- Sinopsis
- Durante el luto por la muerte de Enrique V, llegan noticias sobre las batallas en Francia. Juana de Arco lidera el ejército del Delfín contra las fuerzas inglesas. En Inglaterra, el Duque de York, decide enfrentarse abiertamente al Duque de Somerset para reclamar su derecho al trono. El reino se ve forzado a elegir rosas rojas o blancas, declarando su apoyo a la casa de Lancaster o a la de York. Así comienza la Guerra de las Rosas. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Histórico Siglo XV Secuela Episodio de TV
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2016 /
Reino Unido
- Título original:
- The Hollow Crown: Henry VI, Part 1
- Duración
- 111 min.
- Guion
- Música
- Fotografía
- Compañías
- Grupos
- La corona vacía Shakespeare: Enrique VI
Dejando de lado elecciones de casting curiosas, como la de Sophie Okonedo (una actriz de primerísimo nivel, pero ¿físicamente pega en esto? La verdad es que no, aunque en los tiempos que corren no sea políticamente decirlo), lo cierto es que el proyecto La corona vacía es maravilloso. Adaptar las obras históricas de Shakespeare nunca es tarea fácil, ya que son más densas y menos entretenidas para el gran público que Romeo y Julieta, Hamlet, Macbeth o El sueño de una noche de verano. Pero para eso está la BBC, siempre al rescate, para ofrecernos productos de esa elegancia que sólo los británicos saben tener cuando hacen este tipo de producciones.
Enrique VI Parte 1 no es sólo una excelente adaptación de la obra original del bardo de Stratford (sin abusar, además, del lirismo del verso), sino que también es una oba de exquisito buen gusto. Todos los departamentos técnicos brillan de forma excelsa, y en el reparto está parte de lo más granado de la actuación británica.
Una joya para todos los amantes de Shakespeare y del trabajo bien hecho con exquisitez británica. Puede que sea un poco larga, y su ritmo no siempre es el mejor, dadas las características de la historia que se está contando, pero el resultado final es más que notable.
Enrique VI Parte 1 no es sólo una excelente adaptación de la obra original del bardo de Stratford (sin abusar, además, del lirismo del verso), sino que también es una oba de exquisito buen gusto. Todos los departamentos técnicos brillan de forma excelsa, y en el reparto está parte de lo más granado de la actuación británica.
Una joya para todos los amantes de Shakespeare y del trabajo bien hecho con exquisitez británica. Puede que sea un poco larga, y su ritmo no siempre es el mejor, dadas las características de la historia que se está contando, pero el resultado final es más que notable.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
297/24(22/10/24) Interesante drama ‘shakesperiano’, perteneciente a la serie tv británica “The Hollow Crown”, primer episodio de la segunda temporada, basada en las obras de teatro Enrique VI, Parte 1 y Enrique VI, Parte 2 de William Shakespeare. Este episodio dirigido por Dominic Cooke, también adaptó el guion con Ben Power, tratándose de una de las adaptaciones menos fieles de "The Hollow Crown", hay omisiones o recortes en el texto que derivan en sensación de ir a empellones. Aborda un relato con efluvios a “Macbeth” por como una esposa actúa de instigador Pepito Grillo que manipula a su antojo al pusilánime monarca, aunque en este caso es en realidad traicionándolo, pues por detrás ella es manipulada por un cercano noble al Rey Protagonizan Tom Sturridge como el jerarca en cuestión Enrique VI, Sophie Okonedo como la reina (Lady Macbeth) Margarita y Adrian Dunbar como Ricardo de York. La adaptación presenta a Enrique VI en dos partes, incorporando las tres obras de Enrique VI. Es un acercamiento (con muchas libertades) al origen de la Guerra de las Rosas y las divisiones políticas se produjeron por debajo del rey Enrique. Enrique VI, parte 1, es la primera obra conocida de William Shakespeare, es la mirada a la raíz de como germinó el carismático antihéroe Ricardo III al poder del trono. Fue escrita en 1589 o 1590. Es una obra que adolece del genio que está por llegar en posteriores obras, carece del genio de los diálogos puntiagudos y mordaces de otras obras del bardo, están sus marcas en la deconstrucción de la nobleza como un sinfín de poseedores de lacras como conspiradores, gente sin escrúpulos, traidores, lujuriosos, ladinos, ambiciosos, codiciosos, asesinos, y más donde son escasos, pero haylos, virtudes como la lealtad, el amor puro, la dignidad o el orgullo.
Es un largometraje donde destacan buenos valores técnicos por cómo evocan el tiempo y lar, en los escenarios medievales de sus castillos e interiores (filmándose en el Castillo de Dover, el Castillo de Leeds y Penshurst Place), la en tonos pastelosos fotografía de patinados macilentos de Zac Nicholson (“Blak Moirror”), los campos de batalla (aunque falla y mucho con las chuscas escenas de batalla, redondeadas por el ridículo momento en que un padre y un hijo discuten en medio del enfrentamiento y ningún enemigo francés se acerca a ellos ¿?), el realista vestuario, la punzante música de Dan jones (“Dead Set”). Ello con un ritmo dinámico y ágil (quizás demasiado) que hace que la procedencia teatral del material no se note con el cambio de escenarios fluidos.
Enrique V muere joven y Francia se pierde, y un infante Enrique VI (Tom Sturridge) sube al trono inglés, bajo la protección del duque de Gloucester (Hugh Bonneville), su tío. Sin embargo, hay otros pretendientes al trono que conspiran para hacerse con la corona, especialmente porque Enrique VI es considerado débil. Plantagenet de York (Adrian Dunbar) y Somerset de Lancaster (Ben Miles) están enfrentados y su disputa provocará la Guerra de las Dos Rosas. Enrique VI no es consciente de las pretensiones rivales y quiere unir las facciones, pero sin darse cuenta siembra las semillas del descontento cuando descarta descuidadamente un pétalo de rosa blanca. Después de la muerte de Juana de Arco (Laura Frances Morgan), Somerset aconseja a Enrique VI que se case con una realeza francesa menor, Margarita de Anjou (Sophie Okonedo), para unir Inglaterra y Francia, pero no hay dote, lo que enfurece a la corte, especialmente al duque de Gloucester. Margarita está provocando tensiones en la corte, manipulando a su marido todo el tiempo en connivencia con Somerset, con quien también mantiene una aventura. Todo estallará cuando la esposa de Gloucester, Eleonor Cobham (Sally Hawkins) sea acusada de un delito.
Es una cinta con buenos momentos, pero ninguno perdurable. Tenemos una escena a la que se le podía haber sacado jugo y me queda regularmente recreada. Film que se atiene a ser un eslabón más de la cadena en esta serie, sin arriesgar, sin salirse de lo esperado. Donde el verdadero caramelo es para las actuaciones, Y en este caso no hay alguna que digas ‘menuda maravilla!’. El que más me ha gustado por el temple y fuerza sin estridencias que incrusta el actor es Hugh Bonneville, dotando de porte y reflexión a su rol, resto van de lo correcto (Miles, Dunbar o Hawkins) a lo histriónico (Tom Sturridge, que se pasa de pusilánime mindundi en sus gestos de apocado; o en la escasa pero marcada por lo sobreactuado de Laura Frances Morgan como una Juana de Arco cercana al esperpento en su visión de verla como una sádica ultra religiosa, visión ridiculízante de su enemigo inglés). Mención aparte merece la actriz de origen nigeriano Sophie Okonedo, que da una actuación vigorosa y ardiente, pero para mí es una barrera insalvable tener que ver a una mujer negra en este rol, me da grima este afán inclusivo. Ojo, como me parecen grimantes los actores blancos embetunados haciendo por ejemplo de Othello.
Es un largometraje donde destacan buenos valores técnicos por cómo evocan el tiempo y lar, en los escenarios medievales de sus castillos e interiores (filmándose en el Castillo de Dover, el Castillo de Leeds y Penshurst Place), la en tonos pastelosos fotografía de patinados macilentos de Zac Nicholson (“Blak Moirror”), los campos de batalla (aunque falla y mucho con las chuscas escenas de batalla, redondeadas por el ridículo momento en que un padre y un hijo discuten en medio del enfrentamiento y ningún enemigo francés se acerca a ellos ¿?), el realista vestuario, la punzante música de Dan jones (“Dead Set”). Ello con un ritmo dinámico y ágil (quizás demasiado) que hace que la procedencia teatral del material no se note con el cambio de escenarios fluidos.
Enrique V muere joven y Francia se pierde, y un infante Enrique VI (Tom Sturridge) sube al trono inglés, bajo la protección del duque de Gloucester (Hugh Bonneville), su tío. Sin embargo, hay otros pretendientes al trono que conspiran para hacerse con la corona, especialmente porque Enrique VI es considerado débil. Plantagenet de York (Adrian Dunbar) y Somerset de Lancaster (Ben Miles) están enfrentados y su disputa provocará la Guerra de las Dos Rosas. Enrique VI no es consciente de las pretensiones rivales y quiere unir las facciones, pero sin darse cuenta siembra las semillas del descontento cuando descarta descuidadamente un pétalo de rosa blanca. Después de la muerte de Juana de Arco (Laura Frances Morgan), Somerset aconseja a Enrique VI que se case con una realeza francesa menor, Margarita de Anjou (Sophie Okonedo), para unir Inglaterra y Francia, pero no hay dote, lo que enfurece a la corte, especialmente al duque de Gloucester. Margarita está provocando tensiones en la corte, manipulando a su marido todo el tiempo en connivencia con Somerset, con quien también mantiene una aventura. Todo estallará cuando la esposa de Gloucester, Eleonor Cobham (Sally Hawkins) sea acusada de un delito.
Es una cinta con buenos momentos, pero ninguno perdurable. Tenemos una escena a la que se le podía haber sacado jugo y me queda regularmente recreada. Film que se atiene a ser un eslabón más de la cadena en esta serie, sin arriesgar, sin salirse de lo esperado. Donde el verdadero caramelo es para las actuaciones, Y en este caso no hay alguna que digas ‘menuda maravilla!’. El que más me ha gustado por el temple y fuerza sin estridencias que incrusta el actor es Hugh Bonneville, dotando de porte y reflexión a su rol, resto van de lo correcto (Miles, Dunbar o Hawkins) a lo histriónico (Tom Sturridge, que se pasa de pusilánime mindundi en sus gestos de apocado; o en la escasa pero marcada por lo sobreactuado de Laura Frances Morgan como una Juana de Arco cercana al esperpento en su visión de verla como una sádica ultra religiosa, visión ridiculízante de su enemigo inglés). Mención aparte merece la actriz de origen nigeriano Sophie Okonedo, que da una actuación vigorosa y ardiente, pero para mí es una barrera insalvable tener que ver a una mujer negra en este rol, me da grima este afán inclusivo. Ojo, como me parecen grimantes los actores blancos embetunados haciendo por ejemplo de Othello.
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