Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Desde $11.99 al mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Conexiones de la salud global: Ecosistemas, animales y humanos
Conexiones de la salud global: Ecosistemas, animales y humanos
Conexiones de la salud global: Ecosistemas, animales y humanos
Libro electrónico485 páginas5 horas

Conexiones de la salud global: Ecosistemas, animales y humanos

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer vista previa

Información de este libro electrónico

La obra es la fundamentación conceptual y ejemplificación de la interfaz ecosistema-humano-animal, definida esta última como la zona de contacto física y funcional entre tres sistemas independientes: los humanos, los animales (domésticos o silvestres) y el ecosistema. Así, entre las generalidades de este nuevo concepto y su relación con las agrociencias, la epidemiología y la ecología, al igual que entre la conexión de los múltiples sistemas a partir de estudios de caso de patógenos virales, bacterianos y protozoarios, se pretende dar un enfoque aplicado de la interfaz al estudiar diferentes situaciones donde se integra la seguridad alimentaria y la salud pública (ambiental, humana y animal). De este modo, el libro se constituye en un llamado a la colaboración interdisciplinaria y la comunicación entre los diferentes actores responsables del cuidado de la salud de los humanos, animales y el ambiente, tanto natural como modificado por las actividades humanas.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 nov 2017
ISBN9789585400696
Conexiones de la salud global: Ecosistemas, animales y humanos

Relacionado con Conexiones de la salud global

Libros electrónicos relacionados

Medicina para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Conexiones de la salud global

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Conexiones de la salud global - Diana Benavides Arias

    Conexiones de la salud global : ecosistemas, animales y humanos / autor compilador Diego Soler-Tovar y otros ; prólogo Marcela Uhart.

            -- Bogotá : Ediciones Unisalle, 2017.

            300 páginas : tablas, figuras, fotos ; 23 cm.

            ISBN 978-958-5400-68-9

            1. Salud mundial 2. Salud pública 3. Ecosistemas 4. Ecología humana 5. Animales hábitat (Ecología) I. Soler-Tovar, Diego, autor

    II. Uhart, Marcela, prologuista.

    614 cd 22 ed.4.

    A1584871

            CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango

    ISBN: 978-958-5400-68-9

    ISBN-e: 978-958-5400-69-6

    Primera edición: Bogotá D. C., noviembre del 2017

    © Derechos reservados, Universidad de La Salle

    Edición

    Oficina de Publicaciones

    Cra. 5 No. 59A-44 Edificio Administrativo, piso 3

    PBX: (571) 348 8000, extensión: 1224

    [email protected]

    Dirección editorial

    GUILLERMO ALBERTO GONZÁLEZ TRIANA

    Coordinación editorial

    ELLA SUÁREZ

    Correción de estilo

    ALEJANDRO MOLINA OSORNO

    Diseño y diagramación

    WILLIAM YESID NAIZAQUE OSPINA

    Diseño de carátula

    GIOVANNY PINZÓN SALAMANCA

    Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier procedimiento, conforme a lo dispuesto por la ley.

    Contenido

    Autores

    Prólogo

    Parte 1

    Generalidades de la interfaz ecosistema-humano-animal

    Articulación de las agrociencias con las interfaces ecosistema-humano-animal

    Diego Soler-Tovar

    Diana Benavides-Arias

    Interfaz ecosistema-humano-animal: definiciones y contexto*

    Diego Soler-Tovar

    Diana Benavides-Arias

    La epidemiología y la ecología en la interfaz ecosistema-humano-animal: roedores y leptospirosis como un ejemplo

    Diego Soler-Tovar

    Diana Benavides-Arias

    Parte 2

    Estudios de caso en la interfaz ecosistema-humano-animal

    Patógenos en la interfaz ecosistema-humano-animal: fiebre aftosa en Sudáfrica

    Viviana Marcela Méndez Mancera

    Jorge Elías Tamayo Rozo

    Encefalitis equina venezolana en la interfaz ecosistema-humano-animal

    Maritza Rocío Lobatón Piñeros

    Dengue como modelo de interfaz ecosistema-humano-animal

    Ana Isabel Celly Trujillo

    Brucelosis en la interfaz ecosistema-humano-animal

    Juliana Pérez Tobar

    Estudio de caso sobre patógenos en las interfaces: Leptospira spp.

    María Catalina Ospina Pinto

    Tuberculosis bovina en la interfaz ecosistema-humano-animal

    Jorge Ponce de León

    Fiebre de las Montañas Rocosas (rickettsiosis), una perspectiva desde las interfaces ecosistema-humano-animal

    Juan Manuel Piedrahita

    Diego Soler-Tovar

    Toxoplasmosis en la interfaz ecosistema-humano-animal

    Liliana Jiménez González

    Martha Liliana Márquez Torres

    Tripanosomiasis en la interfaz

    Diana Carolina Carrillo Cortázar

    Andrés Felipe Santander Torres

    Parte 3

    Aplicación del enfoque de interfaz ecosistema-humano-animal

    Condiciones del trópico alto colombiano y la presentación de Leptospira en la interfaz

    Laura Camila Nossa González

    César Augusto Díaz Rojas

    Carlos Trujillo

    Carlos Venegas

    Diego Soler-Tovar

    Interfaces en la presencia de micobacterias tuberculosas y no tuberculosas en primates no humanos

    Zulma Rojas-Sereno

    Martha Murcia

    Claudia Brieva

    Interfaz predador-presa-ecosistema aplicado a un modelo teórico: helmintos asociados al oso de anteojos (Tremarctos ornatus)

    Pedro Enrique Navas-Suárez

    Diego Soler-Tovar

    Interfaz huésped-parásito-ecosistema: el caso de la nutria neotropical

    Laura Jaramillo Ortiz

    Diego Soler-Tovar

    Potencialidades para aproximarse a la historia natural de garrapatas de un ecosistema de la subregión de la altillanura (Orinoquía) con ocurrencia previa de síndrome febril en humanos

    Diego Soler-Tovar

    Diana Benavides-Arias

    Juan Manuel Piedrahíta

    Los macro- y microparásitos registrados para pecaríes y su importancia en la interfaz con especies de producción

    Pedro Enrique Navas-Suárez

    Diego Soler-Tovar

    Olga Montenegro

    Parte 4

    Integración interfaz, seguridad alimentaria y salud pública

    Seguridad e inocuidad alimentaria en la interfaz ecosistema-humano-animal

    Diana Benavides-Arias

    Diego Soler-Tovar

    Interfaz animales domésticos, silvestres y humanos y su impacto en la salud pública

    Diana Benavides-Arias

    Diego Soler-Tovar

    Autores

    Diana Benavides-Arias

    Médica veterinaria. Investigadora Programa de Medicina Veterinaria, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de La Salle

    [email protected]

    Claudia Brieva

    Médica veterinaria, MSc. Docente de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia y de la Unidad de Rescate y Rehabilitación de Animales Silvestres, Universidad Nacional de Colombia

    [email protected]

    Diana Carolina Carrillo

    Médica veterinaria, MSc. Investigadora del Grupo Epidemiología y Salud Pública, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de La Salle

    [email protected]

    Ana Isabel Celly Trujillo

    Médica veterinaria. Investigadora del Grupo Epidemiología y Salud Pública, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de La Salle

    [email protected]

    César Augusto Díaz

    Médico veterinario, especialista, MSc. Profesor e investigador del Grupo Medicina y Sanidad Animal, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de La Salle

    [email protected]

    Liliana Jiménez González

    Médica veterinaria, especialista, MSc. Profesional especializada de Subred Centro Oriente ESE. Investigadora del Grupo Epidemiología y Salud Pública, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de La Salle

    [email protected]

    Maritza Rocío Lobatón

    Médica veterinaria y zootecnista, MSc. Investigadora del Grupo Epidemiología y Salud Pública, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de La Salle

    [email protected]

    Martha Liliana Márquez

    Médica veterinaria. Investigadora

    [email protected]

    Viviana Marcela Méndez

    Médica veterinaria, MSc. Investigadora del Grupo Epidemiología y Salud Pública, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de La Salle

    [email protected]

    Olga Montenegro

    Bióloga, MSc, PhD. Docente del Instituto de Ciencias Naturales y Grupo en Conservación y Manejo de Vida Silvestre, Universidad Nacional de Colombia

    [email protected]

    Martha Isabel Murcia

    Bacterióloga, MSc, PhD. Profesora titular del Departamento de Microbiología, Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia

    [email protected]

    Pedro Enrique Navas-Suárez

    Médico veterinario, MSc. Investigador del Laboratório de Patologia Comparada de Animais Selvagens, Faculdade de Medicina Veterinária e Zootecnia, Universidade de São Paulo, Brasil

    [email protected]

    Laura Camila Nossa

    Médica veterinaria, MSc. Investigadora del Grupo Medicina y Sanidad Animal, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de La Salle

    [email protected]

    Laura Jaramillo Ortiz

    Médica veterinaria. Investigadora del Semillero de Investigación Una Salud, Programa de Medicina Veterinaria, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de La Salle.

    [email protected]

    María Catalina Ospina Pinto

    Médica veterinaria, MSc. Investigadora del Grupo Epidemiología y Salud Pública, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de La Salle

    [email protected]

    Juliana Margarita Pérez Tobar

    Médica veterinaria. Investigadora independiente

    [email protected]

    Jorge Ponce de León

    Médico veterinário. Investigador independiente

    [email protected]

    Juan Manuel Piedrahíta

    Médico veterinario, MSc. Investigador del Grupo Epidemiología y Salud Pública, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de La Salle

    [email protected]

    Zulma Rojas-Sereno

    Médica veterinaria, MSc. Investigadora del Departamento de Salud Animal, Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Profesional universitaria de la Dirección Técnica de Vigilancia Epidemiológica, Instituto Colombiano Agropecuario (ICA)

    [email protected]

    Andrés Felipe Santander

    Médico veterinario, MSc. Investigador del Grupo Epidemiología y Salud Pública, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de La Salle

    [email protected]

    Diego Soler-Tovar

    Médico veterinario, MSc. Profesor asistente e investigador del Grupo Epidemiología y Salud Pública, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de La Salle

    [email protected]; [email protected]

    Jorge Elías Tamayo Rozo

    Médico veterinario, especialista, MSc. Profesional especializado del Laboratorio Nacional de Diagnóstico Veterinario, Instituto Colombiano Agropecuario (ICA)

    [email protected]

    Carlos Trujillo

    Médico veterinario, MSc. Investigador del Grupo Medicina y Sanidad Animal, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de La Salle. Instituto de Fisiología, Facultad de Medicina, Universidad Austral de Chile

    [email protected]

    Carlos Alberto Venegas Cortés

    Médico veterinario, especialista. Investigador del Grupo Medicina y Sanidad Animal, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de La Salle

    [email protected]

    Prólogo

    No cabe duda de que son pocos los lugares prístinos del planeta donde no hay presencia o intervención humana. De hecho, un estudio reciente demuestra que en las últimas dos décadas se ha perdido una décima parte de las áreas puramente silvestres del mundo, el 30 % de ellas en Amazonía (Watson et al., 2016). Al mismo tiempo, el cambio en el uso de la tierra ha sido identificado, junto con el crecimiento poblacional humano, como el factor más relevante en la emergencia de enfermedades infecciosas (Jones et al., 2008; Karesh et al., 2012; Gottdenker et al., 2014). Las transformaciones ambientales antropogénicas, que en muchos casos conllevan drásticas pérdidas de biodiversidad (por ejemplo, la deforestación para monocultivo), se asocian de manera explícita con nuevas oportunidades de contacto entre especies evolutivamente separadas por barreras geográficas, genéticas y climáticas, entre otras.

    La consecuente aparición de problemas de salud de gran impacto en poblaciones humanas y animales no es sorprendente, aunque sí alarmante. Preocupa porque claramente los sistemas de salud (humana y animal) no están a la altura de las circunstancias, con fallas en predicción, prevención, mitigación y control. Esto lleva a enormes costos sociales, ambientales y económicos, entre otros, que, además, se trasladan en su mayoría a las poblaciones más vulnerables. Cada semana nos inundan los informes de enfermedades nuevas (zika), recurrentes (tuberculosis) o desatendidas (Chagas), todas surgidas de nuevas o preexistentes, pero más pronunciadas, interfaces de contacto entre animales, personas y ecosistemas. El contacto es ahora tan estrecho y los límites tan difusos, que la nueva área de interfaz es global. Este hecho se evidencia con la coincidente aparición de la cepa asiática del virus Zika en Brasil, con un incremento notable en pasajeros arribados desde áreas endémicas e islas del Pacífico con brotes de zika en 2013 (Rodrigues Faria, et al., 2016).

    Las dificultades para producir alimentos, mejorar la calidad de vida de las personas y preservar el ambiente en el contexto actual de cambios en el planeta (por ejemplo, el cambio climático) no son menores. Pero contamos con la ventaja de saber que el statu quo no permitirá la sustentabilidad ambiental que se requiere para sobrevivir como especie en este planeta. Al menos desde los años noventa del siglo XX —y mucho antes, si se considera la alerta de La primavera silenciosa de Rachel Carson— han proliferado los llamados de atención sobre la situación actual, la cual se proyecta en los próximos 30 a 50 años (Daily y Ehrlich, 1992; Patz y Confalonieri, 2005; Whitmee et al., 2015). Sin embargo, es notable la reticencia mundial a actuar en consecuencia —o, peor aún, a reconocer que tenemos problemas—. ¿Será que nuestra natural resiliencia biológica no se acompaña de la debida resiliencia cultural, y por ello nos aferramos a usos y costumbres probadamente perjudiciales, obsoletas y egoístas?

    Desde nuestro lugar como profesionales de la salud, con un rol protagónico en temas tan relevantes como la producción de alimentos, la salud pública y el cuidado del ambiente, debemos tener muy claras las reales implicaciones de la generación de nuevos espacios y oportunidades de contacto entre especies. No es casual que los conceptos actuales de Una Salud hayan surgido de epidemiólogos veterinarios. Es natural por nuestra formación mirar al paciente, sea este un individuo, una población o el planeta mismo, de una manera holística e integral. Somos uno de los pocos grupos que aún se mantiene conectado con los sistemas y procesos naturales. Entendemos de dónde vienen y cuánto cuesta producir los alimentos que consumimos, y lo que implica los desarreglos que atentan contra servicios ecosistémicos tan primarios como la polinización. Por eso no podemos permitirnos un mundo donde se tire del 30 al 50 % del alimento que se produce anualmente, porque significa que el 30 % de las tierras del planeta son intervenidas y transformadas para producir alimento que nunca es consumido (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, 2013).

    En este libro se presenta una compilación de trabajos de investigación, revisión y conceptos teóricos que ilustran las múltiples aristas de la interfaz ecosistema-humano-animal. Se plantean ejemplos de lo que representa este escenario fluctuante y dinámico para la salud de la fauna silvestre, los animales de producción y la salud pública. Se discuten temas controversiales como el consumo y el tráfico de animales silvestres. Se cuestionan políticas públicas que habilitan la presencia de animales domésticos en áreas silvestres protegidas. Se reflexiona sobre seguridad alimentaria y acceso a la salud, dos elementos clave para aspirar a la equidad social. Finalmente, se sugieren prioridades de investigación y manejo, con mayor incorporación de desarrollo tecnológico y visión global.

    Mi ilusión sería que insumos como esta publicación estimulen la conformación de espacios interinstitucionales, a múltiples escalas, para el diálogo y el trabajo integral y profundo en temas de salud. Los conceptos que sustentan el abordaje Una Salud son, justamente, que el trabajo interdisciplinario es fundamental para resolver los intrincados conflictos que surgen en la interfaz entre los animales, las personas y los ecosistemas. Más aún, Una Salud cobra fuerza y adhesiones porque se sostiene en lo más básico del sentido común. Tomemos como ejemplo a la malaria —214 millones de casos y casi medio millón de muertes en 2015 (Organización Mundial de la Salud, 2016)— asociada de manera directa a cambios ambientales y pérdida de cobertura vegetal (Vittor et al., 2006; Yasouka y Levins, 2007). ¿Por qué nos resignamos a que las medidas de mitigación propuestas sean el control de vectores, el uso de repelentes o (algún día) el desarrollo de vacunas? ¿Por qué mejor no atendemos las bases del problema y exigimos políticas de salud pública orientadas a frenar la deforestación como medida de control para esta y otras enfermedades?

    Como médicos veterinarios nuestro rol en este polígono de actores clave —el tradicional triángulo (salud, agricultura y ambiente) ya tiene mucho más de tres lados— es indiscutible e irremplazable. Pero para tener un lugar en la mesa de los grandes decisores, atendiendo problemas cada vez más complejos y con prioridades cada vez más distorsionadas, la formación académica de las próximas generaciones de profesionales debe renovarse. Los nuevos veterinarios deberán contar con herramientas y hábitos que les permitan abordar los desafíos de manera transversal y colaborativa, fuera de los compartimentos estancos tradicionales y enranciados. La dedicación y liderazgo de colegas como el profesor e investigador Diego Soler-Tovar a esta tarea es admirable y reconocida en la región. Por ello los invito a disfrutar las páginas de este libro y reflexionar sobre el camino recorrido y por recorrer. Claramente, en materia de salud ecosistémica estamos recién empezando.

    Marcela Uhart

    One Health Institute, University of California

    Davis, Estados Unidos

    Referencias

    Daily, G. C. y Ehrlich, P. R. (1992). Population, sustainability, and earth’s carrying capacity. BioScience, 42(10), 761-771.

    Faria, N., Lorenço J., Cerqueira, E., Lima, M., Pybus, O. y Alcantara, L.C. (2016). Epidemiology of chikungunya virus in Bahia, Brazil, 2014-2015. PLoS Currents Outbreaks. Recuperado de http://currents.plos.org/outbreaks/article/epidemiology-of-chikungunya-virus-in-bahia-brazil-2014-2015/

    Gottdenker, N. L., Streicker, D. G., Faust, C. L. y Carroll, C. R. (2014). Anthropogenic land use change and infectious diseases: a review of the evidence. EcoHealth, 11(4), 619-632. doi: 10.1007/s10393-014-0941-z

    Jones, K. E., Patel, N. G., Levy, M. A., Storeygard, A., Balk, D., Gittleman, J. L. y Daszak, P. (2008). Global trends in emerging infectious diseases. Nature, 451, 990-993. doi: 10.1038/nature06536

    Karesh, W. B., Dobson, A., Lloyd-Smith, J. O., Lubroth, J., Dixon, M. A., Bennett, M., et al. (2012). Ecology of zoonoses: natural and unnatural histories. Lancet, 380(9857), 1936-1945. doi: 10.1016/S0140-6736(12)61678-X.

    Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. (2013). Food wastage footprint Impacts on natural resources. 2013. Summary report. Roma: autor.

    Organización Mundial de la Salud. (2016). World malaria report 2015. Ginebra: autor.

    Patz, J. A. y Confalonieri, U. (Eds). (2005). Human health: ecosystem regulation of infectious diseases. En Ecosystems and human well-being: current status and trends. Washington, DC: Island Press.

    Vittor, A. Y, Gilman, R. H, Tielsch, J., Glass, G., Shields, T, et al. (2006). The effect of deforestation on the human-biting rate of Anopheles darlingi, the primary vector of falciparum malaria in the Peruvian Amazon. The American Journal of Tropical Medicine and Hygiene, 74(1), 3-11.

    Watson, J. E. M., Shanahan, D. F., Di Marco, M., Allan, J., Laurance, W. F., Sanderson, E. W., et al. (2016). Catastrophic declines in wilderness areas undermine global environment targets. Current Biology, 26(21), 2929-2934. doi: http://dx.doi.org/10.1016/j.cub.2016.08.049

    Whitmee, S., Haines, A., Beyrer, C., Boltz, F., Capon, A. G., Ferreira de Souza Dias, B., et al. (2015). Safeguarding human health in the Anthropocene epoch: report of The Rockefeller Foundation-Lancet Commission on planetary health. Lancet, 386(10007), 1973-2028. http://dx.doi.org/10.1016/S0140-6736(15)60901-1

    Yasuoka J. y Levins R. (2007). Impact of deforestation and agricultural development on anopheline ecology and malaria epidemiology. The American Journal of Tropical Medicine and Hygiene, 76(3), 450-460.

    Articulación de las agrociencias con las interfaces ecosistema-humano-animal

    Diego Soler-Tovar

    Diana Benavides-Arias

    El término agrociencias en el contexto académico se inspira en la investigación y desarrollo para el agro, como un aporte desde la academia a la paz de Colombia y la construcción de una nueva ruralidad (Universidad de La Salle, 2013); además, la

    [...] investigación se orienta hacia la innovación en productos y procesos, sistemas y servicios, como la forma de proporcionar soluciones a los problemas tecnológicos del sector agrario, del sector pecuario y del mundo rural; que se expresan a través de la consolidación de las bioeconomías regionales y locales con extensión a país y bloques de países. (Universidad de La Salle, 2013)

    En este sentido, las agrociencias se definen como:

    [...] la integración entre las ciencias biológicas y las ciencias del agro y su relación con el entorno social y económico a través de una visión sistémica y transdisciplinaria; que integra la investigación con procesos de desarrollo tecnológico que permitan acelerar la innovación y generar cadenas de valor, para la solución de las problemáticas de la agricultura tropical y el mundo rural. (Universidad de La Salle, 2013)

    Aquí se destacan la bioeconomía y la innovación como pilares fundamentales (entre otros que se desarrollan más adelante) para responder a dichas problemáticas. Por otro lado, la interfaz se entiende como la conexión física y funcional entre dos o más sistemas independientes (Real Academia Española [RAE], 2017a), o como zona de contacto, según Bengis, Kock y Fischer (2002), en la cual los sistemas pueden ser los seres vivos como humanos y animales (domésticos y silvestres) e incluso el ambiente donde estos se desenvuelven. Dentro de los principales aspectos estudiados en dichas interfaces, se destacan los patógenos comunes entre estos sistemas. Entre los avances para la comprensión del papel de estos agentes en las interfaces, en los últimos años se han desarrollado eventos académicos y científicos relacionados. De estos se destaca el International Congress on Pathogens at the Human-Animal Interface, que en su primera versión, en 2011, en Etiopía, desarrolló los efectos, las limitaciones y las necesidades en países en vías de desarrollo; en su segunda versión, en 2013, en Brasil, abordó el concepto Una Salud para el desarrollo sostenible.

    De acuerdo con lo anterior, surge la gran pregunta sobre cómo articular las agrociencias y sus pilares fundamentales con las interfaces humano-animal-ecosistema. Para intentar dar respuesta a este interrogante se plantea un modelo de articulación (figura 1). Este parte del territorio como imperio biogeográfico (para el contexto de las agrociencias sería el trópico, particularmente el neotrópico), pero incluye la dimensión sociocultural de los humanos que habitan dicho territorio. Por lo anterior, los dos principales pilares que sustentan este territorio serían la nueva ruralidad y la agricultura tropical, que gracias a sus contextos y problemáticas locales, regionales y su efecto global surgen los otros pilares, que son la bioeconomía y la innovación. Como ejemplo de la articulación entre la agricultura tropical y la innovación aparecen la agricultura sostenible y, más recientemente, la agricultura climáticamente inteligente (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, 2017). El modelo postula que las interfaces se pueden abordar de manera transversal en el territorio neotropical, considerando sus características inherentes, como sus condiciones climáticas y ambientales y de desarrollo, en las que la interfaz como tal puede ser considerada como innovación. A continuación se desglosan cada uno de los pilares de las agrociencias y su posible relación con las interfaces ecosistema-humano-animal.

    FIGURA 1

    MODELO DE ARTICULACIÓN DE LAS AGROCIENCIAS CON LAS INTERFACES ECOSISTEMA-HUMANO-ANIMAL


    Fuente: Soler-Tovar (2015).


    Ahora bien, según la RAE (2017b), el territorio se puede definir como:

    [...] porción de la superficie terrestre perteneciente a una nación, región, provincia, etc. || Campo o esfera de acción || Circuito o término que comprende una jurisdicción, un cometido oficial u otra función análoga. || Terreno o lugar concreto, como una cueva, un árbol o un hormiguero, donde vive un determinado animal, o un grupo de animales relacionados por vínculos de familia, y que es defendido frente a la invasión de otros congéneres.

    Por otro lado, autores como Geiger, citado por Valbuena (2010), lo definen como el área (incluyendo tierras, aguas y espacio aéreo) siempre con la posesión de una persona, organización, institución, estado o país. Este autor describe el territorio como un conjunto de tradiciones geográficas, que van desde lo físico hasta la social (figura 2), y, por ejemplo, la primera, considerada como la superficie terrestre, incluye la interfase (mírese que el autor usa la palabra con s, lo cual es inadecuado) entre litosfera, atmósfera e hidrósfera.

    FIGURA 2

    TRADICIONES GEOGRÁFICAS QUE CONFIGURAN EL TERRITORIO


    Fuente: Soler-Tovar (2015).


    No obstante, lo anterior no abarca plenamente las múltiples dimensiones del concepto de territorio. En este sentido, Llanos-Hernández (2010) postula al territorio como:

    [...] concepto teórico y metodológico, que explica y describe el desenvolvimiento espacial de las relaciones sociales que establecen los seres humanos en los ámbitos cultural, social, político o económico; [es además el] conocimiento que se construye en la(s) disciplina(s) social (es), tomando en cuenta que sus contenidos cambian conforme se transforman las relaciones sociales en el mundo. (p. 207)

    Esto se ha resumido en el concepto de mundos relacionales. Adicionalmente, a las diferentes aproximaciones para conceptualizar el territorio se debe sumar la diferenciación entre este último y el enfoque, abordaje o perspectiva territorial, la cual se refiere a una manera de tratar fenómenos, procesos, situaciones y contextos que ocurren en un determinado espacio (que puede ser demarcado o delimitado por atributos físicos, naturales, políticos u otros) donde se producen y se transforman (Schneider y Peyré, 2006, p. 85).

    Después de haber conceptualizado el territorio, es necesario explorar la articulación entre este y las interfaces. Sin embargo, al desarrollar la consulta documental en el contexto neotropical, solo se encuentra lo publicado por Gutiérrez, Granados y Piar (2007): "las relaciones entre hombres y animales han sido variadas y crecientes. A lo largo de la historia los animales han sido utilizados como protección para el hogar o el territorio" (p. 164). Esta visión es netamente utilitarista, se basa en la relación humano-animal, y está muy poco asociada a la intencionalidad del concepto de interfaces.

    El segundo pilar de las agrociencias es el de la nueva ruralidad, la cual surge en los nuevos escenarios en las Américas, donde, por ejemplo, el 40 % de la población rural en edad para trabajar ha estudiado menos de cinco años; al mismo tiempo, esta población tiene mayores índices de pobreza y sus ingresos laborales son reducidos en comparación con la población urbana con la misma edad, pero con más años de estudio (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2010). Adicionalmente, la nueva ruralidad se conceptualiza como una necesidad ante la acentuación de desequilibrios en el medio rural, la necesidad de generación de ingresos y de combatir a la pobreza, el reconocimiento del potencial existente en el medio rural para el desarrollo y la creciente importancia del desarrollo focalizado en unidades territoriales (Echeverry y Ribero, 2002; Gómez, 2001).

    La nueva ruralidad incluye como fundamentos básicos: el desarrollo humano como objetivo central del desarrollo; el fortalecimiento de la democracia y de la ciudadanía; el crecimiento económico con equidad; la sostenibilidad del desarrollo; el desarrollo rural sostenible más allá del enfoque compensatorio y asistencial, y el capital social como sustento de las estrategias de desarrollo (Echeverry y Ribero, 2002). Además, la nueva ruralidad y su relación con el territorio se caracterizan por la multifuncionalidad de la agricultura y el papel de los sujetos sociales, desde el enfoque de los sujetos rurales (Grajales y Concheiro, 2009).

    Al intentar articular la nueva ruralidad con las interfaces en el neotrópico, no es evidente la posible articulación. De cualquier manera, Breilh (2010) plantea:

    [...] mientras que en el campo apareció lo que hemos denominado la nueva ruralidad neoliberal caracterizada por una transnacionalización de la economía agraria y pérdida de soberanía; una marcada tendencia a la monopolización de tierra y agua, así como concentración de crédito; una intensificación tecnológica hacia una reprimarización productiva (es decir los vastos monocultivos para la agroexportación); una descomposición de las relaciones sociales ancestrales y comunitarias con la pérdida creciente de los patrones culturales y su diversidad; todo lo cual conlleva lo que se ha llamado una desagrarización del campo. (p. 96)

    De lo anterior llama la atención cómo las interfaces ecosistema-humano-animal, influenciadas por la cultura y la diversidad inherente a los países del trópico, pueden ser afectadas negativamente por la nueva ruralidad neoliberal.

    El tercer pilar es la agricultura tropical; se llama así no solo porque se ubica en el trópico, es decir, en la franja ubicada entre las latitudes 23,5° N y 23,5° S, sino también porque ofrece al mundo el 33 % de la tierra arable, el 25 % de los cereales, las frutas y vegetales y el 20 % de la carne. Por lo tanto, su importancia para alimentar al mundo es indudable y más aún en esta zona que reúne al 40 % de la población mundial (Centro Internacional de Agricultura Tropical [CIAT], 2013).

    A pesar de las limitaciones que enfrenta la agricultura en los trópicos, es una vasta región considerada como un mundo lleno de promesas, donde la agricultura, con la ayuda de la ciencia moderna, puede contribuir sustancialmente a reducir el hambre y la pobreza (CIAT, 2013). En este sentido, por ejemplo, desde 1967 existe el CIAT, con una de sus sedes en Palmira (Valle del Cauca, Colombia). Entidades como esta buscan, con base en el desarrollo científico y la implementación tecnológica, impactar positivamente sobre los sistemas productivos agrícolas y pecuarios de dicha región.

    El mejor ejemplo de cómo se articulan las interfaces con la agricultura tropical es la experiencia de entes multilaterales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el abordaje de enfermedades infecciosas compartidas entre humanos y animales de ocurrencia relativamente frecuente en el trópico. Este es el caso de la influenza, que involucra como principal factor de riesgo la exposición directa e indirecta a animales vivos o muertos o a ambientes contaminados.

    Por otro lado, la bioeconomía o economía biológica (cuarto pilar) es una nueva epistemología para investigar el sistema socioeconómico en asociación con el biológico como un todo. Esta dinámica la realiza estudiando las interacciones nolineales entre sus componentes e investigando los problemas que surgen del

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1