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Psicoanálisis y espiritualidad: Del diván a la meditación
Psicoanálisis y espiritualidad: Del diván a la meditación
Psicoanálisis y espiritualidad: Del diván a la meditación
Libro electrónico162 páginas3 horas

Psicoanálisis y espiritualidad: Del diván a la meditación

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Información de este libro electrónico

Tanto el psicoanálisis como la espiritualidad se adentran en un espacio sagrado: el interior del ser humano. Ambas son una forma de contemplación.
En estas páginas, Roberto Longhi comparte su experiencia psicoanalítica y señala sugerentes afinidades entre las sesiones de psicoanálisis y la meditación, y va integrando diversas polaridades: dos sujetos (yo y no-yo), dos mediaciones (palabra y silencio), dos estados (plenitud y vacío). Todo ello no lo hace de una forma sistemática, sino que va apareciendo, como las flores silvestres que uno va encontrando a medida que recorre un paisaje lleno de sutiles ondulaciones. Sin embargo, lo que al principio es una simultaneidad, poco a poco se convierte en una progresión. Si bien al comienzo psicoanálisis y meditación están en una relación de complementariedad y simultaneidad, acaba produciéndose una traslación: del psicoanálisis a lo espiritual.
Una lectura indispensable para comprender e implicarse con sus saberes, de manera activa y solidaria, en la coyuntura sociohistórica que estamos atravesando.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 feb 2021
ISBN9788425447471
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    Psicoanálisis y espiritualidad - Roberto Longhi

    Roberto Longhi Tartaglia

    Psicoanálisis y espiritualidad

    Del diván a la meditación

    Herder

    Diseño de la cubierta: Gabriel Nunes

    Edición digital: Martín Molinero

    © 2021, Roberto Longhi Tartaglia

    © 2022, Herder Editorial, S. L., Barcelona

    ISBN digital: 978-84-254-4747-1

    1.ª ed. digital, 2022

    Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com).

    Herder

    www.herdereditorial.com

    A mis padres, Tito e Hilda, Hilda y Tito.

    Porque me criaron con Amor.

    Al hijo, Joaquín.

    Porque trajo nuevas preguntas y respuestas.

    A Lola. Mi compañera de viaje. Luz de donde el sol la toma.

    De quien aprendí, no solo el Amor a los animales, sino a diferenciar Amor de enamoramiento. Gracias.

    A mis hermanos elegidos, mis amigos, esa música imprescindible.

    Índice

    Agradecimientos

    Prólogo. Integrando psyche y pneuma (por Javier Melloni)

    Introducción

    1. Zonas de silencio. Llegar a la música

    2. Entre Pedro y Jesús. Entre Edipo y Tiresias. Entre lo inmanente y lo trascendente

    3. Nacemos tres veces

    4. Buscando la fuente

    5. Y entonces respiro

    6. Travesía por el purgatorio

    7. Deseo y no-deseo

    8. Pensamiento y ebanistería

    9. Llegar a la compasión

    10. Otra sed

    11. Elogio de la quietud

    Epílogo. Un terapeuta nos invita a visitar su taller, su oficio, sus emociones y cosmovisiones (por Héctor Fiorini)

    Bibliografía

    Notas

    Información adicional

    Agradecimientos

    Nos dice Josep María Esquirol en su libro Humano, más humano:

    La hipertrofia del nombre propio refleja egolatría, afán de dominio, engreimiento y una visión del mundo bajo el prisma del poder. Entonces, sí, como reacción, conviene no solo la alabanza de la humildad, sino la autoría del nosotros, de la obra colectiva y, aún más, del anonimato.

    Así, reivindico este libro como una creación de un nosotros muy amplio, como una obra coral, colectiva, como toda creación simbólica.

    Las citas se reproducen de manera informal, las fuentes pueden encontrarse en las referencias bibliográficas al final del libro. He intentado facilitar al lector —dado que este no es un libro académico— que transite el sendero de la lectura sin sobresaltos.

    Agradezco muy especialmente al grupo del seminario con el que durante más de cinco años nos reunimos en ACIPPIA¹ para entrecruzar el cuerpo de las teorías psicoanalíticas con el espíritu de los textos de las principales tradiciones espirituales, y donde nació gran parte de este libro. Pilar Moraleda, que con Amor transcribió la mayoría de las sesiones de trabajo, por ese Amor, gracias; y por las transcripciones, también, Ana Abello, sin la cual no puedo pensar; Antía Revenga, la alegría espiritual del grupo; Rosa García, por sus preguntas que eran puertas que se abrían, como líneas de fuga creativas hacia lo incierto; Silvia Stretti, el silencio que siente y curiosea; Carmen Bambalere, el perfume poético del grupo; María Calvente, el corazón, la transparencia; Margarita Sastre, el pensamiento hecho belleza. Como se puede ver, bendito era entre todas las mujeres y bendito el vientre que hizo nacer estos relatos.

    Mi agradecimiento a Joaquín, el hijo, sin el cual estos textos no hubieran sido posibles, sin sus aportaciones a la edición, el estilo, o el ordenamiento de ciertas ideas, por haber separado con acertado criterio la paja del trigo, y haberme ayudado a seleccionar estas espigas para que sigan germinando en los posibles lectores.

    Mi agradecimiento a Lola, mi compañera, amiga, compinche vital, mi más lúcido silencio, por estar aquí, siempre cerca en mi vida. Encontrarte en mi noche fue fundamental en mi camino a la Luz.

    Gracias a Tuni, Nube, Grisito y Dalí, nuestros gatos, que ya no están, compañeros de viaje y sabiduría, gracias a Whisky, Gala, Trufa —la maña—, Gandhi, que siguen junto a nosotros. Gracias a nuestros perros apadrinados de ANAA, a nuestros ahijados primates de Rainfer —centro de recuperación de primates—, a nuestros caballos de Winston y a todos nuestros ahijados del santuario Vegan, así como a nuestras palomas del santuario La Voz Animal, gracias a todos esos animales y, sobre todo, a sus cuidadores-rescatadores de sus almas rotas, que me hicieron sentir en lo más íntimo qué es Amar cuando uno vislumbra la no-dualidad del mundo.

    Muy especialmente, mi agradecimiento al Dr. Héctor Fiorini por su hermoso epílogo y porque muy tempranamente me hizo comprender qué es el Alma, y por lo tanto comprender qué significaba la práctica del psicoanálisis.

    A Pablo D’Ors, que me hizo comprender el sentido de la sed, esa que nos hace encontrar la fuente en la noche, y por ayudarme a vislumbrarla.

    Al maestro Javier Melloni, Amigo del desierto, qué puedo decir de él después de ese prólogo que me regaló, lleno de saber, generosidad y Amor, porque él es saber, generosidad y Amor.

    Gracias a todos, por todo, y como suele decir Pablo D’Ors: «¡Viva la madre que nos parió!».

    Prólogo

    Integrando psyche y pneuma

    por Javier Melloni

    Estamos ante un libro no solo oportuno, sino necesario. Una obra así no aparece cuando su autor quiere, sino que se da a luz en el momento adecuado, después de haber sido gestado lentamente, no solo en el interior de esa persona, sino de toda una época, de manera que es un fruto propicio no solo para el autor, sino también para quienes lo van a leer. En estas páginas se halla reflejado el recorrido de toda una generación, más aún si su origen lo situamos en Argentina. Pero no solo allí, porque cada vez más todos los países están en los demás países y se está produciendo el mismo cambio de paradigma en todo el planeta. Además, el autor ya hace años que reside en España y durante este tiempo ha seguido madurando su comprensión. En verdad, lo que produce las verdaderas transformaciones no depende de estar en un sitio u otro, sino de estar consigo mismo, abierto a la escucha y al aprendizaje continuo.

    Estas páginas no surgen, pues, de la voluntad, sino de la atención a un proceso integral que es tanto interior como exterior, ya que recoge el desarrollo epocal actual. Está escrito con gran fluidez y lucidez, con el arte de la palabra argentina de raíces italianas y con el rigor propio de un psicoanalista que conoce bien su campo y los múltiples modos de cultivarlo, integrando retazos de su propia vida y ejemplos concretos de su experiencia psicoanalítica. El autor comparte con mucha honestidad el fruto de un largo camino en este terreno, tanto por haber sido primero paciente como por haber ejercido después de terapeuta durante más de treinta años. No en vano puede decir bellamente: «Ser psicoanalista es ser poeta y es ser artista porque alejamos la muerte de la vida».

    La gran aportación de este libro consiste en mostrar la integración de dos campos (psyche y pneuma) que hasta hace pocas décadas habían estado en oposición, y que siguen estándolo en algunos sectores. La traslación vivida por el autor le permite comprender no solo la complementariedad, sino la semejanza entre ambos accesos a la profundidad del ser humano. Así mismo, es tiempo de conjuntar la sabiduría de Occidente con la de Oriente: la asunción y el conocimiento del yo hasta sus raíces inconscientes, para luego ir más allá de él. El yo no puede ser trascendido si antes no ha sido asumido, porque entonces es rehuirlo. El no-yo que va más allá del yo tiene que pasar previamente por el pleno abrazo al primer yo. Se trata de la indeclinable tarea de reconocer la individuación que nos ha sido confiada y reconciliarnos con ella. Nadie puede ser nosotros en nuestro lugar, a la vez que estamos llamados a desprendernos de ese yo que hemos asumido.

    A lo largo de toda la obra, Roberto Longhi señala sugerentes afinidades entre las sesiones psicoanalíticas y la meditación, y va integrando diversas polaridades: dos sujetos (yo y no-yo), dos mediaciones (palabra y silencio), dos estados (plenitud y vacío). Todo ello no lo hace de una forma sistemática, sino que va apareciendo como las flores silvestres que uno va encontrando a medida que recorre un paisaje lleno de sutiles ondulaciones.

    Me permito presentar aquí los rasgos que más me han llamado la atención tras la lectura atenta que he hecho para preparar este prólogo.

    El primero de ellos consiste en caer en la cuenta de que tanto el psicoanálisis como la espiritualidad se adentran en un espacio sagrado: el interior del ser humano. Ambas son una forma de contemplación. De ahí se desprende una de las luminosas frases que aparecen en este libro: en ambos acercamientos, «nada de lo que diga será juzgado, porque juzgar nos separa». Esta simple y concisa afirmación es la condición de posibilidad para todo lo que venga después.

    La experiencia del soltar para poder trascender es también común a las dos disciplinas. Ambos caminos son maestros del desprendimiento y del despojo.

    En ambas aproximaciones es indispensable el acompañamiento, descubriendo y sanando la herida por medio del ejercicio de la escucha sagrada. Para ello es indispensable el silencio. Tanto en el diván como en el zafu (el cojín que se utiliza en la meditación zen), el silencio está presente y es fundamental. El terapeuta y el paciente participan de él «y los dos, como viajeros, [se adentran] en los dominios de una gran profundidad, los del inconsciente».

    El autor señala también un elemento común al psicoanálisis y la espiritualidad: ambos están sometidos a los tabúes de sus respectivas tribus, a las rigideces de cada escuela y de sus doctrinas.

    Pero lo que me parece más importante y significativo del libro es que identifica con claridad y firmeza que hay todavía otro silencio que va más allá de la profundidad del subconsciente: la vacuidad oceánica.

    El hallazgo y la apuesta de Roberto Longhi son que ambas disciplinas están vinculadas a través de una doble relación: de simultaneidad y complementariedad, por un lado, y de sucesión y secuenciación, por otro, de modo que ambas quedan sustancialmente afectadas. El diván marca la posición horizontal, el contacto con el sustrato del inconsciente que subyace a nuestra identidad consciente, mientras que el zafu expresa la posición sedente del yo que se trasciende a sí mismo en un acto de consciencia ulterior en el que se supera la identificación yoica.

    En la articulación de ambos planos, el autor plantea un importante dilema: ¿hay que sanar primeramente el conflicto intrapísquico o es previo el despertar espiritual? Si bien es verdad que, con frecuencia, se dan de forma simultánea y que ambas sabidurías se complementan y se requieren, Roberto Longhi, fruto de su propia experiencia personal, se inclina por creer que es necesario «pasar primero por romper el primer muro del silencio mediante la palabra y así poder jugar en el dominio del inconsciente para dejar que los silencios fluyan, y de esa manera comprobar si espontáneamente surge el silencio espiritual».

    Es decir, lo que al principio es una simultaneidad poco a poco se convierte en una progresión: «No buscamos hacer consciente lo inconsciente, sino la Conciencia en sí misma». En otras palabras, si bien al comienzo psicoanálisis y meditación están en una relación de complementariedad y simultaneidad, acaba produciéndose una traslación: del diván al zafu. De este modo, el autor descubre que en nuestra vida tenemos la oportunidad de que se den tres nacimientos: el biológico, por el cual nos separamos del cuerpo de nuestra madre para asumir nuestro propio cuerpo; el psicológico, por el cual asumimos nuestro propio yo a través del trabajo analítico;

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