violencia en las escuelas, promoviendo así un entorno educativo
inclusivo y seguro donde los estudiantes puedan desarrollarse plenamente
tanto a nivel académico como personal.
Gráfico 4.1.19. Constancia con la que tensión generada por actos
violentos en el liceo me dificulta realizar mis tareas escolares?
Siempre
Nunca 13%
17%

A veces
23%

Casi Siempre
47%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

En el gráfico 4.19 se puede observar que el 13% de los encuestados


indicaron que siempre entienden que la tensión generada por actos
violentos en el liceo les dificulta realizar sus tareas escolares, mientras que
un significativo 47% respondió que casi siempre experimentan esta
dificultad. Por otro lado, el 23% mencionó que a veces se ven afectados en
este sentido, y el 17% restante afirmó que nunca les resulta difícil realizar
sus tareas escolares debido a la tensión generada por actos violentos.

En relación a este tema, Martínez (2020) argumenta que la tensión


generada por la violencia en las escuelas puede tener consecuencias
significativas en el desempeño académico de los estudiantes, afectando su
concentración, motivación y bienestar emocional. Destaca la necesidad de
implementar estrategias de prevención y intervención para promover un
clima escolar seguro y saludable, donde los estudiantes puedan desarrollar
todo su potencial académico y personal sin verse afectados por situaciones
de violencia.
Gráfico 4.1.20. Mayor consecuencia que genera la violencia escolar al
rendimiento académico del alumno
Abandono escolar Ausentismo escolar
9% 11%
Falta de motivación
para el aprendizaje Bajo rendimiento
17% académico
15%

Estrés y ansiedad Dificultades de


9% concentración
10%

Problemas de com-
portamiento en el
aula
28%

Fuente: Cuestionario Aplicado a la Muestra

En el gráfico 4.20 se evidencia que, según los encuestados, la mayor


consecuencia que genera la violencia escolar al rendimiento académico del
alumno es la manifestación de problemas de comportamiento en el aula,
con un 28% de las respuestas. Le siguen en importancia la falta de
motivación para el aprendizaje, con un 17%, y el bajo rendimiento
académico, con un 15%.
Asimismo, se destaca que el ausentismo escolar, las dificultades de
concentración, el estrés y la ansiedad, así como el abandono escolar
también son consecuencias significativas de la violencia escolar, según las
percepciones de los participantes. Estos resultados subrayan la complejidad
y diversidad de impactos que la violencia en entornos educativos puede
tener en el desarrollo académico y emocional de los estudiantes,
enfatizando la importancia de abordar este problema de manera integral.
En relación a este tema, López (2018) enfatiza la necesidad de
implementar programas y políticas escolares que promuevan la convivencia
pacífica y la resolución no violenta de conflictos en el ámbito educativo.
Destaca que la violencia escolar no solo afecta el rendimiento académico
de los estudiantes, sino que también influye en su bienestar emocional,
social y en su desarrollo personal. López aboga por un enfoque preventivo
y de intervención temprana para combatir la violencia en las escuelas y
crear entornos seguros y propicios para el aprendizaje y el crecimiento de
los jóvenes.

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