Fuera de servicio: Cuentos de mujeres en el borde
Por Adriana Valeiras
()
Información de este libro electrónico
En "Autoboicot", uno de los cuentos que integran este libro, la voz narradora dice sobre una mujer que está huyendo: "Después se entregó a pensar que su fuga la convertía en lo peor, lo más abominable de la estirpe humana: la madre que abandona a la cría. La mala madre. El error de la naturaleza. La negación del instinto".
En estos relatos de Adriana Valeiras siempre aparece con claridad el eje. Porque, en primer lugar, Valeiras es una escritora hábil. Ese hecho medular es el punto a partir del cual. Pero no son aristas las que despliegan desde allí. Lo que se amplía es la mirada de la autora, que se posa sobre los rostros, que se aleja para buscar la perspectiva del camino, que acompaña el transcurrir de estos personajes.
Por eso, al leer estos cuentos uno siente estar frente a un hallazgo: una voz potente, un estilo personalísimo y una gran capacidad narrativa para pasar de una historia a otra, de pasear al lector por dramas y sensaciones, psicologías y destinos.
Relacionado con Fuera de servicio
Libros electrónicos relacionados
La conexión maltesa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las huellas de lo que fuimos: Historias unidas por el viento Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl desván Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCoral, encantada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPasiones Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAlegría Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMujeres en la cruz Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBajo el cielo de Manhattan: Jamás imaginó que ese viaje cambiaría el sentido de su vida para siempre Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAmor de carretera Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas maravillas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Joyita Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl corazón del silencio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesContorno Convexo: Relatos Cortos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Finta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBuscavidas: Memorias de un vagabundo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHombres Inofensivos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPropuesta imposible Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesQué ganas de no verte nunca más Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRenacen las sombras Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl día que se me ensució el parabrisas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNo me digas que fue un sueño: Una historia de amor en la Revolución maderista Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¿Para qué habitar el mundo real? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa ciudad de todos los adioses Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHuéspedes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMermelada de pétalos de rosas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas Divas De Mi Barrio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl misterio de la calle de las Glicinas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl apeadero del Muerto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAnna Grimm, investigadora criminal (epub) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMaratón: Historia de un runner Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Mujeres contemporáneas para usted
Esposa por contrato Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La Asistente Virgen Del Billonario Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El hilo escarlata Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Año del Billonario Vol. #1 : Conociendo su Secreto Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El libro secreto de Frida Kahlo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Y el shofar sonó Calificación: 5 de 5 estrellas5/5100 cartas suicidas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La primera mestiza. Una novela bellísima y rigurosamente documentada sobre una de las mujeres más fascinantes del Siglo de Oro. Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAtrévete a Amar Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Relojero: Una Novela Corta (Edición en Español) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Neko Café: No necesitas siete vidas, puedes ser feliz en esta Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Niñera Virgen Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Éxtasis... Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El hijo de redención Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El jardín de Leota Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Obras completas de M. Luisa Bombal Tomo 2 La amortajada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La vida tranquila Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una mínima infelicidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLady Susan Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Obras completas de M. Luisa Bombal Tomo 1 La última niebla Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Asesinatos en familia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesInterceptado por el Amor - Parte 1: El Corazón del Quarterback, #1 Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Viviendo con mi sexy hermanastro Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La luz más cruel: Un fascinante thriller histórico en el que la búsqueda de la belleza más pura se confunde con el mal. Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El año de la coronación Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVeinticuatro horas en la vida de una mujer Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una noche de pasión: Secretos de familia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Salí a buscarme Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPor la vida de mi hermana (My Sister's Keeper): Novela Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las normas de la casa: Una novela Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Fuera de servicio
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Fuera de servicio - Adriana Valeiras
FUERA DE SERVICIO
CUENTOS DE MUJERES EN EL BORDE
ADRIANA VALEIRAS
Metrópolis LibrosNARRATIVAS
Valeiras, Adriana
Fuera de servicio / Adriana Valeiras. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Metrópolis Libros, 2023.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-631-6505-14-9
1. Literatura Argentina. 2. Narrativa. 3. Cuentos. I. Título.
CDD A863
© 2023, Adriana Valeiras
Primera edición, junio 2023
Coordinación editorial
Martín Vittón
Diseño y diagramación
Lara Melamet
Ilustración de cubierta
Lola Polanco
Corrección
Patricia Jitric y Malvina Chacón
Conversión a formato digital
Estudio eBook
Hecho el depósito que establece la ley 11.723.
Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin la autorización por escrito de los titulares del copyright.
Metrópolis LibrosEditorial PAM! Publicaciones SRL, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
www.pampublicaciones.com.ar
A mí misma.
Y a la otra, bajo cuyo asedio escribí muchas de estas páginas.
Autoboicot
«Una mujer que mira tanto sus movimientos frente al espejo, ¿cómo va a tener hijos y educarlos?»
HEBE UHART, La elevación de Maruja.
Decidida, enfrentó el espejo del baño.
Sostuvo la mirada.
Qué patética. Se tuvo lástima.
Ya no podía seguir evitándolo, era el momento de huir. Lo que restaba definir era si lo hacía llevándose a sus hijos o a sus cremas anti-age.
Volvió a mirarse, tomó un neceser grande, lo apoyó en el filo de la mesada y con un movimiento preciso del antebrazo izquierdo metió los frascos y potes de incumplidas promesas de juventud perenne. Después, fue hasta el dormitorio y hurgó en el cajón de las medias de Andrés hasta dar con el rollo de dólares que guardaban por si alguna vez entraban ladrones. Lo tiró dentro de su cartera. Aprovechó el envión para meter algo de ropa en la primera valija que encontró. Tenía que apurarse para no cruzarse con Nina, que siempre llegaba a las nueve en punto.
Venía macerando la idea de escapar desde hacía un par de meses, pero esa mañana, después de raspar las tostadas que el tostador no escupió a tiempo, después de cerrar los tapers de las viandas, después de estrellarse el dedo chiquito contra el zócalo mientras corría a buscar un palo de hockey, de subir a los chicos al auto, de abrochar el cinturón de seguridad de Martincito, cuando vio el coche doblar en la esquina y giró sobre sí misma para entrar a su casa, en ese instante supo que era el momento. Más tarde atribuiría el impulso a la mueca de desdén instalada —como todas las mañanas— en la cara de Andrés, que con las manos al volante esperaba con calma impostada que ella terminara de alistar a los chicos.
Y entró. Pero para agarrar lo indispensable, volver a salir y salvarse.
Sabía que si se subía una vez más a la bici fija a quemar horas vacías en la clase de spinning, a pedalear alienada hacia ningún lado, acabaría volviéndose loca. El día anterior había tenido que abandonar la clase antes de terminarla, de nuevo ese estado nauseoso. Temió vomitar el desayuno y se imaginó al profesor, fastidiado de tener que interrumpir sus halagos al culo más turgente, o más dispuesto, para asistirla. ¡Qué asco de tipo, siempre de pesca! Y seguro que algo pescaba. Lo ayudaba la ventaja numérica de ser el único hombre entre tantas mujeres, y cierto grado de musculación que todavía defendía, aunque era obvio que había pasado los cincuenta hacía más tiempo del que él pretendía sugerir. Aunque ¡la panza! Con la panza no había caso: ya se le insinuaba, irreductible. Vamos, rubia. No aflojes, dale que te sobran piernas.
Otra oleada de náuseas. Está teñida, viejacho pelotudo. Pero sintió pánico. Había algo atávico en todas esas mujeres, ella incluida, que las hacía comportarse como gallinas a las que acaban de meterles un gallo en el gallinero. Sintió miedo y desprecio. Se bajó de la bici y se fue. Por supuesto, el gallo no registró su salida.
Metió en el auto la valija, el neceser, la cartera. Se dio cuenta de que seguía en pijama. Volvió a entrar. En el sillón del dormitorio, hecha un bollo, estaba la ropa que había usado el día anterior. Se la puso rápido, se calzó lo primero que encontró, con un movimiento rápido se recogió el pelo con un broche de plástico. Se fue sin llevarse las llaves.
Enfiló hacia la General Paz dirección Río de La Plata. Después tomó Lugones, Illia, para cruzar la 9 de Julio de norte a sur. Se hartó de la radio que desgranaba las habituales noticias de traiciones políticas, motochorros, atascos de tránsito. La tenían sin cuidado. Apagó la radio. Conectó su celular y eligió la lista que había armado una tarde de domingo, escapándole al frío adentro del auto mientras esperaba que Lucas terminara de jugar al rugby: Rock and pop argento
la había llamado. Estoy vencida porque el mundo me hizo así, no puedo cambiar. Sonrió un poco. Parece que la fiesta terminó, perdidos en el túnel del amor. Un escalofrío, como un fulgor, le subió por la espalda… esta vez el esclavo se escapó, cantó a los gritos, aferrada al volante. La sonrisa ya era dueña de su cara.
El semáforo en rojo la detuvo en la intersección con Viamonte. Desfiló ante ella una multitud de personas, cansinas o impetuosas, con un rumbo concreto o sin destino. ¿Cómo serían sus vidas? ¿Cuáles tendrían hijos, o pareja, o familia? ¿Sentirían, aun teniéndolos, un vacío existencial que los situaba cada mañana al borde del precipicio?
Se acercó un chico. Vendía pañuelos de papel. Ella pulsó el botón de abrir la ventanilla mientras recordaba a Andrés. Nunca bajes el vidrio porque estos pibes te afanan.
—¿Cuánto cuestan?
—Seis al precio de cuatro, doña.
—Dame los seis paquetitos y quedate con el vuelto.
—Gracias, doña.
—¿No vas a la escuela?
—A la tarde.
El semáforo abrió, el chico volvió de un salto al boulevard y ella siguió su camino. Tendría más o menos la edad de Lucas. En su doña
, en su manera de mirarla a los ojos, había un respeto que su hijo no tenía cuando le pedía —cuando exigía— traslados al club y cena sin hidratos. Igual que Lara. No, igual no. Con Lara era peor. Su hija mayor había desarrollado últimamente un modo sutil pero punzante de hacerla sentir fuera de lugar. Le parecía que sentía vergüenza de ella, que por momentos la despreciaba. Esa forma de poner los ojos en blanco y pegar media vuelta dejándola con la desazón colgada del alma y