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Diferencia entre revisiones de «Teoría prospectiva»

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La '''teoría de la expectativa''' o '''teoría de las perspectivas''' (Prospect Theory) fue desarrollada en 1979 por los psicólogos [[Daniel Kahneman]] (Premio Nobel de Economía en el año 2002) y [[Amos Tversky]] (fallecido en 1996). Esta teoría permite describir cómo las personas toman sus decisiones en situaciones donde deben decidir entre alternativas que involucran riesgo, por ejemplo decisiones financieras. Partiendo de evidencia empírica, la teoría describe cómo los individuos evalúan las potenciales pérdidas y ganancias.
La '''teoría prospectiva''' o '''teoría de las perspectivas''' (Prospect Theory) fue desarrollada en 1979 por los psicólogos [[Daniel Kahneman]] (Premio Nobel de Economía en el año 2002) y [[Amos Tversky]] (fallecido en 1996). Esta teoría permite describir cómo las personas toman sus decisiones en situaciones donde deben decidir entre alternativas que involucran riesgo, por ejemplo decisiones financieras. Partiendo de evidencia empírica, la teoría describe cómo los individuos evalúan las potenciales pérdidas y ganancias.
== Principios de la teoría de las perspectivas y su relación con la teoría estándar ==
== Principios de la teoría de las perspectivas y su relación con la teoría estándar ==
'''1.''' La evaluación (de la decisión) es relativa a un punto de referencia neutral, que a veces se denomina “''nivel de adaptación''”. Para resultados financieros, el punto de referencia habitual es el ''statu quo'', pero puede ser también el resultado esperado. Resultados mejores que el punto de referencia se consideran ganancias; por debajo del punto de referencia, son pérdidas.
'''1.''' La evaluación de un resultado es relativa a un punto de referencia neutral, que a veces se denomina “''nivel de adaptación''”. Para resultados monetarios, el punto de referencia habitual es el ''statu quo'' (el nivel de riqueza actual)'','' pero puede ser también el resultado esperado. Resultados mejores que el punto de referencia se consideran ganancias; por debajo del punto de referencia, son pérdidas.


Una demostración convincente de este principio sería la siguiente, si colocamos tres cuencos alineados, llenemos de agua muy fría el cuenco de la izquierda y de agua caliente el de la derecha, el agua del de en medio ha de estar a temperatura ambiente. Si sumergimos una mano en el del agua fría y la otra en el del agua caliente durante un minuto, y luego las dos manos en el cuenco que está en medio, sentiremos la misma temperatura caliente en una mano y fría en la otra.
Una demostración convincente de este principio sería la siguiente. Coloquemos tres cuencos alineados, llenemos de agua muy fría el de la izquierda, de agua caliente el de la derecha, y de agua a temperatura ambiente el intermedio. Si sumergimos una mano en agua fría y la otra en agua caliente durante un minuto, y luego las dos manos en el cuenco intermedio, sentiremos una sensación caliente en una mano y fría en la otra.


'''2.''' La sensibilidad decreciente se aplica tanto a las dimensiones sensoriales como a la evaluación de cambios en la riqueza.
'''2.''' La sensibilidad a los cambios es decreciente, tanto para las dimensiones sensoriales como para los cambios en la riqueza.


Una demostración de este principio sería que la diferencia subjetiva entre 900 y 1.000 dólares es mucho menor que la diferencia entre 100 y 200 dólares.
Por ejemplo, la diferencia subjetiva entre 900 y 1.000 dólares parece mucho menor que la diferencia entre 100 y 200 dólares.


'''3.''' Aversión a la pérdida. Cuando se ponderan ganancias y pérdidas del mismo calibre, estas últimas 'pesan' más. Es decir, la valoración subjetiva de una pérdida es mayor que la de una ganancia objetivamente equivalente.
'''3.''' Aversión a las pérdidas. Cuando se comparan directamente con las ganancias, las pérdidas parecen mayores.


Una demostración de tal principio seria el siguiente: Se le ofrece el juego de lanzar una moneda. Si la moneda muestra cruz, pierde 100 dólares. Si la moneda muestra cara, gana 150 dólares. Aunque el valor esperado del juego es obviamente positivo, porque se gana más que se pierde, hay individuos a los que este juego no les gustaría. El rechazo de este juego es un acto del Sistema2, pero los momentos críticos son respuestas emocionales generadas por el Sistema1. Para la mayoría de los individuos, el temor a perder 100 dólares es más intenso que la esperanza de ganar 150 dólares.
Para ilustrar este principio considere un juego en el que se lanza una moneda. Si la moneda muestra cruz, pierde 100 dólares. Si sale cara, gana 150 dólares. Aunque el valor esperado del juego es obviamente positivo, porque se gana más que se pierde, muchos individuos no participarían en este juego. Para ellos, el daño de perder 100 dólares es más intenso que el placer de ganar 150 dólares.


En la teoría estándar el nivel de riqueza final es la única consecuencia relevante para el decisor. Se asume que a la gente solo le importa que riqueza va a tener al final. Tienen una serie de implicaciones, una de ellas es que la gente es egoísta (solo me importa mi propia riqueza), otra es que la gente es insaciable (cada euro que obtengo me da utilidad, no hay un momento en el que nos de igual un euro más o un euro menos) también implica que importa el nivel de riqueza que tenga (stock), no las variaciones, un ejemplo de ello seria que no está igual de satisfecha una persona que pierde 500€ y se sitúa en 1000€ que otra que gana 500€ y se sitúa en 1000€, los dos tienen la misma riqueza pero una ha perdido y otra ha ganado. Obviamente esto contradice el primer principio de la teoría de las perspectivas.
En la teoría estándar el nivel de riqueza final es la única consecuencia relevante para el decisor. Se asume que a la gente solo le importa que riqueza va a tener al final. Tienen una serie de implicaciones, una de ellas es que la gente es egoísta (solo me importa mi propia riqueza), otra es que la gente es insaciable (cada euro que obtengo me da utilidad, no hay un momento en el que nos de igual un euro más o un euro menos) también implica que importa el nivel de riqueza que tenga (stock), no las variaciones, un ejemplo de ello seria que no está igual de satisfecha una persona que pierde 500€ y se sitúa en 1000€ que otra que gana 500€ y se sitúa en 1000€, los dos tienen la misma riqueza pero una ha perdido y otra ha ganado. Obviamente esto contradice el primer principio de la teoría de las perspectivas.

Revisión del 12:03 23 may 2018

La teoría prospectiva o teoría de las perspectivas (Prospect Theory) fue desarrollada en 1979 por los psicólogos Daniel Kahneman (Premio Nobel de Economía en el año 2002) y Amos Tversky (fallecido en 1996). Esta teoría permite describir cómo las personas toman sus decisiones en situaciones donde deben decidir entre alternativas que involucran riesgo, por ejemplo decisiones financieras. Partiendo de evidencia empírica, la teoría describe cómo los individuos evalúan las potenciales pérdidas y ganancias.

Principios de la teoría de las perspectivas y su relación con la teoría estándar

1. La evaluación de un resultado es relativa a un punto de referencia neutral, que a veces se denomina “nivel de adaptación”. Para resultados monetarios, el punto de referencia habitual es el statu quo (el nivel de riqueza actual), pero puede ser también el resultado esperado. Resultados mejores que el punto de referencia se consideran ganancias; por debajo del punto de referencia, son pérdidas.

Una demostración convincente de este principio sería la siguiente. Coloquemos tres cuencos alineados, llenemos de agua muy fría el de la izquierda, de agua caliente el de la derecha, y de agua a temperatura ambiente el intermedio. Si sumergimos una mano en agua fría y la otra en agua caliente durante un minuto, y luego las dos manos en el cuenco intermedio, sentiremos una sensación caliente en una mano y fría en la otra.

2. La sensibilidad a los cambios es decreciente, tanto para las dimensiones sensoriales como para los cambios en la riqueza.

Por ejemplo, la diferencia subjetiva entre 900 y 1.000 dólares parece mucho menor que la diferencia entre 100 y 200 dólares.

3. Aversión a la pérdida. Cuando se ponderan ganancias y pérdidas del mismo calibre, estas últimas 'pesan' más. Es decir, la valoración subjetiva de una pérdida es mayor que la de una ganancia objetivamente equivalente.

Para ilustrar este principio considere un juego en el que se lanza una moneda. Si la moneda muestra cruz, pierde 100 dólares. Si sale cara, gana 150 dólares. Aunque el valor esperado del juego es obviamente positivo, porque se gana más que se pierde, muchos individuos no participarían en este juego. Para ellos, el daño de perder 100 dólares es más intenso que el placer de ganar 150 dólares.

En la teoría estándar el nivel de riqueza final es la única consecuencia relevante para el decisor. Se asume que a la gente solo le importa que riqueza va a tener al final. Tienen una serie de implicaciones, una de ellas es que la gente es egoísta (solo me importa mi propia riqueza), otra es que la gente es insaciable (cada euro que obtengo me da utilidad, no hay un momento en el que nos de igual un euro más o un euro menos) también implica que importa el nivel de riqueza que tenga (stock), no las variaciones, un ejemplo de ello seria que no está igual de satisfecha una persona que pierde 500€ y se sitúa en 1000€ que otra que gana 500€ y se sitúa en 1000€, los dos tienen la misma riqueza pero una ha perdido y otra ha ganado. Obviamente esto contradice el primer principio de la teoría de las perspectivas.

Por otra parte la teoría de las perspectivas también contradice la hipótesis de aversión al riesgo en la teoría estándar, puesto que en la teoría de las perspectivas los individuos son amantes del riesgo en el terreno de las pérdidas y adversos al riesgo riesgo en el dominio de las ganancias.

Actitudes frente al riesgo

Existen diferencias bien definidas entre la teoría clásica y la teoría de las perspectivas. Mientras que la teoría clásica predice que la aversión al riesgo es independiente de un punto de referencia, la teoría de la expectativa predice que la aversión al riesgo está en el dominio de las ganancias y la búsqueda del riesgo está en el dominio de las pérdidas (excepto para pequeñas probabilidades). También señala que nos movemos dentro de un punto de referencia inducido por un marco de referencia ("framing").

Modelo

La fórmula de Kahneman y Tversky asume que la fase de evaluación está dada por:

La grafica muestra el valor psicológico de las ganancias y las pérdidas que son las «portadoras» del valor en la teoría de las perspectivas (a diferencia de lo que sucede en el proceso de Bernoulli, en el que los estados de las sumas de dinero son los portadores del valor). La gráfica tiene dos partes distintas, una a la derecha y otra a la izquierda respecto a un punto de referencia neutral. Un aspecto ostensible de ella es que tiene forma de S, la cual representa la disminución de la sensibilidad a las ganancias y a las pérdidas. Y también es evidente que las dos curvas de la S no son simétricas. La pendiente de la función cambia de manera abrupta en el punto de referencia: La respuesta a las pérdidas es más enérgica que la respuesta a las ganancias correspondientes. Ello expresa la aversión a la pérdida.

, donde son resultados potenciales y son sus respectivas probabilidades. “V” es llamada función de valor que asigna un valor a un resultado. La función (Presentada en la figura) de valor la cual cruza por el punto de referencia tiene forma de “S” y es asimétrica, y esta asimetría implica, dado la misma variación absoluta, hay un mayor impacto en las pérdidas que en las ganancias (aversión a la pérdida). En contraste con la teoría de la utilidad que mide las ganancias y las pérdidas pero no su valor absoluto.

La teoría describe que el proceso de decisión consiste de dos etapas, la edición y la evaluación. En la primera los posibles resultados son ordenados siguiendo un esquema heurístico. Luego las personas deciden cuáles resultados son vistos básicamente idénticos y fijan un punto de referencia y consideran los resultados más bajos como pérdidas y los más altos como ganancias. En la siguiente fase de evaluación las personas se comportan como si pueden valorar (la utilidad), basadas en los resultados potenciales y sus respectivas probabilidades y entonces escogerían la alternativa que tenga la mayor utilidad.

Ejemplos

Ejemplo 1

Decisión 1: tenemos a elegir dos opciones, la opción A ganar 4.500€ y la opción B con dos opciones con una probabilidad del 50% cada una de por un lado ganar 10.000€ o por el otro ganar 0€. La pregunta clave seria: ¿elegirías A o B? A implica seguridad y B implica incertidumbre, es decir, tomar algún riesgo.

Decisión 2: tenemos a elegir dos opciones, la opción C perder 4000€ y la opción D con dos opciones con una probabilidad del 50% cada una de ellas de perder 10.000€ o perder 0€. Nuevamente deberíamos preguntarnos cuál es nuestra estrategia preferida.

La mayoría de las personas eligen la opción A en la decisión 1, esto significa que las personas son adversas al riesgo en el dominio de las ganancias, prefieren aceptar 4.500€ seguros aunque el valor esperado (la suma de la probabilidad de cada ganancia multiplicada por su valor) de B sea de 5.000€.

Por el contrario la mayoría de la gente elige D en la decisión 2, en este caso decimos que las personas son amantes al riesgo en el dominio de las perdidas. Prefieren el riesgo de perder 10.000€ con una probabilidad del 50% a una menor pérdida segura de 4.000€.

Comparando las decisiones en los dos entornos podríamos decir que, normalmente, las personas son prudentes cuando se trata de ganar y más arriesgadas cuando pueden perder.

Por otra parte podemos destacar que una persona neutral al riesgo, en ambas decisiones elegiría las opciones B y C, mientras que la mayoría de nosotros elegiríamos las opciones A y D.

Ejemplo 2

Decisión 1: ¿Qué elige usted? Recibir 900 dólares O el 90 por ciento de posibilidades de ganar 1.000 dólares.

Decisión 2: ¿Qué elige usted? Perder 900 dólares O el 90 por ciento de posibilidades de perder 1.000 dólares.

En el problema 1 probablemente mostremos aversión al riesgo, como lo mostrarían la gran mayoría de los humanos. El valor subjetivo de una ganancia de 900 dólares es ciertamente mayor que el del 90 por ciento del valor de una ganancia de 1.000 dólares. En el problema 2, quien sea como la mayoría de los humanos, elegirá el juego. La explicación de esta búsqueda del riesgo es la imagen especular de la explicación que señala la aversión al riesgo en el problema 1: el valor (negativo) de la pérdida de 900 dólares es mucho mayor que el 90 por ciento del valor (negativo) de la pérdida de 1.000 dólares. La pérdida segura suscita mucha aversión, y ello hace que se asuma el riesgo.

Ejemplo 3

Decisión 1: A lo que usted ya posee se le han añadido 1.000 dólares. Ahora le pedimos elegir una de estas opciones: 50 por ciento de posibilidades de ganar 1.000 dólares O recibir 500 dólares.

Decisión 2: A lo que usted ya posee se le han añadido 2.000 dólares. Ahora le pedimos elegir una de estas opciones: 50 por ciento de posibilidades de perder 1.000 dólares O perder 500 dólares.

Las decisiones 1 y 2 son idénticas. En ambos casos hay que elegir entre las mismas dos opciones: tener la certeza de aumentar la fortuna que se posee en 1.500 dólares o aceptar un juego en el que se tienen las mismas posibilidades de aumentarla en 1.000 o en 2.000 dólares. En la primera decisión se prefiere lo seguro, en cambio en la segunda se prefiere el riesgo. En la decisión 1, el punto de referencia es superior en 1.000 dólares a la suma actual y en 2.000 dólares en la decisión 2. En la decisión 1, la suma de 1.500 dólares supone, por tanto, una ganancia de 500 dólares, mientras que en la decisión 2 supone una pérdida.

Aplicaciones

Algunos comportamientos son observados en economía como el efecto de disposición o la reversión de la aversión al riesgo/búsqueda del riesgo en caso de ganancias o pérdidas (denominado el efecto reflejo), que puede también ser explicado por la teoría de la perspectiva.

El efecto de la seudocerteza implica que las personas pueden tener aversión al riesgo o aceptar un riesgo dependiendo de la cantidad implicada. Esta es una posible explicación al por qué la misma persona puede comprar una póliza de seguro y un boleto de lotería

La teoría de la perspectiva trata además sobre ciertas anomalías como el statu quo, el efecto de dotación y aversión a la pérdida. Cada una de estas anomalías se desarrolla dentro de un marco de referencia el cual usa al individuo para tomar decisiones.

El Statu quo

Todo el tiempo estamos tomando decisiones; sin embargo, en determinadas ocasiones ninguna de las alternativas que se nos presentan nos genera mayor satisfacción al estado actual; por lo tanto, preferimos continuar con el mismo nivel de satisfacción. Por ejemplo, una persona lleva trabajando más de 15 años en una misma compañía y el gerente le ofrece subir el sueldo (de $3000 a $4000) pero deberá trasladarse a otra ciudad y no acepta. De otra compañía le hacen el ofrecimiento para trabajar cerca de la compañía en la que actualmente labora con un sueldo de $4000 y también rechaza la oferta. Esta persona está feliz en su trabajo, es feliz con su vida tal cual la lleva y por lo tanto no aceptará ninguna oferta que cambie su esquema de vida.

El efecto de dotación

Este efecto está asociado al valor que le damos a determinadas cosas, el cual cambia nuestra perspectiva; por ejemplo, una persona compra una casa valorada en $100.000 y vive en ella hasta su vejez (actualmente valdría $50.000), sus hijos le ofrecen una casa mejor en otro sitio de la ciudad y rechaza la oferta, una compañía le ofrece $500.000 y les dice que solo va a dejar la casa cuando muera, porque en ella se siente feliz.

La aversión a la pérdida

En esta anomalía la mayoría de las personas temen los efectos de las posibles pérdidas más que la anticipación de las posibles ganancias. Si en nuestro trabajo se corre el rumor acerca de un bono que les van a dar a todos por un valor de $2000, esto creará una gran expectativa y situará su punto de referencia en $2000, entonces cualquier cantidad por encima de este valor será percibido como ganancia y cualquier valor por debajo será percibido como una pérdida.

Otro ejemplo para explicar estos comportamientos podría ser el de una persona que se encuentra $10 en la calle. Con este dinero se pueden construir varios escenarios, podría comprar varios boletos de lotería y considerar que es una buena inversión y estaría feliz aunque no se obtenga nada (lo más probable es que no gane) o podría extraviarlos en cuyo caso estaría muy triste por la pérdida. Este dinero fue obtenido por casualidad y sin importar cuál de las dos alternativas tome, no debería ser percibido como una pérdida puesto que no era su dinero, el sentimiento habría sido el mismo aunque hubiese sido su propio dinero.

El ejemplo anterior ayuda también a entender la aversión a la pérdida, si bien el encontrar el dinero representa una sensación positiva, la pérdida de este produce una sensación negativa que impacta más al individuo que la positiva, a pesar de que el valor absoluto sea igual para ambas.

PATRÓN DE CUATRO

95% de posibilidades de ganar 50 000$

AVERSIÓN AL RIESGO

95% de posibilidades de perder 50 000$

BÚSQUEDA DEL RIESGO

5% de posibilidades de ganar 50 000$

BÚSQUEDA DEL RIESGO

5% de posibilidades de perder 50 000$

AVERSIÓN AL RIESGO

El patrón de cuatro[1] clasifica las posibles elecciones que puede tomar un individuo en distintas circunstancias.

Cuando el individuo se plantea que se tenga muchas posibilidades de ganar una recompensa y muy pocas de perder, experimenta aversión al riesgo porque sobrevalora las posibilidades de perder, esto va a influir de tal manera que es muy posible que escoja algo de cantidad menor a ganar, pero que lo haga de manera segura. Esto se conoce como efecto certeza. Estos parámetros se evalúan de una manera muy personal y para exponerse al riesgo cada persona tendrá una cantidad establecida que compense ese riesgo. Un ejemplo es cuando se lee el folleto informativo de un medicamento para paliar una enfermedad, y vemos que hay una gran posibilidad de curarse con él pero otra muy pequeña posibilidad de que produzca unos efectos secundarios no deseables, y que como consecuencia, surja el planteamiento de si sería buena decisión tomarlo o no.

Si el individuo tiene grandes posibilidades de perder y una muy pequeña de no perder, buscará el riesgo, aunque exista una posibilidad en la que se pierda menos dinero pese a que sepa que lo perderá con certeza, simplemente porque sobrestima esa posibilidad de que pueda conseguir no perder, es el efecto posibilidad. Un ejemplo sería aquel estudiante que piensa que está mal preparado para el examen y duda de si presentarse o no, no tendrá otra oportunidad de aprobar la asignatura que esta, el estudiante puede optar por no presentarse (y tener un suspenso seguro), o presentarse y tratar de contestar a lo que pida el examen (sabiendo que tiene muchas posibilidades de suspender, pero existe la posibilidad de que lo que haya escrito esté bien y apruebe).

Cuando hay una pequeña probabilidad de ganar, puede resultar muy atractiva y hacer que se busque el riesgo, aquí actúa también el efecto posibilidad. Un ejemplo muy claro son las loterías, la gente quiere participar porque sobrevaloran una posibilidad ínfima de ganar una cantidad muy alta.

Por último, se nos plantea la posibilidad de que tengamos muy poca probabilidad de perder. Este pequeño porcentaje, ejerce una gran influencia en nuestras decisiones, ya que es la diferencia entre que exista esa posibilidad y que no. Un ejemplo muy interesante, es e del mundo de los seguros. La gente está dispuesta a pagar bastante por éstos y eliminar esas pequeñas probabilidades de que les toque un mal suceso en su vida, en su casa, en su coche.etc.

La aversión a la pérdida es un fenómeno muy poderoso, perder es doblemente más fuerte que ganar y esto explica por qué la función de valor de la teoría de las perspectivas tiene forma curvilínea y asimétrica ( el tramo de la función perteneciente a las pérdidas tiene mucha más pendiente que el tramo perteneciente a las ganancias)

El patrón de cuatro[2] muestra claramente como se sopesan siempre estos cuatro elementos y muchas veces inducen a tomar malas decisiones.

Ésta teoría entra en dilema con la teoría de la utilidad desarrollada en el mundo económico, por la cual el individuo es un ser racional, sólo le importa lo que obtiene como ganancia en una totalidad. Retrata un individuo al cual sólo le importa su bienestar material, sus decisiones no dependen de otras variables. Por ejemplo, si en un juego se tiene un 2% de posibilidades de ganar 100 000$ y un 98% de posibilidades de ganar 100$, el homo económicus (o un individuo que funciona mediante la teoría de la utilidad), valorará el juego en 2 098$ y actuará movido por esta ganancia media que pueda obtener. La divergencia entre la teoría de las perspectivas y la de utilidad[3], es que en la primera se evalúa la utilidad esperada en función de su punto de referencia en lugar de según términos absolutos.

Fuentes