GQ para Cartier

Ballon Bleu de Cartier es la relojería perfecta para renovarnos

La elegancia moderna de la línea Ballon Bleu de Cartier combina todo lo que necesitamos para hacer de cada minuto una nueva oportunidad para reescribirlo todo.
Looks con Ballon Bleu de Cartier
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Consolidado como un clásico contemporáneo, Ballon Bleu es uno de los modelos más icónicos de Cartier desde su lanzamiento, a mediados de la década de los 2000. Esta familia de relojería se ha convertido en una de las favoritas entre los amantes del lujo y un símbolo total de libertad que se posa en nuestras muñecas.

Suele pensarse que un reloj es la herramienta perfecta para vivir presos del tiempo. Que en el corazón de estas maquinarias se esconde la presión de correr contra las horas; la presencia constante de un recordatorio para cuando se acaben los días. Sin embargo, éste puede ser absolutamente lo contrario: convertirse en un instrumento para tener siempre presente la renovada posibilidad de ir en otra dirección, tomar decisiones distintas y mirar el resto del día como una aventura sin guión.

Andy Warhol, una de las mentes que revolucionó por siempre el mundo de las artes y la creatividad, dijo que la gente «siempre asegura que el tiempo cambia las cosas, pero en realidad tienes que cambiarlas tú mismo». Y es justo con esta frase que podemos entender las dos funciones primordiales de un reloj. Puedes mirarlo y sólo contemplar el inevitable avance de sus agujas, o advertir este movimiento como una invitación a disponer de tu absoluta libertad y modificar el camino. A reinventarte y hacer nuevos planes.

Que esto, en el estilo de Ballon Bleu de Cartier, no significa otra cosa más que ser fieles a nuestra esencia. Justo como nació este modelo en su casa francesa, famosa por lograr sofisticados relojes cuadrados y rectangulares, pero que decidió hace poco más de 10 años arriesgarse con una clásica silueta circular sin olvidar sus propios principios. Sin dejar atrás años de identidad, perfeccionamiento, valores y fuerza. De la misma forma que tú, sabiendo indiscutiblemente de dónde vienes y qué te ha traído hasta aquí, te replanteas a diario nuevos mundos sin perder de perspectiva quién eres.

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Desde sus inicios, Ballon Bleu es una silueta que presume algunos de los logros relojeros más importantes de Cartier. Entre estas variaciones —que siempre remiten a la figura esférica de la Tierra y nuestra libertad para explorarla—, destacan los siguientes modelos.

Ballon Bleu de Cartier 37 mm Steel Moon Phases

Manteniendo el cabujón azul de su corona, Ballon Bleu de Cartier siempre agrega un toque de elegancia al hombre que le porta y, en esta versión, no podíamos esperar menos con una caja de acero y fases lunares a las nueve horas. Elementos que, además de sus tradicionales números romanos y agujas en forma de espada, logran que no podamos dejar de admirarlo.

Un modelo de Ballon Bleu que no sólo habla de independencia y poder, sino que hace evidente nuestras capacidades para evolucionar. Para mostrar siempre un nuevo yo. Tal y como lo hace la luna en su trayectoría alrededor de la Tierra.

Libertad y renovación en una imagen tan cotidiana como imponente. A esta versión le acompañan un cristal de zafiro, un brazalete de acero y una resistencia al agua hasta 3 bar (30 metros aproximadamente).

Ballon Bleu de Cartier 42 mm Pink Gold Leather

En una caja de oro rosa se dibuja un círculo azul profundo. En él, se funden la inmensidad de nuestros horizontes —cobaltos por naturaleza— y el significado que se le suele atribuir a este color: aquella inteligencia capaz de dominar todas las situaciones.

Para este modelo de Ballon Bleu, Cartier reunió una correa de piel de aligátor color azul marino, hebilla desplegable de oro rosa y una apertura de calendario a las 3 horas. Todo con tal de conseguir una maquinaría de suma elegancia y superioridad.

Con el tiempo viene el cambio

Pero en el fondo somos exactamente los mismos. Y eso es lo más importante. Que al igual que Cartier, mostrando una evolución constante de sus clásicos sin cambiar jamás su esencia, por supuesto que tenemos la libertad de rehacerlo todo cuantas veces queramos. Siempre y cuando reconozcamos que la mayor lealtad es con nosotros mismos, y eso no se mueve por nada.