Origen Del Océano
Origen Del Océano
El océano y la atmósfera son dos ambientes que aunque suelen tratarse de manera
independiente, se encuentran íntimamente relacionados si se tiene en cuenta que por sus
componentes químicos, el origen de ambos parece ser el mismo. Para entender este proceso es
importante comprender cómo fue el origen del universo.
La hipótesis más aceptada indica que hace aproximadamente 15.000 millones de años la energía y
el espacio del universo estaban concentrados en un solo punto a partir del cual ocurrió la “gran
explosión” o “big bang”. Unos 10.000 años después del estallido, el enfriamiento de la materia en
expansión permitió la formación de los primeros átomos de hidrógeno, gas indispensable para la
futura formación del agua y por supuesto de la vida. Al cabo de unos 400.000 años el hidrógeno
empezó a condensarse formando nubes (futuras estrellas), en cuyo centro el efecto de la gravedad
y las elevadas temperaturas generaron la fusión del gas en helio, lo que a su vez generó la emisión
de luz. A partir de estas reacciones en los núcleos de las primeras estrellas, se formaron todos los
elementos químicos que actualmente están presentes en la Tierra.
Hace 5000 millones de años se formaron el sistema solar y sus planetas. Al comienzo eran tan solo
polvo estelar y gases que giraban alrededor del sol. Poco a poco se formaron los cometas,
asteroides y planetas que continuaron orbitándolo. La Tierra fue enfriándose y la corteza terrestre
se solidificó. Debido a la intensa actividad volcánica y a la caída de meteoritos, que permitieron
que gases de la capa superior de la corteza se escaparan, se formó una atmósfera cuya
composición química era bastante diferente a la actual.
La evidencia científica indica que fueron estos compuestos y las condiciones atmosféricas de aquel
momento las que generaron el entorno propicio para el origen de la vida. Las primeras formas de
vida eran microscópicas y unicelulares y fue a partir de ellas
que evolucionaron los diferentes organismos. La atmósfera en este periodo contenía poco oxígeno
libre y en su lugar había una gran presencia de dióxido de carbono, vapor de agua, metano y
amoníaco, condición ambiental que resultaría fatal para los organismos actualmente. Con el
surgimiento de células fotosintéticas se absorbió dióxido de carbono que, junto con el agua, se
transformó en materia orgánica gracias a la ayuda de la energía solar. Este proceso favoreció la
liberación de oxígeno y con ello la modificación de la composición atmosférica.