Onitsuka Tiger Mexico 66, la historia de las zapatillas de Kill Bill que nacieron para levantar el ánimo de un país herido

Onitsuka Tiger Mexico 66 son reconocidas por ser las zapatillas amarillas que lució Uma Thurman en Kill Bill, pero su historia empezó mucho antes.
Onitsuka Tiger Mexico 66 la historia de las zapatillas de Kill Bill que nacieron para levantar el nimo de un país herido

La historia de Onitsuka Tiger Mexico 66 empieza mucho antes de que Uma Thurman las inmortalizara en Kill Bill. Incluso antes de que se disputaran los Juegos Olímpicos de México 68, el evento que las bautizó. Su origen se sitúa al final de la Segunda Guerra Mundial.

Las secuelas de la contienda bélica una época de agitación y depresión en Japón. El país se encontraba ocupada por las fuerzas aliadas, su sistema de gobierno había sido forzado a ser una democracia y su imperio, que había conseguido expandirse por Asia y por el Pacífico, había quedado disuelto. El mismo emperador reconoció que no descendía de los dioses, sino que era un ser humano más. forzada a la democracia y disuelta oficialmente como un imperio dentro de la primera década.

En 1949, cuatro años después del final de la guerra, un ex militar de 32 años llamado Kihachiro Onitsuka vio la oportunidad de capitalizar la nueva obsesión de la nación con los deportes estadounidenses, especialmente el baloncesto, y sobre todo, animar a una muy perdida y hundida juventud japonesa, a la que quería instruir y unir a través de las bondades del ejercicio físico y el trabajo en equipo.

El primer producto de Onitsukka fueron unas zapatillas de baloncesto con un diseño de lo más original, pero muy poco práctico: se trataba de una especie de sandalia de paja que parecía más pensada para el trabajo en el campo que para una cancha.

Pero ese primer fracaso no desanimó a Kihachiro Onitsuka. Su siguiente modelo sí que fue un éxito. Inspirado en el sistema de agarre de los pulpos, con sus ventosas y sus tentáculos, diseñó una suela especial de con un sistema cóncavo para agarrarse a la pista. Así nacieron las Onitsuka Tiger.

Aunque en 2019 su diseño nos recuerde más a una zapatilla pensada para las pistas de atletismo, en origen su objetivo era el de ser utilizadas en el parqué de las canchas de baloncesto, en las que los jugadores cambian de dirección continuamente, arrancan a correr y se paran en seco.

En 1959, la inspiración volvió a caer en la cabeza de Onitsuka, como la manzana golpeó la de Newton. Esta vez cuando Onitsuka se sentó en el baño contemplando sus dedos arrugados. El calor, razonó, debe ser la causa principal de ampollas en los pies de los corredores de larga distancia. ¿Qué hizo con este pensamiento? Añadir agujeros a su calzado. Dos años después de este rediseño, en 1961, el legendario campeón de maratón etíope Abebe Bikila ganó el Maratón de Mainichi en Osaka con un par de zapatillas Onitsuka, la primera carrera que corrió calzado, por cierto.

1964 fue un gran año para las Onitsuka Tiger y los deportes japoneses en general. Después de perder los Juegos Olímpicos de 1940 debido al estallido de la segunda guerra chino-japonesa, Tokio fue nombrada la ciudad anfitriona de los juegos de verano de 1964. Yoshinori Sakai, quien encendió la llama olímpica, nació en Hiroshima el día en que cayó la primera bomba nuclear. Los juegos de ‘64 fueron los primeros en transmitirse por satélite, los primeros juegos en los que Sudáfrica fue prohibida debido a su política de Apartheid y la primera vez que los atletas compitieron con un modelo Onitsuka Tiger, la Runspeed.

Los Juegos Olímpicos continuaron siendo parte fundamental en la historia y evolución de las zapatillas Onitsuka Tiger. En 1966, Onitsuka Tiger lanzó las Limber Up Kawa BK, diseñadas para las pruebas preliminares de los Juegos de 1968 que se disputaron en México. Este modelo fue el primero en llevar las líneas laterales que han pasado a la Historia como el signo distintivo de estas zapatillas. Así nacieron las Onitsuka Tiger Mexico 66.

Bruce Lee con unas Onitsuka tiger Mexico 66

En la década de 1970, las zapatillas Onitsuka Tiger pasaron a un segundo plano cuando la compañía se fusionó con sus rivales GTO y JELENK para convertirse en ASICS, un acrónimo del latín anima sana en corpore sano, (una mente sana en un cuerpo sano).

Como resultado de la fusión y la evolución hacia ASICS, la compañía comenzó a centrarse en una gama más amplia de productos, incluidos equipos de esquí, ropa de béisbol e incluso equipos de golf. Si bien su calzado aún funcionaba a un alto nivel, el icónico tigre de Onitsuka permaneció en las sombras, siendo el escudero de una nueva gama de zapatillas y zapatillas de carrera que la marca japonesa lanzó en los 70 y en los 80.

Los años 90 fueron una década horrible para ASICS y sus inversores. Cuando estalló la burbuja económica japonesa y el mercado nacional de esquí se derrumbó, la empresa sumó pérdidas en su cuenta de resultados durante nueve años consecutivos.

Pero el cambio de milenio también supuso un cambio en la fortuna de ASICS. A principios del siglo XXI, una ola de añoranza por los 60 y 70 recorrió Europa, haciendo que las Tiger Mexico 66 volvieran a estar de moda. Y el comen llegó en 2003, cuando Quentin Tarantino decidió que Uma Thurman llevara unas de estas zapatillas en Kill Bill a juego con el mono amarillo que lució en homenaje a Bruce Lee. Kill Bill fue un éxito bestial y estas zapatillas quedaron asociadas para siempre a una de las mayores heroínas de la historia del cine.

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