Tutorías TEORÍA PSICOANALÍTICA

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INTRODUCCIÓN

La teoría psicodinámica se refiere especialmente al conjunto de planteamientos


teóricos que Freud, especialmente durante el primer cuarto del siglo XX, desarrolló
en relación con el funcionamiento psíquico humano. Freud  recurrió a la física de la
época  para acuñar el término psicodinámica. Así como el término dinámica estudia 
el calor, la energía mecánica y la manera en que podemos transformar una en otra,
también  la psicodinámica estudia la energía psíquica y como se transforma  y se
expresa en la conducta. (Morris, 2005)

La psicología psicoanalítica o dinámica, a su vez, se refiere a toda la investigación,


desarrollo teórico y metodológico y a la práctica de la psicología fundamentada en la
teoría psicodinámica.

Y el psicoanálisis, propiamente dicho, se refiere más exactamente al método de


investigación e intervención que Freud desarrolló y utilizó en el trabajo con sus
pacientes y que a la larga le permitió juntar los datos sobre los cuales construyó su
teoría.
Teoría Topográfica

De acuerdo con Freud, los procesos psíquicos ocurren


Teorías psicodinámica: en tres instancias o estratos virtuales. Estas tres
instancias son Consciente, Preconsciente e
Teoría tópica o topográfica Inconsciente.
Teoría estructural
El consciente se refiere sencillamente a la experiencia
Teoría pulsional
psicológica de los sujetos en estado de vigilia. Lo
Mecanismos de defensa.
constituyen la vivencia y el conocimiento que está, a
voluntad, a total disposición del sujeto.

El preconsciente es un estrato virtual intermedio entre


el inconsciente y lo inconsciente. Aunque no se trata
de una instancia física si es un nivel de tránsito de lo
inconsciente a lo consciente.
En tercer lugar está el Inconsciente: Es el concepto principal de toda la teoría psicodinámica y así
mismo de la psicología psicoanalítica.

El inconsciente es la piedra angular en esta comprensión del funcionamiento psíquico humano. “El


inconsciente designa el conjunto de los hechos psicológicos que escapan a la síntesis consciente
y se convierten así en indisponibles… Cualquiera que sea el uso que se haga del término
inconsciente, no debe olvidarse que no se trata de una sustancia sino de una cualidad de
determinadas motivaciones y significaciones inmanentes a la conducta” (Merani, 1979). Son
inconscientes por tanto los instintos, los reflejos y lo reprimido.

Aquí aparece entonces el segundo concepto vital en la teoría psicodinámica: la represión. 

La Represión es sencillamente “la función de rechazar y poner fuera de la consciencia un


contenido mental”. (Merani, 1979).

”Todo lo reprimido tiene que permanecer inconsciente, pero queremos dejar sentado desde un
principio que no forma  por sí solo todo el contenido de  lo inconsciente. Lo inconsciente tiene un
alcance más amplio, lo reprimido es, por  tanto, una parte de lo inconsciente” (Freud, 1915).
El gran problema para el funcionamiento psíquico en este sentido es la obstrucción del dinamismo y
la permeabilidad entre estas tres instancias o sistemas. En condiciones normales la comunicación
de los tres sistemas es permeable y las tensiones de lo inconsciente pueden liberarse a través de
manifestaciones como los actos fallidos, los chistes inoportunos, los lapsus linguae y los sueños.

No obstante, cuando algún contenido inconsciente es demasiado reprochable para la consciencia la


fuerza de la represión lo confina a niveles tan profundos que la tensión de estos se acumula al
punto de generar grietas en el funcionamiento psíquico del sujeto. Es cuando sobreviene la
enfermedad mental menor o mayor, según sea la tensión acumulada y el daño causado en acción
de liberarse.

En las enfermedades mentales menores, neurosis, la represión tiende a aplastar las posibilidades
de expresión del inconsciente y en consecuencia, la vida interior del sujeto. En la enfermedad
mayor, como la psicosis, la diferenciación entre los sistemas se destruye y los contenidos
inconscientes invaden caóticamente la personalidad que se fractura y fragmenta. (Brainsky, 2003)

En virtud de lo anterior se puede concluir que el sentido del trabajo del psicólogo desde la
perspectiva del psicoanálisis es la de restablecer la permeabilidad y la dinámica entre lo
inconsciente, lo preconsciente y lo consciente.
Freud nació el 6 de mayo de 1856, en Freiberg , actual Príbor, República Checa, bajo el
seno de una familia judía de la clase media. Como profesional, se especializó en la parálisis
infantil, siendo uno de los más influyentes en Europa.

Considerado experto en el área del psicoanálisis, al desarrollar y publicar su famosa Teoría


del Inconsciente tras largos años de estudios en la rama de la neurología, ciencia que se
encarga del estudio y el tratamiento de los trastornos del sistema nervioso. Este
estudio logró fusionarlo con la psicología.

¿Qué es el inconsciente según Freud?

"Es el círculo más grande que incluye dentro de sí el círculo más pequeño del consciente;
todo consciente tiene su paso preliminar en el inconsciente, mientras que el inconsciente
puede detenerse con este paso y todavía reclamar el pleno valor como actividad
psíquica”, escribió Freud.
“El inconsciente de un ser humano puede reaccionar al de otro sin pasar por el
consciente”, sostuvo Freud.

“La interpretación de los sueños es el camino real al conocimiento de las


actividades inconscientes de la mente”, aseguró el científico.

Freud explicó que durante el crecimiento humano, los niños van creando su
propia personalidad, a través de impulsos irracionales y primitivos ya que
dependen de alguien y al tener ésta dependencia, por ejemplo de una madre,
el menor crea celos porque es su primer amor.

En cuanto a la figura paterna, Freud creyó que el padre influye mucho en


el inconsciente del niño porque lo ve como rival entre él y su madre ya que ama
a su progenitora pero a su vez odia a su padre por robarle el amor de ella. Esta
teoría está relacionada a la historia griega Complejo de Edipo, de Robert M.
Young.
Inconsciente

Definición: 

En el llamado modelo topográfico de la mente del psicoanálisis se


considera que una parte de este aparato psíquico es consciente y otra
inconsciente. El inconsciente contiene impulsos y deseos que luchan por
salir pero cuya salida podría constituir una fuente de angustia para el
individuo. Las fuerzas del inconsciente podrían descargarse de forma
distorsionada o censurada, por ejemplo a través de los sueños o chistes.
Aunque todo el ello es inconsciente, no todo inconsciente es ello.
TEORÍA ESTRUCTURAL

Freud propuso que la  personalidad depende de la manera como se van


integrando, desde los primeros años de la vida, tres  estructuras: Ello, Yo y
Súper Yo.

El Ello es la única estructura que está  presente al momento de nacer y es


enteramente inconsciente.
El Ello se constituye de impulsos  y deseos asociados a las necesidades
fisiológicas; lo cual busca y exige la satisfacción inmediata.
Esta necesidad de satisfacción inmediata del Ello es lo que se denomina el
“principio del placer”, es decir el intento de conseguir la satisfacción inmediata y
evitar el dolor o las sensaciones displacenteras.
Esto es justo y necesario en los primeros años de la vida, porque de ello
depende en parte la supervivencia del sujeto.   
El Súper Yo no existe al momento del nacimiento, de hecho el  niño  de corta edad es amoral, y
hace todo cuanto le procura placer.
Es por ello que al niño no le preocupa llorar, gritar, jugar con sus excrementos, manipular sus
genitales en público, entre otras cosas que serían socialmente reprochables para los más
adultos.
No obstante, en la medida que el sujeto va creciendo y va interactuando con su entorno familiar y
social va incorporando en menor o mayor medida la normativa del contexto en el que crece, va
adoptando las valoraciones sobre lo correcto o incorrecto, lo aceptable y lo reprochable.
Entonces, el conjunto de principios, valores y normas morales que el sujeto incorpora de su
medio ambiente es lo que se denomina el Súper Yo.

El Yo es la estructura que, en su estado de desarrollo adulto, regula las interacciones entre el
Ello y el Súper Yo, y permite un funcionamiento adaptado dentro de su entorno social al
margen de manifestaciones sintomáticas.

El yo se comienza a manifestar alrededor de los 3 y 5 años de edad, pero su funcionamiento


óptimo se esperaría después de los 12 años.
El Yo gobierna la movilidad voluntaria, su tarea consiste en la auto conservación, y la realiza en
doble sentido. Frente al mundo exterior se percata de los estímulos, acumula (en la memoria)
experiencias sobre los mismos,  elude (por la fuga) los que son demasiado intensos, enfrenta (por
adaptación)  los estímulos moderados, y por fin aprende a  modificar el mundo exterior, adecuándolo
a su propia conveniencia  (a través de la actividad). 

Hacia el interior, frente al Ello, conquista el dominio sobre las exigencias de los instintos, decide si
han de tener acceso a la satisfacción, aplazándola hasta las oportunidades y circunstancias más
favorables del mundo exterior, o bien suprimiendo totalmente las excitaciones instintivas. (Freud,
1938)

El yo persigue el placer y trata de evitar el displacer. No obstante, actúa de acuerdo con el “principio
de realidad”; es decir que es capaz de evaluar tanto la necesidad como la disponibilidad de
satisfactores viables, permitiendo que se de espera a la satisfacción de la necesidad incluso de
forma indefinida.
(1900)
TÓPICA ESTRUCTURAL O TÓPICA 2 (1923)

En esta tópica Freud resalta tres aspectos importantes que


interactúan en el desarrollo de la personalidad.

Con estas dos tópicas bien definidas podemos lograr un


mejor entendimiento, de la personalidad, lo que la
conforma y hace dinámica, cambiante y adaptativa.
TEORÍA PULSIONAL

Freud consideró que todo el comportamiento humano estaba motivado por las pulsiones, las cuales
no son más que las representaciones neurológicas de las necesidades físicas.

Al principio se refirió a ellas como pulsiones de vida. Estas pulsiones perpetúan (a) la vida del sujeto,
motivándole a buscar comida y agua y (b) la vida de la especie, motivándole a buscar sexo.

La energía motivacional de estas pulsiones de vida, que impulsa el psiquismo, les llamó libido, a
partir del latín significante de “yo deseo”.

La experiencia clínica de Freud le llevó a considerar el sexo como una necesidad mucho más
importante que otras en la dinámica de la psiquis.

El ser humano, después de todo, es social y el sexo es la mayor de las necesidades sociales.

Cuando Freud hablaba de sexo, hablaba de mucho más que solo el coito, la libido se ha considerado
como la pulsión sexual.
Más tarde en su vida, Freud empezó a creer que las pulsiones de vida no explicaban toda la
historia. La libido es una cosa viviente; el principio de placer nos mantiene en constante
movimiento. Y la finalidad de todo este movimiento es lograr la quietud, estar satisfecho, estar
en paz, no tener más necesidades.

Se podría decir que la meta de la vida, bajo este supuesto, es la muerte. Freud empezó a
considerar que “debajo” o “a un lado” de las pulsiones de vida había una pulsión de muerte.
Empezó a defender la idea de que cada persona tiene una necesidad inconsciente de morir.

Freud se refirió a esto como el principio de Nirvana. Nirvana es una idea budista usualmente
traducida como “Cielo”, aunque su significado literal es “soplido que agota”, como cuando la
llama de una vela se apaga suavemente por un soplido. Se refiere a la no-existencia, a la nada,
al vacío; lo que constituye la meta de toda vida en la filosofía budista.
La evidencia cotidiana de la pulsión de muerte y su principio de nirvana está en nuestro
deseo de paz, de escapar a la estimulación, en nuestra atracción por el alcohol y los
narcóticos, en nuestra propensión a actividades de aislamiento, como cuando nos
perdemos en un libro o una película y en nuestra apetencia por el descanso y el sueño.

En ocasiones esta pulsión se representa de forma más directa como el suicidio y los
deseos de suicidio. Y en otros momentos, tal y como Freud decía, en la agresión,
crueldad, asesinato y destructividad.
¿Qué es la histeria?

La histeria es un tipo de neurosis, un conflicto psíquico sin causa orgánica que


se caracteriza por una elaboración alterada de contenidos desagradables y
dolorosos que han sucumbido a la represión y se expresan simbólicamente en la
somatización del cuerpo.

El término viene del griego “ὑστέρα” (Hustera) y significa “útero”.

Antiguamente, era una enfermedad atribuida “al mal funcionamiento del útero”,
por lo que se creía que sólo se daba en las mujeres. Posteriormente, en la edad
media, se le atribuyó un carácter demoniaco.

La histeria viene a cobrar un sentido dentro de la dimensión médica en el siglo


XIX gracias a los estudios de Charcot, pero Freud es quien la estudia con detalle.
¿Cuáles son los síntomas de la histeria?

Para Freud los síntomas histéricos constituyen la manifestación de deseos reprimidos, siendo
tales síntomas la expresión simbólica de la vida íntima y de la psicosexualidad infantil del sujeto.

Es característico de la histeria que los síntomas se formen por el proceso de conversión, esto
es: la somatización de un afecto. Entre los síntomas más llamativos se encuentran:

•Alucinaciones de contenidos reprimidos


•Parálisis motoras y anestesias locales.
•Convulsiones, contracturas o tics.
•Cegueras parciales.
•Vómitos.
•Impotencia y frigidez
•Fobias (histeria de angustia).
•Disneas (ahogos).
•Tos nerviosa.
•Mutismo.
•Afonía.
•Amnesia histérica (puesta al servicio de la represión).
•Disociación psíquica (desdoblamiento de la consciencia)
¿Cuál es la causa de la histeria?

Freud ubica la etiología de la histeria en la psicosexualidad de los pacientes, y


también afirma que los síntomas histéricos dependen de las fantasías que
se elaboran en torno a recuerdos y sucesos auto-eróticos y edípicos
reprimidos.

Según Freud (1917): “En la histeria existe siempre una regresión de la libido a
los primeros objetos sexuales de naturaleza incestuosa…siendo, la represión la
que desempeña en el mecanismo de esta enfermedad el papel principal”.
(p.2.336). En este sentido, la amnesia por represión es un hecho particular de
las observaciones freudianas acerca de la estructura histérica.
Sin embargo, la causa de la histeria es multifactorial. No necesariamente debe
surgir de una “vivencia traumática” o es una única fantasía reprimida la que se
encuentra enlazada linealmente con los síntomas; sino que puede estar determinada
por una cooperación de varias experiencias, junto con otros recuerdos anteriores, p.
ej: evocaciones de cosas que ocurrieron, o fantasías de sucesos que no ocurrieron.

Por ende, la histeria se apoya en una constelación de elementos


interconectados que le dan su consistencia a partir de un punto nodal, es decir, un
punto de entrecruzamiento de dos o más representaciones (recuerdos, sucesos)
resignificados en la cadena asociativa, que tocan un conflicto sexual reprimido. 

La histeria se genera por la represión de una representación sexual


prematura (es decir, acaecida en la niñez temprana) que es inconciliable con la
dirección de las representaciones que ya están presentes en la organización del yo.
¿Para qué sirve la Terapia Psicoanalítica?

La Terapia Psicoanalítica puede ser muy útil para las personas que


sienten una preocupación emocional recurrente, y también para los
individuos que quieran conocerse un poco mejor a ellos mismos. 

La sensación de que somos capaces de comprender mejor nuestras


creencias, pensamientos, emociones y sentimientos suele redundar en
un mejor autoconcepto y bienestar. Sin embargo, la Terapia Psicoanalítica
es menos recomendable para casos en que se busque una solución
rápida a algún conflicto o dificultad psicológica.

El psicoanálisis, y en especial la terapia que desarrolló Sigmund Freud,


está enfocada a conocer, gradualmente y de forma profunda, el
inconsciente y las manifestaciones de éste en nuestra conducta diaria.
Limitaciones y críticas

Los círculos de psicólogos y psicoterapeutas señalan a menudo que el


enfoque psicoanalítico puede ser más eficaz en casos de problemas poco
específicos, como por ejemplo la baja autoestima, la timidez, el 
insomnio y otras afecciones del sueño, los problemas sexuales y la 
ansiedad.

Sin embargo, el psicoanálisis y la Terapia Psicoanalítica siguen siendo


controvertidos por su escaso soporte empírico. Así, los profesionales de
orientación cognitivo-conductual coinciden en explicar que el enfoque
psicoanalítico es menos efectivo que la TCC, que ha demostrado
científicamente un alto grado de éxito en casos de trastornos específicos,
como el trastorno obsesivo-compulsivo, el estrés y los 
trastornos de personalidad.
1. Asociación libre

La asociación libre es una técnica terapéutica que consiste en que el


paciente expresa todo lo que le pasa por la mente, intentando no censurar ni
recortar el torrente de recuerdos, pensamientos e ideas que tiene en ese
momento. La función del psicoterapeuta será la de propiciar esta “habla
fluida”, con el objetivo de que el paciente regrese a estados psicológicos y
emocionales, a partir de los cuales será más sencillo detectar los patrones de
conflicto que el sujeto pueda estar sintiendo.
2. Transferencia

La transferencia terapéutica es el proceso mediante el cual se transfieren


emociones, creencias o sentimientos vinculados a personas importantes
en la vida del paciente (como por ejemplo sus padres, parejas o
hermanos) hacia el terapeuta. Aunque no ocurra este proceso de
transferencia en todas las terapias, en los casos en que sí suceda el
psicoanalista debe hacer notar al paciente la existencia del fenómeno,
dotándolo de sentido y comprensión y mejorando la forma en que el
paciente se relaciona con sus seres queridos.
3. Interpretación

Una de las habilidades fundamentales en el psicoanalista es saber


interpretar y sacar conclusiones acertadas a través de los pensamientos
y relatos del paciente. En los momentos oportunos, el terapeuta
preguntará y cuestionará algunos pensamientos del paciente,
discutiendo de forma reflexiva sobre ellos. El psicoanálisis también
interpreta los sueños, y el contenido de éstos también pueden ser objeto
de análisis por su relevancia en el mundo inconsciente.
MECANISMOS DE DEFENSA

Los mecanismos de defensa son acciones que el Yo realiza, por lo regular


de manera inconsciente, para proteger la vida consciente del sujeto. El más
importante de ellos es la represión, este mecanismo defiende al sujeto
consciente (yo), pero a la larga terminan siendo negativos en el sentido que
acumulan tensión inconsciente.

El único mecanismo de defensa que es positivo es la Sublimación, es la


transformación de un impulso inaceptable, ya sea sexo, rabia, miedo o
cualquier otro, en una forma socialmente aceptable, incluso productiva (arte,
cultura, deportes).
La REGRESION

Es un retorno al "yo infantil" a consecuencia de un enturbiamiento del


"yo adulto". Ese enturbiamiento podemos considerarlo como una
especie de fracaso del Yo frente al "Objeto“.

Toda regresión supone una vuelta atrás del proceso de maduración


psicológico, tanto afectivo como mental; por tanto, es un claro síntoma
de neurosis, de desadaptación.
La SUBLIMACION

Dentro de los mecanismos de defensa más positivos para la descarga de


las tensiones podemos considerar la "sublimación". La sublimación viene a
ser como un medio de alcanzar satisfacción en forma sustitutiva o
imaginaria a las dos tendencias básicas de nuestros instintos: la sexualidad
y la agresividad.

Todas las actividades científicas, artísticas, intelectuales, religiosas y


culturales, en general, son -según Freud-consecuencia de la sublimación.
La PROYECCION

La proyección es un mecanismo de defensa mediante el cual "escupimos" sobre


el mundo o sobre los demás aquellas emociones, vivencias o rasgos de carácter
que deseamos desalojar de nosotros mismos por inaceptables. Todo lo que
resulta placentero es aceptado como algo perteneciente al propio yo. Todo
cuanto resulta desagradable, molesto o doloroso es sentido como ajeno al yo.

La frustración desaparece cuando creemos que nuestros defectos, nuestras


deficiencias y nuestros fracasos también los tienen los demás, o son los demás
los causantes de esos fracasos, de esas deficiencias o de algo que nos
deseamos tener.
La RACIONALIZACION

Es una forma de negación en la que, para evitar el conflicto o la


frustración, se dan razones o se expresan argumentos que ocultan,
justifican o encubren los fallos o contrariedades.

Mediante este mecanismo, el sujeto se defiende del efecto frustrante y


trata de convencerse que, en el fondo, no deseaba aquello que no ha
conseguido.
La FORMACION REACTIVA

La formación reactiva es una actitud o hábito de reacción opuesto al deseo


reprimido.

El sujeto lucha directamente contra toda representación penosa, frustrante o


dolorosa, sustituyéndola por un síntoma primario de defensa o
"contrasíntoma", consistente en adoptar una conducta o reacción que
excluye de la conciencia a los elementos que intervienen en el conflicto (la
representación sexual y el reproche que ésta suscita, por ejemplo), en favor
de virtudes morales llevadas al extremo, como pueden ser el pudor, la
escrupulosidad, la persecución de las conductas inmorales, etc.

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