Poema Salmos de Invierno Mario Montalbetti

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Salmos de invierno

a treinta tardes solo revelando secuencias de dolor que a nadie atraen puedo oler tu retraccin cada vez que avanzo en verdad huyo la sombra de tus perros son huecos en la tierra busco las cadencias inauditas de tu bulla y sonro no slo lo he perdido todo tambin s dnde se ha ido

b sea esta tarde naturaleza de la que no puedo escapar lluvias viento nimbos he vvido en una casa vaca por demasiado espacio en un solo instante a falta de caracolas marinas me acerco piedras al odo y escucho las extraas meditaciones de los fsiles escucho y no me dicen nada algn da ver tu rostro y sabr lo que ocultas acaso mi coleccin de padres que hicieron lo imposible por hacerme sentir cosas en las que no pienso? todo esto no debiera sorprenderme especialmente ahora que el tiempo ha cambiado y una brisa helada me destiempla los dientes

c siento en la piel las emanaciones de tu severidad

me olvido es un hbito tus gestos vacos son familiares como el primer rostro por qu los asocio entonces con un viento de fuego que arrasa con los frutos del rbol? entre todos estos desiertos hay un desierto eterno que slo desertando puede mi corazn desertar

d si quieres ganar el cielo primero debes saber perderlo recoge por ejemplo un clavo e imagina el agujero del que provino qu dijo brodsky? que reconocemos a nuestros hermanos no por sus rostros sino por sus espaldas en las colas que forman en los confesonarios la vida pasa como pasa la corriente cuando agarras un cable pelado arroja el clavo guarda el agujero arroja el agujero al suelo

e ezequiel es un buen nombre pero debi ser desierto y no profeta buscando visiones como turista tras un souvenir ya que tenemos ojos suponemos que hay algo que ver pero no hay nada que ver o lo que tenemos que ver no se ve con los ojos por eso si lo ves mtalo si me ves mtalo si te ves en el espejo y te reconoces anda por una cuerda y vers por fin o que lo que queras ver no tiene forma

ni color ni nmero

f las palabras que son como pozos que contienen su propia ausencia dnde estn? entre las letras en los espacios ciego en la fruta picada pero tambin en el ojo de la orca en la boca de la hostia en la carne acecinada la esperanza se parece tanto a la desesperacin djame or el mar sin terror sean nuestras conversaciones salsas que se reducen hasta el silencio

g sentado entre montaas como una navaja afilada por un slo lado acaricio el rostro del trueno hago aicos las cataratas 10000 lunas duermen sobre 10000 crneos buscando la saturacin azul en el cielo cada paso cruza el ro pero slo la suma de todos los pasos es la otra orilla las mareas del regocijo y de la pena no tienen dominio sobre esta carnicera ofrceme una sombra que dure tambin la oscuridad viaja a la velocidad de la luz

h qu resta sino girar en las tardes la rueda de los rezos a las puertas de la muerte? o la observacin del sol? pero uno sigue hablando cada vez ms solo diciendo menos por decir algo a las puertas de la muerte ahora que todos lo saben ahora todos

saben a lo mismo por eso morimos siempre cuando morir ya no es necesario a las puertas de la muerte

z el desierto es mi pastor todo me falta

De Fin desierto, 1995

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