Custodia repartida (2025) Serie

Las cosas como son: a Javier Fesser o lo amas con locura o lo odias acérrimamente.
Yo soy de los que disfrutan de su forma de hacer cine (o serie en este caso), me encantan “El Milagro de P. Tinto” (1998), “La gran aventura de Mortadelo y Filemón” (2003), “Campeones” (2018) e “Historias lamentables” (2020) y ya con esta genialidad, salida de las mentes de Juanjo Moscardó Rius y María Mínguez, me ha terminado de conquistar. La serie me ha recordado inevitablemente a “Kramer vs. Kramer” (1979), la considero una suerte de actualización de la cinta de Meryl Streep y Dustin Hoffman.
A mí este tipo de historias, que son un reflejo de lo cotidiano, me encantan, especialmente si están tan bien hechas, tan conseguidas como esta. Personajes bien escritos y construidos, muy bien interpretados, una muy correcta mezcla de comedia y drama, y además toca muchos temas de rabiosa actualidad, ¡Joder!, si hasta le dan caña a la inteligencia artificial, leñe.
La serie la protagonizan unos afinados y estupendos Ricard Farré y Lorena López y tenemos de secundarios a la gran Adriana Ozores (estupenda), Francesc Orella (que además es un gran actor de doblaje, responsable de prestar su voz a Mark Strong en varias ocasiones), Aten Soria, Fernando Sansegundo, Cristina Alcázar y la aparición especial de Edu Soto. Pero la que se roba la serie cada vez que entra en escena es la pequeña Lucía de Gracia, interpretando a la adorable Cloe, es que es súper adorable la pitufina, de verdad, os va a conquistar, yo solo os aviso.
El score está compuesto por Rafael Arnau, colaborador habitual de Fesser, y entrega una muy buena composición. Yo, que me considero melómano, tengo que reconocer que el tema principal de la serie me ha parecido el arranque de alguna canción o de Supertramp o de Fleetwood Mac, tiene ese aire, al menos para mí.
La fotografía es responsabilidad de Ángel Amorós, que entrega un estupendo trabajo, muy agradecido a la vista, la verdad.
Puede considerarse un ligero spoiler, pero la serie termina con un claro “To be continued”, me ha gustado lo suficiente como para aceptar una segunda temporada, pero espero que no alarguen la historia más de la cuenta, porque está primera temporada es lo suficientemente buena y especial como para que lo estropeen todo alargándolo hasta límites ridículos y chichinabescos.
La recomiendo al 100%, muy, muy buena.

*Una separación que complica todo

La premisa de Custodia Repartida, aunque no especialmente novedosa, está bien ejecutada gracias a un guion que mezcla conflictos cotidianos con diálogos ingeniosos. Sin embargo, a medida que avanza, algunas tramas secundarias, particularmente las relacionadas con los abuelos, se sienten algo reiterativas, restando fuerza a la narrativa central.

El conflicto entre Cris y Diego, que pasa de ser una separación amistosa a una batalla más compleja, está bien desarrollado, mostrando cómo las frustraciones personales y las limitaciones económicas afectan incluso las mejores intenciones.

*Un enfoque dinámico y cercano

Javier Fesser imprime un estilo ágil y cálido que permite que Custodia Repartida fluya con facilidad, alternando momentos cómicos y escenas más reflexivas. El tono general logra mantener un equilibrio entre la ligereza y la exploración de los conflictos reales que surgen tras una separación.

Las interacciones familiares, particularmente en los hogares de los abuelos, están retratadas con un enfoque casi costumbrista, lo que añade autenticidad y conexión emocional. Sin embargo, algunas situaciones tienden a exagerarse, diluyendo el impacto de los momentos más genuinos.

*Un reparto que brilla en sus dinámicas familiares

Lorena López y Ricard Farré ofrecen interpretaciones sólidas como Cris y Diego, capturando tanto el lado cómico como el dramático de sus personajes. Su química funciona bien tanto en los momentos de tensión como en aquellos en los que intentan colaborar como padres.

El elenco secundario, compuesto por los abuelos, aporta gran parte del humor de Custodia Repartida. Las interacciones entre las generaciones están cargadas de energía y autenticidad, y cada actor logra destacar en su papel. Aunque los personajes secundarios no siempre tienen la profundidad que podrían, su carisma mantiene al espectador entretenido.

*Sencillez bien lograda

Visualmente, Custodia Repartida opta por un estilo limpio y funcional, con una paleta de colores cálidos que refuerzan el tono cercano y familiar. Los escenarios, que incluyen los hogares de los abuelos y los espacios laborales de Cris y Diego, están diseñados con cuidado para reflejar las personalidades de los personajes.

La música acompaña la narrativa de forma efectiva, con temas ligeros y optimistas que se ajustan al tono general de la serie. Aunque no es especialmente destacable, el diseño sonoro cumple con su función sin robar protagonismo.

*Conclusión

Custodia Repartida es una serie que, aunque no innova dentro del género de comedias familiares, logra entretener y ofrecer momentos de genuina emoción. Javier Fesser crea un relato que equilibra humor y drama, apoyado en un elenco sólido y dinámicas familiares que resultan fácilmente identificables para el espectador.

Ofrece una mirada entretenida y reflexiva sobre las complejidades de la separación y la convivencia familiar, aunque podría haber profundizado más en algunos de sus temas y personajes secundarios.

Escrito por Pablo Veiga Carpintero