Calle a calle y casi minuto a minuto, el historiador Colin Jones se sumerge en un día clave de la Revolución francesa: el 9 de Termidor —27 de julio de 1794— y en los hechos que rodean la caída de Maximilien Robespierre. Este célebre abogado jacobino, apodado el Incorruptible, se encontraba al frente del comité de Salvación Pública, que había dirigido con mano dura Francia desde su creación, en abril de 1793. Se levantó pensando que lograría salir airoso, pero el complot fue más fuerte. No caben spoilers en un final bien conocido —fue guillotinado al día siguiente— pero la trama atrapa al lector de La caída de Robespierre (Crítica). «Quería escribir algo sobre la Revolución francesa, y tenía ganas de probar algo distinto», explica en entrevista con Muy Historia su autor, profesor en la Universidad Queen Mary de Londres y experto en la Francia de la época. «Hay muchos eventos dramáticos en la Revolución francesa… Pero me atrapó el drama de este día concreto, y supone un punto de inflexión tan importante que pensé que merecía atención».
Y usted se la brinda, narrando los hechos con gran minuciosidad.
Y al mismo tiempo lo cuento en tiempo presente. Me di cuenta de que aunque puede resultar algo artificial, es el modo de reflejar el drama del momento. Muchos amigos me han dicho que se encontraron a sí mismos pensando cómo iba a terminar… ¡aunque por supuesto saben de sobra el resultado!
Hoy sí, pero en el momento parece que cualquier cosa podía ocurrir.
Totalmente. Por eso me di cuenta enseguida de que el tiempo