María Parado de Bellido
María Parado de Bellido
María Parado de Bellido
Sus padres fueron Fernando Parado, criollo de ascendencia altoperuana, y Jacinta Jayo,
mujer indígena.
Su infancia fue como la de todas las niñas indígenas de su tiempo, que no recibían
instrucción y solo se preparaban para las tareas conyugales.
Casamiento e hijos
Se casó, a la edad de 15 años, con Mariano Bellido, de oficio negociante, y quien hacia
1820 trabajaba en la sección de correos del distrito de Paras en la provincia de Cangallo,
donde la familia tenía su residencia, aunque radicaban temporalmente en Huamanga. De
esa unión tuvo siete hijos: Gregoria, Andrea, Mariano, Tomás, María, Leandra y Bartola.
Tomás se enroló en las filas patriotas del general Juan Antonio Álvarez de
Arenales cuando éste pasó por Huamanga (1820), y luego se sumó a los montoneros
patriotas acaudillados por Quiroz Lazón,1 que se hallaban en actividad en Cangallo
(1820). Su esposo y su otro hijo varón, Mariano, empezaron también a colaborar con
aquellos montoneros, que actuaban en coordinación con las fuerzas regulares del
general José de San Martín.2
Labor por la causa libertadora
Ocupada Lima por el Ejército Libertador comandado por el general José de San Martín y
proclamada la independencia del Perú en 1821, los realistas, al mando del virrey José de
la Serna, se replegaron a la sierra, mientras que la mayoría de las ciudades de la costa se
sumaban a la causa patriota. También en la sierra central crecía la adhesión a la causa de
la libertad, representada por los montoneros. La Serna se estableció en el Cusco, en la
sierra sur, que se convirtió en el bastión de los realistas, cuyas fuerzas estaban
mayormente formadas por indígenas reclutados a la fuerza. Desde el Cusco, La Serna
envió a sus fuerzas hacia la sierra central, para que sometieran a los “insurgentes”, como
denominaba a los patriotas. Estas fuerzas de represión estaban comandadas por el
general José Carratalá y el coronelJuan Loriga. Carratalá se encargó de la represión en
las actuales provincias de Parinacochas, Lucanas y Huamanga, labor que la realizó de
una manera despiadada. Pueblos enteros fueron incendiados y arrasados, y sus
pobladores masacrados. Uno de esos pueblos fue Cangallo.
Apresamiento
Aunque la misiva descubierta solo estaba firmada con el segundo nombre de la heroína,
los realistas pronto identificaron quien era la remitente. Descubierta entonces, María fue
apresada el 30 de marzo en Huamanga y sometida a intenso interrogatorio para que
delatara a los patriotas comprometidos. Carratalá no dudó incluso en aplicarle la tortura.
Pero ella se negó rotundamente a dar nombres y dio reiteradamente la misma
respuesta: «¡Yo la escribí!» Finalmente, Carratalá ordenó sufusilamiento.
Martirio
Custodiada por fuerzas de la guarnición realista, María fue llevada en procesión en torno
a la plaza huamanguina y en cada esquina un oficial leyó el bando de la sentencia dictada
por Carratalá, justificando su acción «para escarmiento y ejemplo de los posteriores por
haberse rebelado contra el rey y señor del Perú». Luego fue conducida a la pampa o
plazuela del Arco donde le esperaba el pelotón de fusilamiento. Después de ser
amonestada por última vez, para que revelara el secreto, prometiéndosele la vida,
rechazó la proposición sin vacilar. Y resignada a sufrir el último suplicio, se arrodilló y
esperó la muerte con la mirada dirigida al cielo. Al momento de su martirio tenía más de
60 años.
Se cuenta que su cadáver fue sepultado de limosna por los frailes mercedarios en su
templo, a pocas cuadras del lugar de fusilamiento, mientras sus hijas quedaron
abandonadas a su suerte y hallaron refugio en una iglesia. Luego surgieron varias
versiones confusas sobre su familia. Lo único verificable es que Simón Bolívarestableció
una pensión de gracia para las hijas sobrevivientes de la heroína, pero no se sabe la
suerte que corrieron su esposo y sus hijos que participaron en las montoneras.
Semblanzas
A pesar de la parquedad de los datos biográficos, su fama se ha extendido más allá de su tierra
natal. Leamos lo que ha escrito sobre ella el famoso escritorestadounidense Carleton Beals en
su libro Fuego en los Andes:
"Entre todas las ciudades peruanas destaca Ayacucho, que produjo un grupo notable de mujeres que
destacaron no sólo en las letras del tiempo colonial, sino también por su valor, entre ellas Venturia
Ccalamaqui, Pallchamascachi Ttica, María de Bellido. Madre de hijos que luchaban por la causa de
los patriotas, María de Bellido prefirió marchar al patibulo antes que traicionar el secreto de los
insurgentes. Después de haber sido paseada por las cuatro esquinas de la plaza pública donde debía
llevarse a cabo su ejecución y leída que le fue en voz alta la sentencia que la condenaba a muerte, la
noble mujer dijo, dirigiéndose altivamente a sus verdugos: "No estoy aquí para informar a ustedes,
sino para sacrificarme por la causa de la libertad".
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Por su parte, el periodista Aurelio Miró Quesada, en una visita que hizo en Ayacucho a la casa de la
heroína, escribió (en su libro Costa, sierra y montaña):
"Hay otras muchas casas en Ayacucho con tradición o con leyendas. Voy así a visitar la
residencia de la arrogante heroína ayacuchana María Parado de Bellido. Es una casa
sobria, con limpias paredes encaladas y una vid en el patio al lado de unos severos
peldaños de piedra. Allí estaba María Parado de Bellido cuando los tenientes de Carratalá
la redujeron a prisión, asaltando y saqueando la casa. A pesar de todos los esfuerzos, la
heroína no quiso confesar a quién había escrito la carta enviada por ella a las filas
patriotas; y después de habérsela hecho dar la vuelta a la Plaza, como escarmiento
público, se la fusiló. [...], en la pampa del Arco donde actualmente se levanta su estatua"
Fusilamiento de María Parado de Bellido