Ejecutorias

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Las cartas ejecutorias de la Chancillera de Valladolid en el siglo XV. Los conflictos judiciales en la
sociedad bajomedieval castellana
El presente artculo es un resumen de una parte fundamental de mi tesis doctoral, en la que se
aborda, como parte sustancial de la misma, la catalogacin de las cartas ejecutorias entre 1491 y 1494.
Una tarea cargada de subjetivismo, es obligado decirlo, puesto que un catlogo no describe grupos
documentales completos (y al decir completos me refiero a la totalidad de los documentos resultantes
de una actividad o de una funcin) sino slo la parte de ellos que al encargado de la descripcin le
interesa, por razones grficas, materiales o cronolgicas, como es el caso. Pero aun as, los documentos
que se describen precisan, para entenderse, ser vinculados al productor. Por tal razn, y para una mejor
comprensin de los resultados del trabajo, expongo brevemente los aspectos que entiendo son
esenciales, comenzando por las referencias a la Audiencia y sus orgenes que permite exponer el nuevo
modo de resolver los negocios jurdicos iniciado el siglo XV, a lo cual siguen unas notas sobre el registro
y la carta ejecutoria, como manifestacin fidedigna del ejercicio de la justicia y la preservacin su
memoria. Y, por fin, concluyo con cierta muestra de los asuntos motivo de litigio, que suponen una va
inestimable para la interpretacin social en las postrimeras del Medievo, perodo de transicin ya con
un pie en la Edad Moderna, a travs de sus conflictos judiciales.
(Un resumen del presente artculo se public en este sito en 2005, con el ttulo de REALES CARTAS
EJECUTORIAS DEL ARCHIVO DE LA REAL CHANCILLERA DE VALLADOLID. Fuentes para la historia. El texto
ampliado que aqu figura subi a la red el 09-02-2012 retitulado como figura en el inicio)
Contenido
Origen y composicin de la audiencia
El registro de las cartas ejecutorias y las cartas ejecutorias
Regesto y estructura formal de las cartas ejecutorias
Temtica de las ejecutorias
ndice de trminos y onomstico
Origen y composicin de la audiencia
En los siglos alto y pleno medievales, la administracin de justicia era asunto regio. Administrar
era fundamentalmente impartir justicia. Y el rey, asesorado por la curia, entenda no slo en litigios y
negocios de instancias primeras, sino que provea tambin las apelaciones de sentencias dadas por las
justicias menores. Pero a medida que se avanza en los siglos medievales, se acrecienta la imposibilidad
de impartir directamente la justicia, por lo que el soberano ir delegando esa funcin primordial en
determinados oficiales que la ejercern en su nombre[1].
No es fcil precisar el momento exacto en que se cre la Audiencia Real. Los trabajos del
difunto Luis Vicente Daz Martn[2], y en menor medida los del profesor David Torres Sanz, evidencian la
existencia de oidores ya en el reinado de Pedro I. Y para el doctor Torres el germen de la institucin
puede incluso remontarse al reinado de Alfonso X creador de los alcaldes de Corte, que llevaban los
pleitos que se trataban en ella en primera instancia; as como de los alcaldes de las alzadas, que
sustanciaban las apelaciones pronunciadas por las justicias ordinarias del reino.
Sin embargo, ser en las Cortes de Toro de 1371, cuando Enrique II, establezca la organizacin y
competencias de la Audiencia Real. La colegialidad y el principio de mayora sern los fundamentos que
caractericen sus actuaciones. De hecho, en estas Cortes se estipul la configuracin de dos tribunales de
justicia bien diferenciados: la Audiencia, integrada por oidores que actan colegiadamente y los alcaldes
de Corte, que juzgan individualmente. Eran tribunales itinerantes que seguan al rey en sus
desplazamientos, celebrando sus reuniones donde se asentara la Corte.
La vinculacin de la Audiencia con la Chancillera regia dio lugar a que en el reinado de Juan I, la
primera tomara el nombre de Chancillera[3]. Su funcin iba a ser doble, por un lado era un tribunal de
justicia y por otro custodiaba el sello de plomo[4] mayor, elemento de gran importancia que validaba
con el conforme real los documentos. Durante el reinado de Juan I se crea, en las Cortes de Valladolid de
1385, el Consejo Real, cuya funcin principal sera la de gobierno. Aunque, tambin desempeaba
algunas funciones de justicia en su calidad de tribunal superior de la Corona, lo que limitara de alguna
manera las competencias de la Audiencia.
Los oidores, tras un perodo de suspensin en el reinado de Enrique III, pasaran a ocuparse de
los pleitos civiles durante el reinado de Juan II, mientras que los alcaldes de Casa, Corte y Chancillera se
encargaban de los criminales. Ser Juan II el que fije, en las Cortes celebradas en Valladolid en 1442, la
residencia definitiva de la Real Chancillera en la entonces villa del Pisuerga, donde permanecer hasta
1834, ao en que se reforma la administracin de justicia y se crean las Audiencias Territoriales. Su
establecimiento definitivo en la citada villa dio lugar a una diferenciacin de los sellos reales y, por
tanto, del registro. Un registro permaneci en la Audiencia, donde eran depositados los sellos de plomo
junto a los de placa, con los que se sellaban los documentos reales; a su cargo quedaba el canciller
mayor. La Audiencia tena su propio sello de placa con el que se validaban los documentos judiciales
emanados de esta institucin. La Corte contaba con su registro especfico. En ella permanecieron el sello
de placa, propio del Consejo Real, junto con el sello de la poridad, dependientes ambos del canciller de
la poridad.
Pero va a ser en el reinado de los Reyes Catlicos[5] cuando la Audiencia y Chancillera afiance
su personalidad. Sus atribuciones y composicin, el nmero de oficiales y el tiempo del desempeo del
oficio, quedaran fijadas en las Ordenanzas de Crdoba de 1485, as como tambin se confirma su
residencia en Valladolid. Al poco tiempo, en 1486, ciertos captulos seran modificados en las
Ordenanzas de Piedrahita, de la que cabe citar, y entre otras disposiciones destacadas, la que establece
el modo en que se haba de sentenciar. Los Catlicos an promulgarn sobre el tribunal una tercera vez
en las Ordenanzas de Medina del Campo de 24 de marzo de 1489[7], que son una reproduccin de las
de Piedrahita, aunque con una serie de novedades administrativas entre las que se ha de apuntar la
regulacin de la votacin de las sentencias.
Imagen 1: Fachada principal de la Real Audiencia y Chancillera de Valladolid que fue ubicada en el
palacio de los Vivero. Dibujo de Ventura Prez en su obra manuscrita Libro primero de la historia de la
mui noble y mui leal ciudad de Valladolid, Recojida de Varios autores en este ao de 1759. Madrid.
Biblioteca Nacional. El dibujo ilustra el texto de la Historia de Valladolid, escrita por Antolnez de Burgos
en el siglo XVII que recoge el autor en su obra. Se aprecia la falta del balcn central que se abri en el
siglo XVIII. / Imagen 2: La misma fachada en la actualidad, cuyo edificio ocupa el Archivo Histrico
Provincial.
Fachada y patio actual del Archivo de la Real Chancillera de Valladolid, en la calle Chancillera.
Hasta fin del siglo XV la Audiencia y Chancillera de Valladolid era el nico tribunal de apelacin
de la monarqua. Le sigui la creacin de la Audiencia de Galicia, por Isabel y Fernando, y a lo largo del
siglo XVI la de Audiencia de Canarias y la de Grados de Sevilla. Establecieron tambin los Reyes
Catlicos, la Audiencia y Chancillera en Ciudad Real, en 1494, creacin de importancia en la medida que
pasara en 1505 a Granada[8], por orden anterior de Isabel y Fernando. Las funciones de la Chancillera
granadina se estipularon idnticas a las de la institucin de Valladolid. Es, entonces, en 1494, el
momento en que, como se dijo, la jurisdiccin del alto tribunal vallisoletano se limit al territorio de
Castilla localizado al norte del ro Tajo. Fecha y lmite, pues, que se consider atinado y coherente para
acotar el volumen del catlogo de ejecutorias que se consideraron en la investigacin expuesta.
La Chancillera de Valladolid atenda diferentes causas, que de acuerdo a su carcter se vean en
distintas Salas: las de lo Civil, de lo Criminal, de Hijosdalgo y de Vizcaya.
Salas de lo Civil, donde los pleitos civiles eran atendidos por los oidores en cuatro salas, siendo
presidente de ellas un oidor cada semana. Se juzgaban en primera instancia los casos de corte: de
muerte segura, mujer forzada, tregua quebrantada, casa quemada, camino quebrantado, traicin
alieve, reto o duelo riepto, pleito de viuda y hurfanos, contra corregidor o alcalde ordinario, y en
grado de apelacin las sentencias pronunciadas por las justicias inferiores. Sentencias que podan
suplicarse ante estos mismos oidores en grado de revista. A su vez, estos fallos de revista podan ser
suplicados recurso de segunda suplicacin ante el Consejo Real y previo depsito del recurrente de la
fianza de las mil y quinientas doblas[9].
Salas de lo criminal, donde los alcaldes del crimen juzgaban los pleitos criminales, en primera
instancia en los casos de corte y en apelacin de las dems justicias del reino[10] . Eran, adems, jueces
ordinarios en todo el distrito alrededor de la Chancillera de Valladolid, donde podan instruir diligencias
tanto civiles como criminales.
Sala de Hijosdalgo[11], en este caso solo una sala, estaba formada por los alcaldes de los
hijosdalgo y los notarios mayores, notarios de los reinos. En este tribunal se trataban los pleitos de
hidalgua en primera instancia, cuya sentencia se poda apelar ante el presidente y oidores.
Sala de Vizcaya[12], en la que se vean las apelaciones del seoro y sobre la que se ha de
apuntar la singularidad de que slo haba la que se alojaba en la Chancillera de Valladolid. Su
jurisdiccin abarcaba los casos, especficamente, de vizcanos, tanto civiles como criminales y de
hidalgua, cuya resolucin era competencia del juez mayor de Vizcaya[13], vindose sus apelaciones en
las Salas de lo Civil.
Los pleitos referidos a los problemas derivados del cobro de alcabalas y otras rentas eran vistos
ante los notarios de los reinos[14], a los que en primera instancia les competan los litigios iniciados por
los vecinos del lugar donde resida la Chancillera y cinco leguas alrededor. De esta primera sentencia
que emitan los notarios podan apelar los interesados ante los oidores de la Audiencia o ante los
contadores mayores, e, igualmente, los pleitos que hubieran sido juzgados por justicias inferiores. Si los
notarios confirmaban la sentencia dada en primera instancia no caba ms apelacin, pero si la
revocaban quedaba abierta la va legar para apelar ante los oidores de la Audiencia.
Carta ejecutoria de la hidalgua de Pedro y Rodrigo de Luz, 1579/ Imagen 1: dibujo retocado de
un tribunal de la Chancillera; fuente: 12 Linajes de Soria / Imagen 2: hoja completa del manuscrito en el
que figura el dibujo; fuente: Web JCCM. Villalgordo del Marquesado
El registro de las cartas ejecutorias y las cartas ejecutorias
Tradicionalmente el registro ha sido definido como un libro manuscrito en el que se copiaban
los documentos expedidos por una persona o institucin, a diferencia de un cartulario donde se
copiaban los documentos recibidos por los destinatarios de los documentos que se copiaban en ellos. En
afortunada expresin de Borja de Aguinagalde, son los archivos de expedicin frente a los de recepcin
que son los cartularios[15].
En el reino de Castilla la primera normativa conocida sobre el registro se dio en el reinado de
Alfonso X el Sabio, en Las Partidas. En la ley 8 del ttulo 19 de la Partida III se define el registro y a los
registradores: al primero como un libro para copiar las cartas y privilegios fielmente, a los segundos
como los escribas que copian dichas cartas en los registros.
La preocupacin de los monarcas[16] para que ningn documento fuera sellado sin antes ser
registrado, as como por evitar el excesivo cobro de derechos por dicho registro, dio lugar a que se
emitieran diferentes normas legales para su buen funcionamiento.
Sera en el reinado de los Reyes Catlicos, en el captulo veinte de las Ordenanzas de Crdoba
de 1485, cuando se fijaban las obligaciones del registrador y se establecan los derechos y la manera de
consultar los registros. Dicho captulo fue reproducido en las Ordenanzas de Piedrahita de 1486, pero se
omiti en las de Medina del Campo de 1489, tal vez, como propone Arribas Arranz, porque el
registrador mayor tratara de percibir sus aranceles con absoluta independencia del presidente y
oidores de la Audiencia, y porque el registro, junto al sello[17], eran independientes de los tribunales de
justicia.
Ms all de las interpretaciones, lo cierto es que, a pesar de la reiterada prevencin real,
apenas se cumplieron las disposiciones sobre el registro.
La Chancillera de Valladolid expidi en el ejercicio de sus funciones tanto los documentos que
generaba, producto de su organizacin y administracin interna y de las relaciones con otras
instituciones, como los resultantes del ejercicio de sus funciones judiciales, principalmente los
documentos originados por los cuatro tribunales que componan la institucin judicial. Documentos
entre los que destaca el de la frmula de la Real Provisin que, expedida en nombre del rey por la
Chancillera, contena la sentencia o sentencias definitivas que los correspondientes jueces
pronunciaban en los respectivos pleitos. Este trmite legal es el que se conoce como cartas ejecutorias,
documentos expedidos a peticin de los litigantes, por lo general, cuando la sentencia era a su favor.
La carta ejecutoria va expedida en papel, formando folios en forma de cuaderno, y sallada con
sello de placa. En ocasiones, a peticin del interesado, se despachaba en pergamino, como era
frecuente en las cartas ejecutorias libradas por los alcaldes de hijosdalgo, las hidalguas. Documentos
estos, por lo general, de cuidado y preciosista formato, en los que se utilizaba la escritura llamada
excelente gtica redonda y eran validados con sello de plomo pendiente.
Cartas ejecutorias originales se conservan muy pocas. En el Archivo de la Chancillera de
Valladolid se guardan algunas que llegaron como pruebas aportadas en pleitos posteriores y que una
vez finalizados no fueron recogidas por sus propietarios. Sin embargo, lo usual es que se conserven
copiadas en el Registro de Ejecutorias, en el que la primera carta registrada est fechada en 1395 y las
seis restantes en 1474, 1477, 1478, 1480, 1481 y 1485. Es a partir de 1486 cuando se registran las series
ms completas y hasta 1834, ao en que desapareci el tribunal. Los registros de ejecutorias conforman
en el actual Archivo de la Real Chancillera la seccin del Registro de Reales Ejecutorias, con 3.931 cajas,
que corresponden a 2.069 legajos.
Los registros estn escritos en folios de papel formando fascculos. La parte izquierda del folio
aparece perforada, a efectos de utilizar el agujero para pasar una cuerda y atar los folios de las cartas
ejecutorias y las cartas entres s. En la parte superior de cada ejecutoria suele figurar el nombre de la
persona que la solicit y el del escribano. Las escrituras utilizadas son diversas: cortesana cursiva,
procesal y humanstica, si bien en lo que se refiere a la serie documental aqu expuesta la escritura es
cortesana.
Impronta del sello de los Reyes Catlicos. Fuente: Mara Luisa Cabanes Catal. "Sellos de placa, monedas
y signos rodados de los Reyes Catlicos". Revista Bienes Culturales. IPHE, n 4. Guadalupe y la Reina
Isabel (2004) [en lnea] pdf Secretara de Estado de Cultura
Regesto y estructura formal de las cartas ejecutorias
Los documentos estudiados aparecen fechados por el estilo de la Natividad, o del nacimiento
de Cristo, annus Nativitate Domini, que seala una de las dataciones de la era cristiana e inicia el ao el
25 de diciembre, supuesta fecha del nacimiento de Cristo y antigua fiesta romana del Sol Invicto. Es por
ello que en las ejecutorias, entre otros documentos, fechadas entre el 25 y 31 de diciembre, ambos
incluidos, se le resta a la data cronolgica un ao para adaptarla al cmputo anual de la actualidad.
La estructura formal de la carta ejecutoria es bastante uniforme y las variaciones obedecen
fundamentalmente al tipo de proceso de que se trate: civil, criminal, de hijosdalgo o de Vizcaya[18].
Para ello valga como ejemplo una ejecutoria datada en agosto de 1493, cuyo regesto es el que sigue,
acompaado por la transcripcin de las partes formales del documento:
(Citas destacadas: en cursiva regestos de la autora; en formato normal cita de la transcripcin literal de
los manuscritos)
1493, agosto. Valladolid
Mara de Ortega demanda a Diego Hortelano, vecino de la Valladolid, por violar a su hija Francisca,
menor de edad, que trabajaba a soldada para el demandado.
Sentencia de vista de los alcaldes del crimen por la que declaran culpable a Diego Hortelano. Se le
condena, en su ausencia y declarado en rebelda, a la pena del "desprez"[19] y y a morir en la picota.
Tambin, a perder todos sus bienes que sern entregados como dote a Francisca y al pago de las costas.
Sentencia de revista que confirma la dada en vista. No se hace condenacin de costas.
ARChVa., Reales Ejecutorias, caja 5812 (Archivo de la Real Chancillera de
Valladolid, en adelante ARChVa.)
Comienza la carta ejecutoria con la Intitulacin, limitada al nombre de los Reyes, seguido de un
etctera. Don Fernando e doa Ysabel, etctera. No aparece la frmula de derecho divino por la
gracia de Dios, ni se menciona los reinos, seoros y propiedades de la Corona, porque son sustituidos
por el etctera.
Direccin: informa del tribunal que sentenci el pleito, en general, los alcaldes del crimen y los oficiales
con cargos judiciales que deben hacer cumplir la sentencia. En este caso se dirige un juez determinado,
el justicia mayor, y a los alcaldes del crimen de la Audiencia, as como tambin a las justicias de la villa
de Valladolid.
al nuestro justiia mayor e a los allcaldes de la nuestra Casa e Corte e Chancillera, e a los corregidores
e allcaldes e merinos e alguaziles de la noble villa de Valladolid (Vase en notas, al final, normas de
transcripcin)
Salutacin: queda reducida al normalmente usado Salud e gracia.
Notificacin: expresada con un sencillo Sepades.
Exposicin: es la parte esencial de la carta ejecutoria y lo que la diferencia de la Real Provisin. Contiene
la relacin completa del proceso. En primer lugar se hace mencin de la existencia de un litigio en la
Chancillera y ante qu tribunal se sustanci que pleyto pas e se trat en la nuestra Corte e
Chancillera ante los nuestros allcaldes della. Por tanto deducimos que el pleito lleg a la Audiencia en
primera instancia ante los alcaldes del crimen, pues no se menciona que lleg en apelacin de una
justicia inferior.
Se contina la exposicin con la mencin de las partes implicadas en el pleito:
commo acusadora de la vna parte Mara de Ortega, as commo madre legtyma, administradora de
Francisca, su hija, e de la otra rreo acusado, Diego Hortelano, vezino de la dicha villa de Valladolid
Le sigue el motivo y relacin completa del mismo:
el qual dicho pleyto hera sobre rrazn que la dicha Mara Hortega, en nombre de la dicha su fija,
paresi ante el[20] de la dicha nuestra Corte e Chancillera, e dy vna querella e acusain del dicho
Diego Hortelano, por la qual en efeto, entre otras cosas, dixo que teniendo ella puesta a soldada la dicha
su fija con el dicho Diego Hortelano, e estando en la casa de la dicha huerta solos, diz que con poco
themor de Dyos y en menospreio de la nuestra justiia, en vn da del mes de jullio del ao que pas de
mill e quatrocientos e noventa e dos aos, diz que por fuera e contra voluntad de la dicha moa, la
estrupara e corronpiera su virginidad estando la dicha moa fazyendo una cama. Pidy fuese proedido,
condenado a las mayores penas ebiles e creminales que fallasemos por fuero e por derecho, las quales
fuesen esecutadas en su persona e byenes, porque a l fuese pena e castigo e a otros en exemplo, e
jurara en forma que la dicha acusain no la dava maliiosamente, saluo por que el fecho fuera e pasara
as e por alcanar conplimiento de justicia
Despus de esta relacin el licenciado Diego Martnez de lava, alcalde de Corte y Chancillera,
ordena la presentacin de pruebas:
la qual dicha acusain ante el dicho allcalde dada fue mandada dar ynformain, e para la dicha
ynformain mostrara ante el dicho allcalde mostrara la dicha moa la camisa, la qual estaua sangrienta
en el llogar donde otros virgos suelen caher. E el dicho allcalde mand dar su mandamiento para
prender al dicho Diego Hortelano, e para que le secuestrase todos su bienes el alguazil de la dicha
nuestra Corte, el qual con Pedro de Aguilera, nuestro escriuano, fueron a catar al dicho Diego Ortelano,
e no lo fallaron; ms antes se aua llevado todo lo ms mueble de su fazienda, lo qual fue noteficado al
dicho allcalde. E el dicho allcalde lo mand apregonar, e fue apregonado por tres pregones, segnd
estilo e costumbre de la dicha nuestra Corte e Chancillera
A continuacin, en ausencia y rebelda del dicho Diego Hortelano, los alcaldes recibieron a
Francisca, hija de Mara de Ortega, la cual present sus probanzas. Entonces, concluido el pleito con esta
diligencia, los alcaldes del crimen dictaron sentencia de vista contra Diego Hortelano:
en que dixeron que fallauan que commo quier que el dicho Diego Ortelano fuera mandado prender
sobre la acusain que la dicha Francisca e su curador en su nombre dl dyeron por el delito e estrupo
que fiziera a la dicha Francisca, menor, e el alguzil desta dicha nuestra Corte dyera fee que no lo poda
fallar para lo prender, por lo qual fuera apregonado por tres pregones dados en nueve das por aver
cometido el dicho delito dentro[21] < de la> dicha nuestra Corte e Chancillera, e le fuera acusada su
rrebelda. Por ende que por no aver venido nin paresido en el [22] primer plazo e pregn, que lo
devan condepnar y condepnaron en la pena del desprez; e por no aver benido ni paresido en el
segundo e tereros plazos e pregones.que lo devan dar e dieron por fechor e perpetrador del dicho
delito e estrupo que lo devan condepnar e condepnaron a pena de muerte natural, la qual le fuese
dada en esta manera: a que en qualquier iudad, villa o lugar destos nuestros rreynos e seoros donde
fuere fallado, e la justiia de la tal iudad, villa o lugar fuese rrequeryda con la carta secutorya desta su
sentencia, lo prendyesen el cuerpo , e as preso lo fysiesen cabalgar en vn asno e fuese llevado por las
calles acostunbradas de la iudad, villa o lugar fasta la pycota o rrollo a donde se suelen e acostunbran
fazer las dichas justiias; e con vna soga de esparto a la garganta lo fizyesen en forcar, altos los pies del
suelo, e est all enforcado fasta tanto que se le saliese el nima de las carnes E condepnronle ms a
perdimiento de todos sus bienes, e asymismo que le devan condepnar e condepnaron en las costas
derechamente fechas en el dicho pleyto por parte de la dicha Francisca, menor...
Tras la sentencia Francisca solicitaba la revocacin del fallo, en razn de que el mismo no
inclua la orden de que se le entregasen los bienes de Diego Hortelano, por lo menos 20.000 maraveds
para su dote y casamiento. Vista la suplicacin los alcaldes emiten sentencia de revista:
que devan declarar e declararon la sentencia definytiva por ellos en el dicho pleyto erca de los
bienes del dicho Diego Ortelano, en que todos ellos que los devan adjudicar e adjudicaron para la dicha
Francisca, menor, e para su dote e casamiento por el estupro que el dicho Diego Hortelano fiziera a la
dicha Franisca, menor. E mandaron que gelos diesen e pagasen desde el da con la carta executorya
desta su sentencia fuesen rrequerydas las personas en cuyo poder estouiesen fasta nueve das primeros
siguientes. E por algunas cabsas e rrazones que a ello les movieron no fisyeron condenain de costas
contra ninguna de las dichas partes
El expositivo finaliza con una peticin en la que la parte en cuyo favor se han dado las
sentencias solicita la expedicin de la Carta Ejecutoria, en este caso la mencionada Francisca:
e despus de lo qual la parte de la dicha Francisca, menor, paresca menor, paresi ante los dichos
nuestros allcaldes e les pidi le mandasen dar e diesen nuestra carta esecutorya de las dichas sentencias
en vista e en grado de rreuista...
Dispositivo: suele ser amplio, y en el mismo se escribe la vista por parte de las justicias que
intervinieron en el proceso:
E lo qual por los dichos nuestro allcaldes visto por ellos mandado dar e dieron esta nuestra carta
esecutorya para vos las dichas justiias e para cada vna de vos en la dicha rrazn...
Sigue el asentimiento de los Reyes a la peticin de la Carta Ejecutoria y el mandato a las justicias
para que hagan cumplir y ejecutar la sentencia en ella contenida:
E nos toumoslo por bien. Porque vos mandamos a vos el dicho nuestro justiia mayor e a vos los dichos
corregidores, e alcaldes, e alguazyles, e merinos, e otras justiias qualesquier destos nuestros rreynos e
seoros, e a cada vno e a qualquier de vos en vuestros lugares e jurediiones que luego con esta dicha
nuestra carta o con el dicho su traslado signado commo dicho es, fueredes rrequeridos por parte de la
dicha Francisca, menor, veades las dichas sentencias difinitivas en vista e en grado de rreuista por los
dichos nuestros allcaldes en el dicho pleyto dadas e pronuniadas que de yuso van encorporadas. E
atento el thenor e forma dellas las guardedes e cumplades, e esecutedes e fagades guardar e cumplir e
esecutar e llevar apura e devyda esecuin en todo e por todo, segn que en ellas e en cada vna dellas
se contiene. E contra el thenor e forma dellas, ni de alguna dellas, no vayades nin pasedes nin
consintades nin pasar agora en algn tiempo que sea...
Clusulas sancionales: en primer lugar presenta una clusula conminatoria que supone la
prdida de la merced real y el pago de una pena monetaria:
E los unos nin los otros non fagades ni fagan ende al so pena de la mi mered e de diez mill maraveds
para la nuestra Cmara...
Data: se compone de la data cronolgica, da, mes y ao, y de la data geogrfica o lugar de
expedicin del documento judicial.
La carta finaliza con la Validacin, que contiene las firmas de los jueces que intervinieron en el
proceso, en este caso los alcaldes del crimen.
A continuacin, el escribano encargado de redactar la Ejecutoria acuda con el original y una
copia al registro situado en la Chancillera; ambos documentos eran cotejados por el registrador, quien
entregaba el original al interesado, y registraba la copia, que de esa manera quedaba en el Archivo. En el
registro se anotaba que sta haba sido registrada, junto con la firma completa y rbrica del registrador.
En el registro de la Carta Ejecutoria no aparece la mencin del sello, aunque s se han
encontrado en algunas originales: si van expedidas en pergamino se anota: sellada con nuestro sello de
plomo pendiente en filos de seda a colores; si era expedida en papel con sello de placa aparece
ocasionalmente la expresin: sellada con nuestro sello.
Las cartas ejecutorias, y con ello concluyo, no slo permiten el estudio de los pleitos desde el
punto de vista judicial y el funcionamiento de los tribunales de justicia, sino que nos ayudan a conocer la
forma de vida y de pensamiento de la sociedad castellana bajomedieval; en definitiva, conocer los tipos
de personas que pleiteaban y las causas ms usuales de litigio.
Temtica de las ejecutorias
La gran cantidad de cartas ejecutorias expedidas en estos cuatro aos revalida la afirmacin,
hecha en su da por Kagan[23] y Gabriel de Monterroso y Alvarado[24], de que la sociedad castellana de
la Baja Edad Media era una sociedad pleiteadora. Ms aun si tenemos en cuenta lo gravoso que
resultaba cualquiera de los procesos de la justicia, aunque, a pesar de ello, al tribunal superior de la
Chancillera acudan tanto pleiteantes pudientes y poderosos como otros del comn con menos recursos
econmicos. En este caso la justicia real facilitaba la asistencia de un abogado y un procurador de los
pobres que prestaban sus servicios gratuitamente a estos litigantes.
El individuo agraviado iniciaba el pleito, confiando en la objetividad de los jueces, en
prosecucin de una sentencia justa o, en la medida de lo posible, lo ms favorable a su causa. Sin
embargo, en la sociedad bajomedieval, con su estructura estamental excluyente, cerrada y jerarquizada,
la justicia no era igual para todos. Pues, en efecto, los grupos sociales privilegiados, la nobleza en sus
diversos niveles y el clero, gozaban de una justicia privativa que los exoneraba de muchas penas slo
aplicables al estado llano. En consecuencia las penas a las que eran condenados los individuos que eran
hallados culpables del delito imputado resultaban diferentes si eran nobles o plebeyos.
La tramitacin de los pleitos comenzaba con la interposicin de la demanda por una de las
partes, representada por un procurador, ante uno de los escribanos de la Audiencia. Los escribanos
presentaban las nuevas causas ante el presidente y oidores, y estos se encargaban de distribuirlas por
juzgados. Una vez admitida la demanda era comunicada a la parte contraria, establecindose un perodo
de plazos para que ambas partes presentaran pruebas tanto documentales como de testificales. Si los
pleitos llegaban en apelacin se otorgaba una Real Provisin de emplazamiento, para que los procesos
fueran trasladados a la Chancillera desde el lugar donde se hubiera dictado la sentencia primera.
Finalizado el perodo de pruebas, el pleito era ordenado por el escribano de la causa y llevado ante el
presidente y oidores, quienes lo transferan al relator.
Despus de oda la relacin por los oidores, el pleito quedaba resuelto, listo para dictar
sentencia. Se emita una primera sentencia, de vista, la que se poda apelar ante los oidores dentro de
los veinte das siguientes a su pronunciamiento. En este caso se dictaba la sentencia de revista que
confirmaba o revocar la sentencia dada en vista (esta sentencia requera tanto la presencia como la
firma del presidente). El proceso quedaba fenecido, terminado, cuando se expide la carta ejecutoria,
documento que, en lo esencial, recoge la sentencia definitiva y un resumen del pleito. En algunas
ocasiones, aunque el pleito estuviera sentenciado definitivamente se dilataba su ejecucin y, pendiente
de la Carta Ejecutoria o de algn otro trmite, terminaba en la categora de olvidado o depositado,
Los motivos de litigio y por ende las materias de las cartas ejecutorias son muy diversos y no es
factible tratarlos todos en el espacio de un artculo. No obstante, cabe el apunte de las temticas
judiciales ms destacadas que se expone a continuacin con algunos ejemplos.
Las deudas. En estas demandas por el impago de un dinero comprometido entre partes, lo
usual era la reclamacin al deudor del pago o, en su defecto, el embargo de sus bienes por el valor de la
deuda. El impago de prstamos monetarios fue una de las razones ms usuales por la que se pudo
iniciar un pleito, pero, tambin, por deudas de mercancas acudieron los mercaderes a la Chancillera,
por el impago de materias primas como el hierro, el fletamento de barcos o el impago de salarios por
servicios prestados.
1491, julio, 26. Valladolid
Francisco de San Esteban, procurador del provincial de la Orden de Santa Mara de la Merced, demanda
a Bernardino de Lezcano y sus hermanos, hijos de Juan de Lezcano, difunto, por impago del prstamo
realizado por fray Miguel de Aguirre, comendador de Burcea, quien en nombre de la Orden de Santa
Mara de la Merced haba entregado a Leonor de Ziga, viuda de Juan Lezcano y madre de los
demandados, difunta, veinte florines de oro, cien doblas de oro castellanas y veinticuatro mil maraveds.
Sentencia de vista condenando a Bernardino de Lezcano y sus hermanos, "en su ausencia y rebelda", a
pagar lo adeudado por Leonor de Ziga con sus bienes races, segn la ley de Alcal. Se condena a los
demandados al pago de costas que ascienden a 2.000 maraveds.
ARChVa, Reales Ejecutorias, caja 3817
A la Chancillera llegaron un destacado nmero de pleitos sobre trminos. Los lmites entre las
ciudades, pero sobre todo villas y lugares no estaban muy bien determinados o se alteraban con el paso
del tiempo, lo que provocaba desavenencias entre los vecinos por la primaca de los derechos del agua,
pastos, aprovechamiento de montes, etc. Tambin encontramos la ocupacin ilegal de trminos
pertenecientes a la Corona.
1491, febrero, 10. Valladolid
Fernando Gmez de greda, procurador fiscal en la Chancillera de Valladolid, en nombre de los vecinos
de Villangmez (Burgos), acusa a Alfonso Barahona, vecino de la ciudad de Burgos, de hacerse llamar
seor de Villangmez sin corresponderle tal titulacin por ser dicho trmino behetra de mar a mar y
pertenecer a la Corona, as como por causar daos y perjuicios a los vecinos en lo que tom de frutos y
rentas.
Sentencia de vista declarando a la villa de Villangmez behetra de la Corona y orden a Alfonso Barahona
de que no vuelva a intitularse seor de dicha villa. No se hace condenacin de costas.
Sentencia de revista que confirma la dada en la de vista. No obstante, se absuelve a Alfonso de Barahona
del mandamiento de restituir los frutos y rentas tomados a los vecinos de Villangmez. Asimimo, se
reafirma su legtima posesin sobre las heredades de las que es titular en la villa. No se hace
condenacin de costas.
Se adjunta:
Clusula del libro del Becerro de Behetras, donde se dice que la villa de Villangmez es lugar de
behetra de la Corona. Presentada el 25 de enero de 1490, en la villa de Valladolid.
ARChVa, Reales Ejecutorias, caja 3431
Igual porcentaje representan las querellas sobre bienes varios. As, se pueden sealar los pleitos
motivados por las disputas sobre la propiedad de casas u otros bienes inmuebles, por secuestro de
ganado o por las peticiones de devolucin de bienes embargados y subastados.
1493, febrero, 8. Valladolid
El bachiller Alonso Prez de Miranda, vecino de la villa de Miranda de Ebro (Burgos), acusa a Juan
Snchez de Puelles, vecino de la misma, y a Juan Daz de Guivela, alcalde de la villa, de agresin y toma
de bienes de su casa, situada en dicha localidad.
El alcalde alega en su defensa haber entrado en la casa del bachiller en busca de un malhechor.
Sentencia de vista de los alcaldes del crimen por la que se absuelve al alcalde y a Juan Snchez de
Puelles de la demanda. Se condena al demanddante, bachiller Alonso Prez de Miranda, al pago de las
costas que ascienden a 2.400 maraveds.
ARChVa., Reales Ejecutorias, caja 5224
Otros son los casos de herencia, que solventados en pleito enfrentaban a hermanos en disputa por
las herencias de los padres, o a los hijos con sus padres, cuando los primeros reclamaban la parte de la
herencia que les corresponda de alguno de los progenitores fallecidos al que sobreviva. Herencias estas
que, en bastantes ocasiones, gozaban ilcitamente el viudo o la viuda en perjuicio de sus hijos y
herederos legtimos. En este mismo orden de reclamacin de herencias, se registran muchos pleitos por
la demanda de los hurfanos, al alcanzar la mayora de edad, de los bienes de los padres, contra los
tutores que administraban sus bienes. Y otros tantos de la Iglesia reclamando la propiedad de los bienes
que le eran dejados en herencia por particulares.
1494, enero, 20. Valladolid
Los hijos y herederos de Andrs Martnez Trasquilado, difunto, demandan a Sancho Martnez
Trasquilado, vecino de Toledo, tenedor, testamentario y heredero de Andrs Martnez Trasquilado, por
apropiacin de su herencia y piden que se les den los bienes que les corresponden, con mayor razn "por
ser pobres y miserables". Solicitan la entrega a cuenta de treinta mil maraveds para alimentos mientras
dure el pleito.
Sentencia de vista por la que se condena a Sancho Martnez Trasquilado a entregar a los demandantes
cinco mil maraveds para alimentos. No se hace condenacin de costas.
ARChVa., Reales Ejecutorias, caja 6426
Los tributos son otro argumento importante en los litigios. La mayora de los que tratan de ello
se inician por los impagos de alcabalas al recaudador y le siguen los de impago de diezmos o
martiniegas, as como los provocados por la apropiacin de la recaudacin de los tributos por parte de
algn antiguo arrendador, denunciado por su sucesor.
1494, julio, 2. Valladolid
Blas Nieto, Pedro Domnguez y otros consortes, vecinos de Sardn de Duero y de Traspinedo (Valladolid),
demandan al concejo de Cullar por aumentarles el tributo de martiniega de ciertas tierras que poseen
en Cullar, por las que pagaban cada uno de los demandantes medio real al ao.
Sentencia de vista por la que se condena a los demandantes a pagar los veinte maraveds de martiniega
que establece el concejo de Cullar, y a este a que no les cobren mayores tributos. No se hace
condenacin de costas.
ARChVa., Reales Ejecutorias, caja 722
Las demandas por delitos de sangre, o por la compensacin a las familias de las vctimas,
conforman una tipologa especfica que proporciona las claves jurdicas y las de la proyeccin social de
estos delitos. As, en principio, los reos condenados eran expuestos a la vergenza pblica. Un pblico
que era convocado por el pregn que anunciaba al reo, el delito y la pena. El castigo en el mejor de los
casos era el azotamiento y en el peor la pena capital. Aunque era muy frecuente que el procesado
hubiera huido antes de dictarse la sentencia y, entonces, esta se emita en ausencia del acusado que era
declarado en rebelda.
1491, junio, 24. Valladolid
Toribio de Santillana, vecino de la villa de Valladolid, acusa a Pedro de Lera, vecino de la villa de
Valladolid, de matar a su prima Sancha Gutirrez, vecina de dicha villa.
Sentencia de vista de los alcaldes del crimen condenando por homicidio a Pedro de Lera, en su ausencia y
rebelda, a la pena del "desprez" y a la de muerte, adems, al pago de las costas.
ARChVa, Reales Ejecutorias, caja 387
Las causas de dotes matrimoniales y arras, que eran emprendidas en la gran mayora de los casos
por mujeres viudas en defensa o reclamacin de los bienes dotales que aportaron al matrimonio.
Tambin puestas a iniciativa de los maridos reclamando la dotes prometidas por las familias de sus
esposas que no terminan de abonarse o, viceversa, por padres que al morir sus hijos/as solicitaban a los
viudos/as la devolucin de la dote que aportaron sus proles al matrimonio. As, y a modo de ejemplo:
1492, febrero, 22. Valladolid
Alfonso Garrido, carnicero, interpone demanda contra Pedro de Toledo, borceguinero, viudo de su hija
Elvira Nez, y contra sus fiadores: Lorenzo, borceguinero, Lope Snchez, carretero y Francisco,
tintorero; por negarse a entregarle los treinta mil maraveds y doscientos florines que entreg a su hija
en dote y arras de casamiento, los que esta dej a su padre como heredero de sus bienes en un primer
testamento que hizo.
Sentencia de Diego de Hita, alcalde mayor de la ciudad de Toledo, en la que falla que el segundo
testamento realizado por Elvira Nez se realiz contra su voluntad y, por tanto, declarando valedero el
primer testamento en el que se nombraba por heredero a su padre. Se condena a Pedro de Toledo y sus
fiadores al pago de costas.
Sentencia de Pedro de Castilla, corregidor y justicia mayor de la ciudad de Toledo, confirmando la
sentencia dada por el alcalde mayor de la ciudad de Toledo, Diego de Hita. No hace condenacin de
costas.
Sentencia de vista que confirma la dada en primera instancia, con condena de costas a los demandados
por la cantidad de 3.044 maraveds.
ARChVa., Reales Ejecutorias, caja 4317
Lo expuesto, como ya se dijo, es una sistematizacin breve de las ms importantes temticas,
que no recoge un sinfn de casos heterogneos sobre los que son factibles otras clasificaciones. Al
respecto, procede una breve relacin de estos motivos de litigio: denuncias por agresiones fsicas,
intentos de asesinato, robos, injurias verbales, que en el caso de las blasfemias o injurias contra Dios se
penaban severamente; por la propiedad de beneficios eclesisticos; las derivadas de conflictos
motivados por los grupos que pretendan alcanzar el poder de una villa o un lugar; delitos de cohecho o
prevaricacin imputados a los oficiales con cargos de gobierno territoriales o en villas y ciudades; por los
derechos de mayorazgo entre herederos o pretendientes a serlo[25]; demandas por adulterio, puestas,
en la mayora de los casos, por los maridos que denunciaban por tal delito a las esposas y sus amantes,
los que eran condenados, cuando prosperaba la denuncia, a ser castigados por el esposo ultrajado, a su
voluntad y criterio, o en ocasiones a la pena de muerte; por violaciones, denunciadas por padres,
tutores o madres de las vctimas cuando era viudas[26], y que se resolvan, de forma usual, con la
condena a una compensacin econmica a la vctima o a sus progenitores, a veces concretada en que la
indemnizacin se destinara a la dote si la mujer era soltera o viuda; denuncias de falsificacin, que en el
caso de ser de moneda la condena para el delincuente era la pena de muerte; pleitos derivados de los
conflictos por el uso de agua, as por el derecho de riego o la construccin de molinos que perjudicaban
el funcionamiento de otros situados ribera arriba; demandas por desavenencias vecinales a causa de
construcciones, reparaciones de obras, utilizacin de caminos que atravesaban tierras particulares
causando un grave perjuicio a sus dueos o incumplimiento de ordenanzas concejiles; por ltimo, y
obligado que figuren, estaran los litigios por usura.
1493, marzo, 23. Valladolid
El doctor Fernando Gmez greda, procurador fiscal en la Chancillera de Valladolid, acusa a don igo
de Guevara, conde de Oate, de ocupar la villa de Salinas de Lniz (Guipzcoa), cuando es lugar que
pertenece a la jurisdiccin real.
Sentencia de vista por la que falla que la villa de Salinas de Lniz pertenece a la jurisdiccin de la Corona.
No se hace condenacin de costas.
Sentencia de revista que confirma la dada en la de vista. Se ordena remitir el pleito ante el Consejo Real,
para que se dicte sentencia en cuanto a la torre y fortaleza construida por el conde de Oate en la villa
de Salinas de Lniz. No se hace condenacin de costas.
ARChVa., Reales Ejecutorias, caja 532
NOTAS
[1] D. Torres Sanz, La administracin central Castellana en la Baja Edad Media, Universidad de
Valladolid, Valladolid, 1982.
[2] L. V. Daz Martn, Los orgenes de la Audiencia Real Castellana. Secretariado de publicaciones de la
Universidad de Sevilla, Sevilla, 1997.
[3] G. Marcilla Sapela, Origen y memorias de la Chancillera de Valladolid, pgs. 59-63.
[4] "Sellos mayores" del monarca, unos sellos que se han identificado como los de plomo usados para
sellar en pendiente los documentos en pergamino, pero tambin con el sello de placa, propio y exclusivo
de la Audiencia y el Consejo para validad todas las cartas y provisiones que se libraran en papel. Eran, en
cualquier caso, el elemento de autentificacin unido al documento. El sello de plomo, tambin
denominado bula, fue el sello caracterstico de la cancillera pontificia. En Castilla lo utilizaron los reyes
desde el ltimo cuarto del siglo XII y algo despus los de Len y Aragn. Sin embargo, no se utilizaban en
la cancillera navarra. Los sellos reales tienen forma circular y con una iconografa que subraya el
podero de la Monarqua, as, figuran emperadores o los reyes con todos sus atributos de majestad y no
faltan los escudos reales. Cabe distinguir, respecto a la forma generalizado de la validacin en la
Chancillera en siglos ya ms cercanos, el sello de plomo o troquel que estampaba o dejaba su impronta
en cera roja, as, cita Mara de la Soterraa Martn Postigo: con el sello de placa e cera colorada las de
papel e con los de fierro acue el sello de plomo para las cartas e (...) mi Chanciller mayor de los sellos
de plomo y cera colorada de las mis Avdiencias y Chancilleras .... Hay sobre el asunto abundante
bibliografa especializada de la que se cita aqu tan slo la considerada para estas breves notas: Mara de
la Soterraa Martn Postigo. Historia del Archivo de la Real Chancillera de Valladolid. 1979; Mara Luisa
Cabanes Catal. "Sellos de placa, monedas y signos rodados de los Reyes Catlicos". Revista Bienes
Culturales. IPHE, n 4. Guadalupe y la Reina Isabel (2004) [en lnea] Secretara de Estado de Cultura
http://www.mcu.es/patrimonio/docs/MC/IPHE/BienesCulturales/N4/09-Sellos_placa.pdf.Una buena
entrada enciclopdica se puede encontrar en Wikipedia
http://es.wikipedia.org/wiki/Sello_%28cu%C3%B1o%29
[5]Vase M. A. Varona Garca, La chancillera de Valladolid en el reinado de los Reyes Catlicos.
[6]Las ordenanzas de 1485 y 1486 incluyen un captulo referente al sello, donde se ordena al chanciller
que no sellase las provisiones escritas con mala letra y que tuviese la cera colorada e bien adovada de
guisa que no se pueda quitar el sello. En las ordenanzas de 1489 no aparece ningn captulo referente
al sello ni al registro. Filemn Arribas, Los registros de la cancillera de Castilla, pg. 38, trat de explicar
esta omisin afirmando que quiz el chanciller mayor o el registrador mayor, a quienes por muchas
razones convena percibir sus aranceles con absoluta independencia y sin intervencin del presidente y
oidores de la Audiencia, hara notar que el registro unido y relacionado con el sello, era ajeno a los
tribunales de justicia, y que al reformar la organizacin de stos convendra separar de su reglamento lo
relativo a aquellos oficios
[7] M S. Martn Postigo, Historia del Archivo de la Chancillera de Valladolid, pg. 10. Se conservan de
las Ordenanzas de 1489 dos ejemplares manuscritos, ambos en el Archivo General de Simancas, en
Diversos de Castilla, leg. 1, nm. 66, y Registro General del Sello, con fecha 1489, marzo, 24, fol. 27 del
legajo.
[8] M. A. Varona Garca, La chancillera de Valladolid en el reinado de los Reyes Catlicos, pg. 92,
donde escribe: la orden fue dada por orden de doa Juana, pero el documento hace referencia a que
fueron los Reyes Catlicos quienes con posterioridad a su estancia en esta ciudad en 1501 haban dado
un privilegio en el que mandaban que pasase a ella la Chancillera de Ciudad Real.
[9] Para poder presentar apelacin ante el Tribunal de las Mil Quinientas Doblas se requera que la
sentencia de revista hubiera revocado alguna de las anteriores sentencias y que la parte que apelaba
depositara una fianza de 1.500 doblas, que perda en caso de abandonar la suplicacin o que la
sentencia le fuera perjudicial.
[10] Vase C. Domnguez Rodrguez, Los Alcaldes de lo criminal en la Chancillera Castellana, Valladolid,
1993; C. Garriga, Las Audiencia y las Chancilleras Castellanas (1371-1527). Historia poltica, rgimen
jurdico y prctica institucional, pg. 359.
[11] Vase M S. Martn Postigo, Sala de Hijosdalgo de la Real Chancillera de Valladolid: las escribanas,
en XV Congreso Internacional de las Ciencias genealgica y herldica, Madrid, 19-25 de septiembre de
1982; 1990; M S. Martn Postigo-C. Domnguez Rodrguez, La Sala de Hijosdalgo de la Real Chancillera
de Valladolid, Valladolid, 1990; M. Asenjo Escudero, Funcionamiento y organizacin de la Real
Chancillera de Valladolid, en Hidalgua, nm. IX (1961), pg. 397-674; F. Mendizbal, La Real
Chancillera de Valladolid y su Archivo, pgina eterna de la hidalgua espaola. Derecho y genealoga, en
Hidalgua, nm. 2 (1953), pgs. 305-336; nm. 2 (1953), pgs. 305-336; M A. Varona Garca, La
Chancillera de Valladolid en el reinado de los Reyes Catlicos, 1981, pgs. 236-237.
[12] Vase: Gua del Archivo de la Real Chancillera de Valladolid. Secretariado de Publicaciones e
Intercambio Cientfico, Universidad de Valladolid, 1998, F. Mendizbal, La Sala de Vizcaya en la
Chancillera de Valladolid, en Hidalgua, nm. 38 (1960), pgs. 111-128; M A. Varona Garca, La Sala
de Vizcaya en la Real Chancillera de Valladolid, en Hidalgua, nm. 64 (1964), pgs. 237-256; Id., La
Chancillera de Valladolid en el reinado de los Reyes Catlicos, pg. 235.
[13] Sobre el Juez Mayor de Vizcaya puede consultarse el artculo de J. Martn Rodrguez, Figura
histrico-jurdica del Juez Mayor de Vizcaya, en Anuario de Historia del Derecho Espaol, nm. 38
(1968), pgs. 641-669.
[14] M Antonia Varona Garca, La Chancillera de Valladolid en el reinado de los Reyes Catlicos, pgs.
156-162.
[15] F. Borja de Aguinagalde, Elementos para una historia de los archivos y la Archivstica desde una
perspectiva interdisciplinar, en Irargi, nm. 1 (1988), pgs. 63-109.
[16] Vase M S. Martn Postigo, La Cancillera Castellana de los Reyes Catlicos. F. Arribas Arranz, Los
registros de la cancillera de Castilla, en Boletn de la Real Academia de la Historia, CLXII-II y CLXIII.
[17] Los Reyes Catlicos al iniciar su reinado confirmaron todos sus privilegios a la Chancillera, y en lo
referente al sello declararon: queremos e mandamos que en la dicha nuestra Corte e Chanellera
estn e residan continuamente nuestros sellos de plomo e de era e que sellen nuestros privillejos e
cartas e provisiones e lieven los derechos de los sellos segund e por la manera que antiguamente se
acostumbraron llevar. R.G.S. 15-IV-1475, fol. 444 y 9-I- 1478, fol.34.
[18] M Antonia Varona Garca, Cartas ejecutorias. Aportacin a la Diplomtica judicial, en Estudis
Castellonencs nm. 6 (1994-1995),
[19] Cuando el responsable del delito no era localizado, se pregonaba la infraccin de la que era
acusado, concedindole tres plazos para su presentacin ante la justicia. Si durante el primer plazo no
apareca, era condenado a la pena del desprez, que consista en el pago de cierta cantidad de dinero.
[20] Ante el] sigue tachado los dichos nuestros, e dy.
[21] dentro] sigue tachado en esta.
[22] Paresido en el] sigue tachado segundo e terero plasos.
[23] R. L KAGAN, Pleitos y pleiteantes en Castilla. 1500-1700, Junta de Castilla y Len. Consejera de
Cultura y Turismo, Valladolid, 1991.
[24] Gabriel de Monterroso y Alvarado fue un escribano de la Chancillera de Valladolid, autor de la obra
Prctica criminal y civil.
[25] Institucin que estableca los bienes patrimoniales de una familia o saga familiar como no
enajenables y traspasados durante generaciones a un solo heredero, generalmente, salvo excepciones,
los primognitos varones de las familias.
[26] Ya que la mujeres solteras o casadas no tenan derecho a interponer pleitos. En su nombre lo hacan
tutores, padres o maridos, bajo cuya autoridad y tutela se hallaban.
Normas de la transcripcin, segn la ctedra de Paleografa de la Facultad de Filosofa y Letras de
Valladolid.
Se respeta la grafa original del texto, aunque sea defectuosa.
Se desarrollan las palabras abreviadas con todas sus letras.
En la separacin de palabras se sigue el sistema actual, uniendo letras o slabas de una palabra
que aparezcan escritas por separado
En el uso de maysculas y minsculas, acentuacin de palabras y puntacin se sigue el sistema
actual.
Se mantiene la y griega cuando aparece con valor voclico
La erre mayscula que tiene valor de doble r se transcribe en esta misma forma rr
Se respeta el uso original de u y v. Para una lectura actual, considrense los fonemas de / u
/ y / v / indistintamente como vocal o consonante cuando proceda.
La s con valor de z se transcribe por z
La x mantiene su grafa como tal. Para una lectura actual, considrese como el fonema / j /
-La mantiene su grafa como tal. Para una lectura actual, considrese como el fonema / z /
ndice de trminos y onomstico
Aguirre, fray Miguel de
Alfonso X
Barahona, Alfonso
Burcea
Castilla, Pedro de
Cortes de Toro, 1371
Cortes de Valladolid, 1442
Cullar (Segovia)
Daz de Guivela, Juan
Domnguez, Pedro
Enrique II
Garrido, Alfonso
Gmez greda, Fernando
Gmez de greda, Fernando
Guevara, igo de/conde de Oate
Gutirrez, Sancha
Hita, Diego de
Hortelano, Diego/vecino de Valladolid
Juan I
Juan II
Lera, Pedro de
Lezcano, Bernardino de
Lezcano, Juan de
Martnez de lava, Diego, alcalde de Corte y Chancillera
Martnez Trasquilado, Andrs, 21
Martnez Trasquilado, Sancho
Miranda de Ebro (Burgos)
Nieto, Blas
Nez, Elvira
Orden de Santa Mara de la Merced
Ordenanzas de Crdoba, 1485
Ordenanzas de Crdoba, 1485
Ordenanzas de Medina del Campo, 1489
Ordenanzas de Piedrahita, 1486
Ortega, Mara de
Ortega, Mara de/ vecina de Valladolid
Ortega, Mara de/vecina de Valladolid
Pedro I
Prez de Miranda, bachiller Alonso
Reyes Catlicos
San Esteban, Francisco de
Snchez de Puelles, Juan
Snchez, Lope
Santillana, Toribio de
Sardn de Duero (Valladolid)
Toledo
Toledo, Pedro de
Traspinedo (Valladolid)
Francisca/ hija de Mara Ortega
Villangmez
Villangmez (Burgos)
LA AUTORA
Mara Ins Martnez Guerra es doctora en Historia por la universidad de Valladolid, Espaa. Su tesis ha
versado sobre las Reales Ejecutorias conservadas en la Chancillera de Valladolid. Es profesional tcnica
de archivos, investigadora y palegrafa.

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