Salvacañete
Salvacañete | ||||
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municipio de España | ||||
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Ubicación de Salvacañete en España | ||||
Ubicación de Salvacañete en la provincia de Cuenca | ||||
País | España | |||
• Com. autónoma | Castilla-La Mancha | |||
• Provincia | Cuenca | |||
Ubicación | 40°06′N 1°30′O / 40.1, -1.5 | |||
• Altitud | 1209 m | |||
Superficie | 120,28 km² | |||
Población | 315 hab. (2017) | |||
• Densidad | 2,62 hab./km² | |||
Código postal | 16... | |||
Alcalde (2007) | Vicente Giménez Garrido | |||
Sitio web | http://www.salvacanete.es/ | |||
Salvacañete es un municipio de España, en la provincia de Cuenca, comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Tiene una superficie de 120,28 km² con una población de 316 habitantes (INE 2013) y una densidad de 2,43 hab/km².
Demografía
La cifra de población del año 2013 se corresponde con los datos oficiales publicados por el INE.
Situación geográfica
Salvacañete, que pertenece dentro de las tres zonas naturales en las que se divide la provincia de Cuenca a la Serranía, es un pueblo de 120 kilómetros cuadrados, a 1.209 metros sobre el nivel del mar, y que hace límite con las provincias de Teruel y Valencia (en el Rincón de Ademuz). Existe un núcleo poblacional principal, Salvacañete, donde se dispone de los mínimos servicios disponibles, aunque Cañete (17 km), Cuenca (80 km) y Teruel (60 km) también están relativamente cerca. Dependiendo del núcleo se hallan varias aldeas, como La Hoya del Peral, El Masegar, Masegarejo, Casas Nuevas, La Hondonada, la Nogueruela, etc.
Comunicaciones
La principal vía de comunicación del pueblo es la carretera nacional N-420 (Tarragona-Córdoba), que enlaza el pueblo con Cuenca y Teruel. Por la población pasa una línea de autobuses (Autocares Sial), que puede trasladar a los lugareños a las capitales antes citadas una vez al día. Otras carreteras enlazan al pueblo con Albarracín por El Cañigral y con El Cubillo por Alcalá de la Vega.
Historia de Salvacañete
Aunque es de suponer el establecimiento o paso de antiguas civilizaciones prerromanas (lusones, beribraces y/u olcades) en el término de Salvacañete, los primeros restos constatables de presencia humana en la zona pertenecen a la época romana, de los que destaca el llamado Tesoro. Su descubrimiento se hizo público en 1.934, así como su composición: catorce denarios romanos, el más moderno fechado entre 100- 95 a. C.; dos dracmas de Arse y sesenta y tres denarios ibéricos. La fecha de su ocultación gira en torno al 95 a. C., época que se enclava en el periodo de levantamiento de los íberos (98-94 a. C.). Una parte de este hallazgo arqueológico está expuesto en el Museo Histórico Provincial. También en Salvacañete y junto a la ermita de la patrona (Virgen de Valdeoña) hay restos de una villa romana en la cual existe un mosaico con decoración de tipo geométrico.
Debe efectuarse un salto hasta la Edad Media para poder hallar referencias históricas relacionadas con Salvacañete. Según Trifón Muñoz Soliva, durante las numerosas incursiones del Cid Campeador contra las tropas sarracenas en su paso por Aragón hacia Valencia, objetivo claro de su conquista, llevó a cabo un pacto con su aliado Abu Mernan Huzeil de Aben Razin. Creyendo lo más conveniente efectuar su paso desde Toledo por estas tierras conquenses, edificaría una fortaleza en el pueblo de La Frontera, pasando desde este punto a Aragón por Beteta y Molina. Luego por Cañete y Castielfabib, que intentó reconstruir, para llegar a Valencia y cercar la ciudad del Turia. La ruta más lógica entre estos dos pueblos debe pasar obligatoriamente por el pueblo.
Documentalmente está probado que estaba considerado como aldea de Moya durante el siglo XV (1459), aunque con la constitución del marquesado de Moya en 1475 pasa a considerarse pueblo y formar parte del mismo:
"Comprendía el Marquesado de Moya los siguientes pueblos: Henarejos, Cardenete, Carboneras, San Martín de Boniches, Villar del Humo, Pajaroncillo, Campillos Sierra, Huerta y Laguna Marquesado, Zafrilla, Tejadillos, Salinas, Salvacañete, Boniches, Alcalá de la Vega, El Cubillo, Algarra, Garcimolina, Talayuelas, Aliaguilla, Narboneta, Garaballa, Campillos de Paravientos, Santa Cruz de Moya, Campalbo, Casas de Pedro Alonso, Santo Domingo y los Huertos".
No vuelve a cobrar importancia histórica Salvacañete hasta el siglo XIX, cuando la guerra de Independencia afecta a sus habitantes. En sus parajes actúa la cuadrilla del Tío Pedro frente al invasor francés, realizando numerosos ataques sorpresa a los ejércitos napoleónicos. Tras el final de esta contienda bélica, pululan por estos confines cuadrillas de antiguos guerrilleros, ahora bandoleros, de entre la que destaca la cuadrilla del Viejo, que hace estragos por la zona de la sierra de Teruel, el Maestrazgo y la Serranía conquense.
A partir de 1822 se adscribe definitamente al corregimiento o partido de Cañete. Durante las guerras carlistas, es el marco de algunas maniobras bélicas de importancia.
La historia más reciente de Salvacañete incluye los acontecimientos desarrollados durante el s. XX. Es a principios de este siglo cuando alcanza su cenit poblacional (1.641 habitantes); durante el segundo cuarto de siglo se constituye en territorio propicio para las actividades de los maquis de la Agrupación Guerrillera de Levante, debido a lo intrincado del terreno y a los numerosos caseríos y aldeas dispersos por su término.
Ya durante la segunda mitad del siglo padece uno de los fenómenos sociológicos más frecuentes del desarrollismo franquista: una gran parte de los lugareños en edad laboral parte hacia los grandes núcleos industriales (Barcelona, Valencia, Madrid) en búsqueda de un porvenir. A resultas de este hecho, la población desciende hasta el medio millar de habitantes durante los 70, situándose en las últimas décadas entre los 325 y 400 habitantes.
Hoy en día constituye un apacible lugar, que se convierte en destino estival de numerosos salvacañeteros que regresan durante las vacaciones laborales a la tierra que les vio nacer.
Etimología
Al referirse a la Virgen de la Zarza, patrona de Cañete, el licenciado D. José Julián Mayordomo comenta:
Sin embargo, cita la tradición, que la acusación de robo de la imagen por parte de la villa valenciana de Castiel-Fabit, que pertenece al obispado de Segorbe (Reino de Valencia), distante de Cañete a unas cinco leguas aproximadamente, determinó el acontecimiento de varios sucesos de carácter violento, entablándose una dura batalla entre los habitantes de una y otra población en el lugar llamado Fuentes Claras, donde lograrían vencer los cañeteros gracias a la valiosa colaboración de los vecinos del citado lugar, que desde entonces y en su honor a tal acontecimiento, pusieron el nombre de SALVACAÑETE.
Población
El número de habitantes según los últimos censos se sitúa sobre los 350, dando como densidad de población 2'5 hab/kilómetro cuadrado. El pueblo se vio inmerso en los flujos migratorios, decantándose los emigrantes hacia dos grandes urbes: Madrid y Barcelona, aunque Valencia también registra un buen número de nacidos en Salvacañete.
El habitat es rural ya que resulta un conjunto de formas y acciones vinculadas a la vida del campo. La forma del pueblo es la más idónea para la defensa. Comparte la estructura de gran parte de los pueblos castellanos: plaza central redonda en medio del pueblo, casas dispuestas en orden cerrado y contiguas, así como calles estrechas.
Hidrografía
El principal río de la población es el Cabriel, afluente importante del Júcar. Nace en la Muela de San Juan (provincia de Teruel), cerca de los ríos Tajo y Turia. A escasa distancia de su nacimiento, y en una zona montañosa forma pequeños valles de fuerte pendiente, en uno de los cuales está enclavada una aldea de Salvacañete conocida como El Vallecillo. A su paso por la población, yendo encajado entre piedemontes, su corriente es bastante rápida.
Economía
Aunque en la actualidad se ha iniciado con relativo éxito el sector hostelero, la principal fuente de recursos del pueblo siguen siendo las labores tradicionales: agricultura y ganadería, aunque también existe una consolidada industria forestal (serrería).
Enlaces externos
- SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. "Tiempo de trashumancia", último libro de Mariano López Marín, en: [1]