Cerro El Morrachón
Es una montaña ubicada en el extremo sur del municipio Ayacucho, a pocos kilómetros del límite intermunicipal con Lobatera estado Táchira, Venezuela. Con un altura de 1250 msnm es considerado icono por excelencia del municipio Ayacucho junto a la piedra del mapa. Se le conoce ampliamente como "el guardián de la ciudad de las palmeras".
Erróneamente se le asocia a un volcán por su forma cónica, sin embargo, estudios geológicos realizados en el cerro han descartado rotundamente la existencia de rocas igneas.
El cerro El Morrachón se encuentra ubicado sobre la depresión del Táchira. Su litología es sedimentaria clástica. El cerro está constituido por areniscas ferruginosa grano fino y areniscas cuarzosas del paleoceno [terciario]. En vista de su constitución litológica es posible hallar hematita, mica moscovita, gohetita y cuarzo entre los minerales primarios y secundarios en las rocas sedimentarias ricas en óxido de hierro encontradas en la cima de El Morrachón.
Cerca del cerro, en dirección oeste se han hallado bloques de cuarcita, lo cual evidencia metamorfismo regional asociado a la compresión tectónica de los sedimentos clásticos a causa de movimientos isostáticos de la corteza terrestre, presumiblemente a razón del levantamiento de la cordillera de los Andes hace unos cuarenta millones de años.
En la base del cerro El Morrachón es posible hallar chert y calizas de la formación aguardiente [cretácico]. Esta formación geológica es conocida por formarse en un ambiente marino mesopelágico a fines del mesozoico, por lo que es posible encontrar fósiles de aguas oceánicas medias y profundas, lo más comunes son: braquiópodos, bivalvos y ammonite en calizas ferruginosas de color negro y en calizas claras con una importante composición geoquímica- mineralógica de carbonato de calcio, sílice y fosfatos. Es común encontrar cristales de calcita, pirita en las calizas del mesozoico, selenita y yeso en las Ftanitas (chert) del cretácico.
El cerro el Morrachón es el núcleo de un plegamiento anticlinal que se extendía, hace 38 millones entre los actuales, cerro La Cuchilla, en el municipio Ayacucho y el Cerro cabeza de Vaca, en el municipio Lobatera. Con el transcurrir del tiempo, la erosión del material sedimentario, además del resquebrajamiento del antiguo plegamiento en dos fallas geológicas diferenciadas conformó la geomorfología actual que dió origen al valle intramontano de Lobatera, cuya vegetación semiárida se distingue de la vegetación de selva húmeda situada al norte, este y oeste del municipio ayacucho, por tanto, el área que rodea al cerro El Morrachón es un ecotono entre el bolson semiárido de Lobatera y las selva tropical humeda del sur del lago de Maracaibo.
La vegetación tropófila es común en el cerro, por tanto, está estrechamente asociado al bolsón semiárido de Lobatera. Los arbustos espinosos, líquenes secos sobre areniscas, además de arboles situados a las afueras del cerro da entender de que el área del cerro El Morrachón es el límite septentrional entre el bioma semiarido de lobatera y las selvas humedas del sur del lago de Maracaibo.
En la cima del cerro se encuentra pasto, que es utilizado por el ganado de fincas circunvecinas para pastoreo. El pasto no es endémico de América, fue traído por los españoles para alimentar rumiantes, equinos y bóvidos, por lo que el vegetal fue introducido en el cerro, posiblemente en épocas recientes.
Importancia arqueológica
Según hipótesis sugeridas por expertos en el área etnohistórica, el cerro El Morrachón (nombre dado por los habitantes mestizos de San Juan de Colón, no obstante, se desconoce el nombre originario colocado por los pueblos indígenas, antigüos habitantes de la meseta de San Juan de Colón) fue sitio de peregrinación y culto por parte de las etnias caribes y Arahuacas. Se presume que en la cima del cerro se realizaban rituales ancestrales asociados a una comunicación directa entre las figuras supraterrenales de la cosmovisión originaria y los Chamanes aborigenes. Según estas presunción el Cerro El Morrachón pudo ser una figura sagrada para los antiguos pueblos indígenas que habitaron la meseta de San Juan de Colón antes de la llegada de los españoles.
Después de la conquista española, el cerro fue desprovisto de su carácter sagrado por parte de los nuevos habitantes de origen mestizo. Los mestizos, generalmente reproductores de las lógicas religiosas cristianas heredadas de sus ancestros europeos despojaron al Cerro El Morrachón de su simbología mítica, lo cual lo convirtió en un cerro vistoso a la vista por su inusual forma de volcán, pero sin el importante valor religioso dado por Caribes y Arahuacos.
En la base del cerro se han encontrado vestigios indígenas en propiedad privada de una familia del lugar. Estos hallazgos refuerzan la idea del valor sagrado de El Morrachón como símbolo místico para los pueblos originarios de la zona, no obstante, se necesitan estudios antropológicos y etnográficos que sustenten la hipótesis y confirmar, a través del método científico, la verificalidad del valor sagrado de El Morrachón para los antiguos habitantes aborigenes de lo que actualmente es el sur del municipio Ayacucho.
El cerro, periódicamente sufre de incendios ocasionados de forma natural en temporada seca o por la mano del hombre. La deforestación de bosques aledaños es un problema grave que amenaza no solo la disponiblidad de agua en los pocos riachuelos locales, sino la progresiva extinción local de los escasos mamíferos, reptiles, aves, Insectos y flora nativos de la zona. La alcaldía del municipio Ayacucho, a través de los años, no ha tomado en cuenta la importancia histórica, geológica, biológica y cultural de El Morrachón a pesar de que es un símbolo fundamental de la identidad ayacuchense.
La alcaldia del municipio Ayacucho debe crear una red logística a través de señalizaciones en las rutas que van desde San Juan de Colón- San Pedro del Río hasta el Cerro El Morrachón exponiendo en carteles de madera, el tipo de suelo, rocas fósiles hallados en el lugar (Historia geológica) tipo de ecosistema, fauna, flora e etnohistória de El Morrachón. Y además hacer llamados constante a cuidar de la naturaleza, de está manera educando a los senderistas, turistas y pobladores de la zona en materia de ambiente, conservación y preservación de ecosistemas y patrimonios culturales, en el caso del Municipio, el icónico Cerro El Morrachón.