Motín Del 2 de Agosto de 1810

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Motn del 2 de agosto de 1810

El 2 de agosto de 1810, un reducido grupo de patriotas asalto el cuartel con animo


de liberar a los presos, se produjo una insurreccin del pueblo de Quito capital del
actual Ecuador, que se levant contra las autoridades reales de la ciudad, con la
intencin de liberar a los prceres de la Primera Junta de Gobierno Autnoma de
Quito, quienes haban sido acusados de crmenes de lesa majestad y para los
cuales el fiscal peda pena de muerte. El pueblo quiteo asalt dos cuarteles y una
crcel, pero las autoridades realistas respondieron ejecutando a los presos. Luego,
la lucha se extendi a las calles de la ciudad. Entre 200 y 300 personas, el uno por
ciento de la poblacin de entonces, perdi la vida en la refriega. El saqueo de las
tropas realistas produjo prdidas valoradas entre 200 y 500 mil pesos de la poca.
La matanza, ordenada por el gobernador realista, Conde Ruiz de Castilla, como
represalia por la Revolucin del 10 de agosto de 1809, tuvo amplia repercusin en
toda la Amrica Hispana, como un acto de barbarie y justificacin de la "Guerra a
Muerte" decretada por el Libertador Simn Bolvar.

Antecedentes

El Primer Grito de Independencia

La revolucin del 10 de agosto de 1809, conocida en Ecuador comnmente
como Primer Grito de Independencia,fue un movimiento autonomista el cual
proclamaba el retorno del rey Fernando VII, quien haba sido derrocado debido a
la invasin de los franceses, al mando de Napolon Bonaparte, a Espaa. Esta
revolucin fue liderada por una lite criolla, descendientes de espaoles nacidos
en Amrica, la cual destituy al presidente de la Real Audiencia de Quito, conde
Ruz de Castilla, y se instal en el poder bajo la administracin de quiteos y no
de personas designadas por Madrid.El 10 de agosto de 1809 se reconoci el EL
PRIMER GRITO DE LA INDENPENDENCIA.Este hecho histrico esta marcado por otros
factores que adems de los antes mencionados deben ser conocidos para una mejor
comprensin de la significacin del Primer Grito de la Independencia; tal es as
que el 7 de marzo de 1.808, el Mariscal Francs Joaqun Murat llega a Espaa
todava como un aliado pero debido a un intento por parte del rey espaol Carlos
IV de huir hacia Amrica este se ve obligado renunciar al trono a favor de su hijo
Fernando VII que ms tarde sera apresado por Napolen quien a la postre se vera
favorecido por la abdicacin de Fernando VII al trono espaol pero, que
provocara la formacin de las Juntas Supremas Provinciales que se encargaran
de organizar la resistencia en contra del dominio francs.
En todo caso las noticias inquietaron a los criollos quiteos quienes comenzaron a
analizar las repercusiones de estos acontecimientos y bajo estas circunstancias, el
Marqus de Selva Alegre, Juan Po Montfar rene en su hacienda El Obraje en el
Valle de Los Chillos, el 25 de Diciembre de 1.808, al Dr. Jos Luis Riofro, cura de la
Parroquia de Pntag, al capitn Juan de Salinas, a los abogados Juan de Dios
Morales y Manuel Rodrguez de Quiroga entre otros, en la llamada Conspiracin
de Navidad, en donde discuten sobre este tema y en la que llegan a la conclusin
que la mejor forma de evitar una posible dominacin francesa es precisamente
imitando el mecanismo imperante en Espaa: la constitucin de una Junta
Soberana.
A esta idea se fueron sumando varios adeptos entre los meses de enero y febrero de
1.809 pero son descubiertos por el gobierno y apresados a inicios del mes de marzo
del mismo ao. Al ser gente de clase adinerada los acusados consiguieron la mejor
defensa e inclusive y para suerte de los conjurados varios desconocidos lograron
robar la documentacin referente al proceso legal en su contra motivo por el que
los reos son puestos en libertad.
Una vez liberados los conspiradores vuelven a reorganizarse y la rebelin
comienza la noche del 9 de Agosto en casa de la patriota Da. Manuela Caizares
y termina la madrugada del 10 de Agosto de 1.809, una vez que queda
conformada la Junta Soberana de Gobierno, teniendo como autoridades al
Marqus de Selva Alegre, Juan Po Montfar, y al Obispo Jos Cuero y Caicedo, como
presidente y vicepresidente respectivamente, adems los Drs. Juan de Dios Morales,
Manuel Rodrguez de Quiroga y Juan Larrea fueron nombrados como Secretarios
de Estado, Despachos de lo Interior, de Gracia, Justicia y Hacienda.Ese mismo da
muy temprano por la maana el Dr. Antonio Ante, Secretario General de la Junta
de Gobierno, visita a Don Manuel Urriez, Conde Ruiz de Castilla, Presidente de la
Real Audiencia de Quito, con el fin de comunicarle que la Junta de Gobierno lo
relevaba de sus funciones; al mismo tiempo el Coronel Juan de Salinas, al mando
de la fuerzas militares de Quito declaraba lealtad a la Junta de Gobierno y al
bien amado Rey Fernando VII.
Alcanzado el objetivo primigenio, es decir, la conformacin de la Junta de
Gobierno, el 16 de Agosto de 1.809, las autoridades del nuevo rgimen llevan a
cabo un Cabildo Abierto en la sala Capitular del Convento de San Agustn, sesin
en la que ratificaron todo lo actuado en la maana del 10 de Agosto, das despus
la Junta de Gobierno enviaba comunicados al Virrey del Per, Jos Abascal, al de
Santa Fe, Antonio Amar y Borbn, al Gobernador de Guayaquil, Bartolom
Cucaln y al de Cuenca, Melchor de Aymerich la existencia del nuevo orden en la
antigua Real Audiencia de Quito.
Las autoridades peninsulares informadas de este evento disponen la reduccin de
la rebelin en curso y despachan tropas desde Guayaquil, Popayn y Pasto con la
misin de tomar Quito y acabar con los insurrectos, mientras tanto en Quito, la
Junta de Gobierno, organiz dos divisiones compuestas por tres mil hombres bajo el
mando de Juan Asczubi y Manuel Zambrano y los enva con direccin al Norte
con la finalidad de detener el avance de las fuerzas realistas al mando del
Gobernador de Popayn, Miguel Tacn.
Las fuerzas quiteas cruzaron el ro Carchi e ingresaron en territorio pastuso, pero
la inexperiencia, la ignorancia y la carencia de disciplina militar hicieron que
Asczubi fuera derrotado y apresado en el combate de Sapuyes, del cual no se tiene
mayor informacin; y, que Zambrano en Cumbal corriera similar suerte con la
nica diferencia que este logr escapar junto a lo que quedaba de la milicia
quitea.
Al enterarse acerca de esta derrota el ambiente se tens entre la poblacin de
Quito a la vez que los afanes, los intereses, la divisin y las ambiciones polticas
debilitaron enormemente a la Junta que en lugar de preparar un plan
contingente para repeler la amenaza que se cerna sobre ellos se enfrasco en
discusiones estpidas e intiles, que terminaron con la dimisin del Presidente
Juan Po Montfar a favor de Juan Jos Guerrero y Mateu, Conde de Selva Florida,
quien se encarg de entablar acercamientos con el Conde Ruiz de Castilla
ofreciendo a este una capitulacin de la ciudad que fue aceptada el 24 de Octubre
de 1.809 sometiendo as a Quito al control espaol una vez ms a cambio de que
no se procedera en contra de ninguno de los miembros de la Junta y prometiendo
solemnemente olvidar el pasado.
La ciudad permaneci en relativa calma durante los das posteriores a la firma de
la capitulacin, incluso la Junta de Gobierno continuo en funciones, por lo que la
poblacin crey que el peligro desapareca y todo volva la normalidad, lo cierto
es que el conde Ruiz de Castilla no tomaba accin alguna debido a que esperaba
la llegada de las tropas procedentes de Guayaquil y Cuenca.
Una vez que la soldadesca espaola arrib a Quito, en especial el Batalln Real de
Lima, al mando del Coronel Manuel Arredondo y de las huestes vencedoras en
Sapuyes y Cumbal adems de los 3.500 efectivos realistas acantonados en
Latacunga, el Conde Ruiz de Castilla procede a disolver a la Junta de Gobierno y a
restablecer a la Real Audiencia de Quito y ordena la persecucin, captura y
encarcelamiento de los revoltosos, muy pocos patriotas lograron escapar, uno de
ellos fue el Marqus de Selva Alegre pero no por esto dejo de ser perseguido.
Capturados y encarcelados los patriotas enfrentaban un proceso judicial largo que
incluso amenazaba seriamente sus vidas porque el Fiscal Toms Arrechaga pidi
la pena de muerte para cuarenta y seis rebeldes, Ruiz de Castilla indeciso enva
el proceso al Virrey de Santa Fe con el afn de que sea este ltimo el que dicte
sentencia.
El pueblo llano de Quito consciente de que la situacin es grave para los patriotas
emprende una accin de rescate que terminar en la masacre de los prceres el 2
de Agosto de 1.810. Muchas fueron las causas que atentaron contra la accin
libertaria del 10 de Agosto de 1.809 entre ellas la inconexin inicial con las
fuerzas populares debido a la apata general entre el pueblo llano que si bien es
cierto no se opusieron a la Junta de Gobierno, tampoco es que la apoyaron
decididamente tal y como lo demostr la cantidad de deserciones entre las filas
libertarias en los combates de Sapuyes y Cumbal.
Otra causa fue la ausencia de un caudillo militar con la capacidad y el
conocimiento requerido para emprender la defensa territorial adems de que las
continuas disputas internas entre los miembros de la junta complicaba an ms su
capacidad de decisin.
Otro factor de gran incidencia fue el poco respaldo que el movimiento despert
entre los pobladores de otras ciudades como Guayaquil o Cuenca a quienes la
revolucin a su entender no los representaba porque no haban sido consultados
ni tampoco invitados a participar de la accin dejando en claro que este
movimiento nicamente promova los intereses quiteos que unos casos eran
contrarios a los intereses de las otras ciudades.
As el Primer Grito de la Independencia naci como un movimiento desarticulado,
aislado, extremadamente frgil y sin liderzazo poltico militar capacitado para
la toma de decisiones drsticas y oportunas.
La Junta Soberana de Quito[editar]
Cuando en 1808 Napolen Bonaparte invadi Espaa, oblig a abdicar al rey
Carlos IV y tom prisionero al heredero don Fernando VII. En cada provincia y
ciudad grande del reino se formaron Juntas Soberanas de Gobierno que
rechazaron al rgimen usurpador de Jos Bonaparte, proclamado soberano de
Espaa por voluntad de su hermano Napolen. El concepto de estas Juntas se
impuso tambin en algunas ciudades de Amrica, donde se conformaron otras
Juntas con el mismo y nico propsito de defender los derechos del monarca
espaol destituido.
Fue as que -en la noche del 25 de diciembre de 1808- un grupo de quiteos se
reuni clandestinamente en la hacienda de Chillo del Marqus de Selva Alegre,
don Juan Po Montfar, y procedieron planificar un a establecer una Junta que
deba cumplir con los mismos propsitos que las establecidas en Espaa. Ese fue el
gnesis de la Revolucin del 10 de Agosto de 1809.
Triunfante la revolucin, los quiteos procedieron a conformar una Junta
Soberana de Gobierno y eligieron al Marqus de Selva Alegre, Don Juan Po
Montfar, para Presidente de la misma.
En el Cabildo abierto que se reuni ese mismo da, don Juan Po Montfar, en su
calidad de Presidente pronunci o ley un discurso ... en que hablaba de la
conservacin de la religin, de la defensa del Monarca legtimo, y de la propiedad
de la patria; y concluy excitando a la unin con estas palabras: Viva nuestro Rey
legtimo y Seor natural Don Fernando VII, y conservndole, a costa de nuestra
sangre, esta preciosa porcin de sus vastos dominios, libre de la opresin y tirana
de Bonaparte, hasta que la divina misericordia lo vuelva a su trono, o que nos
conceda la gloria de que venga a imperar entre nosotros (Aguirre Abad.-
Bosquejo Histrico de la Repblica del Ecuador, p. 156).
Como la revolucin no haba sido realizada por el pueblo sino por la Nobleza
Criolla de Quito, la Junta Suprema de Gobierno" se dio el tratamiento de
Majestad, dio a su presidente el de Alteza Serensima y a sus miembros el de
Excelencia. Tambin estableci un cuerpo de tropas denominado Falange, que
deba constar de tres batallones, declarando a Don Juan Salinas su coronel
comandante y aumentando en una tercera parte ms el sueldo espaol de que
deban gozar. El juramento que hizo la junta y que exigi a cada uno de los
empleados y corporaciones fue de obediencia y fidelidad a Fernando.

Disolucin de la Junta Soberana
Las autoridades coloniales cercanas a Quito, desde el primer momento,
consideraron que la Junta Soberana era una sublevacin independentista y se
apresuraron a reprimirla a sangre y fuego. A ningn funcionario realista de la
poca convencieron las declaraciones de fidelidad al rey Fernando VII.
Poco ayudaron circulares como sta, que envi Quito a los cabildos de las ciudades
ms cercanas, hablando claramente de conceptos prohibidos por los realistas (por
traicin), como patria, libertad e independencia:
"Quito, Agosto 13 de 1809.- A los Seores Alfreses, Corregidores y Cabildos que existen
en los asientos, villas y ciudades.- S. E. El Presidente de Estado, de acuerdo con la
Honorable Junta y los Oidores de audiencia en pblica convencin, me han instruido
que dirija a US. una circular en la que acredite y haga saber a todas las autoridades
comarcanas que, facultados por un consentimiento general de todos los pueblos, e
inspirados; de un sistema patrio, se ha procedido al instalacin de un Consejo central,
en donde con la circunspeccin que exigen las circunstancias se ha decretado que
nuestro Gobierno gire bajo los dos ejes de independencia y libertad; para lo que han
convenido la Honorable Junta y la Audiencia nacional en nombrar para Presidente a
S. E. el seor marqus de Selva Alegre, caballero condecorado con la cruz del orden de
Santiago. Lo comunico a US. para que en su reconocimiento se dirijan por el conducto
ordinario letras y oficios satisfactorios de obediencia, despus de haber practicado las
reuniones y juntas, en las capitales de provincia y pueblos que sean convenientes; y
fechas que sean se remitan las actas."
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Al mismo tiempo, solo las ciudades ms cercanas, como Ibarra, Ambato y
Riobamba, se sumaron al movimiento quiteo, mientras que Guayaquil se
mantuvo leal al rey y sus autoridades pidieron al virrey del Per el bloqueo de la
costa ecuatoriana para asfixiar a Quito.
Desde Bogot y Lima, los virreyes despacharon con suma urgencia tropas para
sofocar a la Junta Soberana.
En Popayn, el alfrez real Gabriel de Santacruz contest lo siguiente:
"Considerando que arbitrariamente se han sometido los revoltosos quiteos a establecer
una Junta sin el previo consentimiento de la de Espaa, y como se nos exige una
obediencia independiente de nuestro Rey Don Fernando VII, por tan execrable
atentado y en defensa de nuestro monarca decretamos: Art. nico. Toda persona de
toda clase, edad y condicin, incluso los dos sexos, que se adhiriese o mezclase por
hechos, sediciones o comunicaciones en favor del Consejo central, negando la
obediencia al Rey, ser castigado con la pena del delito de lesa majestad".
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En Guayaquil, la opinin tambin fue contraria a la revolucin de Quito. Solo la
familia del futuro presidente del Ecuador Vicente Rocafuerte fue invitada por
Montfar y Morales a dar un golpe similar en el puerto, pero el gobernador
Bartolom Cucaln apres a Rocafuerte y a su to, Jacinto Bejarano, antes de que
pudieran actuar.
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"El envo de tropas desde el Norte (de Panam, Bogot, Popayn, Pasto y Barbacoas) y
desde el Sur (de Lima, Guayaquil y Cuenca), el bloqueo de la costa por parte del Virrey
del Per, General Jos Fernando Abascal y Sousa, Marqus de la Concordia, era esta la
difcil situacin de Quito, asediada por estas fuerzas, sin sal, sin armas suficientes y
sin pertrechos, originaron el debilitamiento de la Junta.
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Desesperado, Montfar remiti al puerto de Esmeraldas una carta para que se la
entreguen a cualquier buque ingls, pidiendo el apoyo de Gran Bretaa para la
Junta Soberana. La carta, dirigida "al Gabinete de San James y al augusto
monarca de los mares", dice:
"pido como Presidente y a nombre de la Junta Suprema Gubernativa, armas y
municiones de guerra que necesitamos, principalmente fusiles y sables... Apetece
ntimamente esta Suprema Junta la ms estrecha unin y alianza con su inmortal
nacin y la tranquilidad de nuestro comercio con ella".
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Lamentablemente, el apoyo britnico a la independencia hispanoamericana se
materializara muchos aos despus.
Enterado de los hechos de Quito el virrey de la Nueva Granada, Antonio Amar y
Borbn, se reuni con los notables de Bogot, para auscultar sus criterios. Los
monrquicos le advirtieron del peligro que significaba la revolucin quitea,
mientras que los criollos le insinuaron que formara una Junta Soberana. La
reunin le sirvi para convencerse del peligro de una revuelta similar en la
capital del virreinato, por lo que reforz la seguridad en Bogot y despach hacia
Quito 300 soldados para aplastar a la Junta Soberana.
Los quiteos no obtuvieron apoyo de los pueblos cercanos. El 6 de octubre, un
presionado Montfar oblig a Ruiz de Castilla a abandonar el Palacio Real,
donde viva, y lo confin en una quinta en Iaquito, en las afueras de la capital.
La personalidad dbil de Montfar le hizo flaquear. Aunque se le considera sincero
entusiasta de la independencia, no tuvo el liderazgo suficiente para continuar la
lucha. El 12 de octubre de 1809 renunci a la presidencia, que recay en otro
aristcrata, Jos Guerrero, conde de Selva Florida.
Pero la Junta tena en s misma el germen de su fracaso:
"Hombres acaudalados y mansos por dems; letrados que pensaban gobernar el pueblo
por las reglas del derecho civil, y paisanos que, hechos soldados de la noche a la
maana, haban de sostener la guerra que de seguro iban a levantar los antiguos
gobernantes, si no por las mismas reglas, por los principios ms humanos y clementes;
no deban ni podan durar otro tiempo que el absolutamente necesario para que los
enemigos pudieran concertarse, reunirse y asomar por las fronteras de la provincia."
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Finalmente, aislada y bloqueada, el 24 de octubre de 1809 la Junta devolvi el
mando al conde Ruiz de Castilla, negociando con l que no se tomaran
represalias y permitiendo el ingreso a la ciudad sin resistir de las tropas realistas
de Lima y Bogot.



El 2 de agosto de 1810
Los realistas de Quito y la Audiencia vieron con malos ojos la anunciada llegada
del comisionado regio Carlos Montfar. Por ello, enviaron prontamente a Bogot
el juicio en contra de los patriotas, esperando de vuelta las sentencias de muerte
dictadas por el virrey. La persecucin de todos los implicados, de todas las clases
sociales, fue implacable:

"El marqus de Miraflores muri de pesar, recluso en su propia casa, y cuando el
gobierno trasluci la muerte, mand colocar una escolta cerca del cadver y la
conserv hasta que fue enterrado, pues presumi que se trataba de una evasin bajo el
amparo de la mortaja de los muertos (...) El ensanche y tenacidad de esta persecucin
alarm sobremanera los nimos de todas las clases de la sociedad, y fueron centenares
los que se ocultaron o huyeron buscando seguridad. Los vveres, en consecuencia,
comenzaron a escasear hasta el trmino de comprarse la fanega de maz en diez pesos,
la de trigo en cuarenta y as lo dems; y las tropas que haban llegado, arrimadas a
la proteccin de Arredondo, pusieron a rienda suelta su mala propensin e
inmoralidades. Ruiz de Castilla mismo, dominado por el imperio de Arredondo, se
dejaba llevar por este como un nio."
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La tensin entre los quiteos y los realistas iba en aumento. Empezaron a correr
rumores de asesinato de los presos y del propio comisionado regio, quien an no
arribaba a Quito:
"Voces repetidas, bien que vagas, decan que los espaoles protestaban no admitir al
comisionado Montfar sino hecho cadver porque era bonapartista y traidor, que se
matara a los presos antes que l tuviera tiempo de ponerlos en libertad: que todos los
hijos de Quito eran unos rebeldes e insurgentes, y otras especies de este orden, envueltas
y confundidas entre la certeza, la falsedad y la exageracin."
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Un capitn de apellido Barrantes amenaz con ejecutar a los presos si las turbas
intentaban asaltar la crcel, rumor que empez a correr a fines de julio y
principios de agosto.
Entonces, grupos de vecinos empezaron a trazar el plan para liberar a los presos. Se
atacaran dos cuarteles: el Real de Lima y el de Santa Fe, que actualmente forman
el Centro Cultural Metropolitano de Quito, y una casa cercana denominada El
Presidio, donde estaban presos los hombres del pueblo llano.

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