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La Música en Bolivia en La Época Colonial

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CAPITULO II

ÉPOCA MEDIA (1535- 1825)


LA MÚSICA EN LA ÉPOCA COLONIAL
2.1.EPOCA MEDIA COMPOSITORES DEL 1º PERÍODO COLONIAL BARROCO
Los datos que proporcionan los documentos de los cronistas españoles de los siglos XVI y
XVII. Garcilazo de la Vega, Cieza de León, Guamán Poma de Ayala, Bernabé Cobo,
Ludovico Bertonio y otros dan a conocer la vida musical de la colonia en el Alto Perú,
En el siglo XVI el musicólogo norteamericano Robert Stevenson de la Universidad de
California Los Ángeles (UCLA), aportó muy considerablemente para salvar la
documentación histórica y la preservación de los manuscritos de la música virreynal, a quién
han secundado otros infatigables investigadores.
La Catedral platense.- En esta institución religiosa de renombre tuvo su origen la chantría
o canturía del siglo XVI, con el tiempo se nominaría “Coro Metropolitano de la Catedral de
Sucre” con las normas establecidas para:
Que se instituya el coro con el nombre de chantría o canturía compuesta de niños cantores
seises.
Para la selección del maestro de capilla de entre los compositores con suficiente capacidad
de proveer música para los cultos religiosos, en fechas memorables de solemnidad: Semana
Santa, Salves para la virgen de Guadalupe, Te Deum para el Corpus Christe, misas y
villancicos para la navidad.
El Archivo musical de la Sala Capitular de la Catedral de Charcas, fue depositorio de las
composiciones contiene cantidad considerable de repertorio musical de la famosa Capilla
musical de La Plata, y otras colecciones en manuscritos de las instituciones religiosas de la
región.
A partir de la segunda mitad del siglo XVII. Fue sede brillante de la música durante el
virreinato del Perú, llegaban músicos y cantores que despertaban el celo por su nombradía,
en las talentosas personalidades reconocidas en el arte musical, la colección de manuscritos
musicales muestran la evidencia palpable de la actividad prolífica de los músicos y
compositores.
En el siglo XVIII la problemática musical de la colonia centraba su dirección en la iglesia
católica, que tenía control en la educación formativa en la tradición musical de los seises,
ministriles, cantores, sochantres y maestros de capilla.
El maestro de capilla tenía tres obligaciones:
1. Enseñar a los seises a leer y a escribir música y latín.
2. Componer música religiosa para las misas santorales y ordinarios.
3. Dirigir los coros.
El resto de las iglesias eran conocidas como parroquias sin servicio musical suntuoso,
La Real Audiencia de Charcas, fue uno de los más considerados ricos del Virreynato del
Perú, por el movimiento económico que prestaba el colosal cerro rico de la Villa Imperial de

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Carlos V. que permitió un florecimiento artístico cultural sin precedentes hasta fines del siglo
XVIII.
La música barroca como instrumento evangelizador
En Bolivia se han preservado numerosas y voluminosas colecciones con música de la época
de la colonia, y del tiempo de la primera evangelización de los pueblos americanos.
En Sucre hay dos espléndidas colecciones con música que documenta la grandeza e
importancia que la catedral metropolitana e iglesias vecinas han tenido en la vida musical de
aquella época.
La Biblioteca y Archivo Nacionales de Bolivia, guarda más de 1.400 obras polifónicas, en
su mayoría villancicos, que proceden de dicha catedral y de la iglesia de San Felipe Neri.
La segunda, la componen los llamados libros de coro: treinta y cuatro gigantescos libros
(algunos de hasta 20 kilos de peso) con música en canto llano que se practicaba en dicha
catedral.
En las últimas dos décadas, la colección de música que más atención ha recibido, de parte de
investigadores y músicos, es la de las antiguas reducciones de Chiquitos, encontrada en San
Rafael y Santa Ana de Chiquitos, y hoy guardada en Concepción. Más de 5.500 páginas de
música de la época de las reducciones chiquitanas, constituyen el documento más importante
en el mundo, para demostrar el rol que la música ocupó en la evangelización de los pueblos
americanos.
Solamente la colección de música guardada en San Ignacio de Moxos, podría ser igualada en
importancia y significado, con la de Concepción.
Sonata en trío (Anónimo, S. XVIII) – “Archivo Musical de Chiquitos” (AMCh), Bolivia.
(Dos violines y bajo continuo).

El Repertorio musical Barroco en Chiquitos y Moxos.- Es el repertorio que se interpretaba


en los siglos XVII y XVIII en las antiguas reducciones jesuíticas que se extendían por
Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia.
En este conjunto son destacables, tanto por la cantidad como por la calidad, las obras que se
han conservado en las regiones bolivianas de Chiquitos y Moxos como Barroco Boliviano,
actualmente en pleno auge no sólo en Bolivia e Hispanoamérica, sino a nivel mundial.
Este repertorio tiene una historia sorprendentemente reciente. De hecho, a pesar de ser tan
antiguo, empezó a ser rescatado hace apenas 50 años, cuando algunos musicólogos
comenzaron a prestar especial atención a las obras producidas en el ámbito de las
Reducciones Jesuíticas, entre los siglos XVII y la segunda mitad del XVIII, concretamente
hasta 1767, año en que los misioneros fueron expulsados de América, tras la abrupta
supresión de la Compañía de Jesús por parte del Papa Clemente XIV.
El descubrimiento por Hans Roth.- El arquitecto jesuita Roth, en los años 70 se encontraba
trabajando en la reconstrucción de la iglesia de San Rafael de Chiquitos, al trazar un plano
general de la planta de la iglesia y sus edificaciones contiguas, intrigado por una falta de
concordancia en las mediciones, logró descubrir una recámara secreta disimulada tras una
gruesa pared de adobe, que había permanecido sellada durante casi tres siglos.
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Al entrar al recinto se encontró ante un impresionante tesoro artístico: más de cinco mil
partituras y decenas de instrumentos musicales, muchos de ellos construidos por los
miembros de las comunidades chiquitanas (violines, arpas, violonchelos, flautas, oboes,
clarines y diversos tipos de trompetas, entre ellas una de casi dos metros de largo). La
espectacularidad del descubrimiento incentivó nuevas investigaciones en pueblos y templos
cercanos que condujeron a otros importantes hallazgos.
Al año siguiente, en Moxos, donde los jesuitas habían permanecido desde 1681 hasta 1767,
fueron encontradas cerca de cuatro mil partituras más, muchas de ellas compuestas por
músicos nativos que habían aprendido instrumentación con los jesuitas. Otras, pertenecientes
al italiano Domenico Zipoli, un músico jesuita de primera línea que en Nápoles había sido
uno de los más destacados discípulos de Alessandro Scarlatti.
En 1990, la UNESCO declaró Patrimonio Cultural de la Humanidad a Chiquitos, junto a seis
pueblos más aledaños, dejando expresa constancia de que la recuperación de semejantes
tesoros musicales, debía ser considerada como uno de los descubrimientos culturales más
trascendentes del siglo XX.
Las partituras encontradas permitieron conocer a fondo la obra de aquellos músicos jesuitas,
a quienes cupo el mérito de trasladar el esplendor del Barroco de la opulenta Europa (Bach,
Vivaldi, Händel, Scarlatti…), a la sencillez de los habitantes de la selvas sudamericanas.
Al poco tiempo de empezar su labor, los jesuitas se sorprendieron de la facilidad con que los
nativos asimilaban las complejas obras del Barroco. No sólo contaron enseguida con
músicos, sino también con compositores.
Pronto estos pobladores locales ocuparon sus lugares en el coro, como solistas,
instrumentistas, copistas, constructores de instrumentos e incluso maestros de capilla.
Muchos no sabían ni leer ni escribir y dominaban, sin embargo, la lectura musical.
Para los jesuitas, la música tenía una función esencialmente religiosa, por esa razón la
mayoría de obras conservadas en los archivos están destinadas a la liturgia.
Los indígenas heredaron este valor de la música y conservaron con celo las partituras,
copiándolas una y otra vez a medida que se deterioraban.
En las obras destinadas a la liturgia era norma no dejar registro del nombre del autor, pero
los jesuitas, desafiando el rigor de las prohibiciones eclesiásticas, solían permitir a los
músicos principiantes que firmaran sus obras, asentando determinados signos al pie de la
partitura a manera de un código secreto. Gracias a este recurso quedó un cierto registro de
toda una dinastía de músicos autóctonos.
El repertorio instrumental que se conserva en el Archivo Musical de Chiquitos consiste en
dos grandes colecciones:
Una colección de Música para un conjunto instrumental y otra colección de música para tecla.
Entre la colección de música instrumental contiene cuartetos, danzas, partitas, conciertos,
sinfonías y sonatas, estas últimas las más numerosas.
Se pueden encontrar en el Archivo versiones simplificadas o recreadas de sonatas en trío (dos
violines y b.c.) de A. Corelli, o de Vivaldi, y piezas para órgano o clave de D. Zipoli; también
un grupo de sonatas en trio de un lenguaje marcadamente preclásico a la manera de

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Boccherini. La música instrumental así como la vocal, está sólidamente fundada en el estilo
italiano. En ningún caso las partituras consignan el nombre del autor.”- (Alicia R. Illa).

COMPOSITORES Y MÚSICOS.
Sebastián de León.- A muy pocos años después de la fundación de la ciudad de La Plata,
por el capitán Pedro de Anzúrez de Campo Redondo, trabajó el distinguido músico Sebastián
de León, descendiente de la famosa familia de fabricantes de órganos españoles, por encargo
del Obispo Domingo de Santo Tomás Navarrete instaló un magistral órgano en la catedral
platence, luego en Santo Domingo y en el monasterio de nuestra señora de Remedios.
Fray Roque de San Vicente.- Maestro de capilla del santuario de Copacabana en el
Departamento de La Paz, contó con siete músicos y varios cantores, en la ciudad de La Paz,
existen documentos de la vida musical del religioso agustino.
Juan de la Peña y Hernán García.- Estos españoles se constituyeron en la ciudad de La
Plata, como cultores académicos para la educación musical el año 1568, para enseñar canto,
danza y a tocar la vihuela, a los hijos de las familias de la alta sociedad, juristas, catedráticos,
oidores etc. Luego a un grupo de esforzados interesados con las más severas disciplinas
musicales eclesiásticas formaron niños cantores a partir de los seis años (seises), y
monaguillos.
Gines Fernández.- Hacia 1572-73 dirige este organismo musical, siguiéndole luego
Francisco Días. Y otros del mismo apellido Hernando y Juan. En 1597 contratan al más
importante de los músicos de este periodo, como maestro de capilla a Gutiérrez Fernández
Hidalgo.
Fernández Hidalgo.- De la talla de Victoria, se cuenta entre sus obras un excelente
Magnificat en su cuarto tomo, contó con una colaboración de buenos músicos en la capilla,
como Luís Enríquez maestro de coros, Juan de Minuera presbítero de sobresaliente voz, en
1618 llega a la sede de la Audiencia.
Francisco de Otal.- Soprano castrati que causó sensación en el medio musical religioso
platence, hasta el punto de cobrar el doble o el triple del salario asignado a Fernández
Hidalgo.
Juan Corneta.- Músico indígena encargado de enseñar a tocar instrumentos musicales de
viento: bajones, chirimías y cornetas a los indígenas, para difundir la música sagrada. En la
misma temporada se evidencia que los autóctonos rivalizaban con los criollos españoles.
Baltazar Fernández de los Reyes.- Reconocido organista, hizo funciones de reparador y
afinador, en 1596 arregla los dos órganos catedralicios, adicionándolos registros de
dulzainas.
se sabe que Fernández Hidalgo, envió a Europa una importante colección de sus obras para
su impresión, la que infortunadamente se perdió en la travesía, se sabe también que estuvo
en Bogotá (Colombia) donde se conserva una gran parte de sus obras, luego en Quito
(Ecuador), Lima, Cuzco (Perú).
Pedro Villalobos.- Maestro de capilla de la Plata por varios años fue el único caso que trató
inútilmente de lograr puesto en Lima, alrededor de 1650 cometió el error de renunciar a su

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puesto sin tener aún la confirmación de su nombramiento, a pesar de haber sido considerado
como el mejor músico de entonces, no fue recontratado debido a su avanzada edad, para
enseñar a los niños del coro, quedó perjudicado en este ingrato oficio. Su sucesor fue Antonio
Crespo Bruno, de quién se esperaba mayor actividad en ese rubro, la autoridad catedralicia
no obteniendo lo que deseaba, sino cuatro años más tarde con Juan de Cárdenas y el cantor
Manuel Posadas.
Juan de Araujo.- (1646-1712) Nació en Villa Franca (Oviedo España). Llegó a lima aún
niño acompañado de su padre funcionario de la corte virreynal, en tiempos del virrey Conde
de Lemos, como colegial real estudió en la Universidad de San Marcos de Lima, el virrey
molesto por el espíritu de la independencia que poseía el estudiante, lo desterró de la ciudad
de los virreyes, por órdenes mayores ingresó a la catedral limeña como maestro de capilla.
Araujo vivió los años brillantes de la Plata, durante los gobiernos episcopales de Melchor de
Linán y Cisneros, Cristóbal de Zamora y Castilla, Bartolomé González y Poveda, por último
Juán Queipo de Llano y Valdéz. El auge económico fue tal que el cabildo catedralicio por si
solo ofreció suficiente cantidad de dinero para equipar una flota marina, contra el enemigo
pirata inglés que infestaba las aguas de las costas peruanas, La extraordinaria capacidad de
Araujo en la preparación de los niños cantores (seises) dio como resultado una calidad poco
común a sus conjuntos sonoros, que se traduce en la disposición de las voces en sus obras
confiadas a los tiples que tienen a su cargo interpretar melodías muy altas en la voz aguda.
Escribió música religiosa para la iglesia de San Miguel de La Plata, villancicos y chanzonetas
con sabor popular, "Silencio, pasito", "los Caflades de Estleya" etc. Araujo en su escritura y
su estilo tiene gran parentesco con Tomás de Torrejón y Velasco (1644-1728) que escribió
música colonial en el perú, con estilo barroco español como "Regem cui omnia vivunt",
proporcionaban música religiosa a las iglesias, para los servicios litúrgicos rígidamente
estratificadas en las vísperas, maitines y misas. Interpretó obras de Sebastián Durón, Juán
Hidalgo y el maestro de Puebla (México) Miguel Mateo de Dallo y Llano.
Los argentinos Carmen García Muñoz y Axel Roldón en su libro "Un Archivo Musical
Americano", obtenido en su totalidad del archivo catedralicio platence, presenta un catálogo
de 183 partituras de música americana y alto peruana producidos durante la colonia entre los
años 1683 y 1819. Bernardo Illari de Córdoba Argentina. Master en musicología 1995, dicta
conferencias sobre la música colonial barroca latinoamericana, donde hace mención de los
valiosos datos, número de catálogos, título, folio, época, tonalidad, notación y observaciones
sobre las características de la grafía antigua empleados en la mayoría de las composiciones,
además de su transcripción al sistema teórico moderno para su edición como el villancico
“Silencio pasito” de Araujo.

2.2.COMPOSITORES DEL 2º PERIODO COLONIAL


Este periodo se caracteriza por el proceso de cambio del barroco al clasicismo del cual son:
Dominico Zipoli.- Nació en Ponto de Toscana (Italia), el 11 de octubre de 1688, y falleció
en Córdoba Argentina el 2 de enero de 1726. Llegó a América como misionero, compositor
y organista de renombre en las misiones jesuíticas de San Rafael de Velasco, Santa Ana de
Velasco, San Ignacio de Moxos en los Chiquitos, los indígenas se limitaban solo a la
interpretación sin añadir nada, tomando en cuenta como algo sagrado sin poder ser
manipulado por manos profanas, como sub géneros se componían bailetes, villancicos

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negros, y villancicos en lugar de los madrigales europeos. Su actividad musical barroca,
denota que su composición de sus dos misas en Fa M. (kirie, Christe, kirie, gloria, credo y
sanctus), Te Deum de San Ignacio de Moxos para tres voces, fue copiada en 1784 por
copistas potosinos a requerimiento de algunas autoridades eclesiásticas, se descubrió en el
archivo de la catedral de Sucre.
Estanislao Miguel Leyseca.- Maestro de capilla de La Plata, desde 1786 sucediendo a
Franco Revollo trabajó en Oruro y la Paz, al parecer era religioso, usaba el título de doctor,
seguramente en derecho canónico, sus obras para violín son variadas y vigorosas
consecuencia del estilo galante italiano (Rococó), fue traído a América por Roque Cerruti y
Dominico Zipoli.
Antonio Durán de Motta.- Fue llamado por el cabildo platence desde Potosí, para
reemplazar a Araujo, pero éste rechazó el cargo para continuar como maestro de capilla de
la iglesia matríz de la villa Imperial, sin embargo alguna de sus obras se encuentran en el
archivo de la sala capitular de la catedral de Sucre, otras en la colección de Julia Elena Fortun
y algunas en la biblioteca del seminario de San Antonio Abab del Cuzco. Durán parece ser
el iniciador del movimiento de renovación que significó la utilización en forma concertada
de los violines, cuya técnica la denominaron técnica scarlatiana, otros seguidores de esta
renovación fueron: Juan Guerra de Vietma y Blas Tardío de Guzmán en la Plata.
Instrumentos musicales.- Los primeros instrumentos musicales introducidos por los
españoles durante la colonia fueron: las trompetas, pífanos, (flautas) y atabales (tambores),
eran comunes en las expediciones, sus notas daban aliento y marcialidad en la marcha de los
conquistadores, la vihuela muy popular en España llegó como acompañante del español,
cambió de nombre por la guitarra, el violín el fraile de la orden de los ceráficos Francisco
Zolano evangelizó a los nativos, después de atraerlos con los milagrosos sonidos sugestivos
de un violín, el órgano se implantó en las regiones de La Plata, La Paz y Potosí, gestionada
por las órdenes religiosas de mayor importancia. Se intensificó el aporte europeo a través de
calificados artistas, junto a los nuevos instrumentos musicales llegaban también partituras y
libros de música, para la enseñanza individual y colectiva de la población de la nobleza y la
criolla mestiza, hasta llegar a la indígena que llegó a imitar a los instrumentos europeos, con
las fabricadas en la artesanía local que promovieron la música popular. Los Jesuitas
difundieron métodos educacionales para la enseñanza del romance castellano, como las
canciones de cuna, juegos infantiles, villancicos etc. En la música popular profana se
destacan, las tonadas, fandangos, boleros y otros. Los conquistadores y los conquistados, se
influenciaron mutuamente en su sensibilidad artística musical, los nativos fueron atraídos por
las melodías españolas seglares o religiosos, los religiosos en su afán de evangelizar les
hicieron cantar himnos sacros, entonadas en una melodía incaica, como las "misas criollas".
2.3.LA IGLESIA EN SU LABOR PEDAGÓGICA
En la obra "Historia y antología de la literatura", de Edgar Ávila, con referencia a la colonia
dice: "Como era natural, fueron las órdenes religiosas, las que ejercieron un verdadero
monopolio de las labores pedagógicas... quienes sino ellos, los sacerdotes podrán haberse
hecho cargo de impartir instrucción tanto a los españoles, criollos e indígenas".
Los jesuitas, los franciscanos, mercedarios, dominicos se dedicaron a evangelizar a las tribus
de los Chiquitos, el Chaco, Moxos y el Altiplano, donde también enseñaron las artesanías,
cuya actividad se prolongó a todos los pueblos y ciudades de toda la Audiencia de Charcas,

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utilizando la lengua nativa al principio, luego sustituyeron con el castellano. Los religiosos
encargados de las labores pedagógicas efectuaban la enseñanza, con el objetivo de coadyuvar
al establecimiento y la perennidad de una sociedad sumisa al poder español, no permitiendo
el conocimiento de los elementos intelectuales cuestionadores de la validez del orden social
imperante, que favorecían para mantener las diferencias clasistas, no podían proceder de otra
forma, dada su especial mentalidad escolástica, tal instrucción formó una sociedad
marcadamente estratificada:
El hijo del español ensoberbecido en su orgullo racial con muchos privilegios.
El criollo vacilante por su desventaja social reducida por tener sangre indígena por uno de
sus progenitores con menos privilegios.
El indígena esclavizado para trabajar en las minas (mita), en el campo (pongueaje) y los
obrajes (telares).
En este sentido los sacerdotes haciendo diferencias de rango social, dieron el primer paso
hacia la asimilación democrática a través de la instrucción impartida en los colegios y
conventos, que dieron una producción artística, en la arquitectura, escultura, pintura y
música, formando una tradición cultural con matices originales, fusionando los caracteres de
la religión española con las viejas raíces espirituales de la cultura aymara y quechua para
formar los conceptos estéticos de la época, que fueron truncadas con las luchas por la
independencia.
En el siglo XVIII, la situación económica descendió como consecuencia de la caída de la
explotación minera en Potosí, trajo repercusiones económicas negativas, con graves
problemas tributarios, comercio interno y externo, que dieron lugar a la creación del
Virreinato de la Plata con sede en Buenos aires, a la que se incorpora la Audiencia de Charcas
en 1776, a partir de entonces, suceden la parcelación de la economía alto peruana en grandes
unidades provinciales, anquilosamiento (detenerse una cosa en su progreso) del orden social,
la expulsión de los jesuitas por el Papa Clemente XIV partir de 1767. En Charcas en manos
del virrey de Perú Don Manuel Amat y Yunyet, se realizó la expulsión sin escándalo y la
mayor premura en el menor plazo posible ante los ojos atónitos de los indios,
momentáneamente, colegios, universidades y misiones quedaron en gran confusión y
abandono
El movimiento insurreccional indígena por los Katari, en Chayanta, Julián Apaza (Tupac
Katari) en Ayo Ayo, y Tupac Amaru en el norte provocaron levantamientos con
características de una revolución.
Bajo la tutela de la iglesia y de algunos poderosos latifundistas, las artes fueron
desarrollándose como la arquitectura del "Barroco Mestizo", con suntuosas decoraciones en
la ornamentación con representaciones del sol, la luna y las sirenas, con frecuencia en Potosí
los templos de San Lorenzo, Salinas de Yocalla, Manquiri, Cayara, etc. también figura en
retablos en el interior de los templos, identificando el astro sol con Dios padre recuperando
así su antigua categoría de deidad incaica, como lo muestra la iconografía religiosa en muchas
iglesias como la iglesia de Colquepata en (Perú), y Viacha en (La Paz) que cedió ante el "Neo
Clásico", como la catedral de Potosí, obra del lego franciscano Manuel de Sanahuja. En la
pintura, Gaspar de Ríos, prolongó un tanto la gloria del Barroco Mestizo, con una técnica
heredada de Pérez de Olguín.

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En la música, se vislumbra este proceso de cambio mediante dos cultores de primer orden:
Juan Butrón en La Paz; Manuel meza y Carrizo en Chuquisaca, continuaron con la música
sacra con fin de mantener el legado de la tradición de los anteriores periodos, acorde a los
principios neoclásicos de la escuela de Mannheim (escuela alemana moderna de 1750, que
proclama la cantabilidad de la música instrumental).
La concepción musical de Manuel Meza y Carrizo se caracteriza por su escritura violinística
rica y vigorosa, consecuencia inmediata del estilo galante de la escuela italiana - alemana en
donde se anuncia un cierto carácter motivista, como (leiv motiv) especialmente en sus
sistemas populares y folclóricas, en esta época el folclore se manifiesta canalizando sus
características regionales hasta formar su propia expresión musical, comenzando a perfilarse
en base a la adaptación de la escala musical heptatónica de siete sonidos, en íntima fusión
con el pentatonismo regional.
Por la misma razón se transforman los instrumentos musicales en autóctonos construidos
para imitar a los usados por los colonizadores, como el charango (imitación a la guitarra),
con caja de resonancia con el caparazón de quirquincho, los artesanos mestizos e indios
construyeron en diferentes lugares de la región: arpas, flautas, violines y otros.

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