Civilización Mesopotamica Caraceristicas
Civilización Mesopotamica Caraceristicas
Civilización Mesopotamica Caraceristicas
La Baja Mesopotamia era una región con un gran potencial productivo pero que
requería la construcción de obras para drenar zonas pantanosas y facilitar el riego de las
tierras de cultivo mediante canales. La elaboración de estas y otras innovaciones durante
el período Ubaid, como la introducción del arado de tiro animal, favorecieron la
agricultura intensiva y la producción de excedentes. Esto permitió dedicar más tiempo a
la producción de manufacturas, la construcción de edificios y los intercambios a larga
distancia.
Luego del período Ubaid comenzó el llamado período Uruk, que también surgió en la Baja
Mesopotamia pero extendió su influencia más allá. Abarcó el IV milenio a. C. y fue el
momento en el que surgieron las ciudades, la escritura, la especialización
artesanal, la dominación estatal y otras características de la civilización mesopotámica.
La lengua hablada por estas poblaciones era el sumerio y la región recibió el nombre de
Sumer o Sumeria. A partir del 3000 a. C., la cultura sumeria se consolidó en el sur de
Mesopotamia.
Pueblos mesopotámicos
Los sumerios
Los sumerios constituyeron la primera cultura urbana de Mesopotamia. Su origen preciso
se desconoce, pero se sabe que se instalaron en el sur mesopotámico y desarrollaron
muchas de las innovaciones que se extendieron a lo largo de los siglos, como el
sistema de escritura, la medición del tiempo, la construcción de grandes templos
dedicados a divinidades y los avances en medicina, matemática o astronomía.
Este pueblo hablaba el sumerio, una lengua no semítica que utilizaba un sistema de
escritura llamado cuneiforme (que fue también usado por otras culturas mesopotámicas).
Además, los sumerios se destacaron por crear canales que permitían aprovechar el agua
de los ríos y desarrollar una agricultura de mayor escala.
Fueron llamados “sumerios” por los acadios del norte de la Baja Mesopotamia, pero ellos
llamaban a su tierra Kengi. Sin embargo, no conformaron un solo país sino que su
organización social estaba formada por varias ciudades-Estado amuralladas que eran
independientes entre sí.
Tras quedar sometidos a la dominación de los acadios entre 2350 y 2150 a. C., vivieron
un breve “renacimiento sumerio” bajo la hegemonía de la Tercera Dinastía de Ur (2100-
2000 a. C.).
Los acadios
Los acadios fueron los responsables de fundar el primer Estado territorial unificado en
Mesopotamia, o Imperio acadio. Esto fue llevado adelante por Sargón de Acad en torno a
2350 a. C. Durante doscientos años, la dinastía acadia dominó desde la ciudad
de Acad, en el norte de la Baja Mesopotamia, un territorio que llegó a abarcar la mayor
parte de la Alta y la Baja Mesopotamia.
A diferencia de los sumerios, los acadios hablaban una lengua semítica, el acadio, cuyo
uso se extendió a lo largo del Oriente Próximo en los intercambios epistolares y otros
documentos oficiales.
Los babilónicos
Los babilónicos impusieron en el sur de Mesopotamia una dinastía de origen amorreo
poco después de la caída del Imperio acadio en 2150 a. C. y del derrumbe de la Tercera
Dinastía de Ur en 2000 a. C.
Los asirios
Los asirios se instalaron en el norte de Mesopotamia (región llamada Alta Mesopotamia).
En un primer momento, se destacaron como mercaderes que mantuvieron circuitos de
intercambio con Anatolia, donde fundaron barrios comerciales (esta etapa es conocida
como período paleoasirio). Durante el período medioasirio, entre 1400 y 1050 a. C.,
establecieron un imperio que dominó gran parte de la Alta Mesopotamia.
Sin embargo, el mayor período de expansión tuvo lugar durante el período neoasirio,
entre 934 y 609 a. C., cuando la maquinaria militar asiria permitió la conformación
de un imperio inmenso que abarcó la Alta y la Baja Mesopotamia, Elam (en el actual
Irán), el Levante mediterráneo, partes de Anatolia y Arabia e incluso Egipto. En esta
época se destacó el rey Asurbanipal, quien alcanzó importantes éxitos militares y fundó
una gran biblioteca en Nínive.
Los caldeos
Los caldeos eran tribus semíticas del sur de Mesopotamia que desde el siglo VIII a. C.
tuvieron enfrentamientos con los asirios, quienes habían extendido su imperio a la Baja
Mesopotamia.
En 626 a. C., un rey caldeo llamado Nabopolasar fundó una nueva dinastía gobernante en
Babilonia y a lo largo de su reinado logró vencer a los asirios, cuyo imperio se
desmoronó. Este hecho marcó el inicio del Imperio neobabilónico, también conocido
como Imperio caldeo, que llegó a dominar un territorio casi tan extenso como el del
Imperio asirio.
Durante esta etapa, el rey Nabucodonosor II conquistó Jerusalén y se destacó por su
actividad constructora en Babilonia. Sin embargo, en 539 a. C. el Imperio neobabilónico
cayó ante los persas.
Los persas
Los persas dominaron un extenso territorio que incluyó Mesopotamia, aunque no eran un
pueblo mesopotámico. Eran un pueblo iranio, de origen indoeuropeo, que desde la región
de Persia (en el actual Irán) fundaron un imperio bajo la dinastía aqueménida.
Esto ocurrió luego de que Ciro II, apodado “el grande”, conquistó en torno a 550 a. C. el
Imperio medo (que abarcaba gran parte de las regiones al norte y este de Mesopotamia),
el reino de Lidia en Anatolia y el Imperio neobabilónico (que comprendía Mesopotamia y
otros territorios como el Levante).
Los sucesores de Ciro continuaron las conquistas y llegaron hasta Egipto, Libia,
el valle del Indo y el Egeo, donde se enfrentaron con los griegos. Uno de ellos, Darío I,
fundó la ciudad de Persépolis, en la que aplicó un ostentoso programa arquitectónico. El
Imperio persa aqueménida perduró más de doscientos años y se organizó sobre la
base de una estructura basada en provincias, llamadas satrapías. Su derrota frente al
ejército macedónico de Alejandro Magno en 331 a. C. marcó el final de la dinastía
aqueménida.
La
civilización mesopotámica inventó el sistema de escritura cuneiforme.
La civilización mesopotámica se caracterizó por:
Rey. Era la máxima autoridad terrenal en una ciudad, una región o un imperio. Además
de cumplir tareas políticas y militares, era considerado un intermediario entre los seres
humanos y los dioses.
Corte. Era el entorno más inmediato del rey y estaba formado, generalmente, por su
familia y su séquito de confianza.
Nobles y sacerdotes. Pertenecían a familias distinguidas o eran personas que se habían
ganado el favor del rey y cumplían funciones muy estimadas. Los cargos de mayor
importancia eran los de sacerdote y sacerdotisa, escriba, arquitecto, mercader y general
del ejército.
Trabajadores libres. Formaban parte de los sectores bajos de la sociedad
mesopotámica y eran los campesinos, artesanos, soldados y otros trabajadores libres
que, además de mantener a sus familias con su trabajo, estaban obligados a pagar
tributos al templo o al palacio. Algunos miembros de las clases bajas podían ascender
socialmente.
Esclavos. Eran prisioneros de guerra o personas que caían en la esclavitud por haber
contraído deudas. Se ocupaban de diversos trabajos al servicio de un amo y podían ser
vendidos o comprados, y también liberados.
La religión
mesopotámica creía en la existencia de dioses y demonios.
La religión mesopotámica era politeísta (centrada en el culto a varios dioses). Si
bien Mesopotamia estuvo habitada por diversos pueblos y atravesó diferentes períodos,
las creencias, las deidades y los rituales fueron en gran medida compartidos, aun cuando
algunos dioses fueron más importantes en unos períodos que en otros.
El panteón principal surgió durante la época sumeria y se mantuvo a lo largo del tiempo,
aunque los nombres sumerios fueron generalmente reemplazados por nombres acadios,
seguramente junto a un proceso de fusión de creencias.
An (en acadio: Anu), dios del cielo y autoridad suprema de los dioses.
Enlil (en acadio: Elil), dios del viento.
Ninhursag (también llamada Nintu y Ninmah), diosa terrestre y de la creación.
Enki (en acadio: Ea), dios de las aguas, la sabiduría y la creación.
Nanna (en acadio: Sin), dios de la luna.
Utu (en acadio: Shamash), dios del sol y la justicia.
Inanna (en acadio: Ishtar), diosa madre y deidad del amor, la fertilidad y la guerra.
Los dioses solían formar parte de relatos míticos sobre la creación del mundo y otras
temáticas. Muchos de estos relatos pervivieron en tablillas de escritura cuneiforme,
especialmente a través de copias conservadas en la biblioteca de Asurbanipal en Nínive.
El culto a los dioses era realizado por sacerdotes en templos, cuyos ejemplares más
monumentales fueron los llamados zigurats. Los sacerdotes realizaban rituales como
sacrificios, adivinaciones y adoración de estatuas, además de encargarse de la
administración de los recursos dirigidos al templo. Por su parte, los gobernantes
mesopotámicos solían ser considerados representantes de los dioses en la tierra.
Enciclopedia de humanidades
https://humanidades.com/civilizacion-mesopotamica/