El documento resume las enseñanzas de Deuteronomio 4:1-9 sobre la Ley de Dios. Explica que la Ley es perfecta y que ni se le puede añadir ni quitar. Advirtió que desobedecer la Ley trae consecuencias, como se vio con los israelitas que adoraron a Baal-peor. También señaló que obedecer la Ley nos hace una nación grande y sabia ante los ojos de los demás.
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El documento resume las enseñanzas de Deuteronomio 4:1-9 sobre la Ley de Dios. Explica que la Ley es perfecta y que ni se le puede añadir ni quitar. Advirtió que desobedecer la Ley trae consecuencias, como se vio con los israelitas que adoraron a Baal-peor. También señaló que obedecer la Ley nos hace una nación grande y sabia ante los ojos de los demás.
El documento resume las enseñanzas de Deuteronomio 4:1-9 sobre la Ley de Dios. Explica que la Ley es perfecta y que ni se le puede añadir ni quitar. Advirtió que desobedecer la Ley trae consecuencias, como se vio con los israelitas que adoraron a Baal-peor. También señaló que obedecer la Ley nos hace una nación grande y sabia ante los ojos de los demás.
El documento resume las enseñanzas de Deuteronomio 4:1-9 sobre la Ley de Dios. Explica que la Ley es perfecta y que ni se le puede añadir ni quitar. Advirtió que desobedecer la Ley trae consecuencias, como se vio con los israelitas que adoraron a Baal-peor. También señaló que obedecer la Ley nos hace una nación grande y sabia ante los ojos de los demás.
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“PORQUE ¿QUÉ NACIÓN
GRANDE HAY…?”
Lección 6 para el 6 de noviembre de 2021
Deuteronomio 4:1-9 es un estudio acerca de la Ley de Dios –una Ley santa, perfecta y sabia–, y de las consecuencias de obedecerla o rechazarla. ¿Podemos añadir o quitar algo de la Ley para hacerla más perfecta? ¿Qué relación existe entre la Ley y la sabiduría? ¿Puede la observancia de la Ley darnos renombre en este mundo?
Ni añadir ni disminuir. Deuteronomio 4:1-2.
Resultados de la rebelión. Deuteronomio 4:3. Siguiendo a Dios. Deuteronomio 4:4. Nuestra sabiduría. Deuteronomio 4:5-6. Una nación grande. Deuteronomio 4:7-9. NI AÑADIR NI DISMINUIR “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno” (Deuteronomio 4:2)
Añadir o quitar algo de la Ley perfecta para hacerla más perfecta es
colocarse en el lugar de Dios. Ese es, precisamente, el deseo de Satanás desde un principio. La “publicidad” de su rebelión se basó precisamente en la imperfección de la Ley, y la necesidad de modificarla.
A lo largo de la historia, ha inducido al pueblo
de Dios a añadir preceptos a la Ley. Por ejemplo, mezclando costumbres paganas; inventando nuevas leyes; creando tradiciones (2R. 17:33; 1R. 12:33; Mt. 15:3-6). También ha sido inducido a quitar preceptos de la Ley (2º mandamiento) para poder adorar a Dios a través de imágenes. En todos los casos, el pueblo de Dios ha sufrido las consecuencias. RESULTADOS DE LA REBELIÓN “Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo de Baal-peor; que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor destruyó Jehová tu Dios de en medio de ti” (Deuteronomio 4:3) Si añadir o quitar a la Ley trae consecuencias, la abierta violación de ella trae también sus consecuencias. Por incitación de Balaam, las mujeres moabitas se acercaron a los varones israelitas con la intención de seducirlos (Nm. 31:15-16). Aquellos que se dejaron seducir pasaron rápidamente del adulterio físico al espiritual (Nm. 25:1-2). Al endurecer la conciencia con el primer pecado, el físico, estaban listos para caer en el último, el espiritual, que debió haber sido el objetivo final de Satanás. Dios tuvo que intervenir pidiendo una actitud drástica contra el pecado flagrante (Nm. 25:5-8). El pecado, si no se rechaza, nos lleva a la rebelión y al alejamiento completo de Dios. SIGUIENDO A DIOS enemigo Dios “Mas vosotros que seguisteis a Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy” (Deuteronomio 4:4)
En contraste con todos los que
fueron en pos de Baal-peor (24.000), Moisés presenta a todos los que siguieron a Dios. No hay término medio. O sigo a Dios, o al enemigo (Mt. 12:30). La decisión de aferrarme a Dios es mía, el poder para resistir a la tentación es suyo (Judas 24).
Dios puede evitar que caigamos. Pero tenemos que tomar la
decisión consciente de aferrarnos a Dios, como hicieron los fieles en Baal-peor. Si es así, podemos estar seguros de que, sea cual fuere la tentación, podremos permanecer fieles. NUESTRA SABIDURÍA “Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta” (Deuteronomio 4:6) Según este versículo, ¿cuándo dirá el mundo que los cristianos somos un “pueblo sabio y entendido”? Cuando se acerquen a oír las leyes que nos gobiernan. Pero solo se acercarán a oír cuando las guardemos y las pongamos por obra. Es decir, cuando vivamos de acuerdo con la Ley de Dios, de manera que nuestro ejemplo sea coherente con nuestra predicación. Las leyes que gobernaban a Israel eran perfectas. Pero su continua desobediencia los hizo fracasar como representantes de Dios, como luces en el mundo. Nosotros somos la sal de la tierra, la luz del mundo (Mt. 5:13-16). Brillemos en el mundo dando testimonio diario a través de nuestra obediencia a la Ley perfecta. UNA NACIÓN GRANDE “Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?” (Deuteronomio 4:7-8)
Dios escogió a los Dios estaba con él.
descendientes de Era un Dios cercano. Dios también nos ha escogido para bendecir a la humanidad con el mensaje Abraham para ser una de la Salvación. gran nación, con el ¿Qué hace de mí una “persona grande”? propósito de bendecir a través de ella a toda la humanidad (Gn. 12:2-3). Tenía leyes y juicios ¿Qué hacía justos. de Israel una “nación grande”? “El plan que Dios se propone llevar a cabo hoy mediante su pueblo, es el mismo que deseaba llevar a cabo mediante Israel cuando lo sacó de Egipto. Contemplando la bondad, la misericordia, la justicia y el amor de Dios revelados en la iglesia, el mundo ha de obtener una representación de su carácter. Y cuando la ley de Dios quede así manifestada en su vida, el mundo reconocerá la superioridad de los que aman, temen y sirven a Dios por encima de todos los demás habitantes de la tierra” E. G. W. (Testimonios para la iglesia, tomo 6, pg. 21)