Lo postrero de la cláusula concluye, que ni aun una oveja sale del vacío del baptismo, de cuantas merecen que se les parezcan los dientes de la Iglesia; en lo cual solamente quiero ponderar la falta que hace un diente que se nos caya de la boca, que es el afeamiento de toda ella, pues es cierto que el diente, que falta de allí, vale nada en otra parte, y allí es muy echado de menos.Juan de Pineda. Diálogos familiares de la agricultura cristiana. Página 281. 1963.
Ejemplo:
Habiendo sido hermosísima, en su rostro no quedaban ya más que lástimas, y únicamente los ojos conservaban en su brillo y expresión algo de aquella belleza que se había despedido para no volver más. Este desastroso afeamiento era en parte remediado con los complicados afeites que se hacía, y las mil cosas que inventaba para disimular los estragos de su persona.Benito Pérez Galdós. La Sombra. Página 118. Editorial: LA CASE Books. 2003.
↑Desde 1999 se recomienda considerar siempre diptongo, a efectos de acentuación gráfica, la combinación entre vocales cerradas “átonas” (/iu/, /ui/), o entre vocales cerradas con vocales abiertas ambas “átonas” (/ua/, /ei/, /io/, etc.). Esta recomendación se transforma en prescripción a partir de la reforma ortográfica de 2010, por lo que muchas palabras que se podían escribir con hiato deberán escribirse en diptongo. No obstante, esto no implica una proscripción en la pronunciación. Más información.