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lunes, 11 de febrero de 2019

Rumbo a la Normandía de Proust


La playa de Houlgate, en Normandía (Francia)


Rumbo a la Normandía de Proust

Desde Illiers, el pueblo de la tía Léonie, hasta la playa de Cabourg, el Balbec de 'En busca del tiempo perdido', un viaje por los escenarios reales y literarios del gran escritor francés


LUISA CASTRO
31 AGO 2018 - 09:27 CEST

Llegué a Illiers desde París en tren, agotada, cansada, eso es todo lo que recuerdo. Pero no recuerdo ver la iglesia que Proust no se cansa de describir en el primer tomo de En busca del tiempo perdido. Mi alojamiento está al lado de la iglesia, de hecho, pero así es el mundo: cuanto más cerca, más lejos, y cuanto más pequeño, más inabarcable. Eso mismo debió de sentir Proust, una inmensidad tal en sus veranos de niño que solo recordarlo le llevó a emprender la hazaña más descomunal de la literatura del siglo XX. La dueña de mi bed & breakfast se ha encargado además de narrármelo todo tan anticipadamente por teléfono que podría ahorrarme todo el viaje y contarlo sin salir de mi habitación. Y esa es la tentación: tragarme las tres magdalenas que Laurence me ofrece y echarme a dormir. Pero me levanto, inspecciono mi cuarto y encuentro un libro de Baltasar Gracián: “Uno de los rasgos de la ignorancia es creer saber mucho”. Así que me pongo en marcha y me decido a salir.

miércoles, 23 de enero de 2019

Luisa Castro y Luis Muñoz /Dos poetas vuelven al verso tras una década de silencio


Luisa Castro en Santiago de Compostela. 

Luisa Castro y Luis Muñoz

Dos poetas vuelven al verso tras una década de silencio

Luisa Castro y Luis Muñoz acuden al rescate de la palabra con sus nuevos poemarios


JESÚS RUIZ MANTILLA
Madrid 20 ENE 2019 - 12:15 COT

Cuando Luis Muñoz publicó hace 12 años Querido silencio (Tusquets) pocos pensaron que se iba a tomar el título tan en serio. Más de una década después regresa con Vecindad (Visor), discreto y elocuente, con su poesía próxima, dispuesta a desentrañar y volver a rescatar palabras zarandeadas por el mal uso. Luisa Castro, por su parte, también anduvo de retiro. Amor mi señor fue su último libro de poemas en 2005, al que sigue ahora Actores vestidos de calle, también en Visor.

sábado, 29 de diciembre de 2001

Javier Cercas / Soldados de Salamina / Ilusión novelística



LOS MEJORES LIBROS DE 2001

Ilusión novelística y ejercicio de invención


J. Ernesto Ayala DIP
29 de diciembre de 2001

El secreto de la lejía
Luisa Castro (Planeta)
La escritora gallega Luisa Castro ha ideado un perfecto artefacto de ilusión novelística. El secreto de la lejía (novela que recomiendo por todo eso que tiene de fundamento en lo indirecto, en lo elíptico) es un ejemplo de narración en primera persona y lo es también por su sentido de la graduación psicológica (un lento y abismal camino hacia la locura) y el desarrollo, vertiginoso e imprevisible, de su trama. En esta misma línea me gustaría también, de paso, proponer La canción de Dorotea, de Rosa Regàs.
Soldados de Salamina
Javier Cercas (Tusquets)
De todas las propuestas que se han ensayado este año en la novela española para soldar realidad y ficción, la que Javier Cercas lleva a cabo en su libro es la más redonda. Lo es por dos razones: una, porque introduciendo una anécdota casi perdida en los márgenes de la historia contemporánea española con mayúsculas, le sirve a su autor para construir una narración épica de inesperado impacto tanto metafórico como moral; y dos, porque con todo ello, más una sutil inteligencia para conmover al lector, no deja nunca de ser Soldados de Salamina un ejercicio impecable de invención.
Labia
Eloy Tizón (Anagrama)
Para Eloy Tizón, autor de La velocidad de los jardines, las palabras son la unidad primigenia de todo relato, son los fragmentos, ellos mismos contenidos en sí, que irán dando sentido a lo que se relata. El protagonista de Labia no alcanza su madurez como persona (a la vez que también como personaje) mientras no lleguen hasta él el mundo de las palabras. Entre ellas y la imágenes y las voces y las presencias (físicas y relatadas) que percibe el protagonista arma su universo y la desnuda verdad del que lo rodea.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de diciembre de 2001