Ilustración de Fernando Vicente |
Lady Hester Stanhope,
la reina del desierto
Lady Hester Stanhope pagó cara su vena satírica, aunque también podría decirse que a ella debió indirectamente su leyenda y su fama. El periodo más satisfactorio de su vida fue el de los años en que vivió y estuvo al frente de la casa de su tío William Pitt, primer ministro de Jorge lV. AI parecer se convirtió en alguien imprescindible, por su discutible belleza, su conversación tan brillante como abrumadora y su capacidad para organizar y amenizar cenas políticas de muy altos vuelos. Sin embargo su inclinación por la sátira le creó tantos enemigos que a la muerte de Pitt, en 1806, se encontró con un gran vacío a su alrededor, si bien con la bolsa bastante llena: el Estado le concedió una generosa pensión vitalicia, es de suponer que para compensar en la sobrina los desvelos patrióticos del muy leal tío.