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Teologia de La Creación: Ladaria, Antropología Teológica, Cap. II

Este documento presenta tres puntos clave sobre la teología de la creación: 1) Cristo es el centro de la historia de la salvación y la mediación de la creación. La creación no puede entenderse separada de la salvación que se realiza a través de Cristo. 2) La creación es el comienzo de la historia de salvación que culmina en Cristo. La creación tiene un propósito en la salvación y no es un mero añadido. 3) La creación es un acto de la Trinidad. Si Dios que salva es uno

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Teologia de La Creación: Ladaria, Antropología Teológica, Cap. II

Este documento presenta tres puntos clave sobre la teología de la creación: 1) Cristo es el centro de la historia de la salvación y la mediación de la creación. La creación no puede entenderse separada de la salvación que se realiza a través de Cristo. 2) La creación es el comienzo de la historia de salvación que culmina en Cristo. La creación tiene un propósito en la salvación y no es un mero añadido. 3) La creación es un acto de la Trinidad. Si Dios que salva es uno

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TEOLOGIA DE LA

CREACIÓN
Ladaria, Antropología teológica, Cap. II
LA MEDIACIÓN DE CRISTO
Afirmaciones fundamentales:
- El ser humano es creación de Dios
- El mundo que habitamos es también Desde el punto de vista cristiano, la creación no
creación de Dios puede verse ajena a la historia de la salvación,
- El ser humano es una creatura entre las donde Cristo constituye el centro de la misma.
creaturas aunque tiene una centralidad
que no significa dominio. Del Dios liberador del éxodo se llega al pleno
- Por lo tanto la dimensión de reconocimiento del Dios creador. En el fundamento de
creaturalidad en relación con el cosmos ambas afirmaciones está el infinito amor de Dios que se
es inherente al ser humano manifiesta en estos dos modos y se concreta en el
cuidado cotidiano por todos y cada uno de los vivientes
(Sal 136,25: “Da alimento a todo viviente, porque es
eterno su amor”)
En el Nuevo Testamento ya se da por
asumida la creación por Dios pero se añade
que el Dios creador es el Padre de A la mediación creadora de Cristo corresponde, en clave
Jesucristo que todo lo ha hecho mediante escatológica, su función recapituladora del universo: el
su Hijo (1 Cor 8, 6; Col 1, 15-20; Heb 1, 2-3; designio del Padre es la recapitulación de todo en aquel
Jn 1, 3.10). en quien antes de la creación del mundo nos ha elegido
y predestinado (Ef 1, 3-10)
Las funciones creadora y recapituladora de Cristo adquieren su sentido a la luz de su
misterio pascual. Si el mundo ha sido salvado por Cristo y en Cristo, significa que
también ha sido creado por él y en él.
“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en
la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Col 1, 16).
“Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los
hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación” (2 Cor 5,
19)

La creación es el comienzo de la historia de salvación que


culminará en Cristo. No es un añadido sin ninguna función en
dicha salvación.

Los padres de la Iglesia concebían el mundo como algo armónico, un


cosmos presidido por el logos. Por eso Cristo es la razón y la armonía del
universo. Por ello los cristianos son los que conocen y siguen al Logos, lo
poseen en plenitud. Las demás personas pueden conocer parcialmente
esta verdad pero no plenamente porque no conocen a Cristo.
LA FIDELIDAD DE DIOS A SU OBRA
Los problemas de compaginar la evolución con la
creación comenzaron a disiparse con la
publicación de la encíclica Humani Generis (1950)
de Pío XII. Pero de alguna manera esto se
corrobora con la perspectiva de una creación que
aún no está concluida sino que lo estará hasta que
Cristo sea todo en todos y en todo

“Ninguna verdad que la mente humana haya podido descubrir mediante una
investigación sincera puede estar en contradicción con la verdad ya conocida porque
Dios, Suma Verdad, ha creado y tolerado la inteligencia humana no para que oponga
cada día nuevas verdades a las verdades firmemente adquiridas, sino para que una
vez eliminados los errores surgidos, esa inteligencia añada verdades en el mismo
orden y con la misma organicidad que constatamos en la naturaleza misma de las
cosas de donde nace la verdad”

Dios no ha dejado de actuar en el mundo y en


la historia. Él conserva lo que ha hecho y la
sigue llevando hasta su plenitud, mediante su
Hijo que enviado al mundo, muestra la
fidelidad de Dios a su obra
La cooperación humana a esta creación también se afirma desde el
Génesis al señalar que el ser humano tiene que trabajar, cuidar y
dominar la tierra. A la libertad humana le es concedido un espacio de
autorrealización. En el trabajo, el ser humano, a la vez que transforma la
creación se perfecciona a sí mismo. En esto se reconoce la “legítima
autonomía de la realidad temporal” como designio del Creador
(Gaudium et Spes 34-35)

La creación tiene una bondad y una consistencia propia que el ser humano
ha de respetar, unas leyes que ha de descubrir con su esfuerzo (GS 36; LG
36). El ser humano no solo está llamado a trabajar en los seis días de la
creación sino también a “degustar” el descanso del séptimo día.

La libertad divina de Dios de crear el mundo, La creación también se entiende como la


es también la libertad humana de kénosis de Dios en el anonadamiento de
transformarlo. Dios no crea para Jesús en la encarnación y que culminará en
autoperfeccionarse sino para comunicar su la cruz. De alguna manera el manifestarse
bondad, o lo que en el lenguaje de la Iglesia de Dios en la creación es al mismo tiempo
se llama “la gloria de Dios”. su ocultamiento en ella, dejando al ser
humano con la libertad y autonomía
suficientes para la co-creación con Él
El “dominio” sobre la creación no lleva a un señorío absoluto. Por el contrario, el
ser humano ha de cuidarla y transformarla. La crisis ecológica actual ha vuelto a
sacar a la luz la responsabilidad del ser humano sobre la creación y, con más
razón, desde el punto de vista cristiano.

La Trinidad y la creación

La tradición de la Iglesia así lo afirmaba:


“Afirmamos al Dios por cuyo Verbo todo ha
Si el Dios que salva a la humanidad, sido hecho y por cuyo Espíritu todo es
es el Dios uno y trino, el Dios que mantenido” (Atenágoras)
crea el mundo es también el Dios Para San Ireneo el Hijo y el Espíritu son las
uno y trino. La pregunta que se ha manos de Dios mediante las cuales el Padre ha
hecho desde la reflexión teológica es creado todas las cosas. También Tertuliano, San
la siguiente: ¿Dios es principio de las Atanasio, San Basilio de Cesárea, han visto con
creaturas sólo en cuanto uno, o la matices diversos una diferenciación de
Trinidad de personas en cuando tal funciones en el único e invisible principio que
tienen algo que ver con la creación es la Trinidad. El Padre tiene la iniciativa, el Hijo
misma? es el mediador, en el Espíritu todo ha sido
hecho, es la causa perfeccionante. Así lo
afirmaron también los concilios trinitarios (II
Constantinopla)
La teología actual ha insistido fuertemente en el nexo entre Trinidad y
creación.
- La Trinidad en relación con la creación, habla de un Dios personal que
es plenitud de comunicación en las personas de la Trinidad y de esa
plenitud es que surge la creación.
- Dios no es Padre porque crea, sino que crea precisamente porque es
Padre, porque desde siempre se ha comunicado con su Hijo y está
unido a Él en el amor mutuo que es el Espíritu Santo. En otras
palabras, no es la creación lo que plenifica a Dios sino el Dios pleno el
que se desborda en comunicación en la creación. Por tanto, la
creación es pura “gratuidad” de Dios.
- La creación de todo en Cristo, no ya sólo en el Logos, no indica otra
cosa sino que todas las cosas pudieron ser solo creadas con vistas a su
plenitud en el segundo Adán.
- No podemos separar la creación del Dios que crea de los designios
que desde la eternidad tiene para su criatura.
DEL DIOS OMNIPOTENTE A LA
“HUMILDAD DE DIOS”. UNA
REFLEXIÓN SOBRE LA EVOLUCIÓN
EN PERSPECTIVA KENÓTICA

Olga Consuelo Vélez, 2011


Pregunta de investigación:
¿Cómo articular la imagen del Dios creador todopoderoso con los
desarrollos científicos?
Un intento de respuesta:
La kénosis divina trinitaria y cristologica: un Dios humilde,
autolimitado, solidario con el sufrimiento inherente a la evolución,
un Dios que respeta la autonomía de la creación.
En la actualidad la perspectiva kénotica nos remite a las mujeres
porque son las que han mantenido una actitud sumisa e
invisibilizada y la pregunta es si esa postura ha de mantenerse o
qué cambios ha de dar, para la construcción de una sociedad que
garantice su dignidad y sus derechos.
INTRODUCCIÓN
- La ciencia moderna cuestiona la fe en el Dios omnipotente, artífice de la
creación y garante de su sustentabilidad.
- ¿Todavía se puede creer en el Dios bíblico?

Respuesta de John Haught y de otros autores: la humildad o


la kénosis divina

¿Cómo dejar de lado el Dios omnipotente y quedarnos con un


Dios débil, frágil, demasiado humano?
Esquema del artículo:
1. Dificultades para el diálogo fe-ciencia
2. La kénosis como camino de encuentro entre fe y ciencia
1. Teología de la kénosis de Cristo
2. Kénosis como humildad de Dios
3. Kénosis como autolimitación de Dios
4. Kénosis como asunción definitiva del sufrimiento implicado en la
evolución
5. Kénosis como acción creadora
6. Kénosis y perspectiva de género
3. A modo de conclusión
1. DIFICULTADES PARA EL DIÁLOGO FE-
CIENCIA
- La ciencia moderna afirma que el universo es “una narrativa en proceso”
- El libro del Génesis presenta la creación como algo acabado en un proceso
de 7 días, llevando a creer que la tierra el centro del universo y que el
sistema solar era el único que existía.

Esa contradicción nos invita a centrarnos en el campo de preguntas


que se hace desde cada elemento:
- La ciencia responde al qué, cómo, cuándo de las realidad
- La fe o la teología responden al para qué
Y a preguntarnos:
- ¿Respondemos unas e ignoramos o negamos las otras?
¿establecemos un diálogo creativo?
¿Qué es lo que en realidad se opone a la fe desde los descubrimientos
científicos?
- No es la ciencia, sino un tipo de naturalismo materialista lo que niega la
dimensión trascendente
- No es la fe, sino un tipo de fe (ingenua, acientífica) la que niega los
descubrimientos científicos

La dificultad de conciliar fe-ciencia radica en la imagen de Dios que


tenemos, derivada de una lectura literal de la Sagrada Escritura. Ha
sido necesario purificar la imagen de Dios a lo largo de la historia.
Así lo testimonia la SE:
En el AT el Dios Todopoderoso y liberador entró en crisis en la
experiencia del exilio
En el NT el Jesús que hizo signos y prodigios entró en crisis en la
muerte en cruz
La ciencia moderna ha puesto en crisis nuestra imagen de Dios
2. LA KÉNOSIS COMO CAMINO DE
ENTRE
FE Y CIENCIA
Los descubrimientos de la ciencia tropiezan con la imagen de Dios
todopoderoso creador de cielo y tierra. Este Dios riñe con un
universo inacabado, una evolución que supone “el accidente, la
selección natural y un tiempo profundo” como condiciones de
desarrollo, ni una providencia divina que no puede intervenir
directamente en su creación para arreglar las imperfecciones
humanas. Una propuesta para entablar diálogo entre esta
contradicción es proponer la Kénosis de Dios
2.1 TEOLOGÍA DE LA KÉNOSIS DE
CRISTO
Flp 2, 5-11: Dios se despojó de su condición
divina para tomar la condición de siervo, se
humilló a sí mismo hasta la muerte en cruz
Diversas interpretaciones teológicas:

Jürgen Moltmann: Trabaja la kénosis en el marco de las dos naturalezas de Cristo


- Cristo al hacerse hombre renuncia a sus atributos divinos (omnipotencia,
omnisciencia) haciéndose como cualquier ser humano. Esa renuncia solo afecta su
naturaleza humana
- Cristo al hacerse hombre sustituye su naturaleza divina por la humana (esta
postura trajo muchos problemas y por eso se afirmaba que había renunciado a sus
atributos en relación con el mundo, pero no con Dios (verdad, santidad, amor)
Hans Urs von Balthasar: trabaja la kénosis desde la doctrina
trinitaria
- La actitud fundamental del Hijo eterno es ser obediente al Padre.
Esa misma actitud es la que tiene Jesús en su encarnación.
- La kénosis no es una autolimitación ni una autorrenuncia por
parte de Dios sino la autorrealización de la autoentrega del Hijo
al Padre en la vida trinitaria de Dios.
En la teología católica: se entiende como la ocultación de su
condición divina, viviendo verdaderamente su humanidad en la
encarnación.
En la teología judaica de la shekinah de Dios: Dios tiene la actitud
kenótica al estar exiliado en medio de su pueblo, caminando con él.
La teología actual vincula la kénosis a la creación porque esta es un acto
kenótico de Dios:
- Dios mismo se limita para hacer espacio a una creación distinta de él. La
creación viene a existir en el espacio producido por la kénosis de Dios.
Solo allí donde Dios se retira de sí a sí mismo, pude producir algo que
no sea la misma esencia y ser divinos.
- Autohumillación divina que culmina con el sometimiento de Cristo a la
muerte en cruz – está empezó ya con la creación del mundo.
- La vinculación de la creación a la kénosis de Dios sigue presente en toda
la evolución del mundo hasta su consumación.
- La paciencia de Dios es su poder y de esa manera sostiene al mundo
con sus dificultades, contradicciones, desarrollos, conflictos.
2.2 KÉNOSIS COMO HUMILDAD DE
DIOS

Diferente concepción del “poder”


- La creación parece implicar un Dios Todopoderoso
- La kénosis muestra otra forma de poder: la del servicio y la donación, la de la
humildad de Dios. Esta forma de poder es la que se muestra en una creación
en desarrollo
Sentido de la trascendencia:
Si la ciencia va mostrando el cómo de la creación ¿es posible
mantener el sentido del misterio que implica la presencia divina?
Distinguir “lo que no conocemos” – objeto de la ciencia de “el
sentido del misterio” –objeto de la fe.
Einstein: “la más bella experiencia que podemos tener es la del
misterio. Quien no consigue maravillarse, abismarse, está muerto. Es
ese conocimiento y esa emoción que constituye la verdadera
religiosidad
Sentido de la providencia:
¿Cómo compaginar la providencia de Dios con la evolución darwiniana que
implica accidentes, selección natural y tiempo profundo?
Precisamente la kénosis se compagina con los tres ingredientes de la evolución:
contingencia, limitación regular y tiempo abundante.
La evolución es compatible con un mundo de libertad emergente, que posibilita
un encuentro cada vez más íntimo con Dios.

Sentido de la perfección:
La perfección no es un retornar al estado ideal que se perdió por el mal
humano, sino en un deseo de alcanzar una perfección que se espera
encontrar en un futuro posible
2.3 KÉNOSIS COMO AUTOLIMITACIÓN
DE DIOS

Ian Barbour:
Plantea un Dios que se autolimita, interviniendo en la
creación no desde fuera como pensaba antes del
desarrollo científico, sino a partir de las estructuras y
energías existentes en la misma creación.
La omnipotencia divina es compatible con la integridad
de la naturaleza (Karl Barth, Austin Farrer)
¿Cómo hablar de un Dios omnipotente si parece que no
puede evitar el mal?
Al igual que con la muerte de Jesús, Dios en la creación
corre el riesgo del sufrimiento y del mal que puede
conllevar la evolución.
Dios ónticamente no puede evitar el mal porque su poder
divino no es un control dominador sino una potencia
habilitadora
2.4 KÉNOSIS COMO ASUNCIÓN DEFINITIVA DEL
SUFRIMIENTO IMPLICADO EN LA EVOLUCIÓN

Arthur Peacocke propone los cuatros rasgos del


Si el sufrimiento humano es
proceso evolutivo que implican el sufrimiento:
causado por la libertad del - Continuidad y emergencia
ser humano, ¿cómo - Carácter natural y científico
explicar el sufrimiento - Complejidad, información, dolor, conciencia
inherente a la creación?
refleja
La respuesta posible es que - Carácter costoso
Dios acompaña el proceso
evolutivo que tiene como ¿No podría el creador idearse otra
constitutivo el sufrimiento manera de crear que no implicara el
sufrimiento? No hay otra manera
porque hasta el mismo Jesús asume una
muerte en cruz
2.5 KÉNOSIS COMO ACCIÓN
CREADORA

¿Cuál es el sentido de esta creación? ¿para qué Dios la creó? La respuesta es


“por amor” que excede la relación de las tres personas divinas e implica la
creación.
El poder y el amor están íntimamente relacionados:
“un amor sin poder sería propio de un dios que fuese compasivo pero
impotente espectar de la historia del mundo. El poder sin el amor
correspondería a un dios que fuese el tirano cósmico dominador y controlador
implacable de toda la historia”
La creación ex nihilo va junto de la
creación continua. La primera mantiene
la trascendencia de Dios. La segunda
permite el diálogo fe-ciencia.

El aceptar la creación continua permite


admitir el despliegue flexible y abierto a la
causalidad de las creaturas o a su realidad
de co-creadores creados. El Creador está
presente tanto en la contingencia como
en la regularidad.
Cuatro tipos de kénosos:
- Kénosis de la omnipotencia (todo sucede por la providencia pero
también por otros seres creados)
- Kénosis de la simple eternidad (teología procesual)
- Kénosis de la omnisciencia (conoce todo y a la vez no conoce todo)
- Kénosis del estatus causal (Dios no solo ejerce su providencia de manera
energética sino también en la acción histórica del Espíritu

La acción kénotica de Dios está abierta a la novedad


que ni Dios mismo ha pensado de antemano
2.6 KÉNOSIS Y PERSPECTIVA DE
GÉNERO
- En torno a la libertad: los condicionamientos de género influyen. El poder se
ha impuesto sobre las mujeres a través del machismo o patriarcado
- En torno a la abnegación kenótica: una actitud que puede llevar a la
dominación de unos sobre otros. En la sociedad patriarcal, casi siempre es la
dominación de los varones sobre las mujeres.
- En torno a la ecología: la dominación del ser humano ha sido también sobre
la creación
3. A MODO DE CONCLUSIÓN

Sin una actitud kenótica como la del mismo Dios no podremos colaborar en esta
creación que también es nuestra, porque el ansia de poder, el rechazo a todo
dolor y sufrimiento y la incapacidad de establecer relaciones de equidad con los
seres animados e inanimados, serán impedimentos con los que tropezaremos
irremediablemente. Sin embargo, precisamente en el cultivo de esa misma actitud
y la petición confiada de la gracia divina para conseguirla, vislumbramos la
esperanza de un futuro donde no solo Dios esté creando continuamente, sino que
los seres humanos nos dejemos crear y, al mismo tiempo, seamos colaboradores
incondicionales de esa misma obra de amor.

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