La vista de la ciudad muestra lo bello, pero también lo necesitado que está Torreón en muchos aspectos. La Plaza de Armas, sus emblemáticos edificios como el Museo Arocena, lo que fue el hotel Palacio Real o el Edificio Monterrey lucen en su esplendor.
Es la terraza en el quinto piso del antiguo Banco de México, hoy parte de la presidencia municipal. Es el “ombligo” del llamado Centro Histórico, de una ciudad con muchos valores, pero sobre todo grandes oportunidades y retos nada fáciles de resolver.
De esto está consciente Kena María Yáñez Martínez, graduada de la carrera de Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey y nombrada directora de Desarrollo Económico para la actual administración municipal.
A lo largo de su vida, las crisis han estado presentes. La más mediática fue en Nuevo León en donde se le vinculó a temas de presunta corrupción e inhabilitación de la función pública en aquella entidad, y que salió a la luz tras su nombramiento como Directora de Desarrollo Económico para la actual administración municipal priista, crisis de la cual hasta el momento, ha salido airosa.
Kena además impulsa la iniciativa Mariposas A.C., que empezó hace 17 años, y se dedica a trabajar la identidad correcta de la mujer en situación vulnerable, sanando aspectos emocionales, familiares y económicos.
¿Cómo llega Kena Yáñez a Torreón?
La primera oportunidad que tengo de trabajar por Coahuila se me da cuando soy delegada regional de ProMéxico cubriendo la adscripción Noreste, para la promoción de exportaciones y de internacionalización de empresas para Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Durango y Zacatecas.
En ese entonces me toca trabajar muy de cerca con el gobernador Miguel Riquelme, trayendo algunos proyectos de inversión importantes, me toca hacer algunos trabajos de proveeduría y suministros en Torreón.
Decido salir de la función pública cuando termina la administración del presidente Enrique Peña y me incorporo a la iniciativa privada.
En conjunto, el alcalde y otros miembros del Estado me hacen la propuesta de trabajar por La Laguna, con mucho enfoque similar al que trabajaba en ProMexico. Tenía referente del alcalde Román Alberto Cepeda. No formé parte de su equipo de campaña. Mi perfil siempre ha sido del lado técnico más que político porque es el que requiere este tipo de trabajo.
Su nombramiento en Torreón causa revuelo por temas de corrupción ¿Por qué se genera esta situación?
Porque Google tiene memoria y yo empecé mis pininos en el servicio público. La dirección en el Instituto de la Juventud en Nuevo León no fue mi primer cargo, tuve dos previos en la administración.
Yo llego en un momento en que el Instituto se queda acéfalo dos meses, en donde se ejerce una compra de una encuesta que se paga cuando aún y que ya era titular yo no firmaba la chequera porque estábamos en el proceso de entrega-recepción. Al darme cuenta que se hizo esa compra sin mi autorización, de manera privada presento mi renuncia, ya que no estuve de acuerdo; al mismo tiempo, pido que se corra a la persona que realizó esta acción y se vaya.
Al inicio pido tener una plática con él para saber qué fue lo que sucedió y esa es la historia del video que se difundió, que tuvo su manejo más mediático que político y jurídico. Mis manos están limpias, estoy tranquila, mi caso fue sobreseído.
Ejercí puestos públicos posteriores a nivel federal. Así como está este tema a nivel mediático, también lo es mi trabajo en ProMéxico, en la Iniciativa Privada, con proyectos de más de tres mil empleos, contratos de más de mil millones de pesos.
¿Qué retos le representa Torreón?
En ProMéxico hicimos mapas de ruta de inversión en todo el país. Se puede entender muy bien las vocaciones que tiene cada región del país. No se puede forzar una industria. Hay que identificar qué tenemos: arneseros, costura, minería, la cuenca lechera, en estos mapas de ruta hay industrias que evolucionan de manera natural.
Hay que entender los antecedentes industriales que tenemos como las calificaciones de mano de obra, para evolucionarlas de manera natural. Hay tipos de mano de obra o capacidad que las universidades tienen y que se nos están fugando a otras regiones y que podemos retener.
Milwaukee con procesos 4.0, permitirá traer otra empresa similar. Las arneseras tienen sus bondades donde en un edificio no tan grande, genera una gran cantidad de mano de obra, por lo que genera derrama económica para muchas familias.
Pero es mano de obra barata y hay mucha fuga de talentos….
Precisamente queremos subir el nivel salarial. Identificar cuál es la industria que también nos dará un volumen de mano de obra elevado, pero que nos permita pagar sueldos mínimos del doble. Este es el reto.
Conforme conozco más círculos empresariales, universitarios, me quedo sorprendida de la capacidad académica que se tiene, no es común; es gente que supera sus calificaciones, está por encima del promedio; pero estudia aquí y se va a trabajar a otras regiones. Pero me ha tocado que mucha de esa gente regresa a trabajar aquí, por la calidad de vida.
El que pueda regresar es generar trabajos para desarrollar sus capacidades y competencias que les permita quedarse. Los índices de rotación son bajos en comparación con otras regiones.
¿Hay alguna vocación a la que se le pueda apostar en Torreón, considerando la diversificación económica que existe?
Hemos evaluado en estos días cerca de 16 proyectos de inversión para la zona. El mercado está sumamente movido y se está haciendo todo para entregarles la información que requiere y que esta oficina se está volviendo un backoffice de apoyo para generar los números todo el tiempo con información, ubicación de proveedores, cadena de suministro, hospedaje industrial, mano de obra disponible.
¿Qué vivió Kena que le hizo tener esa visión?
Tengo la fortuna de crecer con una familia privilegiada de origen pero que nos tocó vivir muchas crisis. Mis papás vivieron de todo, víctimas de la crisis del 83 que es el año en que nací, luego del 94 y la de 2000. Soy hija de las crisis, constantemente.
Este trabajo con la identidad de la mujer viene, porque Kena ya se trabajó ella primero. Lo que han vivido otras mujeres yo ya lo viví. Hay historia y a uno nunca se le debe olvidar de donde viene; algo que he aprendido en el servicio público, es que la soberbia es el peor pecado de cualquier funcionario público. Se atrae más con miel que con hiel decía mi mamá y hemos visto que cuando la soberbia llega y se suben al ladrillo, todo se pierde.
aarp