La explicaci�n al apag�n de Kylian Mbapp� est� en su mente. A esa conclusi�n llegan quienes est�n cerca del futbolista, tambi�n quienes le conocen y le observan, hoy, desde la lejan�a. La regularidad y la presencia en el juego puede encontrar razones en el funcionamiento colectivo del Madrid, algo que debe anotarse en el debe de Carlo Ancelotti, pero los errores continuos en la toma de decisiones cuando se encuentra frente a frente con el portero, a solas, responden a un problema emocional de alguien sometido a un c�ctel de presiones. En el punto de penalti estallan.
Presiones que empiezan por su desaf�o en el Madrid, un club que nada tiene que ver con el PSG. Mbapp� mira a un lado y a otro, y observa a jugadores a los que las Champions se les caen de los bolsillos. La urgencia por alcanzar el trofeo se convirti� en obsesiva para su antiguo club y, por a�adidura, para el futbolista: una unidad de destino perversa. La pasada temporada ya dej� ver a ese Mbapp� hastiado y err�tico en su b�squeda. Le suced�a a Zidane, a pesar de llegar al Bernab�u ya como campe�n del mundo, al igual que Mbapp�, hasta que la volea de Glasgow fue como un exorcismo. Tambi�n sus comienzos fueron dif�ciles.
Una llegada muy preparada
Mbapp� prepar� su desembarco en el Madrid al detalle, incluso con el aprendizaje del espa�ol, con cada gesto y hasta con el traje de su presentaci�n, m�s cerca de Florentino P�rez que del estilo 'grunge' de sus compa�eros. Ha querido agradar, pero en ese deseo ha dejado atr�s un punto de rebeld�a, parte de su ego. En su equipo lo ha encontrado en Vinicius, alguien que compite hacia afuera y hacia dentro, contra todos. Con sus virtudes y sus excesos, Vini llena el campo, lo revienta. Es el Mbapp� de la final del Mundial, el que marc� tres goles, el segundo de penalti para empatar, y tambi�n lanz� con �xito el primero de la tanda ante Argentina. Cay� Francia pero emergi� el astro. Este Mbapp� es otro.
"Hemos de darle tiempo", dice Ancelotti, que insisti� en que el franc�s lanzara el penalti ante el segundo penalti ante el Getafe, despu�s de rechazar el primero tras su error, capital, en Anfield. El VAR lo impidi�. En San Mam�s, volvi� a fallar. Como ante el Liverpool, no era un penalti cualquiera, sino el que serv�a para empatar. Por ello el italiano lo ped�a desde la banda ante el Getafe, era un lanzamiento con menos presi�n, para romper el bucle negativo en el que est� el jugador.
Ayuda psicol�gica
Si Mbapp� ha buscado ayuda psicol�gica o debe hacerlo es algo que el Madrid deja a su criterio. Es una norma no escrita en el primer equipo, que no tiene un psic�logo adscrito como otros clubes de la Liga.
Los problemas de Mbapp�, sin embargo, no s�lo est�n en el Madrid. El divorcio con su pa�s, ejemplificado en la �ltima no convocatoria de Didier Deschamps, son otro frente. El jugador hizo todo lo posible para ser nombrado capit�n cuando parte del vestuario y de la opini�n consideraban que deb�a ser para Antoine Griezmann. Si la repentina renuncia del atl�tico a la selecci�n, una vez comenzada la Liga de Naciones, responde o no a ello es una inc�gnita. Pero el hecho de no acudir a la convocatoria anterior por estar lesionado, volver a jugar poco antes con el Madrid y acudir a Suecia en un viaje personal hicieron que las cr�ticas se dispararan. El d�a que Francia jugaba su partido, adem�s, estaba en un local de ocio. El hecho abri� una crisis en el vestuario de Francia y da�� su credibilidad en el pa�s, ya minada por los canales que controla Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG, tras su cruenta salida del club parisino.
Mbapp� no quiere ser un caso Benzema, no pretende romper, sino liderar a su pa�s y al Madrid, dos v�rtices sobre los que construir su figura. Necesita a las dos, necesita la Champions y el Mundial como plateas.
Una violaci�n en su hotel
En Suecia, adem�s, se produjo un hecho escabroso, al llegar a la polic�a una denuncia por violaci�n en el hotel donde se encontraba el futbolista, que viaj� a Estocolmo acompa�ado de algunos familiares y amigos, como el jugador Nurdi Mukiele. Determinados medios locales vincularon esa denuncia con la presencia del jugador del Madrid, aunque desde su entorno, en Francia, se traslad� que Mbapp� habr�a mantenido relaciones consentidas con una mujer. Las investigaciones por la denuncia contin�an.
El Madrid sigue con inquietud su evoluci�n. La colosal apuesta de Florentino P�rez por el jugador recomienda precauci�n, la misma que tiene Ancelotti cuando dice que "seguramente no est� a su mejor nivel". El p�blico del Bernab�u le aplaude hasta en el fallo, consciente de que dentro de ese jugador dubitativo est� el verdadero Mbapp�. Necesita un estallido que rompa el estallido. Como Zidane.