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Diferencia entre revisiones de «Guerra Fría»

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Semanas después de la recepción del "Telegrama Largo", el primer ministro británico [[Winston Churchill]] pronunció su famoso discurso sobre el [[Telón de Acero]] en una [[Universidad de Misuri]].<ref>Gaddis 2005, p. 94</ref> El discurso trataba de promover una alianza anglo-estadounidense contra los soviéticos a los que acusó de haber creado un "telón de acero" desde [[Stettin]], en el [[Báltico]], a [[Trieste]], en el [[Adriático]].<ref>{{Cita web|url=http://www.winstonchurchill.org/i4a/pages/index.cfm?pageid=711|título=Churchill and...Politics: The True Meaning of the Iron Curtain Speech|autor=Harriman, Pamela C.|fechaacceso=22-6-2008|editorial=Winston Churchill Centre|fecha=Winter 1987–1988}}</ref>
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== La doctrina Truman (1945-1953) ==
== De la Teoría de la Contención a la Guerra de Corea (1947-1953) ==
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Hacia 1947, los consejeros del presidente estadounidense [[Harry S. Truman]] le urgieron a tomar acciones para contrarrestar la creciente influencia de la [[Unión Soviética]], citando los esfuerzos de [[Stalin]] para desestabilizar los Estados Unidos y azuzar las rivalidades entre los países capitalistas con el fin de provocar una nueva guerra.<ref>Gaddis 2005, p. 27</ref>
Hacia 1947, los consejeros del presidente estadounidense [[Harry S. Truman]] le urgieron a tomar acciones para contrarrestar la creciente influencia de la [[Unión Soviética]], citando los esfuerzos de [[Stalin]] para desestabilizar los Estados Unidos y azuzar las rivalidades entre los países capitalistas con el fin de provocar una nueva guerra.<ref>Gaddis 2005, p. 27</ref>

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Mapa del mundo en Guerra Fría en 1959, en tonos de rojo la URSS y su demás aliados comunistas, y en los tonos de azul y verdoso la OTAN y su aliados capitalistas.
Mapa del mundo en Guerra Fría en 1980, en tonos de rojo los aliados de la URSS y otros países comunistas y en tonos de azul la OTAN y su aliados capitalistas, los puntos rojos significan guerrillas comunistas y los puntos azules guerrillas anti-comunistas.

Se denomina Guerra Fría al enfrentamiento ideológico que tuvo lugar durante el siglo XX, desde 1945 (fin de la Segunda Guerra Mundial) hasta el fin de la URSS y la caída del comunismo que se dio entre 1989 (Caída del Muro de Berlín) y 1991 (golpe de estado en la URSS), entre los bloques occidental-capitalista, liderado por Estados Unidos, y oriental-comunista, liderado por la Unión Soviética. Este enfrentamiento tuvo lugar a los niveles político, ideológico, económico, tecnológico, militar e informativo. Ninguno de los dos bloques tomó nunca acciones directas contra el otro, razón por la que se denominó al conflicto "guerra fría". Estas dos potencias se limitaron el pico actual como "ejes" influyentes de poder en el contexto internacional, y a la cooperación económica y militar con los países aliados o satélites de uno de los bloques contra los del otro. Si bien estos enfrentamientos no llegaron a desencadenar una guerra mundial, la entidad y la gravedad de los conflictos económicos, políticos e ideológicos comprometidos, marcaron significativamente gran parte de la historia de la segunda mitad del siglo XX. Las dos superpotencias deseaban implantar su modelo de gobierno en todo el planeta. Los límites temporales del enfrentamiento se ubican entre 1945 y 1947 (fin de la Segunda Guerra Mundial y fin de la posguerra respectivamente) hasta 1985 (inicio de la Perestroika) y 1991 (disolución de la Unión Soviética).

Origen del término

En el sentido específico de señalar las tensiones geopolíticas entre la Unión Soviética y Estados Unidos, el término "Guerra Fría" ha sido atribuido al financista estadounidense y consejero presidencial Bernard Baruch.[1]​ El 16 de abril de 1947, Baruch dio un discurso en el que dijo "No nos engañemos: estamos inmersos en una guerra fría".[2]​ El término fue también popularizado por el columnista Walter Lippmann con la edición en 1947 de un libro titulado "Guerra Fría".[3]

Antecedentes

Tropas estadounidenses en Vladivostok, en agosto de 1918, durante la intervención estadounidense en la Guerra Civil Rusa

Existe un cierto desacuerdo sobre cuándo comenzó exactamente la Guerra Fría. Mientras que la mayoría de historiadores sostienen que empezó nada más acabar la II Guerra Mundial, otros sostienen que los inicios de la Guerra Fría se remontan al final de la I Guerra Mundial, en las tensiones que se produjeron entre el Imperio ruso, por un lado, y el Imperio Británico y los Estados Unidos por el otro.[4]​ El choque ideológico entre comunismo y capitalismo comenzó en 1917, tras el triunfo de la Revolución rusa, de la que Rusia emergió como el primer país comunista. Éste fue uno de los primeros eventos que provocó erosiones considerables en las relaciones ruso-estadounidenses.[4]

Algunos eventos previos al final de I Guerra Mundial fomentaron las sospechas y recelos entre soviéticos y estadounidenses: la idea bolchevique de que el capitalismo debía ser derribado por la fuerza para ser reemplazado por un sistema comunista,[5]​ la retirada rusa de la I Guerra Mundial tras la firma del Tratado de Brest-Litovsk con el Segundo Reich, la intervención estadounidense en apoyo del Movimiento Blanco durante la Guerra Civil Rusa y el rechazo estadounidense a reconocer diplomáticamente a la Unión Soviética hasta 1933.[6]​ Junto a estos, diferentes eventos durante el periodo de entreguerras agudizaron las sospechas: la firma del Tratado de Rapallo y del Pacto germano-soviético de no agresión son dos notables ejemplos.[7]

La II Guerra Mundial y la posguerra (1939-1947)

Los ""Tres Grandes"" durante la Conferencia de Yalta, Winston Churchill, Franklin D. Roosevelt y Joseph Stalin

Durante la guerra, los soviéticos sospechaban que británicos y estadounidenses habían optado por dejar a los rusos el grueso del esfuerzo bélico, y forjar una unión contra los soviéticos (Operación Impensable) una vez que la guerra estuviera decidida a favor de los aliados, para forzar a la URSS a firmar un tratado de paz ventajoso para los intereses occidentales. Estas sospechas minaron las relaciones entre los aliados durante la II Guerra Mundial.[8]

Los aliados no estaban de acuerdo con cómo deberían dibujarse las fronteras europeas tras la guerra.[9]​ El modelo estadounidenses de "estabilidad" se basaba en la instauración de gobiernos y mercados económicos parecidos al estadounidense, y la creencia de que los países así gobernados acudirían a organizaciones internacionales (como la entonces futura ONU) para arreglar sus diferencias.[10]

Sin embargo, los soviéticos creían que la estabilidad habría de basarse en la integridad de la propias fronteras de la Unión Soviética.[11]​ Este razonamiento nace de la experiencia histórica de los rusos, que habían sido invadidos desde el Oeste durante los últimos 150 años.[12]​ El daño sin precedentes infringido a la URSS durante la invasión nazi (alrededor de 27 millones de muertos y una destrucción generalizada y casi total del territorio invadido[13]​) conminó a los líderes moscovitas a asegurarse de que el nuevo orden europeo posibilitara la existencia a largo plazo del régimen soviético, y que este objetivo solo podría conseguirse mediante la eliminación de cualquier gobierno hostil a lo largo de la frontera occidental soviética, y el control directo o indirecto de los países limítrofes a esta frontera, para evitar la aparición de fuerzas hostiles en estos países.[9]

Las Conferencias

Durante la Conferencia de Yalta, en febrero de 1945, los aliados trataron de crear un marco sobre el que trabajar en la reconstrucción de la Europa de la posguerra, pero no se llegó a ningún consenso.[14]​ Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa, los soviéticos ocuparon "de facto" las zonas de la Europa del Este que habían defendido, mientras que las fuerzas estadounidenses y sus aliados se mantenían en la Europa Occidental. En el caso de la Alemania ocupada, se crearon las zonas de ocupación aliada en Alemania y una difusa organización cuatripartita compartida con franceses y británicos. Para el mantenimiento de la paz mundial, los aliados crearon las Naciones Unidas, pero su capacidad de actuación estaba limitada por el Consejo de Seguridad, en el que las potencias victoriosas de la II Guerra Mundial se aseguraron el poder de vetar aquellas acciones contrarias a sus intereses.[15]​ La ONU se convirtió así durante sus primeros años en un foro donde las potencias se enzarzaban en luchas retóricas, y que los soviéticos utilizaban con fines propagandísticos.[16]

En la Conferencia de Potsdam, iniciada a finales de julio de 1945, emergieron las primeras diferencias relevantes acerca de Alemania y la Europa del Este;[17]​ Los participantes de la conferencia no ocultaron sus antipatías, y el uso de un leguaje belicoso confirmó las intenciones mutuamente hostiles que defendían cada vez con más ahínco.[18]​ Durante esta conferencia, Truman informó a Stalin de que los Estados Unidos habían creado una nueva arma. Stalin, que ya estaba al tanto de los avances estadounidenses en el desarrollo de la bomba atómica, expresó su deseo de que aquella nueva arma fuera usada contra Japón.[19]​ Una semana después de finalizar la conferencia, los Estados Unidos lanzaron la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki.

El Telón de Acero

En febrero de 1946, George Kennan escribió desde Moscú el conocido como Telegrama Largo, en el que se apoyaba una política de inflexibilidad con los soviéticos, y que se convertiría en una de las teorías básicas de los estadounidenses durante el resto de la Guerra Fría.[20]​ En septiembre de ese mismo año, los soviéticos respondieron con otro telegrama firmado por Nóvikov, aunque "co-escrito" con Viacheslav Mólotov; en este telegrama se sostenía que Estados Unidos usaba su monopolio en el mundo capitalista para desarrollar una capacidad militar que creara las condiciones para la consecución de la supremacía mundial a través de una nueva guerra.[21]

Semanas después de la recepción del "Telegrama Largo", el primer ministro británico Winston Churchill pronunció su famoso discurso sobre el Telón de Acero en una Universidad de Misuri.[22]​ El discurso trataba de promover una alianza anglo-estadounidense contra los soviéticos a los que acusó de haber creado un "telón de acero" desde Stettin, en el Báltico, a Trieste, en el Adriático.[23]

De la Teoría de la Contención a la Guerra de Corea (1947-1953)

Hacia 1947, los consejeros del presidente estadounidense Harry S. Truman le urgieron a tomar acciones para contrarrestar la creciente influencia de la Unión Soviética, citando los esfuerzos de Stalin para desestabilizar los Estados Unidos y azuzar las rivalidades entre los países capitalistas con el fin de provocar una nueva guerra.[24]

En Asia, el ejército comunista chino había ocupado Manchuria durante el último mes de la II Guerra Mundial, y se preparaba para invadir la península coreana más allá del paralelo 38.[25]​ Finalmente, el ejército comunista de Mao Zedong, aunque fue poco receptivo a la escasa ayuda soviética, consiguió derrotar al pro-occidental ejército nacionalista chino (Kuomintang), apoyado por Estados Unidos.[26]

Europa

Desde finales de la década de los '40, la Unión Soviética consiguió instaurar gobiernos marioneta en Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumanía y Alemania Oriental, lo que le permitió mantener una fuerte presencia militar en estos países.[27]​ En febrero de 1947, el gobierno británico anunció que no podía seguir financiando al régimen militar griego contra los insurgentes comunistas en el contexto de la Guerra Civil Griega. El gobierno estadounidense puso en práctica por primera vez la Teoría de la Contención,[28]​ que tenía como objetivo frenar la expansión comunista, especialmente en Europa. Truman enmarcó esta teoría dentro de la Doctrina Truman, dada a conocer a través de un discurso del presidente en el que se definía el conflicto entre capitalistas y comunistas como una lucha entre "pueblos libres" y "regímenes totalitarios".[28]​ Aunque los comunistas griegos fueron apoyados principalmente por el dirigente comunista yugoslavo Josip Broz Tito, los Estados Unidos acusaron a los soviéticos de tratar de derrocar al régimen griego para expandir la influencia soviética.

El Plan Marshall en Europa. Las columnas indican la cantidad relativa de ayuda recibida.

El Plan Marshall

En Estados Unidos se extendió la idea de que el equilibrio de poder en Europa no se alcanzaría sólo por la defensa militar del territorio, sino que también se necesitaba atajar los problemas políticos y económicos para evitar la caída de Europa Occidental en manos comunistas.[27]​ A raíz de estas ideas, en junio del 47, la Doctrina Truman sería complementada con la creación del Plan Marshall, un plan de ayudas económicas destinado a la reconstrucción de los sistemas político-económicos de los países europeos y, mediante el afianzamiento de las estructuras económicas capitalistas y el desarrollo de las democracias parlamentarias, frenar el posible acceso al poder de partidos comunistas en las democracias occidentales europeas (como en Francia o Italia).[29]

Alianzas económicas en Europa (1949-1989)

Stalin vio en el Plan Marshall una táctica estadounidense para mermar el control soviético sobre Europa Oriental. Creyó que la integración económica de ambos bloques permitiría a los países bajo órbita soviética escapar del control de Moscú, y que el Plan no era más que una manera que tenían los EE. UU. para "comprar" a los países europeos.[30]​ Por lo tanto, Stalin prohibió a los países de la Europa Oriental participar en el Plan Marshall. A modo de remiendo, Moscú creó una serie de subsidios y canales de comercio conocidos primero como el Plan Molotov, que poco después se desarrollaría dentro del COMECON.[6]​ Stalin también se mostró muy crítico con el Plan Marshall porque temía que dichas ayudas provocaran un rearme de Alemania, que fue una de sus mayores preocupaciones respecto al futuro de Alemania tras la guerra.

El Bloqueo de Berlín

En 1948, y como represaria por los esfuerzos de los occidentales por reconstruir la economía alemana, Stalin cerró las vías terrestres de acceso a Berlín Oeste, imposibilitando la llegada de materiales y otros suministros a la ciudad.[31]​ Este hecho, conocido como el Bloqueo de Berlín, precipitó una de las mayores crisis de principios de la Guerra Fría. Ambos bandos usaron este bloqueo con fines propagandísticos: los soviéticos para denunciar el supuesto rearme a Alemania favorecido por Estados Unidos, y los estadounidenses para explotar su imagen de benefactores, —como en la llamada Operación Little Vittles, donde los aviones que contrarrestaban el bloqueo de Berlín lanzaron dulces entre los niños berlineses—

El puente aéreo organizado por los aliados, destinado a proveer de suministros al bloqueado sector occidental de la ciudad, superó todas las previsiones, desbaratando los presupuestos soviéticos de una rendición del sector occidental ante el oriental por falta de suministros. Finalmente el bloqueo se levantó pacíficamente.

En julio, el presidente Truman anula el Plan Morgenthau, una serie de proposiciones acordadas con los soviéticos tras el fin de la guerra, que imponía severas condiciones a la reconstrucción alemana (entre ellas, la prohibición explícita de que los EE. UU. facilitaran ayudas a la reconstrucción del sistema económico alemán). Este plan fue sustituido por una nueva directiva (llamada JSC 1779) mucho más benévola con la reconstrucción alemana, y que enfatizaba la necesidad de crear una Alemania económicamente fuerte y estable para conseguir la prosperidad en toda Europa.[32]

Alianzas militares en Europa (1949-1989)

Cominform

En septiembre los soviéticos crean el Cominform, una organización cuyo propósito era mantener la ortodoxia ideológica comunista dentro del movimiento comunista internacional. En la práctica, se convirtió en un mecanismo de control sobre las políticas de los estados satélite soviéticos, coordinando el ideario y las acciones de los partidos comunistas del Bloque del Este.[30]​ El Cominform tuvo que hacer frente a una inesperada oposición cuando, en Junio del siguiente año, la ruptura Tito-Stalin obligó a expulsar a Yugoslavia de la organización, que mantuvo un gobierno comunista pero se identificó como un país neutral dentro de la Guerra Fría.[33]​ Junto con el Cominform, la policía secreta soviética, el NKVD, se ocupaba de mantener una red de espionaje en los países satélite bajo el pretexto de acabar con elementos anticomunistas.[34]​ El NKVD (y sus sucesores) acabaron por convertirse en organizaciones parapoliciales encargadas de sesgar cualquier intento de alejarse de la órbita de Moscú y la ortodoxia soviético-comunista.[35]

La OTAN

En abril de 1949 se constituye la OTAN, con lo que los Estados Unidos tomaron formalmente la responsabilidad de defender la Europa Occidental.[34]​ En Agosto de ese año, la URSS detona su primera bomba atómica.[6]

En mayo de 1949, se establece la República Federal Alemana como producto de la fusión de las zonas de ocupación aliada.[17]​ Como réplica, en octubre de ese año, los soviéticos proclaman su zona de ocupación como la República Democrática Alemana.[17]​ Desde el inicio de la existencia de la RFA, Estados Unidos ayuda a su desarrollo militar. Para evitar que la RFA acabe por convertirse en miembro de la OTAN, el primer ministro soviético, Lavrenti Beria, propone fusionar ambos países en una sola Alemania que se mantendría neutral.[36]​ La proposición no salió adelante y en 1955 se admite a la RFA como miembro de la OTAN.[17]

Asia

Dentro de esta estrategia de generalización de la "contención", el teatro de operaciones se amplió de Europa a Asia, África y América Latina, con la intención de detener los movimientos revolucionarios, muchas veces financiados desde la URSS, como ocurría en el caso de las ex-colonias europeas del Sudeste Asiático.[37]​ A principios de la década de los '50, los EE. UU. formalizaron alianzas militares con Japón, Australia, Nueva Zelanda, Tailandia y las Filipinas (alianzas englobadas en el ANZUS y el SEATO), garantizando a Estados Unidos una serie de bases militares a lo largo de la costa asiática del Pacífico.[17]

Guerra Civil China

En 1949, el Ejército Rojo de Mao Zedong se proclama vencedor de la Guerra Civil China tras derrotar a los nacionalistas del Kuomintang, que contaban con el respaldo de Estados Unidos. Inmediatamente, la Unión Soviética establece una alianza con los vencedores, que habían creado un nuevo estado comunista con la denominación de República Popular China.[38]​ Al coincidir en el tiempo la Revolución China con la pérdida del monopolio atómico de Estados Unidos (tras el inesperado éxito del RDS-1), la administración del presidente Truman trató de generalizar la Teoría de la Contención.[6]​ En un documento secreto fechado en 1950 (conocido como el NSC-68)[39]​ la administración Truman proponía reforzar los sistemas de alianzas pro-occidentales y cuadruplicar los gastos en Defensa.[6]

Guerra de Corea

Una de las aplicaciones más evidentes de la Teoría de la Contención se produjo tras el estallido de la Guerra de Corea. Debido a que uno de los acuerdos tácitos de la Guerra Fría se basaba en la lucha de ambos bloques a través de guerras proxy, en donde los ejércitos soviéticos y estadounidenses nunca se enfrentarían directamente, Stalin se vio sorprendido por la participación de tropas estadounidenses en la defensa de Corea del Sur, que había sido invadida por los comunistas de Corea del Norte;[6]​este despliegue militar había sido aprobado por las Naciones Unidas, ya que la Unión Soviética no pudo ejercer su derecho a veto al estar boicoteando la ONU por su negativa a aceptar que el gobierno representativo del estado chino (y por lo tanto, el ocupante legítimo del asiento chino en el Consejo de Seguridad) era la China comunista en vez del derrotado gobierno pro-occidental de Taiwan.[40]

Una vez hubo estallado la guerra, Stalin insistió en mantenerla a toda costa. A finales de 1952 la guerra había alcanzado una situación de estancamiento, y a pesar de las directrices de Stalin, chinos y norcoreanos se preparaban para su final. El alto el fuego se aprobó en julio de 1953, una vez que Stalin había fallecido.[17]

La carrera al abismo: del aumento de las tensiones a la Crisis de Cuba (1953-1962)

En 1953 se produjeron cambios en el liderazgo político de ambos bandos, que dieron comienzo a una nueva fase en la Guerra Fría.[41]​ en enero de 1953, Dwight D. Eisenhower fue investido presidente de EE. UU. Durante los últimos meses de la administración Truman, el presupuesto para Defensa se había cuadruplicado; Eisenhower pretendió reducir el gasto militar apoyándose en la superioridad nuclear estadounidense y en una gestión más efectiva de las situaciones provocadas por la Guerra Fría.[6]

En marzo, muere Stalin, y Nikita Jrushchov se convierte en el nuevo líder de la URSS, tras haber depuesto y ejecutado al jefe de la NKVD, Lavrenti Beria, y finalmente al apartar del poder a Georgy Malenkov y Vyacheslav Molotov. El 25 de febrero de 1956, Khruschev impresionó a los delegados del XX Congreso del PCUS al denunciar los crímenes cometidos por Stalin durante su discurso Acerca del culto a la personalidad y sus consecuencias. En el discurso se sostenía que la única manera de conseguir una reforma exitosa era siendo conscientes de los errores cometidos en el pasado apartándose de las políticas llevadas a cabo por Stalin.[41]

Ruptura Chino-Soviética

Tras el cambio de líder en la Unión Soviética se produjeron numerosas fricciones con algunos de los aliados soviéticos más proclives al estalinismo o a la figura de Stalin. La más notable de estas discrepancias entre estados comunistas se plasmó en la ruptura de la alianza Chino-Soviética. Mao Tse Tung defendió la figura de Stalin tras las muerte de éste en 1953, y describió a Khrushchev como un arribista superficial, acusándolo de haber perdido el perfil revolucionario del Estado.[42]

Khrushchev se obcecó en reconstruir la alianza Chino-Soviética, pero Mao consideró que sus propuestas eran inútiles y descartó cualquier tipo de proposición.[42]​ Chinos y soviéticos comenzaron un despliegue propagandístico dentro de la propia esfera comunista[43]​ que acabaría convirtiéndose en una lucha por el liderazgo del movimiento comunista internacional[44]​ hasta llegar tres años más tarde al enfrentamiento militar directo en la frontera que ambas potencias compartían.[45]

Aumento de las tensiones

El 18 de noviembre de 1956, durante un discurso frente a embajadores del bloque occidental en la embajada de Polonia, Khrushchev pronunció unas polémicas palabras que impresionaron a los presentes: Os guste o no, la Historia está de nuestro lado. ¡Os enterraremos![46]​ Sin embargo, posteriormente aclaró que no se refería a la posibilidad de una guerra nuclear, sino a la inevitabilidad histórica de la victoria del comunismo sobre el capitalismo.[47]

El Secretario de Estado de Eisenhower, John Foster Dulles, inició un nuevo giro en la Teoría de la Contención al enfatizar en el posible uso de armas nucleares contra los enemigos de EE. UU.[41]​ Agregó al discurso clásico de la "contención" un nuevo punto de apoyo al anunciar la posibilidad de una "represalia masiva", haciendo entender que cualquier agresión soviética sería respondida con todos los medios necesarios. Esta nueva teoría se puso en práctica durante la Crisis de Suez, donde la superioridad nuclear de Estados Unidos, junto con la amenaza de usarla, retrajo a los soviéticos de comenzar una batalla abierta contra intereses estadounidenses.[6]

Desde 1957 hasta 1961, Khrushchev mostró abiertamente su confianza en la superioridad nuclear de la Unión Soviética. Afirmaba que la capacidad misilística de la URSS era muy superior a la de Estados Unidos, y que sus misiles podrían alcanzar cualquier ciudad estadounidense o europea. Sin embargo, Khrushchev rechazaba la visión de Stalin de una guerra inevitable y declaró que su intención era abrir una nueva época de coexistencia pacífica.[48]​ Khrushcev trató de reformular la idea soviético-staliniana, según la cual la lucha de clases a nivel mundial provocaría inevitablemente una gran guerra entre proletarios y capitalistas cuyo resultado final sería el triunfo del Comunismo; Khrushchev arguyó que la guerra era evitable, pues durante el tiempo de paz el capitalismo se colapsaría por sí mismo,[49]​ mientras que la paz dejaba tiempo y recursos disponibles para mejorar la capacidad económico-militar de la URSS.[50]​ Los EE. UU. se defendían mostrando su capacidad militar fuera de sus fronteras y el éxito de capitalismo liberal en todo el mundo.[51]​ Sin embargo, y a pesar del discurso de Kennedy que caracterizó a la Guerra Fría como una "lucha por las mentes de los hombres" entre dos sistemas de organización social, a mediados de la década de 1960 la lucha ideológica había quedado apartada frente a los objetivos geopolíticos de carácter militar y económico.[52]

Mapa de los firmantes del Pacto de Varsovia

Estancamiento de la situación en Europa

Aunque ciertamente hubo una cierta relajación de las tensiones tras la muerte de Stalin en 1953, la situación en Europa seguía siendo incómoda, con ambos bandos fuertemente armados pero sin movimientos aparentes.[53]​ Las tropas estadounidenses seguían apostadas indefinidamente en Alemania del Este y las tropas soviéticas seguían apostadas indefididamente por toda Europa del Este.

Para contrarrestar el rearmamento de Alemania Occidental tras su entrada en la OTAN, los países de la órbita soviética sellaron una alianza militar conocida como el Pacto de Varsovia en 1955; sin embargo, este moviento fue más político que estratégico, pues la URSS ya había construido una red de defensa mutua con todos sus satélites antes incluso de que se formara la OTAN en 1949.[54]

Así, el "status quo" de Europa se mantuvo inalterado. Los soviéticos reprimeron la Revolución Húngara de 1956[55]​ sin que ninguna de las potencias occidentales tratara de movilizar su ejército contra la invasión del Pacto de Varsovia en suelo húngaro. Igualmente, la ciudad de Berlín continuó divida y disputada.[56]

Berlín

Durante noviembre de 1958, Khrushchev trató de desmilitarizar la ciudad de Berlín. Planteó a estadounidenses, británicos y franceses abandonar sus respectivas zonas de ocupación bajo la amenaza de transferir el control de los accesos de las potencias occidentales a la Alemania Oriental (lo que significaría el aislamiento del sector occidental de Berlín). La OTAN rechazó el ultimátum y a mediados de Diciembre, Khrushchev abandonó la idea a cambio de una conferencia en Ginebra para dilucidar la cuestión berlinesa.[57]

Tanques soviéticos enfrentados a tanques estadounidenses en el Checkpoint Charlie,durante la crisis de 1961

La última gran crisis de la ciudad se vivió en 1961. Desde primeros de la década de los 50, la URSS y después sus estados satélite comenzaron a restringir fuertemente los movimientos migratorios.[58]​ A pesar de ello, cientos de miles de alemanes orientales conseguían emigrar a Alemania Occidental a través del agujero en la frontera que existía en la ciudad de Berlín, donde la circulación entre sectores orientales y occidentales era libre, creando así un trampolín para la emigración a Europa Occidental.[59]

Esta facilidad provocó una masiva fuga de cerebros de Alemania Oriental hacia Alemania Occidental de jóvenes cualificados: en 1961, el 20% de la población activa en territorio oriental había emigrado a occidente.[60]​ En Julio de ese año, la Unión Soviética volvió a plantear como ultimátum el abandono de la ciudad de todas las potencias ocupantes y la devolución de las zonas ocupadas de Berlín Occidental a Alemania Oriental, con lo que el agujero fronterizo sería eliminado.[61]​ Las potencias occidentales hicieron caso omiso del ultimátum.

Dos meses después del ultimátum soviético, Alemania Oriental comenzó la construcción de una barrera de cemento y alambre que separaba físicamente ambas zonas de la ciudad berlinesa, impidiendo la libre circulación entre las zonas oriental y occidental. La barrera fue creciendo hasta convertirse en el Muro de Berlín.[62]

La Descolonización

Aprovechando la aceleración de la descolonización durante la década de 1950 y primeros años de 1960, tanto EE. UU. como la Unión Soviética compitieron por aumentar su influencia en los países descolonizados.[63]​ Además, desde el punto de vista soviético, la desaparición de los grandes imperios coloniales era una señal inequívoca de la victoria de la ideología comunista.[64]​ Los movimientos nacionalistas en algunos países (especialmente en Guatemala, Irán, Filipinas e Indochina) fueron iniciados o apoyados en muchos casos por grupos comunistas autóctonos —o, equivocadamente, fue la idea más extendida entre los aliados Occidentales.[41]

En este contexto, los EE. UU. usaron a la CIA para derrocar a ciertos gobiernos y favorecer a otros.[41]​ La CIA tuvo un papel clave en el derrocamiento de países sospechos de ser pro-comunistas, como en el caso del primer gobierno electo democráticamente en Irán (Operación Ajax) en 1953 y la caída de Jacobo Arbenz Guzmán tras el Golpe de 1954 en Guatemala.[39]​ A su vez, EE. UU. trató de ayudar a gobiernos amigos con ayuda económica y militar, como en el caso de Vietnam del Sur.

La mayoría de naciones y gobiernos surgidos tras la descolonización en Asia, África y América Latina trataron de zafarse de la presión de elegir el bando pro-capitalista o pro-comunista. En 1955, durante la Conferencia de Bandung, decenas de países del Tercer Mundo acordaron mantenerse al margen de la dinámica de la Guerra Fría.[65]​ Este consenso se plasmó en la creación del Movimiento de Países No Alineados en 1961.[41]​ Como resultado de la aparición de un nuevo factor en la Guerra Fría, estadounidenses y soviéticos moderaron sus políticas y trataron de acercarse a estos nuevos países neutrales (sobre todo en caso de países clave como India o Egipto) de una manera menos agresiva que la sostenida hasta entonces. Los movimientos nacionalistas e independentistas consiguieron así crear un nuevo escenario más plural, superando la confrontación bipolar de la postguerra, y crearon las bases para las reivindicaciones nacionalistas en Asia y América Latina.[6]

Carrera armamentística

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, las dos potencias vencedoras disponían de una enorme variedad de armas, muchas de ellas desarrolladas durante el conflicto. Tanques, aviones, submarinos y otros navíos de guerra constituían las llamadas armas convencionales. No obstante, la desigualdad resultaba patente, o por lo menos eso les parecía a los estadistas. Antes de la Segunda Guerra Mundial, la URSS contaba con el mismo número de carros de combate que el resto de las naciones juntas, y superaba en aviones al conjunto de todas las demás fuerzas aéreas.[66]​ Después del conflicto, la diferencia numérica no era tan abrumadora, pero aún resultaba ostentosa. Sin embargo, su flota no podía competir en condiciones de igualdad con la de Estados Unidos. Tras la Batalla de Midway quedó demostrada la importancia del avión y el portaaviones en los conflictos marítimos. La armada soviética disponía de muchos menos barcos de este tipo que la estadounidense, y además, sus naves eran de menor tamaño, y no disponían de cubierta corrida para operar dos aeronaves simultáneamente, por lo que su inferioridad resultaba manifiesta.[67]

Para la URSS, más problemático aún que la falta de portaaviones era la falta de una red mundial de bases de aprovisionamiento abiertas durante todo el año. Mientras que Estados Unidos podía atracar sus buques en Nápoles, Rota, Hawái, Filipinas y muchos otros puertos más, la Unión Soviética no podía sacar sus barcos de puertos propios durante varios meses al año, pues sus puertos o estaban helados o podían ser fácilmente bloqueados por los aliados. Era el caso de la flota del Mar Negro, que debía atravesar los 35 kilómetros del estrecho del Bósforo, que Turquía podía bloquear fácilmente.

En la aviación convencional, tanto en número como en calidad, los cazas y bombarderos soviéticos no solo estaban a la altura, sino por encima de los occidentales. Pese a que el Pentágono siempre afirmaba poseer aparatos superiores a los de cualquier otro país, los enfrentamientos vividos durante la Guerra de Vietnam, y posteriormente en la Guerra de la Frontera demostraron la igualdad, cuando no la superioridad, de los aviones soviéticos.

Número de cabezas nucleares de ambas superpotencias. Observése la abrupta la abrupta escalada alrededor de la década de 1960

Pero eran las denominadas armas no convencionales las que llamaban poderosamente la atención: más poderosas, eficientes, difíciles de fabricar, y extremamente caras. La principal de estas armas era la bomba atómica. Al principio de la Guerra fría solo EE. UU. disponía de estas armas, lo que aumentaba significativamente su poder bélico. La Unión Soviética inició su propio programa de investigaciones para producir también tales bombas, algo que consiguió en cuatro años; relativo poco tiempo, ayudándose de espionaje. En un principio Estados Unidos centró sus investigaciones en perfeccionar el vector que transportara las bombas (misil o bombardero estratégico); pero fue cuando se supo que Moscú había detonado su primera bomba nuclear de fisión cuando se dio luz verde al proyecto para fabricar la bomba de hidrógeno, arma que no tiene límite de potencia conocido. Esto se logró en 1952, y la URSS la obtuvo al año siguiente.[68]​ Pese a que la carrera iba muy pareja en el plano cualitativo no era lo mismo en el cuantitativo: contradiciendo a la preocupación occidental de aquella época, el ciudadano estadounidense y miembro del Instituto Thomas Watson, Sergéi Jrushchov afirma que en tiempo de la Crisis de los misiles de Cuba el poder nuclear estadounidense superaba al oriental en 10 veces o más[69]

Esta carrera armamentística fue promovida por el llamado Equilibro de Terror, según el cual, la potencia que se colocase al frente en la producción de armas provocaría un desequilibrio en el escenario internacional: si una de ellas tuviera mayor número de armas, sería capaz de destruir a la otra. No obstante, ya en el siglo XXI fuentes como The Times consideran que el esfuerzo soviético no se encaminó a superar al otro adversario, sino a alcanzarlo para, seguidamente, obligarlo a poner en práctica una estrategia defensiva no ofensiva (arrebatarle cuantos aliados pudiese conseguir).De esta misma opinión es Sergéi Jrushchov, quien afirma que la carrera estaba sólo en la mente de los occidentales, porque para los soviéticos se trataba de ir incrementando su arsenal y perfeccionando sus vectores (misiles, bombarderos y submarinos) según sus posibilidades, porque no podía igualar o superar a occidente.[69]​ Esta desproporción parecen confirmarla hechos como que los misiles intercontinentales (ICBM) sólo comenzaron a estar a la altura de los estadounidenses, en lo que a operatividad y fiabilidad se refiere, hacia finales de los setenta. Tampoco los submarinos nucleares parecían poder medirse con los occidentales, como prueba la gran cantidad de accidentes que padecieron[70]

Carrera Espacial

El lanzamiento del Sputnik 1 marcó el inicio de la carrera espacial. El cohete que lo puso en órbita era una versión modificada de un misil ICBM

La carrera espacial se puede definir como una subdivisión del conflicto no declarado entre Estados Unidos y la Unión Soviética en el ámbito espacial. En 1957, los rusos lanzaron el Sputnik, primer artefacto humano capaz de alcanzar el espacio y orbitar el Planeta. En Noviembre de ese mismo año, los rusos lanzan el Sputnik II, y dentro de la nave, el primer ser vivo sale al espacio: una perra Kudriavka, de nombre Laika, que murió a las 7 horas de salir de la átmosfera.

Tras las misiones Sputnik, los Estados Unidos entraron en la carrera lanzando el Explorer I en 1958, pero la Unión Soviética consigue dar un paso gigantesco, al conseguir lanzar en 1961 la nave Vostok 1, tripulada por Yuri Gagarin, el primer ser humano en ir al espacio y regresar sano y salvo.

Fue entonces cuando la rivalidad aumentó hasta tal punto que el propio presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, prometió enviar estadounidenses a la Luna antes del fin de la década. Los soviéticos se dispusieron a vencer a los estadounidenses: las misiones Zond debían llevar humanos para orbitar la Luna, pero debido a fallos técnicos sólo consiguieron enviar misiones no tripuladas: Zond 5 y Zond 6 en 1968. Los Estados Unidos, por su parte, consiguieron enviar la misión tripulada Apolo 8, en la Navidad de 1968.

El próximo paso sería posarse en la superficie de la Luna. La misión Apolo 11 consiguió realizar con éxito su tarea y Amstrong y Edwin Aldrin se convirtieron así en los primeros humanos en caminar sobre otro cuerpo celeste. Más tarde vendrían las misiones Apolo 12, 14, 15, 16 y 17 que repitieron la hazaña, llevando hasta un total de 12 personas hasta la superficie lunar hasta que en 1972, con el Apolo 17, el proyecto se dio por finalizado por falta de presupuesto; las misiones inicialmente previstas Apolo 18, 19 y 20 fueron canceladas.

Crisis de los misiles de Cuba

Las fotografías tomadas por los aviones U-2 demostraron la construcción de silos soviéticos en suelo cubano

Al triunfar la Revolución cubana en 1959, se da un verdadero giro en la historia de América Latina, pues el naciente proceso de nacionalizaciones y reforma agraria afecta gravemente los intereses norteamericanos en la isla que se habían asegurado con la Enmienda Platt en 1902, esto conduce a fuertes roces entre Cuba y Estados Unidos que desecandenan en la ruptura de relaciones diplomáticas y a la expulsión de Cuba de la OEA, debido al aislamiento del resto del hemisferio y el bloqueo económico, el país se convierte en un fuerte aliado de la URSS y el resto del bloque comunista, convirtiendose posteriormente en miembro del COMECON. Esta crisis llevó al mundo al borde de la guerra nuclear. Después del fracasado intento de invasión de la Bahía de Cochinos en abril de 1961. En 1962, la Unión Soviética fue descubierta construyendo 40 silos nucleares en Cuba. Según Jrushchov, la medida era puramente defensiva, para evitar que los Estados Unidos intentaran una nueva embestida contra los cubanos. Por otro lado, era sabido que los soviéticos querían realmente responder ante la instalación estadounidense de misiles Júpiter II en la ciudad de Esmirna, Turquía, que podrían ser usados para bombardear el sudoeste soviético.

Jrushchov envió navíos de carga y submarinos transportando armas atómicas hacia Cuba. Un avión espía descubrió las rampas de lanzamiento, y Estados Unidos ordenó el envío de navíos hacia Cuba.

El 22 de octubre de 1962, Estados Unidos interceptó los transportes soviéticos y ordenó cuarentena a la isla, posicionando navíos militares en el Mar Caribe y cerrando los contactos marítimos entre la Unión Soviética y Cuba. Kennedy dirigió un ultimátum a la URSS: demandó a la URSS que detuviera esos navíos bajo amenaza de emprender represalias masivas. Los soviéticos argumentaron que no entendían por qué Kennedy tomaba esta medida cuando varios misiles estadounidenses estaban instalados en territorios de países miembros de la OTAN contra los soviéticos, en distancias idénticas. Fidel Castro adujo que no había nada de ilegal en instalar misiles soviéticos en su territorio, y el primer ministro británico Harold Macmillan dijo no haber entendido por qué no fue propuesta siquiera la hipótesis de un acuerdo diplomático.

El 23 y 24 de octubre Jrushchov habría enviado mensaje a Kennedy, informando de sus intenciones pacíficas. El 26 de octubre informó que retiraría sus misiles de Cuba si Washington se comprometía a no invadir Cuba. Al día siguiente, pidió además la retirada de los misiles balísticos Júpiter de Turquía. Dos aviones espía estadounidenses U-2 fueron derribados en Cuba y Siberia el 27 de octubre, justo en el ápice de la crisis. Ese mismo día, los navíos mercantes soviéticos habían llegado al Caribe y trataban de atravesar el bloqueo. El 28 de octubre, Kennedy fue obligado a ceder a las peticiones y aceptó retirar los misiles de Turquía y no agredir a Cuba. Así, Nikita Jrushchov retiró sus misiles nucleares de la isla cubana.

Esta crisis dio nacimiento a un nuevo periodo: la distensión, señalada por la puesta en marcha del teléfono rojo -en realidad blanco-, línea directa entre Moscú y Washington, que aligeraría las comunicaciones en caso de otra crisis.

La Détente (1962-1979)

En el transcurso de las décadas de 1960 y 1970, las superpotencias tuvieron que gestionar un nuevo modelo de geopolítica, en el que el mundo dejó de estar claramente dividido en dos bloques antagónicos.[41]​ Europa y Japón se recuperaron rápidamente de la destrucción de la II Guerra Mundial y su renta per capita se acercaban a la de Estados Unidos. Mientras tanto, la economía del Bloque del Este entraba en un ciclo de estacamiento económico.[41][71]

A su vez, el Tercer Mundo conseguía alinearse como bloque independiente a través de organizaciones como el Movimiento de Países No Alineados y demostraron su fuerza de negociación con el papel fundamental que tuvo la OPEP durante la Crisis del petróleo de 1973.[72]

En la URSS, la gestión del los problemas económicos internos apartó la necesidad de extender la influencia soviética en el orden mundial.[41]​ Como consecuencia, líderes soviéticos como Alexey Kosygin y el propio Leonid Brezhnev apostaron por una relajación en las relaciones internacionales abriendo un nuevo período conocido como la distensión o détente.[41]

La Primavera de Praga y la invasión soviética de Checoslovaquia

La Primavera de Praga fue un corto periodo de liberalización política sucedido en Checoslovaquia durante el año 1968 que finalizó con la invasión soviética de Checoslovaquia. comenzó el 5 de enero de 1968, cuando el reformista Alexander Dubček accedió al poder y continuó hasta el 21 de agosto del mismo año, cuando los aliados del Pacto de Varsovia invadieron el país para frenar las reformas

Las reformas llevadas a cabo durante la Primavera de Praga estaban encaminadas a garantizar nuevos derechos (incluidos los derechos a libertad de expresión y a la libertad de movimientos) comenzar un proceso de descentralización económica y administrativa (dividiendo el país en dos federaciones, checa y eslovaca) y un proceso de democratización del Estado.

El proceso reformador no fue bien recibido en la URSS, que tras fracasar en las negociaciones diplomáticas, comenzó una invasión del país al mando de las tropas del Pacto de Varsovia. A pesar de la resistencia no-violenta de algunos sectores civiles, no hubo resistencia militar a la invasión, lo que contribuyó a evitar numerosas bajas en ambos bandos.

Tras la invasión, Dubček fue derrocado como presidente de Checoslovaquia y sus sucesores eliminaron la totalidad de las reformas.

Guerra de Vietnam

La Guerra de Vietnam (1955-1975) fue un conflicto armado extendido entre los estados de Vietnam, Laos y Camboya librada entre los comunistas de Vietnam del Norte y el gobierno pro-occidental de Vietnam del Sur

Los Estados Unidos entraron en la guerra para prevenir la victoria del alzamiento comunista en Vietnam del Sur. Los primeros asesores militares llegaron al país a principios de 1950 pero la mayor implicación estadounidense comenzó en la década de 1960, con el envío masivo de tropas que alcanzó su máximo en 1968. La victoria comunista tras la Ofensiva del Tet marcó la retirada de las tropas estadounidenses. La firma en 1973 de los Tratados de Paz de París (firmados por ambas partes y auspiciados por EEUU) no evitaron la continuación de la guerra, que sólo se pudo dar por finalizada en 1975, cuando las tropas norvietnamitas alcanzaron la capital survietnamita de Saigón. El país fue finalmente unificado bajo un gobierno comunista un año después. Poco después, tanto Camboya como Laos fueron conquistadas por movimientos comunistas.

Tensiones en el Tercer Mundo

Estados Unidos continuó su política de apoyo a los regímenes amigos del Tercer Mundo[73]​, a pesar del aumento de los conflictos en las regiones periféricas a sus intereses, siendo Guerra de Vietnam el cénit de la intervención estadounidense en pro de sus intereses.

Paralelamente a la Guerra de Vietnam, EE.UU. también intervino en la represión de la disidencia izquierdista (Operación Cóndor) en los países sudamericanos gobernados por dictadores derechistas —afines a sus intereses en la región— cuyos regímenes fueron tolerados como defensa ante los movimientos de oposición comunistas de la región (apoyados a su vez por la URSS o por Cuba).[74]

Además, Oriente Medio continuó siendo fuente de conflicto. Egipto, que a pesar de su teórica neutralidad, se convirtió en cliente preferencial de la URSS, se convirtió en un aliado incómodo para los soviéticos durante la Guerra de los Seis Días y la Guerra de Desgaste (1967) en los que Egipto, equipado y asesorado por los soviéticos, luchó contra Israel, fuertemente apoyado por los EE.UU.[75]​ La tensión encubierta que ambas potencias mantenía en la región terminó por estallar durante la Guerra del Yom Kippur (1973), en la que la amenaza de una intervención directa de la URSS en Oriente Medio obligó a los EE.UU. a movilización masiva sus fuerzas militares, poniendo en peligro la estrategia de la deténte[76]​ Estratégicamente, los conflictos en Oriente Medio abrieron una turbulenta fase de la Guerra Fría en el Tercer Mundo, en la que la URSS podía amenazar los intereses de EE.UU. basándose en la paridad nuclear que habían conseguido los soviéticos.


Los Tratados de No Proliferación

El Tratado de No Proliferación Nuclear fue un consenso para evitar la proliferación de armas nucleares, firmado el 1 de julio de 1968. Este consenso fue alcanzado por la necesidad de regular la incipiente escalada nuclear de diferentes países, puesto que la aparición de nuevos países nuclearmente armados reducía efectivamente la seguridad de todo el planeta, multiplicando el riesgo de accidentes o uso no autorizado de este tipo de armas, o su uso en conflictos locales que podrían ser globales a través del mecanismo de escalada nuclear. El TNPN fue el eje que sustentó una serie de acuerdos para reducir el peligro de una guerra nuclear entre las superpotencias. Los tratados sobre no proliferación más significativos de las décadas de los '60 y los '70 fueron:

  • 1968 - Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP): En primera instancia promovido por Irlanda, regulaba la posición de los Estados Unidos, la Unión Soviética, el Reino Unido, Francia y China como "Estados Nuclearmente Armados". El resto de países tenían prohibida la posesión, creación o adquisición de armas nucleares u otros artefactos nucleares.
  • 1972 - 1979 - Acuerdos SALT (SALT I y SALT II): Firmados por los Estados Unidos y la URSS tendentes a limitar la cantidad de armamento nuclear, y que prohibía los ensayos nucleares sobre tierra y en el mar.

Las razones para la distensión eran múltiples: Los Estados Unidos conocían dificultades financieras, y enfrentaban la Guerra de Vietnam. La URSS debía hacer frente a una producción agrícola estancada y necesitaba de ayuda económica exterior. La URSS soportaba la resistencia de la RPC (República Popular de China). La ruptura Chino-Soviética contribuyó a la instauración de una diplomacia triangular entre Washington, Moscú y Pekín.

Los dos grandes llevaron a cabo una lucha por instaurar su influencia en los países del tercer mundo. De 1964 a 1975, la Guerra de Vietnam los opuso indirectamente a través del Vietnam del norte comunista y del Vietnam del sur capitalista. En Oriente Medio se vivió la Invasión soviética de Afganistán en 1979.

Desde que en 1950, Robert Schuman, el ministro francés de origen alemán, pronunció su célebre declaración, ambos países son considerados como el motor de las Comunidades Europeas que ha dado origen a la Unión Europea.

En 1966, Charles de Gaulle, presidente de Francia, mantuvo sus ideales de nacionalismo francés y en contra de Estados Unidos, tomando distancia en relación a Estados Unidos, saliendo de la OTAN.

En 1969 Willy Brandt llegó a ser canciller de la RFA y se embarcó en una política de acercamiento al Este: la "Ostpolitik". Los dos estados alemanes se reconocieron mutuamente en 1972 y entraron a la ONU en 1973. El Muro de Berlín se volvía poco a poco más permeable.

El Tercer Mundo entra en escena

El Movimiento de los No-Alineados

Durante la guerra fría se vivieron distintos gobiernos en sudamérica apoyados directamente por Estados Unidos (La CIA), las dictaduras sudamericanas más recordadas y de más impacto son:

- Chile (1973) Golpe de Estado encabezado por Augusto Pinochet Ugarte contra el gobierno socialista de Salvador Allende Gossens, Pinochet gobernó hasta 1990.

- Argentina (1976) Golpe de Estado encabezado por Jorge Rafael Videla contra el gobierno demócrata de María Martínez de Perón (Isabelita), Videla gobernó hasta 1981.

- República Dominicana (1966) La imposición de Joaquin Balaguer como presidente por parte de los Estados Unidos en plena invasión del territorio dominicano.

Los No Alineados eran los países que estaban más preocupados por el crecimiento del marxismo en su país en vez de tener más atención al extranjero. Sin embargo, los países no alineados comenzaron carreras armamentistas para poder defenderse en caso de una Tercera Guerra Mundial.

La OAU

La OAU se fundó en mayo de 1963 en Etiopía, bajo este pensamiento y con el objetivo de promover la unidad, la coordinación y la cooperación entre las naciones africanas, defender la independencia y la soberanía y la integridad territorial, y destruir todo tipo de colonialismo adhiriéndose a la Carta de la ONU. Con los esfuerzos de 39 años, la OAU libró a Africa del colonialismo y convirtió la independencia y la liberación en realidad.

La OPEP y la Liga Árabe

La OPEP

La OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) constituye hoy una de las principales agrupaciones mundiales cuya acción determina en cierta manera el curso de los acontecimientos económicos de los países de Occidente. El control que ejerce sobre los precios del petróleo y la unidad que hasta el momento han tenido sus decisiones, la han convertido en un poderoso instrumento de defensa de los intereses de los países productores de petróleo.

La Liga Árabe

La Liga fue creada en El Cairo, en 1945, y sus países fundadores fueron Egipto, Irak, Líbano, Arabia Saudí, Siria, Transjordania (Jordania, a partir de 1950) y Yemen, a los que se unirían más tarde Argelia (1962), Bahréin (1971), Comores (1993), Yibuti (1977), Kuwait (1961), Libia (1953), Mauritania (1973), Marruecos (1958), Omán (1971), Qatar (1971), Somalia (1974), Yemen del Sur (1967), Sudán (1956), Tunicia (1958) y los Emiratos Árabes Unidos (1971). La Organización para la Liberación de Palestina fue admitida en 1976. Egipto dejó de pertenecer a la Liga en 1979 a raíz de la firma del tratado de paz con Israel, con lo que la sede de la organización fue trasladada de El Cairo (Egipto) a la ciudad de Túnez. En 1987 los líderes árabes decidieron restablecer los lazos diplomáticos con Egipto, que fue readmitido en 1989 y la sede de la Liga volvió a trasladarse a su lugar original.

Disensiones sociales en ambos bloques

La Primavera de Praga

Tumba de Alexander Dubček, líder de la Primavera de Praga.

Su principal impulsor fue Alexander Dubček, que bautizó a su sistema como Socialismo con rostro humano con el fin de retirar parte de la represión característica de estos regímenes, y ofrecer una alternativa válida al sistema soviético, pero siempre dentro del bloque comunista.

Fue un periodo en el que se intentó la liberalización política en Checoslovaquia. Duró desde el 5 de enero de 1968 hasta el 20 de agosto de ese mismo año, cuando el régimen, pese a no ser tan radical como el caso húngaro, fue depuesto tras la invasión del país por divisiones blindadas de la URSS y sus aliados en el Pacto de Varsovia, a excepción de Rumania. Las naciones de la OTAN no realizaron ninguna acción pese a las imágenes de los carros de combate y las llamadas de la radio checoslovaca.

Tras la invasión, el propio Dubček volvió a tomar el poder y a perseguir las disidencias, con la intención de que dicha persecución fuera lo más suave posible.

Mayo del 68

El "Mayo del 68" es el nombre dado a una serie de protestas estudiantiles y huelgas generales que provocaron la caída del gobierno de De Gaulle en Francia. La gran mayoría de los protestantes seguía ideologías de izquierdas, aunque las organizaciones políticas y sindicalistas de la izquierda tradicional trataron de distanciarse del movimiento. Las protestas se dirigieron especialmente al sistema educativo y laboral imperante.

Aunque el Mayo del 68 acabó por ser un relativo fracaso político, el impacto social fue muy importante. Espacialmente en Francia (y de manera menos evidente, en el resto del mundo occidental) la revuelta marcó el paso de una sociedad moralmente conservadora proveniente de aquellos que vivieron la II Guerra Mundial (basada en la religión, el patriotismo y el respeto por la autoridad) a una moral más liberal de la generación que nació tras la guerra (basada en la igualdad, la liberación sexual y el respeto por los derechos humanos)

Llamada también Segunda Guerra de Indochina y Guerra de Estados Unidos, fue un conflicto bélico que enfrentó entre 1958 y 1975 a los Estados de Vietnam del Sur y Vietnam del Norte, apoyados por sus respectivos aliados, y especialmente los Estados Unidos, que ayudaron directamente a los sudvietnamitas hasta su retirada en 1973, en el contexto general de la Guerra Fría.

Las facciones en conflicto fueron, por un lado, la República Democrática de Vietnam, con el apoyo de movimientos guerrilleros sudvietnamitas como el Viet Cong o Frente de Liberación Nacional (NLF, por sus siglas en inglés) y apoyo logístico soviético y chino. Por el otro lado, la República de Vietnam, con el apoyo militar y logístico de los Estados Unidos. En ayuda de los estadounidenses también participaron con tropas de combate Australia, Corea del Sur, Filipinas, Nueva Zelanda y Tailandia; mientras que Alemania, Irán, Marruecos, Reino Unido y Suiza contribuyeron con suministros, materiales y equipamiento médico. Otros contingentes testimoniales en apoyo de los EE. UU. fueron enviados por Taiwán y también España, que movilizó a un reducido grupo de médicos militares en misión sanitaria.

Tácticamente, la guerra se caracterizó por la ausencia de las tradicionales líneas de frente, salvo las que se establecían alrededor de los perímetros de las bases o campos militares, de manera que las operaciones se sucedieron en zonas no delimitadas, proliferando las misiones de guerra de guerrillas o de "búsqueda y destrucción", junto con acciones de sabotaje en las retaguardias de las áreas urbanas, el uso de la fuerza aérea para bombardeos masivos, y el empleo extensivo de agentes y armas químicas, constituyendo estos últimos flagrantes violaciones a diversas convenciones internacionales de guerra, que prohíben la utilización de armas químicas y biológicas.

La cobertura del conflicto realizada por los medios de comunicación permitió la denuncia de los frecuentes abusos de los derechos humanos y la brutalidad sobre la población civil por parte de los contendientes, alimentando la creciente oposición de la opinión pública internacional hacia la intervención estadounidense en particular.

Ante la contestación y división de la sociedad estadounidense, los acuerdos de paz de París en 1973 supusieron la retirada de las tropas estadounidenses y el cese de su intervención directa, pero no lograron poner fin al conflicto, que prosiguió hasta que en 1975, tras la toma de Saigón, se forzó la rendición incondicional de las tropas sudvietnamitas y la unificación del país, bajo el control del gobierno comunista de Vietnam del Norte, con el nombre de la República Socialista de Vietnam, el 2 de julio de 1976.

La guerra habría causado la muerte, según las fuentes, de entre 2 y 5,7 millones de personas, la mayoría de ellas civiles, y graves daños medioambientales.

Para los EE. UU. el conflicto resultó ser la confrontación más larga en la que participó el país desde su creación, y alimentó un sentimiento de derrota o “Síndrome de Vietnam” en muchos ciudadanos; sentimiento que se vio reflejado en el mundo cultural y la industria cinematográfica, así como en un repliegue en la política exterior hasta la llegada de Ronald Reagan, en 1980.

La Ruptura Chino-Soviética

Reagan y la reactivación de la Guerra Fría

Esferas de influencia global en 1959. En azul Estados Unidos y sus aliados, en azul claro se muestran las naciones que recibían ayuda de Estados Unidos. En rojo la Unión soviética y sus aliados. En celeste, las colonias europeas y en verde claro las naciones no alineadas. Estado de las relaciones mundiales en 1980.

En 1975 los Acuerdos de Helsinki fueron firmados por 33 estados europeos incluidos la URSS (así como por Canadá y Estados Unidos). Los acuerdos debían permitir la cooperación entre los estados, la libre circulación de las personas, y el respeto de los derechos humanos.

Perestroika y Glasnost

Hacia mediados de los años 1980 el modelo comunista de la Unión Soviética y sus satélites daba signos de colapso. Las crisis económicas internas eran disimuladas por el aparato oficial, pero el paquete de reformas emprendidas primero por Jrushchov y luego por sus predecesores habían destruido la economía soviética. En 1984, el entonces secretario general de la URSS, Mijaíl Gorbachov da comienzo a su política de Perestroika y de Glásnost, con la intención de que la apertura económica contribuyese a salvar el sistema y aliviase el enorme descontento social.

La Guerra de las Galaxias

Mientras, en Estados Unidos Ronald Reagan cambió la política militar en lo referente a la carrera armamentística. En lugar de aumentar el número de armas nucleares, se optó por crear nuevos misiles más precisos y potentes. También se decidió desarrollar una serie de escudos contra las armas nucleares enemigas, lo que suponía cambiar del ataque como único camino, a una defensa que dejara al enemigo sin armas de destrucción masiva. Para llevarlo a la práctica se destinó una colosal suma de dinero en dos frentes principales: por un lado la Iniciativa de Defensa Estratégica, más conocida como Guerra de las Galaxias, que desarrollaría nuevas tecnologías como el láser de rayos gamma o los misiles interceptadores. Por el otro se potenció la carrera espacial con la finalización del transbordador espacial, si bien es verdad que nunca se llegaron a igualar los presupuestos destinados a la NASA en tiempos del Programa Apolo.

Gorbachov y el fin de la Guerra Fría

Reagan y Gorbachov fueron protagonistas del fin de la Guerra Fría

Al pulso tecnológico lanzado por Reagan y seguido por George H. W. Bush, Gorbachov trató de responder con un escudo parecido y un nuevo paso en la carrera espacial donde el cohete Energía y la lanzadera Buran fueron sus máximos exponentes. Pero la superioridad de la economía estadounidense (la Administración Reagan gastó 3.000 millones de dólares solo en el desarrollo conceptual del escudo antimisil) y lo atrasado de la tecnología rusa (los gastos de utilización del Buran lo hacían prohibitivo y terminó como atracción en un parque de diversiones) hicieron los objetivos inalcanzables lesionando aún más la ya delicada situación económica soviética.

El descontento social en la URSS, arrastró al modelo socialista de Europa Oriental y a la vez obligó a reformas políticas que tuvieron como consecuencia la disolución de la Unión Soviética (1991), la desaparición del bloque soviético y el fin del enfrentamiento bipolar entre estadounidenses y rusos. Se dio inicio a un corto periodo de hegemonía global por parte de los Estados Unidos, inaugurado con la Guerra del Golfo (1991).

La guerra fría en otras latitudes

América Latina

La intervención estadounidense en la guerra fría se fraguó a través de apoyo político y económico a gobiernos militares de muchos países, contrarios a los procesos revolucionarios que apuntaban hacia el socialismo. Un ejemplo de esto lo encontramos en Guatemala, cuando por medio de una intervención de la CIA fue derrocado el presidente Jacobo Arbenz en 1954, interrumpiéndose así el proceso democratizador en Guatemala, e iniciándose un período de dictaduras militares que duraría hasta 1985. Otro ejemplo es el de Chile; con el gobierno de Salvador Allende, la Unidad Popular fue depuesta por el General Augusto Pinochet.

Del mismo modo, el intervencionismo del bloque oriental en asuntos latinoamericanos se produjo a través del apoyo a diversos grupos guerrilleros y armados en Bolivia, Colombia, Perú y otras naciones latinoamericanas. Este proceso se inició con el apoyo soviético al régimen socialista implantado por Castro en Cuba, quien a su vez dispensó apoyo a las guerrillas revolucionarias.

Sudeste asiático

(Cronología indicativa):

Guerra fría en África

A partir de 1975, las guerrillas comunistas toman el poder en los países recientemente independizados del antiguo imperio colonial portugués en África (Angola y Mozambique). Iniciaron acciones militares contra Sudáfrica con el apoyo del ejército cubano, que devinieron en auténticas batallas, especialmente en Namibia, ocupada por el régimen racista de Sudáfrica (Apartheid). A partir de 1976 en Etiopía, el ejército soviético y las fuerzas cubanas intervinieron contra movimientos opositores a la dictadura de Mengistu Haile Mariam. El ejército francés entabló acciones de desestabilización, como el salvamento de Kolwezi.

La guerra fría en la historiografía occidental

Hay tres períodos definidos en el estudio de la Guerra Fría en Occidente: tradicionalista, revisionista y post-revisionista. Durante más de una década tras del final de la Segunda Guerra Mundial, pocos historiadores estadounidenses discutieron la interpretación "tradicionalista" acerca del comienzo de la Guerra Fría; la que sostenía que la ruptura de las relaciones fue resultado directo de la violación de Stalin de los acuerdos de Yalta, la imposición de gobiernos adictos a Moscú en la devastada Europa Oriental, la intransigencia soviética y el agresivo expansionismo soviético.

Sin embargo, posteriormente los historiadores revisionistas, especialmente William Appleman Williams en su obra de 1959 The Tragedy of American Diplomacy y Walter LaFeber en su obra America, Russia, and the Cold War, 1945-1968 (1967), señalaron una preocupación pasada por alto: el interés estadounidense en mantener una "puerta abierta" para el comercio estadounidense en los mercados mundiales. Se ha señalado por los revisionistas que la política de contención estadounidense expresada en la Doctrina Truman era equivalente a un intento de culpar al otro. Se indicaba como fecha de inicio de la Guerra Fría a las explosiones nucleares de Hiroshima y Nagasaki, interpretando el uso de armas nucleares por parte de los Estados Unidos como una advertencia (o velada amenaza) dirigida a una Unión Soviética que estaba a punto de entrar en guerra contra el ya derrotado Japón. Pronto los historiadores perdieron interés en la pregunta sobre el responsable de la ruptura de las relaciones soviético-estadounidenses, para señalar que el conflicto entre las superpotencias era en cierto modo inevitable. Esta aproximación revisionista al fenómeno de la Guerra Fría alcanzó especial auge durante la Guerra de Vietnam, en la que muchos observaron a los Estados Unidos y la Unión Soviética como dos imperios moralmente comparables.

En los últimos años de la Guerra Fría se hicieron esfuerzos para llegar a una síntesis post-revisionista, y desde el final de la guerra fría, la escuela post-revisionista ha llegado a ser predominante. Entre los historiadores post-revisionistas más destacados encontramos a John Lewis Gaddis y Robert Grogin. Más que atribuir la responsabilidad del inicio de la guerra fría a alguna de las superpotencias de entonces, los historiadores post-revisionistas se centran en temas como la mutua desconfianza, las mutuas falsas percepciones y reactividades, y las responsabilidades compartidas entre las dos superpotencias. Tomando elementos de la escuela realista de las relaciones internacionales, los historiadores post-revisionistas aceptan la política estadounidense en Europa, como la ayuda a Grecia en 1947 y el Plan Marshall.

De acuerdo con esta síntesis, la actividad comunista no fue el origen de las dificultades en Europa, sino que fue una consecuencia de los destructivos efectos de la Guerra en la estructura económica, política y social de Europa. En este contexto, el Plan Marshall reconstruyó un sistema económico occidental, frustrando el llamamiento político al radicalismo izquierdista.

En Europa Occidental, la ayuda económica terminó con la escasez de divisas y estimulo la inversión privada para la reconstrucción de postguerra. En los Estados Unidos, el plan sacó a la economía de una crisis de superproducción, y mantuvo la demanda por las exportaciones estadounidenses. La OTAN sirvió para integrar a Europa Occidental en una red de pactos de mutua defensa. De este modo, proporcionó salvaguardas contra la subversión, o al menos la neutralidad en bloque. Rechazando la percepción del comunismo como un monolito internacional caracterizado por agresivas alusiones al "mundo libre", la escuela post-revisionista sostiene que la intervención de los Estados Unidos en Europa fue una reacción contra la inestabilidad que amenazaba con alterar el equilibrio de poder en favor de la Unión Soviética, modificando el sistema político y económico occidental.

Véase también

Referencias

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Bibliografía adicional

Enlaces externos