La boda en Valencia de María y Dani o el ‘sí, quiero’ de los últimos románticos
La joven pareja, creadores de la firma Avec Amour, se casó en un enlace de cuento en un bosque valenciano del que emergían velas, lazos y frutos rojos
Una boda en Valencia con mucho amor
“Dani ha sido mi primera y única pareja que he tenido (y también mi primer beso)”. Así comienza todo, en palabras de María. “La mía fue una sensación inmediata”, retoma él, “recuerdo volver con mis amigos tras la segunda o tercera cita y decirles que estaba enamoradísimo y que quería casarme con ella. Ellos se rieron de mí y me llamaron peliculero. Razón no les falta, tengo fama de romantizar absolutamente todo, pero cinco años después nos hemos dado el sí, quiero”. Pese a (o precisamente por) su juventud, esas emociones a flor de piel atraviesan la historia de esta pareja valenciana. De sus comienzos a su unión durante cinco años, sin olvidar la firma de moda que comparten, de nombre, de hecho, altamente revelador, Avec Amour, “con amor” en francés.
Ella estudió diseño de moda. Él, ingeniería de telecomunicaciones. Entre otras cosas, la intersección entre sus mundos habita en el romanticismo, la estética (en su sentido más puro, la rama de la filosofía que estudia la belleza, el arte y la percepción sensorial) y el idealismo, por lo que hace dos años decidieron fundar esta marca que ya les ha dado grandes alegrías. Desfilar en la 080 Barcelona Fashion, vestir a celebridades y, quizás, lo más importante, desarrollar parte de los vestidos de su proyecto más especial: su propio enlace. Con la ayuda de una antigua profesora, María confeccionó su traje de novia, inspirada por su personaje favorito, la María Antonieta de Sofia Coppola.
“Casarse con 24 años es algo excepcional a día de hoy”, reconocen, haciendo frente a la cuestión que sobrevuela su boda entre familiares, amigos, conocidos… y desconocidos que siguen su porvenir en redes sociales. “Sabíamos desde hacía tiempo que queríamos casarnos, aunque siempre imaginamos que sería en unos años”, admiten. Su plan se precipitó cuando a Dani le surgió una oportunidad laboral “increíble” en Arizona, Estados Unidos, y la opción de casarse se volvió urgente. “Al principio pensamos en una ceremonia civil íntima, solo con nuestros padres, y esperar unos años para celebrar una boda grande con toda nuestra familia y amigos. Pero, reflexionando, pensamos que muchos de los que ahora residen en España probablemente acabarán mudándose a otros países tras acabar los estudios y, por otro lado, organizar una boda desde el otro lado del mundo sería difícil de llevar a cabo”. Sin más, se lanzaron.
Contaron únicamente con cinco meses para prepararlo todo. Entonces apareció Elena y su equipo de EL AMOR productions. Ella, que tras más de una década en el ámbito del marketing y la comunicación de moda había descubierto con su propio enlace un gran potencial en la industria nupcial, había sido profesora de María. En una mínima conversación surgió un universo de posibilidades al que ninguna podía renunciar. Estaba claro. Se encargaría de la producción de su boda junto a una curada selección de especialistas de diferentes áreas creativas. “Tuvimos una primera reunión para definir las referencias y el concepto, y a partir de ahí empezaron a coordinarlo todo. Ha sido la ayuda perfecta y sin ella no hubiéramos conseguido tener una celebración ni la mitad de bonita”, aprecia el ya matrimonio.
La primera vez que se vieron fue en mayo de 2019, durante el primer año de la carrera de Diseño de Moda de María. Dani fue uno de los modelos seleccionados para su desfile de fin de curso en la escuela Barreira A+D y, aunque inicialmente iba a lucir sobre la pasarela un diseño de ella, no sucedió. A pesar de eso, se saludaron brevemente, conectaron y su primera cita llegó seis meses después. Su noviazgo comenzó poco antes de la pandemia. Durante ese tiempo hacían videollamadas varias veces al día. Cuando no, Dani pintaba cuadros de María. Desde que la cuarentena terminó, no se han vuelto a separar. Ahora, estos inusitados románticos prometen unirse para siempre. Así fue su gran día.