La Historia de La Lingüística en Venezuela y Su Investigación Historiografica
La Historia de La Lingüística en Venezuela y Su Investigación Historiografica
La Historia de La Lingüística en Venezuela y Su Investigación Historiografica
DISCURSO DE INCORPORACIN
COMO INDIVIDUO DE NMERO
DE
Caracas/ 2005
ndice
PRIMERA PARTE
Introduccin y Elogio de Don Pascual Venegas Filardo
SEGUNDA PARTE
Introduccin
Ocultar mi emocin ante el compromiso que la Academia Venezolana de la Lengua ha
hecho descansar sobre mi inteligencia y mi corazn, al elegirme Individuo de Nmero, no
sera sino manifestacin de retrico retraimiento. Al contrario, quiero decir en este ilustre
recinto, Paraninfo del Palacio de las Academias, que me siento profundamente emocionado
en este da, que considero uno de los ms importantes de mi vida y, sin duda, el ms
reseable en mi carrera de estudioso de la lingstica y la lexicografa venezolanas.
Como si se tratara de una meta inalcanzable, slo materia para los sueos, muy pronto
empezaron mis filiaciones personales con esta benemrita corporacin, decana de las
academias nacionales y portavoz, en el mbito hispnico, de la palabra de Venezuela, con
la preterida esperanza de alcanzar, en da slo soado, la tan deseada coronacin de mis
anhelos de investigador. Comenc recuerdo como si fuera hoy mismo-, coleccionando
ejemplares del Boletn de la Academia, por insistencia del Padre Cesreo de Armellada,
uno de mis maestros en la Escuela de Letras de la Universidad Catlica Andrs Bello y
eximio numerario de la Academia Venezolana de la Lengua. Despus, empec a asistir a
algunos actos de incorporacin, como ste mismo de hoy en el que yo soy, humildemente,
el protagonista, y donde, sentado como pblico pens algn da tomar el lugar que la
fortuna hoy me hace ocupar. Ms tarde, en la primera adultez de mi crecimiento de
estudioso, entr en relacin con algunos colegas de la corporacin para enriquecerme con el
aporte que sus discusiones arrojaban. Aqu, merecen mencin muy destacada Don Efran
Subero y Don Blas Bruni Celli, mentores y amigos. Finalmente, hoy, esas relaciones con el
intelecto han fructificado para hacer que esos maestros colegas, y subrayadamente los
proponentes de mi candidatura acadmica, los numerarios Don Oscar Sambrano Urdaneta,
Don Alexis Mrquez Rodrguez y Don Blas Bruni Celli, hayan credo en mis talentos,
Asumo, pues, la deferente distincin no como una condecoracin curricular sino como
un compromiso con el estudio serio de la lingstica venezolana. En esta idea los diecisis
libros que he escrito hasta ahora, quince de los cuales han corrido la suerte de las prensas,
son mis mejores credenciales para caracterizarme como estudioso de vocacin estructurada
y de imperturbable disciplina de trabajo.
Quiz la muerte de un poeta, ms que cualquier otra, signifique para el mundo en donde
actu, un motivo de interminable pesar. Sacerdote espiritual de una generacin, hombre
privilegiado para comprender el significado de las iluminaciones, encantador de palabras,
hacedor de parasos y de infiernos, condiciones y cualidades estelares de todo poeta
verdaderamente estelar. En Pascual Venegas Filardo (1911-2003), el hacedor de paraso e
infiernos, el encantador de palabras, el privilegiado de las iluminaciones y el sacerdote
espiritual se reunieron en l, como en muy pocos casos en nuestra poesa durante la pasada
centuria.
Nacido poeta en 1936, a la luz del memorable Grupo Viernes, del que fue representante
maysculo, la primera vocacin de un escritor de renovadas vocaciones hizo que su
produccin potica creciera en libros de plcida y cruenta afectividad, en versos que son
imgenes de un paisaje rescatado al adjetivado modernismo impresionista, en
construcciones fluviales o eruptivas, en ecos de ausencia y, en suma, en msicas que slo
hablan de ese ro de la muerte que es la vida. Sern sus ttulos ms perseguidos: Crter de
voces (1939), Msica y eco de tu ausencia (1941), Crculo de tu nombre (1957) , Canto al
ro de tu nombre (1957), Los cantos fluviales (1962), Elega de la sombra de tu paso
(1967) y, entre todos, La nia del Japn (1961), su aporte a la revisin escalofriante sobre
el significado de las guerras del fin del mundo: nios que no vieron la aurora, madres
ahogadas en hogueras de fuego fulgurante, manos tendidas hacia el hijo hecho cenizas,
triunfo del fuego, paz de un viejo samurai y, entre otras visiones, lluvias que inician sus
pasos en la hierba. Estados todos que han quedado grabados en los versos de amor y terror
de su poema Nagasaki aora:
Alejandro de Humboldt constituye el mejor ejemplo de que no existe divorcio alguno entre las ciencias y las
letras, entre el cientfico que escribe y expone el resultado de sus investigaciones, y el literato que crea, que
investiga, que analiza la obra de los dems [...]. No pocos de los hombres que se han dedicado a estudiar el
proceso del conocimiento de la fronteras de la humanidad, se han detenido con especial inters en Homero.
Muchos de los vagos nombres geogrficos que cita Homero, o quiz, los diversos autores encarnados en
Homero, son tomados como referencia para lugares geogrficos concretos, o bien, para mundos en cierta
manera imaginarios, como la Atlntida. Una categora homeriana asigna a Alejandro de Humboldt uno de los
ms acuciosos investigadores del diecinueve venezolano, como es Arstides Rojas. Nos dice de l [dir, a su
vez, Venegas Filardo-]: El Homero de Los Andes, hemos llamado a Humboldt cada vez que en nuestros
escritos hemos tropezado con esta gran figura; no porque la imaginacin sea el carcter distintivo de sus
brillantes facultades, ni porque la poesa sea lo nico que constituye la esttica de sus obras.... Tambin
Arstides Rojas seala las relaciones entre el naturalista alemn y Lamartine. Se empea el ilustre venezolano
en ahondar los vnculos espirituales entre el sabio y el autor de Graciela. Sus descripciones de la bveda
celeste, de la luminosidad de las estrellas bajo los cielos del trpico, de la elocuente inmensidad de las selvas
ecuatoriales, del salvaje vigor de las aguas del Orinoco, de los sugestivos nevados de Los Andes, de la
aparicin de una nueva especie vegetal o el encendido canto de un ave desconocida, contienen un poderoso
haber potico que hizo del romntico francs lector fervoroso y polmico de la obra del autor del Cosmos (p.
22).
Mencin especial, entre las obras de Venegas Filardo dedicadas a figuras de la ciencia
venezolana, merecen su Biografa de Lisandro Alvarado, en sus ediciones de 1956 y 1973,
y su Imagen y huella de Francisco Tamayo, del ao 1983. Larense a los cuatro vientos
(haba nacido en Barquisimeto en la primera dcada del siglo XX), Venegas Filardo se
exige dejar constancia del fervor por su tierra de alumbramiento y por la iluminacin de sus
grandes hombres de ciencia y cultura. Es el caso de sus trabajos sobre Alvarado, en quien
recae, adems de la ancdota familiar que cuenta cmo sus abuelos Filardo conocieron
fortuitamente al mdico andariego en el pueblo de Libertad de Barinas (y que para Don
Pascual equivala a haberlo conocido l mismo, como nos lo refera frecuentemente), la
ms constante de sus admiraciones de estudioso. Su valoracin sobre el aporte del
investigador lingstico en Alvarado est vista en fraterna relacin con la exploracin in
situ, fuente para el conocimiento ms autntico del lxico venezolano, y con la disciplinada
pasin del investigador:
Lisandro Alvarado nunca viajaba solo; viajaba con sus hojas en blanco y su lpiz; y con su letra menuda y
clara, iba escribiendo sus observaciones, todo lo que le enseaba su examen de la naturaleza, las costumbres
de quienes poblaban las regiones por las cuales transitaba, las maneras de hablar del habitante de cada pedazo
geogrfico. De esas notas, de todos esos apuntes, surgieron algunos de los ms notables trabajos del sabio. De
all emanaron esos tomos publicados bajo el ttulo de Glosario de Voces Indgenas de Venezuela, y sus dos
volmenes titulados Glosarios del Bajo Espaol en Venezuela. Una elocuente leccin de paciencia, de don
observador, de voluntad y de estudio, surge de la lectura de estos libros. En ellos, est la raz y la esencia del
espaol que se habla en nuestro pas. En ellos est la demostracin palpable del surgimiento y formacin de
un nuevo espaol en nuestro continente, enriquecido con americanismos y con las variaciones fonticas del
espaol, tan magistralmente observadas por Alvarado en su estudio. Y surge sobre todo el claro concepto de
que en Venezuela existe un nuevo espaol, donde las palabras toman un nuevo valor y un nuevo sentido (pp.
47-48).
El acercamiento que Venegas Filardo hace de Francisco Tamayo habla, tambin, de una
pasin por Venezuela delineada en la ruta de los libros como puerta segura para conocer al
hombre apasionado por la naturaleza, la geografa, la lengua y la vida misma de los
hombres. Amigos desde la infancia (Nueve aos en edad nos distancian, pero nos une un
mismo sentimiento), trata Venegas Filardo de suavizar la ancdota para buscar la obra del
botnico, explorador y hombre de ciencia de incalculables mritos que fue Tamayo. Como
un nuevo Pittier lo visualiza: No sabemos por qu, cada vez que pensamos en Francisco
Tamayo, pensamos en Henri Pittier. Porque los asociamos al mundo vegetal venezolano. El
primero dej su Suiza de lagos apacibles, de paisajes de acuarela y de cumbres enhiestas y
nevadas, para acogerse y entregar su vida al servicio de su nueva patria. El segundo, dej
sus montaas de los Andes larenses para venirse a El Tocuyo, luego a Coro, de nuevo a El
Tocuyo, y en definitiva, a Caracas, donde ha estado a lo largo de gran parte de su fecunda
vida, al servicio de la patria que late con l (pp. 7-8). Quiere Venegas Filardo, or junto a
Tamayo los latidos del verdadero corazn del pas, se que est oculto tras la imagen de sus
realidades fsicas y espirituales. Explora las huellas de esa Venezuela en la obra del propio
explorador, estableciendo uno de los dogmas de su propia pasin de escritor y de estudioso:
conocer la imagen del hombre por sus libros y en ellos descubrir grabada la huella de la
espiritualidad venezolana. Explorador de exploradores de la naturaleza venezolana,
Venegas Filardo inscribe aqu ms de una palabra de sabidura de escritor, al pensar la
escritura de los escritores: Un hombre, cuando es escritor, sea narrador, sea poeta, sea
cientfico, se le aprende a conocer bien en sus textos. Se le conoce a travs del papel
impreso, sea en el libro, en el folleto, en las pginas de la revista o del peridico. Tal vez no
se vislumbra all su aspecto fsico, sus modales, sus costumbres, pero en eso que escribe, se
sabe lo que es (p. 10).
Con la muerte del doctor Pascual Venegas Filardo, la universidad venezolana perdi a
uno de sus ms singulares educadores (fue profesor durante dcadas en la UCV y en la
UCAB); el periodismo, al colaborador ms prodigioso; la poesa venezolana, a uno de sus
prncipes modernos; la ciencia, al ms abocado y vocacional de sus cultores; la literatura, al
ms generoso de los crticos; la Academia Venezolana de la Lengua, la Academia Nacional
de la Historia, la Academia de Ciencias Fsicas, Matemticas y Naturales y la Academia
Nacional de Ciencias Econmicas, a uno de sus ms notables numerarios; el pas,
finalmente, a un hombre que supo lo que significaban su amor y su dolor venezolanos.
I
La fbrica de la tradicin
Los siglos coloniales
Ese encanto, por otra parte, resulta ms intenso si se considerada para cualquiera de
nuestras actividades culturales, cientficas o estticas en Venezuela, ya que casi todos
nuestros acercamientos al pasado estn envueltos por la impenetrabilidad de la oscuridad
que sus abismos generan. En otras palabras, el mundo colonial venezolano como
consideracin cultural, cientfica o esttica no deja de ser difuso e incierto.
Teniendo en atencin las muestras conocidas puede establecerse que fueron el trabajo
lexicogrfico y la produccin de diccionarios, que describan, especialmente, el lxico
indgena y sus conexiones con el espaol americano, las ms centrales de las actividades
que se desarrollaron en este momento. La produccin de gramticas se vio tambin
condicionada por las exigencias descriptivas de las lenguas indgenas, en especial hacia el
final del perodo. Los estudios gramaticales clsicos constituyeron, en notable porcentaje,
materia de enseanza ms que meta de investigacin. En este sentido, son muchos los datos
que permiten una evaluacin de la enseanza de la gramtica latina.
Pedro de Arteaga pasa por ser el primer preceptor oficial de gramtica que hubo en
Caracas. Haba llegado hacia 1589 y ya ocupa su cargo de preceptor entre 1593 y 1594. Su
biografa, llena de oscuridad, permite suponer que con los aos se hiciera sacerdote y que
se residenciara en El Tocuyo hacia la segunda o tercera dcada del siglo XVII (Parra Len
1954: 74-75). La labor de Arteaga fue posible por la creacin de la primera ctedra de
gramtica por real mandato del rey Felipe II. Reza as en la Real Cdula de 1592, el primer
documento oficial en la historia de la lingstica venezolana:
El Rey
POR QUANTO Por parte de los Vezinos de las ciudades de la Prouincia de Veneuela se me a hecho relacion
que Por no auer en aquella Prouincia Vniuersidad como la ay en ottras Partes de las Yndias dexan sus hijos de
estudiar y ser enseados en letras de que se siguirian muy buenos hefetos ansi p la correpcion de sus
costumbres y licencia de la juventud como en beneficio de la tierra pues podran ordenarse con suficiencia
para el enseamiento de los Yndios y predicacin evangelica, y que ansi para esto como para el ornato, y
noblecimiento de la dha Prouincia conuernia que en ella vuiese vn preceptor de gramatica Proveyendo que de
mi caxa real de la dha Prouincia o de los tributos de los Yndios que vuiese vacos o que Primero vacasen de
ella se le pagase el slario que vuiese de auer, y auiendose platicado sobre ello por los de mi consejo de las
Yndias tuve por bien de mandar dar esta mi cedula por la qual quiero y es mi voluntad que en la dha Prouincia
de Veneuela, aya Vn preceptor de gramatica al qual se le den en cada vn ao doscientos pesos la qual
cantidad mando a mi gouernador de la dha Prouincia haga poner en mi corona Real de los tributos de los
Yndios que vuiese vacos o que primero vacaren en ella prefixando su cumplimiento al de otras qualesquiera
cedulas que yo vuiese dado para otras qualesquier situaciones y encomiendas porque mi voluntad es, que ansi
se haga y que se paguen al dho preceptor los dhos doscientos pesos cada ao Por tiempo de seis as. primeros
siguientes que corran y se quenten desde que se hiziere la dha situacion en adelante y mando a los Officiales
de mi Real hazienda de la dha prouincia que cumplan las libranzas que en ello diere el dho mi gouernador de
lo que entrare en su poder de lo procedido de la dha situacion por el tiempo de los dhos seis aos, y que tomen
cartas de pago del dho preceptor, con las quales y esta mi cedula mando se es reciba en quenta sin otro
recaudo alguno fecha en burgos a catorce de setiembre de mill y quinientos y nouenta y dos. YO EL REY.
Por mandado del Rey nuestro seor Juan Vasqz. (Cita en Parra Len 1954: 71-72)
Esta cdula, cuyo original reposa en el Archivo Arzobispal de Caracas, fue recibida en
Caracas al ao siguiente, el da 2 de septiembre. Es interesante hacer notar que se invoca en
ella un principio muy notable. Se trata de la idea de que el estudio de la lengua y el nfasis
que se haga de su uso privilegiado representa un paso en firme en el fortalecimiento de las
costumbres de los individuos. La fundacin de la ctedra, entonces, no obedece a un
objetivo puramente intelectual, sino que, ms bien, tiene su races en el beneficio moral que
est llamado a hacer prosperar. Con esta impronta a la vista, los subsiguientes intentos
vendran a complementar el de 1592.
En 1605, vemos a Juan de Ortiz Gobantes (tambin registrado con las grafas "Obantes"
u "Hobantes") cumpliendo las mismas funciones que Arteaga y en su misma plaza citadina.
Ya antes haba enseado en el Nuevo Reino de Granada, en la provincia de Ro Hacha y en
algunas ciudades baadas por las aguas del Magdalena. Previo a su periplo caraqueo,
haba instalado, adems, ctedras de gramtica en Nuestra Seora de la Paz y en Nueva
Segovia, por espacio de cuatro aos. El Cabildo de Caracas, el primero de agosto del citado
ao, lo encarga de la ctedra de gramtica invocando el mandato real de 1592 y, segn se
infiere en los documentos, por ausencia de otro preceptor (es posible que para este
momento ya Arteaga se encontrara fuera de Caracas). De nuevo, la disposicin del Cabildo
acenta el inters de que se haga la enseanza de la lengua junto a la de las buenas
costumbres (Parra Len 1954: 75).
El escritor Enrique Bernardo Nez ha dejado una narracin sobre esta primera ctedra
de gramtica y sus momentos iniciales de funcionamiento: A Pedro Arteaga, profesor de
gramtica, se le mand pagar su salario de treinta pesos oro, el que le haba fijado el
Ayuntamiento, de lo que pagaran las botijas de vino tradas por el navo a cargo del capitn
Manuel Romano. Ms tarde, el Rey dispuso que del tributo de los indios se pagase el
salario del preceptor. Los vecinos de las ciudades de Venezuela haban acudido al Rey para
solicitar el establecimiento de esa ctedra de gramtica, a fin de que sus hijos pudiesen ser
enseados en letras. Entre otros beneficios, exponan, habra de seguirse el del
enseamiento de los indios y la predicacin evanglica. En 1605 aparece Juan Ortiz
Obantes. Haba enseado gramtica en el Nuevo Reyno, en Ro Hacha, Trujillo de N. S. De
la Paz y Nueva Segovia de Barquisimeto. Obantes recuerda la disposicin del Rey acerca
de que haya un preceptor de gramtica con 200 pesos anuales pagaderos de su real
hacienda, y pues en esta ciudad no hay ningn preceptor de gramtica, ni hasta ahora se ha
cumplido el tenor de la real cdula, suplica lo admitan por tal. Le ofrecen acudir en
primera ocasin al Gobernador para que se cumpla la real cdula. Mientras tanto, se le
pagarn 50 ps. de oro, de los propios. Se le encarga la enseanza y buenas costumbres de
los discpulos que tuviere. Tambin para los propios se dispuso que por cada pieza de
esclavo o esclava, de Espaa o frica, o de las Indias, se pague un peso de oro fino
(Nez 1963: 43-44). Tambin nos informa que, un ao antes, en 1591, ya se encuentran
en las calles de Caracas dos maestros de primera enseanza: Luis de Crdenas Saavedra y
Simn Basauri. El primero se compromete a ensear de balde a nios hurfanos de
padre y madre; mientras que el segundo, abre escuela para ensear a leer, escribir y
contar (Nez 1963: 44).
En Coro, para ese momento capital de la dicesis de Venezuela, el obispo fray Antonio
de lcega estableci la ctedra de gramtica en 1608, invocando la Cdula antes citada y
promoviendo otra en la que se peda asignar a la ctedra su pago con dineros de la caja real
y no con tributos de indios. Han quedado registrados, para esta ctedra que no prosper por
mucho tiempo, los nombres de dos de sus preceptores: Andrs Lpez Carballo (entre 1609
y 1610) y Antonio Sanz Escudero (entre 1610 y 1611). Caracciolo Parra Len, en La
Instruccin en Caracas (1567-1725) (1954), nos provee de algunos pocos datos sobre estos
dos preceptores. Para el primero slo un par de sealamientos: hijo legtimo de Juan
Lpez Carballo y de Ins Gonzlez, comenz a ganar sueldo de la caja real por razn del
preceptorado en 17 de julio de 1609. Durante el lapso de su magisterio [...] obtuvo
subdiaconado ad titulum doctrinae indorum, y en los primeros meses de 1610, pues el
obispo muri en 12 de mayo, fu hecho sucesivamente dicono y presbtero, ya que como
tal le hallamos en asiento autntico del siguiente septiembre. Tuvo la ctedra hasta 30 de
junio del mismo 1610 en que, terminada la carrera eclesistica, pas probablemente a
ejercerla en la conversin de los naturales (Parra Len 1954: 80). Sobre Sanz Escudero se
tienen unos cuantos datos ms que de su antecesor y de los que, nuevamente, Parra Len
nos hace fidedigno acopio: Natural en Espaa del arzobispado de Calahorra, tuvo por
padres a Pedro Sanz Escudero y a Gracia Garca. Pas de la Pennsula al Nuevo Mundo en
servicio del ilustrsimo seor don fray Antonio de lcega cuando este ilustre prelado vino a
ocupar la dicesis de Venezuela. Emprendida la penosa visita pastoral, Sanz Escudero
acompa y sirvi fielmente a su seor durante toda ella, e hizo a la vez los estudios
teolgicos necesarios para la prosecucin de la carrera eclesistica. En Coro, despus de
riguroso examen ante el den don Bartolom Gmez y el frasciscano Antonio de Gama, le
fueron concedidos el exorcistado y el acolitado por septiembre de 1607; un ao ms tarde,
despus de recorrer, ya minorista, a Maracaibo y Trujillo, gan subdiaconado en Carora ad
titulum sachristiae; anduvo por el Tocuyo [...], Barquisimeto [...] y Orachiche [...], y en este
mismo mes de junio, en la parroquia de Santa Catalina de Quara [...] recibi la orden
diaconal. Vuelto a Caracas con el seor lcega despus de la visita de Valencia (julio de
1609), presenci el segundo Snodo Diocesano de Venezuela. Alguna circunstancia
especial (quiz la falta de edad) debi impedirle la coronacin de la carrera antes de la
muerte de su mitrado protector. Acaecida sta, el den y Cabildo Sede Vacante le hizo,
segn hemos dicho, preceptor de Gramtica; en este ejercicio estuvo hasta el 30 de junio de
1611 (Parra Len 1954: 80-81). Parra Len cree que despus de este momento regresara a
Espaa en vista de la desaparicin de su nombre en los documentos del siglo XVII (Parra
Len 1954: 81).
Los Jesuitas, por su parte, fundaron y dirigieron ctedras afines a partir del ao 1628 y
hasta el momento de su expulsin de los territorios espaoles, en 1767. Asimismo,
recibimos noticias del presbtero Gaspar Gutirrez de Sotomayor como preceptor en
Valencia para 1640 y de los frailes franciscanos Benito de Sobremontes y Marcos Montano
como preceptores de gramtica y moral en Trujillo, en las sucesivas fechas de 1647 y 1665.
La Guaira ostent su ctedra de gramtica por fundacin del obispo Gonzlez de Acua
para 1674. Estudios de corte similar se instalaron en otros centros poblados coloniales: en
Barquisimeto, en 1678, a cargo de fray Bartolom de la Rosa; en Cuman, a mediados del
siglo XVIII; en Maracaibo, los Jesuitas dictaron ctedras desde 1755 y los Franciscanos
desde 1760; en Nueva Barcelona, hacia 1780, fray Diego Gonzlez, cumpli similares
cometidos; y, en El Tocuyo es posible documentar una ctedra de lengua y cultura latinas
en el histrico 1789 (Morn 1971: IV, 350-384; Rey Fajardo 1979 y 2003; Gil Fortoul
1977: I, 150; Garca Chuecos 1963: 223-241; Prez Hernndez 1988: 17-18).
En este recuento, una referencia que tiene que privilegiarse es la de la creacin, en 1673,
en la Universidad de Caracas, de la ctedra de gramtica y su funcionamiento en el Colegio
Seminario de Santa Rosa de Lima. Su regularidad institucional vena a ser muy remarcada
en relacin con la periodicidad y el sistema de los cursos: Por lo dems, la ctedra de
mundo colonial hacia los estudios del lenguaje. En abierto contraste, parecen estas escuetas
informaciones querer sostener a la distancia de hoy que, ms all de los inconvenientes para
su reconstruccin, estamos en presencia de una vocacin singular por el estudio lingstico,
desde los tiempos ms iniciales. Esta vocacin, de la que slo disponemos de unos cuantas
nminas de archivo y de un registro muy sucinto o inexistente sobre la significacin de
cada una de estas figuras, hace inclinarnos a pensar que son reveladoras de argumentos que
nos expliquen la vocacin venezolana por el estudio del lenguaje. Nacin de notables
gramticos y lexicgrafos, puede afirmarse que es en estos tiempos iniciales donde toma su
residencia esta inclinacin especial por comprendernos a travs de la lengua y su estudio.
Son muchas las referencias que podran invocarse en refuerzo de la presencia de Nebrija
en los estudios coloniales venezolanos. Una de las ms significativas la consigna el artculo
Gramticas, en el repertorio de Juan Antonio Navarrete: Arca de Letras y Teatro
1
Los principales ttulos de su obra gramatical seran: Institutiones de gramtica latina, Diccionario latinoespaol y espaol-latino, Ortografa castellana, Arte de la lengua castellana y Vocabulario de romance en
latn.
Fue tan poderosa la influencia del magisterio de Nebrija en la lingstica colonial que
hasta se deja sentir en numerosas gramtica elaboradas para estudiar las lenguas indgenas
del pas. A falta de otros modelos descriptivos, los autores coloniales, casi en su mayora
religiosos con una muy solvente formacin en gramtica latina, emplearon los principios
estructurales y conceptuales nebrijanos para ordenar los enredos gramaticales de las
lenguas indgenas venezolanas. Una referencias, a estos fines, por dems muy significativa,
la que declaran Alonso de Neira y Juan Ribero, en 1762, en el Prlogo a los Rudimentos
de la lengua achagua, en los preliminares de su notable Arte y vocabulario de la lengua
achagua. La hermandad entre latn y lengua indgena, entre gramtica latina y gramtica
achagua y entre modelo descriptivo latino y modelo descriptivo achagua, parecen obligar el
seguimiento al gramtico sevillano: Aunque es verdad que esta lengua no imita en todo a
la Latina; pero si se advierte atentamente la imita en mucho, como se puede ver en la
colocacin y modo de hablar, y en la derivacin de varias partes de la oracin de una
misma Raiz. Por esta misma causa y para mayor facilidad en quien tiene noticia de la
lengua Latina, iremos imitando sino en todo, a lo menos en parte, el arte de Antonio
Nebrija, con la brevedad que pide este pequeo resumen de lo principal del Idioma (Neira
y Ribero 1971: II, 27).
El estudio colonial de la gramtica no puede dejar pasar que no slo su sentido
radicaba en la descripcin de tpicos relativos a morfologa y sintaxis, sino que, en la
generalidad de los casos, la gramtica asuma tonalidades totalizadoras del saber, al estilo
de la concepcin humanista, y se defina en sus acercamientos iniciales a un conjunto muy
variado de disciplinas. Literatura, historia, aritmtica, geografa, retrica, dialctica, moral
y urbanidad parecan constituir los intereses didcticos que deban recalcarse gracias a una
concepcin de la lengua que la entenda como vehculo de tan mltiples conocimientos.
Es, quiz, este fuerte acento latinista en la concepcin de la gramtica y su apego a las
fuentes del humanismo renacentista, una de las claves para justificar, ms all de sus
mritos intrnsecos, la presencia repetida de los textos nebrijanos, en especial los dedicados
al latn. En este sentido, los inventarios de las bibliotecas coloniales nos aportan algunos
valiosos rastros editoriales de estos trabajos y, ya para el siglo XIX, las sucesivas ediciones
que se hicieron de los Nebrija resultan pruebas ms que clara del insistente influjo de sus
concepciones.
Otra visin sobre las primeras vocaciones de nuestra lingstica nos llevara, justamente,
a su descalificacin como trabajo lingstico mismo y procurara hacernos ver que se trata
ms que de estudio de las lenguas o de su dedicacin por ellas, de materia ligada a la
educacin y de terreno de la enseanza lingstica. En este sentido, sin pretender que estos
primeros momentos centrados en esta actividad no pertenezcan a la historia de la disciplina
lingstica, debe reconocerse que se enmarcan con ms soltura en los de una historia de la
educacin en Venezuela.
Las ltimas dcadas que han sido tan productivas para la investigacin cultural de la
Venezuela colonial, afectuosa por el estudio de la vida cotidiana, las instituciones, las artes,
el pensamiento y las ciencias, lo han sido, tambin, para la investigacin lingstica y
lexicogrfica. Fundamentalmente, el trabajo ha requerido reconstruir los aportes filolgicos
de las distintas rdenes religiosas coloniales. En este sentido, sobre la impronta de los
numerosos y ricamente documentados trabajos de Jos del Rey Fajardo, dedicados a la
contribucin jesutica, se han podido repertoriar los aportes franciscanos, capuchinos y
agustinos, fundamentalmente (Rey Fajardo 1971, Campo del Pozo 1979, Carrocera 1981,
Gmez Parente 1979, Arellano 1986). Algunos estudios, tambin, han enfocado la mirada
hacia algunos textos y hacia algunas figuras claves (Prez 1988 y 1997a: 15-68; Olza 1989;
Bruni Celli 1998b). Es en estos estudios, por los momentos, en donde tenemos que realizar
las exploraciones para el conocimiento de la materia lexicogrfica de los primeros tiempos
en la historia de la lingstica venezolana.
La profusin de las obras que debe el historiador considerar para cerrar los lmites de
esta compleja y rica cartografa
sistemtica sobre la actividad desplegada por los estudiosos del lenguaje y las lenguas
durante la Colonia, han hecho imposible que, an hoy, podamos hacernos una idea, aunque
sea aproximada, de lo que signific la Venezuela lingstica de los siglos XVI, XVII y
XVIII. En materia de lexicografa no deja de ser este panorama menos desalentador. Sin
embargo, es posible presentar un bosquejo, sin duda parcial y hasta arbitrario, de lo que fue
la actividad lexicogrfica en el pas durante los mencionados siglos.
lingstica que saba de intercambios y de prstamos. La lengua del Imperio triunfara, pero
los sustratos indgenas persistiran como un fluido latente. Esta nueva criatura lingstica, el
espaol de Amrica, crecera y se desarrollara con independencia propia sobre una base de
mltiples contactos.
Tambin aqu Nebrija vendra a cumplir un papel ms que determinante al incorporar
por primera vez en un diccionario espaol una voz americana. No es otra que la
representativa voz canoa, uno de los paradigmas de las culturas indgenas americanas, que
aparece registrada y explicada en su Vocabulario de romance en latn, elaborado en 1495 y
publicado en 1516, y que es, por otra parte, uno de los registros ms antiguos de la
lexicografa en lengua espaola. La explicacin de Nebrija, sin saberlo, se entender como
de carcter inaugural para la comprensin, siempre contrastiva, del espaol americano
frente al espaol peninsular:
Canoa nave de un madero monoxylum i
(Nebrija 1973: 43)
Tena, as, el lxico americano entrada natural por primera vez en los diccionarios
espaoles, adquiriendo jerarqua de tpico de descripcin y carta de ciudadana dentro de la
lengua hasta el da de hoy. En el texto de Nebrija no son propias las marcas regionales, en
cuenta de que esta manera dialectal no haba sido ni considerada en momentos tan previos.
Esto, tambin sin saberlo, hace que la primera incorporacin lxica americana en la
lexicografa del espaol nazca sin el rtulo de voz rara o extica con el que comenzaron a
marcarse, un poco despus, muchas de las voces americanas en diccionarios espaoles.
sustituye por la forma actual en el texto del da 23 de octubre. Coln describe los objetos
canoa y canalete, aunque sin consignar su nombre, ya el da 13 de octubre: Ellos vinieron
a la nao con almadas, que son hechas del pie de un rbol como un barco luengo y todo de
un pedao y labrado muy a maravilla segn la tierra, y grandes, en que en algunas venan
40 y 45 hombres, y otras ms pequeas, hasta aver dellas en que vena un solo hombre.
Remavan con una pala como de fornero, y anda a maravilla, y si les trastorna, luego se
echan todos a nadar y la enderean y vazan con calabaas que traen ellos (Coln 1982).
El 26 de octubre, trece das despus, ya Coln puede darnos el nombre de estas
embarcaciones: Dixieron los indios que llevava que ava dellas a Cuba andadura de da y
medio con sus almadas, que son navetas de un madero adonde no llevan vela. (Estas son
las canoas) (Coln 1982: 45).
Este nacimiento del lxico americano en los espacios de la cultura occidental vino
acompaado con la relacin de otras voces que pasaron a considerarse materia medular del
haber patrimonial ms enftico de lo americano lingstico: aje, boho, cacique (y sus
variantes caniba y canima), cazabe, hamaca y ame. Realidades americanas descritas en la
obra de Coln, pero nunca denominadas por los nombres con los que despus comenzaron
a consignarse, en la medida en que los primeros espaoles refinaron su odo lingstico,
muy pronto se erigieron en los primeros monumentos lingsticos del continente nuevo:
cacao, canalete, huta, iguana, jaiba, manat, man, tabaco y yuca.
una y todos amigos [...] su lengua, la cual es toda una en todas estas islas de la India, y
todos se entienden y todas las andas con sus almadas, lo que no han en Guinea, adonde es
mil maneras de lenguas que la una no entiende la otra (Coln 1982: 49 y 56).
elaborado en latn por Pedro Mrtir de Anglera para sus afamadas De Orbe Novo Decades,
dadas a la luz pblica en 1516. En 1608, Pedro Fernndez Castro de Andrade redactara,
ahora en espaol por vez primera, un pequeo glosario contentivo de dieciocho voces
americanas al que se le atribuye la autora del primer registro lexicogrfico americano
escrito en castellano.
1539-1553: Galeotto Cey (1513-1579): "De las semillas, races y hierbas que tenan los
indios en dicha isla y las hay en todas las Indias, con mencin de los ganados y otras
cosas"; "De las maneras de vivir, vestir, costumbres, religin y otras particularidades de los
indios"; "De los rboles, arbustos, hierbas, semillas y races de Tierra Firme"; "De los
animales"; en Viaje y descripcin de las Indias, 1539-15532. Se trata de los captulos III,
IX, X y XI de esta relacin de viaje a Venezuela. Si bien no constituyen repertorios
expresamente lexicogrficos, estos captulos del libro de Cey revelan una clara intencin
descriptiva de naturaleza lexicogrfica. Exhibe, adems, una enorme importancia el hecho
de que la recoleccin lxica y la descripcin lexicogrfica en esta obra permitan algunas de
las documentaciones ms antiguas que conozcamos para voces venezolanas. As, los
acpites de cada uno de estos captulos y algunos prrafos del texto parecen funcionar como
autnticos artculos diccionariolgicos3.
1627: Pedro Simn (1574 1581-1623 1630): Tabla para la inteligencia de algunos
vocablos desta historia, en las Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme en
las Indias Occidentales. Vocabulario que recoge un total de 156 voces americanas, en su
mayora usuales, casi hasta el presente, en el habla de Venezuela y Colombia y que sirve de
compendio mnimo del lxico americano de origen. Revela muy pronto una tcnica de
redaccin lexicogrfica sistemtica, para los estndares de su tiempo. Ensaya nueve
procedimientos de definicin (descripcin semntica, sinonimia peninsular, definicin
mixta, uso pragmtico, metalengua de signo, sinonimia americana, explicacin
enciclopdica, remisin simple y remisin por lema registro). Sobre la base de una
microestructura esencial, que se compone siempre de un lema y de una definicin, se
consignan especificaciones sobre la extensin de uso americano de las unidades, la
sinonimia americana para los casos en que pueda establecerse, las reflexiones etimolgicas
(en su mayora de carcter popular), los usos figurados y las corrupciones fonticas.
La obra se conserv manuscrita hasta 1992, cuando se publica la edicin italiana a cargo del Consiglio
Nacionale delle Ricerche (Roma: Bulzoni Editore). En 1995, formando parte de la Coleccin V Centenario
del Encuentro entre Dos Mundos (1492-1992; 1498-1998), se publica la edicin espaola, en Caracas, bajo el
auspicio de la Fundacin Banco Venezolano de Crdito.
3
Bibliografa lingstica: Jos Rafael Lovera: "Estudio Preliminar", en Galeotto Cey: Viaje y descripcin de
las Indias, 1539-1553. Caracas: Fundacin Banco Venezolano de Crdito/ Coleccin V Centenario del
Encuentro entre Dos Mundos (1492-1992; 1498-1998), 1995, pp. XV-LVIII. Luciana De Stefano: "El viaje de
Galeotto Cei. La relacin de un viajero italiano en la Venezuela del siglo XVI", en Montalbn, Caracas, N
30 (1997), pp. 131-156.
1648: Jacinto de Carvajal (n. ca. 1567): Relacin del Descubrimiento del ro Apure
hasta su ingreso en el Orinoco. Incorporadas al texto histrico se ofrecen dos muestras de
clara raz lexicogrfica, en una obra cuyo inters central no es la descripcin lxica. Se trata
de una lista explicada de aves que se consigna en la Jornada quinta decima y de otra
lista explicada de frutos en la Jornada veinte y dos y nutica, y que se mezclan en el
texto sin ningn rtulo que las separe de la propia narracin en donde estn insertas. La
sencillez cientfica de las muestras no hace imposible que se destaquen algunos logros ms
all del mrito que la propia recoleccin tiene en s misma. Seran, la organizacin regular
de los elementos de descripcin en los artculos: lema, en maysculas y separado por una
coma, ms la definicin, que procede siempre por descripcin semntica y enumeracin de
rasgos distintivos y, en algunos casos, la consignacin de sinnimos5.
1655: Pierre Pelleprat (1606-1667): Trminos ms necesarios en la conversacin de los
Galibis, en Introduccin a la lengua de los Galibis, salvajes de Tierra Firme de Amrica
Meridional. Vocabulario bilinge espaol-galibi compuesto por 292 unidades lxicas,
discriminadas en acpites titulados. En este caso, su sentido est en la ordenacin temtica
del material lxico y su capacidad para entenderse como representativo de los intereses
culturales ms determinantes de los hablantes de esta lengua de parentela caribe. As, nos
ilustra sobre: Los elementos; Los metales; Los miembros de una familia; Los miembros o
4
partes del cuerpo humano; Pjaros, peces, animales; Los insectos y las serpientes; Los
muebles de una choza; Los artculos necesarios a los salvajes; Embarcaciones para navegar;
Las armas; Frutos; Dolor, enfermedad; Colores; Trajes; Sus cumplimientos; Vveres;
Palabras que significan alguna cualidad; Los espritus; Algunas palabras que no han podido
ser catalogadas bajo ningn ttulo; Algunos verbos y maneras de hablar bastante comunes6.
vocabulario
bilinge espaol-cumanagoto
organizado
Extenso
vocabulario
bilinge
espaol-cumanagoto
organizado
Bibliografa lingstica: Jos del Rey Fajardo: Estudio Preliminar, en Pierre Pelleprat: Relato de las
misiones de los Padres de la Compaa de Jess en las islas y en Tierra Firme de Amrica Meridional.
Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1965, pp. IX-LXI. Jos del Rey Fajardo: Aportes jesuticos a la
filologa colonial venezolana. Caracas: Universidad Catlica Andrs Bello/ Ministerio de Educacin, 1971,
t.II, pp. 14-22. Jos del Rey Fajardo: Bio-bibliografa de los Jesuitas en la Venezuela Colonial. Caracas:
Universidad Catlica Andrs Bello, 1974, pp. 436-438. Jos del Rey Fajardo: Los Jesuitas y las lenguas
indgenas venezolanas, en Montalbn, Caracas, N 9 (1979), pp. 357-478. Jos del Ray Fajardo: Fuentes
para el estudio de las misiones jesuticas en la Orinoquia, en Misiones jesuticas en la Orinoquia (16251767). San Cristbal: Universidad Catlica del Tchira, 1992, t.I, pp. 267-281. Francisco Javier Prez:
Estudios de lexicografa venezolana. Caracas: Ediciones La Casa de Bello, 1997, pp. 18 y 42.
7
Bibliografa lingstica: Julio Platzmann: Algunas obras raras sobre la lengua cumanagota. Leipzig: B.G.
Teubner, 1888, vol. I, pp. 5-43. Arstides Rojas: Literatura de las lenguas indgenas de Venezuela, en
Estudios indgenas. Contribucin a la historia antigua de Venezuela. Caracas: Imprenta Nacional, 1878, pp.
155-188. J.A. Ramos Martnez y Cayetano de Carrocera: Memorias para la historia de Cuman y Nueva
Andaluca (1927). Cuman: Universidad de Oriente, 1980, t. II, pp. 367-390. Buenaventura de Carrocera:
Lingstica indgena venezolana y los Misioneros Capuchinos. Caracas: Universidad Catlica Andrs Bello.
Francisco Javier Prez: Estudios de lexicografa venezolana. Caracas: Ediciones La Casa de Bello, 1997, pp.
18 y 43. Blas Bruni Celli: Esfuerzo lingstico: Las misiones franciscanas de la Nueva Andaluca y la
plenitud del encuentro. Caracas: Academia Venezolana de la Lengua, 1998, pp. 16-19 (Discurso de
incorporacin como Individuo de Nmero). Blas Bruni Celli: Venezuela en cinco siglos de imprenta. Caracas:
Academia Nacional de la Historia, 1998, pp. 1.378-1.380.
Extenso
vocabulario
bilinge
cumanagoto-espaol
organizado
Bibliografa lingstica: Julio Platzmann: Algunas obras raras sobre la lengua cumanagota. Leipzig: B.G.
Teubner, 1888, vol. II, pp. 73-220. Arstides Rojas: Literatura de las lenguas indgenas de Venezuela, en
Estudios indgenas. Contribucin a la historia antigua de Venezuela. Caracas: Imprenta Nacional, 1878, pp.
155-188. J.A. Ramos Martnez y Cayetano de Carrocera: Memorias para la historia de Cuman y Nueva
Andaluca (1927). Cuman: Universidad de Oriente, 1980, t. II, pp. 367-390. Odilo Gmez Parente: Labor
Franciscana en Venezuela: I. Promocin indgena. Caracas: Universidad Catlica Andrs Bello, 1979, pp.
429-440. Francisco Javier Prez: Estudios de lexicografa venezolana. Caracas: Ediciones La Casa de Bello,
1997, pp. 18 y 43. Blas Bruni Celli: Esfuerzo lingstico: Las misiones franciscanas de la Nueva Andaluca y
la plenitud del encuentro. Caracas: Academia Venezolana de la Lengua, 1998, pp. 23-28. Blas Bruni Celli:
Venezuela en cinco siglos de imprenta. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1998, pp. 1.263-1.267.
9
Bibliografa lingstica: Julio Platzmann: Algunas obras raras sobre la lengua cumanagota. Leipzig: B.G.
Teubner, 1888, vol. III, pp. 47-250. Arstides Rojas: Literatura de las lenguas indgenas de Venezuela, en
Estudios indgenas. Contribucin a la historia antigua de Venezuela. Caracas: Imprenta Nacional, 1878, pp.
155-188. J.A. Ramos Martnez y Cayetano de Carrocera: Memorias para la historia de Cuman y Nueva
Andaluca (1927). Cuman: Universidad de Oriente, 1980, t. II, pp. 367-390. Odilo Gmez Parente: Labor
Franciscana en Venezuela: I. Promocin indgena. Caracas: Universidad Catlica Andrs Bello, 1979, pp.
441-443. Francisco Javier Prez: Estudios de lexicografa venezolana. Caracas: Ediciones La Casa de Bello,
1997, pp. 18 y 43. Blas Bruni Celli: Esfuerzo lingstico: Las misiones franciscanas de la Nueva Andaluca y
la plenitud del encuentro. Caracas: Academia Venezolana de la Lengua, 1998, pp. 23-28. Blas Bruni Celli:
Venezuela en cinco siglos de imprenta. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1998, pp. 1.263-1.267.
algunas voces de la lengua de los Indios motilones que habitaron los montes de las
Provincias de Santa Marta y Maracaibo, con su explicacin en nuestro idioma castellano,
1738.- Un cuaderno, 15 pginas. El Padre Cartarroya fu uno de los misioneros de Navarra
que se establecieron en las costas de Maracaibo en el siglo pasado (Rojas 1944: 191)10.
10
Bibliografa lingstica: Arstides Rojas: Literatura de las lenguas indgenas de Venezuela, en Estudios
indgenas. Contribucin a la historia antigua de Venezuela. Caracas: Imprenta Nacional, 1878, pp. 155-188.
Adolfo de Villaman: Vocabulario bar comparado. Comparacin de los vocabularios de Fr. Francisco de
Catarroja (1730) y Fr. Francisco Javier Alfaro (1788) con el bar actual. Caracas: Universidad Catlica
Andrs Bello, 1978. Buenaventura de Carrocera: Lingstica indgena venezolana y los misioneros
Capuchinos. Caracas: Universidad Catlica Andrs Bello, 1981, pp. 326-328. Francisco Javier Prez:
Estudios de lexicografa venezolana. Caracas: Ediciones La Casa de Bello, 1997, pp. 18-19 y 43-44.
11
Bibliografa lingstica: Jos Alemany y Bolufer: Gramtica de la lengua achagua por el P. Alonso de
Neira, comentada y expuesta con plan metdico por..., en Boletn de la Universidad de Madrid, Madrid, t. I
(1929), pp. 389-426. Jos del Rey Fajardo: Aportes jesuticos a la filologa colonial venezolana. Caracas:
Universidad Catlica Andrs Bello/ Ministerio de Educacin, 1971, t. I, pp. 303 y ss.; t. II, pp. 25-182. Jos
del Rey Fajardo: Bio-bibliografa de los Jesuitas en la Venezuela Colonial. Caracas: Universidad Catlica
Andrs Bello, 1974, pp. 397-401; 462-465. Jos del Rey Fajardo: Los Jesuitas y las lenguas indgenas
venezolanas, en Montalbn, Caracas, N 9 (1979). Jos del Rey Fajardo: Fuentes para el estudio de las
misiones jesuticas en Venezuela (1625-1767), en Paramillo, San Cristbal, N 7 (1988), pp. 280-289. Jos
del Rey Fajardo: Introduccin al estudio de la historia de las misiones jesuticas en la Orinoquia, en
Misiones jesuticas en la Orinoquia (1625-1767). San Cristbal: Universidad Catlica del Tchira, 1992, t. I,
pp. 315-324. Francisco Javier Prez: Elementos de paleolexicografa en el Vocabulario Achagua de Neira y
Ribero, en Misiones jesuticas en la Orinoquia (1625-1767). San Cristbal: Universidad Catlica del
Tchira, 1992, t. II, pp. 615-629. Francisco Javier Prez: Tcnica lexicogrfica antigua en el Vocabulario
Achagua de Neira y Rivero, en Paramillo, San Cristbal, N 15 (1996), pp. 617-647. Francisco Javier Prez:
Estudios de lexicografa venezolana. Caracas: Ediciones La Casa de Bello, 1997, pp. 19 y 39-68.
Carora, Coro, Trujillo, Guanare, San Fernando y Nuestra Seora del Pilar de Zaragoza y
Araure), se ofrecen numerosos registros lxicos de fauna y flora venezolanas (por ejemplo,
leemos este fragmento en las pginas 15 y 16 de la edicin de 1950: "Las infinitas Races
que en todo el ao produce este Terreno de amez, Mapueyes, Ocumos, Layrenes, Batatas,
Patatas, Apios, Papas; y frutas, como son Plntano, Dominicos, Cambures, Aguacates,
Pias, Chirimoyas, Guayabas, Papayas, Mameyes, Nsperos, Membrillos, Manzanas,
Higos, Cocos, Hicacos, Sapotes, Anones y otras muchas, aunque agrestes, son de grande
utilidad para las familias que lo cultiban [...]"). En este sentido, una seccin del libro se
organiza, a este respecto, en forma enumerativa, produciendo una lista horizontal de voces.
Lleva por ttulo: "Frutos que produce la Provincia de Venezuela"12.
claramente lexicogrficos.
Evidencias de esto pueden rastrearse en los captulos III (rboles silvestres, frutales,
raices comestibles, y otras cosas singulares, que producen estos Montes), IV (rboles, y
Plantas, que se cultivan; sus frutos, y raices comestibles, que con el beneficio de la labor,
producen estos Montes), V (rboles, y Plantas menores medicinales, que la Divina
Providencia cria en estos montes para beneficio de los hombres), VI (De las Raices,
Gomas, y Balsamos medicinales, que se crian en estos montes), VII (De los Animales, y
Fieras silvestres gresibles, que se crian en estos Pases, y sus propiedades) y VIII
12
Bibliografa lingstica: Enrique Bernardo Nez: "La Descripcin de Venezuela por Cisneros", en Jos
Luis de Cisneros: Descripcin de la Provincia de Benezuela. Caracas: Editorial vila Grfica, 1950, pp. VIIXV. Pedro Grases: "Estudio preliminar", en Jos Luis de Cisneros: Descripcin exacta de la Provincia de
Venezuela. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1981, pp. 11-56. Edgar Colmenares del Valle:
Lexicologa y lexicografa en Venezuela (Fuentes para su estudio). Caracas: Ediciones La Casa de Bello,
1995, p. 99. Ildefonso Leal: "Prlogo", en Jos Luis de Cisneros: Descripcin exacta de la Provincia de
Venezuela. Caracas: Italgrfica, 1996, pp. XIII-XXIV. Valentn Moreno: "Introduccin", en Jos Luis de
Cisneros: Descripcin exacta de la Provincia de Venezuela. Madrid-Caracas: BBVA/ Fundacin Provincial,
pp. XI-XXIV.
(Prosigue la Materia del antecedente sobre reptiles, anfibios, y en general de las Aves).
Adolfo Ernst, presumiblemente obra de Cauln, ha consignado un Glosario latinocumanagoto: Cauln, Fray Antonio, Historia corogrfica natural y evanglica de la
Nueva Andaluca, Provincias de Cuman, Nueva Barcelona, Guayana y vertientes del ro
Orinoco. Edicin original, Madrid 1779. Nueva impresin (sin la Carta) Caracas 1841. 8.
448 pginas. Contiene muchas palabras cumanagotas (Ernst 1987: VI, 529)13.
1782: Felipe Salvador Gilij (1721-1789): Vocabulario tano, en Ensayo de Historia
Americana, t. III, apndice II, parte I, Cap. I: De la lengua haitiana. Lista alfabtica con 122
unidades en el corpus inicial, seguido de nueve nombres propios y cuatro nombres de
deidades. Una breve introduccin lo antecede para referir algunas peculiaridades de
ndole histrica sobre la lengua originaria de Hait y sobre la importancia de su estudio y
conservacin. Culmina con una conclusin en la que se anotan nueve voces ms y se
consignan observaciones mnimas de sintaxis. El texto lexicogrfico queda coronado por
tres notas: una histrica, otra bibliogrfica y, la ltima, etimolgica, con reflexiones sobre
el origen de la voz manat.
1782: Felipe Salvador Gilij (1721-1789): Catlogo de algunas lenguas americanas para
hacer la comparacin de ellas entre s y con las de nuestro hemisferio, en Ensayo de
Historia Americana, t. III, apndice II, parte II, Cap. XVI. Est compuesto por nueve
catlogos comparados, de relativa extensin, dedicados a contrastar distintas lenguas
indgenas venezolanas y continentales, ordenados a partir del italiano como lengua de
partida, sin definiciones, y consignndose las equivalencias en dos lenguas indgenas, en
13
Bibliografa lingstica: Adolfo Ernst: Acerca de la lengua de los cumanagotos (1872), en Obras
completas. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la Repblica, 1987, t. VI, pp. 527-543. Arstides Rojas:
Literatura de las lenguas indgenas de Venezuela, en Estudios indgenas. Contribucin a la historia antigua
de Venezuela. Caracas: Imprenta Nacional, 1878, pp. 155-188. Odilo Gmez Parente: Labor Franciscana en
Venezuela: I. Promocin indgena. Caracas: Universidad Catlica Andrs Bello, 1979, pp. 470-483. J.A.
Ramos Martnez y Cayetano de Carrocera: Memorias para la historia de Cuman y Nueva Andaluca.
Cuman: Universidad de Oriente, 1980, t. II, pp. 367-390. Pablo Ojer: Estudio Preliminar, en Fray Antonio
Cauln: Historia de la Nueva Andaluca. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1966, t. I. Buenaventura
de Carrocera: Lingstica indgena venezolana y los Misioneros Capuchinos. Caracas: Universidad Catlica
Andrs Bello, 1981. Jos Mara Navarro: Lxico venezolano en la Historia de la Nueva Andaluca de Fray
Antonio Cauln (1779), en Memoria del Encuentro de Academias de la Lengua, realizado en Caracas, con
motivo del Centenario de la Academia Venezolana , correspondiente de la Espaola, entre el 26 y el 28 de
julio de 1983, Ao Bicentenario del Nacimiento de Simn Bolvar, El Libertador. Caracas: Academia
Venezolana de la Lengua, correspondiente de la Real Espaola, 1985, pp. 261-263.
todos los casos, exceptuando el catlogo nueve que a partir del espaol aporta equivalencias
en tamanaco. Culmina con un conjunto de notas con observaciones diversas sobre los
catlogos y sus materiales. La lista de los nueve catlogos y de las lenguas que pone a
dialogar, sera sta: I. Lenguas regias americanas (lengua de los incas y lengua mejicana);
II. Lenguas salvajes americanas no inferiores a las regias (lengua chiquita y lengua
guaran); III. Sin ttulo (lengua lule y lengua vilela, de la regin del Chaco); IV. Sin ttulo
(lengua mbay y lengua moja, respectivamente del Paraguay y de Bolivia); V. Sin ttulo
(lengua guaran y lengua omagua, dialecto guaran hablado en la parte septentrional del ro
Maran); VI. Sin ttulo (lengua tamanaca y lengua maipure, habladas en el ro Orinoco);
VII. Sin ttulo (lengua sliva y lengua araucana, respectivamente del Orinoco y de Chile);
VIII. Sacado del tomo III de las Memorias del Barn La Hontn (lengua hurona y lengua
algonquina, habladas en Amrica del Norte); y IX. Hombre y sus partes (slo en lengua
tamanaca). Estos catlogos funcionan como refuerzos lxicos a los tratamientos
gramaticales alcanzados en la Parte I del Apndice II, dedicado al anlisis de las ms
famosas lenguas americanas14.
1783: Juan Antonio Navarrete (1749-1814): Diccionario de algunos trminos y frases
usados de Filsofos, Astrlogos, Polticos, Mdicos, Cirujanos, Gegrafos, Histricos,
Telogos, Juristas, Artistas, Cortesanos y Cristianos Modernos, de nuestro tiempo y
algunos Regulares y Ceremoniales, en Arca de Letras y Teatro Universal, t. II. Consiste
en un singular trabajo de terminologas muy heterogneas, estructurado alfabticamente y
14
Bibliografa lingstica: Jos del Rey Fajardo: Aportes jesuticos a la filologa colonial venezolana.
Caracas: Universidad Catlica Andrs Bello/ Ministerio de Educacin, 1971, t. I, pp. 178-182. Jos del Rey
Fajardo: Bio-bibliografa de los Jesuitas en la Venezuela Colonial. Caracas: Universidad Catlica Andrs
Bello, 1974, pp. 228-234. Jos del Rey Fajardo: Los Jesuitas y las lenguas indgenas venezolanas, en
Montalbn, Caracas, N 9 (1979), pp. 357-478. Antonio Tovar: Estudio Preliminar, en F.S. Gilij: Ensayo de
Historia Americana. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1965. Fernando Arellano: Historia de la
lingstica. Caracas: Universidad Catlica Andrs Bello, 1979, t. I. Carmen Ortega Ricaurte: Los estudios
sobre lenguas indgenas de Colombia. Bogot: Instituto Caro y Cuervo, 1978. Francisco Javier Prez:
Historia de la lingstica en Venezuela (Desde 1782 hasta 1929). San Cristbal: Universidad Catlica del
Tchira, 1988, pp. 127-137. Jess Olza: El Padre Felipe Salvador Gilij en la historia de la lingstica
venezolana. San Cristbal: Universidad Catlica del Tchira, 1989. Marie-Claude Matti Muller: Gilij,
pionero de la etnolingstica venezolana: sus mtodos y logros, en Montalbn, Caracas, N 21 (1989), pp.
91-101. Francisco Javier Prez: Testimonios venezolanos sobre la obra lingstica de Felipe Salvador Gilij,
en Montalbn, Caracas, N 21 (1989), pp. 179-201. Marie-Claude Matti Muller: Los Tamanaku en la
lingstica caribe. Algunas propuestas para la clasificacin de las lenguas caribes en Venezuela, en
Paramillo, San Cristbal, N 8 (1989), pp. 451-603. Francisco Javier Prez: Cinco siglos de lexicografa del
espaol en Venezuela, en Montalbn, Caracas, N 24 (1992), pp. 132-135. Francisco Javier Prez: Estudios
de lexicografa venezolana. Caracas: Ediciones La Casa de Bello, 1997, pp. 19, 44-45 y 85-88.
que rene el saber enciclopdico de su tiempo. Resulta una pieza rara en la lexicografa
tcnica venezolana, cuyos intentos sern ms bien programados para el siglo XX15.
15
Bibliografa lingstica: Jos Antonio Calcao: Estudio Preliminar, en Juan Antonio Navarrete: Arca de
Letras y Teatro Universal. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1962, pp. IX-XXIV. Jos Antonio
Calcao: Sobre el Padre Navarrete, en El atalaya. Nuevos estudios antiguos. Caracas: Monte vila
Editores, 1977, pp. 121-132. Francisco Javier Prez: Estudios de lexicografa venezolana. Caracas: Ediciones
La Casa de Bello, 1997, pp. 19 y 45. Blas Bruni Celli: Estudio Preliminar, en Juan Antonio Navarrete:
Arca de Letras y Teatro Universal. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1993, t. I, pp. 13-75.
16
Bibliografa lingstica: Adolfo de Villaman: Vocabulario bar comparado. Comparacin de los
vocabularios de Fr. Francisco de Catarroja (1730) y Fr. Francisco Javier Alfaro (1788) con el bar actual.
Caracas: Universidad Catlica Andrs Bello, 1978. Buenaventura de Carrocera: Lingstica indgena
venezolana y los misioneros Capuchinos. Caracas: Universidad Catlica Andrs Bello, 1981, pp. 328-330.
Francisco Javier Prez: Estudios de lexicografa venezolana. Caracas: Ediciones La Casa de Bello, 1997, pp.
19 y 45.
17
Bibliografa lingstica: Manuel Alvar Ezquerra: Los regionalismos en los diccionarios y vocabularios
regionales, en Lenguas peninsulares y proyeccin hispnica. Madrid: Fundacin Friedrich Ebert/ Instituto de
Cooperacin Iberoamericana, 1986, p. 183. Gnther Haensch: Dos siglos de lexicografa del espaol de
Amrica: Lo que se ha hecho y lo que queda por hacer, en Gerd Wotjak y Klaus Zimmermann (eds.): Unidad
y variacin lxicas del espaol de Amrica. Frankfurt am Main: Vervuert Verlag, 1994, pp. 39 y 43.
Francisco Javier Prez: Cinco siglos de lexicografa del espaol en Venezuela, en Montalbn, Caracas, N
24 (1992), pp. 135-137. Francisco Javier Prez: Estudios de lexicografa venezolana. Caracas: Ediciones La
Casa de Bello, 1997, pp. 89-90.
Se desconoce para estos tiempos remotos la existencia de algn texto elaborado sobre
gramtica del espaol. No es difcil suponer que, en cuenta de la existencia de notables
obras elaboradas en Espaa, se utilizaran para la enseanza las gramticas ms difundidas
en todo el mundo hispnico. Adems del citado texto de Nebrija, la primera gramtica de la
Esta tradicin de estudios, sin embargo, tendra que esperar, justamente, hasta el siglo
XIX cuando la lingstica venezolana irrumpe en el firmamento de la gramtica castellana
con un slido grupo de obras que transformaron la visin de la descripcin gramatical y la
hicieron prodigiosamente actual en la figura inalcanzable de Andrs Bello, entre otros.
El conjunto de referencias es tan inmenso que no podemos sino remitir a los estudiosos
a las obras de los que en detalle han profundizado en los aportes de las distintas filologas
misioneras y que nos han provisto de ingentes materiales para comprender el denso
entramado de los estudios coloniales en materia de lenguaje. Reconstruyen el desarrollo
protagonizado por cada una de las rdenes filolgicas misioneras, establecen la erudicin
bio-bibliogrfica de sus actores y trazan el mapa filolgico por el que estos actores
transitaron el territorio fsico o poltico de Venezuela para comprenderla a travs de sus
Cubiertas todas estas precisiones y hechas estas salvedades que deberan justificar el
eximio repertorio sobre el que pasaremos a ocuparnos, se impone, por ltimo, sealar que
debe tomarse como una seleccin significativa y que puede dar cuenta de lo alcanzado por
estos primeros estudios gramaticales.
parece remitirnos a las inmensas dificultades que conllevaba la primera descripcin de una
lengua grafa como el cumanagoto, ya en los tiempos iniciales de nuestra historia
lingstica (Biord 1992: 6).
1690: Matas Ruiz Blanco (1643-1705): Reglas para la inteligencia de la lengua de
los Indios de Pritu, en Arte y tesoro de la Lengua Cumanagota. Acompaando al extenso
Tesoro cumanagoto-espaol, el autor compuso esta gramtica cumanagota. Claramente
deudora de la gramtica del padre Yanges, mantiene su esquema analtico y estructural,
aunque con una presentacin ms limpia y ordenada: Prlogo. Tratado Primero Del
Nombre, primera parte de la oracion. Tratado Segvndo Del Pronombre, segunda parte de la
oracion. Tratado Tercero Del Verbo, tercera parte de la oracion. Tratado Qvarto Del
Participio, qvarta parte de la oracion. Tratado Qvinto De las Preposiciones, quinta parte de
la oracion. Tratado Sexto Del Adverbio, sexta parte de la oracion. Tratado Sptimo, Vltimo
de la Intergecion y conjuncin, vltimas partes de la oracin21.
ordenado a partir de unos materiales escritos por el padre Jos Padilla, quien haba residido
en las misiones jesuticas del Casanare, sucediendo en funciones al padre Jos Gumilla,
conocedor, tambin de esta lengua matriz. El texto se ocupa de los siguientes temas,
dispuestos sin divisin por captulos: Falta de consonantes. Nombres, adjetivos y
pronombres.
Verbo.
Conjugacin
verbal.
Partculas:
preposiciones.
Numerales.
Conjugaciones. Interjecciones.
La fbrica de la tradicin
24
Bibliografa lingstica: : Jos del Rey Fajardo: Aportes jesuticos a la filologa colonial venezolana.
Caracas: Universidad Catlica Andrs Bello/ Ministerio de Educacin, 1971, t. I, pp. 190-193; t. II, pp. 239316. Jos del Rey Fajardo: Bio-bibliografa de los Jesuitas en la Venezuela Colonial. Caracas: Universidad
Catlica Andrs Bello, 1974, pp. 273-276. Jos del Rey Fajardo: Los Jesuitas y las lenguas indgenas
venezolanas, en Montalbn, Caracas, N 9 (1979), pp. 357-478. Fernando Arellano: Historia de la
lingstica. Caracas: Universidad Catlica Andrs Bello, 1979, t. I. Francisco Javier Prez: Historia de la
lingstica en Venezuela (Desde 1782 hasta 1929). San Cristbal: Universidad Catlica del Tchira, 1988, pp.
89, 133, 134, 140, 143, 154, 155, 158 y 159. Jess Olza: El Padre Felipe Salvador Gilij en la historia de la
lingstica venezolana. San Cristbal: Universidad Catlica del Tchira, 1989.
Los recorridos por los estudios lexicogrficos y gramaticales durante los siglos XVI,
XVII y XVIII nos permiten, adems de sensibilizarnos por los intereses de estudio y de
fraternizar con un modo peculiar de hacer lingstica, comprender cmo las fuerzas de la
disciplina lingstica estaban activndose y avanzando en direcciones cuyo sentido
histrico se solventara en coherencia con el devenir de la propia ciencia lingstica. Habra
que esperar al siglo XIX y, en muchos casos, hasta el siglo XX para comprender cmo la
gnesis de muchos fenmenos y la puesta en prctica de mtodos de trabajo deban
buscarse en estos tiempos indiscutiblemente inaugurales.
Ms all de los rigores en los que las modernas investigaciones centran los cometidos de
las ciencias del lenguaje, debe afirmarse que el mrito histrico de estos primeros sustentos
de la historia de la lingstica venezolana es la fundacin de la tradicin cientfica, es decir,
la consolidacin de las rutas que se transitaran y, en ms de una ocasin, de los
procedimientos que tendran que ensayarse para obtener los resultados deseados. Naca la
fbrica de la tradicin en los estudios lingsticos coloniales. sta no era otra cosa que la
idea motriz que animara y dara firmeza al principio rector de toda la historia de la
lingstica: el origen mismo de los fenmenos a estudiarse y la construccin de los edificios
metodolgicos y estructurales para hacer posible comprender el sentido de lo edificado y de
las necesidades que se tenan para armar esos andamiajes de estructuras de lenguaje. Por
encima de filosofas que expliquen la evolucin y progreso de la propia historia lingstica,
a la par con el progreso y evolucin de la historia de la lengua, el concepto de fbrica de la
tradicin sobre el que queremos dar asiento a la lingstica de los siglos posteriores a la
Colonia y, tambin, entender el sentido de las primeras voluntades lingsticas, nos est
reafirmando en la idea de que nuestra historia de la lingstica ha significado un partir de
las tradiciones y un volver permanente hacia ellas.
Sin embargo, es posible, como reflexin de conjunto, insistir en que el universo colonial
de nuestra lingstica abre slidamente alguno de los enclaves sobre los que se iluminarn
las reflexiones y descripciones por venir. Si alguna claridad es posible aportar, sera la que
nos ofrecen como saldo, obligadamente provisional, de este determinante momento
histrico, los seis puntos siguientes: 1) la necesidad de conocer la lengua por medio de su
comprensin gramatical y de su comprensin lxica; 2) el estudio de la lingstica
venezolana como descripcin y reflexin, desde los tiempos ms antiguos, como dilogo
entre los estudios sobre la lengua espaola y sobre las lenguas indgenas; 3) la insistencia
en el modelo gramatical de la gramtica de Nebrija, en especial la de su texto latino, como
base estructural de las gramticas venezolanas; 4) el inters por los mtodos comparativos y
por el estudio clasificatorio de las lenguas indgenas; 5) la prctica de tcnicas descriptivas,
en especial, las lexicogrficas, que ya ofrecen algunos refinamientos asignados a la
modernidad de la disciplina; y 6) la siempre repetida dificultad de la investigacin histrica
sobre la lingstica venezolana, ante la desaparicin de muchas de las obras producidas.
II
Las rutas al Parnaso
El siglo XIX
mayores y no, como haba sido estudiado hasta el presente, por el Silabario de la lengua
castellana (1829), la ms editada y celebrada de sus obras durante el siglo XIX, que, an
privilegiando sus mritos estructurales, no pasa de ser una pieza instrumental sobre el
conocimiento de la lengua. Ramos, adems, debe ser visto como un autntico filsofo del
lenguaje y de la gramtica. Para confirmarlo, tenemos ah su notable Carta del 28 de
diciembre de 1838 al Seor J.A. Freire, que Juan Vicente Gonzlez publica pstuma en su
Revista Literaria, del ao 1865. Bellista antes que Bello, Ramos, an entendiendo el peso
de la gramtica general y sin arribar a una concepcin de la gramtica particular,
propugnar el estudio de una gramtica de la lengua espaola deslastrada de toda metafsica
y de toda abstraccin, conceptos supervivientes de la gramtica latina ajenos a la
modernidad gramatical (particular o comparativa) por la que se pugnaba durante el siglo
XIX. Inadvertida para el sabio, que morira apenas dos aos despus, se publica en
Santiago de Chile la obra capital de nuestra lingstica decimonnica y, se quiera reconocer
o no, de toda la lingstica hispnica de su tiempo: la insuperada Gramtica de la lengua
castellana, de Andrs Bello (1781-1865).
Con esta obra se abre uno de los captulos ms luminosos en la lingstica venezolana
del siglo XIX, se que, historiogrficamente, podra vincularse, nmeros ms o nmeros
menos, alrededor de una marca cronolgica pautada por el ao 1850. Los aos que se
desgastan entre esta fecha y 1860 son de una trascendencia muy grande. Durante este
perodo se publicarn algunos de los trabajos ms representativos de los estudios
lingsticos nacionales y se dar difusin a modernas ideas en materia de teora gramatical
y de reflexin metagramatical.
El influjo bellista se har sentir muy pronto. Juan Vicente Gonzlez (1810-1866) ser,
entre todos, el ms entusiasta y apasionado seguidor de las ideas del sabio gramtico. A
pesar de los logros indiscutibles que la primera edicin de su Compendio de gramtica
castellana, que circul en Caracas a partir de 1841, en la ruta de la gramtica sincrnica, de
la que Bello ser abanderado hispanoamericano, Gonzlez incorpora los tpicos
fundamentales del pensamiento de Bello a dos aos de la edicin chilena de la
paradigmtica obra. En efecto, en 1849, la cuarta edicin del Compendio, publicada en
Bogot, se impondr la revisin de su doctrina y, enfticamente, la divulgacin continental
de la del maestro, de la que l mismo es adelantado y continuador, bellista antes de Bello
(como Ramos) y bellista despus de l (como tantos otros hasta el ms inmediato presente).
Gonzlez, adems, editar para su clebre colegio El Salvador del Mundo, acompaada
de un valioso cuerpo de notas, la primera de las obras maestras del Bello gramtico:
Anlisis ideolgica de los tiempos de la conjugacin castellana (1841), en 1850. Esta
temprana realizacin de Bello, por otra parte, responda al rea de influencia del sensismo
filosfico (una suerte de empirismo a la francesa) que el abate de Condillac haba divulgado
durante el siglo anterior, y del que Bello estaba muy implicado en sus aos iniciales. Una
evidencia de estas vinculaciones podra descansar en la versin que Bello hiciera de su Arte
de escribir y que se divulgara en 1824, impresa por Toms Antero, para establecerse,
como ha demostrado el maestro Pedro Grases, como la primera obra de filologa publicada
en Caracas.
cuanto al Burnouf, que enseaba el latn sin el auxilio de prcticas y ejercicios, pero en
cambio, con un aparato metafsico e ideolgico muy complejo que no haca sino invocar los
principios de la gramtica general. Acosta se declarara partidario del Nebrija, mientras que
Larrazbal, Gonzlez y los traductores y latinistas Manuel Antonio Carreo y Manuel
Mara Urbaneja, lo seran del Burnouf. Tras agotadores y bizantinos debates, terminara la
discusin zanjndose a favor del manual francs, que se establecera como texto oficial en
la Universidad de Caracas y en los colegios ms prestigiosos de la repblica.
Bajo la mirada de los grandes maestros, florecieron las obras de otros autores de
inusuales talentos, ocupados en alcanzar mejores descripciones gramaticales del espaol,
as como de las lenguas clsicas y europeas. Tuvieron, adems, el acierto de ensayar nuevas
tipologas en la idea de hacer ms denso el panorama de inspeccin lingstica. En otras
palabras, gracias a ellos, la lingstica venezolana comenz a ser una disciplina de ms
amplio espectro (adems de gramticas y diccionarios generales, se elaboraron obras sobre
morfologa, mtrica, ortografa, ortologa e historia de la lengua). Son estos los nombres de
los privilegiados cultores y los ttulos de sus obras centrales: Demetrio E. Aguerrevere
(Breve explicacin de las oraciones latinas para empezar a traducir, 1835), Jos Mara
Rodrguez (Construccin de nombres y verbos latinos, 1835), Jos Ramn Villasmil
(Copia de nombres latinos, reformada y dedicada a la juventud venezolana, 1839;
Novsima explicacin del modo de hacer oraciones en latn, fundadas en las observaciones
selectas del maestro Toms Garca Olarte, 1846; Compendio de gramtica castellana,
s.f.), Jos Silverio Gonzlez (Lexigrafa, 1840; Mtrica castellana, 1849), Juan Vicente
Gonzlez (Elementos de ortologa castellana, 1843), Jos Ignacio Paz Castillo (Arte de
escribir, 1843; Mtodo sencillo para aprender a escribir y leer a tiempo, 1883), Pedro
Jos Hernndez (Tratado de ortologa, 1844), Manuel Antonio Carreo y Manuel
Mara Urbaneja (Introduccin al Mtodo para estudiar la lengua latina por J.L.
Bournouf, 1847), Jos Mara Nez de Cceres (Gramtica de Alemn, 1850; Sistema
para el estudio prctico del latn clsico, 1880), Gernimo Eusebio Blanco (Gramtica
castellana elemental para nios, 1852; Arte mtrica, 1853; Gramtica de la lengua
castellana, 1856; Resumen histrico de la lengua castellana, 1856; Acentuacin
ortogrfica segn las doctrinas de la Real Academia Espaola, 1884), Rafael Domnguez
(Mtodo simplificado para aprender a leer bien el francs, 1852), Felipe Larrazbal
(Filologa. Estudios sobre la lengua castellana. Diminutivos, 1854), Olegario Meneses
(Gramtica castellana, 1854), Jos Manuel Carrera (Breve tratado de ortologa, 1855),
Bartolom Mil de la Roca (Conocimiento de los tiempos de la conjugacin castellana,
1856), Benito Herrera (El primer libro para aprender a deletrear con propiedad y segn
los principios de la Ortografa castellana, 1857), Juan Bautista Calcao y Paniza
(Gramtica completa por el sistema de Ollendorff, para aprender en seis meses a leer,
escribir, hablar y traducir el alemn los espaoles, 1858; Tratado de pronunciacin
francesa, 1871; Los verbos castellanos que rigen preposicin, 1887), Adolfo Ernst (Nuevo
Mtodo prctico y fcil del idioma francs, escrito segn el sistema de Ahn, 1864; Primer
curso de alemn, segn el mtodo de Ahn, 1874; Libro primario de lengua inglesa, 1880),
Jorge Gonzlez Rodil (Gramtica para nios, 1865), Rafael Julin Castillo (Compendio
de gramtica castellana, 1866), Jos Toms Gonzlez (Gramtica elemental de la lengua
castellana, 1866), Juan Jos Mendoza (Lecciones elementales de la lengua inglesa segn
el mtodo de Ollendorff, 1866), Ricardo Ovidio Limardo (Cuestiones gramaticales, 1867;
Gramtica castellana segn la Real Academia Espaola, 1880; Compendio de gramtica
castellana de la Real Academia Espaola, 1884), Lucas del Ciervo (Compendio sinttico
de gramtica castellana, para nios de 7 a 8 aos, 1868), Mariano Cosme Izaba y
Delfina Izaba (Muestras de escritura, 1869), Juan de Dios Bustamante (Compendio de
gramtica castellana, 1870), Juan Andrs Domnguez (Compendio de gramtica
castellana, 1870), Isidro Montes y Jos Ramn Camejo (Compendio de gramtica
castellana para escuelas primarias, segn D. Andrs Bello i otros autores, 1870; Arte de
hablar y escribir correctamente la lengua castellana, 1880), Amenodoro Urdaneta (Gua
gramatical, 1870; Principios de gramtica castellana, 1873; Silabario castellano, 1874;
Gua para el estudio de los elementos gramaticales y pruebas prcticas para conocer con
exactitud las partes de la oracin, 1875; Anlisis gramatical, 1876; Manual de ortografa
castellana, 1876; Catlogo de los verbos irregulares, 1877; Eptome de gramtica
castellana, segn las ltimas explicaciones de la Academia y las gramticas ms
autorizadas y simplificadas, 1883; Eureka! La verdadera acentuacin castellana segn el
uso, la razn gramatical y sancin de los maestros del idioma, 1894; Suplemento a la
ortografa, s.f.), Egidio Montesinos (Reglas de ortografa, 1872; Tratado sinttico de las
oraciones latinas, 1891), Baldomero Rivod (Prontuario de acentuacin castellana, 1872;
Nociones de ortologa castellana, 1874; Tratado de los compuestos castellanos, 1878;
Entretenimientos gramaticales, 1890), Pedro Castillo (Gramtica elemental de la lengua
castellana segn Bello i otros autores, 1875), Mariano Blanco y Julio Castro (Mtodos
de enseanza, 1877), Dolores Gonzlez de Ibarra (Silabario castellano, 1877), Pedro
Jos Montesinos (Nociones de pronunciacin y ortografa, 1878), Jess Muoz Tbar
(Lecciones de ortografa castellana, 1878), Pedro Jos Bestard (Breves nociones de
ortografa, 1880), Jess Mara Portillo (Nociones prcticas de gramtica castellana,
1880; Cuestiones gramaticales, s.f.; Estudios gramaticales, s.f.; Necesidad y plan para una
nueva gramtica, s.f.), Jos Miguel Torres y Antonio Briceo Briceo (Lecciones
simultneas de gramtica castellana y aritmtica, 1880), Rafael Mara Leal (Breve
tratado de ortografa castellana para el uso de las escuelas primarias, 1881), Ananas
Cote (Libro de lectura, 1882), Julio Calcao (Tratado de ortografa castellana, 1884),
Manuel Fombona Palacio (Tratado de sintaxis castellana, 1884), Jos Domingo
Medrano (Tratado de ortografa castellana, 1884), Guillermo Tell Villegas (Gramtica
castellana, 1884; Homfonos de la lengua castellana, 1887), Julio Castro (Mtodo
prctico para aprender la ortografa castellana, 1886), Jos Octaviano Gonzlez
(Nociones de retrica, 1886), Jos Antonio Infante (Tratado de oraciones castellanas,
1886), Julin Ramrez (Gramtica castellana para principiantes, 1886), Clodomiro F.
Hermoso (Nuevo libro primario, 1887), Antonio Mara Soteldo (Gramtica espaola
para los ingleses, 1889; Gramtica inglesa para los espaoles, 1889), Felipe Tejera
(Ortologa, 1889), Flix E. Bigotte (Gramtica latina comparada con diez idiomas,
indita), Antonio I. Picn (Apuntaciones gramaticales, 1899), Miguel Mara Candales
(Lecciones de gramtica latina, s.f.), Juan M. Escalona (Elementos de gramtica de la
lengua indostana, s.f.), Alejandro Ibarra (Mtodo prctico para aprender el ingles, s.f.),
Pedro Manrique (Gramtica italiana, s.f.), Juan Jos Mendoza (Nociones elementales de
la lengua francesa, s.f.), Toribio Urdaneta (Prosodia y ortografa castellanas, s.f.) y Jos
Ziri (Compendio de gramtica castellana, s.f.).
aportes. Valdra la pena, en esta idea, mencionar dos de los estudios perdidos o nunca
publicados en vida por sus autores. El primero de ellos, el Vocabulario caribe, de J.A.
Freyre Mayobre, recogido en 1847 y publicado un siglo despus por Julio Febres Cordero
en el nmero 57 de la Revista Nacional de Cultura; el otro, nada menos que el mtico
Vocabulario guajiro (conocido tambin con los ttulos: Vocabulario y materiales para una
gramtica guajira o Ensayo gramatical sobre el idioma goajiro, con el que lo bautizara
Arstides Rojas), obra del escritor Fermn Toro. Esta joya de nuestra lingstica indgena,
explotada por la inmensa mayora de los guajiristas, logr que sus materiales corrieran de
estudio en estudio, convirtindose en la obra de mayor influencia para el conocimiento de
esta lengua aruaca en el final del siglo XIX y hasta bien entrado el siguiente. Fuente
imprescindible e invalorable, as queda calibrada en el cuerpo referencial de los primeros
estudiosos venezolanos del guajiro: Arstides Rojas, Adolfo Ernst, Pedro Manuel Arcaya,
Alfredo Jahn y Luis Ramn Oramas. El texto manuscrito de Toro corri de autor en autor,
desde Ernst (que lo cuid por expreso mandato de Julio Toro, hijo del sabio) hasta Oramas
(que utiliz el manuscrito existente en el archivo de Ernst), el ltimo de sus curadores. Hoy
perdido, ha sido recientemente reconstruido a partir de los aportes referenciales de los
beneficiarios directos del trabajo del estudioso (Prez 2000b: 11-39). Toro, paralelamente a
la preparacin de este texto sobre el guajiro, haba recogido otros vocabularios de lenguas
indgenas habladas en la regin del Meta y del Alto Orinoco, tambin en posesin de Ernst,
quien los difunde y utiliza para sus propias investigaciones. Completan as, los materiales
lxicos sobre estas otras lenguas (achagua, amarizama, pamigua, churruye, guahiba, tama,
sebondoy y almaguera), el aporte del inadvertido lingista que fuera Fermn Toro y le
asignan un lugar en la historia de nuestra ciencia del lenguaje.
El panorama de la dcada central (y crucial) en la lingstica del siglo XIX, tan rico en
novedades y en produccin de obras sustantivas, culmina con la contribucin enorme del
Diccionario Indo-Hispano o venezolano espaol, de Miguel Carmona (1819-1874).
Publicado por entregas en el diario caraqueo El Monitor Industrial, del que Carmona era
redactor principal, entre el 19 de diciembre de 1858 y el 19 de noviembre de 1859, va a
constituirse en el primer diccionario de venezolanismos y, por su propuesta descriptiva, en
el primer repertorio purista del siglo. Contrastivo y normativo sern, entonces, los dos
sellos con los que esta obra nos exhibe sus mritos. Un acuerdo entre los lexicgrafos y
estudiosos del lenguaje criollo coloca a Carmona, hasta hoy, entre las fuentes bsicas para
el conocimiento del espaol venezolano. Ha fundado para Venezuela, quiz sin pretenderlo
o sin saberlo, el diccionario diferencial (siempre con el ingrediente prescriptivo) al
contrastar las que considera voces corrompidas, trajinadas en el habla venezolana, con las
voces castizas, aceptadas en el uso general del espaol. An discrepando de sus
interpretaciones y de la rigidez de sus concepcin descriptiva, Carmona ofrece a los
estudios venideros la posibilidad de entender los rasgos que particularizan el lxico del
espaol venezolano frente al de otras variedades dialectales hispanoamericanas.
Las rutas abiertas por Ramos, Bello, Baralt, Gonzlez y Acosta para el conocimiento de
la lengua espaola (fundamentalmente en cuanto a la gramtica y al diccionario); por Toro
para el de las lenguas indgenas; y, finalmente, por Carmona para el del espaol
venezolano, seran recorridas por los cultores de estas tres disciplinas generales durante las
dcadas siguientes con las que la lingstica venezolana del siglo XIX desgastar sus das.
Sin embargo, seran, de estas dedicaciones disciplinarias, las dos ltimas (los estudios sobre
lenguas indgenas y sobre el espaol criollo), las que despertarn mayores ecos entre los
autores en los aos finales del perodo. Tanto las lenguas indgenas y su dilogo con el
espaol, aferradas en el punto de encuentro que supona la presencia de voces indgenas en
la variedad venezolana del espaol, parecan crear una corriente nica de investigacin
ramificada en dos vertientes.
gigantescos repertorios polglotas, volveran a imponerse; por otra, los estudios parciales y
por pequeos dominios parecan, tambin, conquistar el nimo y la pasin de los
estudiosos. En este cuadro de ricas floraciones, los clasificadores lingsticos no perderan
el lugar que bien haban ganado por sus valiosas aportaciones para el conocimiento de lo
indgena lingstico. El pas quedara dividido, ya no geogrfica o polticamente, sino desde
la impronta de las lenguas indgenas, tanto del tiempo prehispnico como del tiempo
contemporneo. Como repartindose el territorio nacional, a efectos del estudio lingstico,
hara su aparicin la ms brillante generacin de cientficos de la lengua que podamos
recordar con este sello grupal, en la historia de nuestras pasiones por los lenguajes
aborgenes: Jos Ignacio Lares, Rafael Mara Urrecheaga, Tulio Febres Cordero, Pedro
Antonio Carrascosa, Bartolom Tavera-Acosta, Lisandro Alvarado, Rafael Fritez Pineda,
Abelardo Gorrochotegui, Pedro Manuel Arcaya, Julio Csar Salas, Amrico Briceo
Valero, Amlcar Fonseca, Elas Toro, Samuel Daro Maldonado, Mario Briceo-Iragorry,
Luis Ramn Oramas y Alfredo Jahn, entre otros, haran mayores o menores contribuciones
a la fascinante y loable labor de entendernos venezolanos en lenguas tan diversas y
distantes y en culturas tan cercanas y tan ajenas, al mismo tiempo. Algunas de las obras
culminadas siguen parecindonos y siendo hoy bastiones inalcanzables de la sabidura
venezolana y herramientas cannicas para la comprensin de lo que hemos sido y somos en
la lengua. Estn para confirmarlo, entonces, la impostergable bibliografa que compone el
catlogo de las obras de los maestros y de los discpulos de esta escuela de celebridades
lingsticas: Estudios indgenas (1878), de Rojas; La afinidad etnogrfica de los indios
guajiros, de Ernst; Etnografa precolombina de Venezuela (1889-1891), de Marcano; El
estudio del lenguaje y su importancia en las ciencias naturales y en las histricas (1899),
de Villavicencio; Etnografa del Estado Mrida (1883), de Lares; Procedencia y lengua de
los aborgenes de los Andes venezolanos (1921), de Febres Cordero; Orgenes americanos
(1909), de Carrascosa; Venezuela Precoloniana (1930), de Tavera-Acosta; Datos
etnogrficos de Venezuela (1945), de Alvarado; Vocabulario ayamn (1906), de Fritez
Pineda; Aramare (1895) y Viaje al Amacuro (1897), de Gorrochotegui; Lenguas
indgenas que se hablaron en Venezuela (1918), de Arcaya; Orgenes americanos. Gran
diccionario comparado (1924), de Salas; Factores tnicos de la raza Hispano-americana
(1905); Orgenes trujillanos (1955), de Fonseca; Antropologa general y de Venezuela
No sera justo dejar de mencionar en este momento, los numerosos y sustantivos aportes de americanistas
europeos y norteamericanos. Al contrario, de la mano con nuestros estudiosos de lenguas indgenas,
consolidaron los espacios modernos de la investigacin: William Hilhouse: Indian motives: or sketches on the
habits, characters, languages, supertitions, soil and climate of the several nations (1825); Adrien Balbi: Atlas
etnographique du Globe ou classification des peuples anciens et modernes dpres leurs langues (1826); Carl
Friedrich Phil. Von Martius: Beitrge zur Ethnographie uns Sprachenkunde Amerikas, zumal Brasiliens
(1867); Louis Plassard: Les Guaraunos et le Delta de l'Ornoque (1868); Carlos Hernn Berendt: On a
Grammar and Dictionary of the Carib or Karif language with some account of the people by whom its is
spoken (1874); L. Adam y Ch. Lecler: edicin facsimilar de la Grammaire carabe (1667), de Raymond
Breton (1877); Everard Im Thurn: Tables of Indian Languages of British Guiana (1878); Friedrich Mller:
Grundriss der Sprachwissenschaft (1882); Schumann: Arawakisch-Deutsches Wrterbuch (1882); Crevaux,
Sagot y Adam: Grammaires et vocabulaires Roucouyenne, Arrouague, Piapoco et d'autres langues de la
rgion des Guyanes (1882); A.A. Simons: An Exploration of the Goagira Peninsula (1885); Karl von Den
Steinen: Durch Zentral-Brasilien (1886) y Unter den Naturvlkern Zentral-Brasiliens (1897); J.S. Hartman:
Indianerstamme von Venezuela (1886); Julius Platzmann: Algunas obras raras sobre la lengua cumanagota
(1888); Conde de la Viaza: Bibliografa espaola de lenguas indgenas de Amrica (1892); Henry Anatole
Coudreau: Vocabulaires methodiques des langues ouayana, aparai, oyampi, emerillon (1892); Raoul de la
Grasserie: Esquisse d'une grammaire et d'un vocabulaire Banive (1892); Alfred Russel Wallace: A narrative
of travels on the Amazon and Rio Negro (1892); Lucien Adam: Matriaux pour servir a l'tablissement d'une
grammaire compare des dialectes de la famille Caribe (1893) y Matriaux pour servir a l'tablissement
d'une grammaire compare des dialectes de la famille Tupi (1896); H. Candelier: Rio-Hacha et Les Indiens
Goajires (1893); A. Biet: Les Galibis (1896); J. De Brettes: Six ans d'exploration chez les Indiens du Nord de
la Colombie (1898); Christlieb Quandt: Des herrnhuter glaubensboten Christlieb Quandt nachricht von der
arawachkischen sprache, besonder und unverndert herausgegeben von J. Platzmann (1900); Willian Henry
Brett: A short grammar of the Languages of the Arawkan indians, British Guiana (1900-1902); Daniel
Brinton: The American Race (1901); C.H. de Goeje: Etudes linguistiques Caraibes (1909); Rudolf Schuller:
Las lenguas indgenas de la cuenca del Amazonas y del Orinoco (1911); E. Nordenskild: Indianerleben
(1912); Alexander Francis Chamberlain: Linguistic stocks of South American Indians, with distribution map
(1913); Gustaf Bolinder: Einiges ber die Motilon-Indianer der Sierra de Perij (Kolumbien) (1917) y Die
Indianer der tropischen Schneeberge (1925); Max Schmidt: Die Aruaken (1917); Ehrenreich: Die
Ethnographie Sudamerikas im Beginn des 20; W.C. Farabee: The Central Arawak (1918); Pedro Fabo:
Etnografa y lingstica de Casanare (1919-1920); James Williams: The Arawakan indians and their
languages (1924); Carrol L. Riley: La langue Tunebo (1924) y La familia lingstica Timote (1927); Wilhelm
Schmidt: Die Sprachfamilien und sprachkreise der Erde (1926); Bonifacio Mara de Olea: Ensayo gramatical
del dialecto de los Indios Guaranos (1928); Johannes Williams: The Warau indians of Guiana and
vocabulay of their languages (1928-1929); Jos Alemany y Bolufer: Acerca de una particularidad de la
lengua Achagua (1929); T. De Booy: The Language of the Macoas (Motilones) (1929) (Prez 1988: 148-149).
Har historia, tambin, la polmica pieza oratoria con la que queda instalada la
corporacin acadmica, obra de su fundador Guzmn Blanco y cuya lectura agotadora se
desarrolla en dos interminables sesiones, llevadas a cabo en dos das sucesivos de asamblea
inaugural (26 y 27 de julio de 1883). Entre otros propsitos de estudio y previa declaracin
de los aciertos impuestos por el destino al ilustre mandatario para encaminar, finalmente,
26
Adems del discurso de Guzmn Blanco, habra que destacar, en este sentido, otros textos de incorporacin
a la Academia Venezolana sobre temticas lingsticas, pronunciados durante el siglo XIX: Las lenguas latina
y griega en la formacin del castellano (1890), de Daniel Vizcaya; y El estudio del lenguaje y su importancia
en las ciencias naturales y las histricas (1899), de Rafael Villavicencio. Ambos casos se traducen en
significativos aportes a la lingistica de este perodo. El del Presbtero Vizcaya, principalmente, por la
revisin de la bibliografa comparativa y orientalista, en donde se destaca la participacin del sanscritista
caraqueo Flix E. Bigotte; mientras que el de Villavicencio, por la revisin de la lingstica como ciencia
natural o como ciencia histrica a partir de la filiacin a los principios del indogermanista August Schleicher,
como se sabe, uno de los tpicos ms centrales en toda la lingstica decimonnica europea. En otro sentido,
estos trabajos restableceran, frente a los desatinos guzmancistas en materia de lenguaje, el sentido de la
ciencia lingstica venezolana.
coloquial o esttico, Calcao sobrevivir a todas estas tormentas en una largusima vida
(motivo tambin de providencial recriminacin), rgida y disciplinada, firme desde sus
primeros tiempos y hasta sus ltimos momentos en la misin de ordenar el desarticulado
espectro de nuestras actividades de lenguaje y literatura, ser conducida por una sordera
fisiolgica y espiritual rectilnea, en suma-, hacia destinos tan loables como ingratos.
Producir el texto ms notable de nuestra ciencia decimonnica del lenguaje, despus de
Bello, Baralt y Gonzlez: el prodigioso tratado sobre El castellano en Venezuela, biblia de
nuestra comprensin de este tiempo sobre lo que Venezuela significaba como lengua
espaola general y regional. Se publicar en 1897, grabndose as una nueva fecha en los
anales de la lingstica nacional. El escalofriante subttulo de la obra: Estudio crtico,
har temblar de ira a ms de una inteligencia y de satisfaccin a ms de un preceptor.
Calcao establecer con esta obra el norte de todas las concepciones del purismo lingstico
en Venezuela. Entender a medias la solvencia de los usos lxicos diferenciales
venezolanos frente a los peninsulares o panhispnicos, cuestionar la presencia de
indigenismos lxicos en nuestro espaol y les buscar orgenes ms nobles en las lenguas
antiguas ms exticas y de ms distante cultura (snscrito, hebreo, rabe, japons, turco y
malayo), inclinar sus dotes al cultivo de un hispanismo sumiso y acrtico, nunca
reconociendo la nobleza de las realizaciones de una literatura nacional que se esforzaba por
crecer entre el desgaste de la insistencia caudillista de su siglo; en definitiva, creer que
cualquier desvo a la norma regular de la lengua debe entenderse como producto brbaro de
necesaria fulminacin. Por otra parte, su lectura del habla de Venezuela considerar no slo
lo distintivo frente a otras variantes del espaol, sino que, al contrario, vislumbrar
adelantadamente la posicin descriptiva de los repertorios lxicos modernos que implican
lo comn con lo regional contrastivo, lengua general espaola con lengua espaola
particular como hoy quieren muchos lexicgrafos notables (en nuestros espacios de
investigacin, el profesor Hugo Obregn, del Instituto Pedaggico de Caracas hizo breve
intento en esta direccin que para la lexicografa hispanoamericana ha llevado con xito el
estudioso mexicano Luis Fernando Lara). Se quiera o no, Calcao y su obra condicionaron
la actividad lingstica de los aos finales del siglo XIX y de los primeros del XX, le dieron
una forma, generaron productivas reacciones y, sobretodo, hicieron que la lengua y la
De una u otra forma, los estudios sobre el espaol venezolano se veran tocados tanto
por una consideracin purista como, ya en ruta de modernidad, por un sentido descriptivo
de los rasgos lxicos y morfolgicos que marcaban diferencias significativas con otras
variedades dialectales del espaol americano y, especialmente, con la variedad dialectal que
supona, aunque no se entendiera as en este momento, el propio espaol de Espaa. Se
elaboraron algunas obras notables, a la espera de los trabajos de Lisandro Alvarado:
Coleccin de medicamentos indgenas y sus aplicaciones, extrados de los reinos vegetal,
mineral y animal (18??), de Gernimo Pomp;
Manuel Mara Ponte; Apuntaciones para la crtica sobre el lenguaje maracaibero (1883),
de Jos Domingo Medrano; Voces nuevas de la lengua castellana (1889), de Baldomero
Rivod; Diccionario de barbarismos cotidianos (1890), de Juan Seijas; "Etimologas
zulianas" (1890), de Adlfo Ernst; Voces (1890-1891), de Jos Mart (el escritor cubano,
en el transcurso de sus viajes americanos, recogi y explic un conjunto muy sustantivo de
voces del continente. Las determinantes y significativas unidades relativas a Venezuela,
como producto de su rica estada en el pas y de su asimilacin profunda a la cultura
venezolana, motivaron, en 1953, a ngel Rosenblat, a elaborar uno de los estudios ms
importantes
de
la
lexicografa
del
siguiente
siglo:
Los
venezolanismos
de
Esta dotacin, adems, ser muy productiva en otras manos y en otras concepciones del
trabajo lingstico en el rico final del siglo. Junto a lo que la lingstica indgena construy
en funcin de una prspera posteridad de estudio, tendramos que evaluar lo que autores
como el citado Jos Domingo Medrano (1842-1889), para el conocimiento del espaol
regional, y el curioso estudioso Flix E. Bigotte (1833-1907), para el conocimiento general
de las lenguas, representaron.
y su situacin indita, a la amplificacin de las metas de una lingstica que quiere zafarse
de los cauces, ya estrechos, trazados por los estudios venezolanos, ocupados, en un
territorio multilinge, solamente de la lengua espaola27.
Este aliento y este espritu de amplitud, desapercibido hasta para sus propios creadores,
ser el que propicie el nacimiento de una lingstica que se entienda en la diversidad
dialectal de la lengua espaola en Venezuela y, especialmente, que entienda la diversidad
lingstica de Venezuela, tierra de lenguas. En definitiva, adems de los avances en las
tareas de recoleccin y descripcin del espaol y de las lenguas indgenas en gramticas y
diccionarios, ser ste el saldo cultural que dejar abierto el siglo XIX para las siguientes
generaciones de lingistas. Rutas que se inauguraron para alcanzar el Parnaso de la lengua,
que seran otros los llamados a alcanzar. La fbrica de tradiciones que desde su origen
signific la lingstica venezolana fecundara tanto en caminos ensayados o intransitados en
ese tiempo de Parnasos que fue nuestra centura diecinueve. Consolidados esos parasos
cientficos, muy pronto el rico laboratorio de los hitos hara su aparicin para caracterizar la
lingstica venezolana del siglo XX, a la que, irremisiblemente, pertenecemos en formacin
y corazn. Quiz, entonces, sea ste el momento de alcanzar el Parnaso que otros abrieron
por nosotros y de abrir los nuevos que otros alcanzarn, irrenunciablemente tambin, por
nosotros mismos.
27
Con el ttulo de: "Las ruinas de Akra. Lingstica snscrita y orientalismo en Flix E. Bigotte", ha sido
evaluada, en el marco del orientalismo lingstico venezolano del siglo XIX, en la Tesis Doctoral de
Francisco Javier Prez (Universidad Catlica Andrs Bello, 2003), la vida, obra y significacin de este
curioso y extico sanscritista. Tambin, un primer resultado de esta investigacin ya ha sido publicado:
Orientalismo en Venezuela. Historia de la lingstica snscrita (Prez 2004).
III
El laboratorio de los hitos
El siglo XX y la actualidad
Desde los primeros aos del siglo XX, la reflexin lingstica qued signada
por la evolucin sociocultural del pas. Susceptible a los avatares de la vida
poltica y a los progresos de la economa y la industria, el acercamiento que
estudiosos y hombres de intelecto, curiosos por comprender las relaciones entre
nuestros modos de hablar y los procesos que se estaban desarrollando, as como
la produccin de textos lingsticos, fundamentalmente gramticas, diccionarios
y ensayos sobre problemticas relativas al lenguaje criollo, comienzan a retratar
el tono de la vida del pas y a manifestar afecto y repudio por algunos de los
cambios que se comenzaban a generar.
Sin embargo, los Glosarios del bajo espaol de Venezuela ofrecern los
insumos fundamentales para entender el pensamiento etnolingstico de
Alvarado y de todo este momento. En su doctrina tendr un fuerte arraigo la
bsqueda de un hablante distanciado de los purismos y de los formalismos
tcnicos, aqul usuario comn del diccionario que se acerca al texto para
privilegiarlo como conocimiento autntico del mundo y de sus realidades: Los
acadmicos, los fillogos, los literatos, no sacarn por de contado gran provecho
de este estudio, que ha sido arreglado tan slo para aqullos que no tienen
espacio u holgura que les permita observar con esmero las causas y elementos
que han modificado el castellano en Venezuela. Es el caso en que estn muchos
de nuestros agricultores y criadores, cuyas atenciones y energas se absorben en
la vida campestre, y los extranjeros y viajeros que exploran y estudian nuestra
patria y sobre todo nuestro lenguaje con limitados recursos bibliogrficos
(Alvarado 1954: I, 19).
En un texto temprano, Ideas sobre la evolucin del espaol en Venezuela
(1904), Alvarado haba consignado los postulados tericos sobre los que
descansarn, muchos aos despus, sus prestigiosos glosarios. Siguiendo a
Bello, sale, en repudio a la norma rgida, en defensa de aquellas voces y
acepciones que designan lo propio de la realidad y naturaleza venezolanas, as
como acepta la legitimidad de neologismos formados a partir de races
castellanas, siempre en la idea de que estas palabras nuevas estn, sencillamente,
respondiendo a nuevas necesidades expresivas de una cultura material, tambin
nueva: Tales voces estn de ordinario formadas con toda regularidad, y o no
son superfluas o se hallan ser de todo punto necesarias para expresar nuevas
ideas u objetos (Alvarado 1954: I, 5). Los arcasmos, asimismo, son vistos en
una dimensin enriquecedora de la lengua: El frecuente empleo de locuciones
tales como arfil, coluna, costitucin, dotor, nacencia, otubre, parasismo,
soberado, tiricia, ensotarse, guayar, agora, ainas, aposta, arreo (adv.), asina,
cuantims, cuasi, endenantes, al que est prevenido le persuadir de que quien
las profiere debe de ser gente zafia y mal educada. Sin embargo, eso es
castellano y del mejor que se halla (sic) hablado (Alvarado 1954: I, 6).
Los campos de inters ensayados en estos trabajos abrieron, por otra parte,
nuevas posibilidades de investigacin. Desde estudios que recogan voces
venezolanas hasta repertorios terminolgicos, el entusiasmo que producen estas
piezas, dispares en sus logros, constituyen los pequeos dominios sobre los que
descansan los textos estelares de la especialidad. Por otra parte, la lengua de
Venezuela descrita en ellos es pura expresin de nacionalidad, criollismo y
presencia de la tierra y de su gente.
filolgico,
1915),
Pedro
Montesinos
(Venezolanismos
Una de las figuras ms destacadas del perodo que media entre Alvarado y
Rosenblat es la del Pedro Grases. Obra lingstica que transcurre en una zona
franca cuyos extremos son la lexicologa y la lexicografa, en definitiva, el
estudio del lxico venezolano y su armazn filolgica hispnica, Grases
producir una slido y atractivo conjunto de estudios y ensayos histricos y
bibliogrficos de cautivadoras cualidades. Ha buscado, no slo reunir y evaluar
el haber de las disciplinas lxicas, sino desenredar algunos problemas
descriptivos sustantivos de primer orden para el conocimiento del habla
nacional: las frmulas de tratamiento, la semntica del desorden, los nombres de
las monedas, la nomenclatura de la diversin, las temticas filolgicas, las
contribuciones de autor en la perspectiva de la historia de la lingstica (entre
otros: Acosta, Alvarado, Baralt, Bello, Cuervo, Gonzlez, Rosenblat), la
semntica hispanoamericana, la didctica del espaol, los estudios de castellano
y su tradicin. El registro de estos aportes es, adems de elocuente, materia de
permanente revisin: "El castellano en Amrica" (1939); "Estudios de
castellano. Bibliografa" (1940); "Los maestros y el castellano en Venezuela"
(1941); "La filologa del castellano en Hispanoamrica" (1942); "Acerca del
grupo ZC de la conjugacin castellana" (1942); "Frmulas de tratamiento en
Venezuela en la poca de la Independencia" (1943); "Semntica americana, de
Augusto Malaret" (1943); "Apuntes de castellano, de Octavio Harry" (1943);
Del porqu no se escribi el Diccionario matriz de la lengua castellana de
Rafael Mara Baralt (1943); "Sobre el recto y propio significado de la expresin
de actuales emisiones" (1944); "Simplificacin de la analoga en gramtica
castellana" (1945); Don Rufino Jos Cuervo, conjuncin de tres fillogos
(Vocabulario,
Nochebuena
Negra,
1943),
Antonio
Arriz
Junto a ellos, las voces de Udn Prez ("La venganza de Taurepara", 1904;
nfora criolla, 1913), Ildefonso Vsquez (La Maracaida, 1910), Jos Heriberto
Lpez (Cuentos de Acero, 1920), Ada Prez Guevara (Tierra Talada, 1939),
Agustn Garca (Faralln, 1939), Federico Landaeta (Rastrillo, 1939), J.
Quintero Quintero (Muros, 1942), Eduardo Oxford-Lpez (Clulas Nuestras,
1943), Arturo Briceo (Balumba, 1943), Aristyde Calcao (Macaurel. Drama
folklrico, 1943), Rafael Daz Fermn (Amrico Amrica, 1949), Daniel
Uzctegui Ramrez (Un palmo de buena tierra bajo el cielo, 1953), Luis F. Prato
(Mi coronel, 1953), Tito Len (La Tierra Ma, 1955), Luis Arturo Domnguez
(El polo coriano y sus variedades, 1955), Al Brett Martnez (Aquella
Paraguan, 1971; Paraguan en otras palabras, 1974), Leopoldo Camejo H.
Con una disciplina nada comn y demostrando dotes singulares para este tipo
de trabajos, Rosenblat emprende la ingente tarea de elaborar un diccionario de la
lengua de Venezuela sobre una base histrica. Labor de paciencia, recogi
palabra por palabra y elabor ficha tras ficha, hasta completar el ms asombroso
y gigantesco corpus lexicogrfico del que nuestra lingstica tenga memoria.
Pero, la misma monumentalidad del trabajo hizo que no pudiera terminarlo en
los trminos en que se lo haba trazado. Como reproduciendo un mal augurio
impuesto por Baralt, que tampoco pudo poner punto final a su ciclpeo
Diccionario matriz de la lengua castellana (1850), Rosenblat apenas pudo ver
terminado, antes de morir en 1984, el primer tomo de un diccionario de
venezolanismos que slo significaba una parte del que haba soado. Vio crecer,
sin embargo, en aumentadas ediciones una obra maestra: Buenas y malas
palabras en el castellano de Venezuela (1955). Ofrece en ella una descripcin
muy profunda del habla nacional, sustentada en materiales que todava hoy
resultan de utilidad. Se convirti, gracias a esta obra, en el modelo del conocedor
del habla de Venezuela y en la referencia ms repetida y manida sobre estas
materias. Cre, tambin, la imagen del investigador moderno en lexicografa.
Bondad y maldad de las palabras implicaban una visin de pas. Corren los
aos de la dictadura de Marcos Prez Jimnez y el lxico est recalcando
repudios, encubiertos o visibles, en las jergas, en los lenguajes de los execrados,
en los vicios lexicalizados y en las intromisiones de lo extranjero como violacin
y licencia en una lengua que repudiaba las ataduras de un pas sin libertad que,
muy pronto, se preparaba para serlo con la llegada de la democracia. Rosenblat
definir a Venezuela en sus palabras, con una serie de seductores y autnticos
ensayos en donde los factores de cambio sociohistrico y cultural son entendidos
por medio de marcadores lxicos que nos reflejan sus triunfos y fracasos.
Escribir en palpitacin de amor y de estudio: Buenas y malas palabras de la
Sus Buenas y malas palabras hablaban de un pas que se debata entre una
tradicin a punto de hacerse arqueolgica y una nacin que anhelaba ser
moderna, pujante y tecnificada. Coexisten en su anlisis un corpus diverso de
unidades que reagrupaban la tradicin lingstica con la creacin moderna.
apa, mabita, patiqun, rubiera, pulpera y misia podran entenderse como esa
floristera/florera,
influenciar/influir,
mata/planta,
papa/patata,
2.- la herencia indgena. Entre otros trabajos, dedicar sus esfuerzos de sntesis
sobre la presencia indgena en la cultura y lengua de Venezuela en un estudio
titulado: El castellano de Venezuela: la influencia indgena (1955-1957): He
aqu que los nombres indgenas son fantasmas evocadores de un mundo lejano y
misterioso, casi desaparecido [...]. Pero la lengua es la sangre del espritu, y lleva
en su caudal bullente y movedizo el legado de generaciones y de siglos. Esas
palabras son tambin el testimonio de lo que el indio ha dado a nuestra cultura.
Representan la supervivencia del indio. Es su voz que sigue an resonando entre
nosotros. Y esa voz, conducida por las amplias alas de nuestra literatura, se oye
hoy a travs de mares y continentes (Rosenblat 1989: II, 276).
de
voces
y locuciones
que
califican
los
grados
de
de orden
7.- la vida poltica. Este campo es el que ofrece una imagen patente de la
relacin entre lengua e historia. Desarrollado en varios textos, es visto desde la
peculiaridad expresiva de un poltico (el vocabulario de Rmulo Betancourt en
El habla de Caracas en los ltimos treinta aos [1935-1965]), hasta el anlisis
de un grupo de unidades terminolgicas, de espritu neolgico, acuadas hacia
1958 que permiten interconectar lengua e historia de forma muy clara:
candidatura extra-partido, los golpistas y el golpismo, connotado personero del
rgimen, esbirros y peculadores, planchas paritarias y otras planchas (Buenas
y malas palabras de la poltica, 1958) (Rosenblat 1989: II, 208-215). Aqu, ms
que en otros casos, Rosenblat deja constancia de la fuerza expresiva que la
realidad impone a la lengua, reflejo del espritu de los tiempos: Nuestra
renaciente vida poltica est acuando una serie de expresiones nuevas. No
sabemos an el destino que les pueda caber en el desarrollo de nuestro
castellano (Rosenblat 1989: II, 208). Emblemtico, el artculo que estudia los
nombres de los instrumentos de tortura ms famosos en Venezuela, puestos en
Estos
estudios
significaron
una
definitiva
consolidacin
de
la
(1978), de Jos Marcano Rosas; Voces populares del sur merideo (1980), de
Jos Rivas Torres y Modismos y barbarismos trujillanos (1980), de Samuel
Barreto Pea.
Trade (1975)
pensar que crecer significa destruir hasta la memoria lingstica, toda vez que las
otras memorias se han debilitado o ya no existen. Pas sin monumentos
materiales, quiere conservar los monumentos espirituales de la lengua. Y es as
como nuestros diccionarios ms recientes estn indicando en su configuracin
del lxico que sacralizan, aqul que lo compone y le da forma, una
heterogeneidad lxica producto de un conjunto de fuerzas encontradas que
luchan por ocupar un rango en el espacio de la vida, el intelecto y el espritu.
Por su parte, y sin que sea fcil lograr la descripcin de lengua y cultura que
exigen los usuarios a un diccionario moderno, al mismo tiempo que un rigor en
la aplicacin de mtodos, el Diccionario del habla actual de Venezuela muestra
una visin moderna y sistemtica del universo semntico descrito. Sin ataduras
interpretativas y sin bloqueos ideolgicos persistentes, ofreci una lectura ms
objetiva de la vida venezolana de hoy y en cuya imagen lexicogrfica los
usuarios parecen reconocerse, si tomamos en consideracin los ms de quince
mil ejemplares comercializados entre la primera edicin y sus tres sucesivas
reimpresiones.
Con estas dos obras enfrente, tendramos que hacernos dos cruciales
preguntas: Cmo entender las diferencias entre estos dos diccionarios ms all
de
son
Pantn
Neke-r),
1988;
Gramtica
de
la
lengua
Pemn
yupa
espaol-espaol
yupa,
1978),
Adolfo
de
Villaman
En ningn momento debe entenderse este recuento como exhaustivo. Son, en este sentido, muchos los
autores y las obras que tendran que sealarse si la pretensin fuera abarcar la totalidad de lo producido.
Remito, para solventar las lagunas que la memoria o el desconocimiento puedan propiciar, a los repertorios
bibliogrficos generales sobre la lingstica venezolana (Serrn 1978; Rivas et alii 1983 y 1985; Colmenares
del Valle 1995, 1996 y 2002; Chumaceiro y Malaver 1999).
en el texto escrito, 1994), J. M. Briceo Guerrero (El origen del lenguaje, 1970;
la lengua espaola en Amrica, en Amrica Latina en el mundo, 1976),
Raquel Bruzual (Propuesta comunicativa para la enseanza de la lengua
materna, 2002), Edito Campos (Observaciones sobre los posesivos, 19761977), Jacqueline Clarac de Briceo (Vocabulario andino [Cordillera de
Mrida] utilizado en el texto en Dioses en exilio. Representaciones y prcticas
simblicas en la Cordillera de Mrida, 1981; La enfermedad como lenguaje en
Venezuela, 1992), Edgar Colmenares del Valle (Designaciones de borracho en
el habla venezolana, 1989; La Venezuela afsica del diccionario acadmico,
1991; Lexicologa y lexicografa en Venezuela, 1995; Lexicologa y lexicografa
en Venezuela. Adenda 95, 1996; La Venezuela absurda del DRAE-92, 2000; De
Apure, Achaguas y otras etimologas, 2002; Lexicologa y lexicografa en
Venezuela, 2002; Los palabresmos de Jos Vicente Abreu, 2002; Una historia
para picar, 2003), Berta Chela-Flores (El habla de Maracaibo. Materiales para
su estudio, 1988 [junto a Jeannette G. de Gelman]), Godsuno Chela-Flores (Los
cambios fonolgicos en el habla de Maracaibo, 1978), Irma Chumaceiro
(Algunos aspectos de la sufijacin en el espaol de Venezuela. Una muestra de
la diferenciacin dialectal, 1983 [Tesis de Maestra]), Luciana De Stefano
(especialista en filologa e historia de la lengua en Venezuela, ha dedicado los
ltimos aos al estudio histrico del espaol de Venezuela, adelantando algunos
resultados estudiados en viajeros antiguos: Los indigenismos en el Viaje y
Descripcin de las Indias [1539-1553] de Galeotto Cei, 2002), Francesco
DIntrono (Alternancia lo/le en el espaol de Venezuela, 1978; Sintaxis
transformacional del espaol, 1979), Manuel Daz Campos (La posicin de la
frase nominal-sujeto respecto del verbo: un estudio del habla infantil
caraquea, 1996 [Tesis de Maestra]), Manuela Dimitriu de Quintero (Lenguaje
y discriminacin: el discurso de la homosexualidad en la prensa venezolana,
1997 [Tesis de Maestra, publicada recientemente]), Carmen Luisa Domnguez
(La sintaxis: El siglo XX, 1997), Teresa Espar (La semitica y el discurso
literario latinoamericano, 1998), Alicia Fedor de Diego (Terminologa: Teora y
prctica, 1995), Bernardo Enrique Flores (La adquisicin del modo subjuntivo:
1984 [junto a Nydia Ruiz]), Elvira Ramos (Apuntes para la historia del
castellano en Mrida. Aproximacin al estudio de la variacin lxica, 1996
[Tesis de Maestra]), Andrs Romero (Anlisis morfo-sintctico: una visin
tipolgica, 2002), Nydia Ruiz (Una aproximacin etnolingstica al estudio del
espaol, 1984 [junto a Vctor Rago]; La dominacin en el lenguaje: Un caso
de historia venezolana, 1993; Las confesiones de un pecador arrepentido: Juan
Germn Roscio y los orgenes del discurso liberal en Venezuela, 1996), Henry
Rumbos ("Un estudio acerca de la adquisicin de la LSV", 2000; y "Uso de la
metacognicin fonolgica en la Lengua de Seas Venezolana: un estudio
preliminar en gemelos sordos", 2000), Yolanda Salas (Ideologa y lenguaje en la
narrativa de la modernidad, 1992), Julieta Snchez (Una proposicin para la
creacin de terminologas cientficas y tcnicas en las lenguas indgenas, 1990
[junto a Hugo Obregn]), Yraida Snchez, Mercedes Sedano (Lxico del habla
culta de Caracas, 1998 [junto a Zaida Prez]), Sergio Serrn (Aporte para una
ficha de la dialectologa venezolana hasta 1975, 1976; Algunas notas sobre los
estudios de dialectologa en Venezuela, 1979; Introduccin del estudio de la
planificacin lingstica internacional, 1993), Martha Shiro (Getting the story
across: A discourse analysis approach to evaluative stance in Venezuelan
children's narratives, 1997 [Tesis Doctoral]), Juan Manuel Sosa, Jaime Tello (El
criollo, nuevo idioma venezolano? y otros ensayos filolgicos, 1992), Mara
Electa Torres (Lenguaje popular hablado en Trujillo, 1993), Thania Villamizar
(Aspectos fnicos del habla rural de Mrida, 1996 [Tesis de Mestra]), Alberto
Villegas (Le parler vnzulien de la rgion de Trujillo, 1990 [Tesis Doctoral]),
Csar Villegas (Progresin temtica y macroestructura semntica en la
produccin escrita de textos de orden argumentativo, 1996 [Tesis de Maestra])
y Ludmiln Zambrano (Diseo de un plan de capacitacin para los docentes en
servicio de la primera y segunda etapa de sordos en el rea de lectura, 1998
[Tesis de Maestra]).
revista Imagen (CONAC) (Ao 31, N 1, 1998), que rene artculos de Juan
Antonio Frago Gracia (El espaol de Venezuela: fundacin e inventario de una
lengua), Francisco Javier Prez (Un pas de la A a la Z), Paola Bentivoglio y
Mercedes Sedano (Viaje sintctico de Catia a Petare), Enrique Obediente
(Palabra en la niebla), Adriana Bolvar (La fabla del poder) y Maruja
Dagnino (Placeres pantagrulicos de la palabra); 3) el nmero especial
dedicado a Venezuela de Espaol actual. Revista de espaol vivo (Madrid, N
69, 1998), que completa una interesante visin general de las temticas y
actividades de la lingstica venezolana del momento en cuatro secciones:
Artculos: Fonetismo segmental, de Enrique Obediente Sosa; Interpretacin y
explicacin
fonolgicas,
de
Godsuno
Chela-Flores;
La
variacin
Mrida: Universidad de Los Andes, 1997. 568 pginas, por Teresa Espar;
Enrique Obediente Sosa (comp.). El habla rural de la Cordillera de Mrida.
Mrida: Universidad de Los Andes, 1997. 226 pginas, por Ramn Medero;
Francisco Javier Prez. Estudios de lexicografa venezolana (Historia y
Lexicografa Antigua, Metalexicografa y Etnolexicografa). Caracas: Ediciones
La Casa de Bello (Coleccin Zona Trrida, 60), 1997. 259 pginas, por Ramn
Medero; Carmen Luisa Domnguez Mujica. Sintaxis: siglo XX. Mrida
(Venezuela): Universidad de Los Andes, Consejo de Desarrollo Cientfico,
Humanstico y Tecnolgico, 1998. 158 pginas, por Silvia Sol Vials;
Godsuno Chela-Flores. Orgenes y estado actual del espaol de Venezuela.
Cuman: Ediciones Comisin Regional Macuro 500 aos, 1998. 83 pginas,
por Luciana De Stefano.
Las modernas investigaciones han venido a plantear que las lenguas ms all
de su funcin como sistemas de comunicacin, deben entenderse en su
capacidad para propiciar la comprensin de la realidad y para generar en el
intelecto posibilidades de pensamiento para entenderla. Fuerza poderossima, el
lenguaje nos permite construir una imagen del universo y fundar la realidad tal
como queramos. Son las lenguas, adems, instrumentos que conducen nuestra
apreciacin de la vida, en ellas estn retratndose nuestras fobias y nuestros
afectos, nuestros triunfos y nuestras desdichas, lo nimio de la existencia junto a
lo que sostenemos como determinante en ella, referencias y smbolos que no
privilegia como forma autntica de expresin del mundo, junto a una general manifestacin
lingstica de constitucin de un lxico con rostro identificable, son las notas distintivas del
estado actual del habla venezolana. Diferencias dialectales que responden a necesidades
regionales y que perviven junto a un avasallante impulso de un lxico general que viene
irradiado desde el centro del pas o, ms bien, desde los centros de generacin del
pensamiento, la comunicacin y la cultura. Aunque no siempre en su sentido geogrfico,
estn ejerciendo fuerzas que uniforman el lxico nacional. Los medios de comunicacin, el
universo editorial, la red informativa virtual, la generacin de cultura y pensamiento estn
imprimiendo a nuestra modalidad lxica una uniformidad y una universalizacin expresivas
que condicionan la aceptacin de diferencias regionales, vistas a veces como discrepancias
a la norma.
Las hablas de Caracas y de la regin central del pas constituyen la norma rectora en
materia de lxico. Reproduciendo en cierta medida la realidad de las hablas
hispanoamericanas frente a la modalidad peninsular, en un momento poltica y
culturalmente rectora, la capital de la Repblica ha ejercido una supremaca impositiva en
cuanto a denominaciones de las realidades, a los modos sacralizados del decir venezolano y
a la construccin de la expresin lxica venezolana.
precisar, las hablas regionales excluidas de la imagen general, a no ser en eximios casos de
folklrico exotismo, se solidificaran en su microcosmos y se conservaran como enclaves
estancos de un modo de expresin lxica incontaminada. A este respecto, el habla andina
registra la pervivencia de numerosos arcasmos lxicos (agora, ansina, naiden, truje).
Sin embargo, esta situacin comienza a cambiar y el dominio absoluto del habla de
Caracas empieza a hacerse permeable. Puede decirse que el desarrollo socio-econmico y
cultural de otras metrpolis nacionales se est imponiendo, tambin, en su faz lxica.
Maracaibo, Valencia, Mrida, San Cristbal, Barquisimeto y, ms parcamente, Puerto
Ordaz, Maturn y Puerto La Cruz, estn consolidndose como focos de irradiacin de un
lxico propio, carente del estigma de lo regional, que alimenta al habla general de
Venezuela. Por otra parte, y en aparente contradiccin, las diferencias regionales son
aplaudidas como manifestacin rica de la etnografa y el folklore, aunque la seguridad de
que la estimacin no sea ms que una posicin frente a la marginalidad y a la periferia
desde la posicin privilegiada de Caracas.
en conexin con el mundo andino del continente (de Colombia, especialmente) y con zonas
circunvecinas del pie de monte andino (sur del Lago de Maracaibo y cercanas llaneras).
Restaran, en esta reflexin, los otros mbitos lxicos (el llanero y el guayans) que, creo no
equivocarme, no presentan una cohesin tan marcada como el caribeo y el andino para la
constitucin del lxico venezolano general.
De la tradicin lxica estn activas las fuerzas que generan y explican la presencia de los
llamados venezolanismos, entendidos como unidades de uso venezolano diferenciales frente
al espaol peninsular Este concepto de larga codificacin (Colmenares 1989) permite
englobar la generalidad de los procesos distintivos en el habla venezolana en materia de
lxico y, en muchos casos, tambin de fonolgica (aspiracin de consonante /s/ en posicin
final, cada de la /d/ en terminacin de participios, confusin de consonantes lquidas /l/ y
/r/, entre otros fenmenos) y morfosintctica (quesmo insisto que aceptes, dequesmo
pienso de que, que galicado fue ayer que lo vi, usos personales de los verbos haber
haban nios y hacer hacen aos, uso plural inapropiado del pronombre lo yo se los
dije, preferencia por la terminacin ra en pretrito de subjuntivo si yo hubiera llegado a
tiempo, uso de verbo ser como focalizador se dedicaron fue a estudiar) (lvarez,
Bentivoglio, Obediente, Sedano y Tejera 1992).
coloquialismos
Durante la primera mitad del siglo XX el pas sufre enorme un proceso modernizador. El
protagonismo en este proceso, sin desmedro de los aportes que se reciben desde las
capitales regionales, lo adelanta la propia capital de la repblica. Los viejos intentos de
urbanizacin en la Caracas guzmancista haban dejado en el espritu de la ciudad y en el de
sus ciudadanos la idea de que los cambios materiales eran posibles y de que las
transformaciones fsicas deban ser el reflejo de otras en la sensibilidad, la mentalidad y la
vida. Sobre este principio de afectividad hacia las mutaciones ciudadanas, Caracas se
impondr, sin descanso hasta el presente, nuevas mutaciones que el lenguaje, tambin, va a
sufrir y a consignar. La neoyorkizacin de la ciudad como proceso de aniquilacin de los
vestigios coloniales y republicanos y su sustitucin por imgenes afiliadas a otras que
recuerdan las de la metrpoli estadounidense, se reflejar hondamente en la constitucin de
un nuevo lxico venezolano de parentela inglesa, explicable pero forzada, que parece
renegar (como adaptacin a los tiempos modernos y a los lineamientos dictados por los
nuevos centros de poder) de sus orgenes hispnicos y venezolanos mismos. Neoyorkismos
sern, entonces, las unidades lxicas hijas de este proceso de vinculacin anglfona en el
espaol venezolano, algunas de ellas plenamente castellanizadas: aire acondicionado (air
conditioner), apartamento, baby, baby doll, baby shower, block (libreta para anotaciones),
bloque (edificio), boy, boy friend, bluma (bloomer), bluyn (blue-jean),
brake, brunch,
bus, by, cachar (to cacht), cd (compact disk), chor (short), clip, closet, coffeebreak, club,
cocktail, cool, dear, de one, discomusic, dogs, feeling, fiftififti (fifty-fifty), flis (flit), fresh,
full, greifr (grapefruit), guachimn (watchman), guter (water closet), guaya (wire), hall,
hey!, high, hot, hot dogs, jeep, living, lonchera (derivado de lunch), lun (lunch), miniln
(minilunch), monkey (denominacin despectiva para personas marginales y de color), night
club, no way, okey, one way, out, pantry, parking, pic (pick-up), ropa casual (casualwear),
snduche/ snguche (sandwich), set, sexy, sleeping bag, spray, standard, stand by, stop,
strippers, strapless, surfer, surfin, teipe (tape), tic, topless, training, video (videotape), valet
parking, walkman, whiskey, yip (jeep), zapping y tantsimos otros (Prez 2002d: 184-189).
El primero de nuestros estudiosos del lenguaje en reparar en este fenmeno y en darnos una
profusa primera descripcin, sera ngel Rosenblat en su estudio: El habla de Caracas en
los ltimos treinta aos (1935-1965), de 196729.
29
La recoleccin y estudio de los anglicismos en el habla del pas ha generado una bibliografa que ya alcanza
El lxico venezolano de hoy puede caracterizarse por este rasgo de tradicin y novedad,
de creatividad en la tradicin y de contraste en la unidad. Este lxico nos habla
poderosamente de una cosmovisin y de una expresin. Expresin americana de una
naturaleza distinta, de una historia particular, de costumbres y alimentos propios, de fiestas
y privaciones, de glorias y simplezas. Palabras reveladoras, mundos que son palabras.
Etnografa hecha discurso y cuyo universo lxico es recogido por los diccionarios
venezolanos (Prez 2000e).
Lingsticas son, pues, nuestras imgenes de la vida. Lingsticas son nuestras formas
de entendernos como pueblo, de realizar nuestras ilusiones, de congeniar lo esplendoroso y
lo frustrado, de equilibrar nuestros deterioros culturales que el lenguaje no hace sino
recordarnos. Lingsticos son nuestros afectos por lo que nos determina como individuos de
un espacio concreto de la vida latinoamericana. Esencia y razn de vivir son, para nosotros,
tambin de origen lingstico. Tono de la vida, jocoso y melanclico, creativo y plagiario,
honesto, hospitalario y, sobre todo, esperanzador. Pueblo sencillo y de franco esfuerzo que
las circunstancias histricas han hecho decaer y frustrar. Profundamente histrico, pero
despegado a la historia material. Consuetudinario aniquilador de las huellas de un pasado
que, cuando conocido, no hace ms que producir asombro y fascinacin. Aqu, entonces, el
trabajo lingstico no es ms que el rastreo de esas huellas y la construccin de los caminos
por donde hacer transitar un presente desorientado. Lengua que nos determina y que nos
condiciona, que nos ata y nos limita en el espacio ilimitado de los universos del
pensamiento y del espritu. Pensamiento y espritu que nos ayudan a conocer el mundo y a
fundarlo a partir de simples palabras. Palpitaciones, itinerarios y recorridos de la lengua, la
lingstica y la cultura de la Venezuela del siglo XX, no son ms que posibilidades para
repensarnos en la condicin venezolana ms significativa.
V
El archivo de los santuarios
La investigacin historiogrfica
Pasado
Los primeros acercamientos historiogrficos sobre la lingstica venezolana
estuvieron dedicados a considerar los aportes de las producciones y a entender la
situacin de la lingstica indgena. Hacen su aparicin durante el ltimo cuarto del
siglo XIX, entre otras razones porque la reflexin histrica sobre otras parcelas de la
investigacin lingstica venezolana (principalmente: gramtica, historia de la
lengua, dialectologa y lexicografa), ms tarda, como se ver, queda postergada
ante la primaca del estudio de las lenguas indgenas en la poca colonial. Esto
permiti a muchos historigrafos, a una distancia de casi un siglo, racionalizar las
bsquedas y mtodos sobre uno de los perodos ms fecundos de nuestra lingstica.
As, en 1878, Arstides Rojas (1826-1894) publicar como parte de sus Estudios
indgenas. Contribucin a la historia antigua de Venezuela un ensayo histricobibliogrfico que titul: Literatura de las lenguas indgenas de Venezuela que, no
conocindose otro texto con estas caractersticas y de fecha anterior, pasa por ser la
primera historia de nuestra lingstica30.
Posible excepcin cronolgica, aunque en respuesta a intereses de investigacin muy distintos a los
que tratamos aqu, la constituye el Compendio de la historia de la literatura (1850) escrito por
Andrs Bello. En este estudio, Bello hace, junto al balance histrico de la produccin literaria clsica,
el de la gramtica clsica. Resulta, en esto, un adelantado, entre otros, de la importante y fundadora
obra de H. Steinthal: Historia de la lingstica entre los griegos y los romanos (1863).
misioneros lingistas coloniales y por los estudios de los primeros naturalistas para
el conocimiento de las lenguas indgenas:
El caudal que hoy aprovecha la ciencia se debe principalmente a la constancia de los misioneros que
levantaron la base de la lingstica americana. Sin el trabajo de estos hombres ejemplares, nada
podra haberse hecho, cuando algunas de las naciones que stos conquistaron han desaparecido por
completo.
La historia filolgica de Venezuela que comienza con las misiones castellanas a mediados del siglo
decimosexto, permanece guardada hasta el da en que el grande Humboldt pisa nuestras playas.
Puede decirse que este hombre gigante abri las puertas del siglo y estableci la alianza fraternal que
ha unido a los espritus cultivados de ambos mundos, en beneficio de una idea fecunda: el estudio de
Amrica (Rojas 1944: 192 y 160).
Presente
Las dcadas siguientes marcaran una etapa de enorme progreso. Los tpicos
temticos y los mtodos del perodo anterior se han desarrollado hasta hacer ya de
esta especialidad un organismo con independencia y con bsquedas propias. Las
reas de trabajo aparecen, ahora, bien delimitadas, generndose la necesidad de
estudiar por separado los avances de cada parcela de especializacin y de cada
pequeo dominio de la investigacin lingstica.
Este estudio del profesor Colmenares ha propiciado una primera reflexin crtica y valorativa (Prez
2003a).
33
Planteamientos similares pueden leerse en el texto indito de Hugo Obregn y Sergio Serrn,
Panorama crtico del desarrollo de los estudios dialectolgicos en Venezuela. Asimismo, puede
seguirse la polmica generada por estos trabajos en: 1) Jorge C. Mosonyi, IV Encuentro Nacional de
Lingstica, Boletn de Lingstica. Caracas, N 1, 1983, pp. 39-41; 2) Esteban Emilio Mosonyi,
Exigimos una crtica madura y reflexiva, Boletn de Lingstica. Caracas, N 1, 1983, pp. 47-48; 3)
Sergio Serrn, Acerca de crticas y crticos, Phonos. Maracaibo, N 4, 1983, pp. 36-49; 4) Andrs
Mrquez Carrero, Tradicin de los estudios lingsticos en Venezuela, El Universal. Caracas,
1983, p. I-13. Sin embargo, Quiroga Torrealba parece revisar sus ideas de rechazo a la
tradicionalidad de los estudios en un trabajo del que ha ofrecido, siempre con el ttulo Los estudios
lingsticos en Venezuela, varias versiones aumentadas y mejoradas (Quiroga Torrealba 1982, 1988
y 1992).
34
Quiz, habra que entender como un antecedente de la orientacin tradicionalista las propuestas del profesor
Andrs Mrquez Carrero (1983).
Teresa Rojas, Olga de Len Padrn y Marco Antonio Martnez, entre otros); 6) la
de los reformistas (En 1993, con la edicin de dos nuevos volmenes, se concluye
el Diccionario de venezolanismos. En el perodo comprendido entre 1983 [ao de la
publicacin del primer volumen de esta obra] y 1993, se plantean varias
proposiciones que an no habindose desarrollado en su totalidad, representan una
visin diferente del anlisis del lxico y, del mismo modo, una praxis de docencia
que puede traducirse en un perodo de nuevos alcances. All, hasta ahora, entre
otros, estn Mara Arconada de Jouvenot, Ives Jouvenot Maitre, Vctor Rago, Zaida
Prez Gonzlez, Edgar Colmenares del Valle, Roco Nez y Francisco Javier Prez
quienes en diferentes centros universitarios se dedican al estudio del lxico de uso
venezolano con metodologas diferentes y de carcter reformista) (Colmenares
1995: 14-22).
En consonancia con este carcter de renovacin en el estudio histrico y crticotcnico de las disciplinas lingsticas en Venezuela, Francisco Javier Prez centrar
sus esfuerzos, no slo, como queda visto, en la historiografa general, sino en el de
las
subespecialidades
los
pequeos
dominios.
Coincidiendo
con
los
35
Aunque de un carcter no historiogrfico, esta obra del profesor Granados ha generado una interesante
discusin sobre etnonimia y transcripcin lingstica (Lavandero Prez 2003).
Futuro
Por ltimo, la amplitud de opciones de investigacin ha permitido el encuadre
historiogrfico de algunas figuras36 (Carrera 1959; Rosenblat 1961 y 1966; Martnez
1966; Mrquez Carrero 1977, 1982 y 1983a; Pobladura 1978; Rojas Jimnez 1981;
Fernndez 1984; Olza 1984 y 1989; Cappelletti 1994; Arellano 1998; Prez 1993b,
1993c, 1999, 2000f, 2002b, 2002e, 2003b y 2003c; Balza Santaella 2002; Quiroga
Torrealba 1984 y 2003)37, el tratamiento historiogrfico de algunas problemticas
asociadas a la participacin de figuras centrales en la historia de la lingstica
venezolana, como es el caso de Julio Calcao y la historia del purismo lingstico
(Prez 2002a), la mirada sobre el desarrollo de los estudios lingsticos en
instituciones venezolanas acadmicas y de educacin superior (Chiossone 1990,
36
Aqu, no deben olvidarse los primeros encuadres crticos sobre lexicgrafos venezolanos del siglo XIX en
los sondeos histrico-bibliogrficos de Juan de Arona (Bibliografa de americanismos, en Diccionario de
peruanismos, 1882), Rodolfo Lenz (Bibliografa crtica de las obras sobre americanismos, en Diccionario
etimolgico de las voces chilenas derivadas de lenguas indgenas americanas, 1905-1910) y Miguel de Toro
y Gisbert (Los diccionarios de americanismos, en Americanismos, 1912).
37
En esta direccin, el Boletn de lingstica, que publican la Escuela de Antropologa y el Instituto
de Filologa Andrs Bello de la Universidad Central de Venezuela, ha dedicado el nmero 12-13
(1997) a la publicacin de estudios sobre ngel Rosenblat, escritos por: Josefina Falcn de Ovalles,
Gabriela Kizer, Enrique Obediente, Luis Quiroga Torrealba y Fernando Fernndez.
Barrera Linares 1992 y Prez 1997b) y la evaluacin sobre los resultados de las
reuniones de lingistas que se realizan peridicamente en el pas para sondear y
calibrar el progreso de las investigaciones (lvarez 1996; Serrn 2001; Prez
2002c). En menor escala, la investigacin lingstica venezolana ha intentado la
inspeccin crtica de autores forneos de proyeccin continental o mundial en la
historia de la lingstica. Podran mencionarse, a este respecto y como muestra, los
trabajos de ngel Rosenblat (Leo Spitzer, Revista de Filologa Espaola, Madrid,
t. XXI, 1934; Amado Alonso, Cultura Universitaria, Caracas, N 31, 1952),
Pedro Grases (Pompeu Fabra. 1868-1948, El Nacional, Caracas, 1978 [1948?];
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4, 1989; "El discurso pudibundo en los diccionarios hispanoamericanos. Revisin
del Diccionario de costarriqueismos, de Carlos Gagini", Revista de Filologa de la
Universidad de La Laguna, Tenerife, N 18, 2000). Captulo muy breve, lo
constituye el estudio metahistoriogrfico, tanto el de su reconstruccin histrica (=
historia de la historiografa) (Prez 2000d), como el de la inspeccin de algunas de
Quedan, sin
historias por especialidades, por perodos o por corrientes podran ocupar la atencin
en los aos venideros. Tambin, la historia de los pequeos dominios, como los
estudios de autores, estaran entre las intenciones de estudio que deberan
acometerse con ms persistencia.
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