La Mente Humana
La Mente Humana
La Mente Humana
La mente humana.
La teoría de la mente en la psicología moderna.
De tal manera que el cognitivismo es visto como una corriente que se encarga del estudio
de la cognición, cuyo doble interés es, primero, averiguar cómo es que los sujetos
entienden el mundo en que viven y, por otro lado, cómo adquieren la información, cómo la
almacenan, la recuperan y finalmente cómo hacen uso de ella. A partir de lo anterior, los
conductistas han argumentado que tales aspectos eran imposibles de observar y de medir,
por lo que no podían estudiarse de manera objetiva, que, en realidad, se estaban
confundiendo los conceptos que tendrían que ayudar a entender el comportamiento con el
verdadero objeto de estudio.
La teoría del desarrollo cognitivo y de la inteligencia propuesta por el psicólogo suizo Jean
Piaget (1936) plantea que el desarrollo evolutivo y cognitivo del ser humano consta de
cuatro fases (inteligencia sensoriomotriz, pre-operaciones, operaciones concretas y
operaciones formales). Y dichas fases tienen una secuencia lógica:
• Inteligencia sensoriomotriz. Abarca desde el nacimiento hasta los dos años,
aproximadamente. En ésta, el niño comienza a hacer uso de la imitación, la memoria y el
pensamiento a través de los reflejos innatos.
• Preoperacional. Abarca de los 2 hasta los 7 años. Desarrolla el uso del lenguaje y la
capacidad de desenvolverse en el entorno a través de representaciones simbólicas.
• Operacional concreta. De los 7–11 años. Usa la lógica y resuelve problemas concretos.
• Operacional formal. De los 11 años en adelante. Usa la lógica para resolver problemas
abstractos. Desarrolla el pensamiento científico. Genera su propia identidad.
A partir de la etapa preoperacional, a los dos años aproximadamente, y ya adquirida la
capacidad simbólica y de representación, surge lo que se ha denominado la teoría de la
mente (ToM) que plantea que el niño es capaz de razonar acerca de lo que piensa y
siente internamente, es capaz de ponerse en el lugar de los demás e inferir lo que
piensan o por qué tiene determinadas conductas. Dos aspectos fundamentales que
resalta esta teoría son: el carácter interpretativo para representar el mundo mental y un
carácter inferencial y predictivo que sirve para pronosticar hechos que van a ocurrir.
Teoría de la mente es un concepto que hace referencia a “la habilidad para comprender
y predecir la conducta de otras personas, sus conocimientos, sus intenciones y sus
creencias” (Tirapu-Ustárroz, et al. 2007, p. 484). En otras palabras, es la habilidad que nos
permite empatizar, comprender lo que sienten y piensan otras personas que tienen ideas y
creencias diferentes a las nuestras.
Existen muchos términos que se asocian a este concepto, tales como como cognición
social, mentalización, psicología popular, intuitiva o conducta intencional.
Sin embargo, la teoría de la Mente está asociada a una habilidad que permitiría a un sujeto
atribuir estados mentales, en relación consigo mismo, a otros.
Estudios realizados desde la etología, como lo exponen Moore y Fry (1991), indican que los
animales tienen la capacidad para elegir si actúan en beneficio de su colectivo o si utilizan
estratagemas contra el enemigo; además son capaces de ayudar o contender con sus pares
de ser necesario, y, de cierta manera, examinar, predecir e influir en el comportamiento ajeno.
Todo lo anterior involucra la habilidad cognitiva (rudimentaria en el caso de los antropoides)
de acceso al estado mental del otro.
De acuerdo con lo visto, y partiendo de que la teoría de la mente propicia ponerse en lugar
del otro (empatía), estas habilidades nos sirven para anticiparnos a las acciones de los
demás y asumir que los otros tienen la habilidad de atribuir deseos, intenciones y
conocimientos en los demás. Considerando los estudios experimentales previos, los
grandes simios también tienen esta facultad, algo que se suma a muchas otras cualidades
descubiertas con anterioridad.
Los investigadores Krupenye, et al. (2016) plantean, de acuerdo con recientes experimentos,
que los grandes simios son capaces de inferir las creencias de otros, incluso cuando esas
creencias contradicen la realidad y son capaces de anticipar el error. Es similar a cuando un
humano ve una comedia y le hace gracia el error que va a cometer uno de los protagonistas.
También se ha descubierto que pueden usar cierto conocimiento de reglas abstractas, como
que el actor tienda a mirar objetos en el lugar en los que los vio y que el simio pueda
reconocerlo.
De tal forma, este autor advierte sobre la importancia de no realizar inferencias sobre
procesos psicológicos superiores en los animales si se pueden entender de manera más
simple. El principio de parsimonia afirma que la explicación más simple suele ser la más
correcta, dicha afirmación es esencial en el desarrollo de esta materia, pues pone en
evidencia la tendencia del ser humano de adjudicar facultades mentales a los animales
para poder predecir y explicar sus conductas.
Por otra parte, Fritz Heider (1958) propuso la teoría de las atribuciones, modelo desde el
cual se describen las formas en que los individuos utilizan la información para generar
explicaciones causales. Según Heider, con la finalidad de llegar a entender el mundo social,
las personas hacen análisis de un modo constante. De acuerdo este autor puede haber dos
tipos:
b. la segunda son las causas situacionales (causas externas al individuo, provocadas por
una situación).
De acuerdo con estas atribuciones, podría decirse que un individuo interpreta la realidad
atribuyendo a ésta las causas internas o externas, según sea la disponibilidad de
experiencias similares que posee sobre la situación que desea interpretar.
Por su parte, Harold Kelley (1967) puntualizó el modelo de Heider, detallando las variables
que utilizan las personas para establecer las atribuciones y, de esa manera, reducir la
condición de incertidumbre generada por los eventos de la vida. Kelley propuso un principio de
covariación que supone que las personas adjudican un comportamiento a factores casuales,
mientras dichos factores estén presentes en cada momento que la conducta ocurra y ausentes
cuando ésta no sucede. Kelley expuso 3 dimensiones para explicar una conducta a través del
principio de covariación:
Daniel Dennett (1978) propuso la Teoría de la intencionalidad; en ella expuso que el ser
humano es un ente que posee la capacidad de reflexionar sobre el futuro. De acuerdo con
esta teoría, dicha capacidad es la que separa a la humanidad del resto de los seres vivos y
el lenguaje es, en gran medida, la causa. Dennett sostuvo que es posible predecir el
comportamiento de un sistema siguiendo tres estrategias:
Habilidades intersubjetivas de aprendizaje y autoconciencia en los seres humanos.
En 1960, Trevarthen estudió la relación entre las madres y sus bebés, a partir de este
estudio surgió la idea de la existencia de una intersubjetividad innata.
La cual se sustentó a través del trabajo de Piaget y de Freud. En colaboración con Hubley y
Murray determinó y describió dos formas en las que los bebés se involucraban
intersubjetivamente con sus madres.
Finalmente, la teoría de Trevarthen sobre la intersubjetividad se encarga de dilucidar cómo
la mente humana puede ser capaz de reconocer los impulsos de otro de una forma intuitiva,
gracias a elaboraciones simbólicas o sin ellas. El desarrollo de la intersubjetividad y la
teoría de la mente es un atributo propio del ser humano y permite a los individuos
desarrollarse de forma plena como ser social. La intersubjetividad es el escenario en el que
se desenvuelven las relaciones entre individuos, por lo que, siempre que haya una
interacción, la intersubjetividad está presente.