Derecho Procesal 5

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CAPÍTULO I

FUNCIÓN JURISDICCIONAL DEL ESTADO


FUNCIÓN JURISDICCIONAL DEL ESTADO

 Sumario: I. Concepto. II. Garantía jurisdiccional. III. El Derecho


Procesal. IV. El llamado carácter instrumental del derecho procesal.
V. Relaciones del derecho procesal con otras ciencias. VI. Proceso y
Procedimiento. VII. Derecho Procesal Civil y Derecho Procesal Penal.
I. CONCEPTO

 Es indiscutible que la función jurisdiccional que corresponde al Estado como


sociedad jurídica y políticamente organizada es una de las mas importantes
manifestaciones de su desarrollo histórico. El Estado moderno tiene
fundamentalmente la tarea de determinar el ordenamiento jurídico a través
de una legislación adecuada y conforme al progreso social, pero tiene
también la ineludible obligación de mantenerlo en vigencia, de tal manera
que realmente norme la actividad y conducta de los miembros de la
comunidad.
 El sistema guatemalteco, en relación con el ejercicio de la función
jurisdiccional se basa en el principio de que los jueces no actúan de oficio, o
sea que la maquina jurisdiccional del Estado no es puesta en movimiento
para la solución de un determinado conflicto si no es a instancia de parte.
Naturalmente que es acentuada la diferencia, en nuestro sistema legal, en el
ámbito civil y penal, toda vez que en este último la acción es publica para la
mayoría de los delitos.
 Es la que mejor define el carácter jurídico del Estado; complementa la
actividad legislativa y administrativa; y logra la seguridad jurídica o la
observancia de la norma legal, a través de la institución de la cosa juzgada y
la fuerza ejecutoria de que esta investida la sentencia.
II. GARANTÍA JURISDICCIONAL

 A los medios de que El Estado se vale para reaccionar contra la


inobservancia del Derecho objetivo, dice Calamandrei que se le puede llamar
garantía jurisdiccional de las normas jurídicas. Distingue el ilustre
procesalista italiano, diversos tipos de garantía jurisdiccional.
A. Garantía jurisdiccional contra la transgresión del precepto
Aquella que tiene por objeto remediar la transgresión, violación e inejecución
del precepto jurídico, cuando el obligado es remiso al cumplimiento de su
obligación o se comporta de manera diferente a la que indica la norma.
B. Garantía jurisdiccional contra la falta de certeza del Derecho
La cual se manifiesta en aquellos casos en que existe un precepto jurídico
incierto, pero todavía no transgredido o “en torno a una relación o a un estado
jurídico, del cual podrán surgir en el porvenir concretos derechos y deberes”,
para cuyo efecto se requiere la declaración jurisdiccional, a fin de evitar una
transgresión futura.
C. Garantía jurisdiccional con finalidad constitutiva
Se proyecta sobre aquellos casos en que la única vía para satisfacer el interés
individual es, por ley, el pronunciamiento del juez. Piénsese por ejemplo en
nuestra legislación, la única forma, en que puede disolverse el vinculo conyugal.
D. Garantía jurisdiccional con finalidad cautelar
Que tiene por objeto anticipar los efectos de la jurisdicción, con el objeto de
evitar que el daño producido por la inobservancia del Derecho, resulte agravado
por la llegada tardía del remedio jurisdiccional (periculum in mora). Dentro de
este tipo de garantías pueden agruparse todas las modalidades de las
providencias precautorias conocidas en nuestro sistema procesal.
III. EL DERECHO PROCESAL

 La disciplina que tiene por objeto estudiar como se hace efectiva la garantía
jurisdiccional de las normas jurídicas de que habla Calamandrei, es
precisamente el Derecho Procesal, en sus orígenes confundido con las leyes
de fondo. En lo que se refiere a nuestra materia, según indica Alsina, es en la
legislación española donde encontramos un principio de separación, porque
en el Fuero Juzgo, en el Fuero Viejo de Castilla y en las Leyes de Partidas, ya
existen capítulos especiales.
IV. EL LLAMADO CARÁCTER
INSTRUMENTAL DEL DERECHO PROCESAL
 Se afirma que es nota distintiva de las normas procesales por cuanto que sirve
de medio o instrumento para la aplicación de las normas de fondo, que son
las que definen los derechos y las obligaciones. Se insiste también en su
carácter formal, por contraposición al Derecho material, porque las normas
procesales establecen la manera de ejercitar aquellos derechos y de cumplir
las obligaciones.
V. RELACIONES DEL DERECHO PROCESAL
CON OTRAS CIENCIAS
 Aun cuando el Derecho Procesal Civil tiende a la actuación del Derecho
objetivo, para la satisfacción de intereses privados, no puede desconocerse
en la etapa de la evolución del proceso que actualmente vivimos, su carácter
público. Su naturaleza pública tiene que derivar forzosamente del carácter de
la función jurisdiccional del Estado. Ciertamente que, por tener su epicentro
nuestra disciplina, en el conflicto de intereses privados, la hegemonía de la
parte, en el proceso, sobre la libertad de actuación del Juez, aun le imprime
cierta tonalidad privatística al proceso, pero la tendencia de los códigos
procesales modernos es indudablemente la de aumentar los poderes de los
órganos jurisdiccionales.
VI. PROCESO Y PROCEDIMIENTO

 Mas adelante nos referiremos con mas detalle al proceso, en sus diferentes
aspectos. Aquí únicamente debemos recordar el problema planteado en
doctrina sobre la unidad del Derecho Procesal, punto que ha sido defendido
con mas calor por el procesalista Niceto Alcalá-Zamora y Castillo, como una
premisa para poder construir una Teoría General del Proceso, lo cual también
conduce a considerar el proceso como una unidad. Procedimiento no es lo
mismo que proceso.
VII. DERECHO PROCESAL CIVIL Y
DERECHO PROCESAL PENAL
 Alsina sostiene que desde el punto de vista lógico, en nada difiere el proceso
de conocimiento que sigue un Juez para la aplicación de un precepto del
Código Civil, del que sigue otro Juez para la aplicación de una disposición del
Código Penal. Sin embargo, advierte que hay características especiales que
los diferencian, señalando la de los medio de que dispone el Juez en lo penal
para la investigación de los hechos y lo relativo a la apreciación de las
pruebas.
CAPÍTULO II
LA LEY PROCESAL
LA LEY PROCESAL

 Sumario: I. Generalidades. II. Aplicación de las Leyes Procesales. III. Efectos


de la Ley Procesal en el tiempo. IV. Efectos de la Ley Procesal en el espacio.
V. Interpretación de la Ley Procesal. VI. Integración de la Ley.
I. GENERALIDADES

 La Ley Procesal contiene normas de conducta tanto para el juez como para
los litigantes y no se diferencia en ningún grado especial de otras leyes, en
este sentido. Sin embargo, uno de los problemas que ha tenido que enfrentar
la doctrina, por la naturaleza de los intereses que pretende resolver el
ordenamiento procesal mediante la aplicación del derecho objetivo, es el de
determinar si sus disposiciones son de orden publico o de interés privado.
Alsina sostiene que por lo difícil de tal determinación en cuanto a todas las
normas jurídicas, es mas exacto decir que “ciertas normas interesan al orden
publico o afectan al interés privado según la prevalencia que se conceda a
uno con respecto al otro, y sólo por facilidad de expresión se habla de normas
de orden publico o de interés privado”.
II. APLICACIÓN DE LAS LEYES PROCESALES

 Toda norma jurídica tiene una vigencia temporal, determinada generalmente


por el cambio de los elementos reales o condiciones sociales del medio en
que se aplica.
III. EFECTOS DE LA LEY PROCESAL EN EL
TIEMPO
 Según Carnelutti, tres son los principios que deben mencionarse a este
respecto:
a) Principio de la entrada en vigor: con el cual se expresa que es a partir de ese
momento que la norma procesal surte sus efectos.
b) Principio de la abrogación: denota que la nueva ley se aplica con exclusión de
la anterior. Este supuesto, tanto para el caso de la abrogación (total)como
para el de la derogatoria (parcial) estaba contenido en el Precepto
Fundamental III de la LCOJ, y disponía que las leyes solo se derogan por otras
leyes posteriores, ya por declaración expresa de las mismas, ya por
incompatibilidad de las disposiciones nuevas con las procedentes, ya porque
la nueva ley regula, enteramente, la materia considerada por la ley anterior.
c) Principio y retroactividad; significa que la ley anterior continua rigiendo las
situaciones que cayeron bajo su imperio, o sea las contempladas en el
supuesto o hipótesis legal, excluyendo la aplicación de la ley posterior.
Ahora bien en cuanto a los procesos, se suele hacer una triple diferenciación:
d) Procesos por iniciarse:
En estos casos es obvio que no hay problema, la nueva ley procesal se aplicará en
todos los aspectos, salvo en lo relativo a materia de prueba, aun cuando la
transgresión del derecho o la causa o motivo de la demanda, haya surgido najo el
imperio de la norma anterior.
b) Procesos en trámite:
En este aspecto se pueden dar varias situaciones. Las leyes que se refieren a
organización de tribunales son de orden publico y por consiguiente pueden
aplicarse inmediatamente. Igual cosa sucede con las leyes que regulan la
competencia absoluta (por ejemplo competencia por razón del grado). Pero no
ocurre lo mismo en cuanto a la llamada competencia relativa. Así dice Alsina,
refiriéndose a este último supuesto, que una ley que desconociera el domicilio
especial establecido contractualmente por las partes, no podría aplicarse a los
procesos pendientes o por iniciar, porque significaría desconocer una situación
jurídica adquirida.
c) Procesos terminados:
En este supuesto no hay posibilidad de reabrir el proceso y examinar de nuevo el
caso, porque esto seria atacar los efectos reconocidos a la institución de la cosa
juzgada en desmedro de la conservación de la seguridad jurídica.
IV. EFECTOS DE LA LEY PROCESAL EN EL
ESPACIO
 También en este aspecto nos encontramos ante un problema de elección de la
norma, porque si bien es cierto que el Estado aplica leyes en el territorio que
ejerce en que ejercer soberanía, por otra parte la coexistencia misma de
otros Estados determina la diversidad de ordenamientos jurídicos, que en un
caso concreto pueden ser susceptibles de aplicación, de acuerdo con las
normas y principios del llamado Derecho Internacional Privado. En ciertos
supuestos, en efecto, no hay problema en invocar y aplicar un ordenamiento
jurídico extranjero, especialmente cuando una por una limitación reciproca
acordada o mantenida entre varios Estados, se aplica la legislación de cada
uno de ellos, según el sistema que se acepte.
V.INTERPRETACIÓN DE LA LEY PROCESAL

 En el momento de aplicar la norma procesal, puede el juzgador encontrarse


ante varias situaciones, a saber: a) que la norma a aplicar sea clara e
inequívoca; b) que la aplicación de norma sea dudosa; y c) que no exista
norma aplicable. En la primera hipótesis, aun cuando haya un excesivo rigor
derivado de la aplicación de la ley, si su tenor es claro e incontrovertible,
debe aplicarse (dura lex, sed lex). Es la hipótesis que ampara el texto legal
del Art. 9 LOJ: “cuando el sentido de una ley es claro, no se desatenderá su
tenor literal con el pretexto de consultar su espíritu”.
INTEGRACIÓN DE LA LEY

 En efecto, en nuestra LOJ, Art. 12, párrafo segundo, se habla de los casos de
falta o insuficiencia de la ley, o sea del problema discutido de las lagunas del
derecho. prescindimos de analizar este problema, puesto que la ley lo da por
existente, en el articulo mencionado y para resolverlo, remite a los criterios
de interpretación que ya se han mencionado. sólo diremos, con Alsina, por lo
acertado del enfoque, que “si no puede negarse la existencia de un orden
jurídico que excluya la posibilidad de lagunas en el derecho, tampoco puede
negarse a la existencia de lagunas en la ley positiva, lo que no es lo mismo, y
por eso cuando se habla de integración se entiende referirse a la ley y no al
derecho”.
CAPÍTULO III
LA ACCIÓN PROCESAL
I. INTRODUCCIÓN

 Según advierte Niceto Alcalá-Zamora y Castillo el orden lógico en una


exposición sobre conceptos fundamentales, como los que ahora se tratan,
debería ser acción (arranque), proceso (recorrido) y jurisdicción (destino);
Nosotros hemos preferido examinar estos conceptos fundamentales en este
orden: acción, jurisdicción y proceso.
Así es diferente el concepto que de la “actio” se detuvo en Roma, del que
impero con la llamada “Escuela Clásica”.
Esta disparidad de opiniones sobre el contenido de la acción ha conducido a que
se refieran a ella, especialmente, en tres sentidos principales:
a) Como sinónimo de derecho: de aquí la frecuente interposición de la
excepción calificada como de falta de acción, que en resumidas cuentas no
significa otra cosa que la ausencia de derecho en aquel que quiere hacerlo
valer;
b) Como sinónimo de pretensión: o sea que la acción es la pretensión de que se
es titular de un derecho legitimo o valido, que se quiere hacer efectivo
mediante la interposición de una demanda. Se habla así por ejemplo de
“acción-fundada” y “acción infundada”, “demanda procedente” y “demanda
improcedente”; y
c) Como sinónimo de facultad de provocar la actividad de la jurisdicción: en
este caso se trata de un poder jurídico, distinto del derecho o de la
pretensión o de la demanda, dirigido a lograr la actividad estatal, por medio
de sus respectivos órganos jurisdiccionales.
II. NATURALEZA JURÍDICA DE LA ACCIÓN
La acción era el derecho de perseguir en juicio. Sin embargo esta definición fue
recogida por Justiniano en las Institutas, consagrándose ya la acción como
aquella necesaria para perseguir mediante el juicio la efectividad de los
derechos. La acción paso a ser un elemento del derecho, con el cual se
confundía; el titular del derecho del derecho podía ejercer la acción y así ya no
se preguntaba sobre si una persona tenia derecho a una cosa, sino si tenia acción
para reclamarla. Por lo significativo, recuérdese la tradicional división del
Derecho en Roma, en: Personas, cosas y acciones.
La argumentación fundamental radica en que la acción resulta de la violación de
un derecho, de donde se colige que no puede existir acción sin concebir la
existencia de un derecho, cuya violación originó aquélla; es decir la acción es el
derecho en movimiento.
No se crea que actualmente ha desaparecido la influencia de la concepción
romano-clásica de la acción, pues hay doctrinas que denotan su influencia. Por
ejemplo, Nicolás Coviello, sostiene que la accion puede definirse diciendo que es
“la facultad de invocar la autoridad del Estado para la defensa de un derecho”
Pero desde este ángulo de observación, la accion no es ni un elemento del
derecho ni un derecho en si mismo, sino un mero HECHO. Por esta razón dice:
“pues bien, como el ejercicio del derecho puede de hecho efectuarse por quien
no tiene el derecho que ejercita, ya abrigue la creencia de tenerlo, o bien la
convicción contraria, así la accion en sentido procesal puede ejercitarse aun por
el que no tiene derecho que pretende hacer valer y aun por el que esta
convencido de no tenerlo.
Ahora bien, fue Degenkolb, quien en su monografía La accion en el
Contradictorio y Naturaleza de la Norma Contenida en la Sentencia (1878), quien
con anterioridad Wach y por oposición a la doctrina llamada de la accion
concreta, predico la doctrina de “la accion abstracta”, o sea la que corresponde,
tanto al que tiene razón como al que no la tiene.
A. Accion y Derecho de petición
En las Constituciones Políticas de los Estados se consagra el Derecho de Petición. En
nuestra Carta Magna el articulo 62 lo concibe en estos términos: “Los habitantes de la
Republica tiene derecho a dirigir, individual o colectivamente, peticiones a la
autoridad, la que esta obligada a resolverlas sin demora conforme a la ley y a
comunicar sus resoluciones a los interesados. Las peticiones en materia política sólo
podrán hacerlas los guatemaltecos y deben ser resultas dentro de un termino que no
exceda de ocho días. Si la autoridad no resuelve en este plazo se tendrá por denegada
la petición y el interesado podrá interponer los recursos de ley. Las peticiones de otra
naturaleza dirigidas a las autoridades administrativas deben ser resueltas dentro de
un termino que no exceda de treinta días, una vez concluido el proceso
administrativo correspondiente. De no serlo así el peticionario podrá recurrir de
amparo a fin de que no se fije un termino final a la autoridad para resolver.
Este tema ha sido desenvuelto magníficamente por Couture y merece
consideración. Couture, en un principio, en la primera edición de su obra
Fundamentos de Derecho Procesal Civil, establece las particularidades que son
propias de la accion para señalar la diferencia conceptual del derecho de
petición; pero en sus trabajos mas resientes y en la segunda edición de sus
Fundamentos, considera que la accion civil no difiere, su esencia, del derecho
de petición, siendo éste el género y aquélla la especie.
El derecho de Petición y la Accion funcionan de la misma manera; en ambos
casos no se pregunta por anticipado al actor si tiene razón o no para poner en
movimiento la jurisdicción porque siempre tiene un derecho para dirigirse a la
autoridad.
B. Acción y Derecho (subjetivo o material)
La accion procesal en el sentido en que hemos expuesto la tiene cualquier
persona y es una facultad (derecho subjetivo publico, según la doctrina mas
arraigada) que le corresponde para provocar la intervención del Estado a través
de sus órganos jurisdiccionales, para que se pronuncie sobre una situación
controvertida y se llegue finalmente a tutelar determinada pretensión jurídica
material. Naturalmente que puede ser infundada la accion, por no tenerse norma
legal en que apoyar la pretensión en una palabra que por carecer de derecho, y
en este supuesto la accion puede prosperar, pero en todo caso la accion se habrá
ejercitado y la actividad jurisdiccional se habrá puesto en movimiento.
Entendido esto, es obvio que la accion es independiente del derecho y de él se
diferencia: por su origen, porque los derechos tienen su nacimiento en multitud
de instituciones jurídicas: contratos, cuasi-contratos, delitos, cuasi-delitos, etc.,
Mientras que la acción por lo general, nace de un conflicto entre dos personas
sobre la existencia, inexistencia, interpretación de un derecho o sobre cualquier
situación que se convierta, lo que no quiere decir que a veces no se persiga la
simple declaración de una pretensión. Por sus condiciones de ejercicio: porque la
accion supone movimiento, actividad, que se realiza por medio del proceso, el
cual esta sujeto a normas y formalidades propias mientras que el derecho supone
una situación jurídica que se pretende tutelar, establecer o amparar mediante el
ejercicio de la accion; además se puede ser capaz para adquirir derechos
(capacidad de goce), pero incapaz para defenderlos judicialmente, mediante el
ejercicio de la accion
C. Acción y Excepción
las actitudes del demandado, pueden ser de reacción o de inacción. El contenido de la
reacción, entendiéndose por esta la replica a la accion, no es uniforme: puede consistir, en la
resistencia, en el allanamiento (en que hay reacción no contra pretensión); puede consistir
también en la simple defensa negativa, con la esperanza puesta en el fracaso probatorio de la
parte contraria (actore non probante, reus absolvitur); y por ultimo en el empleo de
excepciones, término este dice Alcalá-Zamora y Castillo, casi tan infortunado como el de la
accion, comenzando porque excepción es, en su significado mas extendido, lo contrario de
regla y lo normal, una vez promovido el proceso, es que el demandado excepcione, con
fundamento o con temeridad porque el carácter abstracto de la institución y la falta
frecuente de medidas para cortar su empleo abusivo, impiden su canalización adecuada.
Luego tenemos que a la accion se opone la inacción. Esto se verá claro en los siguientes
casos: inacción absoluta del demandado, es decir sin su intervención en el proceso, se dara
entonces el caso de contumacia o rebeldía.
Inacción total de ambas partes: se dará un caso de caducidad de la instancia. Inacción
absoluta del demandado pero con su intervención posterior después de haber rehuido
el proceso, se dará un caso mixto, en que se combinan reacción e inacción. Por
nuestra parte, en este momento, nos basta decir que según se ha entendido, las
excepciones en general, son defensas que hacer valer la persona demandad, en juicio,
para enervar, paralizar o destruir la accion. En este aspecto, unas lo serán de fondo,
llamadas sustanciales (perentorias);y otras denominadas procesales.
Ahora bien, el problema se acentúa cuando pensamos en lo frecuente que es en
nuestro medio forense, la interposición de las excepciones de falta de accion y de
falta de derecho. en nuestros Tribunales se interponen estas excepciones por lo
general, conjuntamente, respondiéndose así todavía a la noción clásica de la accion
que la considero como el derecho en movimiento, como conceptos que permanecen
inescindibles. Es de advertir que la justificación que se argumenta para sostener su
procedencia, se basa por un lado, en que como se limita el numero de excepciones
perentorias, ya que su naturaleza, es imposible enumerarlas o detallarlas, cualquier
defensa en ese sentido puede interponerse.
D. Influencia del Ejercicio de la Acción sobre el Derecho y particularmente en la Sentencia
Ahora bien, no podemos desvincular los efectos de la acción sobre el derecho, de los que
aquella tenga sobre la sentencia, por que es virtud de ella que ésta se dicta, ya que
constituye su objeto. Este problema no ha sido visto con claridad, porque debido a que se
identifico el derecho con la acción, habitualmente se confundía la acción con la demanda,
siendo que constituyen conceptos enteramente distintos. “La demanda dice Alsina es,
efectivamente, la forma corriente y hasta la mas visible del ejercicio de la acción, de
donde resulta que, en la practica se llega hasta a prescindir mencionarla y así
generalmente, en la parte dispositiva de las sentencias, el Juez expresa que admite o
rechaza la demanda”.
Puede definirse entonces como el acto procesal por el cual el actor ejercita una acción
solicitando del Tribunal la protección, la declaración o la constitución de una relación
jurídica.
Lo mismo ocurre cuando hay reconvención, porque en la contrademanda, también se
ejercita la acción, toda vez se requiere al órgano jurisdiccional para que se pronuncie
sobre un asunto controvertido o sobre determinada situación jurídica.
E. Clasificación de las Acciones
Acciones ejecutivas, ordinarias, sumarias, etc.; pero, hay que fijarse bien que
esta clasificación alude, o a la clase de juicio en el cual se desenvuelve la acción
o a los efectos que se obtendrán mediante su ejercicio, pero no propiamente a la
naturaleza de su concepto.
También cuando se habla de la división de acciones, se las agrupa en tres
categorías: de conocimiento, de aseguramiento y de ejecución, que responden a
tres tipos de procesos diferentes (de cognición, cautelar y de ejecución).
F. Los llamados Elementos de la Acción
En relación al primer elemento, ya expresamos anteriormente cual es la
conexidad que existe entre derecho y acción; y desde luego no negamos la
función de apreciación que tiene el Juez al dictar sentencia, ya que
forzosamente tiene que pronunciarse sobre la presencia o ausencia del derecho,
porque consecuentemente tiene que declara la eficacia o ineficacia de la acción;
pero el objeto esta la resolución judicial ya esta logrado.
En cuanto al segundo elemento, el interés, se dice que no hay acción sin interés;
el interés es la medida de las acciones y se entiende que nadie tiene derecho de
promover cuestiones puramente especulativas, ni de ocupar el tiempo de los
Tribunales en asuntos superfluos, y, además, se sostiene que este interés debe
ser inmediato, existente y actual.
Lo mismo diremos en cuanto al tercer elemento, la calidad, o sea la
circunstancias de ser titular legitimo de una pretensión. También debe ser
apreciado por el órgano jurisdiccional. En cuanto al cuarto elemento, la
capacidad, la consideración varia y no puede admitirse, porque ella no es mas
que una condición requerida en el sujeto para el ejercicio de la acción, ya que si
falta la capacidad no se puede constituir la relación procesal.
CAPÍTULO IV
Jurisdicción y competencia
I. CONCEPTO DE LA JURISDICCIÓN

 La función jurisdiccional se traduce en la potestad conferida a dichos órganos, para


administrar justicia; y, en el régimen de separación de poderes, dicha función
corresponde al Poder Judicial.
Al concepto que nos ocupa, se vincula principalmente, el de Acción o PRETENSIÓN
PROCESAL, como hemos visto, y según la terminología con que se ha designado este otro
concepto fundamental, que es la causa determinante de que el Estado ejercite su
función jurisdiccional; y el de SENTENCIA, en la cual el Estado agota su función, en un
determinado caso concreto.
Aunque en doctrina se estudie con bastante amplitud de la clásica diferencia de los
actos estatales en: jurisdiccionales, administrativos y legislativos; cada uno de ellos
tiene caracteres muy especiales y es incuestionable que el Juez realiza actos de
naturaleza administrativa. así se cita por ejemplo: las inscripciones ordenadas con
respecto al Registro, rubrica de libros y se incluye también por la mayoría de los autores
los casos de la llamada jurisdicción voluntaria o graciosa.
II. DIVISIÓN DE LA JURISDICCIÓN

 Debe aclararse que aunque se expongan diferentes clases de jurisdicción, esta


en realidad es una, como una es la función jurisdiccional del Estado.
La Jurisdicción Temporal, también admite una triple división: judicial,
administrativa y militar.
De estas la judicial es la que nos interesa, y se la caracteriza, en razón del
cometido que llena en cualquier Estado, como uno de los principales servicios
públicos de que se dispone en la actualidad. Como se estima que cualquier
persona tiene acción, para requerir la función jurisdiccional del Estado, se ha
dicho que para éste, la jurisdicción es un verdadero poder-deber, por cuanto que
representa una potestad, la de aplicar las leyes; pero, también un imperativo su
aplicación, cuando así se le demanda.
El poder jurisdiccional tiene desde luego sus limites; espacialmente no puede
extenderse a territorio que no sea el del Estado en donde se ejerce dicha función, y
los Jueces no pueden aplicar otras leyes que las sancionadas por el Estado a que
pertenecen; la jurisdicción se ejerce sobre las personas y las cosas que existen
dentro del limite territorial en que el Juez ejerce sus funciones. Naturalmente que a
estas consideraciones, hay que hacer las consiguientes salvedades, que imponen, los
principios del Derecho Internacional Privado; pero en estos casos, se atiende a las
leyes o normas que el Estado al aplicarlas les da pleno contenido jurídico y validez.
La Jurisdicción también es indelegable, por cuanto que debe ser ejercida por el
órgano a quien confió, cuyo titular se supone, reúne las cualidades indispensables,
para desempeñar su misión científica y eminentemente técnica. Este carácter de la
Jurisdicción, admite la excepción de aquellas diligencias que el órgano está en
imposibilidad de realizar por si mismo.
 Común Especial o Privilegiada
“Cuando la jurisdicción es ejercida en virtud de motivos de interés general,
arrancando su existencia de los principios fundamentales en que descansa la
administración de justicia y teniendo lugar su ejercicio independientemente de
toda consideración o razón especial o de privilegios, la jurisdicción así ejercida
reviste el carácter de común, puesto que se contrae a todos los asuntos
justiciables comunes y se extiende a todos los ciudadanos sin excepción alguna,
viniendo a ser la que con toda amplitud corresponde de derecho a los jueces y
Tribunales establecidos para la administración de justicia en la generalidad de
los asuntos judiciales, y, por el contrario, la privilegiada es la limitada a ciertas
causas y personas, por razón especial o de privilegio”.
 Ordinaria y Extraordinaria
Para los mismos autores, esta división no debe confundirse con la anterior, pues en
ésta no se atiende a la consideración ya hecha, sino a la mayor o menor extensión
dada a la jurisdicción en relación con el carácter especial de las circunstancias
concurrentes en cada casi, o que determinan el carácter propio de los asuntos
judiciales, siendo, en tal concepto la jurisdicción “ordinaria” la que se da para todos
los casos generales y la “extraordinaria” aquella en que es atribuida la potestad de
administrar justicia a autoridades judiciales distintas de las ordinarias.
 Acumulativa o preventiva y privativa
La primera, la que se otorga a un juez para que a prevención con el que fuere
competente, pueda conocer de los asuntos de la competencia de éste. La segunda,
atribuida por la ley a un Juez o Tribunal para el conocimiento de determinado asunto
o de un genero especifico de ellos, con prohibición o exclusión de todos los demás.
 Jurisdicción Contenciosa y Jurisdicción Voluntaria
Es otra de las divisiones que trae la doctrina y se acepta por los Códigos
Procesales, aunque no con poca objeción de los autores, con respecto a la
llamada Jurisdicción Voluntaria.
A la Jurisdicción Contenciosa se la caracteriza primordialmente por la existencia
del contradictorio, o sea, la disputa de partes sobre determinado asunto, cuya
resolución se persigue, mediante la actividad de los órganos estatales. Debe
advertirse que aún en la Jurisdicción Contenciosa no existe siempre
contradictorio, como sucede en los casos de sumisión del demandado o de los
juicios seguidos en rebeldía.
 Jurisdicción propia y delegada
Para establecer esta división, se atiende a la facultad conferida por las leyes, a
los jueces para el conocimiento de los asuntos. Así aquel juez que en virtud de
las disposiciones legales conoce de determinado asunto, se dice que tiene
jurisdicción propia, originaria o retenida; y aquel juez que conoce en un asunto,
por encargo de otro, se dice que la tiene delegada.
III. PODERES DE LA JURISDICCIÓN

 “Elementos de la jurisdicción” y se expresa con ellos, las facultades de que


dispone el órgano jurisdiccional, para el cumplimiento de su misión. Se les
distingue atendiendo a que se dirijan directamente al cumplimiento de los fines de
la jurisdicción (poderes de decisión y de ejecución), o bien, cuando preparan o
facilitan dichos fines, removiendo los obstáculos que se oponen a la función
jurisdiccional (poderes de coerción y de documentación). Alsina, estudia estos
conceptos, como elementos integrantes de la Jurisdicción. Estos elementos son los
siguientes:
A. Notio: o sea el derecho de conocer de una cuestión litigiosa determinada.
Naturalmente que este conocimiento que compete a los órganos estatales, no esta
determinado de oficio, pues los Tribunales actúan a requerimiento de parte, y en
proceso civil, priva principalmente el principio dispositivo, en virtud del cual el
primordial papel corresponde a las partes, y los jueces resuelven atendiéndose a
los hechos alegados por las partes y a las pruebas ofrecidas.
B. VOCATIO: o sea la facultad de obligar a las partes a comparecer en juicio, con
la consiguiente sanción de la rebeldía, o bien, del abandono.
C. COERTIO: el empleo de medidas de fuerza para el cumplimiento de las
resoluciones dictadas en el proceso, sobre las personas (ejemplos: apremios)
o sobre las cosas (ejemplo: embargos preventivos, anotaciones, etc.).
D. IUDICIUM: resumen de la actividad jurisdiccional o sea la facultad de dictar
sentencia poniendo termino a la Litis, con carácter definitivo, con efectos de
cosa juzgada. Y
E. EXECUTIO: o sea el imperio para la ejecución de las resoluciones judiciales
mediante el auxilio de la fuerza pública
IV. COMPETENCIA: SU CONCEPTO Y FUNDAMENTO

 La competencia es el limite de la jurisdicción. La jurisdicción es el género y


la competencia es la especie. Puede concebirse la existencia de jueces sin
competencia y con jurisdicción, pero no puede pensarse en la existencia de
jueces sin jurisdicción y con competencia.
Alsina sintetiza estos conceptos diciendo: “La jurisdicción es la potestad de
administrar justicia. Y la competencia, fija los limites dentro de los cuales el
Juez puede ejercer aquella facultad. Los elementos de la jurisdicción están
fijados en la ley, con prescindencia de todo caso concreto, la competencia, en
cambio, debe determinarse en relación a cada juicio. De ahí que pueda definirse
la competencia como la aptitud del juez para ejercer su jurisdicción en un caso
determinado”.
 Fundamento
Naturalmente que sería posible concebir la existencia de un juez, con ejercicio
pleno de su jurisdicción, que diera solución a cuanto litigio se presentara en un
Estado determinado, sea cual fuere la naturaleza de los asuntos que ante él se
ventilaran o su mayor o menor importancia pecuniaria.
V. CLASES DE COMPETENCIA

A. Competencia por razón del territorio


Es la mas ostensible, pues por razón de la extensión territorial de los Estados,
resulta mas comida la administración de justicia, dividiendo el territorio estatal
en jurisdicciones, que por lo general coinciden con las divisiones político-
administrativas. De este modo se ve favorecido el elemento humano de los
Estados, que se encuentra repartido en las parcelas administrativas de las
naciones. Entonces, como los jueces tienen jurisdicción en su territorio, la
ejercerá sobre las personas allí domiciliadas y sobre las cosas allí situadas. En los
casos pues, en que la competencia se determina por razón del territorio, las
facultades jurisdiccionales de los jueces son las mismas, pero con distinta
competencia territorial.
B. Competencia por razón de la materia
El mismo imperativo de la división del trabajo y la diversidad de litigios en
cuanto a su naturaleza, hace que por categorías se agrupen aquellos que tienen
mayor analogía, apareciendo así, los penales, los civiles, los mercantiles, los
laborales, etc., que dan origen a una nueva división de la competencia: por razón
de la materia. Habrá entonces jueces, con la misma competencia territorial,
pero con distinta competencia por razón de la materia.
C. Competencia por razón de grado
Se da en los sistemas de organización judicial con varias instancias, para la
revisión de las decisiones, en virtud de los recursos oportunos
D. Competencia por razón de la cuantía
La importancia económica de los litigios, determina mayores formalidades
procesales, para unos juicios y conocimiento diverso, en cuanto a los Tribunales
jerárquicos. Esta necesidad motiva esta clase de competencia.
E. Competencia por razón de turno
Esta denominación sugiere el comentario del procesalista Alsina al referirse a jueces de la
misma competencia a quienes se le fija determinados días para la recepción de las causas
nuevas, a fin de hacer una distribución equitativa del trabajo, entre los mismos. Así un juez, no
obstante ser competente para entender de una cusa civil, debe negarse a intervenir si es
iniciada fuera del turno que no le ha sido asignado.
Otra clase de competencia
COMPETENCIA ABSOLUTA Y COMPETENCIA RELATIVA
Es otra distinción que encontramos en doctrina, cuyos efectos recogen las legislaciones. Se
entiende por competencia absoluta, aquella que está fundada en una división de funciones que
afecta al orden público y por esta razón no es modificable por el arbitrio de las partes o del
juez, como sucede por ejemplo en la competencia por razón de la materia, de grado o de la
cuantía o por el turno. Competencia relativa es aquella que puede ser determinada por las
partes, porque la pueden renunciar (pacto de sumisión o prorroga de competencia). Así ocurre
verbigracia con la competencia por razón del territorio (domicilio o situación de la cosa).

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