Romance
Romance
Romance
^JU>JTA
'
f
XXV
^ I N S T I T U T O ESCUELA
C^DDE
PARA AMPL E S T U D I O S
IACIONNS^S*? CK2
A presente B I B L I O T E C A
trata de incluir en treinta tomitos las obras cuyo conocimiento nos parece ms esencial o ms conveniente en los primeros aos de la enseanz a . Los treinta volmenes estn formados obedeciendo a un canon literario, a un catlogo previamente establecido, de aquellas obras mejores que el estudiante debe frecuentar en el comienzo de sus estudios para adquirir los fundamentos de su cultura tradicional hispnica.
La BIBLIOTECA LITERARIA
DEL E S T U D I A N T E est dirig i d a por Ramn Menndez P i d a l , y la seleccin de los trozos comprendidos en los varios volmenes est encomendada a P e dro Blanco, Amrico Castro, Juan Dantn, Enrique Dez-Canedo, Samuel Gil, Justo Gmez Ocern, M a ra Goyri de Menndez P i dal, Miguel Herrero, J. R. Lomba, Margarita M a y o , Jimena Menndez Pidal, Toms Navarro, Federico Ruiz Morcuende, Josefina Sela, Antonio G. Solalinde, R. M . * Tenreiro, Jos Vallejo, Gonzalo Menndez Pidal, etctera. Ilustraciones de Fernando Marco. Estos volmenes tendrn de 150 a 350 pginas, y sus precios sern de 2 a 4 pesetas, segn el nmero de sus pginas. Se admiten
de
desde
la
ahora
pedidos
BIBLIOTECA
completa.
ROMANCERO
TOMO
XXV
ROMANCERO
SEGUNDA EDICIN
HECHA
POR PIDAL
MENNDEZ de A. Ruic
Castillo
MADRID,
MCMXXXVI
I N S T I T U T O
J U N T A P A R A
E S C U E L A
D E E S T U D I O S
A M P L I A C I N
15:
PRLOGO
Los romances son poemas pico-lricos cortos que se recitan o cantan. E n Espaa este tipo de poesa tiene caracteres particulares que marcan una gran diferencia con la considerada equivalente en otros pases. Siguiendo en uno de los grupos la historia, en el de los picos como ejemplo, nos encontramos que en su origen se apartan ya estos romances de sus semejantes de otras naciones. El primitivo romance pico espaol nace desgajado de poemas que se cantaron en Espaa durante la Edad Media. La poesa pica espaola es en su origen esencialmente castellana: castellanos son sus hroes; castellana su composicin, que desde el siglo x a las refundiciones del x v va difundindose por toda Espaa y abandonando su exclusivismo local. Y estos cantares de gesta, de los que a fines del x i v o principios del x v han de arrancarse los romances picos, se diferen7
PROLOGO
cian ya claramente de sus hermanos extranjeros. Ninguna pica nacional tiene su inspiracin en sucesos tan cercanos como la espaola (el mismo poema del Cid se supone compuesto unos cuarenta aos despus de la muerte de su hroe); lo que condiciona una serie de rasgos, como son la verosimilitud y el realismo, mal o bien llamado asi, pues desde un principio tiene la pica espaola un carcter en gran modo informativo. La extensin de los poemas espaoles es mucho ms reducida que la de los franceses: el cantar de mo Cid tiene slo unos cuatro mil versos; pero esta diferencia que se marca ya en los comienzos, se va agrandando de un modo marcadsimo en la decadencia, donde, mientras la pica francesa va hinchando sus poemas hasta llegar a extensiones de 40.000 versos, los poemas picos espaoles se han llegado a convertir en los pocos versos de un romance. El primitivo romance no es nada ms que un pequeo fragmento de un cantar de gesta, no es un resumen, en l no se cuenta ni interesa el principio ni el fin. El romance: " R e y don Sancho, rey don Sancho, no digas que no te a v i s o . . . "
8
PROLOGO
es un buen ejemplo de ello; en l no se nos sita la accin, nosotros tenemos que saber que doa U r r a c a est cercada en Zamora por su hermano don Sancho; que es un zamorano que teme hacerse cmplice de traicin el que avisa al Rey, y en este caso da la casualidad de que los diez ltimos versos, aadidos felizmente para redondear el episodio, estn compuestos por una persona enterada, que sigue la historia de los hechos; pero que aun as nos deja sin conocer cul es la promesa de Bellido Dolfos a doa Urraca. Claro que el romance no pierde nada por ello. E n Francia la pica muri de hartura, interminables compilaciones para lectores profesionales fueron su mortaja; en Castilla se dedic al pueblo y l le dio nueva vida, y ste fu en Espaa el origen del romancero heroico. P o r esto en un principio los romances se inspiran nicamente en la tradicin peninsular; aunque al poco tiempo aparecen figuras extraas a esta tradicin, como Melisenda, la hija del Emperante, el Marqus de Mantua, etc., perdiendo ya as el exclusivismo poltico militar de un principio: pero siempre siendo prximo reflejo de la vida nacional. Cuando, sin apoyo oficial (como supo repeler la invasin francesa), el pueblo y los par9
PROLOGO
ticulares continan la obra de cinco siglos, la Reconquista, naci el romance fronterizo, que nos cuenta la lucha contra los musulmanes en su ltimo siglo, donde tanto abund esa galantera ensangrentada tan tpicamente espaola. Con la toma de Granada la poesa heroica agot su segunda vida. Los conquistadores de Indias, tal vez por estar en su apogeo el romancero, no fueron inspiracin para l, aunque s sus propagadores. El siglo x v i no da hechos histricos al romancero, pero es el siglo de la g r a n difusin del romancero. Los romances invaden los cancioneros cortesanos (pgs. 1 5 9 y 1 6 4 ) , incorporndose a la msica culta por mano de los msicos ms famosos: Miln (pg. 1 5 6 ) , Pisador (pgs. 1 0 9 y 1 7 3 ) , Salinas (pgs. 1 7 0 y 1 7 8 ) . Invaden el teatro, llevados por los mejores autores dramticos : Lope (pg. 23), Tirso, Caldern. La poesa culta gusta de cubrirse con el annimo del romance: Lope (pg. 1 1 7 ) , Gngora (pgina 1 2 1 ) . Y el romancero, despus de una floracin tan intensa, estaba condenado a pasar un mal invierno de siglo y medio, durante el cual se refugia y conserva su vitalidad en sus races populares; hasta que el romanticismo, por una
10
PROLOGO
aficin hacia lo original, siendo el romanticismo la exaltacin del individuo, busca en lo annimo su inspiracin. Porque el romancero durante su ltimo perodo, con el olvido a que se le releg, haba de cobrar su mayor poder: el del annimo.
Hemos visto cmo en el siglo X V I I I el romance sigue viviendo gracias a que la tradicin popular lo conserv, pues si no, el momento romntico a lo ms habra sido el de la resurreccin de un cadver. Y resulta que al repasar los romances que en cualquier poca se han seleccionado como mejores, nos encontramos con que en su inmensa mayora son del grupo de los tradicionales, tradicionales viejos o tradicionales actuales; pero casi todos tradicionales. Porque es que una g r a n belleza del romance tradicional es su estilo, en verdad algo difcil de caracterizar, porque es algo en que siempre participamos nosotros. Veamos cmo en el siglo x v i poetas como Lope y despus Gngora, atrados por el estilo del romance tradicional, componan otros, sugeridos por aqullos; pues bien, estos romances, en los cancioneros en que aparecieron publicados, figuran como annimos; sus autores
ii
PROLOGO
comprendan que el mayor encanto del romance es que, al pasar por nosotros, lo recibamos como algo annimo y sin acabar, en cuya formacin nos sentimos llamados a colaborar, aun cuando slo sea conservndolo en su misma forma. La vida de lo tradicional necesita, en primer lugar, de esa transmisin a travs del tiempo en que su elaboracin transcurre, desde su nacimiento condenada a no alcanzar forma definitiva. Cada variante que cada individuo introduce en el romance al sentirse coautor, est presidida por un impulso dirigido a la ms absoluta impersonalidad, y que podramos definir por la negacin de todos los impulsos que rigen al autor erudito al fijar su empeo en que la obra se reconozca como hija solamente de l, su autor, y la cual, al pasar por los aos, ser transmitida con la inerte pasividad con que manejamos aquello que slo podemos contemplar y en nada influir. La obra personal reviste la forma rgida de la expresin agotada, mientras el romance tradicional presenta la intranquilidad joven de lo que tiene la flexibilidad del cuerpo en formacin. Pero es el caso que dentro de estos romances, que por lo dicho deban tener la delimitacin de lo infinito, encontramos una forma
12
PROLOGO
particularsima; pues es innegable que aun cuando de momento nadie pueda concretarla, sin embargo, todos podrn decirnos instantneamente si un romance es o no tradicional, y si en l hay versos que no le pertenecen. Qu caracteriza la forma del romance tradicional? Primeramente su pura accidentalidad, cada palabra del romance tradicional es simple pretexto de expresin, el fondo dramtico o lrico queda libre a travs de la forma que no lo aprisiona. E n esto es opuesto por completo a la tendencia erudita que cifra su empeo en aprisionar la idea en una forma, que muchas veces la supera: mientras la expresin tradicional del romance no sobrepasa nunca el sentimiento subjetivo que despierta en nosotros, porque es simple camino de sugerencia. El ser de lo tradicional no est en la expresin, sino que nace en nosotros al contacto de la expresin. La expresin tradicional, por el fin a que est destinada, tiende a ser inadvertible: la forma del romance tradicional es un todo solitario, "pero su soledad no es aislamiento, no es soledad de isla, es soledad de mar, soledad que lo bordea todo, bandolo".
13
PROLOGO
Las versiones aqu reunidas, e s t n : unas por ya consagradas, otras por poco conocidas. Todas las versiones viejas se han conservado sin ninguna modificacin y estn tomadas de las colecciones ms diversas; entre las de la tradicin actual figuran versiones de todas las tierras, desde Asia Menor hasta de las regiones americanas; algunas de ellas tal vez se publican por primera vez, y todas ellas, las viejas y las actuales, estn aqu reunidas queriendo dar al romancero una de sus esencias: la diversidad, que tal vez se le haba, hasta hace poco, disminuido, al mirarlo con un criterio que por lo estrecho mal se acomodaba a l. La msica, que tan unida ha ido y va siempre al romance, aunque en este tomo no est su sitio, no podan faltar del todo; van algunas muestras, igual que las de los romances: unas por bonitas, otras por curiosas y tal vez, como entre las versiones de los romances, algunas por equivocacin.
A continuacin va una pequea nota de las colecciones ms importantes de romances, de los cuales se han seleccionado algunos de los que se imponen en este tomo, y en los que po14
PROLOGO
dris encontrar otras muchas versiones y tipos nuevos. Esta nota es, sin embargo, u n a lista insignificante comparada con lo que sera una bibliografa de los textos principales. Ni siquiera abarca las fuentes de este tomo. Principales colecciones viejas. Romancero General.Madrid, 1 6 0 0 . Romancero General.Madrid, 1 6 0 4 . Segunda parte del Romancero General.Valladolid,
1605.
Cancionero de Romances.Amberes, sin ao. Romancero General. 1614. Silva de Romances.Zaragoza, 1 5 5 0 . Colecciones y estudios modernos. Romancero General. A. Duran.Madrid, 1 8 4 9 . Primavera y Flor de Romances. F. J. Wolf.Berln,
1856.
Tratado de los Romances viejos.Antologa. Poetas lricos. M. Menndez Pelayo.Madrid, 1 9 0 3 . Romances populares recogidos de la Tradicin oral. Antologa. Poetas lricos. M. Menndez Felayo. Madrid, 1 9 0 0 . Flor Nueva de Romances Viejos. R. Menndez Pidal.Madrid, 1 9 3 3 .
!5
PROLOGO
Colecciones regionales. Coleccin de viejos romances que se cantan por los asturianos. Juan Menndez Pidal.Madrid, 1 8 8 5 . Romances populares de Castilla. Narciso Alonso Corts.Valladolid, 1 9 0 6 . Romancero popular de la Montaa. J. M. Cosso y Toms Moza.Santander, 1 9 3 3 . Romanceiro Geral Portuguez. Thephilo Braga. Lisboa, 1 9 0 6 . Romancerillo Cataln. Obras completas. T. VIII. M. Mil y Fontanals.Barcelona, 1 8 8 2 . El Romance en Cuba. Carolina Poucet. 1914. Romancero Nuevo mejicano. Aurelio M. Espinosa. New-York-Pars, 1 9 1 5 . Romances de Puerto Rico. Aurelio M. Espinosa. New-York-Pars, 1 9 1 8 . Romancerillo del Plata. Ciro Bayo.Madrid, 1 9 1 3 . Romances populares y vulgares. J. Vicua Cifuentes. Santiago de Chile, 1 9 1 2 . Romancero Judeo Espaol.Rodolfo Gil.Madrid,
a
1911.
16
Romances Histricos
ESTAKCIA :
campamento.
19
ROMANCES
HISTRICOS
que el comer les ha faltado. Psolos en tanto estrecho, que al fin han determinado de matar toda la gente que no tome arma en mano. Ponen fuego a la ciudad, ardiendo de cabo a cabo, y ellos dan en el real con nimo denodado; pero al fin todos murieron, que ninguno no ha escapado. Veinte das ardi el fuego, que dentro ninguno ha entrado. Ya que entrar dentro pudieron, cosa viva no han hallado, sino un mochacho pequeo, que a trece aos no ha llegado, que se qued en una cuba, do el fuego no le ha daadoVulvese Cipin a Roma, slo el mochacho ha llevado; pide que triunfo le den, pues a Soria haba asolado. Visto lo que Cipin pide,
1 2
1 y 2 pirar una
REAL:
sitio
en
la t i e n d a
est para
recompensa sobre
logrado
condiciones establecidas. 20
C I P I O
el triunfo le han denegado, diciendo no haber vencido, pues ellos lo haban causado. Lo que Roma determina por sentencia del senado, que Cipin vuelva a Soria, y que al mozo que ha escapado le ponga sobre una torre, la ms alta que ha quedado, y all le entregue las llaves, tenindolas en su mano, y se las tome por fuerza como a enemigo cercado, y en tomarlas de esta suerte, el triunfo le ser dado. A Soria vuelve Cipin, segn que le fu mandado; puso el mochacho en la torre del arte que era acordado; all las llaves le pide; mas l se las ha negado. Dijo: -No quieran los dioses que haga tan mal recaudo, ni por m te den el triunfo habiendo solo quedado, pues que nunca lo ganaste de los que ante mi han pasado \
PASAR :
morir. 21
ROMANCES
HISTRICOS
Estas palabras diciendo, con las llaves abrazado, se ech de la torre abajo con nimo muy osado, y as qued Cipn sin el triunfo deseado.
22
descubrir
el
in
este f a m o s o
romance
Celestina'*, y c u y o p r i m e r v e r s o l l e g a h a c e r
a*^^
ROMANCES
'^gg**'
HISTRICOS
-^*i>
gran gento discurra, y en Cabalo y en Rotundo la gente apenas caba; por el rico Coliseo gran nmero se suba; lloraban los dictadores, los cnsules a porfa; daban voces los tribunos; los magistrados plaan; los cuestores lamentaban; los senadores geman; llora la orden ecuestre, toda la caballera, por la crueldad de Nern que lo ve con alegra. Siete das con sus noches la ciudad toda se arda; por tierra yacen las casas, los templos de tallera, los palacios ms antiguos de alabastro y sillera; las moradas de los dioses han triste postrimera; el templo capitolino do Jpiter se serva; el grande templo de Apolo y el que de Mars se deca, sus tesoros y riquezas el fuego los derreta;
34
r>>
EL
tS3'
INCENDIO
r<
' i >
DE
ROMA
por los carneros y osarios la gente se defenda. De la torre de Mecenas lo miraba todo y va el ahijado de Claudio, que a su padre paresca: el que a Sneca dio muerte; el que matara a su ta; el que antes de nueve meses que Tiberio se mora con prodigios y seales en este mundo nasca; el que persigui a cristianos, el padre de tirana, de ver abrasar a Roma gran deleite resceba. Vestido en cnico traje decantaba en poesa. Todos le ruegan que amanse su crueldad y porfa. Doriforo le rogaba, Esporo lo combata, Claudio Augusto se lo ruega, Algaselo Mesalina; ni lo hace por Popea, ni por su madre Agripina; no hace caso de Antonia,
2 3
2 3
CARNERO : CNICO
fosa
donde
se
echan
los
cuerpos
de
Ins
ROMANCES
HISTRICOS
que la mayor se deca; Anco Planio se lo habla, Rufino se lo peda; por Britnico ni Trusco ninguna cuenta haca; a sus pies se tiende Octavia, sa que ya no quera: cuanto ms todos le ruegan l de nadie se dola.
E s t e es uno de los m s caracterizados romances eruditos. E l autor maneja en g r a n cantidad sus conocimientos; el romance es un alarde de recuerdos c l s i c o s ; su gracia est en este torbellino histrico.
MUDAR : m o v e r .
ROMANCES
HISTRICOS
iba tan tinto de sangre que una brasa pareca. Las armas lleva abolladas, que eran de gran pedrera; la espada lleva hecha sierra de los golpes que tena; el almete \ de abollado, en la cabeza se hunda; la cara llevaba hinchada del trabajo que sufra. Subise encima de un cerro, el ms alto que vea, desde all mira su gente cmo iba de vencida; de all mira sus banderas y estandartes que tena, cmo estn todos pisados, que la tierra los cubra; mira por los capitanes, que ninguno presela; mira el campo tinto en sangre el cual arroyos corra. El triste, de ver aquesto, gran mancilla en s tena; llorando de los sus ojos de esta manera deca: Ayer era rey de Espaa ,
2
t 2
ALMETE:
pieza
de
la
armadura
la
cabeza,
L o s ltimos
versos
d e este
romance
ta
EL
REY
RODRIGO
hoy no lo soy de una villa; ayer villas y castillos, hoy ninguno posea; ayer tena criados, hoy ninguno me serva; hoy no tengo una almena que pueda decir que es ma. Desdichada fu la hora, desdichado fu aquel da en que nac y hered la tan grande seora, pues lo haba de perder todo junto y en un da! Oh muerte! Por qu no vienes y llevas esta alma ma de aqueste cuerpo mezquino, pues se te agradecera?
Espaa...", cordados y todo l, e n general, son m u y xvn. frecuentemente repor nuestros poetas del siglo
'9
EL
REY
R O D R I G O
sola una ermita haba, donde estaba un ermitao que haca muy santa vida. El rey fu alegre de esto por all acabar su vida. Pidi al hombre que le diese de comer, si algo tena. El pastor sac un zurrn, ,que siempre en l pan traa; dile de l y de un tasajo que acaso all echado haba. El pan era muy moreno, al rey muy mal le saba; las lgrimas se le salen, detener no las poda, acordndose en su tiempo los manjares que coma. Despus que hubo descansado por la ermita le peda \ El pastor le ense luego por donde no errara. El rey le dio una cadena y un anillo que traa: joyas son de gran valer, que el rey en mucho tena. Comenzando a caminar, ya cerca el sol se pona,
i PEDIR : p r e g u n t a r . 31
EL
REY
RODRIGO
llegado es a la ermita que el pastor dicho le haba. l, dando gracias a Dios, luego a rezar se meta; despus que hubo rezado, para el ermitao se iba; hombre es de autoridad, que bien se le pareca . Preguntle el ermitao cmo all fu su venida. El rey, los ojos llorosos, aquesto le responda: El desdichado Rodrigo yo soy, que rey ser sola; vengo a hacer penitencia contigo en tu compaa; no recibas pesadumbre, por Dios y Santa Mara. El ermitao se espanta. Por consolallo deca: Vos, cierto, habis elegido camino cual convena para vuestra salvacin, que Dios os perdonara.
1
PARECA :
manifestaba.
33
1 2 ^ta. sM -re
lejanas. a su toma de la amor por Florinda, (segn rabe), del que de las el padre el de esvenganza invasin una tradiciones pasar
refiere Julin,
cau = as
haciendo
trecho a T r i k .
34
EL
REY
RODRIGO
tiene su alma perdida, por cuyos negros pecados toda Espaa es destruida. Por Dios te ruego, ermitao, por Dios y Santa Mara, que me oigas en confesin, porque finar me quera. El ermitao se espanta, y con lgrimas deca: Confesar, confesarte; absolverte no poda. Estando en estas razones, voz de los cielos se oa: Absulvelo, confesor; absulvelo por tu vida, y dale la penitencia en la sepultura misma. Segn le fu revelado, por obra el rey lo pona: metise en la sepultura que a par de la ermita haba; dentro duerme una culebra, mirarla espanto pona; tres roscas daba a la tumba, siete cabezas tena. Ruega por m, el ermitao, porque acabe bien mi vida. El ermitao lo esfuerza,
35
ROMANCES
HISTRICOS
con la losa lo cubra, rogaba a Dios a su lado todas las horas del da. Cmo te va, penitente, con tu fuerte compaa? Ya me come, ya me come, por do ms pecado haba; en derecho al corazn, fuente de mi gran desdicha. Las campanicas del cielo sones hacen de alegra; las campanas de la tierra ellas solas se taan; el alma del penitente para los cielos suba.
E s t e romance y el anterior se completan c o m o se habr notado. Son un bonito ejemplo de romances jugtarescos del siglo x v . T o m a d o s probablemente de una crnica, el poeta solamente se preocupa de dar n u e v a f o r m a narrativa al episodio; f o r m a n a r r a t i v a , bien tpica por cierto, llena de versos estereotipados e imgenes tradicionales, y tal v e z en ello est su arte. S a n c h o , en el Quijote, famoso el ltimo de estos romances. recuerda como
36
LUEGO : p r o n t o , sin t a r d a r .
37
ROMANCES
HISTRICOS
y ciento por los caminos, que a nadie dejis pasar; doscientos iris conmigo para con el rey hablar; si mala me la dijere, peor se la entiendo tornar. Con esto luego se parte y comienza a caminar; por sus jornadas contadas llega donde el rey est. De los doscientos que lleva, los ciento mand quedar para que tengan segura la puerta de la ciudad; con los ciento que le quedan se va al palacio real. Cincuenta deja a la puerta, que a nadie dejen pasar; treinta deja a la escalera por el subir y el bajar; con solamente los veinte a hablar con el rey se va. A la entrada de una sala con l se vino a topar; all le pidi la mano mas no se la quiso dar. Dios vos mantenga, buen rey,
1
ENTENDER : t e n e r
intencin.
38
ROMANCES
HISTRICOS
y a los que con vos estn. Dec: a qu me habis llamado o qu me queris mandar? Las tierras que vos me distes por qu me las queris quitar? El rey, como est enojado, an no le quiere mirar; a cabo de una gran pieza la cabeza fuera alzar. Bernardo, mal seas venido, traidor hijo de mal padre; dite yo el Carpi en tenencia , tomstelo en heredad. Mentides, buen rey, mentides, que no decides verdad, que nunca yo fui traidor, ni lo hubo en mi linaje. Acordrseos debiera de aquella del Romeral, cuando gentes extrajeras a vos queran matar; matronvos el caballo, a pie vos vide yo andar; Bernardo, como traidor, el suyo vos fuera a dar, con una lanza y adarga *
1
1 2
TENENCIA : gobierno, mando; opuesto a heredad, que es la patrimonial. ADASGA: escudo de cuero ovalado o de forma de corazn.
BERNARDO
DEL
CARPIO
ante vos fu a pelear. El Carpi entonces me distes sin vos lo yo demandar. Nunca yo tal te mand , ni lo tuve en voluntad. Prendedlo, mis caballeros, que atrevido se me ha. Todos lo estaban mirando, nadie se le osa llegar. Revolviendo el manto al brazo la espada fuera a sacar. Aqu, aqu mis doscientos, los que comis el mi pan, que hoy es venido el da que honra habis de ganar! El rey, como aquesto vido, procurle de amansar. Malas maas has, sobrino, no las puedes olvidar. Lo que hombre te dice en burla a veras lo quieres tomar; si lo tienes en tenencia, yo te lo d en heredad, y si fuere menester, yo te lo ir a segurar. Bernardo, que esto le oyera,
1 2
1 2
41
ROMANCES
HISTRICOS
esta respuesta le d a : El castillo est por m, nadie me lo puede dar; quien quitrmelo quisiere, procurarle he de guardar.
E l antagonismo y lucha entre el poder real y el seor feudal es m o t i v o frecuente en la literatura de la E d a d M e dia ; el rey, para mantener su soberana (tan problemtica en ciertos c a s o s ) , haba de saber contemporizar con todos y cada uno de sus subditos.
42
43
ROMANCES
HISTRICOS
y las de vuestros hermanos. No consintis que extranjeros hoy vengan a sujetaros y maana vuestros hijos sean de Francia un pedazo, y vuestras armas antiguas, el rico blasn trocando, veis de lises sembradas en lugar de leones bravos, y el reino que ha tanto tiempo vuestros abuelos ganaron, por slo el temor de un da vengan a mandarlo extraos. Aquel que con tres franceses no combatiere en el campo, qudese, y seamos menos, aunque habernos de igualallos. Esto acabando, arremete con la furia del caballo, diciendo: Sganme todos los que fuesen hijosdalgos.
1
La
conciencia
del a n a c r o n i s m o romntica.
se
puede
decir
que n o
existi
hasta
la poca
44
i o
TREGUAS : las
eran
por los
la
por
eclesisticos
daos
causaban
g u e r r a s intestinas, tan
en a q u e l l a
45
ROMANCES
HISTRICOS
que dicen de Carrin. Si mucho madruga el rey, el conde no dorma, no. El conde parti de Burgos, el rey parti de Len; venidos se han a juntar al vado de Carrin, y a la pasada del ro movieron una quistin: los del rey, que pasaran, y los del conde, que no. El rey, como era risueo, la su m u a revolvi; el conde, con lozana, el caballo arremeti; con el agua y el arena al buen rey ensalpic. All hablara el buen rey, su gesto muy demudado: Cmo sois soberbio, el conde! Cmo sois desmesurado! Si no fuera por las treguas que los monjes nos han dado, la cabeza de los hombros ya vos la hubiera quitado; con la sangre que os sacara
1
Desde
aqu fiesta
en el r o m a n c e que lleva
se c o n t r a p o n e n
l a s cosas
pro-
pias d e l a Gonzlez.
el r e y c o n l a s d e g u e r r a
de F e r n n
46
FERNN
GONZLEZ
yo tiera aqueste vado. El conde le respondiera como aquel que era osado: Eso que decs, buen rey, volo mal aliado: vos vens en gruesa mua, yo en ligero caballo; vos trais sayo de seda, yo traigo un arns tranzado ; vos trais alfanje de oro, yo traigo lanza en mi mano; vos trais cetro de rey, yo un venablo acerado; vos con guantes olorosos, yo con los de acero claro; vos trais gorra de fiesta, yo traigo casco afinado; vos trais ciento de a mua, yo trecientos de a caballo. Ellos en aquesto estando, los frailes all han llegado. Tate, tate, caballeros! Tate, tate, hijosdalgo! Cuan mal cumplisteis las treguas que nos habades mandado!
1 2
1 ro 2
conjunto
articuladas
m a d o c o n l
47
ROMANCES
HISTRICOS
All hablara el buen rey: -Yo las cumplir de grado. Pero respondiera el conde: Yo de pies puesto en el campo. Cuando vido aquesto el rey, no quiso pasar el vado; vulvese para sus tierras; malamente va enojado, grandes bascas va haciendo, reciamente va jurando que haba de matar al conde y destruir su condado. Mand, pues, llamar a cortes; por los grandes ha enviado; todos ellos son venidos, slo el conde ha faltado. Mensajero se le hace a que cumpla su mandado; el mensajero que fu de esta suerte le ha hablado:
E l p o r q u d e l a r i v a l i d a d e n t r e C a s t i l l a y L e n n o es f c i l de e x p l i c a r . L e n e r a m s c o n s e r v a d o r , representaba aburguel a t r a d i c i n ( v i s i g t i c a ) , e n l la v i d a e r a m s
s a d a ; C a s t i l l a , q u e h a b a d e r e s i s t i r el c h o q u e c o n t i n u o del e n e m i g o , n o p o d a e n t r e g a r s e a la b l a n d u r a de la v i d a de la c i u d a d . L o s h o m b r e s de C a s t i l l a , p o c o e n t e n d i d o s en la v i d a de p a l a c i o , v e r a n e n s u r e y y c o r t e s a n o s h o m b r e s r e l a j a d o s y dbiles de e s p r i t u ; m i e n t r a s ellos, riores. Castilla representa el espritu nuevo endurecidos e innovap o r u n a v i d a d u r a , se c o n s i d e r a b a n s u p e r i o r e s a s u s s u p e dor, pero simple.
48
u>
ROMANCES
23-**'
HISTRICOS
"s>
nin a cuantos con l son. Villas y castillos tengo, todos a mi mandar son; de ellos me dej mi padre, de ellos me ganara yo; los que me dej mi padre pobllos de ricos hombres ; los que yo me hube ganado pobllos de labradores; quien no tena ms de un buey, dbale otro, que eran dos; al que casaba su hija dile yo muy rico don; cada da que amanece por m hacen oracin; no la hacan por el rey, que no la merece, n o ; l les puso muchos pechos y quitraselos yo.
1 2
1 2
Los
RICOS
HOMBRES
formaban
la
primera
clase
de
la
y besronle la mano desde el chico hasta el mayor, y como buenos vasallos caminan para Arlanzn, al paso que andan los bueyes y a las vueltas que da el sol. Desierta dejan a Burgos y pueblos alrededor; solas quedan las mujeres y aquellos que nios son. Tratando van del concierto del caballo y el azor ,
1 2
1 seor 2 cos,
Besar y Se que, el
la mano a a de vasallo la el
ceremonia mutuos, de de e os
c
se
obligaban al desmaral
deberes
que dos
cesaban seor. en
naturarse
ser
animales Gonzlez, da da da el
1.000
ste
hizo
fuesse
pagado doblado", igual trato, al no doble del anterior. Cuando, encuentra ascen-
cada
se h u b i e r a suficientes
debido
cabo
rey
riquezas
para
pagarlo.
cifra
a que haba
53
ROMANCES
HISTRICOS
si ha de hacer libre a Castilla del feudo que da a Len. Y antes de entrar en Navarra toparon, junto al mojn, al conde Fernn Gonzlez, en cuya dem anda son, con su esposa doa Sancha, que con astucia y valor lo sac de Castroviejo con el engao que us. Con sus hierros y prisiones venan juntos los dos, y al estruendo de las armas el conde se alborot; mas conociendo a los suyos, de esta suerte les habl: D venis, m is castellanos? Digdesmelo, por Dios. Cmo dejis m is castillos a peligro de Alm anzor? All habl uo Lanez: bamos, seor, por vos, a quedar presos o m uertos o a sacaros de prisin.
1
e s
t o es, u n a can
contemporneo
del C o n
tomado
l a personificacin
del poder m u
sulmn.
54
ROMANCES
HISTRICOS
Ya convidan por Castilla, por Castilla y por Navarra; tanta viene de la gente que no hallaban posadas, y an faltaban por venir los siete infantes de Lara. Helos, helos por do vienen por aquella vega llana! Slelos a recibir la su madre doa Sancha. Bien vengades, los mis hijos, buena sea vuestra llegada. Norabuena estis, seora, nuestra madre doa Sancha. Ellos le besan las manos, ella a ellos en la cara. Huelgo de veros a todos, que ninguno no faltaba, y ms a vos, Gonzalvico, porque a vos mucho amaba. Tornad a cabalgar, hijos, y tomedes vuestras armas, y all iredes a posar al barrio de Cantarranas \ Por Dios os ruego, mis hijos, no salgis de las posadas;
i An rranas.
existe
en
Burgos
la
calle
tradicional
de
Canta-
56
LOS
SIETE
INFANTES
DE
LARA
porque en semejantes fiestas se urden buenas lanzadas. Ya cabalgan los infantes, ya se van a sus posadas; hallaron las mesas puestas y viandas aparejadas. Despus que hubieron comido, pidieron juego de tablas. Doa Lambra con fantasa grandes tablados armara. All sali un caballero de los de Crdoba la llana, caballero en un caballo y en su mano una vara; arremete su caballo; al tablado la tirara, diciendo: Amad, seoras, cada cual como es amada, que ms vale un caballero de los de Crdoba la llana, ms vale que cuatro o cinco de los de la flor de Lara. Doa Lambra que lo oyera de ello mucho se holgara.
1
i la
consista
en u n c a s t i l l e t e
de madera
q u e en
formaba
u n t a b l e r o , el q u e , t o m a n d o
c a r r e r a , el
l v a r a s o b o h o r -
dos.
57
ROMANCES
HISTRICOS
Odolo haba el ayo que a los infantes criaba; de all se haba salido, triste se fu a su posada; hall que estaban jugando los infantes a las tablas, sino era el menor de ellos, Gonzalo Gonzlez se llama; recostado lo hall de pechos en una baranda. Cmo vens triste, amo? Dec: quin os enojara? Tanto le rog Gonzalo que el ayo se lo contara. 'Mas mucho os ruego, mi hijo, que no salgis a la plaza. No lo quiso hacer Gonzalo, mas antes tom una lanza; caballero en su caballo vase derecho a la plaza; vido estar el tablado, que nadie lo derribara; enderezse en la silla, con l en el suelo daba; desque lo hubo derribado, de esta manera hablara: Amad, amad, damas ruines, cada cual como es amada,
58
LOS
SIETE
INFANTES
DE
LARA
que ms vale un caballero de los de la casa de Lara que cuarenta ni cincuenta de los de Crdoba la llana.
Los festejos que se celebraban con motivo ele un m a indel
trimonio fueron hasta m u y tarde de una ostentacin nada una f a m i l i a : una v e z celebrado el matrimonio
creble. E n estas fiestas era corriente que quedase a r r u i primognito, era difcil poder atender a los dems h e r m a nos ; y lleg a tanto el despilfarro, que los reyes se vieron en la necesidad de dictar leyes limitando el nmero de invitados y la duracin de la fiesta.
59
ROMANCES
H I S T R I C O S
Quin vivo no se hallara por no ver tan gran dolor como agora se esperaba! Si no os hubiera criado, no sintiera tanta rabia; mas quiraos tanto, mis hijos, que se me arrancaba el alma. Ciertamente nuestra muerte est bien aparejada! No podemos escapar de tanta gente pagana. Vendamos bien nuestros cuerpos y miremos por las almas; peleemos como buenos; las muertes queden vengadas; ya que lleven nuestras vidas, que las dejen bien pagadas. Como los moros se acercan, a cada uno por s abraza; cuando llega a Gonzalvico, en la cara le besara. Hijo Gonzalo Gonzlez, de lo que ms me pesaba es de lo que sentir vuestra madre doa Sancha! Erades su claro espejo, ms que a todos os amaba. En esto los moros llegan,
62
L O S
SIETE
INFANTES
DE
L A R A
traban con ellos batalla; los infantes los reciben con sus adargas y lanzas. Santiago! Santiago! a grandes voces llamaban. Matan infinitos moros, mas todos all quedaran.
E n la lucha que soport el suelo de E s p a a durante s i g l o s la batalla fu r a r a ; lo comn fu la escaramuza, la celada y la incursin en que un g r u p o guerrero pasaba la frontera, y , rpidamente, antes de encontrar resistencia, saqueaba e incendiaba una comarca, retirndose inmediatamente con el botn recogido. P o c a s veces se encontraron los enemigos en batalla
i de Para guerra, esforzar el a los del
campal.
combatientes caudillo, la se usaba, del como mismo grito o el
nombre
tierra
n o m b r e del s a n t o
patrn.
63
LOS
SIETE
INFANTES
DE
L A R A
Y limpindolas la sangre asaz se fuera a turbar; dijo llorando agrmente: Conzcolas por mi mal! La una es de mi carillo , las otras me duelen ms! De los infantes de Lara son, mis hijos naturales. As razona con ellos como si vivos hablasen: Dios os salve, el mi compadre, el mi amigo leal! Adonde son los mis hijos que yo os quise encomendar? Muerto sois como buen hombre, como hombre de fiar. Tomara otra cabeza del hijo mayor de edad. Slveos Dios, Diego Gonzlez, hombre de muy gran bondad, del conde Fernn Gonzlez alfrez el principal, a vos amaba yo mucho que me habades de heredar. Alimpindola con lgrimas, volvirala a su lugar, y toma la del segundo,
l
CARILLO :
querido.
65
ROMANCES
HISTRICOS
Martn Gmez que llamaban. Dios os perdone, el mi hijo, hijo que mucho preciaba, jugador era de tablas el mejor de toda Espaa, mesurado caballero, muy buen hablador en plaza. Y dejndola llorando, la del tercero tomaba. Hijo Suero Gustos, todo el mundo os estimaba, el rey os tuviera en mucho slo para la su caza, gran caballero esforzado, muy buen bracero a vantaja Ruy Gmez, vuestro to, estas bodas ordenara! Y. tomando la del cuarto, lasamente la miraba. Oh hijo Fernn Gonzlez, (nombre del mejor de Espaa, del buen conde de Castilla aquel que vos baptizara), matador de puerco espn *, amigo de gran compaa! Nunca con gente de poco
1 2
1 2 3
arrojadiza.
66
***
CT
" '
"r
LOS
S I E T E
INFANTES
DE
L A R
os vieran en alianza. Tom la de Ruy Gmez, de corazn la abrazaba. 'Hijo mo, hijo mo! Quin como vos se hallara ? Nunca le oyeron mentira, nunca por oro ni plata; animoso, buen guerrero, muy gran feridor de espada, que a quien dbades de lleno, tullido o muerto quedaba. Tomando la del menor, el dolor se le doblara. Hijo Gonzalo Gonzlez! Los ojos de doa Sancha! Qu nuevas irn a ella, que a vos ms que a todos ama! Tan apuesto de persona, decidor bueno entre damas, repartidor de su haber, aventajado en la lanza. Mejor fuera la mi muerte que ver tan triste jornada! Al duelo que el viejo hace toda Crdoba lloraba.
E l elogio fnebre era ritual; las palabras de Gustos son el ms fiel reflejo Gonzalo del ideal caballeresco; en
este romance podemos ver este ideal ms limpio y claro <ue en las P a r t i d a s y en don Juan M a n u e l , un tanto empaado por la erudicin.
67
IV Venganza de Mudarra
A cazar va don Rodrigo y aun don Rodrigo de Lara; con la gran siesta que hace, arrimdose ha a una haya, maldiciendo a Mudarrillo, hijo de la renegada, que si a manos le hubiese, que le sacara el alma. El seor estando en esto, Mudarrillo que asomaba. Dios te salve, caballero, debajo la verde haya. As haga a ti, escudero; buena sea tu llegada. Digasme t, el caballero, cmo era la tu gracia? A m dicen don Rodrigo, y aun don Rodrigo de Lara,
1
i de la
propio de la
hora
sexta, o primeras
horas
68
LOS
S I E T E
INFANTES
DE
L A R A
cuado de Gonzalo Gustos, hermano de doa Sancha; por sobrinos me los hube los siete infantes de Salas. Espero aqu a Mudarrillo, hijo de la renegada; si delante lo tuviese, yo le sacara el alma. Si a ti dicen don Rodrigo, y aun don Rodrigo de Lara, a m Mudarra Gonzlez, hijo de la renegada, de Gonzalo Gustos hijo, y alnado de doa Sancha; por hermanos me los hube los siete infantes de Salas. T los vendistes, traidor, en el val de Arabiana; mas, si Dios a m me ayuda, aqu dejars el alma. Espresme, don Gonzalo, ir a tomar las mis armas. El espera que t diste a los infantes de Lara: Aqu morirs, traidor, enemigo de doa Sancha.
1
ALNADO :
hijastro.
69
E L
C I D
quien mat al conde Lozano. Como lo oyera Rodrigo en hito los ha mirado; con alta y soberbia voz de esta manera ha hablado: Si hay alguno entre vosotros su pariente o adeudado que le pese de su muerte, pase luego a demandallo; yo se lo defender, sea a pie, sea a caballo. Todos responden a una: Demndelo su pecado. Todos se apearon juntos para al rey besar la mano; Rodrigo se qued solo encima de su caballo. Entonces habl su padre; bien oiris lo que ha hablado: Apeaos vos, mi hijo, besaris al rey la mano, porque l es vuestro seor, vos, hijo, sois su vasallo. Desque Rodrigo esto oy, sintise ms agraviado: Si otro me lo dijera, ya me lo hubiera pagado;
1
ADEUDADO: d e u d o . 71
ROMANCES
H I S T R I C O S
mas por mandarlo vos, padre, yo lo har de buen grado. Ya se apeaba Rodrigo para al rey besar la mano; al hincar de la rodilla, el estoque se ha arrancado . Espantse de esto el rey y dijo como turbado: Qutate, Rodrigo, all; qutateme all, diablo, que tienes el gesto de hombre y los hechos de len bravo. Como Rodrigo esto oy, apriesa pide el caballo: Por besar mano de rey no me tengo por honrado; porque la bes mi padre, me tengo por afrentado. En diciendo estas palabras, salido se ha del palacio; consigo se los tornaba los trescientos hijosdalgos Si bien vinieron vestidos, volvieron mejor armados, y si vinieron en muas, todos vuelven en caballos.
1
C a e r s e u n a p i e z a d e la a r m a d u r a s e t e n i a por real p r e s a g i o .
72
EL
CID
E s curioso el nuevo carcter que el R o m a n c e r o infunde en la m a y o r a de los casos al C i d . E s e Cid de la gesta, todo humana serenidad, lleno de poder equilibrado, en el romance se cambia por un C i d orgulloso, teatral y algo fanfarrn. E s que ha cambiado el ideal caballeresco? N o . O t r o s muchos hroes la pica espaola. Ah queda Fernn conservan como an su primitiva grandiosidad humana, que es el sello de Gonzlez eiemplo. ; P o r qu este cambio radical en la visin del Cid?
73
II
Morir vos queredes, padre, San Miguel vos haya el alma. Mandastes las vuestras tierras a quien se vos antojara: a don Sancho a Castilla, Castilla la bien nombrada, a don Alonso a Len, y a don Garca a Vizcaya; a m, porque soy mujer, dejisme desheredada. Irme he yo por esas tierras como una mujer errada; de lo que ganar pudiere har bien por la vuestra alma. Calledes, hija, calledes, no digades tal palabra, que mujer que tal deca
74
meresca ser quemada. All en Castilla la Vieja un rincn se me olvidaba, Zamora haba por nombre, Zamora la bien cercada; de un lado la cerca el Duero, del otro Pea Tajada. Quien vos la tomare, hija, la mi maldicin le caiga! Todos dicen: Amen, amen! sino don Sancho, que calla.
75
III
Afuera, afuera, Rodrigo, el soberbio castellano!; acordrsete debiera de aquel tiempo ya pasado, cuando fuiste caballero en el altar de Santiago, cuando el rey fu tu padrino, t, Rodrigo, el ahijado. Mi padre te dio las armas, mi madre te dio el caballo, yo te calc las espuelas porque fueses ms honrado ; que pens casar contigo, no lo quiso mi pecado; casaste con Jimena Gmez, hija del conde Lozano; con ella hubiste dineros, conmigo hubieras Estado. Bien casaste t, Rodrigo: muy mejor fueras casado; dejaste hija de rey por tomar de su vasallo.
7
Afuera, afuera, los mos, los de a pie y de a caballo, pues de aquella torre mocha una vira me han tirado! No traa el asta hierro, el corazn me ha pasado.
1
VIRA: e s p e c i e de s a e t a d e l g a d a y
muy
a g u d a de p u n t a .
77
IV
Rey don Sancho, rey don Sancho, no digas que no te aviso, que de dentro de Zamora un alevoso ha salido, llmase Vellido Dolfos, hijo de Dolfos Vellido; cuatro traiciones ha hecho y con esta sern cinco! Si gran traidor fu el padre, mayor traidor es el hijo. Gritos dan en el real: A don Sancho han mal herido! Muerto le ha Vellido Dolfos, gran traicin ha cometido. Desque le tuviera muerto, metise por un postigo; por las calles de Zamora va dando voces y gritos: Tiempo era, doa Urraca, de cumplir lo prometido!
V
En Santa gueda de Burgos, do juran los hijosdalgo , all toma juramento el Cid al rey castellano. Villanos te maten, Alonso: villanos, que no hidalgos; de las Asturias de Oviedo, que no sean castellanos; caballeros vayan en yeguas, en yeguas, que no en caballos; las riendas traigan de cuerda y no con frenos dorados, abarcas traigan calzadas y no zapatos con lazo, las piernas traigan desnudas, no calzas de fino pao ; traigan capas aguaderas,
1 2
1 ment 2
Es de
que tales
haba n
iglesias
especialmente el m u s l o
destinadas y la
al
etia'es
personas. pierna.
CALZAS : v e s t i d u r a q u e c u b r a
E L
C I D
no capuces ni tabardos , con camisones de estopa, no de holanda ni labrados. Mtente con aguijadas, no con lanzas ni con dardos; con cuchillos cachicuernos, no con puales dorados. Mtente por las aradas, no por caminos hollados; squente el corazn por el derecho costado, si no dices la verdad de lo que te es preguntado: si t fuiste o consentiste en la muerte de tu hermano. All respondi el buen rey, bien oiris lo que ha hablado: Mucho me aprietas, Rodrigo; Rodrigo, mal me has tratado; mas hoy me tomas la jura eras me besars la mano. All respondi el buen Cid como hombre muy enojado: Aqueso ser, buen rey, como fuer galardonado,
1 2 3
1 dems 2 3
CAPUZ :
especie
de
capa
que
se
colocaba
encima
d e las
CRAS : m a a n a .
8i
b
ROMANCES
H I S T R I C O S
que all en las otras tierras dan sueldo a los hijosdalgo. Por besar mano de rey no me tengo por honrado; porque la bes mi padre me tengo por afrentado. Vete de mis tierras, Cid, mal caballero probado; vete, no m'entres en ellas hasta un ao pasado. Que me place, dijo el Cid; que me place de buen grado por ser la primera cosa que mandas en tu reinado. T me destierras por uno, yo me destierro por cuatro. Ya se parta el buen Cid de Bivar esos palacios; las puertas deja cerradas, los alamudes echados, las cadenas deja llenas de podencos y de galgos; con l lleva sus halcones, los pollos y los mudados; con l van cien caballeros,
1 2
i a
En
estos
versos pasador
que o
siguen cerrojo
el
romanee servia
de
un
asegurar
82
todos eran hijos de algo; los unos iban a mua y los otros a caballo; por una ribera arriba al Cid van acompaando, acompandolo iban mientras l iba cazando.
83
1 2 3
84
EL
REY
DON
PEDRO
Ellos en aquesto estando el prior llegado ha. Mantenga Dios a tu Alteza y a tu corona real. Bien vengis el buen prior; digdesme la verdad: El castillo de Consuegra, sepamos, por quin est? El castillo con la villa, seor, a vuestro mandar. Pues convidos, el prior, para conmigo yantar. Plceme, dijo, buen rey, de muy buena voluntad; dme licencia tu Alteza, licencia me quiera dar, monjes nuevos son venidos, irlos a aposentar. Vais con Dios, Hernn Rodrigo, luego vos queris tornar. Vase para la cocina, do su cocinero est; as habla con l como si fuera su igual: Tomes estos mis vestidos, los tuyos me quieras dar y a hora de media noche salirte has a pasear. Vase a la caballeriza,
85
ROMANCES
H I S T R I C O S
do su macho fuera a hallar. Macho rucio, macho rucio, Dios te me quiera guardar! Ya de dos me has escapado, con aquesta tres sern; si de aquesta t me escapas luego te entiendo ahorrar . Presto le echa la silla, comienza de cabalgar. Media noche era por filo, los gallos queran cantar, cuando entraba por Toledo, por Toledo, esa ciudad; antes que el gallo cantase a Consuegra fu a llegar. Hall las guardas velando cominzales de hablar. Digdesme, veladores, digdesme la verdad; el castillo de Consuegra si sabis por quien est. El castillo con la villa por el prior de Sant Joan. Pues abrid luego las puertas; catadle* aqu donde est. La guarda desque lo oy
1
1 2
86
EL
REY
DON
PEDRO
abrilas de par en par. Tomases all ese macho, del muy bien quieras curar ; djesme la vela a m que yo la quiero velar. Vela, vela, veladores, as mala rabia os mate, que quien a buen seor sirve este galardn le dan! El prior estando en esto el rey que llegado ha; hall las guardas velando, comenzles de hablar. Decidme los veladores, que Dios os guarde de mal: el castillo de Consuegra, por quin se tiene o est? El castillo con la villa por el prior de Sant Joan. Pues abrid luego las puertas, que vislo aqu donde est. Afuera, afuera, buen rey, que el prior llegado ha! Macho rucio dijo el rey muermo te quiera matar! breme, t, buen prior,
1 1
1 2
87
ROMANCES
H I S T R I C O S
all me dejes entrar; por mi corona te juro de no hacerte ningn mal. Hacerlo vos, el buen rey, agora en mi mano est. Mandrale abrir las puertas, dile muy bien de cenar.
Romances fronterizos
i vincia
ADELANTADO : fronteriza.
gobernador
militar
poltico
de
una
pro-
91
ROMANCES
FRONTERIZOS
quedado se haba un morico con una ballesta armada y en ella puesto un cuadrillo \ En altas voces deca, que la gente lo haba odo: Treguas, treguas, adelantado, por tuyo se da el castillo! Alza la visera arriba por ver al que tal le dijo; asestrale a la frente, salido le ha al colodrillo. Saclo Pablo de rienda y de mano Jacobillo: estos dos que haba criado en su casa desde chicos. Llevronle a los maestros ' por ver si ser guarido ; a las primeras palabras el testamento les dijo.
2 4
en
adelan-
CUADRILLO : especie d e s a e t a de c u a t r o caras de m a d e r a Del casco. MAESTRO o MAESTRO DE LLAGAS : c i r u j a n o . GUARIDO : curado. 92
tostada.
SIGNO : c a d a una de las doce p a r t e s del Z o d a c o . A l u d e al influencia de los astros sobre la suerte de la persona.
93
ROMANCES
F R O N T E R I Z O S
que era grande villana; por tanto, pregunta, rey, que la verdad te dira. Yo te agradezco, Abenmar, aquesa tu cortesa: Qu castillos son aqullos ? Altos son y relucan! El Alhambra era, seor, y la otra la mezquita; los otros los Alixares, labrados a maravilla. El moro que los labraba cien doblas ganaba al da y el da que no los labra otras tantas se perda. El otro es Generalife, huerta que par no tena; el otro Torres-Bermejas, castillo de gran vala. All habl el rey don Juan , bien oiris lo que deca: Si t quisieses, Granada, contigo me casara *; darte en arras y dote a Crdoba y a Sevilla.
1 l
1 2 3
DOBLA : m o n e d a J u a n II Las de
antigua
de
oro.
bodas
oriental.
94
EL
REY
DON
JUAN
Casada soy, rey don Juan, casada soy, que no viuda; el moro que a m me tiene muy grande bien me quera.
C o m o los dems romances fronterizos, est basado en u n suceso h i s t r i c o : en 1431 el rey don Juan, a c o m p a infante ado de B e n a l a m a o , infante moro, se presenta ante G r a nada, que se e n t r e g a ; el rey, entonces, coloca al en el trono nazar.
93
1 que 2
TOCA : p r e n d a se c u b r a la
d e tela
delgada
de diferentes
formas, con
cabeza.
ALHAREME : t o c a de g a s a u s a d a p o r l o s m o r o s .
96
P E R D I D A
DE
A N T E Q U E R A
De Ante - que
ra
sa-le
ro,
de An.te - que
ra a_
\9
i
- que - sa vi - lia,
l=f=q - D
car - tas lie va - ba
en
su
ma\_
no,
car
de
men.
151
je
97
a.
siglo xvi.)
(Fuenllana,
IV Correra en la frontera
De Granada parti el moro que se llama Ben Zulema; all se fuera a hacer salto entre Osuna y Estepa. Derribado ha los molinos y los molineros lleva, y del ganado vacuno hecho haba grande presa, y de mancebos del campo lleva las trahillas llenas; por hacer enojo a Narvez paslos por Antequera; los gritos de los cristianos hacan temblar la tierra. Odo lo haba Narvez, que est sobre la barrera, y como era buen cristiano el corazn le doliera. Seor, no me desampares, en esta empresa tan buena, que por te hacer servicio
98
C O R R E R A
EN
LA
F R O N T E R A
dejo yo sola Antequera. Mand apercebir su gente, cuanta en la villa hubiera, y por un jaral que l sabe al encuentro le saliera. De quinientos que eran los moros slo uno se les fuera, que era el alcaide de Loja, que buen caballo trujera. Con la presa y cabalgada vulvese para Antequera.
99
Romances moriscos
Romance de Redun
Redun, bien se te acuerda que me diste la palabra que me daras a Jan en una noche ganada. Redun, si t lo cumples darte paga doblada, y si t no lo cumplieres desterrarte he de Granada; echarte he en una frontera do no goces de tu dama. Redun le responda sin demudarse la cara: Si lo dije no me acuerdo, mas cumplir mi palabra. Redun pide mil hombres, el rey cinco mil le daba: por esa puerta de Elvira sale muy gran cabalgada. Cunto del hidalgo moro, cunta de la yegua baya, cunta de la lanza en puo, ^ cunta de la adarga b l a n c a ^ ^ o f r \
a a
Vi-**!
ROMANCES
M O R I S C O S
cunta de marlota verde, cunta aljuba de escarlata, cunta pluma y gentileza, cunto capellar de grana cunto bayo borcegu *, cunto lazo que lo esmalta, cunta de la espuela de oro, cunta estribera de plata! Toda es gente valerosa y experta para batalla; en medio de todos ellos va el rey Chico de Granada. Mranlo las damas moras de las torres del Alhambra. La reina mora, su madre, de esta manera le habla: Al te guarde, mi hijo, Mahoma vaya en tu guarda y te vuelva de Jan libre, sano y con ventaja, y te d paz con tu to, seor de Guadix y Baza.
1 2 3
1 2 3 4
MARLOTA : v e s t i d u r a m o r i s c a , e s p e c i e d e t n i c a ajusta el cuerpo. cortas y ALJUBA : e s p e c i e de g a b n CAPELLAR : BORCEGU : especie calzado con mangas
t o p o r d e l a n t e y q u e se a j u s t a c o n c o r r e a s .
104
L o s cristianos, haca nacin a las costumbres los trajes, etc., haban modas cristianas. A es alcanzado de tipo morisco, que lleno
inclilas el El
msica,
el romance
x i t o entre los poetas fu g r a n d e ; todos ellos se sienten obligados a probar, y veremos c m o L o p e , G n g o r a , etc., componen sinnmero de romances moriscos.
105
P E R D I D A
DE
ALHAMA
Para qu nos llamas, rey, para que fu nuestra llamada? Para que sepis, amigos, la gran prdida de Alhama. Bien se te emplea, buen rey: buen rey, bien se te empleara; mataste los bencerrajes, que eran la flor de Granada; cogiste los tornadizos, de Crdoba la nombrada; por eso mereces, rey, una pena muy doblada: que te pierdas t y el reino y que se acabe Granada.
ROMANCES
M O R I S C
P a - se -
6.
ba
- se e l
rey
mo-
ro
poi
la
dad
de
Gra
da,
des - de
la
ta
de
1.
"irvi
~av ra has - ta
la
de
Vi
rram "V
f ^
bla. bla.
Iy.
mi
Al ha.
ci
ma!
(Narvez, El Dclphin de Musica, 1538.)
108
P E R D I D A
DE
ALHAMA
ROM
AN
E i
- 1
s-
\l
i
por l eL ci u yid
3P !
*=.
'y
-
fit
Gra
1la
, 1 ft0
1 ,
da,
d<s - e
la
puer -
H
vi
if
1
de El
Ta
-rf
ffr 1 1
IIO
gj*
* >
HAS
ta
= |S
Vi
*
2
va
# H F
2 rrf un
&
lAy
mi
A l
*==
ha
-f-r-
tri
mal
(Pisador, L i t r o
Aijt'ca III
siglo
xvi.)
r 2 3
112
yo
Ei?.4
AfOJt^
MORAIMA
vistirame una almeja no hallando mi brial ; furame para la puerta, abrla de par en par.
2
1 2
de t e l a
basta,
usado
por l o s seda
"3
8
Romance de Zaide
( L O P E DE V E G A )
Mira, Zaide, que te aviso que no pases por mi calle, ni hables con mis mujeres, ni con mis cautivos trates, ni preguntes en qu entiendo , ni quin vino a visitarme, ni qu fiestas me dan gusto, ni qu colores me placen; basta que son por tu causa los que en la cara me salen, corrida de haber querido moro que tan poco sabe. Confieso que eres valiente, que rajas, hiendes y partes, y que has muerto ms cristianos que gotas tienes de sangre; que eres gallardo jinete, y que cantas, danzas, taes; gentil hombre, bien criado
1
IHTENDER :
ocuparse. 114
cuanto puede imaginarse; blanco rubio por extremo, esclarecido en linaje; el gallo de las bravatas, la gala de los donaires, que pierdo mucho en perderte, que gano mucho en ganarte y que si nacieras mudo fuera posible adorarte. Venturoso fueras, Zaide, si conservarme supieras como supiste obligarme! Pero no saliste apenas de los jardines de Tarfe, cuando hiciste de tus dichas y de mi desdicha alarde, y a un morillo mal nacido me dijeron que enseaste la trenza de mis cabellos que te puse en el turbante. Dijo la discreta mora al altivo Abencerraje y al despedirse replica: Quin tal hace que tal pague.
E l g r a n apogeo del romance en el siglo X V T I fu su r u i na. L o s asuntos de la pica v i e i a tratados; los autores preferan v e n c i n ; el gnero morisco lleva dad : fu el gnero de moda. Y 115 se agotaban por ello la de puro inms los asuntos de pura no hubo romance
superiori-
ROMANCES
M O R I S C O S
cantado por grandes y chicos, desde el amanecer ta del "Romancero General", mujeres y al or cmo el
hasta
la noche que este romance de Z a i d e . T a n t o , que un poeboticario los al son del almirez, el pastelero al picar la carne, el s a s tre, el zapatero, las barrios, cantaban los chicos de todos el
te aviso calle,
sin descanso
Zaide, pases que
Mira, que no
por
mi
pregunta,
condolido
del
ha
pobre
de ir
moro:
el no cuitado, cabe?"
"adonde pues en
el m u n d o
II
Sale la estrella de Venus al tiempo que el sol se pone y la enemiga del da su negro manto descoge, y con ella un fuerte moro, semejante a Rodamonte, sale de Sidonia airado, la vega de Jerez corre, por donde entra Guadalete al mar de Espaa, y por donde Santa Mara del Puerto recibe famoso nombre. Desesperado camina, que siendo en linaje noble le deja su dama ingrata porque se suena que es pobre, v aquella noche se casa con un moro feo y torpe, porque es alcaide en Sevilla del Alczar v la Torre.
117
ROMANCES
M O R I S C O S
Quejndose tiernamente de un agravio tan inorme, a sus palabras la vega con tristes ecos responde: , Zaida, dice, ms airada que el mar. que las naves sorbe, ms dura e inexorable que las entraas de un monte, cmo permites, cruel, despus de tantos favores, que de prendas de mi alma ajena mano se adorne? Es posible que te abraces a las cortezas de un roble y dejes el rbol tuyo desnudo de fruta y flores? Dejas tu amado Gazul, dejas tres aos de amores y das la mano a Albenzaide, que aun apenas le conoces. Dejas un pobre muy rico y un rico muy pobre escoges, pues las riquezas del cuerpo a las del alma antepones. Al permita, enemiga, que te aborrezca y le adores, y que por celos suspires, y por ausencia le llores, y que de noche no duermas,
118
SALE
LA
E S T R E L L A
DE
VENUS...
y de da no reposes, y en la cama le fastidies, y que en la mesa le enojes, y en las fiestas, en las zambras, no se vista tus colores, ni aun para verlas permita que a la ventana te asomes, y menosprecie en las caas (para que ms te alborotes) el almaizar que le labres y la manga que le bordes, y se ponga el de su amiga con la cifra de su nombre, a quien le d los cautivos cuando de la guerra torne; y en batalla de cristianos de velle muerto te asombres, y plegu a Al que suceda cuando la mano le tomes, que si le has de aborrecer, que largos aos le goces, que es la mayor maldicin que pueden darte los hombres. Con esto lleg a Jerez a la mitad de la noche,
1 2
1 2
ROMANCES
M O R I S C O S
hall el palacio cubierto de luminarias y voces y los moros fronterizos que por todas partes corren con sus hachas encendidas y con libreas conformes. Delante del desposado en los estribos alzse, arrojle una lanzada, de parte a parte pasle. Alborotse la plaza, desnud el moro un estoque y por mitad de la gente hacia Sidonia volvise.
120
El espaol de Oran
(ONOORA)
Entre los sueltos caballos de los vencidos Cenetes que por el campo buscaban entre la sangre lo verde, aquel espaol de Oran un suelto caballo prende, por sus relinchos lozano, y por sus cernejas fuerte, para que le lleve a l y a un moro cautivo lleve, un moro que ha cautivado, capitn de cien jinetes. En el ligero caballo suben ambos, y l parece, de cuatro espuelas herido, que cuatro alas le mueven. Triste camina el alarbe y lo ms bajo que puede
1
i una
CENETES : de l a s m s
individuos antiguas
de
la
tribu
berberisca de f r i c a
de
Zeneta,
y principales 121
del
Norte.
ROMANCES
M O R I S C O S
ardientes suspiros lanza y amargas lgrimas vierte. Admirado el espaol de ver cada vez que vuelve que tan tiernamente llora quien tan duramente hiere, con razones le pregunta, comedidas y corteses, de sus suspiros la causa, si la causa lo consiente. El cautivo como tal sin excusas le obedece y a su piadosa demanda satisface desta suerte: Valiente eres, Capitn, y corts como valiente; por tu espada y por tu trato me has cautivado dos veces. Preguntado me has la causa de mis suspiros ardientes y dbote la respuesta por quien soy y por quien eres. En los Gelves nac, el ao que os perdisteis en los Gelves, de una berberisca noble v de un turco matasiete. En Tremecn me cri con mi madre y mis parientes,
122
E L
E S P A O L
DE
ORAN
despus que perd a mi padre, corsario de tres bajeles. Junto a mi casa viva, porque ms cerca muriese, una mora del linaje de los nobles Melioneses, extremo de las hermosas, cuando no de las crueles, hija al fin de estas arenas engendradoras de sierpes; cada vez que la miraba sala un sol por su frente de tantos rayos ceidos cuantos cabellos contiene. Juntos as nos criamos y amor en nuestras nieces hiri nuestros corazones con harpones diferentes: labr el oro en mis entraas dulces lazos, tiernas redes, mientras el plomo en las suyas libertades v desdenes. Apenas vide trocada la dureza de esta sierpe cuando t me cautivaste, mira si es bien que lamente!
123
Romance de Montesinos
C a t a Francia Montesinos, cata Pars la ciudad, cata las aguas de Duero do van a dar en la mar; cata palacios del rey, cata los de don Beltrn, y aquella que ves ms alta y que est en mejor lugar es la casa de Tomillas, mi enemigo mortal: por su lengua difamada me mand el rey desterrar.
1
CATAR :
mirar.
127
Romance de Gaiferos
Vamonos, dijo mi to, a Pars, esa ciudad, en figura de romeros, no nos conozca Galvn, que si Galvn nos conoce nos mandara matar. Encima ropas de seda vistamos las de sayal ; llevemos nuestras espadas por ms seguros andar; llevemos sendos bordones por la gente asegurar. Ya se parten los romeros, ya se parten, ya se van, de noche por los caminos de da por el jaral. Andando por sus jornadas a Pars llegado han; las puertas hallan cerradas, no hallan por donde entrar.
1
AL:
tela
muy
basta
de
lana
burda.
128
G AIF
ERO
Siete vueltas la rodean por ver si podrn entrar, y al cabo de las ocho un postigo van a hallar. Ellos que se vieron dentro empiezan a demandar ; no preguntan por mesn ni menos por hospital ; preguntan por los palacios donde la condesa est; a las puertas del palacio all van a demandar. Vieron estar la condesa y empezaron de hablar. Dios te salve, la condesa. Los romeros bien vengis. Mandedes nos dar limosna por honor de caridad.
1 2
Con Dios vades los romeros, que nos os puedo nada dar, que el conde me haba mandado a romeros no albergar. Dadnos limosna, seora, que el conde no lo sabr; as la den a Gaiferos
1 2
peregrinos. I2g
ROMANCES
CAROLINGIOS
NOVELESCOS
en la tierra donde est. As como oy Gaiferos, comenz de sospirar: mandbales dar del vino, mandbales dar del pan. Ellos en aquesto estando el conde llegado ha. Qu es aquesto, la condesa? Aquesto qu puede estar? No os tena yo mandado a romeros no albergar? Y alzara la su mano puada le fuera a dar, eme sus dientes menudicos en tierra los fuera a echar. All hablaron los romeros y empezaron de hablar. Por hacer bien la condesa cierto no merece mal! Calledes vos, los romeros, no hayades vuestra parte! Alz Gaiferos la espada, un golpe le fu a dar que la cabeza de sus hombros en tierra la fuera a echar. All habl la condesa, llorando con gran pesar: -i Quin rades los romeros,
130
que al conde fuisteis matar? All respondi el romero, tal respuesta le fu a dar: Yo soy Gaiferos, seora, vuestro hijo natural. Aquesto no puede ser ni era cosa de verdad, que el dedo y el corazn yo lo tengo por seal. El corazn que vos tenis en persona no fu a estar; el dedo bien es aqueste, aqu lo veris faltar. La condesa que esto oyera empezle de abrazar. La tristeza que tena en placer se fu a tornar.
131
DOA
A L D A
Qu es aquesto, mi seora; quin es el que os hizo mal? Un sueo so, doncellas, un sueo de gran pesar: que me vea en un monte, en un desierto lugar, bajo los montes, muy alto, un azor vide volar; tras del viene un aguililla que lo afincaba muy mal. El azor, con grande cuita, metise so mi brial; el guila con gran ira de all lo iba a sacar : con las uas lo despluma, con el pico lo deshace. Otro da de maana cartas de fuera le traen; tintas venan de dentro, de fuera escritas con sangre: que su Roldan era muerto en la caza de Roncesvalles.
Los romances carolingios se crea derivaban todos
ellos directamente de poemas franceses, y no es as. E n E s p a a haba tradicin, pero a base de poemas sobre los mismos temas que los franceses, de los que derivan m u chos romances, como ste.
133
El infante vengador
Helo, helo por do viene el infante vengador! caballero a la jineta en un caballo corredor; su manto revuelto al brazo, demudada la color, en la su mano derecha un venablo cortador; con la punta del del venablo sacara un arador . Siete veces fu templado en la sangre de un dragn v otras tantas fu afilado porque cortase mejor; el hierro fu hecho en Francia y el asta en Aragn; perfilndoselo iba
1 2 3
1 los 2 3
montar las
llevar de
piernas
verticales
rodilla
corta y
pequeo
134
ttt
ROMANCES CAROLINGIOS Y NOVELESCOS
rtjv
en las alas de un halcn. Iba a buscar a don Cuadros, a don Cuadros el traidor; all le fuera a hallar junto al emperador. La vara tiene en la mano, que era justicia mayor. Siete veces lo pensaba si lo tirara o no, y al cabo de las ocho el venablo le arroj. Por dar al dicho don Cuadros dado ha al emperador; pasado le ha manto y sayo, que era de un tornasol ; por el suelo ladrillado ms de un palmo le meti.
1
T O R N A S O L : tela
de
reflejos
tornasolados.
Conde Alarcos
Retrada est la infanta, bien as como sola, viviendo muy descontenta de la vida que tena, viendo que ya se pasaba toda la flor de su vida, y que el rey no la casaba, ni tal cuidado tena. Entre s estaba pensando a quin se descubrira; acord llamar al rey como otras veces sola, por decirle su secreto y la intencin que tena. Vino el rey, siendo llamado, que no tard su venida: vdola estar apartada, sola est sin compaa: su lindo gesto mostraba ser ms triste que sola. Conociera luego el rey
137
ROMANCES
CAROLINGIOS
NOVELESCOS
el enojo que tena. Qu es aquesto, la infanta? Qu es aquesto, hija ma? Contadme vuestros enojos, no tomis malencona , que sabiendo la verdad todo se remediara. Menester ser, buen rey, remediar la vida ma, que a vos qued encomendada de la madre que tena. Ddesme, buen rey, marido, que mi edad ya lo peda: con vergenza os lo demando, no con gana que tena, que aquestos cuidados tales, a vos, rey, pertenecan. Escuchada su demanda, el buen rey le responda: Esa culpa, la infanta, vuestra era, que no ma, que ya furades casada con el prncipe de Hungra. No quesistes escuchar la embajada que os vena: pues ac en las nuestras cortes, hija, mal recaudo haba,
1
MALENCONA:
melancola. 138
CONDE
AL
A R C O S
porque en todos los mis reinos vuestro par igual no haba, si no era el conde Alarcos, hijos y mujer tena. Convidaldo vos, el rey, al conde Alarcos un da, y despus que hayis comido decidle de parte ma, decidle que se le acuerde de la fe que del tena, la cual l me prometi, que yo no se la peda, de ser siempre mi marido, yo que su mujer sera. Yo fui de ello muy contenta y que no me arrepenta. Si cas con la condesa, que mirase lo que haca, que por l no me cas con el prncipe de Hungra; si cas con la Condesa, del es culpa, que no ma. Perdiera el rey en orlo el sentido que tena, mas despus en si tornado con enojo responda: No son stos los consejos que vuestra madre os deca!
139
ROMANCES
CAROLINGIOS
NOVELESCOS
Muy mal mirastes, infanta, do estaba la honra ma! Si verdad es todo eso, vuestra honra ya es perdida: no podis vos ser casada, siendo la condesa viva. Si se hace el casamiento por razn o por justicia, en el decir de las gentes por mala seris tenida. Dadme vos, hija, consejo, que el mo no bastara, que ya es muerta vuestra madre a quien consejo peda. Yo vos lo dar, buen rey, de este poco que tena: mate el conde a la condesa, que nadie no lo sabra, y eche fama que ella es muerta de un cierto mal que tena, y tratarse ha el casamiento como cosa no sabida. De esta manera, buen rey, mi honra se guardara. De all se sala el rey, no con placer que tena; lleno va de pensamientos con la nueva que saba;
140
CONDE
A LARC
OS
vido estar al conde Alarcos entre muchos, que deca: Qu aprovecha, caballeros, amar y servir amiga, que son servicios perdidos donde firmeza no haba? No pueden por m decir aquesto que yo deca, que en el tiempo que serv una que tanto quera, si muy bien la quise entonces, agora ms la quera; mas por m pueden decir: quien bien ama, tarde olvida. Estas palabras diciendo, vido al buen rey que vena, y para hablar con el rey, de entre todos se sala. Dijo el buen rey al conde, hablando con cortesa: Convidaros quiero, conde, por maana en aquel da, que queris comer conmigo por tenerme compaa. Que se haga de buen grado lo que su alteza deca; beso sus reales manos por la buena cortesa;
141
ROMANCES
CAROLINGIOS
NOVELESCOS
detenerme he aqu maana, aunque estaba de partida, que la condesa me espera segn la carta me enva. Otro da de maana el rey de misa sala; luego se asent a comer, no por gana que tena, sino por hablar al Conde lo que hablarle quera. All fueron bien servidos como a rey perteneca. Despus que hubieron comido, toda la gente salida, quedse el rey con el conde en la tabla do coma. Empez de hablar el rey la embajada que traa: Unas nuevas traigo, conde, que de ellas no me placa, por las cuales yo me quejo de vuestra descortesa. Prometistes a la infanta lo que ella no vos peda, de siempre ser su marido, y a ella que le placa.
1
TABLA:
mesa.
142
CONDE
A L A R C O S
Si otras cosas ms pasastes no entro en esa porfa. Otra cosa os digo, conde, de que ms os pesara: que matis a la condesa que cumple a la honra ma; echis fama que ella es muerta de cierto mal que tena, y tratarse ha el casamiento como cosa no sabida, porque no sea deshonrada hija que tanto quera. Odas estas razones el buen conde responda: No puedo negar, el rey, lo que la infanta deca, sino que otorgo ser verdad todo cuanto me peda. Por miedo de vos, el rey, no cas con quien deba, no pens que vuestra alteza en ello consentira: de casar con la infanta yo, seor, bien casara; mas matar a la condesa, seor rey, no lo hara, porque no debe morir la que mal no mereca.
143
ROMANCES
CAROLINGIOS
NOVELESCOS
De morir tiene, el buen conde, por salvar la honra ma, pues no miraste primero lo que mirar se deba. Si no muere la condesa a vos costar la vida. Por la honra de los reyes muchos sin culpa moran, porque muera la condesa no es mucha maravilla. Yo la matar, buen rey, mas no ser culpa ma: vos os avendris con Dios en la fin de vuestra vida, y prometo a vuestra alteza, a fe de caballera, que me tengan por traidor si lo dicho no cumpla, de matar a la condesa, aunque mal no mereca. Buen rey, si me dais licencia yo luego me partira. -Vayis con Dios, el buen conde, ordenad vuestra partida. Llorando se parte el conde, llorando, sin alegra; llorando por la condesa, que ms que a s la quera.
144
CONDE
A L A R C O S
Lloraba tambin el conde por tres hijos que tena, el uno era de pecho, que la condesa lo cra; los otros eran pequeos, poco sentido tenan. Antes que llegase el conde estas razones deca: Quin podr mirar, condesa, vuestra cara de alegra, que saldris a recebirme a la fin de vuestra vida! Yo soy el triste culpado, esta culpa toda es ma. En diciendo estas palabras la condesa ya sala, que un paje le haba dicho cmo el conde ya vena. Vido la condesa al conde la tristeza que tena, viole los ojos llorosos, que hinchados los traa, de llorar por el camino, mirando el bien que perda. Dijo la condesa al conde: Bien vengis, bien de mi vida! Qu habis, el conde Alarcos? Por qu lloris, vida ma,
145
10
ROMANCES
CAROLINGIOS
NOVELESCOS
que vens tan demudado que cierto no os conoca? No parece vuestra cara ni el gesto que ser sola; dadme parte del enojo como dais de la alegra. Decdmelo luego, conde, no matis la vida ma! Yo vos lo dir, condesa, cuando la hora sera. -Si no me lo decs, conde, cierto yo reventara. No me fatiguis, seora, que no es la hora venida. Cenemos luego, condesa, de aqueso que en casa haba. Aparejado est, conde, como otras veces sola. Sentse el conde a la mesa, no cenaba ni poda, con sus hijos al costado, que muy mucho los quera. Echse sobre los brazos; hizo como que dorma; de lgrimas de sus ojos toda la mesa cubra. Mirndolo la condesa, que la causa no saba,
146
CONDE
AL
A R C O S
no le preguntaba nada, que no osaba ni poda. Levantse luego el conde, dijo que dormir quera; dijo tambin la condesa que ella tambin dormira; mas entre ellos no haba sueo, si la verdad se deca. Vanse el conde y la condesa a dormir donde solan: dejan los nios de fuera que el conde no los quera ; llevronse el ms chiquito, el que la condesa cra; cerrara el conde la puerta, lo que hacer no sola. Empez de hablar el conde con dolor y con mancilla: Oh, desdichada condesa, grande fu la tu desdicha! No so desdichada, el conde, por dichosa me tena; slo en ser vuestra mujer, esta fu gran dicha ma. Si bien lo sabis, condesa, esa fu vuestra desdicha! Sabed que en tiempo pasado YO am a quien bien serva,
i47
O
ROMANCES CAROLINGIOS Y NOVELESCOS
" i i
la cual era la infanta, por desdicha vuestra y ma. Promet casar con ella, y a ella que le placa; demndame por marido por la fe que me tena. Pudelo muy bien hacer de razn y de justicia: djomelo el rey, su padre, porque de ella lo saba. Otra cosa manda el rey, que toca en el alma ma: manda que muris, condesa, por la honra de su hija, que no puede tener honra siendo vos, condesa, viva. Desque esto oy la condesa cay en tierra amortecida; mas despus en s tornada estas palabras deca: Pagos son de mis servicios, conde, con que yo os serva! Si no me matis, el conde, yo bien os aconsejara, envidesme a mis tierras que mi padre me terna; yo criar vuestros hijos mejor que la que verna,
148
CONDE
AL
A R C O S
yo os mantendr lealtad como siempre os mantena. De morir habis, condesa, enantes que venga el da. Bien parece, el conde Alarcos, yo ser sola en esta vida; porque tengo el padre viejo, mi madre ya es fallecida, y mataron a mi hermano, el buen conde don Garca, que el rey lo mand matar por miedo que del tena! No me pesa de mi muerte, porque yo morir tena, mas psame de mis hijos, que pierden mi compaa; hacmelos venir, conde, y vern mi despedida. No los veris ms, condesa, en das de vuestra vida; abrazad este chiquito, que aqueste es el que os perda. Psame de vos, condesa, cuanto pesar me poda. No os puedo valer, seora, que ms me va que la vida; encomendaos a Dios que esto hacerse tena.
149
ROMANCES
CAROLINGIOS
NOVELESCOS
Dejisme decir, buen conde, una oracin que saba. Decidla presto, condesa, enantes que venga el da. Presto la habr dicho, conde, no estar un Ave Mara. Hinc rodillas en tierra, aquesta oracin deca: -En las tus manos, Seor, encomiendo el alma ma; no me juzgues mis pecados segn que yo mereca, ms segn tu gran piedad y la tu gracia infinita. Acabada es ya, buen conde, la oracin que yo saba; encomindoos esos hijos que entre vos y m haba, y rogad a Dios por mi, mientras tuviredes vida, que a ello sois obligado pues que sin culpa mora. Ddesme ac ese hijo, mamar por despedida. No lo despertis, condesa, dejadlo estar, que dorma, sino que os pido perdn porque ya se viene el da.
150
CONDE
A L A R C O S
A vos yo perdono, conde, por el amor que os tena; ms yo no perdono al rey, ni a la infanta su hija, sino que queden citados delante la alta justicia, que all vayan a juicio dentro de los treinta das. Estas palabras diciendo el conde se aperceba: echle por la garganta una toca que tena. Socorre, mis escuderos, que la condesa se fina! Hallan la condesa muerta, los que a socorrer venan. As muri la condesa, sin razn y sin justicia; mas tambin todos murieron dentro de los treinta das. Los doce das pasados la infanta tambin mora; el rey a los veinte y cinco, el conde al treinteno da: all fueron a dar cuenta a la justicia divina. Ac nos d Dios su gracia, y all la gloria cumplida.
151
La constancia
Mis arreos son las armas, mi descanso el pelear, mi cama las duras peas, mi dormir siempre velar. Las manidas son escuras, los caminos por usar, el cielo con sus mudanzas ha por bien de me daar; andando de sierra en sierra por orillas de la mar, por probar si mi ventura hay lugar donde avadar . Pero por vos, mi seora, todo se ha de comportar .
1 2 s
1 2 3
MANIDA:
lugar
se r e c o g e
155
LA
C O N S T A N C I A
ROMANCES
L R I C O S
VIEJOS
dea
ai.
(Miln, El Maestro, 1536-)
158
El prisionero
Que por mayo era, por mayo, cuando hace la calor, cuando los trigos encaan y estn los campos en flor, cuando canta la calandria y responde el ruiseor, cuando los enamorados van a servir al amor; sino yo triste, cuitado, que vivo en esta prisin, que ni s cundo es de da ni cundo las noches son, sino por una avecilla que me cantaba el albor. Matmela un ballestero; dle Dios mal galardn.
iS9
ROMANCES
L R I C O S
VIEJOS
Por Ma -
yo
ra
Por Ma - -
yo
a-
por
Ma-
yo
fT\
e - ra
pnr
i?
Ma
- yo
1tr
" i
160
P R I S I O N E R O
11*
"
cuan - do
fa - ce
las
ca
lo
"
res.
cuan - do cuan - do
H-!
tq"
eg_
1
161
-OL '
ROMANCES
L R I C O S
VIEJOS
le
-
y tan
"
don - ce pe - na
T-rT
rfl * -
lias dos
a a -
^ #-s
-.
U e *f
S3 mm*
"*
162
EL
P R I S I O N E R O
- mo
^ JL^
res res.
^rii
t
(Annimo, siglo xv.)
163
* * f f f T ]
A A A. .
J
Romance de Fonte-frida
Fonte-frida, Fonte-frida, Fonte-frida y con amor, do todas las avecicas van tomar consolacin, si no es la tortolica, que est viuda y con dolor. Por all fuera a pasar el traidor del ruiseor; las palabras que le dice llenas son de traicin : Si t quisieses, seora, yo sera tu servidor. Vete de ah, enemigo, malo, falso, engaador, que ni poso en ramo verde ni en ramo que tenga flor, que si el agua hallo clara turbia la bebiera vo: que no quiero haber marido porque hijos no haya, no: no quiero placer con ellos ni menos consolacin, i Djame triste, enemigo,
164
F O N T E - F R I D A
Fon
\\f.
te
fri.
||v
s,
II*;
. da,
Il
ta
Fon te fri
|
-
H-s
,
-|fEi
da.
Ii
Fon
- te -
ROMANCES
LRICOS
VIEIOS
'J
&
,x
x
mor,
I
'>
. 3
do-
=fct das-
"
' tf
16
F O N T E - F R I D A
las
ve
ci > o o
L -s
cas .
van
t)
^Vffl
!
to ?v- J ^ " - mar
e
O-
*Y J
=m
'
11
P-
4"
ROMANCES
>^g!g-**<
L R I C O S VIEJOS
fj>
li*
JE=
Itr
1
0 - 1
r
-f p
la
cin.
"
(Annimo,
II
siglo
xv.)
168
La lavandera
Yo me levantara, madre, la maana de San Juan, vide estar una doncella ribericas de la mar; sola lava, sola tuerce, sola tiende en un rosal; mientras los paos se enjugan dice la nia un cantar: D los mis amores, d los, d los andar a buscar? Mar arriba, mar abajo, diciendo iba el cantar: Dgasme t, el marinero, que Dios te guarde de mal, si los viste mis amores, si los viste all pasar.
169
ROMANCES
L R I C O S
VIEJOS
Y o me mientras
le - v a n - t a - r a , los pa - os s e n
ma - dre, ju - gan
*f r
ma - a di - ce ni la
f f T f
r f ' r
Vi - d e es D los
- tar mis
u - na don a - mo -res.
n
ce d
li
I i
1
1
-
Ha los?
I
la mar; bus -car?
ri - be <D los
ri an i-
cas de da -r a
if
T i
J
J f
1
i i
f 'fr' f
So -la
f'
ll
1 I -f
la
Ju *=F =f
va, so - la
tuer - ce,
so - la
tien - de en un 1-
ro - sal.
i K
i j
ttf
De Musica
Y
libri
4
1577.)
(Salinas,
septem,
17O
El conde Arnaldos
Quin hubiera tal ventura sobre las aguas del mar como hubo el infante Arnaldos la maana de San Juan! Andando a buscar la caza para su falcn cebar, vio venir una galera que a tierra quiere llegar; las velas trae de seda, la ejarcia de oro torzal ; ncoras tiene de plata, tablas de fino coral. Marinero que la gua diciendo viene un cantar que la mar pona en calma, los vientos hace amainar, los peces que andan al hondo arriba los hace andar,
1 2
1 2
EJARCIA: a p a r e j o s
cabos
de u n b a r c o .
ROMANCES
L R I C O S
VIEJOS
All habl el infante Arnaldos, bien oiris lo que dir: Por tu vida, el marinero, dgasme ora ese cantar. Respondile el marinero,
EL
CONDE
A R N A L D O S
Quin
bu
bie
se.
tal
ven
tu.
bre
las
a - guas
del
mar
co - mo
bu
bo
el
5
te r nal
in - fan
dos
ROMANCES
L R I C O S
VIEJOS
El palmero
Yo me partiera de Burgos para ir a Valladolid; me encontr con un palmero que me habl y me dijo as: Dnde vas, el caballero? Dnde vas, triste de ti? Muerta es tu linda amiga, muerta es, que yo la vi; las andas en que la llevan de luto las vi cubrir; los responsos que le rezan yo los ayud a decir. Duques y condes la llevan, todos por amor a ti. Al llegar al camposanto una sombra blanca vi: cuanto ms me retiraba, ms se acercaba ella a m. No te espantes, caballero, por qu me huyes as?; yo soy la tu enamorada
i/5
ROMANCES
L R I C O S
VIEJOS
que me vengo a despedir. Si eres mi enamorada, cmo no me abrazas?, di. Brazos con que te abrazaba en la mortaja envolv; boca con que te besaba a la tierra se la di. Acgeme, mi seora, en la huesa a par de ti. Vive, vive, enamorado, vive, pues que yo mor.
176
Serranilla de la Zarzuela
Yo me iba, mi madre, a Villa R e a l e ; errara yo el camino en fuerte lugare. Siete das anduve que no com pane, cebada mi mua, carne el gavilane. Entre la Zarzuela y Darazutane alzara los ojos hacia do el sol nace; viera una cabana, de ella el humo sale. Picara mi mua, fume para all; perros del ganado slenme a ladrar
1 2
1 dad 2
Hasta Real La
1420
conocemos
con el n o m b r e de
Ciude
se l l a m Zarzuela
Toledo a Ciudad
177
12
ROMANCES
L R I C O S
VIEJOS
Yo me i - ba, mi
ma - are,
Vi -
Ila
Re - a - le;
e-rra-ra yoel ca - mi - no
en fuer - te
lu - ga - re.
Francisco S a l i n a s : De Msica.
L a importancia principal de este ser muestra nica de una serranilla, de haber sido adoptado por el pueblo sia culta que en E s p a a corresponde venzales y francesas.
178
La doncella guerrera
Pregonadas son las guerras de Francia con Aragn, cmo las har yo, triste, viejo y cano, pecador! No reventaras, condesa, por medio del corazn, que me diste siete hijas, y entre ellas ningn varn! All habl la ms chiquita, en razones la mayor: No maldigis a mi madre, que a la guerra me ir yo; me daris las vuestras armas, vuestro caballo trotn. Conocernte en los pechos que asoman bajo el jubn. Yo los apretar, padre, al par de mi corazn. Tienes las manos muy blancas, hija; no son de varn. Yo les quitar los guantes
181
ROMANCES
DE
LA
TRADICIN
ACTUAL
para que las queme el sol. Conocernte en los ojos, que otros ms lindos no son. Yo los revolver, padre, como si fuera un traidor. Al despedirse de todos, se le olvida lo mejor: Cmo me he de llamar, padre? Don Martn el de Aragn. Y para entrar en las cortes, padre, cmo dir yo? Besos la mano, buen rey, las cortes las guarde Dios. Dos aos anduvo en guerra y nadie la conoci, si no fu el hijo del rey que en sus ojos se prend. Herido vengo, mi madre, de amores me muero yo; los ojos de don Martn son de mujer, de hombre no. Convdalo t, mi hijo, a las tiendas a feriar; si don Martn es mujer, las galas ha de mirar. Don Martn como discreto a mirar las armas va: Qu rico pual es ste,
182
LA
D O N C E L L A
G U E R R E R A
para con moros pelear! Herido vengo, mi madre, amores me han de matar: los ojos de don Martn roban el alma al mirar. Llevraslo t, hijo mo, a la huerta a solazar; si don Martn es mujer, la fruta desear. Don Martn deja la fruta; una vara va a cortar: Oh, qu varita de fresno para el caballo arrear! 'Hijo, arrjale al regazo tus anillos al jugar; si don Martn es varn las rodillas juntar, pero si las separare por mujer se mostrar. Don Martn, muy avisado, hubiralas de juntar. Herido vengo, mi madre, amores me han de matar; los ojos de clon Martn nunca los puedo olvidar. Convdalo t, mi hijo, en los baos a nadar. Todos se estn desnudando;
183
a
ROMANCES DE LA TRADICIN ACTUAL
" o
don Martn muy triste est: Cartas me fueron venidas, cartas de grande pesar, que se halla el conde mi padre enfermo para finar. Licencia le pido al rey para irle a visitar. Don Martn, esa licencia no te la quiero estorbar. Ensilla el caballo blanco, de un salto en l va a montar; por unas vegas arriba corre como un gaviln: Adis, adis, el buen rey, y tu palacio real; que dos aos te sirvi una doncella leal! yela el hijo del rey, tras ella va a cabalgar. Corre, corre, hijo del rey, que no me habrs de alcanzar hasta en casa de mi padre, si quieres irme a buscar! Campanitas de mi iglesia, ya os oigo repicar; puentecito, puentecito, del ro de mi lugar, una vez te pas virgen,
184
o.
LA
-**-g>-**-D O N C E L L A G U E R R E R A
* * b
virgen te vuelvo a pasar. Abra las puertas mi padre, bralas de par en par. Madre, squeme la rueca, que traigo ganas de hilar, que las armas y el caballo bien los supe manejar. Tras ella el hijo del rey a la puerta fu a llamar.
85
Conde Nio
Conde Nio por amores es nio y pas la mar; va a dar agua a su caballo la maana de San Juan. Mientras el caballo bebe l canta dulce cantar; todas las aves del cielo se paraban a escuchar, caminante que camina olvida su caminar, navegante que navega la nave vuelve hacia all. La reina estaba labrando, la hija durmiendo est. 'Levantaos, Albania, de vuestro dulce folgar , sentiris cantar hermoso la sirenita del mar. No es la sirenita, madre, la de tan bello cantar,
1
FOLGAR : d e s c a n s o . 186
C O N D E
f . ? 0
sino es el conde Nio que por m quiere finar. Quin le pudiese valer en su tan triste penar! Si por tus amores pena, oh, mal haya su cantar! Y porque nunca los goce yo le mandar matar. Si le manda matar, madre, juntos nos han de enterrar. El muri a la media noche, ella a los gallos cantar; a ella, como hija de reyes, la entierran en el altar; a l, como hijo de conde, unos pasos ms atrs. De ella naci un rosal blanco, de l naci un espino albar; crece el uno, crece el otro, los dos se van a juntar; las ramitas que se alcanzan fuertes abrazos se dan, y las que no se alcanzaban no dejan de suspirar. La reina, llena de envidia, ambos los mand cortar; el galn que los cortaba no cesaba de llorar.
187
ROMANCES
DE
LA
TRADICIN
ACTUAL
|i
f.
i
Ni-5< i
Con-de
L , i - pp
j
por
n -
p'
max
* Pp
Va a dar
P r ~>-fr^
a-guaa su ca -
- ba-llo.
lias del
(Salamanca.)
l88
Misa de amor
Maanita de San Juan, maanita de primor, cuando damas y galanes van a or misa mayor, all va la mi seora, entre todas la mejor; viste saya sobre saya mantelln de tornasol \ camisa con oro y perlas, bordada en el cabezn ; en la su boca muy linda lleva un poco de dulzor; en la su cara tan blanca un poquito de arrebol y en los sus ojuelos garzos
2 3
1 2 la 3
MANTELLN
DE
TORNASOL:
especie
de
mantilla
con
re-
flejos t o r n a s o l a d o s . CABEZN : tira d e lienzo doblado que f o r m a ARREBOL: color r o j o usado p a r a l a cara. el cuello de camisa.
189
ROMANCES
DE
LA
TRADICIN
ACTUAL
lleva un poco de alcohol ; as entraba por la iglesia relumbrando como el sol. Las damas mueren de envidia y los galanes de amor; el que cantaba en el coro en el credo se perdi; el abad que dice misa ha trocado la licin; monacillos que le ayudan no aciertan responder, non ; por decir amn, amn, decan amor, amor.
1
ALCOHOL : se
polvo
negro
muy
fino
perfumado ojos.
que
hoy
todava
u s a en
O r i e n t e para
alargar
los
IQO
1 2 3 4
SIRMA : tela trada de G r e c i a . BRILES : hilos de oro que l l e v a n las novias junto a la
ROMANCES
DE
LA
TRADICIN
ACTUAL
la el ya el de
Los las judos mil
misa se relumbr, sabio que est meldando yerro de su licin , taedor que la vido rodillas se sent.
2
llevaron de
contodas o la
romances. colonia
ciudades
forman
recitando en
estos ms son
con m u c h a
siglos la nica variante que encontramos con la versin podemos formadas suponer sobre original las de la son unas cuantas que los lengua
(turco, e t c . ) . Esta segunda versin de la " M i s a de a m o r " est r e c o g i d a en S a l n i c a y publicada all en caracteres hebreos.
1 2
192
BRIAL : v e r p g .
1 1 3 , n o t a 2. 193
13
ROMANCES
DE
LA
TRADICIN
ACTUAL
por ver si alguien la vea. Bien la va el caballero que tanto la pretenda; . mucho andaba el de a caballo mucho ms que anda la nia; all se la fu a alcanzar al pie de una verde oliva, amargo que lleva el fruto, amargo para la linda. Adonde por estos prados camina sola, mi vida? No me puedo detener, que voy a la santa ermita. Tiempo es de hablarte, la blanca, escchesme aqu, la linda. Abrazla por sentarla al pie de la verde oliva; dieron vuelta sobre vuelta, derribarla no poda; entre las vueltas que daban la nia el pual le quita, metiraselo en el pecho, a la espalda le sala. Entre el hervor de la sangre el caballero deca: Perdme por tu hermosura, perdname, blanca nia.
1
VA :
vea.
194
QUE
MATASTE
UN
C A B A L L E R O
No te alabes en tu tierra, ni te alabes en la ma que mataste un caballero con las armas que traa. No alabarme, caballero, decirlo bien me sera; donde no encontrase gentes a las aves lo dira. Mas con mis ojos morenos Dios, cunto te llorara! Puso el muerto en el caballo, camina la sierra arriba, encontr al santo ermitao a la puerta de la ermita. Entirrame este cadver, por Dios y Santa Mara. -Si lo trajeras con honra t enterrarlo aqu podas. Yo con honra s lo traigo, con honra y sin alegra. Con el su pual dorado la sepultura le haca, con las sus manos tan blancas de tierra el cuerpo cubra, con lgrimas de sus ojos le echaba el agua bendita.
195
La Infantina
A cazar va el caballero, a cazar como sola, los perros lleva cansados, el halcn perdido haba, cuando le cogi la noche en-una oscura montia; arrimrase l a un roble, alto es a maravilla, el tronco tena de oro. las ramas de plata fina; en una rama ms alta viera estar una Infantina; cabellos de su cabeza todo aquel roble cubran, la luz de sus claros ojos todo el monte esclareca. No te espantes, caballero, ni tengas tamaa grima, hija soy yo de un gran rey y de una reina cautiva; siete hadas me hadaron
196
L A
I X F A X
T I X
en brazos de mi madrina, que quedase por siete aos hadada en esta montia. Hoy se cumplen siete aos, maana se cumple el da; espresme, caballero, llvesme en tu compaa, si quisieres por mujer, si no quieres por amiga. Espreisme vos, seora, hasta maana aquel da: ir yo tomar consejo de una madre que tena. La nia le respondiera y estas palabras deca: Oh, malhaya el caballero que al encanto no serva, vase a tomar buen consejo y deja sola la n i a ! Cuando volvi el caballero no hall a la Infantina. Vdola que la llevaban con muy gran caballera.
197
El enamorado y la muerte
Un sueo soaba anoche, soito del alma ma, soaba con mis amores, que en mis brazos los tena. Vi entrar seora tan blanca muy ms que la nieve fra. Por dnde has entrado, amor? Cmo has entrado, mi vida? Las puertas estn cerradas, ventanas y celosas. No soy el Amor, amante; la Muerte, que Dios te enva. Ay, Muerte, tan rigurosa, djame vivir un da! Un da no puede ser, un hora tienes de vida. Muy de prisa se calzaba, ms de prisa se vesta; ya se va para la calle en donde su amor viva. breme la puerta, blanca,
198
i
ROMANCES DE
"gi
LA
'
ACTUAL
'Ti
TRADICIN
breme la puerta, nia! Cmo te podr yo abrir si la ocasin no es venida? Mi padre no fu al palacio, mi madre no est dormida. Si no me abres esta noche ya no me abrirs, querida. La Muerte me est buscando, junto a ti vida sera. Vete bajo la ventana, donde labraba y cosa, te echar cordn de seda, para que subas arriba, y si el cordn no alcanzare mis trenzas aadira. La fina seda se rompe; la Muerte que all vena. Vamos, el enamorado, que la hora ya est cumplida.
200
t<
.t Uq^
e
<* ***^fc
n
CT
ROMANCES DE LA TRADICIN ACTUAL
" i i
Hgame, madre, la cama en sala ms escondida; que nada sienta doa Alda de este mal que yo traa, y no le digan mi muerte hasta los cuarenta das. Mientras le hacen la cama entrara a ver la parida: Dios te bendiga, doa Alda, y al infante que tenas! Dios te bendiga en mi ausencia, que el rey a llamarme enva. A eso de la media noche la casa se estremeca: en el cuarto de don Pedro grandes lamentos hacan; en el cuarto de doa Alda, al nio hacen alegras. Diga, diga, la mi suegra, dgame, mi siempre amiga, por quin tocan las campanas, que suenan tan doloridas? No tocan sino por ti, que con bien parido habas. Parceme or responsos, a quin enterrar iran? Es la fiesta del patrono y hay procesin en la villa.
202
CAZAR
IBA
DON
PEDRO
Llegara Pascua de Flores; doa Alda quiere ir a misa: Diga, diga, la mi suegra, qu vestido me pona? Como eres rubia y muy blanca lo negro bien te estara. Viva, viva mi don Pedro, la prenda que ms quera!, que para vestir de luto bastante tiempo tendra. Las doncellas van de negro, ella de oro y grana fina. Encontraron un pastor que de su hato volva: i Qu viudita tan hermosa; viuda y de grana vestida! Diga, diga, la mi suegra, ese pastor, qu deca? Que caminemos, doa Alda, que perderemos la misa. Al entrar para la iglesia, al tomar agua bendita: Diga, diga, la mi suegra, diga la mi siempre amiga, por quin son esos hachones que arden en nuestra capilla? Dirtelo, doa Alda, pues de saberlo tenas:
203
ROMANCES
DE
LA
TRADICIN
ACTUAL
aqu se entierran los grandes caballeros de Castilla, aqu se enterr don Pedro, la prenda que ms queras. Llorar como ella lloraba! plaido el que ella plaa!; los anillos de sus dedos con sus dientes retorca; vestidos de grana y oro, en pedazos los rompa, Desgraciado de mi hijo, sin padre y madre sera! Cudesmelo t, mi suegra; yo con don Pedro me iba!
ROMANCES
DE
LA
TRADICIN
ACTUAL
Deja el llanto, condesita, nueva vida tomars; condes y duques te piden, te debes, hija, casar. Carta en mi corazn tengo de que el conde vivo est; no lo quiera Dios del cielo que yo me vuelva a casar. Dadme licencia, mi padre, para salirle a encontrar. La licencia tienes, hija, mi bendicin adems. Se retir a su aposento, llora que te llorars; se quit medias de seda, de lana las fu a calzar; dej zapatos de raso, los puso de cordobn, un brial de seda verde que vala una ciudad, y encima del brial puso un hbito de sayal. Esportilla de romera sobre el hombro se ech atrs, cogi el bordn en la mano y se fu a peregrinar. Anduvo siete reinados, morera y cristiandad; anduvo por mar y tierra,
206
a"
EL
'"gil"'
CONDE SOL
"i-
no pudo al conde encontrar. Cansada va la romera que ya no puede andar ms; subi a un puerto, mir a un valle, un castillo vio asomar. Si aquel castillo es de moros, all me cautivarn; mas si es de buenos cristianos, ellos me han de remediar. Y bajando unos pinares, gran vacada fu a encontrar. Vaquerito, vaquerito, por la Santa Trinidad, que me niegues la mentira y me digas la verdad: de quin llevas tantas vacas de un mismo hierro y seal? Del conde Sol son, seora, que en aquel castillo est. Vaquerito, vaquerito, por la Santa Trinidad, si es el conde Sol tu amo, ms te quiero preguntar: cmo vive por ac? De la guerra lleg rico, maana se va a casar; ya estn muertas las gallinas, ya estn amasando el pan; muchas gentes convidadas
207
ROMANCES
DE
LA
TRADICIN
ACTUAL
de lejos llegando van. Vaquerito, vaquerito, por la Santa Trinidad, por el camino ms corto me has de encaminar all. Jornada de todo un da en medio la hubo de andar; llegado ha frente al castillo, al conde Sol fu a encontrar, y arriba vio estar la novia en un alto ventanal. Dame limosna, buen conde, por Dios y su caridad. Oh qu ojos de romera, en mi vida los vi tal! 7-S los habrs visto, conde, si en Sevilla estado has. La romera es de Sevilla? qu se cuenta por all ? Del conde Sol, mi seor, poco bien y mucho mal. Ech la mano al bolsillo, un real de plata le da. Para tan grande seor poca limosna es un real. Pues pida la romerica, que lo que pida tendr. Yo pido ese anillo de oro que en tu dedo chico est.
208
EL
CONDE
SOL
Abrise de arriba abajo el hbito de sayal. No me conoces, buen conde? Mira si conocers el brial de seda verde que me diste al desposar. Al mirarla en aquel traje, cayse el conde hacia atrs; ni con agua ni con vino no le pueden recordar, si no es con palabras dulces que la romera le da. La novia baj llorando, al ver al conde mortal, y abrazado a la romera se lo ha venido a encontrar. Malas maas sacas, conde, no las podrs olvidar, que en viendo una nueva moza, luego la vas a abrazar. Malhaya la romerica, quin te trajo por ac. No la maldiga ninguno que es mi mujer natural, con ella vuelvo a mi tierra; adis, seores, quedad; que los amores primeros son muy malos de olvidar.
209
14
ROMANCES
DE
LA
TRADICIN
ACTUAL
Qudese con Dios, la novia, vestidica y sin casar, que quien de lo ajeno viste desnudo suele quedar.
0 U
F
C 1 i
jL
se
v-
M.rAn
,
pu
j"^
en la
tie - rra
en
el
y al con
de
Sol
le
por ca - pi - tan
ge - ne - ral
El Paular (Madrid).
2IO
ROMANCES
DE
LA
TRADICIN
ACTUAL
agua les traa. Un da en la fuente, en la fuente fra, con un pobre viejo se hall la ms nia. Dnde vas, buen viejo, camina, camina? As voy buscando a mis tres hijitas. Cmo son sus nombres? Cmo les decan? La mayor Constanza, la menor Luca y la ms pequea se llama Mara. Usted es mi padre. T eres mi hija? Yo voy a contarlo a mis hermanitas. No sabes, Constanza; no sabes, Luca, que he encontrado a padre en la fuente fra? Constanza lloraba, lloraba Luca y la ms pequea de gozo rea.
212
Morenica me llama..
Morenica me llama el hijo del rey, si otra vez me llama yo me voy con l. Morena me llama, yo blanca nac, de apacentar ganados mi color perd. Vengades, morena, si habis de venir, que la nave tengo en vela y me quiero ir. Ella se viste de verde y de zurzun ; de la mar abajo la vide venir.
1
De de
este romance
versiones
Oriente.
i jevo.
ZURZUN : j a s p e a d o ,
voz
usada
por
los
judos
de
Sara-
214
LIRN : c o t a r r o ,
ladera. 215
ROMANCES
DE
LA
TRADICIN
ACTUAL
desde el alta serrana ; la una deca : Ay, hermano !, la otra, Ay, hermano!, deca, y la ms chiquita dlias, Adis el bien de mi vida !
216
Romance de Navidad
Media noche es en punto, si los gallos no se yerran; pari la Virgen Mara en Beln, siendo doncella. Por los valles y collados los pastores se recuelgan; quince borriquillos traen, todos cargados de lea de encina, roble y cajiga , de la ms seca y ms buena; seis sarguinas de pan blanco le traen a buena cuenta, azafrn, pimienta y clavo, anises y alcaravea ; de carneros de dos aos le traen docena y media, otras tantas de corderos y a la Virgen se los llevan.
1 2 3
1 2 3 otras
del
217
ROMANCE
DE
NAVIDAD
Y estando la gente junta ya se dispuso la cena, y despus de haber cenado hacen un baile de cuenta; toca Blas el tamboril y Vicente la vihuela. Cmo se rea el Nio al ver la tan grande fiesta! que hubo pastor que rompi seis pares de castauelas, y muy bien que rompera otras tantas que le dieran.
219
La loba parda
Estando yo en la mi choza pintando la mi cayada las cabrillas altas iban y la luna rebajada; mal barruntan las ovejas; no paran en la majada. Vide venir siete lobos por una oscura caada. Venan echando suertes cul entrar en la majada; le toc a una loba vieja patituerta, cana y parda, que tena los colmillos como puntas de navaja. Dio tres vueltas al redil y no pudo sacar nada; a la otra vuelta que dio sac la borrega blanca, hija de la oveja churra ,
1 2
1 2
CABRILLAS : CHURRA :
constelacin con
de
estrellas y la
del cabeza
grupo
de
las de
220
LA
LOBA
P A R D A
nieta de la orejisana, la que tenan mis amos para el domingo de Pascua. Aqu, mis siete cachorros; aqu, perra trujillana ; aqu, perro el de los hierros, a correr la loba parda! Si me cobris la borrega cenaris leche y hogaza y si no me la cobris cenaris de mi cayada. Los perros tras de la loba las uas se esmiga jaban ; siete leguas la corrieron por unas sierras muy agrias. Al subir un cotarrito la loba ya va cansada. Tomad, perros, la borrega sana y buena como estaba. No queremos la borrega de tu boca alobadada*, que queremos tu pelleia pa' el pastor una zamarra, el rabo para correas para atacarse las bragas,
1 2 3
T 2 3 4
T R U J I L T - A X A : de la
ciudad
de
Tntiillo. barranco.
221
^TRADICIN ROMANCES DE LA
ACTUAL
p a r
222
Los mozos de Monlen se fueron a arar temprano para dir a la corrida y remudar con despacio; al hijo de la veyuda el remudo no le han dado. Yo a la joriza he de ir aunque lo busque emprestado. Permita Dios si all vas que te traigan en un carro, las abarcas y el sombrero de los indiestos colgando! Se cogen los garrochones.
1 2 3 4
1 2 3 4
ponerse
r o p a l i m p i a . REMUDO : m u d a ,
ropa para
de las
los lados
carga.
ROMANCES
DE
LA
TRADICIN
ACTUAL
se fueron la nava abajo, preguntando por el toro, y el toro ya est encerrado. En el medio del camino al vaquero se encontraron. Cunto tiempo tiene el toro? El toro tiene ocho aos. Muchachos, no entris a l; mirar que el toro es muy malo, que la leche que mam se la di yo por mi mano. Si nos mata que nos mate, ya venimos sentenciados. Manuel Snchez llam al toro, nunca lo hubiera llamado: por el pico de una abarca toda la plaza arrastrando. Compaeros, yo me muero; amigos, yo estoy muy malo; tres pauelos tengo dentro y este que meto son cuatro. Al rico de Monlen le piden los giles y el carro. A la puerta la veyuda arrecularon el carro. Aqu tenis vuestro hijo como lo habis demandado.
1
GES : b u e y e s .
224
13
ROMANCES
DE
LA
TRADICIN
ACTUAL
A eso de los nueve meses la madre sale bramando; los vaqueriles arriba, los vaqueriles abajo, preguntando por el toro, y el toro ya est enterrado.
LOS
MOZOS
DE
M ON
LEON
Losmo-zos de Monle - n_
ay.
l ay
i
pa - dir a l a - n i y re - mudar con des - pa
m
da -
227
ROMANCES
DE
LA
TRADICIN
ACTUAL
A-hl
ah!
re -mudar
con des
pa co..
(Ledesma,
Cancionero
salmantino.)
228
Danza prima
Ay, un galn d'esta villa; ay, un galn d'esta casa; ay, l por aqu vena; ay, l por aqu llegaba. Ay, diga lo que quera; ay, diga lo que buscaba. -Ay, busco la blanca nia; ay, busco la nia blanca, que tiene voz delgadina, que tiene la voz delgada. Ay, que no l'hay n'sta villa ay, que no l'hay n'esta casa, sinon era una mi prima, sinon era una mi hermana. Ay, diga a la blanca nia, ay, diga a la nia blanca, ay, que su amante la espera, ay, que su amante la aguarda al pie de la fuente fra, al pie de la fuente clara, que por el ro corra, que por el ro manaba, donde canta la culebra,
229
ROMANCES
DE
LA
TRADICIN
ACTUAL
donde la culebra canta. Por arriba de una pea, por arriba de una mata apareci una doncella, es hija del rey d'Arabia. Ya su buen amor vena, ya su buen amor llegaba, por sobre la verde oliva, por sobre la verde rama, por dond' ora el sol sala, por dond' ora el sol rayaba. Ay, maana la tan fra; ay, maana la tan clara, ay, llegronse a la ermita; ay, llegronse a la sala, ay, donde el abad diz misa, ay, donde el abad misaba, ay, misaba en la montia; ay, misaba en la montaa, ay, el molacn l'audiba, ay, el molacn l'audaba, ay, cantaba la culebra, ay, la culebra cantaba; ay, tiene voz de doncella, ay, tiene voz de galana; ay, vueltas las que daran, ay, vueltas las que le daban; ay, mandara el rey prenderla, ay, mandara el rey prendarla.
230
231
Los peregrinos
Hacia Roma caminan dos peregrinos, a que los case el Papa porque son primos. Sombrerito de hule lleva el romero, y la peregrinit de terciopelo. A la entrada de Roma piden posada para la peregrina, que va cansada. Al llegar a palacio suben arriba y en la sala del medio los desaniman. Ha preguntado el Papa la edad que tienen; ella dice que quince y l diecinueve. El sobrino del Papa haca seas
232
o*
L O S
uj-gffi^.
P E R E G R I N O S
tip
a la peregrinit que no se fuera. El peregrino entonces, cuando vi eso, en medio de la sala la ha dado un beso; a la peregrinit, que es vergonzosa, se le puso la cara como una rosa. El Padre Santo dice, con ser tan santo : Quin fuera peregrino para otro tanto! Peregrinit ma, vamonos de aqu, que por lo que yo veo me quedo sin ti. Las campanas de Roma han repicado porque los peregrinos va se han casado.
233
NDICE
PGS.
19 23
I. L a derrota del Guadalete II. L a III. La penitencia del rey R o d r i g o penitencia del rey Rodrigo Carpi:
27 30 34
Romances
de Bernardo del
37 43
v a d o de
Carrin
45 49 51
I I . M e n s a j e del rey al conde F e r n n G o n z l e z . I I I . L a estatua del conde R o m a n c e s de los siete infantes de l . a r a : I. L a s bodas de doa L a m b r a IT. L a I I I . Las IV. muerte siete de los cabezas de Cid rey don Pedro 235 Mudarra infantes
5 5 60 64 68 70 84
Romances Romance
/ AT Z> / C
R o m a n c e de A l o r a la bien cercada E l rey don Juan ante G r a n a d a Prdida de A n t e q u e r a C o r r e r a en la frontera ROMANCES Romance MORISCOS. de Redun
93 06 98
103 106 112 114 117 121 Y NOVELESCOS. 127 128 132 134 137
R o m a n c e de la prdida de A l h a m a S i g e s e un romance que d i c e : " Y o me era mora Moraima R o m a n c e de Z a i d e Sale la estrella de V e n u s El espaol de Oran
CAROLINGIOS de de
de G a i f e r o s vengador
infante
155 159 164 169 171 175 177 ACTUAL. 181 186 236
o*
423*"
NDICE
"c
PGS.
M i s a de amor T r e s damas v a n a la misa Que La El A Las mataste infantina enamorado y cazar tres iba del me de parda prima Lucas Barroso don la muerte Pedro Sol un caballero con las armas que traa
189 191 193 196 198 201 205 211 214 215 217 220 223 229 231 233
conde llama
del
peregrinos
237
10. Escritores del siglo x v m . 11. Caldern. 12. Alarcn 13. Tirso de y otros Molina. Vega. poetas dramticos. 14. Lope de
de
los
XVII.
17. Exploradores y conquistadores de Indias. Relatos geogrficos. 18. Escritores 19. Poetas
xvi y
de de
XVII.
xvi y xvii. picaresca. 25. Romancero. 26. Poesa medieval. 27. Don Juan 29. Alfonso el Manuel. Sabio. y 28. Cuentos medievales. 30. Cantares de gesta leyendas heroicas.