0% encontró este documento útil (0 votos)
7 vistas

Oh Caperucita

una historia con doble sentido para concientizar sobre las adicciones

Cargado por

paularoblox2009
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
7 vistas

Oh Caperucita

una historia con doble sentido para concientizar sobre las adicciones

Cargado por

paularoblox2009
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 2

“Oh caperucita”

Había una vez una pequeña chica de 15 años que vivía en el bosque con su abuela, la chica era
una persona alegre que le gustaba hacer feliz a los demás y se preocupaba por todos, esta chica
tenía un hermoso cabello color café que resaltaba con los rayos del sol, ojos color verde como
las hojas del pequeño bosque donde vivía y una pequeña capucha que la distinguía de los
demás, esta era un color rojo como el vino y tan larga como una bata, ella era llamada
“Caperucita roja”. La chica era realmente feliz con su modesta vida en el bosque, no era de
extrañar que fuera tan amable, pero... algo ocurrió, ella ya no era la misma, simplemente se
sentía diferente. Volvamos un poco atrás en la historia, a unos meses antes de la tragedia.
“Caperucita roja” un hermoso nombre que se habría ganado a lo largo de los años, caminaba
por el bosque en busca de algo nuevo ya que su abuela le tenía la estricta regla de no salir de
casa cuando ella no estaba, obviamente caperucita roja siendo una chica curiosa por el mundo
que la rodeaba no se quedaría con los brazos cruzados a escuchar a su abuela y saldría a pasear
y explorar cuando su abuela no se encontrara en casa. Uno de estos días en el que caperucita
roja exploraba un nuevo lugar escucho a un par de animales hablar en una pequeña parte del
bosque, ellos hablaban de un dios que te otorgaba la felicidad eterna con la condición de probar
de “su fruta sagrada”, caperucita algo intrigada por lo que estos “animales” decían decidió
ignorar y volver a casa pensando en decirle de esto a su abuela, pero... caperucita no se movía...
¡ohh que casualidad! Caperucita se había encontrado con su amigo de hace tiempo “el lobo” el
cual no había visto por mucho tiempo, tras una reconfortante platica el lobo le dice a caperucita
que él ha ido con un dios que le ha dado de una fruta sagrada y que desde ese día él ha sido
más feliz, caperucita aún más intrigada por lo que todo mundo decía decidió visitar aquel lugar
tan especial que estaba en boca de todo mundo, ¡claro! con su amigo el lobo guiándola, ¿qué
haría caperucita sin su amado amigo? Al adentrarse al paraíso caperucita notaba algo, este
lugar era tan hermoso y colorido con grandes plantas por doquier y un olor tan delicioso que
sería difícil de describir. Caperucita no había encontrado un lugar como ese antes por lo que se
preguntaba por qué su abuela le había escondido ese lugar tan maravilloso. Al caminar por esta
extraña parte del bosque caperucita observaba a los animales que se encontraban ahí, animales
sumamente grandes y hermoso con pelajes tan brillantes y piel tan tersa como la de un bebe
¡era genial! Caperucita estaba encantada. Tras recorrer un largo camino con su amigo el lobo,
por fin habían llegado con aquel dios que les prometía la felicidad eterna, él era un “León” -
Oh león, tú que eres el grandioso dios de este lugar, ¿me podrías otorgar algo de tu fruta sagrada
para mi gran amiga de la infancia? -Dice el lobo, El león tras observar a la pequeña chica
muestra una gran sonrisa y responde, - ¡Pues claro que si mi gran amigo, todo mundo merece
el paraíso y la felicidad eterna! -Tras decir esto el león le arroja una pequeña fruta a caperucita
y le dice -Vamos puedes probarlo, al fin y al cabo, esto es la felicidad que tanto te mereces-
dice el león con una sonrisa tan grande y punzante que te podría atravesar el corazón. Tras
escuchar esto caperucita muerde la fruta.
Los días iban pasando y caperucita tras probar una sola vez esa fruta quedo tan fascinada por
la forma en la que veía el mundo que iba a diario por más fruta, cada vez más y más y así por
un largo tiempo. Oh caperucita, has cometido un grave error, pobre chica, brillabas tanto a la
luz del sol que ahora parece que te encuentras bajo la luz de la luna.
- ¡Caperucita, hija mía, te he traído postres dulces y delicioso especialmente para ti ya que te
has estado sintiendo mal, espero que esto te ayude! -Le dice su abuela preocupada por su
bienestar, ya que caperucita, había estado cada vez más desanimada y sin ganas de salir, algo
muy raro en su pequeña nieta. - ¡Iré por algo de hiervas al pueblo, te hare un remedio casero
que te levantara los ánimos en un santiamén, espérame! -Le dice la viejecita y sale de la
pequeña cabaña. Caperucita al escuchar salir a su abuela corre a la mesa y come con una gran
rapidez los postres, como si no hubiera comido algo en mucho tiempo, a pesar de devorar todo
lo que se encontraba en la mesa, caperucita necesitaba más, por lo que decidió salir de casa con
la esperanza de conseguir algo de fruta sagrada que le daría felicidad. Caminó y caminó por un
largo tiempo hasta que encontró a su amigo el lobo moribundo recostado en la pequeña grieta
de una piedra, caperucita se acerca a él, pero no con intenciones de ayudarlo, sino con
intenciones de encontrar algo de la fruta sagrada, caperucita ya no era la misma, ya no era la
pequeña chica dulce y amable que todo mundo conocía sino una persona avariciosa y cruel que
daría todo por obtener la felicidad, ella parecía una persona sin rumbo, casi como un zombi,
siguió caminando y caminando sin percatarse que el largo camino que recorría ya no era un
lugar colorido y lleno de animales hermosos, si no, un lugar lleno de plantas marchitas,
animales hasta los huesos al borde de la muerte y un olor a putrefacción intenso en todo el
lugar, pero, qué más da, caperucita seguía caminando sin ver atrás.
-Oh, Jo Jo Jo ¡caperucita, has vuelto! ¿cómo te ha ido en tu nueva vida con mi fruta sagrada,
te gusta? -Le dice el león con una sonrisa. Caperucita solo extiende su mano con una mirada
moribunda y sin vida, -Ya veo lo que quieres pequeña caperucita, te lo daré, pero a cambio
quiero tu capucha roja como el vino. -Le dice el león con una sonrisa espeluznante, caperucita
sin pensarlo se la da y al momento aparecen grandes cantidades de fruta sagrada, ¡es
muchísima! -Dice caperucita y le agradece al león caminando alegremente hacía la fruta. El
león se da la vuelta y se recuesta en un pilar, - Que desperdicio –Dice el león mirando a los
demás pilares donde se encuentran las estatuas de otros “animales” el sapo, la serpiente, el
lobo, el caracol, el jabalí y el mono, el león cierra sus ojos y se convierte así en una estatua
más.
“Días después un cazador que pasaba por aquel extraño lugar reportó ver el cuerpo en
descomposición de una chica, lo más extraño es que asegura que la chica se encontraba
alrededor de frutas podridas”.

-Con esta historia pretendo dar a entender que no todo lo que te dicen es bueno, entrar en ese
mundo es fácil, pero salir es muy difícil, si te sientes mal por alguna razón y piensa entrar a
esos lugares, platícalo con alguien de confianza, no estamos solos, juntos podemos ayudarte.

También podría gustarte