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Poco ortodoxa (2020) Miniserie

Poco ortodoxa (Miniserie de TV)
52 min.
7,2
20.179
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Disponible en:
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Trailer (VO subtítulos en ESPAÑOL)
Premios
2020: Emmy: Mejor dirección. 4 nominaciones
2020: Globos de Oro: Nominada a mejor miniserie y mejor actriz (Shira Haas)
2020: Premios BAFTA TV: Nominada a mejor serie de TV - Internacional
2020: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores Programas de TV del año
2020: Sindicato de Productores (PGA): Nominada a mejor miniserie de TV
Hablemos de Yanke...
A través de flashbacks, la huida y el descubrimiento del nuevo mundo se entrelazan con los recuerdos de la vida en la comunidad. La serie deja ver las fiestas, los rezos, las normas, la convivencia familiar y el omnipresente trauma histórico que componen la cultura ortodoxa. Una cultura fuertemente jerarquizada, sumida en la ignorancia y con un férreo control sobre el acceso al conocimiento, donde la mujer adquiere un papel de madre sometida totalmente al hombre. Es una comunidad llena de dobleces y de dobles raseros.

Es cierto que Unorthodox no es la primera película de la historia sobre sectas opresoras. De hecho, puede que la serie no sea del todo novedosa en el ámbito audiovisual (aunque creo que lo es en cierto modo en el panorama seriófilo actual), pero es moderna y accesible y trata el tema con cierto frescor al situarse entre lo indie y la serie adolescente.

Su éxito viene indudablemente ligado a esta frescura, a su carismática actriz y a su acertada combinación de elementos. La serie mezcla ingredientes de las películas de aventura, del thriller, de las comedias romántica y del cine documental exótico y aplica a todo esto grandes dosis de empoderamiento. Esta mezcla funciona muy bien.

Pero para mí, hay algo más que distingue Unorthodox. Algo que ha despertado mi curiosidad y que creo que hace que merezca la pena verla. Ese algo es el marido de Esty, Yanke.

Lo curioso de Unorthodox es que, pese a las duras condiciones y las estrictas normas de la comunidad, pese a tener una condición de paria y de tener que pasar por un matrimonio concertado, Esty es en cierto modo “afortunada” (al menos si la comparamos con otros casos, como la esposa de Moishe o su propia madre). Desde el principio, Esty parece tener una buena conexión con su marido, que además no parece ser una mala persona. Yanke no es Moishe. Yanke es ingenuo, está enmadrado y es egoísta de una manera casi infantil, pero no parece tener un mal corazón. Aún así, él es el principal causante del sufrimiento de Esty. Los problemas de la pareja son nimios pero se acrecientan debido a la imposibilidad de comunicación y a las severas normas de la comunidad. Yanke acaba por convertirse en un perpetrador, pero es sin duda también víctima. Víctima de una sociedad patriarcal y opresiva que lo ha educado para sólo pensar en su ombligo, para ser un rey sin importar a quién haya que pisar y para someter por cualquier medio a su esposa. Para mí, la fuga de Esty es tanto un proceso de liberación para ella como lo es también de maduración y crecimiento para él.

En definitiva, Unorthodox es amena, corta y liberadora. Nos enseña que el machismo es dañino para hombres y mujeres y es, además, esperanzadora. Al fin y al cabo, no hay alambradas que separen Willensburg del resto de Nueva York. Unorthodox nos enseña que estas barreras están sólo en nuestras cabezas. Muy recomendada.

Más en: https://lasalaroja.wordpress.com/
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69 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
Unorthodox lo tiene todo para triunfar: ser una superproducción de la plataforma con más éxito en el mundo, tratar el fenómeno polémico de las creencias y la fe de una comunidad ultraortodoxa jasídica, basarse en una historia real y estar sublimemente interpretada. Pero no “solo” esto, también aporta aires renovados a las típicas producciones sobre comunidades ultrareligiosas: está escrita y dirigida por mujeres, interpretada en yiddish, con el feminismo como eje transversal, con una estética (a pesar de todo) moderna y en formato de miniserie. Con lo cual, se sitúa en el polo opuesto de los documentales soporíferos sobre judaísmo (u otros ismos). Reconozcámoslo, así no nos hubiera interesado. Por todo esto, Unorthodox es excelente.

Ahora bien, una vez inmersas en la sèrie y cuando ya ha bajado la curva de la gráfica del interés hacia “los otros”, cuando ya hemos aprendido de las costumbres y las hemos criticado desde nuestros ojos eurocéntricos narcisistas, orgullosa y falsamente antipatriarcales, ya podemos empatizar con los personajes como seres humanos. Como iguales, como personas hermanas y no como seres perversos de una colectivo maligno. Es entonces cuando no encontramos con la fenomenal Esty, con el marido sin personalidad con muchos mami issues, con la suegra mala malísima demasiado entrometida, con el primo ludópata que es la vergüenza familiar, con el marido borracho, etc. Además de con los temas transversales: los matrimonios como única opción de proyecto vital, la presión social por el embarazo, los maltratos, el placer femenino, cánones de belleza, etc. Con la ropa y el maquillaje parecía anacrónico.

Llegados a este punto, resulta interesantísimo y cautivador el proceso de crecimiento personal de la protagonista que va desde un lugar donde prima lo colectivo a través de la opresión y anulación de la persona como individuo, hacia un espacio de autonomía y libertad individual. Este proceso pasa por tres fases: la conciencia, la huida y la liberación.

La conciencia. La protagonista sabe, casi por intuición, que ella no encaja. Sus intereses naturales, sus inquietudes, su manera de observar el mundo, la sensibilidad hacia la belleza (musical, en su caso). Su esencia. Brillantemente representado en la escena en la que le rapan el pelo mientras llora (¿qué le están arrebatando aquí, a parte del pelo?) Ella lo siente y lo sufre, pero lo no comparte. Miedo.

La huida. El salto importante empieza cuando deja de sentirlo y pasa a exteriorizarlo. No sé si el efecto catártico que desencadena la huida lo produce la violación de la primera vez que la penetran (¿alguien ha podido contenerse las lágrimas aquí?) o del resultado de la prueba de embarazo (¿y aquí?). Pero claramente hay un punto de inflexión. Ella no encaja, lo sabe y, ahora sí, huye. Valentía.

La liberación. La liberación no empieza con la huida, pasa por un proceso de deconstrucción y de construcción personal, fuera de las rígidas normas jasídicas. Este proceso está representado a través de escenas preciosas como el baño en el lago, quitándose la peluca (deconstrucción), o el concierto en el conservatorio cantando una canción judía (construcción). Libertad.

La valentía de Esty no estaba en dejar físicamente su comunidad. Estaba en reconocerse como un ser independiente y autónomo, capaz de pensar y expresar. Capaz de ser, en esencia, sin pertenecer a nada ni nadie; llámale comunidad jasídica, llámale lo que quieras.
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23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
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