Clase Los Padres Como Agentes de Cambio Del Comportamiento Infantil (1) Diplomado I y A

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LOS PADRES COMO

AGENTES DE CAMBIO
DEL COMPORTAMIENTO
INFANTIL
INTRODUCCIÓN

El entrenamiento de padres posee una larga tradición en el campo de la


modificación de conducta como alternativa a los enfoques tradicionales de la
psicoterapia con niños y adolescentes. Entre las razones que hacen
especialmente relevante hoy el entrenamiento de los padres se hallan tanto las de
tipo ético como las puramente pragmáticas. Entre las primeras se encuentra el
derecho y la obligación que tienen los padres de educar a sus hijos; es decir,
dotarles de la mayor competencia posible para promover su propia salud, prevenir
y/o resolver problemas de conducta y facilitarles su adaptación al contexto social.

Inicio

Por lo que respecta al campo específico que delimita el modelo conductual, el


entrenamiento de padres surge inicialmente en la década de los sesenta como
una alternativa a los enfoques tradicionales de la terapia infantil, pudiendo
distinguirse dos fases más en su desarrollo hasta la actualidad (véa tabla 15.1)
Descripción del entrenamiento de padres

Las psicoterapias infantiles tradicionales, en las que el trabajo se realizaba sólo


con los niños y en el contexto artificial de la clínica, parecían mostrar una escasa
eficacia. Tal observación llevó a Levitt (1957, 1963) a investigar en esta dirección.

En el desarrollo del entrenamiento de padres como alternativa terapéutica para el


tratamiento de los problemas de conducta de los niños. Se encuentran estas
posicion:

- La posición ambientalista de los enfoques conductuales (especialmente el


enfoque operante), unido al hecho de que generalmente son los padres de los
sujetos que cuentan con una mayor probabilidad de ejercer un control directo e
inmediato sobre las contingencias de refuerzo que resultan responsables de la
génesis, desarrollo y/o mantenimiento de la mayor parte del comportamiento
problemático de los hijos (prerrequisito de muchas intervenciones conductuales
para que puedan resultar eficaces).
Descripción del entrenamiento de padres

Desarrollo

En el desarrollo de esta modalidad de investigación, en el ámbito de la


modificación de la conducta en general y, en particular, de la terapia de
conducta, desde nuestro punto de vista han desempeñado un papel
fundamental el enfoque operante y la psicología conductual comunitaria.
(véase figura 15.1)
Descripción del entrenamiento de padres

De acuerdo con esta posición los objetivos del terapeuta de conducta son:

1- Introducir cambios en aquellos aspectos del contexto que se reconocen


como favorecedores, bien del inicio de la conducta problema o bien de
aquellas dificultades que afectan al buen desarrollo y a la correcta adaptación
del niño;

2- Dotar de habilidades a los sujetos generando/incrementando sus recursos


teóricos y técnicos, con el fin de capacitarlos para tratar y prevenir, de forma
adecuada, el mayor número posible de situaciones relacionadas con el inicio
de la/s conducta/s problema.
La evaluación en el entrenamiento de padres

Respecto de la evaluación en sí, en primer lugar, es necesario preguntarle


sobre ¿qué hemos de evaluar?, ¿en qué orden se ha de hacer? Y ¿hasta
cuándo tenemos que seguir evaluando? En relación con las dos primeras
preguntas, siguiendo el orden en que presentamos la secuencia, nosotros
proponemos evaluar:
La evaluación en el entrenamiento de padres

1. La existencia real del problema por el que nos solicita intervenir en el niño o
el adolescente
2. Los conocimientos del curso evolutivo, habilidades de crianza y estado
psicológico de cada uno de los padres
3. El funcionamiento de los padres en tanto que pareja
4. El funcionamiento de la estructura familiar (déficit de habilidades de
comunicación y de solución de problemas, distorsiones cognitivas,
estructura familiar disfuncional, etc.).

Finalmente, con respecto a ¿hasta cuándo evaluar?, nosotros entendemos que


el proceso de evaluación ha de permanecer abierto hasta tanto no se pueda
responder afirmativamente las siguientes preguntas: ¿puedo entender el
funcionamiento de esta familia? Y ¿puedo explicar por qué los distintos
miembros de la familia hacen lo que hacen?.
La evaluación en el entrenamiento de padres

La necesidad de evaluar la existencia real del problema por el que se nos demanda
intervención en el caso de los niños y los adolescentes viene dada por las
implicaciones que conlleva la carencia de autonomía para solicitar ayuda en los
sujetos de este grupo de edad.

Son los adultos que lo tienen a su cargo quienes forman ese juicio. La información
mayor o menor de los adultos que evalúan al niño son, pues, algunos de los criterios
que intervienen en la calificación que éstos hacen de la conducta de los niños.

El evaluador deberá tomar todas las medidas a su alcance para determinar, hasta
donde le sea posible, si la conducta es realmente problemática y requiere de la
intervención psicológica para su modificación.

Con este fin se deben utilizar tanto criterios evolutivos como no evolutivos, así como
el estado psicológico de los padres, su nivel de información sobre el curso evolutivo
infantil y las habilidades de crianza educativa que poseen ambos padres
(véase figura 15.2).
La evaluación en el entrenamiento de padres

Si ya estamos en condiciones de responder qué hemos de evaluar, en qué orden y hasta


cuándo, precisamos ahora aproximarnos a los instrumentos; es decir, interrogantes sobre con
qué podemos auxiliarnos para llevar a cabo tal proceso de evaluación conductual, además la
observación y registro de la conducta in vivo o en diferido usando procedimientos
audiovisuales (recordemos que hasta los 8-10 años el proceso de evaluación debe ser
fundamentalmente sinónimo de observación)
El entrenamiento de padres propiamente dicho

Instrucciones o pautas de carácter general para estructurar un programa de


entrenamiento a padres

Antes de intervenir
•Ubicar el centro de entrenamiento en un lugar bien comunicado.
•Prever e instalar un servicio de guardería que permita que aquellos padres que
no puedan dejar a los hijos a cargo de algún familiar no tengan que renunciar al
entrenamiento.
•Establecer un horario de entrenamiento compatible con la jornada laboral de los
padres
•Fomentar la necesidad de que asistan juntos los dos miembros de la pareja.
•Estimular a los padres y madres que no tienen compañero/a para que se hagan
acompañar de algún amigo o amiga.
El entrenamiento de padres propiamente dicho

El inicio de la intervención

•Presentar con toda claridad, desde el principio, los objetivos del programa de
entrenamiento tanto en positivo como en negativo: ¿qué se pretende lograr? Y
¿qué no se debe esperar del programa?, ¿qué es lo que se espera que hagan
los padres? Y ¿qué es lo que no deberán hacer los padres que comprometan si
asistencia al programa?.
•Establecer y describir con claridad los parámetros del programa de
entrenamiento: número y duración de las sesiones, fases del entrenamiento,
<tareas para casa>, etc.

Respecto a la evaluación

•Crear grupos homogéneos tanto en relación con las características de los


padres (niveles socioeconómico y cultural) como respecto de los problemas que
presentan los hijos.
•Diseñar un proceso de evaluación continua de las <tareas para casa>.
El entrenamiento de padres propiamente dicho

• Generar, desarrollar y mantener el interés por la evaluación continua de las


tareas para casa revisando con todo cuidado, mimo y detalle, los registros
continuos que los padres llevan de la conducta de su hijo (modelar, reforzar y
proporcionar retroalimentación).

En relación con el desarrollo del entrenamiento

• Vigilar el entrenamiento de cada grupo preferiblemente con dos personas de


distinto sexo y, al menos una de ellas, con experiencia en el entrenamiento de
padres, el trabajo con grupos adultos y en el tratamiento de problemas que
presentan los niños (por ejemplo, psicólogos, pedagogos, profesores de
educación especial y asistentes sociales
El entrenamiento de padres propiamente dicho

• Programar reforzadores que minimicen el abandono del programa o la


asistencia irregular a las sesiones del mismo.
• Proporcionar el máximo de información a través de manuales, grabaciones de
audio y vídeo, con el fin de que el terapeuta o monitor más que dedicarse a
proporcionar información nueva dedique el mayor tiempo posible a modelar
habilidades y administrar retroalimentación de papeles o el ensayo de
conducta de los miembros del grupo.
• Prevenir las dificultades que les puedan surgir a los padres en el diseño y/o
aplicación del tratamiento.

Con este fin se sugiere:


a) Incluir uno o dos contactos telefónicos entre sesión y sesión de
entrenamiento, siempre realizados por el mismo terapeuta o monitor.
El entrenamiento de padres propiamente dicho

b) Llevar un diario donde se resuman las dificultades halladas y las soluciones


generadas (primero por los propios padres y después por los terapeutas cuando
aquéllos no hayan podido hacerlo) para prevenirlas en futuras aplicaciones del
programa.

Estructura para la orientación del diseño y elaboración


de un programa básico de entrenamiento a padres
Formular objetivos

Objetivo general

Por ejemplo, dotar a los padres de los recursos teóricos que les permitan el
desarrollo de un repertorio de habilidades que hagan posible la mejora del modo
o estilos de la interacción social en el ámbito familiar.
El entrenamiento de padres propiamente dicho

Objetivos a corto y mediano plazo

Ejemplos:
•Aprender a concretar y definir operativamente las conductas a modificar.
•Intervenir para generar e incrementar conductas prosociales y disminuir
conductas problemáticas de los hijos. Sustituir estilos coercitivos de interacción
padres-hijos por patrones de interacción positivos y prosociales (por ejemplo,
refuerzo negativo vs. positivo.
•Generar, desarrollar y mantener conductas prosalud y disminuir/eliminar los
valores de los parámetros básicos relacionados con las conductas de riesgo
clínico (su frecuencia, duración e intensidad).
•Aplicar correctamente técnicas específicas de manejo conductual (estrategias
de observación y registro; uso del esfuerzo, la extinción; economía de fichas,
etc.)
El entrenamiento de padres propiamente dicho

Procedimiento
•Momentos:
a)inicial o pretest;
b)tras cada sesión de tratamiento;
c) final o postest;
d) seguimiento y siempre antes de las posibles <sesiones de recuerdo> o
entrenamiento adicional cuya necesidad pudiera poner en evidencia la propia
evaluación de seguimiento.
•Tipos: clínica, estadística, social, generalización (temporal, situacional o
espacial, interpersonal e interconductual.
El entrenamiento de padres propiamente dicho

Formación y tamaño de grupos

•Los grupos deben formarse al azar, pero cuando asistan los dos miembros de
una pareja ambos deben ser incluidos en el mismo grupo.
•El tamaño más recomendable para llevar a cabo una intervención básica oscila
entre ocho y diez padres por grupo de entrenamiento.

Desarrollo de las sesiones de entrenamiento

Los contenidos de las sesiones y tareas para casa se deben planificar para su
entrenamiento y aplicación:
a)En función al nivel de aprendizaje esperado, de acuerdo con en número de la
sesión de entrenamiento.
b)En relación con las actividades que permitan:
•Garantizar el éxito de las intervenciones de los padres, sobre todo al comienzo
del tratamiento
•Responder al interés de los padres por (re)establecer el control sobre la
conducta del niño y/o la suya propia.
El entrenamiento de padres propiamente dicho

Fases del desarrollo de las sesiones

•Primera fase: educativa. Los objetivos, actividades y recursos a utilizar en esta


fase deben incluir al menos:
1.Exponer (terapeuta/monitor) en el inicio de cada sesión una brece síntesis de lo
trabajado en la sesión precia (<recordatorio>).
2.Corregir las tareas para la casa acordadas en la sesión anterior, discutir los
problemas encontrados y modelar, reforzar y dar retroalimentación en su caso.
3.Transmitir nueva información y/o reconceptualizar la existente.
4.Solucionar dudas (complementarias a las llamadas telefónicas entre sesión y
sesión de entrenamiento).
Recursos: guías , manuales, materiales audio y visuales, invitación puntual de
algún experto de reconocido prestigio, etc.
El entrenamiento de padres propiamente dicho

• Segunda fase: entrenamiento de habilidades y destrezas. Los objetivos,


actividades y recursos a utilizar aquí también deben incluir al menos:
1. Entrenar en condiciones simuladas y simplificadas: observar cómo se implican
las técnicas (modelar) y a continuación ensayar su aplicación (ensayo de
conducta, representación de papeles) tantas veces como se requiera hasta el
logro de una ejecución correcta.
2. Discutir entre los miembros de cada grupo y con el terapeuta/monitor sobre
las habilidades entrenadas.
3. Entregar a los padres un resumen de los contenidos elaborados y la
propuesta de tareas básicas para casa (al final de la sesión).
4. Proponer que cada padre y/o pareja realice un listado complementario de
tareas para casa.

• Tercera fase: aplicar las habilidades y destrezas aprendidas. El objetivo de


esta fase es la consolidación y generalización de lo aprendido. Ello supone a
nivel operativo aplicar entre sesión y sesión de entrenamiento/tratamiento los
conocimientos adquiridos y las habilidades y destrezas modeladas y
ensayadas en la/s sesión/es previa/s.
UNA ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN CONDUCTUAL
FAMILIAR EN NIVELES MÚLTIPLES PARA LA
PREVENCIÓN Y EL TRATAMIENTO DE LOS PROBLEMAS
DE COMPORTAMIENTO INFANTILES

¿ Qué es la triple P – el Programa Parental


Positivo?

La triple P - el Programa Parental Positivo es una


estrategia a múltiples niveles, preventiva, de apoyo
parental y familiar, desarrollada por el autor y sus
colegas en la Universidad de Queensland en Brisbane,
Australia. El programa intenta prevenir problemas
conductuales, emocionales y de desarrollo graves en los
niños aumentando el conocimiento, las habilidades y la
confianza de los padres.

Incorpora cinco niveles de investigación en una


continua graduación de potencia progresiva
(véase tabla 16.1) para padres de niños
preadolescentes, desde el nacimiento hasta los 12
años.
La base teórica de la triple P

La triple P es una forma de intervención familiar conductual basada en los principios


del aprendizaje social (por ejemplo, Patterson, 1982). Este enfoque de tratamiento y
prevención de los trastornos infantiles tiene un apoyo empírico más potente que
cualquier otra intervención con niños, especialmente aquellos con problemas de
comportamiento.

Los principios esenciales de la educación parental positiva son cinco y forman la


base del programa, abordando factores de riesgo y de protección específicos que
ya se conoce que predicen resultados positivos del desarrollo y de la salud mental
en niños.
Conclusión

las relaciones familiares y cómo las familias pueden implicarse de forma


significativa tanto en la prevención como en el tratamiento de los problemas
de salud mental.

Existen claras evidencias de que la intervención familiar es una tecnología


poderosa de investigación para un amplio rango de problemas de salud
mental infantil. Sin embargo, hay muchos problemas sin resolver que tienen
que abordarse antes de que el campo tenga un impacto significativo sobre
los organismos de la salud mental.
Conclusión

La tarea de los padres cuidando de los hijos se concibe mejor como un


proceso que empieza con el embarazo y continúa hasta que los hijos se
marchan de casa u se convierten en adultos totalmente dependientes. Es
preciso que el cuidado parental se considere sobre un conjunto donde las
necesidades informativas de los padres cambian en función de la
experiencia de éstos u del nivel de desarrollo del hijo. La potencia o
intensidad que requiere la intervención familiar puede cambiar también en
función de las transiciones de la vida (separación, divorcio,
reemparejamiento, enfermedad, pérdida, trauma y problemas económicos).

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