Palabras con fuerza
Palabras poderosas en la comunicación asertiva
Las palabras de Nelson Mandela, son ejemplo y fuente de inspiración para cualquier individuo o sociedad. Las palabras del líder constituyen su legado, dibujan su personalidad, su carisma y dan testimonio de una época; revelan su pensamiento y su ideología; han dejado huella en la historia.
El poder de sus palabras
Las
palabras tienen fuerza y poder, nos ayudan a conectar con las personas, a
designar y dar forma a lo que nos rodea. Sin embargo, no podemos olvidar
tampoco el papel de ese diálogo interno, y de la necesidad de cuidar de esas
palabras que nos decimos a nosotros mismos. "El
aspecto más inquietante de la vida en prisión es el aislamiento. No hay principio
ni final, solo tu propia mente, que a veces resulta engañosa” Mandela-1994
No podemos olvidar que el modo en que nos hablemos a nosotros mismos,
también es sinónimo de bienestar o sufrimiento. "Tener fuertes convicciones es el secreto para
sobrevivir a las privaciones, tu espíritu puede estar lleno, incluso cuando tu
estómago está vacío". Mandela-1994
Es a través de la
comunicación como erigimos nuestras relaciones de respeto o de agresividad. Con
ella originamos cercanía o distancia. «Si deseas hacer las paces con tu enemigo,
tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces se convierte en tu compañero». Mandela
Las palabras tienen el poder de crear y de destruir
Nuestras palabras tienen el poder de crear y el
poder de destruir. El
mejor ejemplo de esto lo podemos apreciar en una amistad o una relación.
Cualquier palabra fuera de lugar o que pueda generar algún tipo de
malentendido, quizás provoque la ruptura de ese vínculo.
Incluso la ausencia de las palabras puede
ocasionar algún tipo de problema.
Pero,
el poder de nuestras palabras es mucho más poderoso. Su capacidad de crear y de
destruir también es aplicable a nosotros mismos. No escucharnos, dedicarnos afirmaciones
negativas y reprimir lo que deseamos decir son algunas de las múltiples maneras
en las que nos hacemos daño, nos sentimos frustrados y en las que, tal vez,
consigamos alimentar una baja autoestima.
¿Cuál es la
importancia del diálogo positivo con uno mismo?
Para
agregarnos valor, levantar la autoestima, es importante decirnos palabras
bonitas cada día; porque tal como nos vemos, reflejaremos y nos verán los
demás.
A
las palabras NO SE LAS LLEVA EL VIENTO, quedan enganchadas en nuestra mente y
en nuestro corazón y así van dirigiendo nuestra vida, por el camino que le
vamos indicando. Una buena cabeza y un buen corazón
son siempre una combinación formidable (1976).
Las palabras construyen
realidades externas e internas y eso, es algo que debemos tener muy presente. Una de las cosas más difíciles no es cambiar la sociedad,
sino cambiarse
a uno mismo (2000)
La fuerza de las palabras es tal, que no son
necesarias demasiadas para causar una profunda alegría o una honda tristeza. Muchas veces basta una frase que valide una emoción que
sentimos o un párrafo corto que ataque nuestro punto más débil.
¿Quién no tiene un
amigo tóxico o manipulador que sabe cómo usar la palabra para sacar de nosotros
cuanto quiere, aunque nosotros no lo deseemos? ¿A quién no le han dicho
nunca palabras llenas de ira, resentimiento, dolor, rechazo o tristeza?
Nos guste o no, la palabra es la forma más
usada por los humanos para el acto de la comunicación. Además, es un intercambio que deja huella. ¿Quién de nosotros no recuerda alguna de esas
frases que le ha causado un gran dolor o le ha alegrado el día?
La responsabilidad con la que ejerzamos y
disfrutemos del poder de la palabra es nuestra. Utilizarla para crear construir, compartir,
acariciar o abrazar en vez de para agredir, atacar o destruir, en el fondo, es
nuestra decisión. Tanto practicarlo como censurarlo.
Las
palabras pueden comenzar o romper relaciones, terminar con relaciones
diplomáticas, provocar peleas y guerras... Ser capaz de emplear las palabras
precisas que tendrán significado en los mapas de los demás, y determinar de
manera precisa lo que una persona quiere decir con las palabras que usa, son
unas habilidades valiosísimas en la comunicación.
Las
palabras poderosas que provienen de asertividad, ese equilibrio que se logra al
comunicar de manera auténtica lo que pensamos y constructiva lo que sentimos;
son empáticas y provienen de la habilidad de comunicación activa.
Recursos que podemos
usar para ser asertivos.
Respuestas mínimas
Basta una palabra para mostrar al
interlocutor que se tiene interés en la conversación y nos gustaría que
continuase.
Ejemplo: “Mmm…, Sí”, se denominan
respuestas mínimas y deben ser utilizadas con frecuencia, sobre todo en
aquellas personas que se expresan poco.
Reflejo de los sentimientos
Para indicar interés y atención resulta
imprescindible reflejar los sentimientos que ha expresado la persona. A veces,
las personas describen solamente acciones y a través de ellas debemos
identificar sentimientos para reformular el diálogo.
Ejemplo: “Me siento cansado, es la
tercera vez que llamo”, en vez de prestar atención al hecho de la dificultad
del contacto que se describe en sus palabras, hay que responder con palabras
que indiquen la comprensión de sentimientos: “Por lo que me dice, se encuentra usted
disgustado”.
Solicitud de aclaraciones
Pedir aclaraciones, ayuda a identificar y
comprender el significado de las palabras, a la vez que indica al interlocutor
que se está tratando de comprender su punto de vista.
Repetición de palabras o frases claves
En ocasiones también es útil repetir
palabras o frases claves que ha utilizado la persona, en particular si ha
expresado varias cuestiones a la vez, siendo útil captar la frase clave, lo que
ayuda a conservar la conversación sobre los asuntos que preocupan al cliente.
Preguntas o afirmaciones con respuesta abierta
Lo que propicia la oportunidad de
continuar la conversación. Si se desea obtener más información sobre un tema
específico suele ser útil repetir la frase clave dándole a la persona
oportunidad para comentar más.
Análisis de soluciones
En ocasiones, es adecuado ayudar al
análisis de posibilidades respecto a la solución de los problemas
identificados, dándose cuenta de algunos factores de la situación que no han
sido mencionados, incluyéndolos en sus comentarios o preguntas, pero teniendo
cuidado de no opinar sobre lo que debe hacer. Se trata de ayudarlo a considerar
los factores y posibilidades diversas que no se hayan tenido en cuenta.
De nuestras palabras depende nuestro
futuro, así que empecemos a cambiar nuestra vida, cuidando las
palabras que decimos y nuestra forma de hablar. Si esperas las condiciones ideales, nunca
se darán (Mandela-1994).
Mandela nos dejó un
legado muy valioso. Siempre
valiente, humilde, sencillo, generoso, sincero con sus amigos y crítico de sí
mismo.
Muchas
de sus frases pasarán a la historia.
“Los valientes no temen al perdón,
si esto ayuda a fomentar la paz”.
“La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”
«La educación
es el gran motor del desarrollo personal. Es a través de la educación como la
hija de un campesino puede convertirse en una médica, el hijo de un minero
puede convertirse en el jefe de la mina, o el hijo de trabajadores agrícolas
puede llegar a ser presidente de una gran nación».
Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen,
o su religión. La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender
a odiar, también se les puede enseñar a amar”
"Lo
que cuenta en la vida no es el mero hecho de que hayamos vivido; es la
diferencia que hemos hecho en la vida de los demás lo que determinará el
significado de la vida que llevamos"(2002)
«Aprendí que el coraje no era la ausencia de miedo, sino el triunfo
sobre el miedo. Un hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino aquel
que lo conquista».
«El avance nunca es el resultado del esfuerzo individual se trata
siempre de un esfuerzo y de un triunfo colectivo».