La Seguridad de La Salvacion PDF
La Seguridad de La Salvacion PDF
La Seguridad de La Salvacion PDF
1
www.centrorey.org | Ps. Miguel Rosell Carrillo
PS.MIGUEL ROSELL
LA SEGURIDAD DE LA SALVACIN
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
2
NDICE
INTRODUCCIN ................................................................................................................ 4
Cmo hay que entender esto ....................................................................................... 6
PARTE I: Fundamentando doctrina................................................................................... 7
La iniciativa es siempre de Dios .................................................................................... 7
La comunin con Dios manifiesta la salvacin del creyente ..................................... 8
La suficiencia divina y la incapacidad humana ......................................................... 8
Por Su misericordia: muertos al pecado, vivos en Cristo ........................................... 9
La salvacin, es obra de Dios o del hombre? ............................................................ 10
El presente continuo de Dios: el concepto de eternidad ...................................... 11
Un cambio real de naturaleza ..................................................................................... 12
Cuando es fcil decir: es usted salvo!, y luego decir: oh, perdi la salvacin! ........ 15
PARTE II: Analizando textos bblicos que se malinterpretan para hacer creer que la
salvacin se puede perder. ............................................................................................. 15
LOS QUE UN DA FUERON ILUMINADOS, PERO JAMS FUERON LUZ ........................ 16
ADVERTENCIA AL QUE PECA DELIBERADAMENTE ...................................................... 17
ACLARACIN DE HEBREOS 12: 15 ............................................................................... 21
ACLARACIN DE HEBREOS 2: 3 ................................................................................... 22
ACLARACIN DE HEBREOS 3: 6ss; 12-14 .................................................................... 22
ACLARACIN DE 1 PEDRO 5: 8 .................................................................................... 24
ACLARACIN DE SANTIAGO 5: 19, 20 ......................................................................... 24
ACLARACIN DE 2 PEDRO 1: 10 .................................................................................. 24
ACLARACIN 2 PEDRO 2: 1; 18-22 .............................................................................. 25
ACLARACIN DE COLOSENSES 1: 23 ........................................................................... 29
ACLARACIN DE 1 TIMOTEO 6: 20, 21........................................................................ 29
ACLARACIN DE GLATAS 5: 4 ................................................................................... 30
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
3
ACLARACIN DE JUDAS 23a........................................................................................ 30
ACLARACIN APOCALIPSIS 3: 5................................................................................... 30
ACLARACIN 2 JUAN 1: 9 ............................................................................................ 31
ACLARACIN DE 1 CORINTIOS 15: 1-3 ........................................................................ 32
ACLARACIN DE ROMANOS 11: 17-24 ....................................................................... 34
PARTE III: avanzando en la argumentacin. ................................................................... 34
Para qu advertir de la apostasa, si nadie salvo se puede perder?......................... 34
Concluyendo: al hermano anni mo............................................................................ 35
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
4
LA SEGURIDAD DE LA SALVACIN
Por
Miguel Rosell Carrillo
Este es un estudio bblico, no slo un libro cristiano, y por tanto es menester estudiarlo
con la Biblia al lado, viendo el contexto de cada texto.
Colosenses 2: 13, 14 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisin
de vuestra carne, os dio vida juntamente con l, perdonndoos todos los pecados,
anulando el acta de los decretos que haba contra nosotros, que nos era contraria,
quitndola de en medio y clavndola en la cruz
INTRODUCCIN
Este libro NO va di rigido a creyentes meramente nominales, sino que va dirigido
exclusivamente a todos aquellos que saben que son salvos, porque han credo
conforme a salvacin, y consecuentemente el Espritu les da testimonio a su espritu
de que son hijos de Dios (Ro. 8: 16).
Por ello no pretendo ni busco el hacer una apologtica de lo imposible, cual es, tratar
el justificar a todos aquellos pecadores impenitentes que, amparndose en una mera y
conveniente creencia, pretenden ser lo que nunca han sido: salvos. Jams ha estado
esto en mi mente!
Los que dicen que se han convertido y son tan corrompidos como antes de convertirse,
no dicen la verdad. Si se han convertido a qu se han convertido? Si se han convertido
a Cristo, o ms bien, Cristo les ha convertido, entonces es imposible que vivan
conforme a su vida anterior. Por eso insistimos en que cuando hablamos de salvacin,
implcita en ella est la santidad de Dios en el salvo, de otra manera todo es un simple
espejismo. Nadie se engae, lo que el hombre sembrare, eso recoger (Gl. 6: 8)
Nadie me podr acusar aqu de estar defendiendo a los carnales, atribuyndoles el
mensaje de salvos, siempre salvos cuando jams han sido salvos. Los que opinan
que no i mporta lo mucho que los cristianos pequen despus de convertidos, que jams
van a perder la salvacin, se equivocan por principio. Eso la Biblia no lo ensea. La
Escritura asegura que el que ha nacido de Dios no puede practicar pecado (1 Jn. 3: 9),
por lo tanto es una terrible mentira asegurar lo contrario. Dicho de otro modo, el que
peca como sistema de vida, aunque tenga mucho conocimiento de Dios en su mente,
jams naci de Dios; no es salvo.
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
5
Alguien escribi: Hay dos extremos en lo que se refiere a la prdida o mantenimiento
de la salvacin. Hay quienes creen que la salvacin se pierde por cualquier cosa; y hay
quienes piensan que no se pierde jams por nada. La verdad bblica es que la
salvacin como tal, es la realidad de la vida de Cristo en el individuo, obra directa de
Dios por eleccin en el individuo (Ef. 2: 8), y como tal, es eterna (Ap. 13: 8)
No se puede perder lo que jams se tuvo; no se puede perder lo que se obtuvo de
parte de Dios. Esta mxima es concluyente en la cuestin salvfica.
Los que creen que la salvacin se puede perder, argumentan diciendo que el cristiano
puede apartarse de la fe y perderse cuando se acostumbra a pecar, y no quiere
arrepentirse, y termina por pisotear semejante salvacin. Esto de nuevo es un
contrasentido y es contrario a la revelacin de la Escritura, cuando dice que el que ha
nacido de Dios no puede hacer eso, porque la simiente de Dios permanece en l; y no
puede continuar pecando como sola hacerlo en su vida anterior, justamente porque
ha nacido de Dios, y ha muerto a su vieja naturaleza pecaminosa (1 Juan 3: 9; Gl. 2: 20)
Como dijo Jess: O haced el rbol bueno, y su fruto bueno, o haced el rbol malo, y su
fruto malo; porque por el fruto se conoce el rbol (Mateo 12: 33)
El rbol bueno es siempre bueno, y el malo, malo, o como dice Santiago: Acaso
alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos mos,
puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? As tambin ninguna fuente
puede dar agua salada y dulce (Santiago 3: 11, 12)
La confusin, cuando no se tiene una acertada teologa, se genera cuando en la
experiencia de la vida uno se topa con muchos cristianos profesantes, que luego en un
momento dado se muestran como lo que realmente son: impos; pero la Palabra es
muy explcita al respecto:
Muchos me dirn en aquel da: Seor, Seor, no profetizamos en tu nombre, y en tu
nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y
entonces les declarar: Nunca os conoc; apartaos de m, hacedores de maldad
(Mateo 7: 22-23)
Hacan las obras de Dios, o as se mostraban ante los dems, pero no eran de Cristo.
No es que perdieron la salvacin, es que jams fueron salvos: Nunca os conoc.
Dios conoce a los que son Suyos; nosotros solamente podemos estar seguros en
cuanto a nosotros mismos (Ro. 8: 16)
Aunque no sean conscientes de ello, los que creen que la salvacin se puede perder,
no creen en la seguridad de la salvacin, lo cual de por s es totalmente antibblico.
En este libro probaremos que los que son verdaderos herederos de salvacin, la
heredarn, sin duda alguna (Hchs. 26: 18)
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
6
Este libro busca levantar ante los ojos del corazn del creyente la esperanza a la que
ha sido llamado, porque la esperanza no avergenza, porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espritu Santo que nos fue dado. Ro. 5: 5
En ese sentido, iremos desmantelando todos esos comentarios presuntamente bblicos
que se han ido haciendo a lo largo de los aos, que pretenden demostrar lo contrario a
lo que vengo exponiendo, y que en ocasiones se han enarbolado por causa de meros
intereses doctrinarios denominacionales.
Somos salvos porque nacimos de nuevo, y nacimos de nuevo para ser salvos. Porque
Dios nos hizo nacer de lo Alto (Jn. 3: 3), hemos pasado de muerte a vida; vivimos en
una nueva vida, muertos definitivamente al pecado y a su poder.
(Efesios 2: 1-6)
Cmo hay que entender esto
En hermenutica, es muy importante seguir el orden exegtico establecido por la
misma Escritura en cuanto a la verdad expuesta. Quiero decir con eso que, una verdad
bsica es como la misma expresin da a conocer: un fundamento sobre el que se
edifica el resto de verdades, y donde las dems verdades debern estar sobre
fundadas y adheridas. No se puede quitar una verdad del contexto de la verdad, de
otro modo tendramos una mentira o una incongruencia, segn el caso. Doy ejemplo:
En cuanto a haber nacido de Dios, y por tanto no poder practicar o vivir
pecaminosamente como los incrdulos tenemos el siguiente pasaje, el cual constituye
una verdad bsica: El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde
el principio. Para esto apareci el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo
aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios
permanece en l; y no puede pecar, porque es nacido de Dios (1 Juan 3: 8, 9)
Vemos en ese pasaje una verdad bsica e inamovible: El hijo de Dios no puede pecar a
modo del hijo del diablo.
No se puede ni aadir, ni quitar nada de esto, y no obstante los que aseguran que la
salvacin se puede perder, y siempre a causa de practicar pecado, implcitamente
estn negando esta escritura de 1 Juan conforme a verdad bsica.
Y, Cmo lo hacen?, pues con una verdad adyacente, pretendiendo con ella
fundamentar su teora, como si fuera una verdad bsica. Pongamos un ejemplo: Pero
el Espritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarn de la fe,
escuchando a espritus engaadores y a doctrinas de demonios (1 Timoteo 4: 1)
Esa es una de las varias escrituras que usan para hacer su particular apologa. Aseguran
que como apstatas han perdido la salvacin, sin tener en cuenta que un verdadero
apstata jams fue de Cristo.
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
7
Por lo tanto sigamos la regla correcta de interpretacin de la Escritura, de otro modo,
iremos a ciegas. Hay que poner el peso en la base, si no, se desnivela todo.
PARTE I: Fundamentando doctrina.
La iniciativa es siempre de Dios
(Juan 15: 16) No me elegisteis a M, sino que Yo os eleg a vosotros
Los que ensean que un hombre salvado por Dios, podra final y definitivamente
perder la salvacin, lo creen as porque tambin creen que ese mismo hombre pudo
decidir ser salvo, y por tomar la iniciativa de serlo, debiera ser responsable de seguir
sindolo. Si tom la decisin de serlo, entonces podra tomar la decisin de no serlo.
Esto es antibblico y perverso por principio, siendo una forma de desmo (*), porque
excluye a Dios de toda la ecuacin, no slo de Su soberana, sino en el ejercicio de, por
Su misericordia, la ddiva de Su gracia.
(*) Desmo es la hereja que ensea que Dios no interfiere en la vida de los humanos.
El asunto es muy distinto. Es Dios quien llama y justifica al que elige justificar, por Su
gracia, y por Su gracia, mantiene salvo al individuo (Ro. 5: 1; Ef. 2: 8, 9)
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que estn
lejos; para cuantos el Seor nuestro Dios llamare (Hchs. 2: 39)
El llamamiento es el de Dios, no el del hombre, de otra manera estara el hombre
pactando con Dios, lo cual es improcedente.
Por otro lado, simplemente seamos realistas: si la salvacin se pudiera perder, ni a
usted ni a m nos durara la salvacin un da! Qu fuerza existe en nosotros mismos
para hacer la voluntad de Dios? Ninguna.
Cuando estbamos muertos en nuestros delitos, violaciones y pecados (Ef 2: 1), Dios
nos dio vida. La iniciativa fue de Dios (Jn. 15: 16), la obra es de Dios (Fil. 2: 13).
Esa vida nueva, no es nuestra, sino Cristo en nosotros, en cada uno, por Su amor, por
Su entrega en la cruz (Gl. 2: 20). Nuestro viejo hombre, no slo qued atrs, sino que
fue crucificado juntamente con Cristo, de modo que el cuerpo del pecado fuera
destruido, para que no sirvamos ms al pecado (Ro. 6: 6)
Estas son las Buenas Nuevas de salvacin! Esta es la obra perfecta de un Dios que es
Perfecto! Quin podr deshacer lo que Dios ha hecho?
De modo que si alguno est en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he
aqu todas son hechas nuevas (2 Corintios 5: 17)
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
8
porque Cristo, con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados
(Hebreos 10: 14)
La comunin con Dios manifiesta la salvacin del creyente
En este libro deseo explicar lo que s que est en el corazn de Dios hacia sus
escogidos, y lo s porque lo dice la Escritura: que Le conozcan; y nuestra comunin
verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo (1 Juan 1: 3).
Para ello l tiene paciencia, porque en Su misericordia, no retarda la promesa de su
Adveni miento, sino que hace cumplir sus designios de salvacin hasta el ltimo
individuo: El Seor no retarda su promesa, segn algunos la tienen por tardanza, sino
que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos
procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3: 9)
Todos y cada uno de los elegidos segn la presciencia de Dios Padre, predestinados
para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, segn el puro afecto de Su
voluntad, llegarn a conocerle; llegarn a esa preciosa comunin o relacin con El. Ni
uno de ellos se perder, porque poderoso es Dios para hacer que abunde en ellos toda
gracia (1 Pr, 1: 2; Ef. 1: 5; 2 Co. 9: 8)
Esa es el Ancla de nuestra salvacin, la seguridad que proporciona el hecho de creer lo
que podemos y debemos creer: que todas las promesas de Dios son en l S, y en l
Amn (2 Corintios 1: 20)
tengamos un fortsimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza
puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que
penetra hasta dentro del velo (Hebreos 6: 18, 19)
La seguridad de la salvacin es el ancla firme de nuestra alma por Cristo Jess.
La suficiencia divina y la incapacidad humana
La salvacin de Cristo para el individuo que ha de ser salvo, es algo tan elevado, santo,
sublime, e importante para Dios, que no puede quedar rebajado su concepto por la
simple debilidad, negligencia o mediocridad humanas. En otras palabras la salvacin es
de Dios, y Dios jams se equivoca a la hora de elegir a los que han de ser herederos de
salvacin (He. 1: 14). Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios (Ro.
11: 29)
Concretamente, en cuanto a los asuntos salvficos, Dios no deja nada al azar ni a la
presunta libertad de presunta eleccin de los hombres. Uno de los atributos de
nuestro Dios es que es Soberano. La palabra soberano significa el superior o el ms
alto, supremo en poder, superior en posicin antes todos los otros.
Cuando decimos que Dios es soberano estamos diciendo que l es el nmero uno, el
nico, gobernador en el universo. Aplicacin: La idea de la soberana es un alentador
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
9
nico, porque asegura al cristiano que nada est fuera del dominio de Dios, y que Sus
planes se llevan a cabo triunfalmente (Romanos 8:28).
Dios no prepar y ejecut su obra de expiacin en Cristo, y como que la coloc a la
vista de toda la raza humana, servida sobre una mesa para que quien quiera, pueda ir y
ser salvo, dejndolo de ese modo todo al albedro de hombres muertos
espiritualmente, perdi dos en sus deseos carnales, haciendo la voluntad de la carne,
enemigos de Dios e hijos de ira por naturaleza (Ro. 5: 10; Ef 2: 3). Si hubiera sido as,
hubiera sido un rotundo fracaso, porque nadie se hubiera acercado, como no se
acercan los hombres amadores de su pecado a la Luz, y eso ramos todos nosotros: Y
esta es la condenacin: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron ms las
tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas (Juan 3: 19) Ah vemos que ha sido
imprescindible la eleccin de Dios para venir a salvacin.
El hombre natural es totalmente ajeno al Espritu de Dios, por haberse cortado aquella
relacin con el Creador ya desde sus inicios. El hombre natural, muerto
espiritualmente, no percibe las cosas que son del Espritu de Dios, porque para l son
locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente (1 Co. 2:
14; 1: 23)
La naturaleza pecaminosa del hombre natural le lleva a pecar sin ms (Ro. 5: 12); esa
es su manera de vivir, es lo terriblemente natural en l.
Por ello, Dios en Su soberana y a causa de Su misericordia (Ro. 9: 15), escogi en amor
y segn el puro afecto de Su voluntad a los que iban a ser adoptados hijos suyos, por
medio de Jesucristo (Ef. 1: 5), porque no depende del que quiere, ni del que corre, sino
de Dios que tiene misericordia (Ro. 9: 16)
Por Su misericordia: muertos al pecado, vivos en Cristo
(Colosenses 1: 21) Y a vosotros tambin, que erais en otro tiempo extraos y
enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado
Esa reconciliacin es el don de Dios por Su gracia (Ef. 2: 8), por Su iniciativa, no por la
nuestra, cual no exista: No me elegisteis vosotros a m, sino que yo os eleg a
vosotros (Juan 15: 16)
Porque habis muerto, y vuestra vida est escondida con Cristo en Dios (Col. 3: 3)
La Escritura no puede ser ms clara. Hemos muerto a nuestra vieja naturaleza de
pecado, y hemos nacido de Dios (1 Jn. 3: 9), y lo que ahora somos est escondido con
Cristo en Dios. Esto tiene tres lecturas como poco:
1) Los creyentes tenemos una vida espiritual comn con el Padre y el Hijo (1 Co. 6:
17; 2 Pr. 1: 4)
2) El mundo no puede entender todo lo que significa la nueva vida del creyente
(Ro. 8: 19; 1 Co. 2: 14)
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
10
3) Los creyentes estamos asegurados por la Eterni dad, protegidos de todo
enemigo espiritual (Jn. 10: 28; Ro. 8: 31-39)
Esto ltimo, significa que la salvacin est asegurada para aqul que verdaderamente
est EN Cristo, porque para aqul que no est en Cristo, sino que simplemente se
llama cristiano, esto no se aplica.
Si nuestra vida est escondida en Dios, significa que en trminos de eternidad, ese ha
sido Su designio, y aqu la Palabra nos habla en trminos de eternidad, porque la
salvacin es un asunto, no de temporalidad, sino de eternidad, y la pregunta que los
escpticos debieran hacerse es: En qu momento se puede detener la Eternidad?, o
Se puede detener un proceso eterno, como es la salvacin, que es la vida eterna?
Evidentemente, no.
LA SALVACIN, LA VIDA ETERNA, ES UN ASUNTO DE ETERNIDAD, NO DE
TEMPORALIDAD.
De esto trata este libro, hermanos; de que el que es verdaderamente de Cristo, no ha
de temer que en un momento de su vi da pueda perder lo que ya est escondido en
Dios.
La salvacin, es obra de Dios o del hombre?
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios; no por obras, para que nadie se glore (Ef. 2: 8, 9)
Contrariamente a lo que visto, porque la Biblia as lo dice, los que ensean que la
salvacin se puede perder, se basan en que esa salvacin depende de que el creyente
la sepa y pueda guardar. Si fuera as, la salvacin sera por obras, en este caso, para
preservar dicha salvacin.
Si nuestra salvacin dependiera de nuestros esfuerzos humanos por sostenerla...
entonces nadie sera salvo! La salvacin es de Dios para nosotros, no es nuestra (Ef. 2:
8, 9).
Si la salvacin hay que sostenerla en nuestras fuerzas, entonces por qu no haberla
ganado? Qu diferencia habra realmente? Si el hombre pudiera sostener su
salvacin, podra tambin haberla obtenido. Pero como cristianos, sabemos que no es
as.
Como nadie puede ganarse su salvacin, tampoco la puede sostener.
Si mi salvacin depende de mi esfuerzo para no perderla, entonces he entrado de
pleno en la doctrina de Roma: salvacin por obras.
Pinselo bien: Cuando se llega a creer que la salvacin se puede perder (hablo de la
verdadera regeneracin en el individuo) entramos en un contra sentido. Por un lado la
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
11
seguridad de la salvacin se esfuma, negando Romanos 8: 1 Ahora pues, ninguna
condenacin hay para los que estn en Cristo Jess, por otro lado, entramos en el concepto
de la salvacin, no slo por gracia, sino por obras (catolicismo).
El presente continuo de Dios: el concepto de eternidad
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo,
mucho ms, estando reconciliados, seremos salvos por su vida (Romanos 5: 10)
Ese seremos salvos por Su vida, significa que seguimos, y seguiremos siendo salvos
por Su vida, hasta que se manifieste esa salvacin (1 Jn. 3: 2) porque Cristo, nuestra
vida, est en nosotros, los que somos verdaderamente salvos (Col. 3: 3).
Los salvos o regenerados, lo somos en el momento de recibir ese don aludido. Cuando
se dice, lo somos, es que lo seguimos siendo, y jams por obras, sino por la misma
gracia salvfica expresada. As como fui mos salvados, seguimos siendo salvados. El que
considere que depende su salvacin de su obra, contradice esta Escritura que dice: que
no es por obras (Ef. 2: 9).
porque Cristo, con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados
(Hebreos 10: 14)
Este solo versculo define de manera absoluta la esperanza de nuestra fe: Cristo con su
sacrificio, en trminos eternos hizo perfectos a los que hemos sido santificados, es
decir, apartados para Dios. Esta obra es consumada en nosotros, los que hemos sido
sellados con el Espritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia (Ef. 1:
13, 14)
SI COMO SALVOS YA ESTAMOS EN LA ETERNIDAD, QUIN NOS PODR SACAR DE
ELLA?
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ngeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra
cosa creada nos podr separar del amor de Dios, que es en Cristo Jess Seor nuestro
(Romanos 8: 38, 39)
De forma difana, la Palabra aqu nos declara que ninguna cosa creada, incluida
criatura alguna, nos podr separar del amor de Dios, lo cual implica comunin con l.
Ahora bien, ntese que cada uno de los salvos es una criatura tambin. As pues
clarsimamente la Escritura nos ensea que uno no puede perderse a s mismo; la
Palabra excluye toda posibilidad en ese sentido.
El problema de creer que la salvacin se puede perder estriba en el mal
entendimiento que ha entrado en materia de soteri ologa en el seno eclesial, y sobre
todo ste, fomentado por ciertos intereses denominacionales. Me explico.
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
12
Si se cree que la salvacin depende en mucha manera de la capacidad vital de la
persona salva, porque esa persona debe vivir en una santidad en sus fuerzas, entonces
es lgico que la conclusin sea, que la puede perder. De hecho todos la perderamos
sin excepcin. Pero si se cree que la salvacin es un asunto cerrado, establecido en
relacin al salvo, desde antes de la fundacin del mundo, decretado por Dios,
entonces, no slo estamos en la verdad, sino que la entendemos.
Insistimos. No nos estamos refiriendo aqu a aquellos que aparentaron una salvacin
que no era tal, sino a los verdaderamente salvos.
Un cambio real de naturaleza
Teolgicamente tambin, es menester entender cual ha sido la obra salvfica
producida por Dios, por los nicos y suficientes mritos de Cristo: un cambio de
naturaleza; de la pecami nosa, a la regenerada: De modo que si alguno est en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu todas son hechas nuevas (2
Corintios 5: 17)
Habiendo muerto a la naturaleza degenerada y de muerte espiritual, habiendo sido
resucitado nuestro hombre interi or, y habiendo recibido una nueva naturaleza en
Cristo, evidentemente existe un antes, y un despus: Ahora, pues, ninguna
condenacin hay para los que estn en Cristo Jess, porque la ley del Espritu de vida en
Cristo Jess me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Romanos 8: 1, 2)
El Espritu de vida en Cristo Jess nos ha librado para siempre del poder del pecado y
de la consecuente muerte espiritual.
Porque el pecado no se enseorear de vosotros; pues no estis bajo la ley, sino bajo
la gracia (Romanos 6: 14)
Esta es una promesa que nos asegura que el pecado no tiene ya poder sobre la nueva
naturaleza en Cristo.
Hermanos, aqu no hay condiciones, no hay un: bueno eso s, siempre que no se
aparten de Cristo. Es una incongruencia ensear que uno se puede apartar de Cristo,
cuando es de Cristo, cuando se est en Cristo. O se est, o no se est, pero no se puede
ir y venir de un estado de muerte a vida y lo contrari o. Eso no es cierto. De otra
manera, es que tal persona, aunque haya incluso gustado del don celestial (He. 6: 4),
realmente jams fue de Cristo.
O ESTAMOS EN CRISTO, O NO SOMOS DE CRISTO
Ensear otra cosa, es mentir, aunque la intencin sea la de lanzar el mensaje de crecer
en santificacin; aunque sea una intencin ms o menos loable, no deja de ser falsa, y
consecuentemente repudiable.
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
13
El pretender causar un impacto de bsqueda de la santidad en el creyente,
asegurndole que la salvacin se puede llegar a perder, no es ms que un recurso
manipulador, legalista y carnal, contrario a la revelacin de la Escritura (1 Pr. 1: 3-5; 1:
13; He. 10: 39; 1 Pr. 2: 24; Ef. 2: 1; 2 Pr. 2: 9; Ro. 8: 29, 30; Jn. 15: 16; etc. etc.) Ese es el
recurso fcil, pero sin base escritural, y que lo nico que consigue es el fomento del
legalismo religioso.
Cuando se llega a creer que la salvacin depende de la eleccin del hombre para
recibirla y de sus fuerzas para mantenerla, tenemos simple religiosidad y falsedad.
Por la creencia que dice que un hombre salvado por Dios, podra en un momento
dado, final y definitivamente perder la salvacin, muchos entran en una gran
inseguridad e incertidumbre, y jams pueden estar seguros de su salvacin. Si uno cree
que su salvacin se puede quedar por el camino, no puede vivir en la libertad de Cristo,
porque vive en inseguridad y temor, aunque no lo admita abiertamente (propio del
legalista)
A qu les lleva esa inseguridad?, intuitivamente les lleva a buscar una santidad en sus
fuerzas, lo que la Biblia denomina, en la carne. Una santidad legalista. Una simple
religiosidad. Un seguir doctrina de hombres.
Leemos en Colosenses 2: 16-23
Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a das de fiesta, luna
nueva o das de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es
de Cristo. Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ngeles,
entremetindose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente
carnal, y no asindose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutrindose y
unindose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.
Pues
si habis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, por qu, como si
vivieseis en el mundo, os sometis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni
aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas
se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputacin de sabidura
en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor
alguno contra los apetitos de la carne
Los creyentes de corte legalista suelen basar su concepto de santidad en las cosas
visibles: no manejes, ni gustes, ni aun toques (Col. 2: 22)
Los creyentes de corte legalista suelen basar su concepto de santidad en usos y
costumbres: nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a das de fiesta, luna
nueva o das de reposo (Col. 2: 16)
Los creyentes de corte legalista suelen basar su concepto de santidad en cuestiones
puramente formalistas y conforme a apariencia: tendrn apariencia de piedad, pero
negarn la eficacia de ella (2 Ti. 3: 5)
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
14
Dios detesta el legalismo. Ese fue uno de los grandes pecados de aquellos fariseos que
juzgaban y acusaban a Jess: Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He
aqu un hombre comiln, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores
(Mt.11: 19)
Las formas, los usos, las costumbres, lo ceremonial, ni nada por el estilo, define la
santidad de Dios en el creyente: por qu os sometis a preceptos tales como: No
manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de
hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? (Col. 2: 21)
Si se pretende combatir contra el pecado, jams el legalismo, el rigorismo, que no son
ms que actitudes farisaicas servirn para nada. Pablo clarsima mente lo dijo no
tienen valor alguno contra los apetitos de la carne (V. 23)
La verdadera santidad es la producida por Dios en nuestras vidas por el efecto salvfico,
por Su gracia. Esa santidad es imputada, no meritada; es por gracia, no por obra
alguna. Es de Dios, no del hombre.
tengamos un fortsimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza
puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que
penetra hasta dentro del velo (Hebreos 6: 18, 19)
La seguridad de la salvacin produce en nosotros la paz de Cristo en nuestras vidas:
justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Seor
Jesucristo (Romanos 5: 1)
Esa paz nos lleva al gozo del Seor, a amarle y buscar el agradarle, no en nuestras
fuerzas, sino en el poder del Espritu Santo.
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estis otra vez
sujetos al yugo de esclavitud (Glatas 5: 1)
Pues no habis recibido el espritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que
habis recibido el espritu de adopcin, por el cual clamamos: Abba, Padre! (Romanos
8: 15)
Cuando uno vive en la libertad de Cristo que proporciona la seguridad de la salvacin,
el ancla de nuestra fe, sin lugar a dudas que vivir en la santidad de Dios, creciendo en
santificacin.
Leemos en 1 Corintios 2: 15, 16 el espiritual juzga todas las cosas; pero l no es
juzgado de nadie. Porque quin conoci la mente del Seor? Quin le instruir?
Mas
nosotros tenemos la mente de Cristo
Nosotros tenemos la mente de Cristo, no la mente de la religiosidad! El pensar
conforme a la mente de Cristo, nos lleva a la libertad de Cristo, y esto, no puede ser ni
juzgado, ni entendi do por la mente religioso-legalista, propia del fariseo.
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
15
Cuando es fcil decir: es usted salvo!, y luego decir: oh, perdi la salvacin!
Predica el evangelista o el pastor, y hace un llamamiento a salvacin. Se levantan unas
cuantas o muchas manos, se les hace pasar al frente, se ora por ellos, y se les dice ya
son salvos, hermanos! ya son salvos? Cmo lo sabe el predicador? Es que acaso se
puede decir esto fehacientemente? La respuesta es no.
Pero qu pasa?, Pues se presenta el siguiente caso: que de los 5 o 20 o 50 o los que
sean que han pasado al frente, slo algunos (ms, o menos) entran en la iglesia, y
despus de un tiempo ms o menos largo, de aquel grupo, puede ser que la mayora se
hayan vuelto al mundo, a su antigua vida, entonces dice el pastor y algunos hermanos
con l: Oh, se han ido al mundo, han perdido la salvacin! De veras han perdido la
salvacin, o ms bien es que nunca fueron salvos?
La realidad es que se dice con demasiada ligereza que este tipo de profesantes son
salvos. Primero, nadie sabe si lo son, sino Dios y cada uno de ellos (Ro. 8: 14), y por
tanto no se puede decir lo que no se debe decir. En la iglesia primitiva, y sobre todo en
el contexto de persecucin, no se reconoca a nadie si era verdadero creyente, y por
tanto salvo, sino hasta que daban un fruto digno de cambio de vida, de amor a Dios y a
Jess, de amor a los hermanos (cosa esta ltima de la que carecen hasta pastores que
llevan muchos aos en el ministerio). Si no daban es fruto, no se les consideraba
hermanos en la fe. Esto es porque saban que para que una persona haya sido salvada
por Dios, deber dar un fruto al respecto.
Pero claro, lo ms fcil es decir: Oh ha perdido la salvacin! Hermanos, Dios no es
como el hombre. A quien quiere salvar, l salva, y esa salvacin se hace evidente
siempre; El no puede ser burlado, pero de ah que para muchos sea evidente que la
salvacin se pueda perder. Pero otra vez decimos, no se puede perder lo que no se
tena.
PARTE II: Analizando textos bblicos que se malinterpretan para hacer
creer que la salvacin se puede perder.
En esta seccin estaremos haciendo un estudi o exegtico de aquellos pasajes de la
Escritura que pudieran ser interpretativos de lo contrario de lo que veni mos diciendo y
explicando en este libro, y que algunos con, o por ignorancia, han estado blandiendo al
respecto.
Acordmonos que tenemos que seguir la norma de la hermenutica para tener un
entendimiento correcto de estas cuestiones salvficas, como apunt en la introduccin
de este libro. Tengamos tambin en cuenta de que cada escritor sagrado, se dirige en
primera instancia a su lector, y esto es muy importante tenerlo en cuenta, a la hora de
hacer una exgesis correcta.
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
16
Vayamos entonces viendo esos pasajes, y haciendo el correspondiente anlisis y
comentario al uso del tema en cuestin. Empecemos.
LOS QUE UN DA FUERON ILUMINADOS, PERO JAMS FUERON LUZ
Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don
celestial, y fueron hechos partcipes del Espritu Santo, y asimismo gustaron de la
buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez
renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para s mismos al Hijo de Dios y
exponindole a vituperio (Hebreos 6: 4-6)
Son las personas que gustaron el don de Dios. Es decir, realmente tuvieron una
experiencia mstica con Dios, pero en definitiva no eran de Dios. De esos ha habido
muchos. No dice que nacieron de nuevo, sino que tuvieron una experiencia con Dios,
pero luego recayeron. Vemoslo con cierto detenimiento:
a) fueron iluminados: Es decir, haban recibido instruccin en la verdad bblica
por medio de su intelecto; pero entender el Evangelio no equivale necesariamente a
ser regenerado (ver Hebreos 10: 26, 32)
En Juan 1: 9 leemos; Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, vena a este
mundo. Claramente vemos que a pesar de que Cristo, la Luz del mundo, alumbra a
todo hombre, todo hombre no es de Cristo.
b) gustaron del don celestial: En el N.T. gustar significa experimentar algo de
forma consciente. Escribe John McArthur:
Cristo gust la muerte (He. 2: 9) slo por un momento, y no fue una experiencia
continua ni permanente. Todos los hombres experimentan la bondad de Dios, pero esto
no significa que todos sean salvos (cp. Mt. 5: 45; Hchs. 17: 25)
Esas personas aludidas gustaron por un momento o por un tiempo del don celestial, lo
que llamaramos, tuvieron una experiencia mstica con Dios, y nada ms.
c) fueron hechos partcipes del Espritu Santo: En el mismo sentido que gustaron
del don celestial, estuvieron en el mover del Espritu Santo (muchos incluso
profetizaron, como Sal, y echaron fuera demonios, etc.), pero eso no les convirti en
verdaderos creyentes, como no lo fue Sal.
Yo conoc a un creyente que tena el ministerio de echar fuera demonios de las
personas, y lo hizo por aos, los mismos que vivi en prctica de adulterio!
No nacieron de nuevo, sin embargo apostataron de la fe, de la fe que real mente
tenan?, no, de la fe que simplemente profesaban. Otra vez, conforme a Dios, si no
fueron salvos al final, tampoco lo fueron al principio.
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
17
El que est sellado con el sello del Espritu Santo (Ef. 1: 13), en la economa de Dios lo
est desde el momento en que antes de la fundacin del mundo l determi n que as
fuera. Acordmonos que la salvacin es un asunto conforme a la eternidad.//
ADVERTENCIA AL QUE PECA DELIBERADAMENTE
Comentario bblico
(Leer Hebreos 10: 26- 39)
Puede un verdadero cristiano pecar deliberadamente? Obviamente, no. Un
verdadero cristiano puede tener luchas constantes; cadas; inmadurez; pecado no de
muerte (1 Juan 5: 16), pero como dice el libro de Proverbios: Porque siete veces cae el
justo, y vuelve a levantarse (24: 16). Pero el que peca a sabiendas y sin conciencia, no
es de Dios, aunque haya andado cerca de Dios, caso del profeta Balaam.
Este pasaje va en lnea de Hebreos 6: 1-8. Trata el pecado de la apostasa que es el
retroceso o la desercin intencional. Los apstatas, por definicin, se sienten atrados
a Cristo en un principio, oyen y aparentemente entienden el Evangelio, esto ltimo al
menos en su mente natural, y estn como a punto de entrar en la salvacin, o al
menos pretenden que han entrado en la salvacin, pero al punto, se rebelan y dan la
espalda. Estaban con nosotros, pero no eran de nosotros (1 Juan 2: 19).
Este apercibimiento contra la apostasa, es sin duda, una de las advertencias ms
serias en toda la Escritura. Es obvio, por esta descripcin, que no todos los hebreos a
los que se dirige esta carta iban a ser verdaderamente salvos.
Los que se acercaron al trono de gracia pero siguieron en su empecinamiento de pecar
voluntariamente, esto ltimo, as como lo enseaba y aplicaba la ley de Moiss, deban
morir i rremisiblemente; en este caso, muerte espiritual, y su consecuencia final y
definitiva: el lago de fuego, con mayor motivo, cuando tal pecado voluntario implicaba,
e implica, una afrenta directa al Hijo de Dios, por tener por inmunda Su sangre (al
seguir en sus pecados), y por tanto, afrentar tambin al Espritu de gracia.
Evidentemente este texto no nos habla de prdida de salvacin, sino de manifestacin
de perdicin de los que pretendan lo que no eran; es decir, ser salvos.
Los que pecan deliberadamente jams fueron salvos, porque los salvos no pueden
pecar as: Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente
de Dios permanece en l; y no puede pecar, porque es nacido de Dios (1 Juan 3: 9)
Porque el pecado no se enseorear ms de vosotros, pues estis bajo la ley, sino bajo
la gracia (Romanos 6: 14)
Analicemos esos versculos cuidadosamente:
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
18
(V. 26) Porque si pecremos voluntariamente despus de haber recibido el
conocimiento de la verdad, ya no queda ms sacrificio por los pecados: El autor habla
en sentido retrico de nosotros. Esto tiene tres explicaciones:
1) Se entiende que dicho autor no iba a pecar voluntariamente a modo de los
apstatas.
2) Los verdaderos creyentes no pueden pecar a modo de los apstatas.
3) En el versculo 39, expresamente se excluye a s mismo y a todos los verdaderos
creyentes.
si pecremos voluntariamente: El trmino griego alude a la idea de una intencin
deliberada, y que adems es habitual.
despus de haber recibido el conocimiento de la verdad,: El pecado en s esta vez
es el de rechazar a Cristo de forma deliberada, en lo cual se muestra la apostasa.
Los hebreos aquellos a los que se di rige esta carta entendan muy bien de qu trataba
el asunto, porque segn la legislacin mosaica, tales actos de pecado deliberado y
premeditado, demandaban la exclusin inmediata de la congregacin de Israel
(Nmeros 15: 30, 31). Tambin eran expulsados del culto colectivo (xodo 21: 14).
Adems, los individuos que cometan tal tipo de pecados, quedaban incluso excluidos
de entrar en las ciudades refugio (Dt. 19: 11-13).
Con todo esto, aquellos hebreos que recibieron esta carta, podan entender bien la
gravedad de apostatar de Cristo. Obviamente, hubo quien apostat, como hay quien
apostata, y esto demuestra que no todos los creyentes profesantes, son de Cristo:
Pero el fundamento de Dios est firme, teniendo este sello: Conoce el Seor a los que
son suyos; y: Aprtese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo (2
Timoteo 2: 19)
conocimiento: La palabra griega es epignosis, e implica algo ms que un simple
conocimiento general o a la ligera. Implica un conocimiento especfico.
Aunque el conocimiento no era defectuoso ni incompleto, la aplicacin del
conocimiento era incorrecta. Dicho de otro modo, los apstatas jams vivieron
conforme al conocimiento que tenan de Cristo de cara a Dios. Un ejemplo de esto lo
tenemos en la persona de Judas Iscariote. El tena conocimiento (estuvo con Cristo
como uno de sus doce), pero jams fue de Cristo: No os he escogido yo a vosotros
los doce, y uno de vosotros es diablo? (Juan 6: 70)
ya no queda ms sacrificio por los pecados: el apstata pierde todo acceso a la
salvacin porque ha rechazado el nico sacrificio que puede limpiarlo de pecado, y
traerlo a la presencia de Dios. Slo hay un sacrificio, y no hay otra alternativa. Esto va
en lnea con Mateo 12: 31: Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia ser
perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espritu no les ser perdonada
(Mt. 12: 31)
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
19
La obra de conviccin del Espritu Santo opera conforme a la verdad revelada de Cristo
y su obra. Si esa obra se menosprecia, ms an cuando se ha llegado a conocer
(epignosis), no hay otra opcin para el apstata. Obviamente ese apstata, al jams
haber vivido la fe que profes, jams sta le benefici. La fe en el individuo deber ser
la implantada por Dios, por haber sido regenerado el individuo (2 Co. 5: 17). Si ese
individuo no fue regenerado, su hombre interi or era ajeno a esa fe. Slo viva un
engao mortal.
Cul es el otro pecado de ese apstata? El fingir ser lo que no era: un verdadero
creyente, y tratar as de engaar, no slo a los dems, sino al propio Espritu Santo. Un
paralelismo de esto lo vemos en la parbola de la fiesta de las bodas: (Mateo 22: 11-
14) Y entr el rey para ver a los convidados, y vio all a un hombre que no estaba
vestido de boda. Y le dijo: Amigo, cmo entraste aqu, sin estar vestido de boda? Mas
l enmudeci. Entonces el rey dijo a los que servan: Atadle de pies y manos, y echadle
en las tinieblas de afuera; all ser el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son
llamados, y pocos escogidos. Ah estaba ese hombre que no haba sido invitado, pero
pretenda ser uno ms de entre los invitados. Estos son los apstatas.
(V. 27) sino una horrenda expectacin de juicio, y de hervor de fuego que ha de
devorar a los adversarios: Todos hemos sido enemigos o adversarios de Dios, pero los
que siguen sindolo hasta el final, tendrn su destino en lago que arde con fuego.
(V. 28) El que viola la ley de Moiss, por el testimonio de dos o de tres testigos muere
irremisiblemente: Mencin a Deuteronomio 17: 2-7
(V. 29) Cunto mayor castigo pensis que merecer el que pisoteare al Hijo de Dios,
y tuviere por inmunda la sangre del pacto
en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al
Espritu de gracia?: Si dice mayor castigo, es que tambin habr menor castigo, lo
cual implica que existen diferentes grados de castigo en el infierno (ver Mateo 11: 2-
24)
el que pisoteare: El levantar el pie en di reccin a una persona era el gesto ms
obvio de desprecio en el oriente antiguo. Esa clase de desprecio demuestra un rechazo
completo de Cristo como Salvador y Seor.
y tuviere por inmunda la sangre del pacto: el pecar vol untariamente, despus de
haber conocido la verdad, es tener por inmunda la sangre de Cristo.
tuviere por inmunda la sangre del pacto
en la cual fue santificado: el que fue
santificado fue Cristo (no el apstata). Cristo fue santificado, porque fue apartado para
Dios de esta manera, para dar su vida.Y por ellos yo me santifico a m mismo, para que
tambin ellos sean santificados en la verdad (Juan 17: 19). Sl o Cristo, como primicias
(1 Co. 15: 20), fue santificado, y l uego todos los verdaderos creyentes somos
santificados en l.
www.centrorey.org |Ps.Mi guel Rosell
20
e hiciere afrenta al Espritu de gracia?: Rechazar a Cristo es un insulto al Espritu
quien obr a travs de l, y da testimonio de l (Jn. 15: 26) El que hace afrenta al
Espritu de esa manera, es el que blasfema contra l, y esa ofensa no puede ser
perdonada: Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia ser perdonado a los
hombres; mas la blasfemia contra el Espritu no les ser perdonada (Mt. 12: 31)
(V. 30)