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Plegarias en penumbra
Plegarias en penumbra
Plegarias en penumbra
Libro electrónico151 páginas44 minutos

Plegarias en penumbra

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Información de este libro electrónico

Plegarias en penumbra está cargado de versos libres sin dejar completamente de lado los poemas clásicos. La reflexión pasa en este caso por la vida y la muerte, las dudas existenciales, la religión, los creyentes, los ateos.

El ser humano no tiene la capacidad de discernir sobre la existencia de dios. La fe de los creyentes lo define. Así, los que tienen fe positiva estarán seguros de que dios existe, y los de fe negativa, los ateos, lo negarán.

La religión es una prueba humana que no resuelve el problema anterior, pero sí complica la existencia terrenal.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento31 mar 2022
ISBN9788468565460
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    Plegarias en penumbra - Gabriel Barrella Rosa

    I

    Sobre las nubes,

    sobre la vida,

    sobre la consciencia

    aparecen las preguntas,

    se escapan las respuestas.

    Las razones se evaporan

    y las incertidumbres,

    que olemos más distantes,

    pero casi acariciamos,

    solamente ellas

    son la realidad.

    La única certeza

    es cuestionar la evidencia,

    la intangible,

    la que se resiste a convicciones.

    La fe,

    bañada en descreimiento,

    se pierde en las penumbras,

    bajo la consciencia,

    bajo la vida,

    bajo la tierra.

    II

    Quisiera tener fuerzas para darte

    del dudar, una clase magistral.

    Aun sea con pausas, parte a parte,

    legar todo mi acervo intelectual.

    Si un algo de eso pudiera dejarte

    poco de mi odisea cerebral,

    no me cierres la chance de enseñarte

    lo obtenido en proceso racional.

    Me estremece perder el estandarte

    de mi amiga claridad conceptual,

    que mi mente envejecida descarte

    su valorada virtud esencial.

    Pero intuyo solamente en qué ayudarte:

    la mirada a un camino sinusal,

    las armas con las que puedas forjarte

    tu propio crecimiento personal.

    Y no esperes que yo pueda legarte

    ni un fragmento de instrucción clerical,

    solo ansío ayudar a cuestionarte

    todo dogma que sea radical.

    III

    Ese dios extorsivo, que enajenó mi infancia,

    confinando ideales entre difusas cotas,

    parece postular con energías remotas

    su forzada escolta, tan solo a pura constancia.

    La energía del débil, inyectada en doctrina,

    recluye los talentos en simuladas trenas,

    sometiendo albedríos a tan forzadas penas,

    y con sutileza embosca al que incauto camina.

    Gurúes y chamanes, maestros y mentores,

    definen los caminos, hacia donde marchar,

    imponen tiesas sanciones para socavar

    los mediocres cerebros, aunque ufanos doctores.

    Los eruditos profetas que al dios como llamen,

    le endilgan poderes y volición de censura,

    le asignan cruel rigor a su arredrante figura

    y lo invisten fiscal para su sádico examen.

    Los evangelios construyen sus dioses con normas,

    un credo que componga algún camino sagrado

    que el hombre perpetúa yendo atrás de un cayado

    que lo manifieste libre, a pesar de sus cormas.

    No es Dios que extorsiona, ni quien encepa la mente,

    ni es el que juzga o recluta a los fieles devotos,

    tal vez sea el hombre, quien tras sus fines ignotos,

    arengue toda su grey con empeño obsecuente.

    IV

    A mis sueños

    solo yo les miento,

    les dibujo alas,

    les borro los baches,

    les pinto colores,

    les prendo la luz…

    En mis sueños

    me robo los días,

    escondo las noches,

    barriendo las estrellas

    me bebo los colores,

    aspirando el sol...

    Por mis sueños

    no vivo dormido

    ni duermo la vida,

    despierto a fragancias

    tempranas y tibias

    que abrigan mi paz…

    De mis sueños

    guardo sus pestañas,

    despliego las formas,

    altero contornos,

    difumino líneas

    sin trazo ni perfil…

    Desde mis sueños

    diseño alegrías,

    sin remordimiento

    apelo a fantasías

    que no disimulen,

    pero adornen la verdad…

    Entre mis sueños

    falsifico cicatrices

    de heridas abiertas,

    conforto mi angustia

    mientras surzo recuerdos,

    les remiendo su red…

    Bajo mis sueños

    no acoto los logros

    ni freno mis ansias,

    germino ilusiones

    coloridas y eternas,

    sin diablo, sin dios…

    Contra mis sueños

    los miedos me abrazan

    quizá compitiendo,

    los sueños, sus alas,

    el miedo, sus trampas,

    la opresión, la libertad…

    V

    Mi vida fue tan cierta.

    Nadie puede cuestionarlo.

    Eso se llama evidencia.

    Las preguntas sin respuesta

    alimentan la vida,

    le dan sentido.

    Dios es expectativa,

    un guerrero bravío,

    imbatible y perfecto.

    Soluciones seguras

    que por sí, no aparecen,

    decisiones viciadas

    por confiadas razones.

    El protector que vigila,

    el celador que castiga

    pero siempre cumple

    lo que prometió.

    ¡Nada!

    VI

    Una trémula voz florece insondable

    de lo profundo de mi nublada mente,

    golpeando mi conciencia locamente

    como cincel persistente insoslayable.

    No despierta en mi sustancia una canción.

    ¡Sí, dibuja en mi garganta un alarido!

    Es el miedo que hoy aflora repetido,

    es la traba que cuestiona mi visión.

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