Santo Experimento
El Santo Experimento (Holy Experiment) se basa en un concepto religioso de la tolerancia. Fue un intento de los cuáqueros para establecer una comunidad para ellos mismos en Pensilvania. Esperaban mostrar al mundo lo bien que podrían funcionar por su propia cuenta sin ningún tipo de persecución o disensión.
Origen y promoción
William Penn, un hijo de un almirante de la Royal Navy, fue dueño de un valioso patrimonio irlandés y más tarde pasó a heredar una deuda contraída por el rey Carlos II de Inglaterra a partir de su difunto padre. Penn era un hombre bien educado, y más tarde se convirtió en un evangelista del cuaquerismo. El rey Carlos II pagó la deuda a Penn con una gran concesión de tierras entre las colonias de Nueva York y Maryland. Penn tenía ahora el control total de su colonia, que bautizó con el nombre de Pensilvania que significa "el bosque de Penn", después de su difunto padre. Trató de atraer colonos a Pennsylvania y lograr beneficios de su colonia recién fundada. Penn hizo un brillante trabajo con la publicidad de Pennsylvania, y rápidamente se convirtió en la colonia más famosa en Inglaterra y el resto de Europa.
Pretendía fundar una nueva colonia en la que hubiera completa libertad religiosa, a diferencia de las otras colonias inglesas en Norteamérica en que, a excepción de Rhode Island, la intolerancia era la regla. Por ejemplo en Massachusetts, bastión del puritanismo calvinista, se perseguía a los cuáqueros condenándolos a destierros, mutilaciones y hasta pena de muerte. La intolerancia era tal que funcionaba bajo la lógica de que si se eliminaba a los indios por paganos o "salvajes" con igual forma había que proceder con aquellos que mantienen una religión ajena a la "oficial" dictada por el Estado o por el gobierno colonial.
Penn se proponía hacer era una nueva colonia en la que cada cual pudiera adorar, creer o pensar sobre la religión como mejor le pareciera. Lo que era una novedad para su entorno y tiempo.
Gobierno y políticas
Penn trató de crear el Santo Experimento en Pennsylvania y lo hizo mediante la creación de un marco liberal de gobierno, y atraer a todo tipo de personas, incluidos muchos cuáqueros, quienes sostuvieron el Santo Experimento. Él también quería tratar de manera justa a los nativos americanos de manera justa y no engañarlos o expulsarlos de sus tierras.
Creó un gobierno que, a diferencia de la Europa de este tiempo, garantizó derechos como la separación y limitación de los poderes políticos y la libertad de culto, el comercio libre junto con un espíritu de solidaridad y generosidad que buscaba la igualdad social y la búsqueda de la equidad de oportunidades materiales y el mayor respeto posible a las libertades civiles. Destacó la reivindicación de la dignidad de la mujer y su participación activa en la vida pública, la ausencia de ejército, la convivencia pacífica con los indígenas americanos y su libre ingreso a los territorios colonos, con gran influencia de la ética antiautoritaria del cuaquerismo.
Aunque la corona inglesa le había concedido esas tierras, Penn se proponía comprárselas a los indios, que según él creía eran sus legítimos dueños, y establecer con ellos relaciones tan cordiales que no hubiera necesidad de fuerzas armadas para defender a los colonos. No es extraño que prácticamente los únicos que tenían éxito evangelizando a los nativos fueron los cuáqueros. La capital del santo experimento llevaría el nombre de "Filadelfia", que quiere decir "amor fraternal".
Pronto hubo gran número de personas, no sólo en Inglaterra, sino también en otros países de Europa, dispuestas a tomar parte en él. Muchos de ellos eran cuáqueros, y por tanto los seguidores de Fox dominaron la vida política de la nueva colonia por algún tiempo. Bajo la dirección de Penn, quien fue el primer gobernador de la nueva colonia, las relaciones con los indios fueron excelentes, y durante largo tiempo se pudo cumplir el sueño de Penn, de una colonia sin fuerzas armadas.
Problemas y fin del experimento
Funcionó bien durante un tiempo, a pesar que entre los colonos había personas de distintas motivaciones.
En la colonia también existían problemas de orden público, a veces era necesario recurrir a la fuerza para poner orden. El pacifismo de los cuáqueros algunas veces era un lastre para esto y que a veces se hacía más pesado. William Penn en un principio eludió el asunto, nombrando comisarios no cuáqueros para que como dijo él: "aplicarán mano dura cuando la situación lo requería". En 1689, la posibilidad de una guerra con Francia, supuso un desafío a los principios del cuaquerismo, además los nuevos colonos que llegaban a la colonia no eran cuáqueros y estos muchas veces robaban y pisoteaban los derechos de los indígenas.
Las relaciones con el pueblo indígena cada vez iba a menos y eran más tensas, empeorándose por las guerras indias y francesas, hasta (tres cuartos de siglo después de fundada la colonia -es decir en el año 1756-) el Gobernador les declaró la guerra a las tribus de Delaware y Shawhee. La reacción de los cuáqueros fue inmediata, retirándose del gobierno de la colonia, saliendo de sus cargos públicos puesto que no querían enviar a los demás a la guerra, por lo que puso fin a su régimen. El "Experimento Sagrado de William Penn" había fracasado después de 75 años, además la decadencia cuáquera se hizo evidente, pues a medida que se ganaba prosperidad material en algunos el celo religioso cuáquero disminuía (excepción de unos pocos) y otro problema se agravaba con el surgimiento de sectas dentro del mismo movimiento. Pero por sobretodo fue la intolerancia y el militarismo de los colonizadores de las colonias contiguas lo que pusieron el peligro y luego acabaron finalmente con el experimento.
Precedente e inspiración
Es común nombrar a este tiempo como el "Santo Experimento de Filadelfia" y decir que este ha sido uno de los primeros proyectos de reforma social en Norteamérica enmarcados dentro del protestantismo inconformista, en su intento de rescatar el cristianismo primitivo. Es además un referente tradicional para el radicalismo político de sectores estadounidenses.
Bibliografía
- Historia del cristianismo, volumen II, por Justo L. González.