Tutorías TEORÍA PSICOANALÍTICA
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”Todo lo reprimido tiene que permanecer inconsciente, pero queremos dejar sentado desde un
principio que no forma por sí solo todo el contenido de lo inconsciente. Lo inconsciente tiene un
alcance más amplio, lo reprimido es, por tanto, una parte de lo inconsciente” (Freud, 1915).
El gran problema para el funcionamiento psíquico en este sentido es la obstrucción del dinamismo y
la permeabilidad entre estas tres instancias o sistemas. En condiciones normales la comunicación
de los tres sistemas es permeable y las tensiones de lo inconsciente pueden liberarse a través de
manifestaciones como los actos fallidos, los chistes inoportunos, los lapsus linguae y los sueños.
En las enfermedades mentales menores, neurosis, la represión tiende a aplastar las posibilidades
de expresión del inconsciente y en consecuencia, la vida interior del sujeto. En la enfermedad
mayor, como la psicosis, la diferenciación entre los sistemas se destruye y los contenidos
inconscientes invaden caóticamente la personalidad que se fractura y fragmenta. (Brainsky, 2003)
En virtud de lo anterior se puede concluir que el sentido del trabajo del psicólogo desde la
perspectiva del psicoanálisis es la de restablecer la permeabilidad y la dinámica entre lo
inconsciente, lo preconsciente y lo consciente.
Freud nació el 6 de mayo de 1856, en Freiberg , actual Príbor, República Checa, bajo el
seno de una familia judía de la clase media. Como profesional, se especializó en la parálisis
infantil, siendo uno de los más influyentes en Europa.
¿Qué es el inconsciente según Freud?
"Es el círculo más grande que incluye dentro de sí el círculo más pequeño del consciente;
todo consciente tiene su paso preliminar en el inconsciente, mientras que el inconsciente
puede detenerse con este paso y todavía reclamar el pleno valor como actividad
psíquica”, escribió Freud.
“El inconsciente de un ser humano puede reaccionar al de otro sin pasar por el
consciente”, sostuvo Freud.
Freud explicó que durante el crecimiento humano, los niños van creando su
propia personalidad, a través de impulsos irracionales y primitivos ya que
dependen de alguien y al tener ésta dependencia, por ejemplo de una madre,
el menor crea celos porque es su primer amor.
Definición:
El Yo es la estructura que, en su estado de desarrollo adulto, regula las interacciones entre el
Ello y el Súper Yo, y permite un funcionamiento adaptado dentro de su entorno social al
margen de manifestaciones sintomáticas.
Hacia el interior, frente al Ello, conquista el dominio sobre las exigencias de los instintos, decide si
han de tener acceso a la satisfacción, aplazándola hasta las oportunidades y circunstancias más
favorables del mundo exterior, o bien suprimiendo totalmente las excitaciones instintivas. (Freud,
1938)
El yo persigue el placer y trata de evitar el displacer. No obstante, actúa de acuerdo con el “principio
de realidad”; es decir que es capaz de evaluar tanto la necesidad como la disponibilidad de
satisfactores viables, permitiendo que se de espera a la satisfacción de la necesidad incluso de
forma indefinida.
(1900)
TÓPICA ESTRUCTURAL O TÓPICA 2 (1923)
Freud consideró que todo el comportamiento humano estaba motivado por las pulsiones, las cuales
no son más que las representaciones neurológicas de las necesidades físicas.
Al principio se refirió a ellas como pulsiones de vida. Estas pulsiones perpetúan (a) la vida del sujeto,
motivándole a buscar comida y agua y (b) la vida de la especie, motivándole a buscar sexo.
La energía motivacional de estas pulsiones de vida, que impulsa el psiquismo, les llamó libido, a
partir del latín significante de “yo deseo”.
La experiencia clínica de Freud le llevó a considerar el sexo como una necesidad mucho más
importante que otras en la dinámica de la psiquis.
El ser humano, después de todo, es social y el sexo es la mayor de las necesidades sociales.
Cuando Freud hablaba de sexo, hablaba de mucho más que solo el coito, la libido se ha considerado
como la pulsión sexual.
Más tarde en su vida, Freud empezó a creer que las pulsiones de vida no explicaban toda la
historia. La libido es una cosa viviente; el principio de placer nos mantiene en constante
movimiento. Y la finalidad de todo este movimiento es lograr la quietud, estar satisfecho, estar
en paz, no tener más necesidades.
Se podría decir que la meta de la vida, bajo este supuesto, es la muerte. Freud empezó a
considerar que “debajo” o “a un lado” de las pulsiones de vida había una pulsión de muerte.
Empezó a defender la idea de que cada persona tiene una necesidad inconsciente de morir.
Freud se refirió a esto como el principio de Nirvana. Nirvana es una idea budista usualmente
traducida como “Cielo”, aunque su significado literal es “soplido que agota”, como cuando la
llama de una vela se apaga suavemente por un soplido. Se refiere a la no-existencia, a la nada,
al vacío; lo que constituye la meta de toda vida en la filosofía budista.
La evidencia cotidiana de la pulsión de muerte y su principio de nirvana está en nuestro
deseo de paz, de escapar a la estimulación, en nuestra atracción por el alcohol y los
narcóticos, en nuestra propensión a actividades de aislamiento, como cuando nos
perdemos en un libro o una película y en nuestra apetencia por el descanso y el sueño.
En ocasiones esta pulsión se representa de forma más directa como el suicidio y los
deseos de suicidio. Y en otros momentos, tal y como Freud decía, en la agresión,
crueldad, asesinato y destructividad.
¿Qué es la histeria?
Antiguamente, era una enfermedad atribuida “al mal funcionamiento del útero”,
por lo que se creía que sólo se daba en las mujeres. Posteriormente, en la edad
media, se le atribuyó un carácter demoniaco.
Para Freud los síntomas histéricos constituyen la manifestación de deseos reprimidos, siendo
tales síntomas la expresión simbólica de la vida íntima y de la psicosexualidad infantil del sujeto.
Es característico de la histeria que los síntomas se formen por el proceso de conversión, esto
es: la somatización de un afecto. Entre los síntomas más llamativos se encuentran:
Según Freud (1917): “En la histeria existe siempre una regresión de la libido a
los primeros objetos sexuales de naturaleza incestuosa…siendo, la represión la
que desempeña en el mecanismo de esta enfermedad el papel principal”.
(p.2.336). En este sentido, la amnesia por represión es un hecho particular de
las observaciones freudianas acerca de la estructura histérica.
Sin embargo, la causa de la histeria es multifactorial. No necesariamente debe
surgir de una “vivencia traumática” o es una única fantasía reprimida la que se
encuentra enlazada linealmente con los síntomas; sino que puede estar determinada
por una cooperación de varias experiencias, junto con otros recuerdos anteriores, p.
ej: evocaciones de cosas que ocurrieron, o fantasías de sucesos que no ocurrieron.