Lección 7 para El 18 de Noviembre de 2023

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MISIÓN EN FAVOR DEL PRÓJIMO

Lección 7 para el 18 de noviembre de 2023


“Él respondió:
‘Amarás al Señor
tu Dios con todo
tu corazón, con
toda tu alma,
con toda tu
fuerza y todo tu
entendimiento; y
a tu prójimo
como a ti
mismo’”
(Lucas 10:27)
Dado que el amor es el resumen de la Ley, el amor debe demostrarse
obedeciendo la Ley (Stg. 2:8-10).
Esto implica que el amor a Dios y al prójimo no puede quedarse en
meras palabras o sentimientos. El amor debe ser llevado a la práctica.
Partiendo de la pregunta de un intérprete de la Ley, Jesús nos enseñó
cómo amar a Dios y a nuestro prójimo (Luc. 10:25-37).
Solo mediante nuestro amor y servicio al prójimo que necesita ayuda
podemos demostrar la autenticidad de nuestro amor a Cristo.

¿Cómo heredar la vida eterna? Lucas 10:25.

La respuesta está en la Palabra. Lucas 10:26.

El amor en acción. Lucas 10:27-28.

¿Y a quién debo amar? Lucas 10:29-37.


¿CÓMO HEREDAR LA VIDA ETERNA?
“Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle:
Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?” (Lucas 10:25)

Si no fuera por la expresión “para probarle”, pensaríamos que


este intérprete de la Ley era una persona que, sinceramente,
deseaba que Jesús le dijese cómo obtener la vida eterna.
Jesús sabía que sus intenciones no eran buenas, sin embargo,
no le reprochó nada, ni se negó a responderle. Siempre atento a
aprovechar cualquier oportunidad para la misión, aprovechó
esta ocasión para hacer un llamado personal.

Además, la pregunta era demasiado trascendente como para


dejarla sin respuesta: “¿haciendo qué cosa heredaré la vida
eterna?”
Algún tiempo después, un joven rico le hizo la misma pregunta
(Lc. 18:18).
Al igual que ellos, cada uno de nosotros tiene el mismo anhelo
de trascendencia; la misma necesidad de vivir más allá de esta
corta vida (Ecl. 3:11; Stg. 4:14).
LA RESPUESTA ESTÁ EN LA PALABRA
“Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?” (Lucas 10:26)

En ocasiones, podemos ser abordados con preguntas provocadoras (por


ejemplo, “¿por qué dices que hay un solo Dios, pero adoras a tres
personas?”). Tal vez pensemos que, como el intérprete, su único
propósito es provocar, molestar, o dejarnos en evidencia.
A diferencia de Jesús, nosotros no podemos saber la intención real de las
personas (Jn. 2:25). Tal vez, sin saberlo, estemos ante un sincero
buscador de la verdad. Por ello, debemos imitar el método que Jesús usó
para responder a las preguntas difíciles o malintencionadas.
Para responder a su capciosa pregunta, Jesús llevó al intérprete a buscar la
respuesta en la Palabra de Dios.
Así pues, en primer lugar, debemos llevar a nuestro interlocutor a la Biblia como la
única fuente autorizada para conocer la verdad (“¿Qué está escrito en la ley?”).

En segundo lugar, llevarlo a un estudio personal de la Biblia (“¿Cómo lees?”).


Que no se conforme con lo que nosotros sabemos o podemos decirle. Es
importante que dejemos que la Palabra misma, bajo la conducción del Espíritu
Santo, nos dirija al conocimiento de la verdad (Sal. 119:105).
EL AMOR EN ACCIÓN (1)
“Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas,
y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás” (Lucas 10:27-28)

La teoría era buena: “Bien has respondido”. Para tener la vida


eterna, debemos amar a Dios y a nuestro prójimo.
Pero ¿y la práctica? Pasar de la teoría a la práctica no es siempre
fácil. Pero Jesús lo dejó bien claro: “HAZ esto, y vivirás”.
¿Cómo puedo demostrar que amo a Dios y al prójimo?
Según Juan, demuestro que amo a Dios cuando amo a mi
prójimo (1Jn. 4:20). Así pues, el amor se demuestra en la forma
en la que trato a los demás.
Santiago nos lo dice con toda claridad: “Supongamos que un
hermano o una hermana no tienen con qué vestirse y carecen del
alimento diario, y uno de vosotros les dice: «Que os vaya bien;
abrigaos y comed hasta saciaos», pero no les da lo necesario para el
cuerpo. ¿De qué servirá eso?” (Stg. 2:15-16 NVI).
El desafío consiste en hacer lo que sabemos que es correcto. El solo
hecho de saber acerca de cómo amar no es suficiente. ¡Tenemos que
ponerlo en práctica!
EL AMOR EN ACCIÓN (2)
“Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Gálatas 5:14)

En resumen, cuando amo a “aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced
Isaías 1:17 justicia al huérfano, amparad a la viuda”
mi prójimo de una manera
práctica demuestro que Jeremías “Él juzgó la causa del afligido y del menesteroso, y entonces estuvo bien.
amo a Dios y, según Pablo, 22:16 ¿No es esto conocerme a mí? dice Jehová”
estoy cumpliendo la Ley
(Gál. 5:14). Ezequiel “El pueblo de la tierra usaba de opresión y cometía robo, al afligido y
22:29 menesteroso hacía violencia, y al extranjero oprimía sin derecho”
Pero este no es un
mensaje nuevo. Jesús y los Oseas 10:12 ”Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia”
apóstoles están
transmitiendo el eco del “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti:
mensaje proclamado por Miqueas 6:8 solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”
los profetas. Un mensaje “Juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada cual
de justicia y trato Zacarías 7:9- con su hermano; no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al
equitativo y amoroso con 10 pobre; ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano”
nuestros semejantes “Y seré pronto testigo contra […] los que defraudan en su salario al
(especialmente con los Malaquías jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero,
necesitados y desvalidos). 3:5 no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos”
¿Y A QUIÉN DEBO AMAR?
“¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?” (Lucas 10:36)

A través de una historia ocurrida entre Jerusalén y Jericó, Jesús mostró


el significado de amar al prójimo: ser misericordioso con él y ayudarle
en su necesidad (Lc. 10:30-36).
Confrontado ante su hipocresía, el intérprete de la ley tuvo que
reconocer a regañadientes que su prójimo no era quien le caía bien,
sino aquel al que hacía el bien (Lc. 10:37).
Nuestro prójimo no es meramente quien pertenece a la misma iglesia
o fe que nosotros, sino todo aquel que necesita nuestra ayuda.
La misericordia y la bondad están más allá de toda barrera religiosa,
social, cultural, étnica, o de cualquier otra clase.
Elena G. White define así al prójimo:
“Nuestro prójimo es toda persona que
necesita nuestra ayuda. Nuestro prójimo
es toda alma que está herida y
magullada por el Adversario. Nuestro
prójimo es todo aquel que pertenece a
Dios” (El Deseado de todas las gentes, p. 464).
“Dejar a un vecino sufriente sin atender a sus
necesidades, equivale a abrir una brecha en la ley de
Dios... El que ama a Dios no solamente amará a sus
semejantes, sino que considerará con tierna compasión
las criaturas que Dios ha hecho. Cuando el Espíritu de
Dios está en el hombre, induce a prestar alivio en lugar
de producir sufrimiento... Debemos cuidar cada caso de
sufrimiento, y considerarnos instrumentos de Dios
para aliviar al necesitado hasta donde nos lo permita
nuestra habilidad”
E. G. W. (Hijos e hijas de Dios, 15 de febrero)
DESAFÍO SEMANAL
Comienza a orar diariamente por
alguien que sea diferente de ti, o
incluso por alguien que no te caiga
bien personalmente.

DESAFÍO AVANZADO
Identifica las necesidades emocionales, físicas y
sociales de algunos conocidos no adventistas.
Considera cómo puedes suplir personalmente estas
necesidades. ¿Qué puedes hacer pode ellos de
manera práctica durante la próxima semana?

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