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Diferencia entre revisiones de «Abrazo de Acatempan»

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Revisión del 20:45 17 jul 2007

Abrazo de Acatempan, pintado por Hesiquio Iriarte

El Abrazo de Acatempan es un suceso de la Historia de México, que ocurrió el 10 de febrero de 1821 [1]​, en el que participaron Agustín de Iturbide, comandante en jefe del ejército del Virreinato de Nueva España, (gobernado entonces por Juan Ruiz de Apodaca) y Vicente Guerrero jefe de las fuerzas que peleaban por la Independencia de México. Este abrazo marcó la reconciliación entre las fuerzas virreinales (integradas mayoritariamente por criollos [2]​) y el ejército insurgente.

Antecedentes

Desde el fusilamiento de José María Morelos (líder insurgente entre 1811 y 1815, sucesor de Hidalgo) el 22 de diciembre de 1815, las tropas insurgentes se dispersaron por el Virreinato, y la lucha se convirtió en una guerra de guerrillas. Combatían Guadalupe Victoria en la sierra de Veracruz y Vicente Guerrero en las montañas de la Sierra Madre del Sur.

Al ser relevado Felix María Calleja como virrey en septiembre de 1816, tomó el cargo el capitán general de Cuba, un marino: Juan Ruiz de Apodaca.

Apodaca implementó una política distinta a la de sus predecesores: Venegas y Calleja. Creó el indulto, que le fue concedido a la mayoría de los líderes insurgentes, como Nicolás Bravo e Ignacio López Rayón. Sólo se negaron a acogerse a esta política: Pedro Moreno, Guerrero, Victoria, Andrés Quintana Roo y Leona Vicario. Gracias a esta política, la Nueva España vivió casi tranquilamente hasta finales de 1819.

El 1 de enero de 1820 en Las Cabezas de San Juan (Andalucía, España) el coronel Rafael de Riego se levantó en armas, proclamando que el rey Fernando VII debía jurar la Constitución de Cádiz, que las Cortes Generales proclamaron en 1812. El 26 de mayo el intendente de la provincia de Veracruz, José Dávila proclamó la Constitución de Cádiz. Apodaca hizo lo mismo en la capital el 31 de mayo, provocando con ello protestas y motines.

En México esta noticia tomó por sorpresa a los novohispanos. Se temía que se suprimieran los privilegios del clero y del ejército, y que una nueva época liberal llegara al país. Los criollos, acaudillados por el inquisidor general Matías de Monteagudo y por Apodaca, se reunieron en la Iglesia de la Profesa, y ahí conspiraron y resolvieron separarse de España.

Cuando Guerrero se enteró de la situación, intentó convencer al coronel José Gabriel de Armijo, comandante realista en el sur, de unirse a su movimiento. Armijo permaneció leal al gobierno español. Guerrero intentó nuevamente persuadirlo a través de una carta fechada el 17 de agosto, que le fue enviada a Armijo con el coronel Carlos Moya. [3]

El 9 de noviembre renunció Armijo, comandante de las operaciones en el sur del país, por diferencias habidas con el virrey Apodaca, quien lo transfirió a Sevilla de inmediato[4]​.

Guadalupe Victoria, por otra parte, se ocultaba en las cuevas de la sierra de Veracruz. De este modo, el frente permanecía tranquilo, pero la captura del líder guerrillero se antojaba casi imposible.

Apodaca, por consejo de Monteagudo, nombró a Iturbide como reemplazo de Armijo, y el 16 de noviembre Iturbide salió de la Ciudad de México y estableció su cuartel general en Teloloapan. Llevaba consigo doce mil pesos oro. [5]

El Abrazo

Iturbide empezó a planificar sus acciones militares, con la intención de destruir a las fuerzas insurgentes. Sus primeros combates resultaron desastrosos, pues fue derrotado en prácticamente todas las batallas. Se dio cuenta que Guerrero y sus hombres conocían como nadie las montañas del Sur, y que en ese terreno sería casi imposible derrotarlos. Comprendió entonces que la Independencia "sólo se lograría si los militares insurgentes se aliaran con las fuerzas que militamos bajo las órdenes del Rey", como había dicho a un subordinado tras sufrir su única derrota, en el fuerte del Cóporo. [6]

Iturbide empleó pues, una nueva estratagema: escribió a Guerrero pidiéndole que se retirara de la lucha, que el gobierno respetaría su cargo militar y le concedería el indulto. Guerrero se negó terminantemente. Entonces Apodaca envió al padre de Guerrero al campo de batalla para suplicarle que aceptara el indulto. Ante esta situación, Guerrero pronunció su frase más conocida: "La Patria es primero".

Iturbide fue derrotado nuevamente en enero de 1821, por lo que consideró la posibilidad de una entrevista con Guerrero. Le envió una carta, fechada el 25 de enero, en la que le solicitaba una entrevista y le exponía los puntos de su programa político, posteriormente recogido en el Plan de Iguala.

El encuentro se realizó en la población de Acatempan, el 10 de febrero, ante las tropas de Iturbide y de Guerrero. Según el relato de Lorenzo de Zavala, se entabló un breve diálogo entre ambos caudillos, tras el cual se produjo el abrazo. [7]

Lucas Alamán desmiente esta versión. Según él, Iturbide no logró inspirar suficiente confianza en Guerrero, y éste envió en su lugar al teniente José Figueroa, quien estaba facultado por Guerrero para arreglar todas las las condiciones. [8]

Consecuencias

Archivo:Bandera de Iturbide.gif
Bandera del Ejército Trigarante

El 24 de febrero Iturbide proclamó su Plan de las Tres Garantías en Iguala, donde surgió el Ejército Trigarante, que se encargó de marchar por todo el país difundiendo el Plan de Iguala. También, en esa fecha, el sastre José Magdaleno Ocampo, entregó a Iturbide el pendón trigarante, que había sido confeccionado por encargo del coronel. Ahora se celebra ese día como el Día de la Bandera, y a la Bandera Trigarante se le considera el primer pendón de la época independiente.

Poco después, Apodaca fue relevado como virrey y en su lugar llegó Juan O'Donojú, quien sería el último virrey. Iturbide se entrevistó con él en Córdoba, el 24 de agosto, y le hizo ver que la causa hispánica ya estaba perdida y que tenían pocos (menos de la décima parte del ejército) de su lado. O'Donojú comprendió y se suscribieron los Tratados de Córdoba, que dieron fin a la Guerra de Independencia y que reconocían la soberanía de México. [9]

Finalmente, el 27 de septiembre el Ejército Trigarante, con Iturbide a la cabeza, hizo su entrada triunfal a la Ciudad de México.

Notas

  1. Historia de la Consumación de la Independencia
  2. México a través de los siglos 1889
  3. Historia de México, Ediciones Castillo
  4. Carta de renuncia del coronel Armijo, 9 de noviembre de 1820
  5. Historia Ilustrada de México Vol.1
  6. Los presidentes de México 2001
  7. Lorenzo de Zavala Ensayo Histórico de las revoluciones de México tomo I, págs. 91 y 92
  8. Lucas Alamán Historia de México, tomo V, pág. 92.
  9. Aunque los Tratados de Córdoba reconocían la Independencia, España no lo hizo hasta 1836 con el tratado de Santa María Calatrava

Bibliografía

  • VELÁZQUEZ, Rogelio (2000). «Historia de México». Ciudad de México: Editorial Castillo. 970-20-0019-X. 
  • NIETO LÓPEZ, José de Jesús (1998). «Historia 3». Ciudad de México: Editorial Castillo. 970-642-214-5. 
  • FUENTES MARES, José (1984). «Historia Ilustrada de México». Ciudad de México: Editorial Océano. 968-491-045-2. 
  • ROSAS, Alejandro (2001). «Los presidentes de México». Ciudad de México: Planeta. 970-690-507-3. 
  • ZÁRATE, Julio (1889). «MÉXICO A TRAVÉS DE LOS SIGLOS». Ciudad de México: Editorial Cumbre. 

Enlaces externos