File f1e0c
File f1e0c
by
Doctor of Philosophy
(Spanish)
at the
UNIVERSITY OF WISCONSIN-MADISON
2017
The dissertation is approved by the following members of the Final Oral Committee:
Ksenija Bilbija, Professor, Spanish
Luis M. Madureira, Professor, Portuguese
Víctor Goldgel-Carballo, Associate Professor, Spanish
Ellen W. Sapega, Professor, Portuguese
Alberto M. Vargas, Associate Director, Latin American, Caribbean and Iberian Studies
i
Agradecimientos:
Quisiera empezar diciendo que mis primeras gratitudes y afecto son para Ksenija Bilbija por
haberme abierto su puerta cuando más yo lo necesitaba. Ksenija me hizo encontrar nuevamente
la dicha por la investigación académica, animándome a encaminar este proyecto que hoy es ya
también mi futuro.
A Luis M. Madureira por su ilimitada ayuda, por enseñarme su sabiduría humana, por compartir
también su devoción por la filosofía y conversar además sobre tantas cosas relevantes.
A Víctor Goldgel-Carballo por ser para mí un ejemplo académico, por darme invaluables
consejos sobre la escritura y la investigación que hicieron aún más posible este proyecto.
A Ellen Sapega y Alberto Vargas les agradezco sumarse a este proyecto con la motivación de
ayudarme humana y académicamente; dos personas a quienes admiro por tantas buenas razones.
A todos mis buenos amigos y amigas de Van Hise que durante estos ocho años han tenido tanta
paciencia con mi cubanía (o mi cubanidad), sé que no les ha sido fácil. A Priya Ananth (gran
amiga y gran ser humano) y a Sarah Rolek por ser dos tías más para mis hijas. A Arsenio Cicero
y Saylín Álvarez, porque compartimos muchas más cosas que nuestra lejana tierra.
A Orlando Ramos, a Pablo Armando Sánchez, a Michel Lorenzo, a Eric Polanco, Amílcar Pérez,
a todos mis amigos de Honduras, a Bea, Betty y Sasha, a Gabriel Ramos—éste último me dio
tanto apoyo y no pudo ver terminado este proyecto.
A mi familia: mis abuelos René Valmaña y Ricardo Presas, quienes me enseñaron la historia y la
literatura, a mis abuelas Rosa Bardales y Olga Grau que me dieron mucho sin darse cuenta. A mi
tata, Dolores Pérez que siempre estuviste y aún estás, a mis tíos Olga y Andrés por haberme
cuidado cuando más lo he necesitado. A Viena por siempre quererme tanto. A tío Ricardo por
acogerme en mi llegada a este país. A tía Rosamaría y Alain. A Franie, Colin y Daniel. A toda
mi familia de Los Ángeles (Delmis, Muso, Delmita, Humbertico, Pablo Renier y los niños).
A mis hijas Valentina y Gaïa, sabias, guerreras, diosas, musas y mis compañeras más fieles de
tanto amor. A ustedes dos dedico este trabajo.
A mi esposa Blanca Catalina, mi Cata, mi Reina porque tanto no podría haberse hecho sin ti, tu
amor, tu confianza y tu firmeza me han dado siempre la lucidez de entender mucho mejor mi
vida, que es siempre más tuya que mía. Gracias por siempre quererme y por hacerme mejor.
Índice
Introducción
La cultura afrodescendiente y su (auto)representación en
Argentina, Chile y Uruguay 1
III. Otras imágenes sobre “el negro” y “el mulato” en la ficción chilena 121
5. Bibliografía 202
1
Introducción
Uruguay
de España, estas tres naciones se constituyen bajo un orden fundacional que articula la
ausencia del legado africano en las respectivas culturas nacionales, favoreciendo así un
sistema social que propone “lo europeo” como arquetipo del progreso (Sagrera, 178-179).
Sin embargo, contrario a lo que pudiera inferirse, en estos tres países del Cono Sur hay
Aclaro que no incluyo a Paraguay en mi disertación, siendo la otra nación integrante del
sido negada de manera enfática por esos discursos de la blanquedad que existen en
campo de estudio y dejar para más adelante esta investigación que igualmente encuentro
necesaria.
afrouruguayo en sus países ha sido la creación de una literatura que refleja temas
históricos, sociales y culturales para emplazar su influencia en los procesos que moldean
identidad. En cuanto a esa impronta afro-cultural en el Cono Sur, pienso que aporta tres
directamente con el poder político del país, 2) en Chile se manifiesta como una
recuperación que aboga por la reinserción de su identidad como elemento de una nación
más heterogénea, 3) en Uruguay es una autoridad cultural que logra no ser desestimada.
Estas tres características deben ser entendidas como la práctica espontánea de una
actividad ética que cuestiona la situación existencial del afrodescendiente en los espacios
de la cultura nacional. Una actividad que reestablece los valores humanos que
actividad estética y, más importante aún, que se legitime su responsabilidad histórica con
3
ficción, poesía, testimonio, ensayo, periodismo, etc.—para discutir con esos poderes
oficiales que objetan su existencia. Esta incidencia se da como una reivindicación cultural
afrouruguayo, pero también define las múltiples contribuciones sociales que ellos hacen a
nacional en los países del Cono Sur. En la literatura y la historiografía que los
un concepto más extenso de nación. Por una parte, estas obras se sitúan como elementos
propios de una cultura literaria y por otra se emplazan como contextos intelectuales de
en los primeros diecisiete años del presente siglo XXI, se creen asociaciones como Oro
conservan una estructura conforme al orden oficial que se requiere para este tipo de
comunidad, éstas ahora han adoptado un orden más oficial que las identifica con patrones
de índole más administrativos. Es en este mismo período de principios del siglo XXI y
por diversas razones, que esos otros colectivos se han encaminado a distinguir el valor de
investigación cumplen con su función desde una posición comprometida, pero a veces no
renuncian a una visión eurocéntrica. Pienso que este evento debe tomarse en cuenta,
que influyen también en la circunstancia del afrodescendiente ante su realidad. Sobre esta
escribe:
hegemónico por parte de los poderes institucionales y estatales. Al existir una división de
tendencias que se oponen en el campo de las ideas, son más controlables desde esa propia
contraposición. Asimismo, son también más influenciables por esas mismas hegemonías,
porque ellas establecen factores de manipulación para antagonizarlos. Son numerosas las
se abandona una posición eurocéntrica al reseñar este componente de la cultura del Cono
[i]n recent years, Argentina has gone from underselling its African roots to
rediscovering them, as academics, archaeologists, immigrants and a
nascent civil rights movement have challenged the idea that African and
Argentine are mutually exclusive terms” (Luongo) [Énfasis mío].
periodista escribe una reseña sobre ciertos lugares de atracción e interés turístico en
cultural que deben ser abordados con determinada seriedad; sin embargo, caen víctimas
como vestigio esencial de la cultura y el acervo histórico en países como Argentina, Chile
y Uruguay. Pienso que la reflexión de Luongo está influenciada por esa idea de entender
inconcebibles en lugares insospechados. Creo que la reseña que hace este periodista
puede relacionarse a esa visión exótica que el individuo occidental tiene del Oriente
Medio—lo que analiza Edward Said en Orientalism (1978). La inexperiencia cultural que
expresa Luongo le hace dudar que el tango tenga raíces africanas. Su perplejidad quizás
se sitúe en esa “sensualidad de salón” que se le achaca al tango comercial, pero no le hace
argentina. Por ejemplo, existen los estudios1 de Ernesto Sábato (1911-2011) y Jorge Luis
este tema aparece explicado en Cosas de negros (1926) de Vicente Rossi (1871-1945),
que analizo en el cuerpo de esta tesis. De igual manera, para profundizar en esa idea de
1
Los estudios que hacen Borges y Sábato sobre el tango se han publicado en El idioma de los argentinos
(1928) y El tango. Cuatro Conferencias (2016) del primero y Tango: discusión y clave (1963) del segundo.
El título de más reciente publicación de Borges recopila unas conferencias que estaban perdidas y que
afortunadamente se encontraron.
7
Sin embargo, Luongo no menciona estudios más recientes hechos por intelectuales
Alejandro Frigerio (2008), Norberto Pablo Cirio (2009), y otros como el de Lea Geler
necesita ser “redescubierto”, así como lo expresa Luongo, sino más bien entendido como
partícipe de los procesos culturales de Argentina, pero también en otros países del Cono
Sur como Chile y Uruguay. Mi tesis define que uno de los legados del poscolonialismo es
o región que no dejan de ser evaluados con una mentalidad eurocéntrica. Incluso, muchas
veces ocurre que no sólo el analista extranjero produce evaluaciones siguiendo ese mismo
modo de análisis, sino que también ocurre que las personas oriundas de un país hacen
igualmente este tipo de valoraciones. Este incidente ha sido parte de un proceso histórico
que rechaza otras identidades en el continente, pero pienso que se exacerba en la región
del Cono Sur. Al analizar este problema, la filósofa Ofelia Schutte escribe,
Where the conditions for imperial activity have existed, hegemonic groups
and nations throughout known history have exerted such power over
others. In our own times, the one superpower (the United States) exerts its
force and influence throughout the world to dominate world values in
terms of its own schema of understanding history and progress. The
tendency of dominant cultures to impose their own values on others
throughout their own spheres of influence makes it all the more imperative
for Continental philosophy to sharpen its critical tools with respect to the
analysis of Eurocentrism and other powerful instruments of the cultural
colonization of others (e.g., Anglocentrism) (155).
8
obras literarias e historiografías que pretenden explicar el proyecto inicial de estos países
Con el paso del tiempo, esas ideas aún permean los discursos sociales de estas naciones y
pasan a ser un falso paradigma de la cultural nacional. En los textos fundacionales que se
producen en estos tres países, después de lograr la independencia del poder colonial
presentan los “padres de la patria”. Por ejemplo, en el proyecto de nación que idea
las razas en América (1883). Otro ejemplo evidente de este fenómeno es Bases y puntos
Bautista Alberdi (1810-1884), texto que se convierte en la primera constitución del país y
en el que el autor acuña el lema político “gobernar es poblar”. No obstante, esa noción de
embrutecer, cuando se puebla con chinos y con indios de Asia y con negros de África”
9
afrodescendiente de la distribución social del país, ya que, por ejemplo, en el año 1866 se
publica el Almanaque del periódico Las Novedades, en el que el periodista José Plácido
Sanson escribe, “En Chile no hay negros. Valparaíso, en sus relaciones marítimas con
todos los países del mundo, era la única ciudad que los tenía, no escediendo (sic) de 90 en
1842” (27). Sin embargo, el historiador Rolando Mellafe explica que en el año 1620
había en Chile 22.500 negros africanos y sus descendientes viviendo en todo el territorio
que comprendía al Reino de Chile (223-225), demostrando así no sólo la presencia del
esclavista.
de esclavos africanos para ser subastados y vendidos en toda la extensión de las colonias
españolas de América del Sur. A mediados del siglo XIX en Montevideo la población
afrodescendiente era superior al cincuenta por ciento, como explica Juan Villegas
los efectos de la segregación. De estos tres países, es en Chile donde más se ha negado la
presencia cultural afrodescendiente. Por ende, esta característica hace que en el país
social fundado en el estricto elitismo que las personas hacen con respecto a su
Chile y Uruguay, por diferentes razones estos países comparten un discurso histórico-
10
indio. Esos discursos de blanquedad explicaban el progreso socio-político del país desde
ser educada por ser intelectualmente limitada (Terán, 75). Por contraparte, en el caso de
Uruguay esto ocurre de manera solapada, por ejemplo, a mediados del siglo XX al país se
le nombra “la Suiza de América” para distinguirla de otros países en América Latina por
sus avances económicos e infraestructura. Sin embargo, esa denominación distingue sólo
La idea de una “Suiza de América” se conecta a esa élite que con el tiempo obtiene el
control económico y político del país; como consecuencia, ésta destaca por una marcada
diferencia social a diferencia del resto de los ciudadanos relegados que conforman la
nación (De Sierra, 430-434). Existe un problema obvio con la inclusión y afirmación del
afrodescendiente en la cultura de estos tres países del Cono Sur. Sin embargo, resistiendo
crean una cultura literaria que articula la gestión ética de emplazar su identidad. De igual
manifestar una noción diversa en el concepto parcializado de nación que existe en estos
afrodescendiente a los procesos culturales de estos tres países. Como explico, dicha
afrodescendiente. Por eso, comparo la imagen que se crea del “negro” en esas
historiografías y obras literarias que hacen los “padres de la patria”, con la representación
Esta disertación dialoga con los pocos estudios críticos que existen sobre esta cuestión.
Creo que el diálogo se hace necesario porque observo que hay investigaciones que
examinan de una manera incompleta la esencia del afrodescendiente en estos tres países.
Mi estudio se sitúa en el campo intelectual para dar respuesta a problemas que aún se
mantienen sin análisis cuando son examinados y que por otra parte se investigan con una
aproximación metodológica errónea. Por ejemplo, la crítica literaria que hacen Marvin
Negritud2. Sin embargo, ninguno de los dos aclara los fundamentos teóricos de este
concepto. Asimismo, pienso que al examinar esta cuestión reducen el impacto cultural del
afroargentino en su país. Creo que ambos críticos caen en un error al someter la identidad
modulan aspectos del pensamiento cultural en los tres países. Pienso que la función de
Argentina, Chile y Uruguay. Sobre esta idea de “noción crítica de la historia” que aquí
indico, tomo el concepto filosófico que Friedrich Nietzsche (1844–1900) concibe del
historiador. La definición que el filósofo alemán hace sobre este concepto ayuda a
If he is to live, man must possess and from time to time employ the
strength to break up and dissolve a part of the past: he does this by
bringing it before the tribunal, scrupulously examining it and finally
condemning it; every past, however is worthy to be condemned — for that
is the nature of human things: human violence and weakness have always
played a mighty role in them (75-76).
disolución del pasado que explica Nietzsche, al hacer una literatura que lo sitúa como
sujeto ético ante el rechazo que experimenta. Con la representación que proyectan de sí
2
El concepto de Negritud, que explico detalladamente en mi tesis, fue creado por Léopold Senghor (1906-
2001), Léon Damas (1912-1978) y Aimé Césaire (1913-2008). Dicho concepto plantea una afirmación
existencial de la identidad afrodescendiente.
13
históricos eurocéntricos que describen la nación. Al crear una literatura propia, establecen
un diálogo con esos discursos de la blanquedad y en ese mismo proceso se sitúan con un
sobre su propia identidad. Existe una cultura afroargentina, a finales del siglo XIX, que
embargo, pienso que más que asociar la noción de Negritud con el acervo intelectual
como un proceso escriturario de re-constitución que destaca el origen e impacto que tiene
progreso socio-cultural del país. En el año 1875 había en Buenos Aires más de cuatro
periódicos de tirada constante que duraron hasta el año 1884, dirigidos y escritos por
afrodescendientes (Cirio, 29-32). Del mismo modo, entre los años 1873 a 1889 la prensa
afroporteña publicó más de veinticinco periódicos diferentes, los cuales sólo tuvieron uno
o dos números (Cirio, 32-34). En los últimos años del siglo XIX hubo la participación
un diálogo abierto con esas ideologías que presentaban la idea de Argentina como una
Argentina. De ambos analizo la poesía que escriben para estos periódicos y también en
libros que publican, para comparar sus puntos de vista con respecto a los de estadistas de
siglo XX, son los payadores afroargentinos los que funcionan como estandartes culturales
éstos, Ezeiza adquiere renombre al convertirse en el payador más versado en este arte, no
sólo por su destreza musical, sino por su intelecto y la propuesta de sus canciones
inicios del siglo XX está influenciado por la presencia de los payadores afrodescendientes
que contribuyen a ampliar la cultura musical del país y que, con el sentido que dan a sus
otros. De ellos examino las letras de Ezeiza para situar la crítica social que él establece en
sus composiciones.
Santiago Vega (1973), al cual debe prestársele atención a su escritura sobre la imagen del
disertación. Dos novelas de Cucurto, Cosa de negros (2003) y 1810. La revolución vivida
por los negros (2008) tratan el tema de la inmigración dominicana, peruana, paraguaya y
independentista. Ambas novelas elaboran una visión irónica del afroargentino para
exponer los cambios culturales que enfrenta la ciudad bonaerense a principios del siglo
XXI. Además, para representar así la identidad histórica del afrodescendiente en Buenos
del “negro”. No obstante, Chile es la nación que más esclavos africanos importó en el
indígena para continuar con esa falacia popular sobre la inexistencia del
afrodescendiente. Aclaro que, no por ello pienso que Bunster y Latorre son autores
prejuiciosos, pero sí creo que son partícipes de esa incongruencia que expresa una
blanquedad absoluta en Chile. Por contraparte, hay otros escritores de igual ascendencia,
Pino (1877-1921) que contrarrestan en sus obras la idea de la ausencia de una población
héroe nacional de la república. Considero que esa idea de puntualizar en la novela que el
mulato es tío del “padre de la patria” muestra la veta paródica de Santiván, al sugerir que
esa blanquedad europea en Chile está matizada por un mestizaje más diverso y
social chilena también investigo los testimonios que las mujeres afrochilenas hacen para
recuperar espacios que les son necesarios. Creo que, con sus testimonios, las
afrodescendientes manifiestan una contracultura que disiente de ese poder social que
afrochilena impulsa, con las explicaciones y matices personales que exterioriza, la propia
prácticas sociales que enriquecen a la nación. El caso de la mujer afrochilena implica que
concluir este capítulo, pienso que el colectivo Tryo Teatro Banda presenta una
nación. La obra introduce a Bebelumba, un africano que llega a Chile como esclavo y que
17
protagonista se sitúa como ejemplo incuestionable de los avatares que experimenta esa
producción escrita de los afrouruguayos, que incluye estos géneros mencionados. En gran
presencia de una protesta social contra la discriminación y también como una forma de
explícitos de una cultura material, pasan a la poesía para expandir una serie de imágenes
que reproducen la esencia afrodescendiente en Uruguay. La fiesta del candombe hace una
transición del carnaval a la poesía para mostrar esos ámbitos de la cultura afrouruguaya
que están presentes en la impronta que ésta deja en el país. Examino la obra de poetas
2002), Juan Julio Arrascaeta (1923 - 1988), Héctor Raúl Mene (1934), Beatriz Santos
Arrascaeta (1947), Cristina Rodríguez Cabral (1959), entre otros. Estos poetas escriben
sobre el candombe para manifestar una poesía que comprenda la cultura de la comunidad
general, la poesía del candombe integra a todos los uruguayos, sin distinción de razas,
credos u otro tipo a entender que la noción de la identidad nacional no puede estar
18
separada del candombe como actividad social que incluye tradiciones, especificidades,
representaciones y actos que son parte de la generalidad del pueblo uruguayo. Asimismo,
el tema poético del candombe funciona para tratar contenidos que están ligados a la
De igual manera, las poetas representan a la mujer afrouruguaya con un don discursivo
que intercede por un sentido de igualdad para todos los ciudadanos en las esferas políticas
y sociales de la nación. Algo que debe considerarse sobre este último punto es que la
poesía feminista afrouruguaya no sólo establece un discurso que intercede por la posición
para todos los uruguayos, tal como lo presentan en sus obras las poetas Brindis de Salas,
Andrade (2003) del escritor afrouruguayo Jorge Chagas (1957). Esta obra utiliza la figura
histórica del futbolista Andrade (1901-1957), para exteriorizar como el mito popular que
representa como el afrouruguayo que le dio un título mundial a su país, ante la presencia
mismo a una vida trivial en Europa—renunciando a su comunidad. Chagas trata los temas
los ídolos populares y las tradiciones afrouruguayas para presentar una historia que
histórica a la que han sido sometidos. Hallo en extremo favorable que la impronta
afrodescendiente en estos tres países del Cono Sur esté en un proceso de expansión, ya
personaje de Omar Obaca. En el transcurso del año 2015 ocurre un evento en Argentina,
se postula para ser presidente del país. Dicho suceso se convierte en un fenómeno popular
porque Obaca se autodenomina como “el primer presidente negro del país; por ello
alcanza a tener 20, 500 seguidores en Twitter (septiembre, 2016) y 50, 791 en Facebook
personaje de Obaca es una sátira política ingeniada por uno de los primeros canales de
concibió un spot cómico en el que Obaca se postula para ser presidente. Según comenta
Gloria Vailati, una de las fundadoras del canal—en un reportaje de la periodista Laura
Reina para La Nación—la idea se concibió como una miniserie, para burlarse de la actual
Argentina (Reina). De este evento, tomo la figura estereotípica de “el negro” argentino
que reclama no sólo un lugar, sino el más importante en su nación. El crítico literario W.
necesario,
21
We all know that stereotypes are bad, false images that prevent us from
seeing other people. We also know that stereotypes are, at a minimum, a
necessary evil, that we could not make sense of or recognize objects or
other people without the capacity to form images that allow us to
distinguish one thing one thing from another, one person from another,
one class of things from another (296)
El análisis que Mitchell plantea funciona para entender ese espacio estereotípico
perspectiva más chocante. Por una parte, expresa la aparición de una identidad que,
juega a someter a juicio el establishment político argentino del siglo XXI. La palabra
la calificación del pobre, del emigrante del campo, del obrero o jornalero que está abajo
hace alusión directa al movimiento obrero del 17 de octubre de 1945 que desfila por
Buenos Aires pidiendo la liberación del coronel Juan Domingo Perón (1895-1974), quién
después se convierte en líder de ese movimiento y del propio partido peronista. El cuento
disparidad social en Argentina a mediados del siglo veinte y los albores de la dictadura
desempeño histórico de los gobiernos en la Casa Rosada. Los spots de la campaña del
22
Aires, más que una broma, tienen una doble repercusión. Después de experimentar los
el diario Clarín que, “[E]l hombre que quiere ser el primer negro en gobernar Argentina
la burla que lo caracteriza, el personaje de Obaca pretende salvar la nación, jugando a ser
el Obama argentino que rehabilite el porvenir político de ésta. En los spots televisivos y
los afiches que ostentan las letras de su nombre se ve ondear las banderas de Argentina y
tierra, pues sugiere interpretársele en ese juego semiótico que une al apellido del
sudamericanos y, acaso por extensión, por ser además negro en un país como Argentina.
La broma de Obaca cuenta con esa idea que le infunde la propia composición de diversos
indeleble de su identidad nacional. Creo que el reconocimiento público que Obaca recibe
paródica de lo argentino. Los gestos y dicharachos que Obaca emplea lo hacen destacarse
23
como parte esencial de esa idiosincrasia popular que distingue a la cultura nacional y que
Obaca crea, porque sin duda evidencia como el negro se incorpora a esa propia noción de
identidad nacional que expresan tanto los admiradores como los detractores de este
unos disfrutan del curso de la broma, otros la repelen. Por ejemplo, Obaca ha sido objeto
alega que sus spots “estereotipan, ridiculizan y estigmatizan a los afrodescendientes del
representa la figura de Obaca es polémica. Según Pita, esa caricatura del negro trivializa
la esencia de una cultura minoritaria que aún lucha en Argentina porque se le reconozca.
Por otra parte, pienso que si la repercusión de Obaca causa tanto el debate crítico como la
The question of what is to be done with racial stereotypes clearly does not
become any easier when they are considered in the framework of a model
of pictorial vitality and desire rather than power. If stereotypes were just
powerful, deadly, mistaken images, we could simply ban them, and
replace them with benign, politically correct, positive images. As I have
noted many times, however, this sort of straightforward strategy of critical
iconoclasm generally succeeds only in pumping more life and power into
the despised image (298).
24
argentino que observa la sátira de Obaca entra en contacto con una historia política, con
que José Hernández (1834-1886) hace de éste en El gaucho Martín Fierro (1872) y en La
primera parte, Martín Fierro es el verdugo de la muerte de “el negro” luego de citar
sarcásticamente,
El refrán racista aparece como una cita ajena a la controversial payada que Martín
Fierro y su oponente entonan como preámbulo catalizador a la pelea que acaba con la
muerte de “el negro”. No obstante, Hernández ubica en un mismo espacio social a los
representa en la escena del poema. Así “el negro” y Fierro ocupan un lugar propio en su
filosóficamente, no sólo esa igualdad entre unos y otros que revela Hernández, sino que
25
Esa equivalencia entre ambos personajes manifiesta que gauchos y “negros” son
parte de un mismo sistema de relaciones en la Argentina de finales del siglo XIX. Por su
encontraban, en la escala social, infinitamente más próximos entre sí que lo que pudieran
de la nación.
descubrimiento que facilita el conocimiento, “A Discovery is, as the very word implies, a
change from ignorance to knowledge” (1465). En este caso la traducción moderna que
usa el verbo descubrir proviene del griego antiguo (ἀναγνώρισις) o anagnórisis que
este caso con una parte vital de la historia nacional, con la expresión de la idiosincrasia
intuition that the disclosure of hidden knowledge can trigger a change in practices and in
suspicion that not all is right with the world one has fully accepted in practice” (107)
individuo descubre que los márgenes que definen contextos culturales determinados se
expanden para desarrollar otros juicios valorativos epistémicos sobre la realidad que se
define la relación del negro con su entorno popular aparece ahora transfigurada por el
reconocido, desde la broma o la crítica, como alguien más en esa conformación colectiva
que recupera los espacios de concurrencia cultural y social en la nación. Creo que más
que trivializar una cultura, como Pita arguye, es substancial ese proceso de identificación
cultural en el cual el ciudadano afroargentino conquista ahora un lugar que antes no tenía
que quiero fijar mi análisis en este capítulo. Por ejemplo, el carácter social momentáneo
que adquiere el personaje de Obaca me interesa como modelo esencial para articular la
tesis que aquí presento, ya que examino la circunstancia histórica que el afrodescendiente
27
argentina. Para elaborar mi hipótesis, distingo primero el perfil estético de dos poetas
(1856–1928) ya que ambos presentan una poesía cargada de imágenes que somete a
juicio la ideología presente en la nación, cuya hegemonía racial intenta separar al negro
claro ejemplo de esa política racial en los mecanismos de poder se observa en Bases y
1888) en Conflicto y armonías de las razas en América (1883), pronostica que el negro
desaparecerá en Argentina a finales del siglo XIX. Alberdi, concebía la naturaleza social
bárbaro…” (62) y Sarmiento juzgaba de manera despectiva al negro, “Los negros son por
el contrario la raza más demostrativa y bulliciosa para la expresión de los efectos (sic), la
pena, la alegría y aún sorpresa” (20). Creo que examinar la obra de Mendizábal y
históricos de la nación. No es menos cierto que existen en esta época otros poetas negros
argentinos como por ejemplo: Mateo Elejalde (s.f.) y Eusebio J. Cardoso (s.f.). Sin
embargo, creo que las obras de Mendizábal y Thompson son significativas porque
Aires, ya que es en la capital donde se concentra en esta época la gran mayoría de los
escritores afroargentinos. Estos dos poetas son partícipes del período que comprende el
final del siglo XIX y la posterior llegada del XX. En este período que comprende
Lea Geler explica que existía un gran número de asociaciones (grupos musicales,
época. Asimismo, Geler apunta sobre la presencia negra en Buenos Aires que “[L]a
Independencia (sic) hasta mediados del siglo XIX los afroporteños habrían ocupado con
mayor preponderancia las zonas del sur de la ciudad” (70). Los ciudadanos
metrópoli, pero no por eso dejaban de incorporarse al progreso social de las artes y las
1874) y El Aspirante (con sólo tres números de mayo a junio de 1882). Norberto Pablo
Cirio aclara que, “[U]na de las características que signó la sociedad afroporteña del siglo
29
último cuarto del siglo XIX se creó un ambiente intelectual que propició el desarrollo de
publicar mucha parte de su pensamiento intelectual en los periódicos que sus cofradías e
afrodescendiente que se gestaba en esta comunidad. Existía en esta época un gran sentido
clara participación en los procesos sociales que iban conformando la nación. Jean Franco
reflexiona, “[t]o generations of writers after Independence, a printed word was a kind of
magic, the grimoire that would bring about liberation” (viii) [Énfasis de la autora].
Siguiendo la idea que Franco expone, pienso que ese sentido de liberación en Mendizábal
espontáneo que se equipara a los lenguajes del poder político en la nación. Puede
apreciarse cómo estos poetas presentan una obra de proyección ética que define la cultura
afroargentina en el país, existe otro creador que considero igual de importante, el payador
Aires. Por medio de sus composiciones, Ezeiza expandió el legado musical de las
tradiciones afroargentinas. Sobre él escribe Donald S. Castro, “[A]s in the case of the
tango, where there is only one preeminent personality, Carlos Gardel, Argentines think
only of Gabino Ezeiza when the topic of the payada is discussed. Such was the talent of
this man, this Afro-Argentine” (Castro, 14). La obra de Ezeiza incorporó las raíces
tango y la milonga. El payador también desarrolló una veta poética en sus composiciones
que tratan temas como la esclavitud, las vicisitudes de los gauchos y los residentes pobres
vinculando el sentido de sus canciones con los poemas de Thompson y Mendizábal para
Vega— (Buenos Aires, 1973). En particular, la novela Cosa de negros (2003) de este
31
trabaja con una representación sarcástica del negro en los ámbitos sociales que le
paraguaya en el Buenos Aires de a finales del siglo XX. El caso de Cucurto es peculiar
él en una entrevista que siempre le habían llamado “el negro” por ser el más oscuro en su
familia, además de ser todos en ella bastante oscuros (Cucurto). Mucho más llamativo es
que este novelista se inserta a sí mismo en sus novelas representándose como el personaje
color de su piel negra, amén de ponderar todas las supuestas virtudes y defectos que se le
Revolución de Mayo vivida por los negros (2008), ya que satíricamente Cucurto dice ser
novelista escribe,
sarcástico en el barrio Once de Buenos Aires, manejando saltos temporales entre los
siglos XIX y XXI en la novela. El historiador Norberto Galasso especifica los eventos de
mayo de 1810 como “una revolución democrática contra el absolutismo español que seis
mismo en las portadas de sus libros con un color de piel desmedido para incrementar esa
propia noción que él expone en su narrativa. Las portadas de sus libros son una imagen
mezcla entre culturas para representar un Buenos Aires marginal, como el núcleo activo
La línea temporal que trazo aquí está primero por el análisis de la expresión
poética de Thompson, Mendizábal y del payador Ezeiza en la segunda mitad del siglo
XIX argentino como estandartes de esa presencia dialogante con el poder político,
cuanto a este concepto, Jean François Lyotard (1924-1998) define como posmodernidad
la crisis del conocimiento por el fracaso de las narrativas sobre el progreso de la historia y
la ciencia a mediados del siglo XX. Según el filósofo francés, el propio lenguaje
conformación social de la nación. Debo recalcar que durante el siglo XX existen muy
pocos indicios de una literatura o crítica nacional escrita sobre los afroargentinos, salvo el
texto etnológico Cosas de negros (1926) de Vicente Rossi (1871-1945), que posee un
militar. Se han escrito recientemente novelas como Cielo de tambores (2003) de Ana
Gloria Moya (Tucumán, 1954) y Carimba (2006) de Pablo Marrero (Buenos Aires, 1957)
las cuales se acercan de manera histórica a la perspectiva del esclavo liberado que se
incorpora a las gestas independentistas. Aunque estas novelas tratan seriamente el tema
Marrero, trata sobre la vida de un esclavo que se incorpora al ejército libertador y de las
vicisitudes que él enfrenta durante este período que comprende su gesta. Por otra parte,
para elaborar una narrativa que sitúa el origen de la afroargentinidad. Tanto en Carimba
como en Cielo de tambores los elementos del sincretismo religioso entre el catolicismo y
el sistema teológico africano se incorporan para dar una visión más autóctona de sus
personajes. Sin embargo, la novela de Cucurto tiene una proyección punzante sobre la
posmoderna mucho más actual en el Buenos Aires del boom económico de finales de los
noventa. En Cosa de negros el lector asiste a una fiesta extendida sobre la nueva
bonaerense.
durante los últimos veinte años se han venido incorporando posiciones y puntos de vista
que entrecruzan ambas categorías desde una perspectiva que pretende recuperar el legado
más universal de la nación. Por una parte, el curso de los análisis culturales e
historiográficos que investigan ese fenómeno social que se conoce como argentinidad ha
Walter Bruno Berg (1943) considera la argentinidad como un proceso que se nutre de
literaria del lenguaje en los momentos históricos y culturales que ordenan la manera de
destacar que muchos críticos, como Joaquín Díaz de Vivar (1947) y Aquiles D. Ygobone
(1953), han asociado el concepto de argentinidad con la trayectoria y la toma del poder
análisis.
que explican el estallido teórico y literario que se observa en las instituciones en las que
enseñaron sus participantes una vez restablecida la democracia” (1663) [Énfasis mío].
creación literaria que explican el concepto de la identidad nacional, el duelo por los
desaparecidos, la violencia castrense en el llamado Proceso, así como otros temas que
democracia el campo intelectual se expande y por ende las metodologías adquieren una
36
dimensión ilimitada. Los análisis sobre la cultura nacional argentina se separan del
determinismo que les estaba impuesto con la dictadura. El propio Camou lo define como
una,
En realidad, esa autonomía que explica Camou ha servido para el estímulo del
misma, una de las que más persevera en su autoanálisis. Existen ejemplos evidentes como
los de Sarmiento y Rossi, o ya como Jorge Luis Borges (1890-1986) y Ernesto Sábato
formando la esencia cultural de este género musical argentino. Estos dos escritores
literaria como algo esencial para el carácter cultural de la nación rioplatense. Existen
también enfoques de índole filosófica sobre la noción de argentinidad como los estudios
actualidad las investigaciones de Beatriz Sarlo (Buenos Aires, 1942) que centran sus
37
cultural y el análisis de las ideas en el país. Pienso además, que por esa misma
transformación trajo también como consecuencia que los críticos se acercaran a temas
que en la etapa castrense se desecharan por no avenirse a las políticas de estado del
una fuerza que ha abarcado múltiples facetas investigativas en las que numerosas fuentes
cultural de lo europeo; por ende, otras facetas populares y autóctonas, otras raíces
con ese desinterés y aquejados por lo castrense del Proceso, los años de la dictadura
trajeron consigo el silencio propio que impone este tipo de gobierno. Una de esas fuentes
Aline Helg apunta que en el período entre 1880 y 1930 llegó a la Argentina una
Aires—ya para entonces el 43% eran italianos y el 34% españoles. Asimismo, Helg
agrega que dicha cantidad de inmigrantes europeos se estableció como una fuerza social
que con el tiempo fue desplazando a la población negra de la capital—“en 1830 los
negros eran el 25% de los habitantes de Buenos Aires” (43). Con frecuencia se piensa que
en cincuenta años la población afroargentina sufrió una disminución social producida por
estratos sociales que ocurrió en Argentina hacia finales del siglo XIX y comienzos del
XX. Asimismo, Sylvain Poosson sugiere que no sólo existían mecanismos sociales,
incluso también de índole particular. El investigador apunta que, en los primeros años de
la república, los trabajadores del censo nacional omitían la cantidad exacta de habitantes
poblados donde ellos vivían. Poosson agrega que a comienzos del siglo XX, “se
39
contabilizan 454 negros según el censo de 1895, la sospecha confirma que los oficiales a
cargo no se preocuparon por la exactitud de los datos. “[e]l censo muestra una voluntad
que en sus comienzos republicanos Argentina manifestó una política inmigratoria que
“civilización” que se enfrentaba a una “barbarie” dispersa por las pampas y presente entre
sus habitantes periféricos, dicha política además fungió como epicentro del progreso
político, sino en eso que Foucault propone como esferas de poder intelectual.
irrumpe ahora el análisis de esa expresión cultural que críticos sociales y defensores
en esa definición sobre lo qué es la “afroargentinidad”. Los críticos que analizan este
Aunque escrito y publicado en inglés, aún sin traducir al español, este libro es substancial
nación. Además, Lewis elabora un concepto de negritud que obvia citar a sus creadores:
que además lo establece como resultado de una diáspora forzada por la trata esclavista y
historia y la cultura del país (Solomianski, 25-27). Por otra parte, el estudio de
del devenir cultural de los afrodescendientes en el país y, según él, más que una presencia
política o filosófica, es una manifestación artística que por sí sola ocupa un espacio
literatura escrita por escritores blancos en Argentina. Al analizar obras como “El
como Echevarría o Sarmiento en sus narrativas. El enfoque de Poosson formula que los
la colectividad nacional.
y más. Es también una propuesta ética presente en el discurso literario de poetas como
una dialéctica compleja que conversa con los poderes políticos operantes durante
intervalos de la historia sociocultural del país. Dicha propuesta posee el don de trascender
nación, por motivo del abandono social en la etapa fundacional del país o ya por la
dictadura en años más recientes, es ahora tema de revisión para investigadores nacionales
y foráneos, como Solomianski, Lewis y Poosson, quienes indagan qué etapas y cuáles
en proceso de redimirse. No obstante, aún con los pocos aportes teóricos que existen—
demostrar el sentido ético que existe en la poesía y la narrativa de los autores que aquí
examino. Por ejemplo, las propuestas críticas de Lewis y Solomianski, al examinar a los
autores afrodescendientes de mediados del siglo XIX, aluden a una noción de la negritud
argentina sin pensar en las proyecciones éticas y estéticas de esta noción en la propia
Ezeiza, sí puede adjudicárseles, tanto a los dos poetas como al payador, una propuesta
pensadores francófonos. Por otra parte, esa misma crítica literaria más contemporánea—
proyecta una literatura excesiva de “el negro” invadiendo ese Buenos Aires del “boom”
propia existencia como algo más que una presencia social, más que un detalle etnológico,
afroargentinidad, evidencia una dialéctica compleja que conversa con los poderes socio-
políticos y nos acerca además a esa experiencia invaluable de una cultura auténtica que
próceres como Sarmiento y Alberdi, que ideaban al país influenciado por lo europeo,
esa esencia identitaria, yace uno de los valores de la herencia de los ciudadanos
examinan el tema.
sobre el aporte literario de este grupo social en el país. Por muchas razones, este no es un
44
fenómeno palpable como por ejemplo en el Caribe o en África. Ya que en el caso de estos
Nicolás Guillén, Luis Palés Matos, Aimé Césaire, Éduard Glissant, Léon Damas, y
Cucurto, quien escribe definiéndose como un autor posmoderno que exagera a “el negro”
afrodescendiente en la Argentina a finales del siglo XX. Más que una novela histórica
sobre el pasado colonial, me interesa la visión de esa mezcolanza paródica del autor de
Cosa de negros. Este salto comparativo me permite aproximar dos posiciones literarias
estética de negritud comprende una presencia discursiva ética que se manifiesta para
aparece en los versos de ambos poetas, ya que establecen una representación clara de la
legado y su compromiso con la historia cultural del país. Por otra parte, Ezeiza con su
payada, mezcla la influencia musical africana en la cultura argentina y, con la letra de sus
canciones proyecta una visión comprometida con problemáticas sociales y con las capas
marginales de la periferia en el país. Ezeiza trasmite con su payada una crónica cotidiana
de la vida de aquellos que pertenecen a las capas sociales más bajas de la sociedad. El
este autor es una caricatura desenfrenada en la que los negros toman la ciudad para
Cucurto es un escritor que provoca con su escritura, que juega con la idea de incomodar a
quienes consideren que su país posee la particularidad única del refinamiento cultural que
arribó con los inmigrantes europeos. Enfoco mi análisis en dos manifestaciones literarias
conciencia ética de dialogar con los discursos de poder, cada una en su propio período,
en la nueva república. Asimismo, los versos de Ezeiza reflejan una perspectiva auténtica
de la cotidianidad de las periferias. Por último, con su narrativa Cucurto juega a inquietar
y a burlarse con una contemporaneidad que no es tan ficticia como la mayoría piensa,
46
la define. Planteo que son estas literaturas discordantes por pertenecer a distintas etapas
Para entender mejor la situación histórica que ha contenido la existencia del negro
y su debate en la cultura nacional, debe empezarse por esa cierta generalidad de criterios
en una entrevista que le confirió a BBC Mundo, una anécdota muy significativa sobre la
condición sociopolítica del negro en el país. Explica Gomes que al aceptar Carlos Menem
sobre la existencia de la población negra en el país: “no, ese problema lo tiene Brasil”
(Gabino). En ese recuento que hace Gomes, la respuesta de Menem manifiesta un doble
particular porque permite abordar esa perspectiva común que existe, tanto para el nativo
europeos que se instalaron en ese territorio de América del Sur para poblarlo y explotarlo.
otra italiana, las cuales han intervenido en el tejido social de la nación y han contribuido
sirios, croatas, alemanes, polacos, libaneses y rusos que siguiendo esa idea de prosperidad
civilización necesaria para el supuesto progreso del país. Por estas razones, se ha escrito
una historia que distingue a la Argentina como una nación con una exigua tradición
al país fue forzada por la trata negrera, no como parte de la inmigración colonial o las
más tardías como consecuencia de las guerras mundiales del pasado siglo. Existen datos
más poderosa que recusa el aporte negro en la cultura nacional. Esto además trae como
también se examine como una presencia; sin embargo ¿es sólo el negro un elemento
evadiendo temas e ideas que definen y amplifican su legado. Más que debatir
manifestación en la poesía afroargentina del siglo XIX. Pienso además, como mencioné,
que las investigaciones que se han hecho obvian categorías de mayor fundamento teórico
del país. Un ejemplo claro de esto es el texto de Poosson, que examina la representación
del afroargentino en la literatura escrita por autores blancos, pero no acepta comparar la
propia visión de los creadores afrodescendientes como contrapartida a ese fenómeno que
él analiza. Asimismo, las investigaciones que hacen Lewis y Solomianski sobre la poesía
de los poetas afroargentinos del siglo XIX presentan argumentos problemáticos, parte del
concepto de negritud como esencia particular del arte poética de los escritores negros en
valiosa connotación filosófica que le designan los propios creadores de este concepto:
Senghor, Damas y Césaire, y por otra, obviando el profundo contenido ético que posee la
al continente africano, identificando esa añoranza sublimada con la poesía de los poetas
49
afroargentinos. Por otra parte, Solomianski menciona que esta noción está culturalmente
este tipo de enfoque analítico, pienso que ambos críticos trivializan la representación
fenómeno social inconcluso y que aún pone a un lado el debate pendiente sobre la
Mendizábal, reduciendo así su sentido a una poesía nostálgica y un tanto frívola que sólo
alaba lo telúrico del continente africano. Además, según el crítico, esta representación
que hace Mendizábal fracasa por la inocencia simbólica que él mismo le asigna a su
visión poética de África. Planteo que antes de pensar en la negritud como el resultado
concreto de una diáspora, habría que esclarecer primero la condición cultural del
creador más de la literatura nacional y su progreso. Son numerosos los ejemplos, tanto
históricos como también así los representados en la literatura del país, que patentizan la
situación de los afrodescendientes aún cuando estos hayan hecho un aporte cultural al
progreso nacional. Incluso, si algunos especularan que dicho aporte y sus resultados
fueron mínimos, se estaría entonces contradiciendo el legado de una cultura que permeó
facetas pienso que debe pensarse la presencia estética, crítica, política, social etc. como
Hay que destacar que en el tercer cuarto del siglo XIX existió en Buenos Aires un
importante apogeo cultural instituido por los propios afroargentinos, sobresaliendo éstos
obstante, existía un evidente freno social que restringía esa noción propia de identidad,
Con referencia a esto, Norberto Pablo Cirio apunta que existía un dilema en el que los
que les otorgaba derechos por ley, pero que en el plano humano y cultural los
Buenos Aires en la segunda mitad del siglo XIX. Lo que Cirio califica como “encrucijada
identitaria” se transforma de manera paulatina en una expresión ética muy común que los
como apunta Cirio, la carrera entre blancos y negros no estaba equiparada, existía una
poder que vedaban el progreso social del afroargentino, pero aún así ellos emplazaban su
explica con exactitud examinando el análisis que Michel Foucault expone cuando escribe
sobre los focos de resistencia que existen en el propio dominio de las relaciones de poder,
facciones que se pronuncia ante el poder desde una posición ética diferenciada. El
52
filósofo explica que dicha postura logra un efecto transgresor al oponerse al poder como
forma de control social. En este caso, esa relación ética que trasmiten las publicaciones
de los afroargentinos surge para recuperar y ordenar un espacio vital que no desestabiliza
al propio poder pero lo desenmascara. Así también lo explica Geler cuando apunta que
sometidos tanto por la sociedad como por el estado (210-211). Si bien existía una presión
su agencia manifiesta una idea sediciosa en sí misma, porque transgrede y se opone a esas
derechos entre negros y blancos, los primeros no habían desaparecido del país—como
sociedad.
En las últimas décadas del siglo XIX, Buenos Aires, siendo el foco de la
estos diarios era significativa porque, como Cirio apunta, en ellos se discutían temas
del negro argentino. Cirio acentúa que “el énfasis de la narrativa dominante en negar o, al
menos ciento diez entidades de diversa índole […] así como la publicación de una
Andrea Tarnowski me permite profundizar en esa idea sobre una ética para la continuidad
constante. Es ahí en ese sentido ético que se manifiesta en la crónica, la poesía, la payada,
la ficción y así como en otras manifestaciones que veo la traza de una identidad cultural
único que busca conversar con el poder político en Argentina. Los críticos apuntan:
representada. Quien accede a su lectura, advierte la intimidad que manifiesta esa agencia
pensamiento crítico, su identidad. Cabe mencionar que además de los hasta ahora ya
1902) también publican en esta época reflexiones sobre la condición afroargentina. En los
entrega que nombra “Dos palabras a mis hermanos de raza” (1877) en la cual reflexiona
afrodescendiente como así explican Cirio y Geler. En este caso, con relación a la entrega
periódicos no sólo divulgaban, sino que eran medio de instrucción cultural para la
Se advierte que había ciertas normas de conducta social características del poder
burgués y que los afroporteños seguían con la finalidad de perpetuar una voz ya
establecida y reconocida en la sociedad. La lectura que hago aquí del análisis de Geler,
periodística de los afroporteños para desarrollar mis tesis sobre la dimensión axiológica
afrodescendiente en el país. Por ejemplo, el folleto titulado “Dos palabras a mis hermanos
educación y la honorabilidad como principios del avance social. Rolón escribe, “Lo
mismo que os estimo, quisiera veros con todo el lujo posible pero que fuese instruidos,
servidumbre” (Rolón en Cirio, 2009, p. 136). Cabe destacar que Rolón exhorta al
como fundamentos para el avance social, cultural y político de éste. En particular, Rolón
entendiera que el primer paso hacia el éxito en general era entender que pertenecer a la
una posición en la sociedad civil de la nación. Rolón ataca la intolerancia del poder
56
que encauce el progreso del negro con una autoconciencia personal que lo posicione y
nos acerca a un objeto material en sí mismo, sino que provee su esencia y existencia
corresponde a esa infinidad de posibilidades materiales que permanecen para aportar una
universal. Reitero que si por una parte se escribía sobre una Argentina que debía abrir sus
huella material de una colectividad, por la cual, a causa de su escritura, legitima su propia
estaba abierta a la influencia, inmigración e ideología común de las razas europeas como
efecto continuo de la prosperidad social y la política del nuevo estado que se originaba:
“Cada Europeo (sic) que viene a nuestras playas nos trae más civilización en sus hábitos
que luego comunica a nuestros habitantes, que muchos libros de filosofía” (Alberdi, 67).
Esa idea de repoblación establecía la práctica de una nueva colonización, autorizada por
Es interesante ver cómo Alberdi propone en Bases una sección específica para
educación del “cholo”, “gaucho”, o “roto”, tenía que estar asegurada por la imposición
del método y del personal extranjero europeo como elementos paradigmáticos de una
es el pronóstico que hace en Conflicto y armonías de las razas en América (1883), de que
los negros se extinguirían en la Argentina y pasarían a ser una atracción exótica para
aquellos que viajaran a Brasil: “De Buenos Aires en veinte años más, será preciso ir al
Brasil para verlos en toda la pureza de su raza” (Sarmiento, 62). Como un fenómeno que
de la época y su expansión ética que define la condición de una colectividad que expresa
primer capítulo de su libro, Sarmiento apunta que la mezcla de los tres grupos habitantes
del Buenos Aires del siglo XIX (el español, el negro y el indígena) presenta una estirpe
displicente, sin motivación por el trabajo y además incapaz. Asimismo, este intelectual se
59
refiere a la introducción de la raza negra como una empresa de fatales resultados para el
separación entre los grupos sociales y sus habitantes. Una segregación ilógica que
continente cuando se examinan sus circunstancias sociales a través del lente dicotómico
de esas dos categorías. Sobre esa lógica discursiva imprecisa, Carlos J. Alonso apunta
que “podría visualizarse como una endíadis que paradójicamente desvirtúa la identidad
propia de los conceptos que se propone coordinar” (258). Dicha afirmación es importante
la otra. Dicha combinación de “civilización y barbarie” espoleó ese discurso que aún
cultura y política nacional. Por lo tanto, el negro quedó acaso como ejemplo incontestable
de esa idea de “barbarie” y aún peor, sin espacios que ocupar en la cultura histórica de su
propio país.
así con las reflexiones políticas de estadistas como el mismo Sarmiento o Juan Bautista
método que iba a distinguir al país como el más avanzado de Latinoamérica. Cabe
recalcar que la inmigración negra es por supuesto una inmigración forzada por la
esclavitud, ya que los únicos habitantes de la región al llegar los colonizadores españoles
eran los indígenas. Sin embargo, aun cuando negros e indios eran discriminados, los
Así lo explica Geler cuando apunta que “[P]ara los afroporteños la barbarie estaba ligada
con la población indígena y por eso era importante alejarse de la posibilidad de que esa
barbarie fuera rastreada entre su gente” (65). Aunque los afroargentinos eran
descendientes de esclavos que vinieron forzados por la trata negrera para suplir al indio
en parte del trabajo doméstico y agrícola, se consideraban superiores al indio, quien había
sido calificado de salvaje y relegado a vivir en la pampa. Geler también escribe que era
afrodescendientes, pero no así con los indios, lo que hacía que los afroargentinos se
creyeran superiores a éstos. O sea que esa conceptualización que enfrenta los términos de
éstos dicha ideología y establecer su propia separación de los habitantes nativos del
territorio nacional. Una separación que aunque despectiva, estaba marcada por la doctrina
marcada apatía hacia este tipo de producción intelectual. La obra literaria de ambos ha
dos de los escritores más capaces de concebir una estética que representara el legado
que existía en la nación. Aún a pesar de esto, reitero que la obra de ambos poetas no ha
cuanto a esto, el ejemplo de más peso que existe es que las dos únicas críticas literarias
que hay sobre la obra de estos poetas son la de Lewis y Solomianski; es un hecho incluso,
como argentino desconocía (Solomianski, 61). Sin embargo, aunque reconozco el valioso
abordan.
Pienso que estos dos poetas elaboraron por medio de la literatura, la ensayística,
la crítica e incluso la música (en el caso de Thompson), una praxis que presentaba el
contexto general de una forma de cultura, de una estética que define la identidad
62
estético del discurso ético que aflora en su obra. Si pensadores como Sarmiento y Alberdi
que replanteaba la condición social de ellos como ciudadanos partícipes del progreso
literatura comprometida con la condición social de los afroargentinos, sino que además
manifestaron una labor poética que mostraba su propia cultura como afirmación de una
necesario que declaraba una posición ética. Por ejemplo, Mendizábal escribe en su poema
“Mi canto”,
sociedad argentina del siglo XIX. Al publicar su libro Horas de Meditación (1869), cuyo
63
prólogo está dedicado a Domingo Faustino Sarmiento, Mendizábal se distingue con una
posición crítica que condena la situación del negro en la cultura occidental, “La poesía
poeta muestra la naturaleza específica del problema social que enfrenta el negro,
utilizando su autoridad poética para representar una circunstancia histórica. En las ideas
reconoce la realidad que define el estado de las cosas en su país con relación al abandono
social del negro y una postura moral oponiéndose a dicha práctica. Es también importante
destacar que el poeta accede a reconocerse a sí mismo cuando escribe “En medio de mi
pueblo estoy aislado”, para sugerir esa identificación que existe entre la voz poética y el
protagonista de los versos. Mediante este recurso poético, la expresión hablada que
aparece en esta estrofa favorece a que el lector asimile la experiencia de la opresión racial
que recupera la dignidad humana de quienes, aún siendo ciudadanos libres, permanecen
relegados a la idea de una nación que no los reconoce. Mendizábal cuestiona la condición
política en Argentina al examinar lo qué puede ser un país, ¿cómo se concibe la idea de la
patria si excluye a una parte de sus ciudadanos? El poeta denuncia que el país no puede
habitantes. Mendizábal no sólo describe una continuidad histórica, sino que cuestiona y
apreciación más real de esa vertiente de la historia argentina que limita la existencia de
After Virtue, Alasdair MacIntyre expresa que existe una noción de responsabilidad
discernimiento de nuestra identidad ética. Según el filósofo, al establecer una teoría moral
de las virtudes humanas, existe una diferenciación axiológica entre contar y cuestionar la
historia, ya que ésta ejerce un compromiso ético en el ser, que por ende se extiende a la
separarse de las presiones externas que limiten su autonomía personal. Las denominadas
virtudes éticas, como las define MacIntyre, forman parte de un proceso de discernimiento
moral que estimula la motivación del cambio social en el sujeto en cuanto al espacio
colectivo que habita. Dicho juicio ético le permite transformar el contexto social de esos
escribe para dejar testimonio de la disparidad que enfrenta en su país, que admite sólo al
político existente, para advertir que el afroargentino es una pieza substancial en la idea
fundacional de esa Argentina ideada por sus próceres. El poema de Mendizábal es una
dialéctica espontánea que expresa una posición intelectual que dialoga con el poder
inmigración europea, con su poema Mendizábal entra en un diálogo que les recuerda que
no puede existir progreso manteniendo una idea desfasada del afroargentino. La imagen
lírica que presenta el poeta contradice y ataca esas ideas y pensamientos de progreso
Mendizábal utiliza las ideas del aislamiento, el desprecio social y el sacrificio por
la patria, como nociones encontradas de una realidad, que aunque por más absurda que
parezca, pertenece a la cotidianidad del afroargentino. Presenta, por una parte la suerte
cruel de su condición de negro en ese ámbito social que lo relega, pero por otra expresa la
dignidad de aceptar dicha suerte, no como una contingencia pesimista, sino con la
agudeza de quien presenta un dilema ético por medio de su propio discurso poético.
Casildo Thompson. Considero a este poeta por dos razones esenciales: primero, porque
su nación. Y segundo, porque la crítica especializada analiza la obra de este poeta desde
Juventud en 1877 una parte esencial de su poema “Canto al África”, que no sólo condena
66
la esclavitud, sino que presenta una sólida declaración ética contra la política desigual
entre blancos y negros en los primeros años de la república. Siendo el poema publicado
proyección estética del poeta. En sus versos Thompson representa una crónica histórica
que resume la existencia del negro antes y después del flagelo de la esclavitud. El poeta
escribe,
hacer un recuento del legado social negro en Argentina. El poeta emplea la oposición
semiótica de locus amoenus y locus horridus, tan usados en la literatura para simbolizar
la idea de una distinción de espacios en los versos. Paola Giacomoni apunta sobre el
primero de estos conceptos que “[i]s envisioned as a retreat and a place on meditation
amidst the natural elements; a shady and pleasing environment, made cool and gratifying
by a fruitful and welcoming source that stirs philosophical reflection or poetic inspiration
poema, Thompson destaca a África como un locus amoenus donde existe esa pureza
67
natural en la que el hombre existe en su propio entorno, un lugar destacado por su paz y
salvaje y la representa con una connotación de espacio inmaculado. El poeta utiliza ese
sentido del locus amoenus usado por los autores del romanticismo latinoamericano para
Moore y John Strachan viene a ser la búsqueda de la paz interior en la pureza natural del
(3-5). Cabe destacar que los autores latinoamericanos de mediados del siglo XIX
En cuanto a esto, Rafael Ocasio afirma que María (1867) de Jorge Isaacs (1837-1895) es
una novela esencial para entender este fenómeno. El crítico apunta que “The Romantic
movement also created bucolic scenery of great beauty that appeared later in the
sentimental novel” (41). Añadiendo que en la novela “The beautiful and powerful Latin
American landscape (richly depicted by both Spanish and native chroniclers) is the
backdrop for the tragic love story of two young protagonists (41). Y a su vez concluye
que, “Echoes of the medieval locus amoenus, that special place created for love are
strongly evident in Isaac’s novel” (Ocasio, 41). Por otra parte, Ksenija Bilbija añade que
68
través de la casta y virginal (y difunta también) imagen de María…” (27) Sería entonces
adecuado pensar que el ideal romántico que Thompson manifiesta, se representa de igual
manera, sólo que las metáforas de la “belleza natural”, la “casa”, el “poder del paisaje”, la
“castidad” y lo “virginal” se hacen presente en cada detalle simbólico que este poeta
transformación está definida por el uso del locus amoenus para describir el continente en
su etapa pre-colonial (antes de la llegada del hombre blanco) y por la representación del
observa en el poema, no es hasta que el blanco pisa el continente, para emprender la total
explotación de sus recursos naturales y la correspondiente trata negrera, que este espacio
natural se convierte entonces en locus horridus. En el poema aparece una paz natural que
De la africana selva,
Cayó al golpe del hacha del verdugo
Y porque asía éste plugo
Entre ¡ayes! salió el niño y la doncella
De labios de color y ojos de fuego
De chispeante mirar y voz de ruego
Y universal clamor se oyó en los aires
Que atravesó la nube y llegó al cielo
Demandando piedad para aquel suelo;
(Thompson en De Estrada, 137)
amoenus que definía el paisaje del nuevo continente en transición, como definen Ocasio y
69
Bilbija, en Thompson esa idea se trasmuta hacia una África impoluta que por la
concepto que,
para resaltar el cambio histórico que sufre el continente africano y sus habitantes. El
poema relata también la sucesión de estos eventos para explicar el origen y expansión de
Argentina. Los versos señalan los efectos del colonialismo, pero después proponen la
examina en cuanto a una perspectiva analítica que considero ininteligible. Por ejemplo,
Marvin A. Lewis asocia la noción de negritud con la poesía Thompson; el crítico vincula
la representación poética del autor con lo que sugiere en su análisis como una postura
Thompson and the Failure of Negritud", plantea que Thompson comunica en su poema
un anhelo alegórico muy particular sobre lo que representa África, añadiendo que "Canto
análisis del poema desde la posición especulativa de lo que deduce como una sensibilidad
ingenuamente telúrica en el poeta, asociando la negritud del poeta con una lectura crítica
que lo circunscribe a la descripción del continente africano. Lewis presenta su análisis sin
citar las fuentes primarias que idearon la noción filosófica de negritud: Senghor, Damas y
Césaire, añadiendo que: "Canto al África, "first published in 1877, is one of the most
el poema asumiendo que Thompson es un individuo sin lugar propio en su país. Y añade
además que el poema es "rhetorical rather than real, and as stated presents this continent
as a nomen, an idea that the poet does not comprehend fully." (66) Planteo que Lewis no
política argentina, en una época en que intelectuales como Domingo Faustino Sarmiento
y Juan Bautista Alberdi consideraban la inmigración europea como la salvación social del
Y es el amor el numen
Do va a beber la inspiración divina
Que, cual voz de sirena peregrina,
Traiga a los seres en el mundo extraños
A la región de luz do el odio cesa
Y de fraternidad la aurora empieza. (139)
¿Por qué la noción de numen es problemática para Lewis? Queda claro que
Thompson representa la idea del amor fraterno como fuente del conocimiento humano,
pero mucho más importante como una agencia poética muy personal que desafía el
71
del discurso simbólico que el poeta escribe, la idea de un espacio común para los
alude a África desde una perspectiva idealista, sino que hurga en el origen histórico de los
como un fracaso de la negritud; sin embargo, la voz poética que prevalece en el poema,
pretende reformular esa idea política de “barbarie” expresada por Sarmiento, rectificando
ese criterio poscolonial influido por todos los intelectuales que pensaban en la
inmigración europea como una solución para la nación. Podríamos preguntar entonces,
“Through art, the reified world becomes again the human world, the world of living
poetry and art remake the world, a world which is whole, which is total and
harmonious.” (Thébia-Melsan, 21) Cesaire indica que la aserción personal del creador
surge del diálogo que las artes mantienen con un mundo inflexible y conservador.
apunta que el individuo establece un cambio social que derroca la intolerancia racial
existente. Senghor expresa que el artista debe convertirse en un ente autónomo que
declare su proyección ética mediante el proceso de su creación artística, “by being freer
política que pretende apelar por la integración universal de todos los ciudadanos en
poema de Thompson,
esa noción de negritud era la muestra de una conciencia negra para dar respuesta a la
manifestando las virtudes morales de una posición que busca un diálogo con el poder y
reclama la presencia histórica del negro en la conformación nacional del país. Considero
propuesta estética de ambos nos permite distinguir un trasfondo ético discursivo que
creación musical. Existe un vínculo estrecho entre Ezeiza y su espontaneidad creativa por
(Castro, 9). Antes del apogeo del tango a principios del siglo XX, ya Ezeiza componía
música para milongas con una espontánea influencia afroargentina incorporando temas
guerra, temas como el de la esclavitud de manera perspicaz. En este último punto quiero
Ezeiza para la cultura argentina, planteo que no han examinado la proyección social de
los temas que él expone en los versos de sus canciones. Ezeiza publicó frecuentemente la
letra de sus canciones en escritura versificada, los versos de sus payadas reflejan una
aproximación a temas populares que representan la vida cotidiana del pueblo rural y
La voz testimonial que narra los versos se identifica con la condición del esclavo y se
reconoce como agente ético que critica la condición de este ser humano. Ezeiza prosigue,
Escritas en octavillas, las estrofas de arte menor que compone Ezeiza para sus
canciones, hacen más fácil la tarea de cantarlas; como por ejemplo, al igual que las
sextetas del Martín Fierro, para expresar así mejor los temas que el payador compone.
Una vez más, en esta estrofa la voz del esclavo es repetida por el testimonio de quien
moral y social de la esclavitud, sino que la censura. Cabe destacar que estas payadas se
trovadoresco a la actuación del payador. A las funciones asistía todo tipo de público,
desde el obrero de clase baja, hasta personas de clase influyente, la cuales en su mayoría
recibían las letras de las canciones como una muestra del folclore popular.
En “El esclavo” existe una posición contestataria que recuerda una historia
deshumanización a la que se somete a las personas humilladas por este sistema burgués.
En clara condición de pérdida personal la voz del esclavo narra sus infortunios y
transfiere su adversidad a la propia existencia que sufren sus hijos. Una vez más, el uso
existencial que el poema representa. Al separar las dos voces en los versos: la testimonial
realidad de la esclavitud como deterioro moral para la propia sociedad. El crítico alemán
76
romántica germana, “[a]nagnorisis does not originate artificially from the outside and
does not circumscribe and limit the text, but is rather generated and overcome internally,
then the previous insurmountable borders that divide literature from non literature would
crumble (45). [Énfasis del autor] Al reflejar la esclavitud como una presencia fresca en la
memoria argentina, Ezeiza incorpora un enfoque personal en el poema para que el lector
descubra, mediante su propia exégesis, el problema moral que presentan el alegato del
esclavo y el testimonio del que narra los hechos. El payador narra una historia en su
poema que no está alejada del pasado colonial que experimentó el afroargentino y de un
Habría que añadir que Ezeiza no sólo destacó por su fama como improvisador y
músico folclórico, sino que también abordó temas que reflejaban una posición
sobre las condiciones en que se encontraban los sectores más pobres de la población
gaucho americano / Tiende al viajero la mano / Sin orgullo y con lealtad.” (8), o la
una madre y sus hijos, “Esa madre de rodillas / Llenó de angustias su pecho” (16). Ezeiza
cotidiana del pueblo argentino y además de alcanzar fama nacional por su estilo de
77
contingencias existenciales. Es por eso que concluyo aquí con la obra de Ezeiza, ya que
ningún otro artista se acercó a representar estos temas como él desde una posición que
Cucurto
a una avalancha de vulgaridad desmedida en los relatos que este autor desarrolla en el
que, “[l]os libros de Cucurto ponen el cuerpo antes que la cabeza y prefieren la
vulgaridad del goce a la distinción aristocrática del deseo sin objeto” (5). Sarlo además
considera que en las novelas de Cucurto existe lo que ella denomina un “narrador
78
sumergido” que establece la función de revelar lo inminente para que el lector encuentre
que, “[C]on el avance del siglo XX la ‘negritud’ pasa a ser entonces, en las escasas
Habría entonces que entender a Cucurto como un escritor que se adjudica un tema y una
personaje para comunicar una circunstancia más real sobre el estado de Argentina en el
siglo XXI. Cucurto exhibe en su narrativa que existen otros márgenes sociales en un
Buenos Aires que ha sido blanqueado por la negación del otro, circunstancia que ha
venido ocurriendo con el paso del tiempo en la propia formación de la identidad nacional.
intelectuales argentinos del siglo XIX y principios del XX, Cucurto es un escritor que
atención de escritores y críticos. No es hasta Cucurto que el negro obtiene una posición
substancial en la literatura del siglo XXI, si bien desde una proyección sarcástica, como
79
punta de lanza de una presencia bufa que se burla de todas las convenidas reglas sociales
y literarias. Este autor toma la expresión popular peyorativa: “eso es cosa de negros”—
habría que considerar que popularmente en Argentina “negros” son aquellos que no
tienen una directa descendencia europea. Así lo explican críticos como Solomianski,
remite a africanidad sino a autoctonía americana, a ‘raza roja’” (256), por su parte,
Mónica Bernabé apunta que “Desde los 90, la xenofobia viene delineando un complejo
ecuación dominante” (118). La Buenos Aires de Cucurto es una ciudad tomada por una
visión paródica del mundo poblado por gentes a las que no se les da un valor equitativo
bajo el que se imagina a los habitantes del conurbano (sic) bonaerense o a los inquilinos
los quinientos años de ésta, así como también para celebrar el onomástico del presidente
extravagante de las aventuras que allí le suceden, un razonamiento tocante a esa noción
tácita de una Argentina sin una presencia negra. Cucurto se burla de la ideología
vulgaridad, que intenta incomodar, pero también es burlarse de la idea ilógica de una
un análisis que examina las circunstancias socio-históricas del mismo. El crítico escribe,
por los “próceres” para representar a un Buenos Aires inundado con una presencia negra
vibrante. Al leer la novela de Cucurto, son esos anacrónicos sujetos los que irrumpen en
posmoderna” de la nación. Es importante entender que Cucurto relaciona su obra con esa
económicos y sociales que enfrenta en el siglo XXI. Cucurto es un escritor, pero también
el año 2003, en la que se publican libros hechos de manera artesanal y rudimentaria con
el cartón que se recoge en las calles o que se le compra por un mejor precio a los
vendedores callejeros de este material. “Eloísa cartonera” fue la primera iniciativa de este
tipo en Latinoamérica y aún imprime textos de autores conocidos y poco conocidos para
divulgar la literatura en los diversos frentes sociales de Buenos Aires. Cucurto plantea la
idea de llevar la literatura a aquellos que no tienen el privilegio de comprar libros por sus
elevados precios. Además, él también publica sus libros en Interzona Editores, una
editorial independiente fundada en el 2002. Tanto con la literatura como con el activismo
existencia de todo aquel individuo que sea polémico por su condición racial, migratoria o
para Cucurto es un país mélange, como su propia novela. El autor de Cosa de negros
ciudad por esos relegados que están ahí para salir adelante no sólo con su trabajo, sino
con sus aportes de toda índole a esa sociedad que los rechaza. Analizando al Cucurto
personaje en Cosa de negros, advertimos como aparece siendo el foco de una imagen
subversiva de la cultura popular nacional y de aquellos que habitan los barrios pobres en
la ciudad de Buenos Aires. El relato de las peripecias del Cucurto personaje es una
periféricos de la marginalidad bonaerense para remover los velos que encierran esos
que presenta a la nación como el oasis europeo del Cono Sur y la intolerancia social.
Cucurto aprovecha sus personajes nacionales con sus voces, su música, su vibrante
popular justo al lado de ese mito aparente de una Buenos Aires europeizada. Así apunta,
entender los lenguajes, la manera de vivir, bailar y gozar de ese mundo que significa la
voluble identidad argentina. Es allí, en ese espacio que se deduce chabacano, que Cucurto
representa una transformación en los polos identitarios del país, de momento el tango se
trueca por la cumbia, la ciudad es una mezcolanza rítmica de lugares y gente que vibra
regenerándose de manera cotidiana en una fiesta vulgar interminable. La gente sobre todo
numerosos inmigrantes que llegan a Buenos Aires para quedarse. Al escribir sobre la
lo popular como el advenimiento de una nueva tendencia que se adueña de los espacios
bonaerense como el desquite más irónico ante esa imagen fabricada por la historia
autor escribe,
dominicano toque una balada puertorriqueña en la Buenos Aires del tango y el lunfardo
para erotizar furtivamente nada menos que a quinientas mil muchachas. Planteo que
experimenta con los nuevos tiempos. Notamos también en el fragmento que Cucurto
mezcla satíricamente los orígenes argentino y paraguayo al acoplar en una sola palabra la
distinción étnica de su público. Haciendo esto, el autor proyecta una composición social
más contemporánea con el estado actual de lo que se piensa como “argentinidad”, según
escribe Verónica Dema en La Nación, para el final del siglo XX, la inmigración en
Refiriéndose a esa mezcla en su novela, Cucurto presenta, mediante ese uso del guión
identidad esencial que existe en la ciudad. Ese uso de fundir dos nacionalidades en una,
para representar la audiencia del músico, nos hace pensar en el axioma equivalente de “la
a esto Pérez Firmat plantea que una nueva identidad emerge como resultado propio de la
mezcla de prácticas sociales, ideas y costumbres que existe del intercambio entre una
cultural y la tipificación de ciertos patrones que definen una manera de ser, una conducta
asociación por el guión entre argentinos y paraguayos que muestra Cucurto en el relato,
de lo uno con lo otro, de lo oriundo con lo transgresor. En Cosa de negros se avista ese
espectáculo que ilustra la auténtica extensión del rostro quizá más oscuro de Buenos
Aires. El itinerario cucurtiano reconoce encontrar otra ciudad, explorando las barriadas
conventillos y los buscavidas que los habitan. La imagen del negro dominicano que canta
para ese público diverso y disperso llega para unificar a los habitantes de esos trasfondos
diferente. La novela de Cucurto es una revancha posmoderna, una burla que nos hace
El novelista escribe,
encuentran ante una anagnórisis que describe la condición del recién llegado músico
dominicano y la reflexión sobre una realidad de quien ya conoce los destinos de Buenos
87
Aires. En una entrevista realizada por Álvaro Bernal para la revista Destiempos, Cucurto
afirma,
Mis libros van a quedar… Cuando alguien vea una dominicana caminando
en Buenos Aires por ejemplo, tal vez se acuerde de mí. Yo quiero que
cuando un lector vaya a Paraguay o al barrio Once aquí en Buenos Aires
se acuerde de mi mundo, eso ya sería para mí un honor, algo muy lindo.
Yo quería reinventar ese mundo, el ser más latinoamericano en Argentina,
lo que nosotros somos, eso se ha negado mucho aquí, jamás se ha
valorado. (Bernal)
paraguayo; porque eso que se considera intocable y aflora en el relato para destacar la
cualquier tipificación elitista que pudiera hacerse sobre una realidad que es aparente y
para devolverla como una broma que toma revancha de aquellos que mantienen una
superioridad social. Cabe destacar que esa burla es por extensión narrativa una ironía
estética del estado actual de un Buenos Aires que siempre ha sido una ciudad
manifestando eso que Lyotard explica como impresentable. Para el francés este concepto
The postmodern would be that which, in the modern, puts forward the
unpresentable in presentation itself; that which denies itself the solace of
good forms, the consensus of a taste which would make it possible to
share collectively the nostalgia for the unattainable; that which searches
for new presentations, not in order to enjoy them but in order to impart a
stronger sense of the unpresentable. (81)
que se origina en esa expresión peyorativa que manifiesta la idea racista de rebajar al
sátira que nos hace reflexionar sobre las absurdas contradicciones que existen en la
Aires es sitiada e invadida por la fuerza aérea dominicana amenazando con bombardear
la ciudad. Esta alusión a una invasión militar lleva por consiguiente que el Cucurto
gobierno argentino para que intervenga en la situación entre los dos países, enfatizando la
desquita con la idea inverosímil de esta alusión bélica, que accede para reseñar esa fábula
del pequeño venciendo al gigante. En cuanto a ese sarcasmo rampante y tan típico en la
Cosa de negros es una novela donde se abandona toda esa cautela escrituraria
secuestrado porque su novia Arielina, una argentina que dice después ser paraguaya—he
aquí otro uso de esa inserción expresa que hace Cucurto sobre la extensión semántica de
la palabra “negro” que arriba explico—ha sido raptada por unos desconocidos y
menos que la supuesta nieta de Perseo Benúa, después la trama revela que es
dominicano que fue amante del general presidente y también de Evita durante el gobierno
figuras históricas para que el escritor se burle así de esa preponderante legitimidad
por ende, hija ilegítima de la unión carnal entre Evita y el mayordomo. Para representar
paraguaya; una muchacha que se transforma múltiples veces en la novela para jugar con
la idea irónica de esa Evita impoluta que es un mito argentino, para identificar esa
extensa imagen racista de lo “negro” con el popular matrimonio entre Evita y Perón.
por los negros que el novelista intenta “colorear” Buenos Aires con esa inclinación a
escribir sobre el efecto migratorio que poseen las minorías paraguayas, dominicanas,
separa del argumento de Sommer y pienso que más que “colorear”, el autor de Cosa de
mayo vivida por los negros, esa revolución es igualmente una fiesta de matices
caso, el inmigrante pasa a ser el elemento que le da vida y fuerza a Buenos Aires. Los
91
circunstancia social que, con sus juegos literarios atolondrados, resguarda la esencia vital
Buenos Aires del siglo XX, revela una ética de la transgresión, un proceso que transforma
nos acercamos a una dialéctica sobre una cultura que aboga por encontrar su espacio en
esa realidad que rechaza su idiosincrasia. Dicha representación maneja lo estético para
fronteras en el arte” Néstor García Canclini explica que, desde el siglo XIX, existe un
92
oponen a su misión estética. (2-3) En cuanto a esto, el antropólogo argentino apunta que
condiciones sociales y culturales en las que se produce. Asimismo, agrega que el arte
revela esa manifestación propia que lo hace prevalecer la política, la religión, los
del siglo XXI—penetran en ese espacio de “disensión” que plantea Canclini. La estética
literaria de estos autores recupera la existencia de una colectividad social que se reafirma
múltiples facetas literarias es la invitación a mirar a una Argentina más auténtica, más
la cultura nacional de la nación. Con referencia a esto que menciono, están, por ejemplo,
los estudios sobre la presencia afrochilena en Arica que aportan Giselle I. Duconge y
Menara Lube Guizardi y el análisis que hace Paulina Barrenechea sobre la cuestión del
como “actual”, involucra el período de los primeros diecisiete años del siglo XXI, desde
el año 2000 hasta el presente 2017, ya que en este lapso se destaca un advenimiento de
por examinar la proyección social que tiene la frase “en Chile no hay negros”, expresión
muy común en las diversas esferas que componen el acervo cultural de la nación
(Candina Polomer, 256-258). Chile es un país que se piensa a sí mismo como el “más
blanco del Cono Sur”, explica Óscar Contardo cuando analiza modalidades lingüísticas
como siútico, roto, pijo, que en el habla popular se usan para definir las clases sociales
94
chilenas (59-66). Este país se presenta como el “más blanqueado” por el uso de un
discurso racialmente tipológico que opera en la sociedad y así elimina la presencia del
práctica de ese discurso social en Chile, siendo oficial o un rumor popular, está
estructurada sobre la noción de “tipología”3 que expresa una idealización racial que
ininteligible, aun después de probarse que no existe variedad genética suficiente para
destacado antropólogo Robert Wald Sussman en The Myth of Race: The Troubling
Persistence of an Unscientific Idea (2014). Sussman indica que las ciencias exactas y
sociales han avanzado discernimientos lógicos sobre diferentes procesos físicos, naturales
y culturales, pero aun así existen criterios irracionales como la división tipológica sobre
las razas. Indico que en Chile ese uso proviene de una presentación prejuiciada que se le
otorga al país “como el más blanco” para distinguirlo entre los demás de Latinoamérica.
representa ciertamente a la nación y por ende es una falacia. Más allá de esa perspectiva
funciona en Chile como una modalidad de organización social, puesto que la presencia
supuesta ausencia. La frase “en Chile no hay negros”, es expresada por los ciudadanos
3
Noción esta que ilustra el Diccionario de la Real Academia en su definición antropológica, “sobre los
distintos tipos de raza que conforman la especie humana” (RAE).
95
que existe en Latinoamérica y en el propio país. Hay una colectividad chilena que se auto
identifica como mayoría y explica que no hay una traza histórica del afrochileno en el
acervo cultural de la nación, para hacer única esa leyenda de una blanquedad nacional.
Esa propuesta de una supuesta “blancura social” está influida por el supuesto ocaso de la
étnicas en el país. Por ejemplo, el cardenal Raúl Silva Henríquez, arzobispo de Chile,
Quizás las palabras del prelado estén exentas de prejuicio; sin embargo, su
inocencia histórica lo hace víctima de una falacia moral que expresa la superioridad
social de unos sobre otros, distinguiendo a Chile de otros países en Latinoamérica por esa
barbarie sarmentiana, que examino antes en el primer capítulo de esta disertación, inunda
apócrifo que se usa para comentar y escribir sobre la nación. Domingo Faustino
Sarmiento publica por primera vez su libro Civilización y barbarie en Chile en 1845, en
el periódico El Progreso, y su lectura atrae la admiración de los chilenos, así como de los
argentinos que escapaban del gobierno federalista de Rosas (Collier, 168). Pienso que
este discurso en la actualidad aún no está agotado ya que tiene una preponderancia
ideológica en la cultura chilena. Pasa, de ser una idea preexistente en la cultura política
Así se reproduce un juicio general que asume que el mestizaje en el país es parte
embargo, en el caso de Chile este concepto se exacerba, porque la frase “en Chile no hay
negros” se transmuta desde el rumor a ser una característica social que distingue al país.
que debe desecharse de la sociedad. El rumor pasa a ser una realidad cultural, que define
a la nación por medio de ese designio oral falseado sobre la historia y la identidad
cimienta una estructura social que borra una parte de la historia del país y presenta una
Diferenciándose así, por ejemplo de las escritoras afrouruguayas por tener esa evidencia
testimonial inmediata que asume una posición que recupera la historia de su identidad.
Segundo, también me interesa investigar el rol ambiguo que tiene la representación del
mulato Taguada” y su conexión con la payada en Chile. Tercero, analizo el cuento “El
representación del negro y del mulato en estos textos como una crítica a los esquemas
sociales discriminatorios que constituyen la sociedad chilena del siglo XX. Considero que
98
el cuento de Díaz Garcés es una crítica directa a la historia de la trata negrera en Chile y
la novela de Santiván es una parodia sobre las falsas convenciones sociales que existen en
la sociedad y la cultura del país. Mi objetivo es cotejar esa crónica de la historia social
exterioriza sobre el afrochileno, para exponer una contracorriente reciente que recupera
esta identidad historiográfica. Por ello, examino la obra de teatro Afrochileno (2014) del
colectivo artístico Tryo Teatro Banda para analizar ese aporte de recuperación que se
Capitanía General del Reino de Chile importó un gran número considerable de esclavos
negros. El arribo de los esclavos africanos continuó hasta principios del siglo XVIII para
suplir la escasa mano de obra en el país. El historiador Rolando Mellafe indica sobre la
Queda, con todo, aclarado que ya desde 1600 la cantidad de negros del
reino de Chile, era mayor que la de españoles y criollos, al mismo tiempo
que alcanzaba aproximadamente a la mitad de todas las categorías étnicas
y sociales, sin tomar en cuenta, naturalmente, a la población indígena
(226).
Como dato histórico, Mellafe explica que Chile importó en el siglo XVII un
número significativo de esclavos africanos, cuyo número dobla en unos pocos años al de
los colonizadores españoles. El historiador añade que existe además un extenso registro
de mulatos como producto de la unión entre españoles y africanos. Mellafe escribe que
entre los siglos XVII y XVIII la importación de esclavos negros en Chile fue sustancial
99
ya que se utilizaban en una amplia gama de labores y funciones que incluían el trabajo
doméstico, el agrícola, además de emplearse como soldados en las guerras contra los
española porque muchos de los habitantes originarios del territorio chileno (mapuches,
aimaras, atacameños, etc.) mantenían una guerra persistente con los españoles. Con el
tiempo, los africanos se fueron adaptando a la nueva vida, no sin enfrentar las rígidas
experiencias de la esclavitud y sus castigos, pero siendo capaces de formar sus propias
Asimismo, el destacado crítico literario chileno Cedomil Goić, explica que negros
testamentos en favor de sus familias (Letras del reino, 315-316). En este período que
demarca los siglos XVII al XVIII, tanto el esclavo importado de África como sus
el comercio interno en la nación, dejando una clara huella en la sociedad colonial del
afrodescendiente desaparece con la nueva República. Cae víctima de ese discurso que
100
anula al afrochileno, por razón de una autoridad discursiva del poder. Existe un impasse
entre el ciudadano oriundo que cree conocer la historia del país y aquellos fundamentos
que él mismo cita de esa discursiva errónea que se tiene de Chile. Los afrochilenos
nación. Ese legado ha estado vetado por el entramado social que se ha construido en el
país. Este acontecimiento en particular, que defino como una contradicción cultural, le
histórico-social, aun siendo parte esencial de las propias tradiciones identitarias del país.
eurocéntrica, así lo explica Óscar Contardo al apuntar que “La fantasía blanca es social y
Chile no hubo negros (el mito es que no se acostumbraban al clima) […]” (66). Existe
una narrativa que saca al afrochileno del continuum histórico nacional por la reiteración
guerras exterminadoras que propiamente construyeron ese mito absurdo sobre el ocaso
del afrodescendiente en la historia nacional. Por ejemplo, como respuesta lógica a esa
falacia de la no adaptación al clima, alguien puede sugerir que Suráfrica tiene un clima
tan austral como el de Chile—al compartir un mismo paralelo geográfico. En esta zona
del continente africano habitan personas desde mucho antes de que llegaran los tratantes
europeos a finales del siglo XV. Esos discursos anulan la presencia del afrochileno en
transforma en un ser anulado víctima de ese rumor extendido que manipula a la otredad
afrochilena. Ese mismo discurso dicotómico que ocurre en otras naciones del Cono Sur
101
como Argentina y Uruguay, se hace aún más presente en Chile. Sobre esta controvertida
apunta,
Dándose un falso juicio aclarativo, que desautoriza aquello que rechaza, el afrochileno es
calificado como una entidad disímil en esa realidad preestablecida, aun siendo una
realidad truncada. Establece una afirmación ininteligible sobre la propia cultura histórica
valores que son parte de ella, pero no se añaden por el peso de los prejuicios. Al
escribe,
cultural” que ha permeado el discurso de clases en Chile, que informa esa interpretación
falseada del contexto histórico del país. Existe una racionalización absurda de la realidad
afrochilena, ésta desaparece entonces del mapa social chileno, aun cuando
un evento en la capital del país, cuyo nombre fue “Conferencia Santiago +5”, establecido
con fines de tratar asuntos aún pendientes en el ideario social chileno. El marco teórico de
de ellos. Comenta la afrochilena Marta Salgado Henríquez que, ante la negación del
histórico sobre la realidad del afrochileno en la nación. En las páginas que escribe,
Por muchos años tuve que luchar por el hecho de ser diferente. Mi cabello,
mi color de piel, me hacían ver distinta a la gente de mi ciudad y, por
supuesto, al resto de mi entorno social, mi escuela, la población en que
vivía. En el transcurso de mi vida, soporté las risas burlescas de los que
me llamaban “negra”, como si mi color fuese algo malo o algo que no era
normal en las personas, hasta hoy que estoy en el grupo que se denomina
la tercera edad (El legado africano, 225).
rescatarla en la nación frente a esa hegemonía adulterada que decreta los discursos de
rechazo. Con su testimonio, Salgado Henríquez contrapone una tendencia nacional que
reivindicación de una historia e identidad que la posicionan con una proyección moral
de legitimidad que aflora en las vivencias, los testimonios, datos, fechas y la exposición
de hechos inequívocos que ella ofrece, Salgado Henríquez presenta una historiografía que
ratifica la identidad del afrochileno en esa historia social del país que comienza a
contribuyen a esa misma historiografía testimonial. Son las afrodescendientes las que se
hacen de una agencia moral que narra el testimonio de su identidad. Escriben desde una
perspectiva que recupere no sólo la voz histórica de la comunidad, sino que también
coloca a la mujer con un poder social identificable. Por ejemplo, Camila Rivera Tapia
espacio de inclusión reconocible para la mujer afrochilena. En este caso, Rivera Tapia
escribe para dar inteligibilidad a la existencia de su legado cultural. Con una determinada
Sin embargo sé que tengo algo distinto a las demás, mi piel, mi caminar
hacen que la vida tome un sentido diferente (sic). Auto determinarse es
uno de los grandes desafíos del ser humano, y aquí en Chile,
específicamente en Arica donde la multiculturalidad es una de las
características principales, sigue siendo complicado ya que hay una parte
de la historia de mi país que no ha sido contada, una historia que en la
memoria colectiva se encuentra pero que en las escuelas no se enseña, una
historia que se ve reflejada en la cultura pero que no se reconoce. Esa
historia es mi historia, la de mi familia, la de mis ancestros (42).
exclusivo a su apariencia afrochilena. Por una parte, su “piel” la caracteriza como un ente
cultura social “blanqueada” del país. Por otra parte, su “caminar”, del cual tomo la
ante los arduos avatares que experimenta como mujer y también como afrodescendiente.
Ese “caminar” delata además el peso de una herencia colonial, la cual le impone una
del hombre en el poder—quien como he dicho antes, estipula además la idea de una
sociedad chilena “blanqueada”. Cabe destacar que el censo que se hace en entre agosto y
noviembre del año 2013 se encuentra que existen 8.415 personas autorreconocidas como
cuanto a esto, añado que la comunidad afrodescendiente tuvo que protestar pública y
afrochilenos, pero son las protestas de la comunidad las que hacen que el INE cambie su
La realidad testimonial que aflora en los escritos de estas mujeres tiene un peso
característico, ya que ser mujer en Chile conlleva a tener que objetar la imposición de una
donde el divorcio estuvo prohibido hasta el año 2004, cuando fue aprobado por el
presidente Ricardo Lagos en la nueva ley del Derecho Civil. Al respecto, informa BBC
Mundo que el país, “Era una de las últimas democracias en el mundo donde no se había
legislado sobre el tema” (“Chile: promulgan ley”). Sobre esta cuestión ya se venían
elaborando propuestas desde el año 1997, durante el gobierno de Eduardo Frei (1911-
1982) se aprueba una propuesta de ley que empieza a revisar el tema del divorcio. El
107
aborto tampoco no se aprueba hasta el año 2016 durante el gobierno de Michelle Bachelet
(1951). En el diario El País, la periodista Rocío Montes apunta que “Chile es uno de los
pocos países del mundo donde el aborto está prohibido en todas sus causales. Fue una de
las leyes de amarre que la dictadura de Augusto Pinochet decretó poco antes de entregar
que existe una característica muy peculiar que describe la situación de las mujeres en los
países del Cono Sur (Argentina, Brasil, Chile y Uruguay), en la región las mujeres
históricamente han sido percibidas como “ciudadanas incapaces”. Sobre el caso particular
de Chile, Giordano escribe que en ese país las mujeres no alcanzan un reconocimiento
civil pleno hasta muy tarde en la última mitad del siglo XX, “[c]on un decreto relativo al
Nuevo Estatuto de la Mujer (Ley N.º 18.802) del 23 de mayo de 1989, poco antes de
(18). Lo que manifiesta a fondo esta circunstancia es el ciclo de abusos sociales que
situación social de la mujer en Chile, hay que mencionar la novela Lumpérica (1984), de
la escritora Diamela Eltit (1949). Un libro que tiene tintes del género testimonial y que
108
además se publica en los años que el gobierno de Pinochet controla el país. La novela de
Eltit funciona como una metáfora sincrónica que refleja no sólo los acontecimientos que
símil metafórico de una mujer abandonada y acosada por una existencia tiránica y
dominante. Al respecto Eva Klein escribe que “hay una dimensión más que teje
En su novela Eltit nos remite a una mujer desprovista, abandonada por acción propia de
“Saquéanla (sic) de todo referente & más que luz de la plaza, aguarda el lumpérico juicio/
del toda inexpresable en su derruida continental extirpe” (176). La autora representa una
circunstancia abstracta que le impone a la mujer esa condición de abandono que explico
que resalta la existencia antagónica que experimenta la protagonista y por ende su patria.
La novelista nos obliga a pensar en una realidad hostigada, que a su vez es indescriptible
de la realidad nacional chilena por las grafías propias de su escritura. Pienso que
lenguaje funciona como paradigma que expresa lo que tiene que ser dicho o escrito de
109
manera solapada. Eltit elabora una literatura que manifiesta el estado general de las
chilena, se convierte en categoría ética y por ende anexa nuevos análisis, nuevas
afrochilena se posiciona como ente de cambio, con una agencia determinada para restituir
afrochilena como una ética sobre la vida, donde el sentido que obtiene esa cotidianeidad
trasmite una relación de insubordinación, en cuanto a esa diferencia que existe entre las
afrodescendientes en Chile escriben con una noción clara de inclusión que las sitúa en
correspondencia exacta con los demás integrantes de la sociedad en que existen. Más que
abogar por un espacio, la mujer afrochilena lo encuentra por sí misma al exteriorizar una
filosofía ética de la existencia que las define y las empodera en ese sistema alterado que
pretende retocar la cultura social de la nación. Como lo expresa Azeneth Báez Rio,
reconozca, también para traer a colación la historia de su herencia cultural. Siguiendo las
palabras de Báez Rio, “hacer visible el tema afro”, conlleva un performance en las
comparsas que rescata una sensibilidad. Ese performance es una revelación más tangible
Báez Rio presenta la historia recuperada de un grupo que, al hacer acto de presencia en
“las comparsas”, rescata con su naturaleza femenina las circunstancias en que ha existido
deviene una estrategia, proteger la herencia ancestral del pueblo afrochileno. El recuento
111
de esa realidad testimonial, como dispositivo literario, elabora una recopilación histórica
peyorativas cuando incorpora la figura del mulato al describirlo como sujeto de una
literatura chilena revela prejuicios similares a los que ya existen en la sociedad. Ambos,
el mulato y el negro aparecen detallados como entes raros, descalificados por sus
Continuando con el tema del afrochileno en la cultura literaria del país, pienso que
debe destacarse la obra en la que el afrochileno aparece representado por primera vez en
poema La araucana (1569) de Alonso de Ercilla (1533-1594). Obra épica que detalla la
colonización de Chile por España, considerada el texto literario fundacional del país,
como apunta Cedomil Goić al ilustrar que ante la mirada “[c]rítica, de espíritu
Ercilla escribe,
mediante el cual el líder mapuche se niegue a ser ajusticiado por el mencionado verdugo.
La voz narrativa del poema califica la misión del negro gelofo como una “afrenta” que no
puede pasar por alto el cacique, siendo la última ofensa que recibe Caupolicán antes de su
muerte una mano así abatida”; en estas dos estrofas observo que Caupolicán se niega a
ser ajusticiado por un esclavo y no por un oficial español, estimando el rango militar y la
113
posición social que ocupa en el ejército indígena que él dirige. En relación con el análisis
Creo esencial explicar que la voz del líder indígena en el poema lo sitúa con una
poema—Alonso de Ercilla en este caso—le otorga sólo para ridiculizar su discurso. Hay
que pensar que Caupolicán nunca es esclavo de los invasores europeos, sino el líder
sitúa como el paladín de los araucanos, y como tal, rehúsa morir a manos de un esclavo
Existe, por ejemplo, otra interpretación analítica que propone el crítico literario
Jean-Pierre Tardieu. Él apunta que al ser bautizado el líder mapuche, Ercilla le concede
por el bautismo los dones cristianos de los españoles, ergo su desprecio racial para con el
Sin embargo, sin descartar este análisis que propone Tardieu, encuentro más
lógico pensar que Caupolicán no quiera ser ajusticiado por esa “mano así abatida”, por
ser precisamente alguien de una condición oficial mucho menor que la suya. Creo además
que, pensar en un desprecio racial desde la perspectiva del líder indígena es acaso entrar
transformada en este caso por el bautizo español en su contexto más figurativo. En las
estrofas que relatan los momentos antes de la muerte del héroe, Ercilla lo describe con
igual reiteración del aborigen salvaje como lo hace desde el comienzo. No por esto
en una obra tan emblemática para Chile aparezca la figura del afrodescendiente con un
poema que se escribe como la epopeya sobre la conquista de Chile, pero que deja
cultura chilena, es más transcendental entender la presencia del negro gelofo como
115
personaje del afrochileno en la literatura del país debe entenderse como la traza que
existe y que merece ser incorporada siendo parte ya de esa fundación nacional que
en cuanto a la conveniencia de aquellos prejuicios sociales que se erigen con el paso del
tiempo y las opiniones que se van formando. Sobre esta particularidad la crítica literaria
Garcés (Ángel Pino) (1877-1921), cuya obra examinaré más adelante. La observación
que presento de Barrenechea me permite examinar que aún en la literatura que se escribe
en el país, el afrochileno sufre el peso arbitrario de una relegación. Esa representación del
116
mejor, hasta que tiene un duelo con un “señorito hacendado”, don Javier de la Rosa.
Antes de examinar este ejemplo, quiero acotar que en su Tesoro de la lengua castellana o
“MVLATO, el que es hijo de negra y de hobre blanco, (sic) o al reues, y por fer mezcla
Covarrubias desde una perspectiva referencial, ya que me ayuda a analizar ese segmento
de la payada popular chilena que reseña el controversial contrapunto entre don Javier y
Taguada.
Aunque no existen documentos oficiales que fijen la fecha exacta y, por otra
Taguada. Como apunta Enrique Bunster (1912-1976) en su cuento “El mulato Taguada
contra don Javier de la Rosa”, “según Encina, Curicó a fines del siglo XVIII; según
Acevedo Hernández (y lo confirman los versos), San Vicente de Tagua -Tagua hacia
1830” (“El mulato Taguada…”). Del mismo modo, Mariano Latorre (1886-1955) escribe,
“Existe el manuscrito de una célebre palla (sic) entre el joven hacendado don Javier de la
Rosa y un mulato, Taguada, que puede situarse más o menos en la primera mitad del
siglo XIX” (279). Lo cierto es que no hay un manuscrito histórico exacto que marque la
evidencia del duelo entre los dos payadores; aunque el acontecimiento se ha mencionado
como lo hacen Bunster y Latorre. Lo sugerente de este episodio es que ambos escritores
definen al “mulato Taguada” como indio y no hagan uso de la definición que ya establece
117
literatura chilena.
controversia entre Taguada y don Javier, según la recoge y transcribe en el siglo XIX el
poeta chileno Nicasio García (1829-1920). Sobre Taguada, Bunster presenta una imagen
aparece su identidad real. El escritor escribe que Taguada es “chico, no muy joven, hijo
de india y español” siendo “mulato del Maule” (“El mulato Taguada…”). En esta
descripción que hace el autor, el mulato emerge como un personaje trucado, el cual es
reflejando así en su historia el duelo entre los dos payadores. Así escribe acerca el saludo
a Bunster de prejuicio; sin embargo, distingo que existe esa idea de eliminar
118
una liminalidad que define ese espacio que ocupa el afrochileno, la investigadora escribe
que es, “Un personaje del “entre” que, efectivamente, deambula como mestizo, se
confunde con los indígenas o queda situado en los intersticios de la sociedad sin
pertenecer a ninguna de ellas” (“La figuración del negro”, 199). El personaje del mulato
identidad nacional de su país. Es un hecho histórico que para el siglo XVII la región del
Maule, cuyo nombre adopta por el río homónimo, estaba habitada por españoles, indios,
negros y mulatos (Mellafe, 104). Al examinar la idea que Latorre expone, percibo que no
sublimar aquello no conveniente con la tradición nacional; sino que también se omiten
los datos escritos sobre otras identidades que son parte del país, en este caso la
afrochilena. Por ejemplo, el padre Alonso de Ovalle escribe que “los españoles, indios y
negros que habitaban las riberas y valles de este río [Maule], que son muchos, divididos
en varios lugares, que son como aldeas y se llaman estancias” (38-39). Ambos, Bunster y
Latorre, ubican a Taguada en la región del Maule; sin embargo, caen en la contradicción
cultura popular. Considero que en esa idea de “concepto” que indica Latorre en el
fragmento citado, existe ese sentido de pigmentocracia que ilustra Lipschutz sobre las
diferentes modalidades raciales del cruce genético entre las personas de Latinoamérica;
ergo los denominativos “cuarterón” y “octavón”. Con esta calificación, Latorre cita el
criterio popular que encasilla como infrecuente a un individuo por el color de su piel en
Chile. Esta es una norma social que aparece en la ficción como parte de esa generalidad
que niega la historia del mestizaje en el país. De igual manera en su relato, Latorre
compara al mulato con un pájaro cuando dice que “la figura del payador mestizo Taguá,
Taguao o Taguada, que alude al color oscuro de su piel, el mismo de la tagüita de las
lagunas y remansos de los ríos de Chile” (280), acaso en la escritura el autor no prevé la
absurda comparación entre el color del pájaro y el prejuicio de ser mulato en un país
origen, sino que también es simplemente animalizado en la descripción que hace este
Otro aspecto que asoma en la observación que hacen los escritores chilenos sobre
el contrapunto entre Taguada y don Javier es la adulación que se confiere al intelecto del
análisis que se conduce está fundamentado en una apreciación que destaca las virtudes de
ambos payadores, las de Taguada se ven disminuidas ante el juicio que se expone sobre
payadores en dos extremos opuestos. Aunque reconoce las virtudes del mulato, le asigna
mientras que, al caballero, si bien lo asocia con el ocio, lo describe como alguien que
describiendo a Taguada como un “animal” con un “genio hosco que provee de la tierra”
que hace sobre Taguada sufre de una parcialidad que evoca al concepto de barbarie.
Aunque se advierte una simpatía al resaltar la vida del mulato, Alegría ya por adelantado
el autor no observa su imprecisa arbitrariedad en cuanto a esa imagen que presenta sobre
ambos contendientes. Quizás Alegría no reflexiona sobre lo que podría replicarle otro
tipo de posición crítica. Por ejemplo, podría refutarse la argumentación de Alegría con
clase social de don Javier. Bastaría con explicarle al escritor que existen personas que
aseveran que una virgen engendró al Mesías, o que una cruz de ceniza en la frente les
121
recuerda que un dios creó al hombre del polvo. Es evidente que los ejemplos que presenta
Alegría sobre Taguada son arbitrarios al enfatizar la inferioridad del mulato. Por ende, el
propia personalidad.
A pesar de esta imagen inexacta que ciertos escritores proyectan de la figura del
afrochileno, hay otros autores que plasman una imagen diferente del afrodescendiente
para rescatar la dimensión cultural de éste en el entorno social del país. Por ejemplo,
considero que la representación de autores como Díaz Garcés y Santiván concibe una
imagen más fidedigna de la nación. Pasaré entonces a examinar a continuación esa otra
literatura que plasma una perspectiva diferente del negro y el mulato, haciendo énfasis en
la novela de Santiván.
III. Otras imágenes sobre “el negro” y “el mulato” en la ficción chilena
El historiador Greg Grandin comenta que Joaquín Díaz Garcés publica en 1916,
en la revista Pacífico el cuento “El camino de los esclavos”, relato en el que narra la
travesía por los Andes de un grupo de africanos forzados por la trata negrera (297). El
relato del escritor chileno está basado en el hecho histórico de una rebelión de esclavos a
bordo del buque La prueba en 1804, en la costa de Valparaíso, Chile. Los eventos reales
después de asesinar a casi el setenta y cinco por ciento de los tripulantes españoles. La
122
rebelión concluye cuando, al acabarse las provisiones en el buque, los esclavos someten
al capitán español Benito Cereno para que negocie el suministro de provisiones con un
por un ardid inesperado de Cereno, por lo que retoma con sus hombres el poder del
de la insurrección (Grandin, 281-282; Leslie, 54). El cuento “El camino de los esclavos”
sentido de responsabilidad con la historia de Chile y con ese silencio que hay en la nación
social que existe en el país con respecto a la expatriación de refugiados con motivo de la
alejamiento que sufrieron los africanos al ser extraídos de sus lugares de origen. El
el acervo social chileno. El relato está narrado con un sentido realista que describe la
travesía desde el continente africano hasta Valparaíso, incluyendo el cruce del Atlántico y
y los entornos sociales que detalla. Al analizar la obra de este escritor, Juan Antonio
Massone escribe,
en Chile. El relato “El camino de los esclavos” presenta una dicotomía clara entre el
esclavista compra en África junto a otros “[d]oscientos veinte negros varones, sin contar
algunas mujeres encintas y niños que entraban de favor” (Díaz Garcés, 80). El cuento
Mure, enfatizando la nobleza de espíritu que tiene el esclavo. Díaz Garcés escribe,
Delfín quería saber cuáles eran las protestas del negro y ordenó dejarlo
libre para que formulara sus quejas. Mure se dirigió resueltamente al
negrero y con palabras y acciones, mostrando el corral de popa, llevándose
la mano al corazón y señalando una imagen que estaba a la cabecera del
lecho del traficante, parecía decir bien claro que las mujeres debían serles
devueltas, que eran las suyas, que una religión buena no podía permitir
que se separara al hombre de su hembra, que serían sumisos si no se les
124
vejaba hasta ese extremo, pero que su ira no reconocería límites si se les
negaba toda justicia (80).
El autor muestra en este párrafo cómo el personaje de Mure aboga por la unidad
de hombres y mujeres al apelar a esa regla de oro sobre la bondad religiosa. Del mismo
su demanda. Díaz Garcés crea una cierta reticencia al presentar al español con un grado
de buena voluntad al escuchar la propuesta del esclavo. Esta estrategia narrativa establece
descripción que hace el autor sobre su personalidad, aparece enfatizado como un hombre
Pero entonces los criados pensaron que era conveniente completar la obra
preventiva de pacificación y buscaron en el corral de popa a la mujer que
más gemía por Mure, y era una esclava tan alta como éste, de ojos muy
grandes y alargados, de abierta boca rasgada en puro carmín, con una
corrida de blanquísimas perlas por dientes. Y la azotaron delante del
caudillo hasta hacerla caer también (82).
hechos históricos que narra. El autor menciona una referencia directa al castigo para así
manejar la facultad ética que señala el proceso de la esclavitud en Chile y su relación con
la realidad histórica del período colonial español. Para entender esta idea que expreso, el
filósofo Richard Gaskin propone que el humanismo literario tiene una cualidad estética
que nos pone en contacto con situaciones, circunstancias y generalidades, que son
125
propia realidad desde la perspectiva del género ficcional de la literatura (23-24). Gaskin
puntualiza,
tal caso dicha manera de narrar la ficción es coherente con eventos incuestionables que
de ese mundo que se exterioriza en la escritura del autor. Ese sentido está determinado
por lo que Gaskin define como “humanismo literario”, en el que hay una conexión entre
ficción-realidad no tienen que estar separadas por la intervención de la literatura, sino que
es ella una herramienta viable para asociar el conocimiento del mundo con las imágenes
que se crean.
“El camino de los esclavos” como una reinterpretación comprometida con la historia de
Chile. Díaz Garcés se toma la libertad creativa de escribir sobre un evento real para
126
Ambos están unidos por un sentido hermenéutico que le confiere el autor, al exteriorizar
el desplazamiento forzado de las personas afectadas por ambos flagelos. Pienso que “El
camino de los esclavos” debe concebirse como la representación que confiere otra
la estampa de la trata negrera como el proceso que desafía esas falsas controversias sobre
una historia nacional en el país. Bernard Harrison plantea que la ficción es un proceso en
de una realidad que es retocada por la ficción. Harrison explica que la función de la
reales que afloran en la escritura. La historia que cuenta Díaz Garcés en “El camino…”
crea ese recinto, ya que estimula la exégesis sobre la relación histórica del esclavismo y
narración. Díaz Garcés es un autor que proyecta esa especificidad, esa práctica ética en la
extensión de su relato.
Hay otro escritor en Chile, Fernando Santiván, que igualmente trata el tema de la
escritor que se preocupa por representar temas sociales, Santiván tiene además un interés
ávido por destacar las condiciones de la vida rural del país. Por su escritura sobre la
realidad nacional y por su interés en rescatar varias generalidades sobre la historia social
crítica lo ve como un escritor que proyecta la literatura del país fuera de las fronteras
nacionales, “who established the Chilean novel and the short story and raised them to
international importance” (Valenzuela, 440). Asimismo, Berta López Morales añade que
la obra del escritor denuncia, a cada paso, la injusticia social, las desigualdades
obra). Sin embargo, pienso que en La novela El mulato Riquelme, Santiván construye una
narración paródica que va entrelazando la vida del protagonista, el mulato, con la familia
del país. De esta manera, el autor escribe sobre una realidad chilena que pretende no
128
conocerse y se aproxima a ella desde una perspectiva que se burla de esa falsa
Es muy posible que el mulato Riquelme fuese hijo o sobrino de don Simón
Riquelme, padre de doña Isabel. En este caso el mulato habría sido
hermano o primo de la madre de Bernardo O’Higgins, y, por consiguiente,
tío del prócer; y tío bastante joven, por lo demás, como para parecer
hermano mayor (Santiván, 15).
el patricio chileno, cuyo segundo apellido es también Riquelme. Este recurso desdobla un
tiene uno de los héroes nacionales más glorificados de la historia nacional. En cuanto a
ese uso de la parodia que propongo, la crítica literaria Linda Hutcheon explica que en el
siglo XX la parodia tiene una complicidad política porque radica en la revisión histórica y
la reinterpretación de los procesos nacionales, “[i]t has a hermeneutic function with both
cultural and even ideological implications” (2). Pienso que es en esa proyección
hermenéutica que Santiván trabaja con la revisión de una cultura social en el continuum
como familia, uno histórico y otro ficcional, Santiván mezcla el relato personal de
Riquelme emparentado con el héroe chileno y la biografía textual que el mulato hace de
O’Higgins. De esta manera, sugiere una revisión de los procesos nacionales en cuanto a
la circunstancia social del afrodescendiente en el país. Para hacer esto, el autor crea dos
formación en Europa y, otra sobre las adversidades sociales que el mulato confronta,
hasta que encuentra una posición honorable como amanuense, en el marco de una
sociedad chilena intolerante. Otro personaje que actúa en la novela es “el editor” y es la
129
persona que encuentra una serie de manuscritos, a finales del siglo XVIII y principios del
XIX, que son la historia de Gregorio “Goyo” Riquelme. Este personaje del “editor” se
dispone a arreglar y corregir las faltas que pueda tener el mulato y también se dedica a
escribir intervenciones, en toda la extensión del texto por sobre la propia narración que va
haciendo el protagonista. Así, por ejemplo, opina sobre el denominado parentesco entre
Riquelme y O’Higgins,
En esa misma acotación que hace “el editor” se percibe el distanciamiento social
que establece su propia voz con las características del mulato. Según él considera,
esclavas y criadas, tomando como derecho su elevada posición social para llevar a cabo
tal intercambio sexual. De la misma manera, vemos como se establece una indudable
familiar?, pero ¿tampoco era un pariente? Aunque después lo considera tío directo del
prócer, el personaje del “editor” interfiere para dar su punto de vista sobre la relación
consanguínea que existe entre el héroe nacional y el mulato protagonista. Con respecto a
esa introducción que hace en la novela, el lector está ante una crónica doble que expande
escritura que maneja los límites de la verdad y la imaginación literaria. Marta Dvorak
130
posmodernidad canadiense,
[t]he self-reflexive one of postmodern writers who not only blur the
factual and the fictional, but also blend artistic modes of representation
with the exegetical art of dismantling a text, and who chose to function
within the modes of ambiguity and liminality, consolidates the postmodern
notion that all perception and articulation are socially construed. (40)
construye alrededor de la figura de Riquelme. No opino por esto que Santiván sea un
escritor posmoderno, pero sí que escribe una novela que profundiza en esos intersticios
realidad nacional e histórica del país. El mulato Riquelme pertenece a esa idoneidad
extravagante de utilizar al protagonista con una voz doble al narrar la historia de Chile:
enunciando, por una parte, el posible mestizaje de uno de los padres de la patria y por
nacional discordante, asimismo conforman una imagen que reivindica a los olvidados con
Pienso que por eso el personaje del “editor” es clave para entender esa voz que
censura y que a la vez establece una jerarquía escrituraria por sobre la historia que cuenta
Riquelme. Sin escrúpulos “el editor” funciona como un interlocutor entre el mulato y el
lector, es una especie de expositor parcializado que no oculta su tenacidad crítica con la
131
Otra cosa, que debo advertir a los lectores de estas Memorias, es que me
he permitido agregar por mi cuenta, a manera de notas de editor, algunos
comentarios a las ideas y hechos presentados por el memorialista. El
mulato se deja arrastrar a menudo por la imaginación pedantesca o por su
irrasmisible (sic) tendencia a la mentira y, quizás sin pretenderlo,
desfigura los hechos históricos (17).
Pienso que esta, es una astucia narrativa que utiliza Santiván para ayudar a
percibir la figura del “editor” como esa individualidad específica chilena que tiende a
negar la traza afrodescendiente en la cultura social del país. En la ficción que escribe
Santiván “el editor” existe como un personaje antagónico que no es parte del relato del
mulato, pero que está presentado como el adversario crítico de la escritura biográfica que
por encima de Riquelme, “el editor” funciona como la metáfora de ese rechazo social a la
presenta capítulos, sino relatos donde “habla el mulato” y por consiguiente “habla el
editor”. Pienso que ese coloquio que presenta Santiván entre la ficción y lo editorial
profundiza más en la categorización del rechazo que existe con la cultura afrochilena en
el país. Considero que este es un ardid dialéctico oportuno, ya que el autor presenta
asimismo la censura que esta cultura social enfrenta. De esa manera, se descubre la
esencia afrochilena y esa contraparte que se propone negarla. Santiván se aproxima a una
una imagen inexacta de su identidad, otros como Díaz Garcés o Santiván lo hacen desde
perspectivas más humanas y reales. No existe aún, salvo la publicación de los testimonios
de las mujeres afrodescendientes chilenas una literatura escrita por afrodescendientes. Sin
embargo, en relación con esos lapsos de la ficción que intentan manifestar la realidad, en
manuscrito escrito por un afrochileno con poesías, relatos, crónicas sociales, testimonios,
etc., denominado “Documento Baluarte”. El texto, está escrito por Pedro Baluarte, a
principios del siglo XX, en una libreta de contabilidad y aún no ha sido publicado.
Explica Paulina Barrenechea que la composición del cuaderno es muy variada, porque
contiene literatura escrita por el autor, así como también valses, décimas, cartas y
De este suceso, tomo la incidencia histórica del manuscrito que se encuentra y que
hecho que sea Pedro Baluarte un poeta dedicado a escribirle los documentos a sus
escritores por encargo, como una especie de amanuense, y que en este caso es coherente
con la gran cantidad de cartas con distintos destinatarios y con remitentes diversos” (18).
en la realidad. Pienso que dicha aproximación se acerca al principio ético de hacer valer
133
un servicio en favor de una historia social; ambos, Riquelme y Baluarte son elementos en
Pedro Baluarte puede asimilarse desde la implicación histórica que tiene la comunidad
testimonial, Baluarte la hace accesible por razón de sus memorias y apuntes. En cuanto a
esa función del documento encontrado como recurso en la literatura, Ascensión Rivas
Pienso que Santiván inserta al personaje del “editor” no para presentar una crítica
directa del mulato, sino para poner en tela de juicio ese concepto incompleto que se tiene
de la historia social chilena. Por ende, la opinión que ejerce “el editor” en la novela no
está exenta de revisión ya que él mismo se auto adjudica una percepción superior de la
personal por sobre los hechos históricos. Amén de no citar a ninguno de los historiadores
en los personajes que son parte previa del relato que escribe Riquelme. De esta manera, el
autor elabora una ficción en la que el mulato toma posesión de su historia. El autor va
develando el personaje protagónico con una conciencia propia del entorno social en que
él existe. En los relatos que escribe sobre sí mismo y la relación que tiene con la familia
personal y pecuniario. Santiván presenta al mulato con una perspicacia que manipula su
habilidad de escribir para ganar los favores de las esposas de los terratenientes y obtener
la simpatía de los trabajadores domésticos y esclavos en las casas que trabaja y visita. Al
escriturarios que ofrece y por el dinero que obtiene. En ese curso de los acontecimientos,
Riquelme de aprender a escribir como algo insólito para él en el período colonial que le
La ayuda que recibe el joven Riquelme del padre Venancio marca ese hecho
inusual, en que un afrodescendiente, a finales del siglo XVIII en Chile, puede obtener ese
tipo de conocimiento. El sacerdote aparece como una figura paterna que se encarga de
particular con don Simón Riquelme. Por otra parte, presenta además una contradicción
sujeta al propio progreso educativo del mulato, ya que es don Simón quien tiene que dar
da su “dueño”. En este caso, don Simón lo envía a trabajar con otro hacendado, don Juan
de Dios, para que aprenda comercio y agricultura. Son esos vericuetos de la ficción de
Santiván los que van guiando la historia para que Riquelme se convierta en redactor de
cartas y así se inserte en la sociedad pueblerina donde vive y pueda narrar las historias de
las haciendas que visita. Creo que si el mulato hubiese cursado otros estudios quizá no
tendría esa afición por contar las intimidades de la sociedad rural chilena como lo hace.
Por ejemplo, es por medio de Riquelme que se presenta en la novela el conflicto social
que rodea a la figura de Bernardo O’Higgins, siendo hijo ilegítimo, producto del romance
del patricio chileno, sino que integra a Riquelme como elemento de cohesión en la propia
este evento en el texto, y que también sea un afrochileno partícipe de ese evento en
136
particular, es una estrategia paródica que elabora Santiván para narrar un hecho real de la
historia de Chile. Linda Hutcheon apunta que el uso pragmático de la parodia destaca una
auto reflexión crítica sobre los discursos del pasado. Con esta perspectiva, la parodia
retoma el sentido que tienen las tradiciones en la cultura para reexaminarlas desde esa
diferencia que establece como género literario. Sobre esto Hutcheon escribe, “[t]he kind
Esa idea que plantea Hutcheon de revisión y también de retomar la literatura como una
literaria, permite que la narración de Riquelme muestre esos vericuetos históricos que
Pienso que Díaz Garcés y Santiván se acercan a representar una literatura sobre el
muestran el tema de la impronta afrochilena para exponer ideas que permanecen vedadas
en esa categorización social que Chile experimenta en el siglo XX. El cuento de Garcés y
historia
escena la llevó a cabo la compañía Tryo Teatro Banda, dirigida por el mismo Sánchez.
Aunque con un parlamento corto4, la obra destaca con la participación de cinco actores,
que tocan además música africana con instrumentos típicos de este continente. Así lo
se pone en escena en el interior del país con denotado éxito. Como explica Felipe Gómez
Gálvez,
La obra, que fue parte del Festival Internacional Santiago a Mil 2014, hoy
se encuentra realizando presentaciones en distintas partes del país en el
marco de la Gira Teatro a Mil. El pasado 9 y 10 de noviembre, la obra se
presentó en las ciudades de Valdivia y Lautaro, respectivamente
(fundaciónteatroamil.cl).
similitud entre la obra y el cuento de Díaz Garcés desde la perspectiva de recuperar esa
4
Aprovecho para señalar que el manuscrito de la obra aún no ha sido publicado, me fue enviado en un
correo electrónico por Carolina González Iturriaga, productora ejecutiva de la compañía, e Ignacia
Goycoolea, asistente de producción.
138
educación histórica de esos sucesos que forman parte de la cultura chilena. La compañía
usa la puesta en escena de las obras que crea para llevar dichos sucesos históricos al
público y también a las escuelas. Así lo especifica un folleto confeccionado para la obra
Pienso que esa idea de desplegar una propuesta teatral sobre la revisión de un
en este caso el teatro viaja de las tablas, como expresión y representación, hacia el propio
teatro es, como la de la lírica, un hecho tan frecuente y evidente que nadie pone en duda”
(230). Concordando con el crítico teatral, creo que también funciona como una discursiva
oral, puesto que el mensaje de la obra llega al público en el teatro, pero de igual manera
se esparce para justamente recapacitar sobre ese contenido que se presenta como historia.
determinado por la función de los actores, sino que su mensaje se propaga para llegar a
obra; sin embargo, adapto ese análisis que hace porque en el caso de Afrochileno existe
esa doble función entre el parlamento de los actores y el folleto educativo que se entrega
con las funciones. Pienso que transporta ese sentido de lo “didáctico” que propone
Buenos Aires en los primeros años del siglo XVII. Bebelumba experimenta una serie de
cambios ásperos en su vida, porque de ser un adolescente libre en Angola, pasa a ser
las contiendas libertadoras chilenas. Pienso que debe considerarse como la obra presenta
-P: ¡¡¡preparen!!!
-A: Bebelumba, si tú me ayudas a ganar la guerra de
independencia y ganamos,
-P: ¡¡¡apunten!!!
-A: te juro que te daré la libertad y serás ciudadano
chileno.
-TODOS: ¡goooool!
-A y W: ¡ganamos!
-W: ¡soy libre!
-A: aquí tienes tu certificado de libertad (Sánchez, s. p.).
cómplice elemental de los procesos patrios que conforman la historia social de Chile.
representar las diferentes circunstancias que enfrenta Bebelumba muestra esa necesaria
avatares históricos. He ahí que encuentro una distinción representativa que distingue la
obra como expresión de una escritura intencional didáctica, siendo fidedigna en cuanto a
esa deuda moral que tiene Chile con la comunidad afrodescendiente. La obra toca el
una proyección que los ubica como individuos de una realidad que expresa una identidad
Kora, único personaje femenino y esposa del protagonista. Con la boda viene la
posibilidad de “echar raíces” en Arica; sin duda una cuestión interesante, porque esta es
esta región, “[l]os colectivos afroariqueños vienen enunciando su lucha en pos del
cómodos, hasta esa región donde encuentran una comunidad con sus homólogos
afrochilenos. Pienso que este evento en particular de la obra debe tomarse en cuenta
historia que no concluye con la independencia de la nación, sino que continúa con el
presenta al afrochileno como un elemento que aparece para reconocer a Chile como un
país sin diferencias notables con otras naciones en Latinoamérica. En este caso, el teatro
se pone en función de una historia nacional, pero más que recuperar, destaca por ese
tenido un éxito rotundo en Santiago de Chile y en otras regiones, así especifica el blog
soyarica, “Una gran recepción tuvo la obra Afrochileno que se presentó ayer en la tarde
en la población Juan Noé…” (Una obra de teatro..). Asimismo, Felipe Gómez Gálvez
indica que al terminar la función el público se queda para dialogar con los actores sobre
Sánchez5 está sorprendido sobre cómo la gente se acerca a entender esta característica de
que llega al público para comunicar una realidad histórica necesaria para la identidad
chilena.
5
Pese a haber contactado a la producción de la obra no pude hacerlo con su director Francisco Sánchez.
Debo aclarar que González Iturriaga y Goycoolea me comunicaron que el colectivo Tryo estaba de
vacaciones.
143
negación. Este problema se acentúa por una descalificación moral que termina
existe, está presente en la nación como un ciudadano más que aporta su cultura, su
nacional. Es por eso que explico cómo esa descalificación impregna la representación
de escritores como Díaz Garcés y Santiván y el teatro que se hace a partir del año 2012 en
el país.
Aún en la primera mitad del siglo XX, existen escritores como Díaz Garcés y
Santiván que presentan una recuperación de la imagen del afrochileno, para asimismo
Más reciente, la labor testimonial de las mujeres afrochilenas ha echado a andar una
propuesta política y activista que no sólo pronuncia a la mujer como fuerza capaz de
moral de situar a su cultura ante los mecanismos de poder que intentan desacreditarla. Al
Jelinek escribe,
afrodescendientes chilenas aparece para mostrar que aun siendo parte de ese “otro”, estas
mujeres logran ocupar un valor en la fábrica social del país. La escritura de la mujer
afrochilena es una proyección ética que trabaja desde la responsabilidad y el deber para la
dominio ético que la mujer tiene para ocupar un lugar merecido en los procesos históricos
que experimenta Bebelumba como representación de una verdad que concierne al público
y poesía
mismo y sobre su cultura trasmite una imagen específica en la representación de las letras
del país y en el Cono Sur, al nutrirse de diversos elementos populares entre los que
destaca el tambor de origen africano. Muchos textos claves, escritos por afrouruguayos
Salas (1908-1958), Marta Gularte (1919 - 2002), Juan Julio Arrascaeta (1923 - 1988),
Héctor Raúl Mene (1934), Beatriz Santos Arrascaeta (1947), Miguel Ángel Duarte López
folklórica […] era una ceremonia de carácter profano, típica de los descendientes del
practitioners…” (Johnson, 18). En cuanto a esta última manifestación, debe decirse que el
naturales y espirituales; funciona asimismo como dispositivo social que organiza la vida
de sus acólitos. Rachel E. Harding lo explica al examinar la progresión religiosa que esta
manifestación comprende,
sociedad. En lo que se conoce como la región del Cono Sur, Uruguay cuenta con una
“El censo de 1805 dio como resultado 9400 personas viviendo en la ciudad, de las cuales
más de un tercio (3300) eran africanos o afrouruguayos” (42). Hoy en día la mayor
pesar de que en las provincias del noreste, por su proximidad a la frontera con Brasil,
existe también una presencia abundante de esta colectividad (Reid Andrews, 22-23). Los
nueva nación que pertenecen. Un elemento en común entre estas tradiciones es el uso y
toque del tambor, de ahí que éste sea el foco para que ellas se agrupen en el continuum
histórico-cultural de la nación y que por ende den origen al candombe. La esencia del
afrouruguayo está definida por el tambor, por el sonido de su toque, por su indeleble traza
lenguaje común, no solo es un instrumento que ejerce la labor musical típica de animar
una determinada reunión comunitaria (fiesta, velorio, efeméride, culto, etc.), sino que es
también una herramienta que propaga el habla habitual de los miembros de la comunidad.
148
Los tamboreros africanos son capaces de reproducir frases lingüísticas, con sus toques y
con el ritmo del tambor, que son perfectamente comprendidas por las personas que
forman parte de la congregación donde se está tocando. Así lo puntualiza, por ejemplo,
Ruth Finnegan cuando escribe sobre el empleo de los tambores por el pueblo Akan en
Gana,
In the West African forests there are panegyrics, historical poems, dirges,
and extended poetic proverbs, all commonly performed on the drums. In
one Akan example, from Ghana, the chief is saluted and ushered to his
seat in a panegyric poem performed solely in drum language, on the
famous Akan ‘talking drums’ (Finnegan, 120).
que se usa para motivar a la gente a identificarse unos con otros y estrechar sus vínculos
los tambores batá, “The master drummer constructs each rendering by making split-
second decisions about which phrase will follow another. For example, there is a
substantial repertoire of segments of texts that describe and praise the òrişà Àyàn” (40)
después de la llegada de los primeros esclavos africanos al país, a comienzos del siglo
XVIII (Reid Andrews, 43). Este instrumento se reafirma con un nuevo lenguaje: la voz
149
del candombe, expresada por el tambor, pasa a ocupar una posición en la colectividad
afrodescendiente del país. Ese fundamento está determinado por la esencia primaria de lo
que simboliza el candombe; de ser una motivación para celebrar el carnaval, es también
un recurso que permea la poesía del afrodescendiente en Uruguay. Desde la creación más
elemental del candombe, el tambor establece ese juego entre ritmo y lenguaje que
existir entre los rigores sociales que confronta en su propia nación. Sobre la noción
La llamada hecha (tocada) por el tambor pasa a ser fundamento de un pueblo que
utiliza la fiesta para fortalecer su identidad en cuanto a la historia que le toca sobrellevar.
que a su vez pasan a trasmitir una memoria con su toque. Así lo refleja en su poema
representación de “las llamadas” en los versos de Duarte López une esa secuencia donde
las generaciones se reúnen al son del tambor y legitiman su presencia. La gente y sus
ancestros son parte de la celebración que invoca a vivos y muertos para enfatizar la
comunidad al acto de escuchar y ser parte de ese diálogo entre el tambor y la memoria
el objeto que intercede para convocar a la gente y también llamar a los antepasados.
Ese sentido de lo que es la “llamada” reafirma los lazos sociales que todos
afrouruguaya como precursor rítmico del candombe. Al referirse al vínculo del tambor en
Anyidoho escribe,
151
Perhaps, more than any other single cultural artifact, the drum stands out
as a fundamental point of communication and of communitas. There are
not too many rites of passage in the life of individuals, communities, as
well as of the nation as a whole that are marked without the central
presence of the drum (12) [Énfasis del autor].
que lo acogen, sino que también se expresa en el sentido idiosincrático que desarrolla al
representar una cultura fluida que progresa hasta nuestra contemporaneidad. El tambor
artefacto al que se refiere Anyidoho; más que ser un producto secundario, personifica la
identidad histórica que llega de África con los ancestros de los afrouruguayos. Si bien
existen obras de teatro que expresan el sentir del afrouruguayo y la manifestación del
candombe como Carnaval de los lubolos (1966) de Andrés Castillo (1920 – 2004) y Raúl
Mené (1934), el tambor ocupa una posición en la poesía del afrodescendiente uruguayo
afrodescendientes en Uruguay. Ambos, uno con su ritmo y el otro con su poesía popular,
sino que existe además como un arte diseminado, que aporta su cadencia y la trasmite a la
uruguayas. Con el transcurso de los años se incorpora a la cultura histórica del país
candombe: uno es el historiador George Reid Andrews y el otro el crítico literario Marvin
tenido en la sociedad uruguaya. Reid Andrews considera que el impacto que éste ha
es un regreso a las raíces, pero también es una manera de expresar una forma consciente
pasado sino su presente” (185). Por otra parte, Marvin Lewis analiza el candombe como
esa manifestación que se reproduce en la literatura y la poesía. Lewis apunta que “[I]t is a
mythic symbol, a cultural identity marker, with clear linkage to ancestral origins, but with
deeper meaning” (48). Concuerdo con Reid Andrews y con Lewis que el candombe es
una historia con un proyecto de avance social y es también un vínculo mítico con los
orígenes de una identidad; por otra parte considero que el candombe adquiere un salto
estético en las artes literarias uruguayas que no se advierte. Hay una penetración, un
alusión a lo africano para convertirse en un discurso poético. Así actúa como la noción de
lenguaje. Deleuze y Guatari explican, “[t]he rhizome connects any point to any other
point, and its traits are not necessarily linked to traits of the same nature; it brings into
play very different regimes of signs, and even nonsign states” (23). Desde sus inicios, el
candombe acapara toda la extensión cultural en el acervo popular, por su esencia rítmica
embargo, al entrar en ese nuevo juego del discurso poético, la representación del
154
candombe se adueña de esa cualidad rizomática para transmitir nuevas ideas, nuevas
propuestas. Lo que quizás podría asimilarse como simple, en cuanto a esa pertenencia
con el carnaval, pasa a lo complejo por el nuevo uso que obtiene en el lenguaje poético;
reflexión alegórica de una condición nacional y que aquí examino como plataforma social
cultural del candombe se nutre de una gran parte de creencias religiosas y tradicionales,
gobierno que tenían antes de llegar como esclavos al “nuevo continente”. Insisto que
integrar las prácticas litúrgicas que son parte de la vida del afrodescendiente en Uruguay.
por prácticas de contenido religioso, aunque con el tiempo lo primero ha tomado más
las comparsas. Sin embargo, la historia del candombe contiene elementos litúrgicos que
aún hoy en día repercuten en su haber. Juan Antonio Varese comenta al respecto,
los bailadores. Debe tenerse en cuenta que sin influencias de tipo religioso el candombe
tendría menos celebridad, ya que incorpora una serie de tradiciones que proyectan más su
composición. Podemos ver como ejemplo el análisis que Mónica Olaza hace: “[el]
escobero es el que limpia el cielo para que bajen los orixás” (Olaza, 42). Uno de los
personajes más célebres del desfile, “el escobero” cumple la función de entretener con la
destreza de sus movimientos al público, pero es además un tipo de guía que encabeza la
maestro de ceremonias del desfile. Funciona como guía de la procesión y por lo tanto
El toque del tambor aparece por primera vez en la congregación que los antiguos
celebración del Día de Reyes. Rubén Carámbula añade sobre esto, “Conocemos la
génesis de estas actividades artísticas de los negros gracias a crónicas en las que consta
que—allá por 1760—en el Montevideo colonial, y durante una procesión del Corpus
Christi, los negros desfilaron formando una comparsa” (14). Puntualizo que el sentido de
la palabra “comparsa” en aquella época más bien define la asociación oportuna para la
esa celebración litúrgica que se entrecruzaba con el rito católico del Día de Reyes y con
156
“salas” que eran casas en donde los afrodescendientes conservaban una serie de ritos y
asumía un núcleo social en el que la práctica del candombe servía de pretexto unificador
encuentro para las cofradías de afrodescendientes que se reunían para solventar los
En la segunda mitad del siglo XIX y antes de que los conventillos pasaran
a operar como eje social en la socialización y la producción cultural
afrouruguaya, el fenómeno tuvo su expresión culminante en las
tradicionales “salas” que proliferaron entonces por la costa sur, oficiando
como instituciones de asistencia mutua y, fundamentalmente, como
locales de congregación de las distintas “naciones” africanas para la
celebración de sus fiestas, rituales y ceremonias mortuorias. (146) [Énfasis
de la autora]
por una parte, los esclavos africanos tenían libre albedrío para efectuar cualquiera que
fueran sus ceremonias y por otra era el pretexto ideal para expresar genuinamente su
Sisman considera que “[m]usic’s resonance in culture emerges from every aspect of its
weather by writers, by the public, or in the home” (234). En el caso del candombe, su
legado material consiste en trascender su esencia, por medio del tambor y su ritmo, del
“genérico para todos los bailes de negros: sinónimo pues de danza negra, evocación del
ritual de la raza” (13). Poesía y candombe están ligados desde la primera vez que la
del poema, Acuña traslada al lector a ese espacio en que la voz del protagonista comunica
comunica la nueva etapa que experimenta la nación, definida por la ley de libertad de
vientres promulgada en 1825 y también refleja el cambio existencial que perciben los
negros esclavos. En este momento, Uruguay se encontraba dando sus primeros pasos para
Compañelo di candombe
Pita tango y bebe chicha,
Ya le sijo que tienguemo
No se puede sé cativa:
Po léso lo Camundá,
Lo Casanche, lo Cabinda,
Lo Banguela, lo Manyolo,
Tulo canta, tulo grita...
(Acuña en Ayestarán, 170)
poema sienta un precedente al distinguir esa cualidad comunitaria en la propia voz del
esclavo en relación con el proceso fundacional del país. Además expresa la transferencia
de esa idea a sus propios hijos cuando infiere, “Ya le sijo que tienguemo / No se puede sé
cativa” (ya los hijos que tenemos no pueden ser cautivos); desde una perspectiva general,
esa misma voz trasmite el anuncio de la libertad y advierte que la fiesta es una razón más
para reunirse, como corresponde a una de las particularidades del candombe. Acuña
confiere una cierta veracidad a los hechos y al énfasis oral del protagonista en su poema.
Esa voz enfatiza una verdad histórica y comunica la idea de la igualdad humana. Así en
identidad cubana y su sincretismo, por las tendencias en ese “ajiaco” resultante con que
candombe a esa cultura propia en formación, durante los lapsos de tiempo que van
por ciertas diferencias desde la propia fundación de la nación. Por ejemplo, el poema de
Acuña (quien es autor del himno nacional uruguayo) me ayuda a comparar el hecho de
que en Argentina los fundadores del país negaban, de forma directa, la incorporación del
el primer capítulo de esta disertación. Sin embargo, en Uruguay los padres de la patria
uruguayo trata la idea de incorporar al negro como partícipe de los procesos nacionales
con determinada practicidad. Así lo explica Carlos Rama, uno de los primeros estudiosos
de la cultura afrouruguaya,
Artigas y los negros (2011), el historiador y novelista afrouruguayo Jorge Chagas, explica
empañan necesariamente las figuras de sus próceres y la del libertador José Gervasio
Artigas (1764-1850). Por otra parte, Jorge Romero Rodríguez (Montevideo, 1953),
independentista de Artigas era antiesclavista, a pesar de ser muchas veces paradójica. (En
uruguaya se ve conformada por una visión del afrodescendiente que no se aprecia en las
otras naciones del Cono Sur—en comparación con Argentina y Chile, por ejemplo. Los
involucrar al afrouruguayo en la gesta nacional, como así explica Rama al añadir que,
Sin embrago, aclaro que por esto no deja de evidenciarse la discriminación del
de este grupo. Precisamente, la poesía del candombe en Uruguay, escrita por los
161
tradición e historia pasan a ser la apreciación del poeta afrodescendiente que asimismo
narra una forma de existencia, su apariencia poética deslinda generalidades que expresan
Los versos de Arrascaeta especifican el uso de los tres tambores más importantes
del candombe, “el chico”, “el bombo” y “el piano”, imitando su redoble para presentar su
Por ejemplo, el poeta Héctor Raúl Mene (1934) destaca el regocijo del carnaval y
Con esa conversación el poema despliega una cadencia que sitúa un mensaje
relacionados por motivo de la celebración, pero a la vez están diferenciados por sus
está orientada hacia la consecución de una meta social, él mismo se visualiza como
partícipe del desarrollo de la sociedad uruguaya. La voz del turista blanco ve el carnaval
como foco del placer sexual y no oye las aspiraciones personales del candombero
afrouruguayo. Ambos se encuentran definidos por extremos visibles aun cuando están
juntos en el desfile de la comparsa. La voz del turista blanco aparece para objetar,
El poema enfatiza esa visión del afrodescendiente ante su cultura como agente de
cambio que lucha por vencer estereotipos que le son históricamente conferidos. Por esta
proceso musical propiamente festivo, sino que también es reflejo portador de una
presencia histórica afrouruguaya. Mene además comunica que el candombe pasa a ser
ante su destino. El poeta presenta la voz del afrouruguayo con un discurso espontáneo
que muestra su posición de minoría activa en la nación. Mucho se ha escrito sobre esta
influencia que ha tenido el negro en la sociedad uruguaya; desde la fundación del país
“Los negros traídos a la Banda Oriental y sus descendientes los negros criollos, dieron su
esfuerzo de todos los días y el sacrificio de sus vidas en tiempos de formación nacional”
partícipe del negro y su compromiso con la historia y la cultura nacional. Es una actitud
estética que emerge por la representación del candombe para examinar el trayecto de una
Paul Ricoeur apunta que en el proceso de narrar la historia existen dos categorías
categoría, el filósofo plantea que esta se ve afectada por motivo de hechos conjeturados
que se inmiscuyen en la narración histórica, es el tipo de historia que está adornada por la
164
intromisión de factores como el peso de los mitos, las leyendas o la propia imaginación
del historiador al narrar los hechos—por ejemplo, podría pensarse sobre cómo se ha
el que los datos históricos son valorados en cuanto a la secuencia coherente de imágenes
historiadores, creo que tiene un sentido específico para explorar el énfasis que ha tomado
la dispersión del candombe en la cultura poética uruguaya. El francés apunta que “[i]s
expressed by the notion of trace. Inasmuch as it is left by the past, it stands by the past, it
stands for the past, it “represents” the past…” (Ricoeur, 2) [Énfasis del autor]. Tomo de
este análisis que en esa misma reconstrucción del pasado existe un elemento nemónico
la literatura uruguaya como modelo estético de ese arte que engrandece la figura del
la cultura material del país. Dicha trasmisión se convierte en el evento poético que define
social en contra de los afrodescendientes. En el año 1978 los militares desalojan a los
que el primer grupo étnico en sufrir la violencia directa durante la dictadura fue la
comunidad negra del Barrio Palermo de Montevideo—al ser desalojada de este sitio
histórico y experimentar el derrumbe forzado de los edificios donde estaban situados los
conventillos (El candombe, 2003). Este hecho histórico queda en la memoria del pueblo
poema “Cuareim y Ansina” el desalojo que sufren los afrodescendientes de sus viviendas,
la violencia que personifica la dictadura. La descripción del poema de Gularte nos hace
califica como “violencia socio-política” y destaca que está “ejercida por los aparatos del
Estado, sea en períodos de excepción constitucional, sea en la vida cotidiana regida por el
[Énfasis del autor]. De igual forma, el desalojo de estas personas de los conventillos en
Montevideo ejemplifica esa falta de derecho que asedia la libertad social del
ausencia vital del edificio—siendo este el conventillo—y resalta esa traza que sitúa al
metáfora que asocia a “los morenos” con las noches de candombe y su impacto social en
la comunidad. Al hablar sobre la razón ontológica del ser humano de ocupar el mundo,
167
Martin Heidegger enuncia que “only if we are capable of dwelling, only then can we
alemán se manifiesta en los versos del poema de Gularte. Heidegger aduce que el lugar
donde se vive representa en sí una proximidad y congenialidad, "to cherish and protect, to
preserve and care for" (147), que nos hace existir en el mundo. En este caso, en los versos
afrouruguaya en conexión con su historia en ese lugar. La imagen del edificio que se
historia uruguaya. Por una parte, el poema muestra la presión característica que suscribe
la dictadura y por otra enseña la solidaridad que tiene el resto del pueblo uruguayo para
con los desalojados. La poesía del afrodescendiente en Uruguay ocupa márgenes que
definen una identidad histórica. No es una poesía exclusiva de tipo social, sino que
tradiciones culturales que definen al afrouruguayo ante los avatares históricos que
franquea. Es una poesía que representa la condición humana de una cultura y los
despropósitos que le toca vivir, pero también las conquistas que alcanza en esa misma
cotidianeidad.
cuestión para mostrar los fracasos y éxitos personales de sus personajes. En el caso del
168
novelista e historiador afrouruguayo Jorge Chagas, éste ha tomado la batuta para escribir
ejemplo, en la novela que escribe Chagas sobre el deportista Leandro “el negro”
Andrade, el autor representa el entusiasmo y el despecho popular sobre este ídolo del
deporte nacional. Chagas construye un relato alegórico sobre el peso social que Andrade
tuvo y que aún conserva en la historia popular uruguaya. Paso a analizar esta obra en el
siguiente acápite.
III. Alegorías del mito popular en Gloria y tormento: La novela de José Leandro
de José Leandro “el negro” Andrade (1901-1957), un héroe popular del deporte uruguayo
que durante la primera mitad del siglo XX, mientras era integrante de la selección
nacional de fútbol de su país, logró convertirse en campeón olímpico dos veces y ganar
vida del protagonista, añadiendo datos periodísticos e históricos, así como leyendas de la
acervo cultural del país. Leer Gloria y tormento… facilita entender el universo social que
los afrodescendientes uruguayos experimentaban en los primeros años del siglo XX. En
enlace que relaciona su historia con los demás afrouruguayos que en ella aparecen. El
figura idílica, pero igualmente ese estatus pasa a ser rechazado con el paso del tiempo.
Chagas presenta a “el negro Andrade” como esa figura que alcanza un poder determinado
Heroes are useful only as long as they are icons with whom an audience
can identify, when one’s social and psychological needs are not fulfilled
elsewhere. The unemployed hero is one that does not survive scrutiny,
either because his or her persona is out of date or too remote, or because
familiarity has break contempt (54).
de Andrade se oscurece por una serie de juicios valorativos que otras personas infieren
sobre él. Chagas elabora esa idea del mito personal que ha caído y que pasa a la historia
como una leyenda opacada, que pudo hacer más por su gente—desde un punto de vista
en la cultura deportiva nacional, aun cuando se muestre cuestionado por sus propios
fanáticos afrouruguayos.
incorpora este hecho en el relato, siguiendo la perspectiva de un héroe local que luego se
distinguen como paradigma universal de un cambio social eminente, como un agente más
de esa transformación colectiva que empezó con las nuevas corrientes sociopolíticas a
principios del siglo pasado. Chagas magnifica a Andrade en la proyección literaria que
refiere sobre los logros y desaciertos que él tuvo durante el transcurso de su vida—el
bagaje social que Andrade posee se propaga en la ficción para desarrollar una
Es indiscutible que con el inicio del siglo veinte existe una acelerada expansión de
época que “el negro Andrade” triunfa como deportista a quien su habilidad futbolística lo
convierte justamente en ídolo de las masas en su país y en el exterior. Por ello, el autor de
social resultante de los numerosos cambios que se experimentan con el inicio del siglo
XX. Chagas entreteje los datos biográficos sobre la vida de Andrade con los rumores
dando así rienda suelta a diversas narraciones que afloran en el texto para expandir la
frecuenta la burguesía francesa, cohabita excesivamente con las damas parisinas y llega a
corta vida. No obstante, en las imágenes que representa Chagas sobre su trayectoria
texto—una periodista que investiga la vida de Andrade—en los primeros años del siglo
XXI, la recopilación de los datos históricos que encumbraron la fama del protagonista.
De esta manera, Chagas representa a Moreira como actora que legitima la figura de
propia percepción personal sobre el protagonista de la novela y los hechos que ella misma
rebusca. Así refleja en su investigación tanto opiniones personales como las de sus
entrevistados,
fantástico y lo real con respecto a las opiniones y rumores que existen sobre Andrade. En
virtudes extraordinarias que son parte de una cultura oral que mitifica tanto a su figura
imparcial, aparece exagerada por la opinión que los fanáticos tienen del deportista.
Andrade cae víctima del habla popular uruguaya que lo honra y le incorpora cualidades
asombrosas para glorificar los sucesos reales en los que participa como integrante de la
172
selección de fútbol de su país. Haciendo un análisis sobre el mito psicológico del héroe
Andrade aparece como ejemplo elemental de esa oralidad popular que trasmite su
percepción patrimonial sobre la figura del héroe trágico. Mucho antes de nacer, el
jugador de fútbol aparece como un símbolo iconoclasta de la cultura popular que, aunque
mismo para demostrar que él no está exento de sus propias carencias personales. El
una premonición favorable que también tiene un gran costo individual para todos. En la
mito. Cabe destacar que, en la historia de su país y también del mundo, Andrade es el
deporte—muy anterior a ese otro mito brasileño que es Edson Arantes do Nascimento,
“Pelé” (Minas Gerais, 1940). El protagonista de la novela aparece como una especie de
elegido por los dioses afrouruguayos que viene para emplazar, no sólo a sus compatriotas
transformación de la historia de su pueblo, pero es aún más interesante que este evento
sea concebido como una esperanza y también como un infortunio para el propio
nacimiento y destino del deportista nos hace pensar en la máxima Nietzscheana de “What
makes one heroic?”—Going out to meet at the same time one’s highest suffering and
one’s highest hope.” (Nietzsche, 219) El filósofo alemán apunta que el individuo debe
174
comprende aceptar la tragedia cotidiana como parte de la voluntad humana que debemos
poseer para alcanzar el poder como finalidad individual, concepto que Nietzsche designa
como der Wille zur Macht (la voluntad de poder). Un poder que, como argumenta el
filósofo, es el cimiento esencial para tener una vida plena de autoconsciencia personal.
expresada como agencia individual que conlleva al discernimiento propio sobre los
eventos personales que enfrentan los seres humanos en la vida. El pensador alemán
apunta que el individuo debe entender lo trágico de la vida y sobreponerse a ello para
clarividentes que no sólo aparecen para vaticinar este evento, sino también para vincular
existencial del protagonista. Ambos destinos, el del dios “Watavi” y el de Andrade están
entrelazados para concebir ese nuevo origen que aplacará la ira intranquila del primero y
que situará al segundo como el elegido que llega para solventar una crisis. El personaje
de Andrade se desdobla en el relato en múltiples avatares para mostrar que su vida está
atada a la misma voluntad del dios que le vaticina su destino. La deidad “Watavi” aparece
en el relato como el dios que trae la fortuna, un niño travieso que concede la
bienaventuranza, pero a la misma vez propicia la ruina de sus acólitos. Una divinidad que
dota a sus adeptos uruguayos con la esperanza del héroe popular, “la merveille noire”,
175
como lo distinguen los franceses. Un hombre-mito que traerá junto a la euforia de los
figura de Andrade en correspondencia con esa presencia que obtiene como protagonista
de los relatos que se narran sobre él, en el ámbito de la cultura popular uruguaya, y
también como eje trascendental en el relato que Chagas escribe. Este doble simbolismo
presente en el texto es aprovechado por el autor de la novela para elaborar una serie de
para exteriorizar la esencia vital de un hombre que excede su imagen. Al hacer un análisis
sobre las bases del conocimiento pragmático en la tradición histórica de las narrativas
más heterogénea—en cuanto a sus orígenes en la tradición oral popular. Lyotard explica
que las bases de esta categoría filosófica están concebidas por las historias narradas sobre
esos héroes que pertenecen al ideario y las tradiciones de una colectividad social.
Igualmente considera que esa costumbre paulatina de recontar la vida del héroe, sus
hazañas y deméritos, contribuye al progreso cognitivo y cultural de ese entorno social que
176
que ese sistema de conocimiento popular proviene de una anamnesis colectiva que
acondiciona, por causa de ese mismo proceso de recontar la historia, la fijación de los
distant from reality, but through its imagery it also creates a notion of belonging and
y abandono social para descubrir el sentido de pertenencia humana que propone Krüs,
concerniente al lugar que ata al héroe con el propio destino de su pueblo. No es menos
carne propia, cuantiosas experiencias que son producto de la violencia ideológica del
racismo imperante en los primeros años del siglo XX. Es precisamente que como
imaginario del héroe popular e imbuido por la esencia de lo mitológico. Ahí radica la
negro Andrade” se convierte en ejemplo a seguir, por la dimensión social que ocupa en el
momento histórico que le toca vivir. Esa dimensión lo convierte en un símbolo propio
que antagoniza la falacia de la diferencia racial entre negros y blancos. Chagas escribe,
Mussolini, ajeno a la realidad, ríe y dice con voz emotiva: “El fascismo
acaba de vencer a los abisinios del fútbol. Hoy, 7 de junio de 1928, ha
destronado a los reyezuelos del fútbol, los ha expulsado de la historia, es
nuestra hora” Fabrizio titubea. ¿Debe decirle que…? El Duce a sempre
ragione. Carraspea. Las palabras del Duce le suenan, ahora igual que el
coque sin sentido de una gallina. Nada le dice. No puede. (155) [Énfasis
del autor]
En esta parte de la novela el autor presenta a “el negro Andrade” como la figura
histórica que ayudó a su equipo a ganar la medalla de oro olímpica en 1928. Chagas
desmoronen ante la destreza deportiva de lo que aparece descrito como “el inferior
abisinio del fútbol”. La violencia racial e ideológica es anulada de manera exacta por ese
Chagas enfatiza la caída de este héroe desde la controversial decisión del protagonista de
relegar sus orígenes con denotada superficialidad. En Andrade, el lector percibe que la
agasajado por sus amigos y admiradores negros pero nunca llega a asistir a dicho
advierte que al protagonista de Gloria y tormento se le entierra aun estando con vida. La
colectividad para condenar al supuesto culpable. Esa imagen de “la muerte en vida” de
Andrade los condena a todos, aunque el peso de la mayor oscuridad social cae sobre los
que el desplante del futbolista para con su comunidad refuerza la identidad de los
mayores, quienes se comunican en la antigua lengua “bozal”, quizá para separarse, entre
contrasta ese evento con la poco casual inserción del personaje de Ethaides Irisluna. Es
ella la que testimonialmente conecta los hilos de la vida de Andrade con la periodista
179
Moreira. Irisluna es pasado y es presente, puesto que es la última persona con vida que
aun conoce sobre las maneras de los ancianos y su modo de vivir y, asimismo es la que le
cuenta a la periodista sobre el Leandro Andrade que ella también pudo conocer
personalmente. Gloria y tormento es una novela que presenta el lado más humano de un
personal y nacional. El personaje de Andrade aparece como ese héroe aristotélico que
pierde su eminencia por pasar de la luz a la oscuridad por sus propias faltas personales.
The Perfect plot, accordingly, must have a single, and not (as some tell us)
a double issue; the change in the hero’s fortunes must be not from misery
to happiness, but on the contrary from happiness to misery; and the cause
of it must not lie in any depravity, but in some great error on his part; the
man himself being either such as we have described, or better, nor worse,
than that. Fact also confirms our theory (1467).
hechos históricos que conciernen su vida. El deportista-héroe pasa a ser mito por esa
Chagas manipula la historia de esa manera para representar el lado humano del primer
negro que jugó en unas olimpiadas y que acarreó los laureles de la victoria olímpica y
consiguió merecer sus honores y supo morir, aún con sus fallas personales, con la
autoridad
pienso que es necesario analizar también las poetas del país que igualmente ratifican ese
predominio. Lo que distingo en el título de este acápite como “autoridad”, considero que
está sumamente coligado al vínculo entre el sentido determinado del poder social y los
femenina en el período colonial de los Estados Unidos, William J. Scheick define que
“Authority is the matrix of logonomic conflict” (4). El crítico considera que existe una
entran en conflicto. Ese conflicto logonómico que explica Scheick acontece también en
por un gobierno en su mayoría masculino, y el discurso literario escrito por las mujeres
que, “[a]n exiled state defined by a mutually constitutive opposition between the
181
theocratic and the personal, by an unrelieved dialogic tug-of-war over authority that
ruptures every attempt at resolution” (Scheick, 11). Ciertamente, en ese margen de batalla
que el crítico explica como tug-of-war, lo que en español sería “el juego de la soga”
Virginia Brindis de Salas (1908-1958) escribe una obra con una complejidad de temas
la sociedad. Sin embargo, el curso poético de Brindis de Salas ha sido enlodado por la
obstante, los académicos Marvin Lewis y Carol Mills Young han probado lo contrario. El
there was no indication that Virginia Brindis de Salas was not the author of the two books
that carry her name” (Lewis, 87). La segunda, por su parte, apunta con referencia al libro
de Brindis de Salas, Pregón de Marimorena (1952) que, “[T]here is no external proof that
the publisher or possible scribes could have altered the document” (Mills Young, 29).
Ambos investigadores, Lewis y Mills Young han dedicado parte del análisis literario que
hacen de la poesía de Brindis de Salas para probar de manera puntual que el antedicho
182
plagio nunca existió. Las pruebas que ambos presentan se enfocan en datos bibliográficos
e históricos que refutan cualquier posibilidad de que la obra publicada no sea de la poeta.
En la poesía de Brindis de Salas hay una gran variedad de temas que se acercan a
contrariedades. En su poema “Abuelito Mon” del libro Cien cárceles de amor (1949) el
Me cabe el cañaveral
en cuatro dedos de ron.
Poco paga el yanqui ya
por este millón de cañas
que el negro sembró y cortó.
Más no me trago este trago,
porque es trago de sudor (Brindis de Salas en Oronoz, 105).
afrodescendiente, en el único rato libre que tiene para disfrutar de esos “cuatro dedos de
primero por su trabajo y segundo por el magro sueldo que obtiene de éste. Con la
introducción del poema, Brindis de Salas presenta el dilema histórico que es la zafra para
los afrodescendientes, y además sitúa al “abuelo Mon” como narrador testimonial de los
que hace el protagonista relata una experiencia que se convierte en voz de autoridad: sus
183
palabras desmiembran la condición del contexto social en que vive. Emily Grosholz
apunta que “The authority of poetry stems from its courageous witness that necessity
does not engulfs us; poetry is the voice of the individual free to pursue the good, which in
fact establishes the good by speaking” (65). Ese discurso que demanda la noción del bien,
como platea Grosholz, está fundamentado por esa demarcación filosófica que tiene la
existen razones con las que quizás no alcance a pormenorizar con exactitud su
extiende hasta el Caribe en los versos, es una protesta que circunscribe la memoria
sentencia, “Y mataré con mi boca / lo que con balas no mato”, en la que el “abuelo Mon”
balas”. Este detalle característico define la entereza existencial del personaje. El “abuelo
184
Mon” escoge su voz, no de una manera pasiva, sino con una autoridad discursiva que lo
coloca por encima de esa historia de violencia que los afrodescendientes han sufrido. Los
versos del poema representan la voz del pueblo que reclama su posición al recontar las
hombres como a mujeres. Al escribir una poesía de proyección social, Brindis de Salas no
separa su género, sino que lo incluye en sus versos como parte de una circunstancia
colectiva generalizada. Sin embargo, no por esto considero que Brindis de Salas relegue
afrodescendiente como una problemática que involucra a todos sin distinción de género .
Tristezas de negros
tu canto es dolor, silencio,
humildad
No cruces los brazos:
los negros no deben cruzarlos jamás.
negro: implora al
Legbá, Dembolá, Uedó, Avidá.
Yo negra soy,
porque tengo la piel negra
¡Esclava no! (113)
existencia. Por una parte, la voz femenina en el poema distingue que es negra y no
185
esclava; por otra, les dice a los otros negros que no deben cruzar los brazos ante ninguna
circunstancia que tengan. Aparece entonces el elemento poético que une a la historia con
imperativo de la voz poética expresa el peso de las tradiciones en la lucha histórica del
afrodescendiente y además incita a no rechazar ese legado. La voz femenina asume un rol
de autoridad para enfatizar que esa lucha por la igualdad debe ser conducida por hombres
y mujeres unificadamente.
poemario que la poeta escribe, Pregón de Marimorena, Julio Guadalupe escribe que
Brindis de Salas crea una poesía realista. La conjetura que Guadalupe hace, determina
pensar que esa realidad que él distingue en la poesía de la poeta, es la visión universal
que tiene Brindis de Salas sobre el estado de las cosas que suceden en la primera mitad
escenarios que experimenta en su entorno social. Pregón es un libro mucho más incisivo
la ribera americana”,
universal. Siendo la primera poesía del libro, destaca esa idea de lo que es el pregón, un
elemento de llamada y anunciación para estimular el interés del que está ajeno a lo que se
provee. El ofrecimiento que hace la voz protagónica cuando escribe: “tomad mi cuerpo, /
gustad del sabor de mi carne morena”, la sitúa como mediadora entre ese miedo que
enfatiza en el poema y la diversidad de hombres a los que habla. Podría pensarse que la
oferta que hace en esos versos es una sugerencia sexual; sin embargo, considero que va
más allá de cualquier transacción de ese tipo: la voz protagónica utiliza su feminidad para
sacar a la luz la necesidad de hermanar a unos y otros. Su cuerpo aparece como una
explica el concepto de “Matria” y escribe que “[i]t results from putting the words Matria
and Matriz (meaning both matrix and womb in Spanish) in the same context, the latter
standing as a symbol for the singularity of women’s creativity” (8) [Énfasis de la autora].
Cámara explica que con la creación de su propia obra literaria las escritoras cubanas
187
reescriben la nación. Pienso que más allá del contexto de las escritoras cubanas, dicho
femenino en la poesía de Brindis de Salas. Esa imagen aparece para dar forma vital a la
ofrecimiento para la restauración social—“…the writing of the Matria means much more
than a new literary technique, since it incorporates ‘the living’ of these authors into their
writing…” (Cámara, 8). El poema presenta una estructura en la que la voz femenina va
que involucre un concepto más profundo de igualdad. Las imágenes que aparecen en la
poesía de esta autora buscan evidenciar una geografía social más heterogénea en Uruguay
de Brindis de Salas para establecer una autoridad poética que exprese el derecho
aparecen representados en su poesía para expresar la justicia social que debe existir en el
sus obras que representa los problemas sociales que existen en el país, desde una
188
perspectiva que someta a juicio esas propias circunstancias. Marta Gularte escribe una
Los versos de Gularte encierran una variante, su expresión poética va más allá de la
representación del carnaval y sus peculiaridades para entonces reseñar la existencia del
carnaval—y aparece como autor existencial de una realidad histórica que lo realza en su
entorno social. La voz del poema también tiene una posición testimonial que asume una
autora prosigue,
función del tamborilero; existe un público que “aplaude” y “aclama”, pero no termina de
189
social del afrodescendiente uruguayo desde la representación del valor humano que tiene
éste en la cultura social del país, la inserción de las imágenes del “negro” en el
historia nacional. Las imágenes que representan este tema en la obra de Gularte buscan
destacar una perspectiva cultural para así reflejar también las circunstancias que
experimenta el afrouruguayo.
la poesía explica,
The meaning of a poem cannot be separated from the process and whole
body of the poem, just as the meaning of a person cannot be separated
from the life and body of that person, or—as the radical branch of
environmental thought known as deep ecology teaches us—the meaning
of the universe cannot be separated from the whole living universe. In this
lies the poem’s authority (272).
que decide representar en sus versos. El poema es entonces una entidad holista; sin
por traer a colación temas que despliegan una referencia testimonial, pero asimismo se
cotidianidad absorbente que vive una nodriza afrouruguaya, en el poema “Nana para
Los versos de “Nana” expresan una dicotomía sobre esa transición de tonos de
piel entre la protagonista y el niño Mauricio, en la que el amor maternal y la inocencia del
niño se complementan para reflejar que el afecto entre los seres humanos existe lejos de
para destacar esa imagen absurda de la separación entre personas. La idea de la ternura,
explicada en el amor que la niñera le profesa a Mauricio se destaca en los versos finales
para representar a un Mauricio—ya hombre—como una persona que quizá podrá cambiar
esa misma dicotomía que aparece inicialmente representada en el poema. Los juegos de
palabras están presentes en este poema para dejar abierta una ambigüedad que resiste la
191
palabra “nana” puede ser interpretada como canción, pero también como la propia
nodriza que narra la historia. La poeta prolonga sus versos destacando la relación que
Mi niño bendito
un día crecerás
aprenderás las palabras
paz, igualdad, libertad.
Mi rostro de ébano olvidarás
cuando se pierda en el tiempo (71).
Arrascaeta finaliza el poema con ese riesgo ambiguo de que tal vez Mauricio
sociedad mejor, o acaso las aprenda sólo de manera superficial y olvide a la nodriza que
lo cuida. Estos últimos versos presentan una vacilación en la niñera referente al futuro
que deberá elegir Mauricio por decisión propia. La inserción final del verbo “olvidar”
dispone a pensar que esa acción puede estar acondicionada por el acontecer natural del
tiempo o quizá por la carencia afectiva del niño cuando crezca. Pareciera que la voz
Desde mi trinchera (1993) elabora una poesía expresiva, dinámica y expansiva que
intelectual y sus retos en el siglo XX. Marvin Lewis explica que la poesía de Rodríguez
192
origin and mother, as a solitary and sustaining figure through labor, sustenance, suffering,
violation, and above all resistance to oblivion” (101). Rodríguez Cabral representa en sus
versos la virtud de la mujer negra uruguaya desde una perspectiva que recupera el valor
autora puede ser arquetípica, como explica Lewis sobre la condición de la mujer
afrouruguaya, pero creo que su valor radica en la dimensión de sentidos que abarca. Más
allá de cualquier circunscripción exacta, los versos de Rodríguez Cabral tocan una serie
de temas que están caracterizados por el estado cotidiano de las eventualidades que
historia común, que se relata con igualdad de condiciones para mujeres y hombres; dicha
voz asume también el rol de una conciencia general que incluye a ambos géneros. La
misma voz compara de manera genealógica a los afrodescendientes en los versos “hijos
expresa esa insistencia necesaria del afrodescendiente que no debe abandonar para
alcanzar una mejoría social. En el poema que le da título al libro la poeta escribe,
representación de quien habla—una mujer actúa como protagonista. Esa mujer expresa
con orgullo su cotidianidad; una vida que no está exenta de luchar por una posición de
distingue del anterior porque: en el primero la poeta traza la continuidad histórica que
incluye a mujeres y hombres en una lucha común, mientras que aquí la autora refleja la
percepción incisiva de la voz femenina para especificar las diferencias paradójicas que
enfrenta en su vida diaria. En su libro más reciente Memoria y resistencia (2004) la poeta
escribe un poema, que da título al libro, en el que esta circunstancia es más incisiva,
194
En este caso, Rodríguez Cabral inserta una voz femenina que cuestiona,
ocupa todo el espacio del continente latinoamericano para especificar la problemática del
olvido que ella sufre en toda la extensión temporal y geográfica de la historia. El verso
“qué le hicieron a tu memoria” incita a pensar en esa pregunta implícita que refiere la
dejadez del hombre afrodescendiente, una indolencia que está influenciada por la acción
externa de quienes controlan el poder. Esta interrogante proyecta la idea de que al olvidar
a la mujer, el hombre debilita su propia lucha por la igualdad universal que todos
necesitamos.
poesía, literatura y deporte porque de esta manera implanta su identidad y las facetas de
195
en Uruguay. Uno de los valores más explícitos de la estética afrouruguaya es hacer una
poética del candombe—que origina temas históricos, sociales, identitarios para preservar
uruguayo, narra de una manera distendida la realidad que le toca en el periplo histórico
que lo une a su nación—y a su mejoramiento social en ella. Las imágenes poéticas del
del afrouruguayo, pero también aparecen para representar, con esa perspectiva de lo
El análisis que hace Ekelund es válido para considerar que los poetas
mismo modo, las autoras afrouruguayas conciben una obra poética en la que mujeres y
poesía. Con su escritura, las poetas expresan criterios más inclusivos sobre el tema de la
196
escrita por las mujeres negras uruguayas tiene imágenes que críticamente examinan lo
político, porque así emplazan lo absurdo de una realidad que necesita ser transformada.
Por último, la novela afrouruguaya es una alegoría biográfica que percibe la presencia
vital de esos mitos humanos que son parte del acervo popular de la nación. En este caso,
el contexto biográfico se diluye en la ficción para presentar el mito del hombre ante sus
avatares existenciales y el peso de esas leyendas populares que hunden a quienes con su
Consideraciones finales
es refutar, mediante el uso de las expresiones artísticas, los discursos de intolerancia y las
la frase, “en mi país no hay negros” (Candina Polomer, 257-258) y (Picotti, 97-98). No
de la república (De Sierra, 430-434). Asimismo, los sucesivos gobiernos de estos tres
países del Cono Sur proponen una ideología de la blanquedad para excluir a “los negros”
con los discursos hegemónicos que niegan la presencia de “el negro” en estos tres países.
Dicho cuerpo literario e historiográfico, incluye la gestión ética de repudiar las ideologías
Robert Brit comenta que para eliminar la opresión debe manifestarse una forma de
198
conciencia expansiva. Esa forma de conciencia está definida por la voluntad colectiva de
refuta los mecanismos políticos del poder para así legitimar el valor de su impronta.
Desde el siglo XIX hasta el presente, la obra de los afrodescendientes funciona como una
acervo histórico de las naciones del Cono Sur. La literatura afrodescendiente dialoga con
manera directa el problema moral del abandono social que experimenta el afroargentino
en la nación. Por otra parte, Thompson escribe sobre el impacto de la trata negrera en la
de que en el país las estructuras socio-políticas han mantenido velada la identidad del
artísticas que la favorecen. Asimismo, las novelas Cosa de negros (2003) y 1810. La
revolución vivida por los negros (2008) de Washington Cucurto presentan una visión
irónica del inmigrante “negro” invadiendo la ciudad de Buenos Aires, para ocuparla y
posmodernidad.
participan de ese rechazo velado que se le hace al afrochileno, aunque existen otros, del
afrodescendiente entre ambos grupos, algo específico de esta realidad es que los primeros
representan al “mulato” con una composición genética entre español e indio y no entre
africano y peninsular. De ahí que pueda inferirse que hay una mayoría en Chile que no
sólo ignora la identidad afrodescendiente del país, sino que también desconoce la historia
y literarios que evidencian la existencia del afrochileno. Algo que debe tomarse en cuenta
200
es el poder axiológico en los testimonios de las mujeres afrochilenas. Pienso que dichos
testimonios, hacen una propuesta que evalúa los valores éticos que relacionan al
caso, poesía y candombe aparecen juntos en los versos de los poetas afrouruguayos para
la sensualidad y la fiesta como fenómeno popular que unifica a todos los uruguayos. Los
autores afrouruguayos que hacen poesía sobre el candombe personifican el acervo de las
tradiciones, prácticas, recreaciones y ritmos que hacen que Uruguay sea una nación
heterogénea. La poesía afrouruguaya representa una identidad que no puede ser separada
del acervo cultural del país. Hay poetas afrouruguayas como Marta Gularte y Cristina
Rodríguez Cabral que combinan el acercamiento al candombe como género cultural con
una poesía feminista que resalta el valor de la mujer en la conformación cultural de una
para expresar la igualdad de género como elemento del progreso nacional. De igual
Andrade (2003) representa los avatares históricos que unen la figura del mito de Leandro
afrouruguaya que, con sus virtudes deportivas y defectos personales, supo anular el
racismo y la discriminación, pero que también rechaza su identidad. Chagas nos presenta
a Andrade como un mito real, un héroe popular que, aunque sitúa al afrouruguayo en el
Las últimas palabras de estas conclusiones deben ser para reconocer que las artes
de una identidad muy propia que no puede ser excluida de los países del Cono Sur
futuras investigaciones deben examinar cómo todas ellas confluyen para definir prácticas,
una identidad existente. Entiendo que en ese contexto ético se manifiesta el acervo
cultural del afrodescendiente en el Cono Sur ya que fracasa esa ideología hegemónica de
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