Diferencia entre revisiones de «Sentimiento antijaponés»
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In the 1970s and 1980s, the waning fortunes of heavy industry in the United States prompted layoffs and hiring slowdowns just as counterpart businesses in Japan were making major inroads into U.S. markets. Nowhere was this more visible than in the automobile industry, where the lethargic [[Big Three automobile manufacturers]] ([[General Motors Corporation|General Motors]], [[Ford Motor Company|Ford]], and [[Chrysler Corporation|Chrysler]]) watched as their former customers bought Japanese imports from [[Toyota]] and [[Nissan]], a consequence of the 1973 oil crisis. The anti-Japanese sentiment manifested itself in occasional public destruction of Japanese cars, and in the 1982 murder of [[Vincent Chin]], a [[Chinese American]] beaten to death when he was mistaken to be Japanese. |
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Otros acuerdos altamente simbólicos, incluida la venta de famosos símbolos comerciales y culturales estadounidenses como Columbia Records, Columbia Pictures, 7-Eleven y el edificio del [[Rockefeller Center]] a empresas japonesas, avivaron aún más el sentimiento antijaponés. |
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La cultura popular de la época reflejaba la creciente desconfianza de los estadounidenses hacia Japón. Películas de época futuristas como [[Back to the Future II]] y [[RoboCop 3]] mostraban con frecuencia que los estadounidenses trabajaban precariamente bajo las órdenes de superiores japoneses. La película [[Blade Runner]] mostró un Los Ángeles futurista claramente bajo el dominio japonés (con una población y una cultura de mayoría japonesa), quizás una referencia al mundo alternativo presentado en [[El hombre en el castillo]] escrito por [[Philip K. Dick]], el mismo autor en el que La película se basó, en la que Japón había ganado la Segunda Guerra Mundial. La crítica también fue presionada en muchas novelas de la época. El autor Michael Crichton escribió Rising Sun, un misterio de asesinato (que luego se convirtió en un largometraje) que involucra a hombres de negocios japoneses en los EE. UU. Del mismo modo, en el libro de [[Tom Clancy]], [[Debt of Honor]], Clancy implica que la prosperidad de Japón se debe principalmente a términos comerciales desiguales, y retrata Los líderes empresariales de Japón actuando en una camarilla hambrienta de poder. |
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Popular culture of the period reflected American's growing distrust of Japan. Futuristic period pieces such as [[Back to the Future II]] and [[Robocop 3]] frequently showed Americans as working precariously under Japanese superiors. Criticism was also lobbied in many novels of the day. Author [[Michael Crichton]] took a break from [[science fiction]] to write [[Rising Sun (novel)|Rising Sun]], a [[murder mystery]] (later made into a [[Rising Sun (film)|feature film]]) involving Japanese businessmen in the U.S. Likewise, In [[Tom Clancy]]'s book, [[Debt of Honor]], Clancy implies that Japan's prosperity is due primarily to unequal trading terms, and portrays Japan's business leaders acting in a power hungry cabal. |
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Sin embargo, como argumentó Marie Thorsten, la japonofobia se mezcló con la japonofilia durante los momentos de mayor dominio económico de Japón durante la [[década de 1980]]. El miedo a Japón se convirtió en un punto de reunión para el tecnonacionalismo, el imperativo de ser el primero en el mundo en matemáticas, ciencias y otras medidas cuantificables de fuerza nacional necesarias para impulsar la supremacía tecnológica y económica. El notorio "ataque a Japón" tuvo lugar junto con la imagen de Japón como sobrehumano, imitando de alguna manera la imagen de la Unión Soviética después de que lanzó el primer satélite [[Sputnik]] en 1957: ambos eventos centraron la atención en la educación estadounidense. Los burócratas estadounidenses impulsaron deliberadamente esta analogía. En 1982, Ernest Boyer, un ex comisionado de Educación de EE. UU., Declaró públicamente que "Lo que necesitamos es otro Sputnik" para reiniciar la educación estadounidense, y que "tal vez lo que deberíamos hacer es lograr que los japoneses pongan un Toyota en órbita . " Japón era tanto una amenaza como un modelo para el desarrollo de recursos humanos en la educación y la fuerza laboral, fusionándose con la imagen de los estadounidenses de origen asiático como la" minoría modelo ". |
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The animosity which peaked in the 1980s, when the term "[[Japan bashing]]" became popular, had largely faded by the late 1990s. Japan's waning fortunes, coupled with an upsurge in the U.S. economy as the Internet took off, largely crowded anti-Japanese sentiment out of the popular media, which has turned to other issues. |
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On 2 March 2007, the "[[comfort women]]" issue was raised again by Japanese prime minister [[Shinzo Abe]], in which he denied that the military had forced women into sexual slavery during World War II in an orchestrated way. He stated, "The fact is, there is no evidence to prove there was coercion in ''narrow sense''." Before he spoke, a group of Liberal Democratic Party lawmakers also sought to revise Yohei Kono's 1993 apology to former comfort women.<ref>Daily Yomiuri, March 7, 2007 [http://web.archive.org/web/http://www.yomiuri.co.jp/dy/editorial/20070307TDY04005.htm (in Japanese)]</ref><ref>{{cita web |url=http://www.nytimes.com/2007/03/02/world/asia/02japan.html |título=Abe Rejects Japan’s Files on War Sex, by Norimitsu Onishi |editorial=The New York Times |fechaacceso=6 de marzo de 2010}}</ref> |
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- The New York Times editorial quickly refuted Abe's statement: “These were not commercial brothels. Force, explicit and implicit, was used in recruiting these women. What went on in them was serial rape, not prostitution. The Japanese Army’s involvement is documented in the government’s own defense files.”<ref>"[http://www.nytimes.com/2007/03/06/opinion/06tues3.html No Comfort]", New York Times, Published: March 6, 2007., accessed October 25, 2008</ref> |
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Revisión del 10:25 22 sep 2020
El sentimiento antijaponés o japonofobia[1] implica el odio, el rencor, la desconfianza, deshumanización, intimidación, miedo, hostilidad, y/o antipatía general hacia el pueblo japonés como grupo étnico o nacional, a Japón, a la cultura japonesa, y/o cualquier cosa japonesa. Algunas veces también se usa el término Japonofobia.[2]
Información general
Los sentimientos antijaponeses van desde animadversión hacia las acciones del gobierno japonés y el desprecio por la cultura japonesa hasta la discriminación contra el pueblo japonés. Los sentimientos de deshumanización se han visto impulsados por la propaganda antijaponesa de los gobiernos aliados en la Segunda Guerra Mundial, esta propaganda era a menudo de carácter racista y peyorativa. El sentimiento antijaponés puede ser más fuerte en China, Taiwán, Corea del Norte y Corea del Sur[3][4][5]
En el pasado, el sentimiento antijaponés figuraba en insinuaciones de los japoneses como bárbaros. Japón tenía la intención de adoptar las costumbres occidentales en un intento de unirse a Occidente como una potencia imperial industrializada. El texto seminal de 1885 de Fukuzawa Yukichi, Dejando a Asia, esboza la base intelectual para la modernización y la occidentalización de Japón. La falta de aceptación de los japoneses en la integración occidental fue complicada y no la pudieron asimilar. Una opinión generalizada fue que los japoneses estaban en un estado evolutivamente inferior. La cultura japonesa fue vista con desconfianza e incluso con desprecio.
Mientras que las pasiones se han calmado un poco desde la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, los ánimos se encienden en algunas ocasiones, aun cuando el gobierno japonés ha hecho la penitencia para pagar por estas culpas, pero al parecer no son suficientes para las atrocidades que ellos llevaron a cabo en el pasado, o han tratado de encubrir la historia en cuanto a estos eventos.[6] Hoy en día, aunque el Gobierno japonés ha efectuado algunas medidas compensatorias, el sentimiento antijaponés continúa sobre la base de animosidades históricas y nacionalistas vinculada a la agresión militar imperial japonesa, especialmente crímenes de guerra cometidos en la Segunda Guerra Mundial. La demora de Japón en la limpieza de más de 700.000 unidades de armas químicas enterradas en China hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, que representan una amenaza para la vida y el medio ambiente por su potencial contaminante (según el Gobierno de Japón[7]) es otra causa del sentimiento antijaponés.
Periódicamente, los individuos dentro de Japón estimulan la crítica externa. El ex primer ministro Junichiro Koizumi fue muy criticado por Corea del Sur y China por rendir anualmente un homenaje a los caídos en el Santuario Yasukuni, que se consagra a todos los que lucharon y murieron por el Japón durante la Segunda Guerra Mundial, incluyendo 1.068 criminales de guerra. Los grupos nacionalistas de derecha han producido libros de texto de historia suavizando las atrocidades japonesas,[8] y las controversias recurrentes sobre estos libros en ocasiones lograron atraer la atención hostil extranjera.
Algunos sentimientos antijaponeses se originan en las prácticas comerciales utilizadas por algunas empresas niponas, como el dumping.
Estados Unidos
Antes del siglo XX
En los Estados Unidos, el sentimiento antijaponés tuvo su inicio mucho antes de la Segunda Guerra Mundial. Ya en el siglo XIX, los inmigrantes asiáticos estaban sujetos a los prejuicios raciales en este país. Se aprobaron leyes que discriminaban abiertamente contra los asiáticos, y, a veces japoneses, en particular. Muchas de estas leyes decían que los asiáticos no podían convertirse en ciudadanos de los Estados Unidos y no podían sostener los derechos básicos, tales como la propiedad de la tierra. Estas leyes eran muy perjudiciales para los inmigrantes recién llegados, ya que muchos de ellos eran agricultores y no tuvo más opción que convertirse en trabajadores migrantes. Algunos citan la formación de la Liga de Exclusión Asiática como el comienzo del movimiento antijaponés en California.[9]
Principios del siglo XX
El racismo antijaponés en California fue más xenofóbico después de la victoria japonesa sobre Rusia en la Guerra Ruso-Japonesa. El 11 de octubre de 1906, en San Francisco, California, la Junta de Educación había aprobado un reglamento para que los niños de ascendencia japonesa, estuviesen obligados a asistir a escuelas separadas con segregación racial. En ese momento, los inmigrantes japoneses formados aproximadamente por el 1% de la población de California, muchos de ellos habían llegado en virtud del tratado en 1894, que había asegurado la libre inmigración de nipones.
La invasión japonesa de China en 1931 y la anexión de Manchuria, fue duramente criticado en Estados Unidos. Además, los esfuerzos de ciudadanos indignados por las atrocidades japonesas, como la Masacre de Nankín, dirigida a las llamadas para la intervención económica de Estados Unidos para alentar a Japón a salir de China, estas llamadas desempeñaron un papel en la política exterior estadounidense. Mientras que los informes más desfavorables de las acciones japonesas llegaron a la atención del gobierno estadounidense, los embargos de suministros de petróleo y otros fueron puestos en Japón, por la preocupación de la población china y para los intereses estadounidenses en el Pacífico. Además, la población estadounidense de origen europeo se convirtió en muy pro-China y anti-Japón, un ejemplo de ser una campaña popular para las mujeres a dejar de comprar medias de seda, ya que el material fue adquirido en Japón a través de sus colonias.
Cuando la Segunda guerra sino-japonesa estalló en 1937, la opinión pública occidental fue decididamente a favor de China, con informes de testigos presenciales de los periodistas occidentales sobre las atrocidades cometidas contra los civiles chinos llevaron a fortalecer aún más la lucha contra sentimientos de Japón. Los sentimientos afroamericanos podrían ser muy diferente a la corriente principal, con organizaciones como el Movimiento Pacífico del Mundo Oriental (Pacific Movement of the Eastern World; PMEW) que prometió la igualdad y la distribución de la tierra bajo el dominio japonés. El PMEW tenía miles de miembros que se preparaban esperanzados por la liberación de la supremacía blanca, con la llegada del Ejército Imperial Japonés. Esto incluyó el almacenamiento y acumulación de armas.[cita requerida]
Durante la Segunda Guerra Mundial
La causa más profunda de los sentimientos antijaponeses fuera de Asia tuvo su inicio en el ataque a Pearl Harbor. El ataque japonés hizo entrar a los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Los estadounidenses estaban unidos por el ataque a la lucha contra el Imperio del Japón y sus aliados, Alemania nazi y la Italia fascista.
El ataque por sorpresa en Pearl Harbor antes de la declaración de guerra se presentó a la población estadounidense como un acto de traición y cobardía, a pesar de establecer un precedente histórico de esas operaciones militares. Tras el ataque, se repartieron muchas "Licencias de caza de japoneses", y la revista LIFE publicó un artículo sobre como distinguir a un chino de un japonés por la forma de la nariz y la estatura. Las actuaciones de los japoneses durante la guerra tampoco hicieron mucho por cambiar este sentimiento antijaponés, debido al maltrato que se le daba a los prisioneros de guerra; Se les asesinaba y se les usaba como mano de obra esclava. Además también contaban los ataques kamikaze a barcos aliados, las atrocidades de la isla Wake y otras, como la marcha de la Muerte de Bataán
La convicción de Estados Unidos que los japoneses eran subhumanos y animales, junto con la renuencia de éstos para tratar de rendirse a las fuerzas aliadas, contribuyó al hecho de que apenas 604 prisioneros japoneses viviesen en campamentos de prisioneros de guerra aliados para octubre de 1944.
Después de la Segunda Guerra Mundial
En las décadas de 1970 y 1980, la decadencia de la industria pesada en los Estados Unidos provocó despidos y desaceleraciones en las contrataciones justo cuando las empresas de contraparte en Japón estaban haciendo grandes avances en los mercados estadounidenses. En ninguna parte fue esto más visible que en la industria automotriz, donde los aletargados Tres Grandes (General Motors, Ford y Chrysler) vieron cómo sus antiguos clientes compraban importaciones japonesas de Honda, Subaru, Mazda y Nissan, una consecuencia la crisis del petróleo de 1973. El sentimiento antijaponés se manifestó en la destrucción pública ocasional de automóviles japoneses, y en el asesinato en 1982 de Vincent Chin, un chino-estadounidense asesinado a golpes cuando se le confundió con un japonés.
Otros acuerdos altamente simbólicos, incluida la venta de famosos símbolos comerciales y culturales estadounidenses como Columbia Records, Columbia Pictures, 7-Eleven y el edificio del Rockefeller Center a empresas japonesas, avivaron aún más el sentimiento antijaponés.
La cultura popular de la época reflejaba la creciente desconfianza de los estadounidenses hacia Japón. Películas de época futuristas como Back to the Future II y RoboCop 3 mostraban con frecuencia que los estadounidenses trabajaban precariamente bajo las órdenes de superiores japoneses. La película Blade Runner mostró un Los Ángeles futurista claramente bajo el dominio japonés (con una población y una cultura de mayoría japonesa), quizás una referencia al mundo alternativo presentado en El hombre en el castillo escrito por Philip K. Dick, el mismo autor en el que La película se basó, en la que Japón había ganado la Segunda Guerra Mundial. La crítica también fue presionada en muchas novelas de la época. El autor Michael Crichton escribió Rising Sun, un misterio de asesinato (que luego se convirtió en un largometraje) que involucra a hombres de negocios japoneses en los EE. UU. Del mismo modo, en el libro de Tom Clancy, Debt of Honor, Clancy implica que la prosperidad de Japón se debe principalmente a términos comerciales desiguales, y retrata Los líderes empresariales de Japón actuando en una camarilla hambrienta de poder.
Sin embargo, como argumentó Marie Thorsten, la japonofobia se mezcló con la japonofilia durante los momentos de mayor dominio económico de Japón durante la década de 1980. El miedo a Japón se convirtió en un punto de reunión para el tecnonacionalismo, el imperativo de ser el primero en el mundo en matemáticas, ciencias y otras medidas cuantificables de fuerza nacional necesarias para impulsar la supremacía tecnológica y económica. El notorio "ataque a Japón" tuvo lugar junto con la imagen de Japón como sobrehumano, imitando de alguna manera la imagen de la Unión Soviética después de que lanzó el primer satélite Sputnik en 1957: ambos eventos centraron la atención en la educación estadounidense. Los burócratas estadounidenses impulsaron deliberadamente esta analogía. En 1982, Ernest Boyer, un ex comisionado de Educación de EE. UU., Declaró públicamente que "Lo que necesitamos es otro Sputnik" para reiniciar la educación estadounidense, y que "tal vez lo que deberíamos hacer es lograr que los japoneses pongan un Toyota en órbita . " Japón era tanto una amenaza como un modelo para el desarrollo de recursos humanos en la educación y la fuerza laboral, fusionándose con la imagen de los estadounidenses de origen asiático como la" minoría modelo ".
China
El sentimiento antijaponés es muy fuerte en China y es un fenómeno que en su mayoría se remonta a los tiempos modernos (post-1868). Al igual que muchas potencias occidentales durante la época del imperialismo, Japón negoció tratados que a menudo resultaron en la anexión de territorios chinos hacia el final de la dinastía Qing. El descontento con los asentamientos de Japón y las Veintiuna exigencias por el gobierno japonés llevó a un serio boicot de productos japoneses en China.
Hoy en día, la amargura en China persiste por las atrocidades de la Segunda guerra sino-japonesa y las acciones del Japón de posguerra (en particular la aparente falta de un reconocimiento directo de estas atrocidades y el revisionismo histórico de Japón en los libros de texto), y es atizada por el gobierno chino para fines políticos.[10] En los libros de texto chinos todavía hay muchos problemas respecto a esto, y el sentimiento antijaponés es aún muy fuerte en China.
Corea
La cuestión de sentimiento antijaponés en Corea es compleja y multifacética. Las actitudes anti-japonesas en la península de Corea se remontan tan atrás como las incursiones piratas japonesas y las invasiones japonesas de Corea (1592-1598), pero son en gran medida un producto de la ocupación japonesa de Corea a partir de 1910-1945, y el revisionismo posterior en los libros de historia utilizados en el sistema educativo de Japón. Hoy en día, temas como la controversia de los textos de historia de Japón, la política japonesa acerca de la Segunda Guerra Mundial, y las disputas geográficas entre Japón y Corea, parecen perpetuar este sentimiento, y estos temas suelen tener grandes controversias entre los usuarios de Internet japonés y coreano.[11] Corea, junto con China, puede ser considerado como uno de los más intensamente anti-japoneses en el mundo.[12] De todos los países que participaron en la BBC World Service Poll en 2007 y 2009, Corea del Sur y la República Popular China son los únicos cuyas mayorías califican a Japón negativamente.[13][14]
Taiwán
Durante las manifestaciones antijaponesas en el este de Asia de 2005, Taiwán siguió siendo notablemente más silencioso que la República Popular China o Corea, con las relaciones Taiwan-Japón consideradas en su punto más alto. Con el KMT obteniendo una mayoría parlamentaria en 2008, seguido por un accidente de navegación donde murieron taiwaneses, se han creado tensiones recientes. Los funcionarios taiwaneses empezaron a hablar sobre disputas territoriales históricas respecto a las islas Diaoyutai/Senkaku, resultando en un incremento del sentimiento antijaponés.[15]
Filipinas
El sentimiento antijaponés se remonta a la Segunda Guerra Mundial, y las secuelas de la guerra, donde se estima que un millón de filipinos, de una población de 17 millones durante la guerra, fueron asesinados durante la guerra, y muchos más heridos. Casi cada familia filipina se vio afectada por la guerra en algún nivel. Lo más notable en la ciudad de Mapanique, los sobrevivientes relatan la ocupación japonesa con los hombres filipinos siendo masacrados y decenas de mujeres siendo conducidas para ser usadas como esclavas sexuales. Hoy en día, Filipinas considera que las relaciones con Japón no son antagónicas. Además, los filipinos generalmente no se sienten tan ofendidos como los chinos o los coreanos por el hecho de que a estas atrocidades se les da poca o ninguna atención en las clases japonesas. Esto es el resultado de la enorme ayuda japonesa enviada al país en las décadas de 1960 y 1970.[16]
Otros países
En Rusia, la victoria japonesa en la Guerra Ruso-Japonesa en 1905 detuvo las ambiciones imperiales de Rusia en el Oriente. Más tarde, durante la Guerra Civil Rusa, Japón era parte de las fuerzas occidentales intervencionistas que ayudaron a ocupar Vladivostok hasta octubre de 1922 con un gobierno títere Blanco bajo Grigorii Semenov. Al final de la Segunda Guerra Mundial, el Ejército Soviético capturó cerca de 600.000 prisioneros de guerra japoneses en su invasión de Manchuria. De éstos, 473.000 fueron repatriados, 55.000 murieron en cautiverio soviético y el destino del resto se desconoce. Presumiblemente, muchos fueron deportados a China o Corea del Norte para servir como trabajadores forzados y soldados.[17]
Santuario Yasukuni
El Santuario Yasukuni es un santuario sintoísta en Tokio, Japón. Es el lugar de descanso de miles de personas, no sólo de los soldados japoneses, sino también de soldados coreanos y taiwaneses muertos en diversas guerras, pero sobre todo en la Segunda Guerra Mundial. El santuario incluye a 13 criminales clase A tales como Hideki Tojo y Hirota Koki, que fueron condenados y ejecutados por su papel en la invasión japonesa de China, Corea, y de otras partes de Asia oriental después de la remisión a ellos en virtud del Tratado de San Francisco, un total de 1.068 criminales de guerra condenados están consagrados en el Santuario Yasukuni.
En los últimos años, el Santuario Yasukuni se ha convertido en un escollo en las relaciones de Japón y sus vecinos. La consagración de los criminales de guerra ha enojado mucho a la gente de los distintos países invadidos por Japón. Además, el santuario publicó un folleto que indica que "la guerra era necesaria para que podamos proteger la independencia de Japón y prosperar junto a nuestros vecinos asiáticos", y que los criminales de guerra fueron "cruelmente e injustamente juzgados como criminales de guerra por una farsa de tribunal de las fuerzas aliadas". Si bien es cierto que la justicia de estos ensayos se discute entre los juristas y los historiadores en Occidente como en Japón, el ex primer ministro de Japón, Junichiro Koizumi, ha visitado el santuario 5 veces (que parece dar a entender que su punto de vista es coherente con el folleto del santuario); cada visita causó un gran revuelo enorme en China y Corea. Su sucesor, Shinzo Abe, también fue un asiduo visitante de Yasukuni. Algunos políticos japoneses han respondido diciendo que el santuario, así como visitas a la misma, está protegida por el derecho constitucional de libertad de religión. Yasuo Fukuda, elegido Primer Ministro en septiembre de 2007, prometió "no visitar" Yasukuni.[18]
Véase también
- Mujeres de confort
- Parece Vela
- Bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki
- Sentimiento antijaponés en China
- Escuadrón 731
Referencias
- ↑ La calentura en las sábanas.
- ↑ Emmott, 1993
- ↑ «World Publics Think China Will Catch Up With the US—and That’s Okay». The New York Times. Archivado desde el original el 16 de julio de 2011. Consultado el 7 de marzo de 2010.
- ↑ «Global Poll Finds Iran Viewed Negatively - Europe and Japan Viewed Most Positively». World Public Opinion.org. Archivado desde el original el 9 de abril de 2006. Consultado el 7 de marzo de 2010.
- ↑ POLL: Israel and Iran Share Most Negative Ratings in Global Poll, BBC World Service, 2007, archivado desde el original el 30 de marzo de 2008, consultado el 13 de abril de 2008.
- ↑ Scarred by history: The Rape of Nanjing, BBC News, 11 de abril de 2005, consultado el 13 de abril de 2008.
- ↑ Budget for the Destruction of Abandoned Chemical Weapons in China, Ministry of Foreign Affairs of Japan, 24 de diciembre de 1999, consultado el 28 de junio de 2008.
- ↑ China Says Japanese Textbooks Distort History, pbs.org Newshour, 13 de abril de 2005, archivado desde el original el 14 de noviembre de 2007, consultado el 13 de abril de 2008.
- ↑ Brian Niiya (1993), Japanese American history: an A-to-Z reference from 1868 to the present (illustrated edición), Verlag für die Deutsche Wirtschaft AG, pp. 37, 103-104..
- ↑ Matthew Forney, "Why China Loves to Hate Japan". Time Magazine, December 10, 2005., accessed 25 October 2008
- ↑ «Munhwa Newspaper» (en coreano). Consultado el 8 de mayo de 2008.
- ↑ «오늘 광복60년 20대 절반 日 여전히 먼나라» (en coreano). Consultado el 8 de mayo de 2008.
- ↑ «BBC». Archivado desde el original el 5 de octubre de 2007. Consultado el 28 de marzo de 2010.
- ↑ «BBC». Archivado desde el original el 29 de marzo de 2012. Consultado el 28 de marzo de 2010.
- ↑ Various, Editorials. The Yomiuri Shimbun, June 18, 2008. (in Japanese), accessed 8 July 2008
- ↑ Conde, Carlos H. (13 de agosto de 2005). «Letter from the Philippines: Long afterward, war still wears onFilipinos». The New York Times.
- ↑ «Russia Acknowledges Sending Japanese Prisoners of War to North Korea». Mosnews.com. 1 de abril de 2005. Archivado desde el original el 13 de noviembre de 2006. Consultado el 23 de febrero de 2007.
- ↑ Blaine Harden, "Party Elder To Be Japan's New Premier", Washington Post, September 24, 2007
Bibliografía
- Bagby, Wesley Marvin (1999), America's International Relations Since World War I, Oxford University Press, ISBN 0195123891.
- Constantine, Peter (1992), Japanese Street Slang, Weatherhill, ISBN 0834802503.
- Emmott, Bill (1993), Japanophobia: The Myth of the Invincible Japanese, Times Books, ISBN 0812919076.
- Schaffer, Ronald (1985), Wings of Judgement: American Bombing in World War II, New York: Oxford University Press.
- Weingartner, James J. (febrero de 1992), «Trophies of War: U.S. Troops and the Mutilation of Japanese War Dead, 1941–1945», Pacific Historical Review 61 (1): 53-67.
Enlaces externos
- China's angry young focus their hatred on old enemy
- The Impact of Asian-Pacific Migration on U.S. Immigration Policy
- Kahn, Joseph. China Is Pushing and Scripting Anti-Japanese Protests. The New York Times. 15 April 2005
- Essay: "Origins of the April 2005 Anti-Japanese Protests in the People's Republic of China", by Aron Patrick
- U.S. War department comic, "How to spot a Jap", 1942. Included in pocketbook to China.
- machine translation of the same topic at ja.wikipedia. some characteristic viewpoints
- Rare photos from the U.S. National Archives on Japanese-American evacuation and internment