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¿Qué hace un psicoanalista en un hospital?: Infancias, adolescencias y Salud Mental
¿Qué hace un psicoanalista en un hospital?: Infancias, adolescencias y Salud Mental
¿Qué hace un psicoanalista en un hospital?: Infancias, adolescencias y Salud Mental
Libro electrónico341 páginas4 horas

¿Qué hace un psicoanalista en un hospital?: Infancias, adolescencias y Salud Mental

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Información de este libro electrónico

¿Qué sucede a las niñeces y adolescencias que concurren a un servicio hospitalario? ¿Quiénes consultan? ¿Cuáles son los motivos de atención? ¿Cómo se presentan los padecimientos infantiles actuales?
Es muy amplio el tipo de consultas que atiende un servicio hospitalario. Lorena Aguirre nos dirá que se trata de niñeces con dificultades tempranas, con problemas en la adquisición del lenguaje, en el aprendizaje, en el lazo social. Adolescentes con problemas de consumo problemático, cortes, y actos contra su propia vida. Se detiene en un tipo de presentación clínica, aquella que muestra la exposición e intromisión de la sexualidad adulta: los abusos, el narcotráfico, el maltrato infantil y la violencia. Dirá que "esta realidad no tiene límites ante la falta de propuesta simbólica de los adultos y la intolerancia a lo diferente. El maltrato, los abusos, la discriminación, el desvalimiento, el desauxilio y el desamparo de estos pequeños sujetos se escucha por doquier".
IdiomaEspañol
EditorialNoveduc
Fecha de lanzamiento15 mar 2022
ISBN9789875388628
¿Qué hace un psicoanalista en un hospital?: Infancias, adolescencias y Salud Mental

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    ¿Qué hace un psicoanalista en un hospital? - Lorena Aguirre

    Cubierta

    Lorena Patricia Aguirre

    ¿Qué hace un psicoanalista en un hospital?

    Infancias, adolescencias y Salud Mental

    Aguirre, Lorena Patricia

    ¿Qué hace un psicoanalista en un hospital? : infancias, adolescencias y salud mental / Lorena Patricia Aguirre. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Centro de Publicaciones Educativas y Material Didáctico, 2021.

    (Colección Conjunciones)

    Libro digital, EPUB

    Archivo Digital: descarga y online

    ISBN 978-987-538-862-8

    1. Psicología Infantil. 2. Psicoanálisis. 3. Adolescencia. I. Título

    CDD 150.195

    Colección Conjunciones

    Corrección de estilo: Liliana Szwarcer

    Diagramación: Patricia Leguizamón

    Diseño de cubierta: Pablo Gastón Taborda

    Ilustraciones de interior y cubierta: Lorena Aguirre

    Los editores adhieren al enfoque que sostiene la necesidad de revisar y ajustar el lenguaje para evitar un uso sexista que invisibilizatanto a las mujeres como a otros géneros. No obstante, a los fines de hacer más amable la lectura, dejan constancia de que, hastaencontrar una forma más satisfactoria, utilizarán el masculino para los plurales y para generalizar profesiones y ocupaciones, así comoen todo otro caso que el texto lo requiera.

    1º edición, noviembre de 2021

    Edición en formato digital: diciembre de 2021

    Noveduc libros

    © Centro de Publicaciones Educativas y Material Didáctico S.R.L.

    Av. Corrientes 4345 (C1195AAC) Buenos Aires - Argentina

    Tel.: (54 11) 5278-2200

    E-mail: [email protected]

    www.noveduc.com

    ISBN 978-987-538-862-8

    Conversión a formato digital: Libresque

    LORENA PATRICIA AGUIRRE. Psicóloga. Psicoanalista (Universidad de Rosario, 1998). Master en salud comunitaria y gestión sanitaria en países en vías de desarrollo (Universidad de Heidelberg, 2004, Alemania), becada por el DAAD para su formación. Continúa sus estudios en la Maestría en Infancias e institución (es) (Universidad Nacional de Mar del Plata). Investiga en el campo de la salud mental en grupos universitarios (PICTO-PEIS-CAID-PISAC), especialmente en infancias y adolescencias. Miembro de la Red INFEIES y de la Red Psicoanálisis y Derecho desde 2020. Psicóloga clínica en el Hospital de niños Dr. O. Alassia de la ciudad de Santa Fe desde 1999 y desde 2014 coordina el equipo de trabajo Sector Salud Mental del mismo efector. Docente en la Universidad Nacional del Litoral, en la Escuela de Sanidad Dr. R. Carrillo (área de Salud Pública, desde 2005). Está interesada en las relaciones entre literatura y psicoanálisis, esencialmente en los terrenos de la subjetividad. Escribe e ilustra literatura infantil. Publica cuentos, entretenimientos y editó una revista infantil en 2009, así como artículos sobre salud mental, psicoanálisis y cultura. Apuesta a la transmisión cultural y al arte como intervención subjetivante para la salud en la comunidad.

    Índice

    Cubierta

    Portada

    Créditos

    Sobre la autora

    Dedicatoria y agradecimientos

    Prólogo

    Introducción

    Capítulo 1. La propuesta de ir a contracorriente en el siglo XXI

    ¿Coordenadas de la época?

    Conocer para transformar

    Santa Fe, Hospital de Niños: lo institucional

    Lo subjetivo en el ámbito de Salud

    La propuesta del psicoanálisis: ir a contracorriente

    Capítulo 2. ¿Qué hace un psicoanalista en un hospital público de NNyA?

    ¿Por qué escribir? ¿Por qué escribir sobre esto?

    La tarea del analista

    Restituir el lugar del sujeto

    Capítulo 3. Clínica del desvalimiento

    Infancias, instituciones y Salud Mental

    Primeras consideraciones. Infancias en orfandad

    Segundas consideraciones. ¿Desde qué paradigmas pensar los padecimientos psíquicos en la infancia?

    Terceras consideraciones. ¿Qué trabajo es posible?

    Hacia la construcción de un dispositivo hospitalario de admisión institucional para la clínica del desvalimiento

    Entrecruzamiento de discursos. Psicoanálisis - Salud Mental - Salud Pública: ¿cómo construir los dispositivos?

    La potencia de una metáfora

    Capítulo 4. Las prácticas profesionales en las instituciones y los procesos de humanización. ¿Cómo acompañar a los sujetos en construcción?

    Interrogantes que humanizan

    El lugar de trabajo, la tarea del adulto y sus representaciones de infancia

    Sujeto infantil - institución/es - adulto/s

    Una historia: un adolescente en un hospital

    Acompañar en una institución a un sujeto en construcción

    La tarea es interdisciplinaria y en equipo

    Sujeto e institución: un trabajo permanente que sostiene el enigma

    Capítulo 5. Del no lugar al nido simbólico

    ¿Qué es un problema?

    Nidos simbólicos: ofrecer un lugar a través de dispositivos institucionales culturales y el trabajo de lo mínimo (ceremonias mínimas)

    UNICEF y OMS. La dimensión política internacional y de derechos humanos

    La salida posible: la conversación

    Capítulo 6. Cultura y Salud. Instituciones vivas

    Cultura en el hospital

    Primer eje. Aspectos históricos y problemas identificados

    Segundo eje. La constitución psíquica: jugar, dibujar y leer

    Tercer eje. ¿Qué hacer?

    La posibilidad de tener la posibilidad: la creatividad

    Capítulo 7. Te presento el hospital

    La transmisión cultural

    La apuesta a las bibliotecas

    El humor

    El cuidado de la infancia

    Capítulo 8. Las tradiciones y los mitos en el campo de la infancia y la Salud

    El poder de los mitos

    Escena clínica: una preadolescente en crisis

    Análisis de las tradiciones, mitos y representaciones

    Mitos y creencias: su eficacia simbólica

    Una pregunta que vuelve: ¿qué hace un psicoanalista en un hospital?

    Capítulo 9. Leyes que abren caminos y desafíos en las instituciones de Salud y de alojamiento

    Alojar a los más vulnerables

    La ley y las leyes

    Infancia y Salud Mental

    Psicoanálisis y derecho: lo paradojal

    Capítulo 10. Cambio de paradigma en el hospital: la internación en Salud Mental

    Internaciones en Salud Mental en un hospital general

    Cada paciente, un mundo de aprendizajes y una apuesta ética

    El cuidado ético. Siete ejes para pensar la internación en Salud Mental

    Conservar siempre la oreja verde

    Capítulo 11. Tiempo de trabajo subjetivo. El concepto de cuidado

    Amor y trabajo

    Angustia y límite

    El acto de cuidado y su complejidad

    Construir un cuidar ético colectivo en Salud

    Capítulo 12. Fragmentos de historias de trabajo clínico en un hospital

    ¿Qué implica la presentación de un trabajo clínico?

    La práctica clínica en un hospital y su relación con el concepto de cuidado

    Pacientes-maestros

    ¿Cuáles son las brújulas?

    Bibliografía

    Dedicatoria y agradecimientos

    Dedico este escrito a todos los trabajadores de las diferentes instituciones que se interrogan su práctica en una labor comprometida y de apuesta ética; a aquellos que hacen la diferencia, que conmueven y llenan de esperanza un futuro.

    Siento gratitud con muchos seres humanos y este libro es una buena oportunidad para manifestarla.

    En primer lugar, agradezco a mis padres, a mis hijos y a mi esposo compañero –a cada uno de ellos– por su apoyo incondicional, su enseñanza constante y su generosidad. También a mi querido hermano, que siempre está, y a mis profundas amistades, que me acompañan, me hacen reír, pensar y me ayudan en mi experiencia de la vida.

    A la licenciada Isabel Giménez y al pediatra Edgardo Tardivo, quienes me abrieron simbólicamente las puertas del hospital –lugar desde el cual nace este escrito– y que me transmitieron a manos llenas su experiencia.

    A cada uno de los que formaron y forman parte del Equipo Sector Salud Mental –mi querido equipo de trabajo–, con quienes compartimos innumerables situaciones laborales, clínicas, escenas dolorosas, épocas de intenso trabajo y también espacios de formación, reflexión y producción. Enfatizo la palabra equipo, porque ese fue un punto de llegada de un largo camino.

    A mis compañeros de estudio y de investigación; con ellos se generan conversaciones valiosas y motivadoras en las que siempre es un placer participar a través de interrogantes, autores, ideas y preocupaciones, lo que cala hondo en mi pensar.

    A mis pacientes (niños, niñas y adolescentes) y a sus padres, acompañantes o directores de hogares de alojamiento, por su confianza y porque fueron ventanas a través de las que pude observar y sentir paisajes a los que jamás hubiera accedido. Mi eterno agradecimiento a ellos por la humanidad y el aprendizaje profundo que despertaron en mí.

    A los médicos pediatras, trabajadores sociales y enfermeros, grandes disparadores de mis preguntas y mi búsqueda, así como a cada actor institucional que se solidarizó con la idea de que un hospital de niños no es sin cultura, juego, lectura y arte. Aunque lo institucional resiste siempre a la creatividad, encontrar compañeros que sostengan esa resistencia es maravilloso.

    A mis analistas, supervisores y maestros del camino; por ellos pude transitar mi trabajo, mis interrogantes, mi angustia y abrir el canal de la escritura.

    A quienes me ayudaron a crear, pensar y elaborar el presente libro, entre ellos, a Oscar Pelegrini, Silvia Dottori, Edit Villagy, Sylvia Sax, Facundo Blestcher, Mercedes Minnicelli, Amelia Imbriano, Olga Mater y Ricardo Cicerchia.

    A todos ellos, mi más sincero y profundo agradecimiento.

    Prólogo

    Por Mercedes Minnicelli

    ¿Qué hace un psicoanalista en un hospital? La pregunta que da título a este libro despierta la curiosidad de quienes –aún hoy– imaginan que un psicoanalista es un señor con barba y cabellos grises (barba gris y blanca, bien cuidada), sentado con un cuaderno en la mano, detrás de un diván. A poco de hojear las primeras páginas de este trabajo, cualquier lector/a/e/x se sorprenderá, tal como me sucedió a mí cuando comencé a leer esta obra que Lorena Aguirre generosamente me convoca a prologar.

    Les quiero contar impresiones. En cada capítulo, encontramos una imagen-síntesis realizada por la autora que ilustra la escena conceptual, anticipando una posición, un desasosiego, una esperanza, una alternativa.

    Este libro testimonia el camino de experiencias de Lorena Aguirre, en las que se encuentra la impronta de una trayectoria clínica de larga data –atravesada en el último período por la formación en Infancia e Instituciones–, que expone la riqueza del diálogo con textos provistos por distintos marcos de referencia, que permiten extender el horizontal para el abordaje de las presentaciones clínicas.

    Desde el inicio, la autora relata el andar de una psicoanalista, que va ampliando al lector su campo de lecturas, en diálogo con estudios historiográficos, filosóficos y antropológicos, tejiendo el entramado de historias hospitalarias en la provincia de Santa Fe. No es un libro que necesariamente deba leerse en el orden de su Índice, lo que lo convierte, además, en un texto de consulta que de modo permanente convoca a la interrogación.

    ¿Qué sucede a las niñeces y adolescencias que concurren a un servicio hospitalario? ¿Quiénes consultan? ¿Cuáles son los motivos de atención? ¿Cómo se presentan los padecimientos infantiles actuales? Es muy amplio el tipo de consultas que atiende un servicio hospitalario. Lorena Aguirre nos dirá que se trata de niñeces con dificultades tempranas, con problemas en la adquisición del lenguaje, en el aprendizaje, en el lazo social; de adolescentes con consumo problemático, cortes y actos contra su propia vida. Se detiene en un tipo de presentación clínica que muestra la exposición e intromisión de la sexualidad adulta: los abusos, el narcotráfico, el maltrato infantil y la violencia. Dirá que esta realidad no tiene límites ante la falta de propuesta simbólica de los adultos y la intolerancia a lo diferente. El maltrato, los abusos, la discriminación, el desvalimiento, el des-auxilio y el desamparo de estos pequeños sujetos se escucha por doquier.

    ¿Qué hay de nuevo-viejo en estas presentaciones? ¿Cuál es el lugar que sostenemos como adultos, más allá del rol que cada quien desempeña? Estos son temas que la autora explora, por los que navega, se sumerge y emerge discursivamente, ofreciendo al lector la sensación de estar conversando en un diálogo distendido.

    En tiempos en que la falta de los recursos necesarios para el área de niñeces, adolescencias y familias confronta con la emergencia de una nueva minoridad, Lorena ilustra, captura representaciones que regalan aquello que precisa ser visto, expuesto, visibilizado. En cada capítulo, la imagen del problema anuncia lo que luego se desplegará. Cada una de ellas nos ofrece el punto de vista de niñas y niños en la escena, que no es tan simple delimitar, recortar y sostener.

    El diálogo convoca a quienes desean ingresar en un campo de estudios, de prácticas, de investigación y análisis tanto como a quienes lo venimos transitando desde hace tiempo.

    Resulta prometedor que las nuevas camadas de candidatas, candidatos y candidates al ejercicio del oficio de analista cuenten con estos relatos, tan necesarios, tan frescos, tan deseosos de ser leídos en tiempos, además, en los que la pregunta por la sobredosis de imagen no puede sustraerse de los efectos de la pandemia.

    En el recorrido de los capítulos de esta obra identificamos distintos momentos; algunos más vinculados a diálogos entre saberes que promueven el pensar en clave de infancia e institución(es) de discursividad, y otros vinculados a la experiencia clínica. Todos se alimentan entre sí y nutren el campo de la práctica hospitalaria que se transmite, se respira en cada renglón de este texto.

    La lectura hace posible identificar la apelación, entre líneas, a que cada analista, cada profesional pueda descubrir los puntos ciegos a los que, de un modo o de otro, confronta la experiencia narrada. Será en transferencia que el oficio pueda configurarse en cada caso, en cada oportunidad, en cada pregunta que incesantemente no puede responderse cuando se trata de excesos que recaen sobre los cuerpos infantiles.

    En diversas ocasiones recordé cuando, en el año 2004, salió a la luz Infancias públicas. No hay derecho, en esta misma editorial. Ese texto planteó un mojón para revisar qué implica ir a contracorriente en las prácticas psicoanalíticas destinadas a niñeces y adolescencias en instituciones.

    Pasados los años, quisiera –desearía– poder compartir la perspectiva esperanzadora de su autora, cuando expresa que preservar la subjetividad es algo propio de nuestra especie, aquello que nos hace humanos.

    ¿Qué es ir a contracorriente en el ámbito institucional? ¿Cómo se hace? Cada capítulo-ensayo de este libro hablará de las peripecias de un psicoanalista que trabaja con niños, niñas y adolescentes en una institución de Salud para ir a contracorriente, para preservar su subjetividad, lo propio de nuestra especie, aquello que nos hace humanos.

    Lo que sí es esperanzador es que textos como el presente nos permitan renovar lectores, analistas, profesionales de diferentes campos, dispuestos a otorgar otro lugar a dispositivos y prácticas. Es una apelación a la que me sumo, en tanto año a año, caso a caso, institución por institución se constata que no hay generalización posible respecto de este tema. Entonces, mantener prácticas subjetivantes requiere una posición ética firme –como la de Lorena Aguirre– para que sostener la pregunta sea la consigna inclaudicable.

    Y, ¿ante qué no podemos claudicar? Ante la escucha a las niñeces, a sus síntomas, a sus palabras y a sus silencios… A los efectos de los dispositivos que muestran la diferencia cuando producen sujetos que pueden sanar de sus heridas respecto de aquellos que solo las acrecientan.

    Si partimos de considerar que instalar la pregunta marca la tarea, se tratará de hallar formas múltiples para intervenir mediante ceremonias mínimas. Hacer del trabajar con otros una acción cotidiana permitirá nuevos intercambios para producir la interlocución con colegas y otros profesionales que participan del caso a caso, más allá de las urgencias que inundan las instituciones y no deben constituir un justificativo.

    Las instituciones de atención de los problemas que afectan a niñeces, adolescencias y sus familias requieren de un plus a ciertas prescripciones analíticas que no confundan la abstinencia (de los propios ideales morales, religiosos) con indolencia. En cada capítulo de este libro, Lorena Aguirre apela a la sensibilización de quienes se dedican a la atención en el campo de la Salud Mental.

    De manera clara expresa que, en todos los casos posibles, es preciso sostener el deseo de apostar a la creación. En esta clínica, la intensidad es la constante, dado que no se trata con el desvalimiento imaginario, sino con aquel que la propia realidad de vidas difíciles expone al desnudo.

    Si bien desde el tiempo en el que, en Infancias públicas. No hay derecho fue posible sumergirse en el cotidiano de los hogares convivenciales, el desborde de los comportamientos infantiles actuales expone de modo contundente que poco hemos avanzado al respecto, a pesar de contar en los últimos años con un mayor desarrollo teórico-clínico que puja por un lugar, cuando las tradiciones insisten en silenciar y enchalecar químicamente a las niñeces.

    La pregunta a los/las lectores/as resulta más que necesaria: ¿desde qué paradigma piensa cada quien los padecimientos psíquicos en la infancia?

    Aún es preciso dar batalla para que las prácticas de cuidado no sean solo una impostura burocrática (o burrocrática, deberíamos escribir).

    Al recortar una ceremonia mínima que se reitera en el decir de quienes se encuentran a cargo de prácticas de cuidado en forma de sentencia (Está mal visto que los quieras), Lorena Aguirre advierte una vez más que el desamparo simbólico es una de las formas contemporáneas de expresión de lo real en los sujetos infantiles. Las instituciones requieren ser pensadas como escenario de posibilidad subjetivante, sin chances para experiencias de deshumanización. Hay mucho por hacer al respecto.

    Los testimonios clínicos de este libro no solo nos exponen a la sensibilidad ética de su autora, sino a esa posición como analista que no cede ante el deseo de crear condiciones de posibilidad para el advenimiento subjetivo, efecto de acciones interdisciplinares.

    Encontrar relatos de filmes, poemas, arte y texto atrapa en la lectura, que da señales claras de lo posible en la adversidad, de tomar la palabra ante la intemperie subjetiva, en la medida en que la relación de sujeto e institución se sostenga en el diálogo permanente que permite mantener vivo el enigma. Esto es viable, si el personal de Salud puede integrar un hacer en el que el cuidado de sí forme parte de lo que entendamos como el desempeño profesional en un hospital.

    Ese es el desafío para acompañar a los niños, niñas y adolescentes que están en las instituciones y realizar prácticas que no solo los humanicen a ellos sino también a los trabajadores, ya que de esta manera se constituyen condiciones laborales dignas y reparadoras, que construyen salud en nosotros y relanzan deseos y apuestas, entusiasmándonos.

    Retomemos la pregunta inicial: ¿qué hace un psicoanalista en un hospital? A esta altura, podríamos decir que su oficio es artesanal y se sirve del arte, el juego y la cultura como un nido simbólico, herramienta necesaria no solo para este pequeño sujeto en construcción sino para quienes se encuentren a cargo de acompañar todo aquello que conlleva una intervención. Dirá Aguirre, parafraseando a Graciela Montes (1999), que lo que ofrece la cultura es habitar otro mundo; habitar la ficción es poder construir en el vacío. Esta frase abre otra dimensión de trabajo completamente negada y desconocida en un hospital.

    A pesar de tantas experiencias y constataciones fehacientes respecto de la eficacia de estas perspectivas, aún se sostiene el debate de dogmas, mitos y leyendas que impiden avances en materia de tratamientos en clave de producir ese efecto que es la salud mental.

    La pandemia fue elocuente a la hora de confinar a las niñeces de un modo que no midió consecuencias. Probablemente sea este el tiempo en que debamos prestar la mayor atención para que el efecto confinamiento en pandemia no retorne como una nueva patologización de las niñeces. También para dar lugar al padecer propio de la pérdida de seres queridos.

    Una frase convoca a un nosotros, los que trabajamos con niños… Ese nosotros recorta a un grupo, a un no-todos, en una posición subjetiva específica: la de la disponibilidad, la de la disposición, la del disponerse a… crear condiciones de posibilidad. Habilitar chances, oportunidades para que el juego pueda producirse como expresión del niño.

    Quisiera detenerme en un punto por demás importante, destacado en la metodología de abordajes que propone Lorena Aguirre. Jugar no es sinónimo de entretenimiento, sino una actividad del pensar infantil que lo compromete de manera íntegra. El juego está lejos de ser analogable a lo placentero. El juego es intensidad, recreación de lo vivido pasivamente. El juego es repetición en su doble vertiente, la que compulsa a expulsar de sí lo insoportable, sin lograrlo, insistiendo una y otra vez en una vuelta sin fin, y esa otra que, ante el retorno de lo mismo, crea la hiancia para lo distinto. El niño se transforma a sí mismo en el juego, se reconstruye a partir de hacerle padecer activamente al objeto lo vivido pasivamente.

    Sin embargo, no toda expresión infantil es analogable al juego, aunque no hay dudas de que jugar es el camino terapéutico que ningún sujeto infantil puede hacer a solas. Siempre es en transferencia, cerca de otros, sirviéndose de palabras, gestos y objetos que inviste de significación.

    ¿Qué nos aporta el psicoanálisis en estas consideraciones? Lorena Aguirre responde que No podemos cambiar el mundo, pero podemos apostar a trabajar y cambiar una situación específica, a nuestro alcance, con acciones mínimas, pero no menores.

    Como probablemente nunca antes en la historia, ahora contamos con un marco normativo que permite sustentar dispositivos y prácticas en clave de derechos. Sin embargo, aún hay mucho por hacer.

    La escucha clínica en espacios colectivos, trabajar en equipo y aceptar el diálogo entre saberes hace a una renovación posible de las prácticas del psicoanálisis en cualquier ámbito, en particular, en un hospital, como la autora expone en una singular práctica clínica que alimenta el oficio de cuidado en transferencia.

    Retomo un aspecto de las ilustraciones; una a una, ellas cuentan cómo Lorena escribe sus prácticas: diseña escenas, las grafica, las comparte. Algo de alivio surge al encontrarnos con esas imágenes. Su perspectiva expone que no estamos solos ante aquello que tanto aflige.

    Este libro sin duda aportará a otros posibles. Permitirá contar con una herramienta –más que necesaria en lo que tantas veces se vive como el desierto de palabras académicas– a quienes a diario se desempeñan en hospitales y otras instituciones.

    Introducción

    ¿Qué hacemos los psicoanalistas en el ámbito hospitalario? ¿Qué hacemos cuando hacemos lo que hacemos? ¿Qué hace un psicoanalista en un hospital? Llevo muchos años trabajando estas preguntas y buscando dar forma a estos interrogantes que me interpelan en mi práctica, en mi quehacer y en mi posición. Aunque parezca redundante, ellos implican un punto clave y constituyen un faro en un terreno en el que se disputan tantos saberes y poderes: los médicos, jurídicos, escolares, culturales, históricos, y los saberes de tradiciones y mitos del paciente y de la familia, entre otros, de acuerdo a la singularidad de cada situación.

    Trabajar en el ámbito público en Salud Mental es un desafío que se multiplica cuando se trata con infancias y adolescencias desvalidas. Este reto apela de modo constante y cotidiano a la inteligencia, la creatividad, la afectividad y la subjetividad personales. En estos lugares en los que el dolor y el desamparo abundan, se marcan los límites humanos donde la frustración y lo imposible se hacen sentir. ¿Cómo seguir trabajando lo imposible, pero desde lo posible, frente a los grandes casos tragedias que siempre aparecen silenciosos en los ámbitos públicos? ¿Cómo continuar, si se ignora si servirá toda una entrega de trabajo y de humanidad?

    El psicoanálisis es la chance de cambiar el lugar destinal de un sujeto. Esta frase de Zöpke (1997) enciende una luz de esperanza. Poder hacer alguna cosa entre el origen y el destino de un sujeto, tener esta convicción, permite que algo de eso pase en las historias de vida de estos niños, niñas y adolescentes (NNyA)¹ que llegan a la consulta o internación. Esa es la posición ética a sostener como analista de las infancias y adolescencias:

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