Muñoz Ruiz. El Delito de Conducción Temeraria Del Art. 380 CP
Muñoz Ruiz. El Delito de Conducción Temeraria Del Art. 380 CP
Muñoz Ruiz. El Delito de Conducción Temeraria Del Art. 380 CP
UNIVERSIDAD DE MURCIA
DEPARTAMENTO DE HISTORIA JURDICA Y
CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLGICAS
2013
NDICE
Pags
ABREVIATURAS ............................................................................................................. 9
INTRODUCCIN ............................................................................................................. 11
NDICE DE ABREVIATURAS
ACP
ARP
Aranzadi Penal
Art.
Artculo
ATC
ATS
CE
Constitucin espaola
coord.
Coordinador
dir.
Director
JUR
LEcrim.
LO
Ley Orgnica
p.
pgina
RDLeg
RGCir
RJ
ss.
Siguientes
SAP
STC
STEDH
STS
StGB
TEDH
TS
Tribunal Supremo
Vid.
Vase
Vol.
Volumen
10
INTRODUCCIN
11
12
MUOZ CONDE, F.: Derecho Penal Parte Especial, Valencia, 2010, p. 699.
Estadsticas de la Direccin General de Trfico. Recurso electrnico disponible:
http://www.dgt.es/portal//
3
En la que se dieron cita delegaciones de ministros y representantes encargados de asuntos de transporte,
salud, educacin, seguridad y cuestiones conexas de aplicacin de las normas de trfico, y que culmin en
una declaracin en la cual se invitaba a los Estados Miembros a proclamar un decenio de accin para la
seguridad vial.
4
Tras la constatacin de que la seguridad vial es la primera causa de mortalidad en la poblacin de entre
cinco y veinte aos y que se hallar entre las primeras en 2020 de no adoptarse urgentes medidas, bajo el
amparo del mximo organismo internacional fue diseada la Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020, que
integra y alinea todas las actuaciones de la Administracin General del Estado que tienen impacto en la
mejora de la seguridad vial desde una perspectiva multidisciplinar. Pero, dado el entorno actual, sobre
todo en lo que se refiere a las disponibilidades presupuestarias, el detalle de los proyectos a acometer y el
presupuesto econmico se realizar en los planes de actuacin que, con carcter anual, se van a elaborar y
que sern la herramienta de trabajo para la consecucin de los objetivos establecidosA propuesta del
entonces Vicepresidente del Gobierno y Ministro del Interior, D. Alfredo Prez Rubalcaba, el 25 de
febrero de 2011 el Consejo de Ministros acuerda aprobar las lneas bsicas de la poltica de seguridad vial
2011-2020, tras la aprobacin del Consejo Superior de Seguridad Vial en su sesin plenaria de 23 de
noviembre de 2010.
5
MONTANER FERNNDEZ, F.: Delitos contra la seguridad vial, en Silva Snchez, J. M. (dir.) y
Regus y Valls, R. (coord.), Derecho Penal Parte Especial, Barcelona, 2011, p. 288.
2
13
6
MONTORO GONZLEZ, L.: Antropologa viria: un enfocament humanistic. Trfico y seguridad
vial: 6000 aos de historia, pp. 1 y 2. Recurso electrnico disponible en:
http://www.fundacioabertis.org/rcs_jor/montoro_2.pdf
7
HERNNDEZ-CARRILLO FUENTES, J. M.: Seguridad vial, velocidad y reforma del Cdigo
Penal, Revista de responsabilidad civil y seguro. Recurso electrnico disponible en:
http://www.asociacionabogadosrcs.org/doctrina/19%20%Jose%20Maria%20Hernandez-Carrillo.pdf
14
Las primeras seales rudimentarias datan de la poca precristiana por ejemplo la figura del Dios
Mercurio sealaba a los romanos la aproximacin de un cruce peligroso; tambin las normas son
antiguas, ya en los tiempos de los romanos la preferencia de paso estaba determinada por el rango y la
edad. La peatonalizacin tampoco es algo de nuestros das, ya existan en las calles de Roma, donde la
circulacin nocturna hizo que los ciudadanos que no podan dormir, acudieran al senado para solicitar su
prohibicin.
15
- La quinta sera la que va desde finales del siglo XIX hasta nuestros das. Es
esta etapa la ms rica y compleja en los temas del trfico. La aparicin y generalizacin
de los vehculos con motor va a traer consigo un conjunto de graves problemas que no
pudo prever la sociedad del siglo XIX, demasiado apasionada por las altas posibilidades
que vea en el nuevo y apasionante descubrimiento9.
16
decir que << la conduccin de vehculos a motor es una actividad que puede poner en
grave peligro la vida y la integridad fsica de muchas personas, hasta llegar a convertirse
en la actualidad en la primera causa de mortalidad en un segmento de edad de la
poblacin espaola; de ah que, como sucede en muchas actividades potencialmente
peligrosas, resulte plenamente justificable que los poderes pblicos, que deben velar en
primersimo lugar por la vida de los ciudadanos, supediten el ejercicio de esta actividad
al cumplimiento de severos requisitos, someten a quienes quieran desarrollarla a
controles preventivos llevados a cabo por parte de las Administraciones pblicas y se
anude a su incumplimiento sanciones acordes con la gravedad de los bienes que se
pretende proteger>>.
La 1 Conferencia Interministerial Mundial auspiciada por Naciones Unidas sobre seguridad vial
celebrada en Mosc los das 19 y 20 de noviembre de 2009, bajo el lema Es hora de actuar constat que
la seguridad vial es la primera causa de mortalidad en la poblacin de entre cinco y veinte aos y que se
hallar entre las primeras en 2020 de no adoptarse urgentes medidas. La reciente Comunicacin de la
Comisin al Parlamento Europeo Hacia un espacio europeo de seguridad vial: orientaciones polticas
sobre seguridad vial 2010-2020 y el nuevo Libro Blanco de 28 de marzo de 2011, tras reconocer que el
nmero de muertos en la dcada super los 35.000 anuales frente a los 25.000 planteados.
17
Pero como habr ocasin de comprobar en este estudio, no basta una perfecta
regulacin gubernativa, tendente a prevenir tales hechos, mediante un cmulo de
normas precisas y bien calculadas si su destinatario hace caso omiso de ellas o
temerariamente las desprecia, a sabiendas del riesgo que corre y en el que coloca a sus
semejantes. Prueba de ello es que a pesar de los avances realizados, en 2012 se
produjeron 1304 vctimas mortales y aunque la cifra es menor que en 2008, ao en el
que perdieron la vida 2180 personas en las carreteras espaolas, este nmero an sigue
siendo preocupante. El nmero de sentencias de condena y por tanto de eficacia del
sistema penal en la persecucin y sancin de infracciones penales (directamente
relacionado con la eficacia de la Polica Judicial de Trfico) va en progresin en los
aos 2010-2012: De 80.777 condenas en 2010 se ha pasado a 91.932 en 2011 y la
previsin estadstica aproximativa (con base en la experiencia de proyeccin del ao
anterior) es que para 2012 se halle en cifra superior a 110.000 condenas. Estos datos
coinciden con el nmero de procedimientos110.411 en 2010 y 140.650 en 2011y nos
permiten afirmar puestos en relacin con los de 2008 y 2009 (87.755 y 11.558) que
desde la reforma
creciente aplicacin de las normas penales y por tanto una paralela disminucin de la
impunidad penal14.
Todo lo anterior me lleva a sostener que si bien algunos autores creen ver en el
Derecho penal de la seguridad vial el nacimiento de nuevos mbitos o nuevos
riesgos15 que se incorporan al Derecho penal, en realidad la agresividad vial, no es
14
15
Nota de prensa de la Fiscala General del Estado sobre datos estadsticos de 20 de febrero de 2013.
MENDOZA BUERGO, B.: El derecho penal en la sociedad del riego, Madrid, 2001, pp. 40 y 41.
18
nada nuevo ni diferente, como he podido comprobar, siempre ha estado ah. Durante
mucho tiempo, paradjicamente, no se prest suficiente atencin al problema de la
violencia vial cuando desde pocas anteriores se ha venido produciendo de manera
ininterrumpida. Desde que el rechazo colectivo y la evidente alarma social generada por
esta realidad hicieron que violencia vial dejara de ser una conducta socialmente tolerada
para ocupar un lugar preeminente en las ms importantes agendas polticas del pas, el
legislador espaol enfoc el problema como de primera magnitud susceptible de un
tratamiento preferente y diferenciado.
16
GARCIA ALBERO, R.: La Nueva Poltica Criminal de la Seguridad Vial. Reflexiones a propsito de
la L.O 15/2007, de 30 de noviembre, y del Proyecto de Reforma del Cdigo Penal. Revista Electrnica
de Ciencia Penal y Criminologa. 2007, nm. 09-11. p. 11:1. Paulatinamente el discurso se ha ido
19
20
Es el caso del prrafo 2 del artculo 381 en su redaccin dada por la LO 15/2003, del que la prctica
judicial no hizo aplicacin.
21
Por ello las reformas legales se han sucedido con una clara intencin polticocriminal: concienciar a la ciudadana sobre los peligros de determinadas formas de
conduccin, con el objetivo de reducir las prdidas personales ocasionadas por los
accidentes de trfico. La preocupacin de los poderes pblicos es tal que, con un
objetivo claramente preventivo, se recurre incluso a una nueva terminologa, se habla de
violencia vial20, contra la que se pretende luchar desde distintos frentes, incluido el
Derecho Penal21.
20
Prembulo de la Ley Orgnica 15/2007. MONTANER FERNNDEZ, F.: Delitos, cit., p. 288,
apunta que de entrada el concepto de violencia vial, violencia vehicular o conduccin agresiva parece
referirse a las acciones violentas cometidas por automovilistas, motivados por disputas con otros
conductores o peatones, derivados de problemas de trfico que desatan la ira de quienes se ven
involucrados en ellos. Sin embargo, actualmente, algunos utilizan el concepto de violencia vial para
aludir a cualquier actuacin que desemboca en un incidente de circulacin.
21
GUTIRREZ RODRGUEZ, M., GARCIA DE BLANCO, V., MARTN LORENZO, M., SANZDEZ DE ULZURRUN LLUCH, M.: Delitos contra la Seguridad Vial: Cuestiones Comunes, en
Gutirrez Rodrguez, M. (coord.), Proteccin Penal de la Seguridad Vial, Valencia, 2009, pp. 25 y 26.
22
DE
LOS
DELITOS
23
24
Los orgenes ms remotos los sita Quintano Ripolls en los Reales Decretos de
23 de julio de 1918, 29 de octubre de 1920 y 24 de noviembre de 1922 que trataron de
disciplinar la materia del entonces incipiente trfico automovilista que no logr
unificarse hasta el Reglamento de 192623.
A partir de ah, los principales textos legales que abordan la cuestin son:
22
BELTRN BALLESTER, E.: Las obstaculizaciones al trfico. Examen del art.340 bis b) del Cdigo
Penal Espaol, en Cobo del Rosal, M. (dir.), Delitos contra la seguridad del trfico y su prevencin,
Valencia, 1975, p. 16. Seala el autor que la situacin se mantuvo as hasta que el 8 de abril de 1848 se
publica un Real Decreto regulando, entre otras cosas, el trnsito por los caminos. Para su proteccin se
ordena que las vas pblicas y sus mrgenes estn libres y desembarazados, sin estorbo que obstruya el
trnsito. Este Real Decreto, es el primer cdigo de la circulacin que nuestra patria ha tenido, tuvo tanta
importancia que algunos de sus preceptos han pasado a sucesivos reglamentos.
23
QUINTANO RIPOLLS, A.: Tratado de la Parte Especial de Derecho Penal, Tomo IV, Madrid,
1967, p. 454.
25
26
c1) Ley de 9 de mayo de 1950, sobre uso y circulacin del vehculos a motor,
ms conocida como Ley del Automvil, de marcado carcter penal-judicial27. Introdujo
distintas hiptesis delictivas relacionadas directa o indirectamente con el trfico, sobre
el principio de castigar conductas de riesgo o de desobediencia, independientemente de
los resultados lesivos que continuaron afectos al Cdigo Penal, si se ocasionaban por
imprudencia. As, la delincuencia del trfico qued configurada en una doble
orientacin: la del resultado, propia del Cdigo; y la del peligro o desobediencia
disciplinada por semejante Ley28.
histrico de los delitos de conduccin temeraria. No obstante, con la derogacin de este Cdigo, y la
vuelta al Cdigo de 1870, as como con los Cdigos posteriores, las referencias a todas cuestione
atinentes al trfico motorizado desaparecieron, MORENO ALCZAR, M. .: Los delitos de conduccin
temeraria, Valencia, 2003, pp. 3 y 4.
27
Esta ley quiso crear mandatos nuevos y lo hizo, pero sin sujetarse a clasificacin alguna en catorce
artculos y una disposicin adicional derogatoria. De carcter general sustantivo y autnomo respecto de
los resultados lesivos que la conducta del culpable pudiera determinar, admite en su artculo 13 la
absorcin de sus preceptos por los del Cdigo Penal en los caso de concurso.
28
GANZENMLER ROIG, C., DE LAMO RUBIO, J., ROBLEDO VILLAR, A., ESCUDERO
MORATALLA, J. F., FRIGOLA VALLINA, J.: Delitos contra la seguridad del trfico. Los delitos
cometidos con ocasin de la conduccin de vehculos a motor y ciclomotores, segunda edicin,
27
No obstante, de todos los tipos referenciados el que presenta una mayor similitud
con la modalidad delictiva analizada es el exceso de velocidad. Las conducciones que
encajaban en tal tipificacin eran numerosas, permitiendo, en palabras del Conde-
28
Algunos autores, como Cuello Caln, sealaban que en estos casos siempre ser
preciso que el juzgador aprecie en los hechos un relevante peligro que justifique su
castigo como delito. Peligro que poda serlo tanto para las personas como para las
cosas: El delito definido en este artculo como perteneciente al grupo de los
denominados delitos de peligro se perpetra y se consuma con el hecho de conducir un
vehculo de motor en las condiciones previstas en su texto aun cuando no se cause
ningn resultado lesivo para las personas o para las cosas32.
c2) Las crticas que se formularon y las lagunas que se manifestaron en la Ley de
1950 propiciaron la redaccin y aparicin de la Ley de 24 de diciembre de 1962, sobre
uso y circulacin de vehculos de motor33 que derog aqulla y que intent aunar en
un solo texto toda la normativa relativa al trfico. Al contrario que su predecesora, en
esta ocasin no se trataba de una Ley especial estrictamente penal, sino que con la
misma se pretendi dar un tratamiento global desde el punto de vista jurdico al
fenmeno de la conduccin irregular de vehculos de motor con relevancia penal. En un
esfuerzo de comprensin de los factores de toda ndole, fsicos, psquicos y humanos,
que confluyen en la circulacin, esta Ley previ una serie de figuras punitivas
genuinamente surgidas del mbito especfico a que se refieren y otras que colman
deficiencias y lagunas de la legislacin penal ordinaria34.
31
29
30
circulacin; lo que, junto con la exigencia del carcter << concreto e inmediato >> del
peligro, otorgaban a este precepto un carcter restrictivo con respecto a lo previsto en la
Ley de 1950. Por ello, aunque el artculo 2 de esta ltima Ley, antes visto, se pueda
considerar su precedente, hay que entenderlo slo en sentido lato37.
En los cuatro restantes prrafos de este mismo precepto se prevean las penas a
imponer en el caso en el que, adems de riesgo prevenido, resultaran muertes, lesiones,
o daos materiales38.
37
31
drogas
estupefacientes;
conduccin
temeraria
obstaculizacin al trfico.
Como seala Morillas Cueva y Surez Lpez, las variaciones introducidas por
esta Ley no son de gran novedad pero s de inters42. De toda la regulacin43, conviene
40
32
<< Ser castigado con la penas de multa de cinco mil a cincuenta mil pesetas y
privacin del permiso de conduccin por tiempo de tres meses y un da a cinco aos:
Primero: el que condujere un vehculo de motor bajo la influencia de bebidas
alcohlicas, drogas txicas o estupefacientes, Segundo: el que condujere un vehculo de
motor con temeridad manifiesta y pusiera en concreto peligro la vida de las personas,
su integridad o sus bienes >>.
43
33
es uno de los delitos catalogados como de peligro concreto. Una importante innovacin
es la presencia del penltimo prrafo, segn el cual <<cuando de los actos sancionados
en este artculo o en el siguiente resultare, adems del riesgo prevenido, lesin o dao,
cualquiera que sea su gravedad, los Tribunales apreciarn tan slo la infraccin ms
gravemente penada>>, que supone en opinin de Cobo del Rosal, un autntico
semillero de problemas45.
45
34
No fue esta reforma muy bien acogida por la doctrina. As, Morillas Cueva afirm que supone una muy
incompleta modificacin que poco actualiza y mucho mantiene, optando por seguir una lnea sumamente
continuista en la mayora de los preceptos, obviando las exigencias despenalizadoras alrededor de esas
materias e incrementando el catlogo anterior con un tipo sumamente discutible. MORILLAS CUEVA,
L.: Delitos contra la seguridad del trfico, Poder Judicial, nmero especial XII Jornadas de Estudio
sobre la Nueva Reforma del Cdigo Penal, Edt. Consejo General del Poder Judicial. Ministerio de
Justicia, Granada, 1989, La Corua, 1990, p. 165.
35
las
conductas de conduccin temeraria en las que slo se hayan puesto en peligro aspectos
patrimoniales48.
Para Moreno Alczar, las razones para semejante exclusin tiene que ver con
uno de los principales objetivos de la reforma: la pena respecto de las faltas. Al haberse
descriminalizado parcialmente los daos cometidos imprudentemente, y en aras al
respeto al principio de proporcionalidad, la pena que se hubiera podido imponer por la
puesta en peligro de los bienes como consecuencia de una conduccin temeraria debera
haber sido en todo caso inferior a la correspondiente a la tentativa dolosa de daos, lo
que llevara a considerar tal conducta como una simple falta y chocara en alguna
medida con la ya indicada autoimposicin del legislador de proceder a una
despenalizacin de las faltas,49 y, por ltimo, se incorpora un nuevo 340 bis d), sobre la
punicin de los denominados conductores homicidas.
47
36
d3) Como refiri Morillas Cueva, cuando pareca ms cercana la aparicin del
nuevo Texto punitivo, se vuelve a reformar la normativa penal en materia de trfico. As
la Ley Orgnica 17/1994, de 23 de diciembre, sobre modificacin de diversos
artculos del Cdigo Penal, con el fin de tipificar la conduccin de un ciclomotor bajo la
influencia de bebidas alcohlicas, drogas txicas, estupefacientes o sustancias
psicotrpicas, o con temeridad o con imprudencia, equipar expresamente el ciclomotor
con el vehculo de motor52.
Con la publicacin y posterior entrada en vigor del nuevo Cdigo Penal, los
delitos contra la seguridad del trfico aparecen regulados en el Captulo IV del Ttulo
XVII del Cdigo Penal, comprendiendo: A) i) la conduccin bajo los efectos de drogas
txicas, estupefacientes, sustancias psicotrpicas o de bebidas alcohlicas (art.379 CP),
la conduccin con temeridad manifiesta (art. 381 CP); ii) la creacin de grave riesgo
por no distinguir de forma genrica el tratamiento de tales tentativas, como tampoco el de los delitos
consumados con uno u otro dolo.
50
GANZENMLER ROIG, C., DE LAMO RUBIO, J., ROBLEDO VILLAR, A., ESCUDERO
MORATALLA, J. F., FRIGOLA VALLINA, J.: Delitos, cit., p. 37.
51
BOIX REIG. J., ORTS BERENGUER, E., VIVES ANTN, T. S.: La reforma, cit., p. 57.
52
MORILLAS CUEVA, L.: El delito, cit., p. 560.
37
53
GANZENMLLER C., DE LAMO RUBIO, J., ROBLEDO VILLAR, A., ESCUDERO, J. F.,
FRIGOLA J.: Delitos, cit., p. 41. Es preciso recordar que la L.O 15/2003, de 25 de noviembre, de
reforma del Cdigo Penal de 1995, despenaliza las conductas de los que realicen actividades careciendo
de seguros obligatorios de responsabilidad civil exigidos por la ley para el ejercicio de aqullas, cuando se
trate de conduccin de vehculos de motor y ciclomotores segn resulta del artculo 636 del Cdigo penal.
De modo que en lo sucesivo, dichas conductas dejan de tener relevancia penal, pasando a constituir
nuevamente ilcitos administrativos como ya ocurra con anterioridad al cdigo penal de 1995.
54
GORDILLO ALVAREZ-VALDS, I.: De los delitos contra la seguridad vial, en Lamarca Prez, C.
(coord.), Derecho Penal Parte Especial, Madrid, 2004, p. 504.
38
Sin embargo, el que las reformas en estos delitos sean escasas no significa que la
regulacin sea igual o coincidente con la versin del Texto de 1973. Existen diversas
variaciones que matizan esta primera apreciacin56:
55
MORILLAS CUEVA, L. y SUREZ LOPEZ, J.: El delito....., cit., pp. 560 y 561. La mayora de las
conductas tpicas a excepcin de las de nueva creacin art.380 CP- coinciden con las anteriormente
incriminadas. Adems las variaciones que se introducen en la redaccin de los mismos no son ms que
alteraciones de estilo, v. gr. Sustitucin de la partcula de por a, en el art.379 CP o de la partcula
de por con del art.383 CP. En esta lnea, frente a la locucin Tribunales que se empleaba por el
texto derogado, se utiliza ahora la frmula ms completa de los Jueces y Tribunales.
56
Ms ampliamente GANZENMLLER C., DE LAMO RUBIO, J., ROBLEDO VILLAR, A.,
ESCUDERO, J. F., FRIGOLA J.: Delitos, cit., p. 49, las detallan de la siguiente forma: Las
variaciones sustanciales ms importantes consisten en: 1) La reforma del sistema de penas: en el delito
de conduccin bajo los efectos de drogas txicas, estupefacientes, sustancias psicotrpicas o de bebidas
alcohlicas la pena se agrava sensiblemente, pasa de estar penado con arresto mayor o multa de cien mil a
un milln de pesetas y de privacin del permiso de conducir de tres meses y un da a cinco aos en el
ACP, a estar castigado con arresto de ocho a doce fines de semana o multa de tres a ocho meses privacin
del derecho a conducir de uno a cuatro aos; el delito de conduccin temeraria, en cambio, experimenta
una agravacin de la pena y pasa de estar penado con arresto mayor o multa de cien mil a un milln de
pesetas privacin del permiso de conducir de tres meses y un da a cinco aos en el ACP, a estar penado
con prisin de seis meses a dos aos y privacin del derecho de conducir de uno a seis aos; el delito de
alteracin de la seguridad del trfico sufre igualmente un endurecimiento de las penas a imponer, pasa de
estar penado con arresto mayor o multa de cien mil a un milln de pesetas a estar penado con prisin de
seis meses a dos aos o multa de tres a ocho meses; el delito de conduccin homicida pasa de estar
penado con prisin menor y multa de ciento cincuenta mil a tres millones de pesetas y privacin del
permiso de conducir de dos a diez aos, si existi peligro concreto y si no existi peligro concreto, pasa
de la pena de arresto mayor en grado medio a prisin menor en grado mnimo, a estar penado con prisin
de uno a cuatro aos y multa de seis a doce meses y privacin del derecho de conducir de seis a diez aos,
si existi peligro concreto, siendo la pena privativa de libertad, si no existi peligro concreto la de prisin
de uno a dos aos, 2) Se trasmuta el sistema de jerarqua de gravedad de las infracciones contra la
seguridad del trfico: en el ACP, la conduccin bajo los efectos de bebidas alcohlicas se castigaba con
igual pena que el delito de conduccin temeraria y ste a su vez con mayor pena que el delito de
alteracin de la seguridad del trfico. En cambio, en el nuevo Cdigo Penal, la infraccin ms gravemente
penada es la de conducir con temeridad manifiesta; le sigue en gravedad la alteracin de la seguridad del
trfico y, por ltimo, la infraccin de conducir bajo la influencia de bebidas alcohlicas, que resulta la
menos penada, aunque objetivamente aumente su castigo, 3) Y finalmente la novedad ms importante la
constituye la aparicin de un delito de nueva creacin cuya ubicacin en este Captulo es ms que
discutida. Nos referimos al art.380 CP en el que se tipifica la negativa a someterse a las pruebas de
alcoholemia previo requerimiento de los agentes de la autoridad. Las alteraciones formales ms
significativas son: 1) Se sustituye la locucin vehculo de motor del ACP por la de vehculo a motor
y tambin se ha producido una mutacin del orden de enumeracin de sustancias susceptibles de producir
influencia en la conduccin que se recoga en el antiguo artculo 340 bis. a).1 CP, actual 379 CP. Se
hablaba de bebidas alcohlicas, drogas txicas, estupefacientes o sustancias psicotrpicas y se pasa a
hablar de drogas txicas, estupefacientes, sustancias psicotrpicas o de bebidas alcohlicas. 2) En
segundo lugar en la regla concursal, segn la cual, cuando el delito de peligro concurra con otro de lesin,
39
- Los artculos 379 y 381 del Cdigo penal CP en que se desdobla el antiguo
artculo 340 bis. a), y en los que se castiga respectivamente al que condujere un
vehculo de motor o un ciclomotor, bajo la influencia de drogas txicas, estupefacientes,
sustancias psicotrpicas o de bebidas alcohlicas y al que condujere un vehculo a
motor o un ciclomotor con temeridad manifiesta y pusiera en concreto peligro la vida o
la integridad de las personas57.
- El artculo 382 CP, coincidente con el anterior artculo 340 bis. b), penaliza al
que altere la seguridad del trfico mediante la colocacin en la va de obstculos
imprevisibles, derramamientos de sustancias deslizantes o inflamables, mutacin o
dao de la sealizacin, o por cualquier otro medio; y al que no restablezca la seguridad
de la va cuando hubiere obligacin de hacerlo.
- El 383 CP, norma concursal que se corresponde con el antiguo art. 340 bis. c),
seala que cuando con motivo de los actos sancionados en los artculos 379, 381 y 382
CP, se ocasionara adems del riesgo prevenido, un resultado lesivo cualquiera que sea
gravedad, los tribunales apreciarn tan slo la infraccin ms gravemente penada.
- Los nuevos artculos 384 y 385 CP, cuyo predecesor fue el 340 bis. d) CP,
castigan al que con consciente desprecio por la vida de los dems, conduzca un vehculo
a motor o un ciclomotor con temeridad manifiesta y pusiera en concreto peligro la vida
o la integridad de las personas; as como al que con consciente desprecio por la vida de
los dems conduzca un vehculo a motor o ciclomotor con temeridad manifiesta cuando
los Tribunales castigarn slo la infraccin ms gravemente penada se aade, para el caso de que la
infraccin ms grave sea la de peligro y para el caso en que el resultado lesivo no sea ni siquiera tpico,
que los Tribunales condenarn al resarcimiento de la responsabilidad civil que se haya originado. 3) Y la
pena de comiso del vehculo aneja al delito de conduccin homicida prevista en el prrafo 3 del antiguo
art.340 bis.d) CP adquiere autonoma formal y constituye en la nueva regulacin un artculo propio e
independiente, art.385 CP56.
57
En este sentido TAMARIT SUMALLA, J. M.: Delitos contra la seguridad del trfico, en Quintero
Olivares, G. (dir.), Comentarios al nuevo Cdigo Penal, Pamplona, 1996, pp. 1686, 1687,1693. Aade el
autor, en relacin al delito de conduccin temeraria, que: El desdoblamiento en preceptos distintos del
presente tipo y el art.379, anteriormente reunidos en un mismo artculo, no obedece meramente a un afn
de mayor claridad sistemtica, dado el distinto contenido de ambas conductas, sino a la voluntad de
intensificar las reacciones ante esta conducta, opcin que en abstracto parece responder a lgicas
exigencias de proporcionalidad, dada la presencia adicional en esta
conducta de un peligro concreto para la vida o la integridad de las personas, pero que atendiendo al
concreto marco penal fijado, lleva a consecuencias insatisfactorias al ser de mayor gravedad que el
previsto para algunos supuestos de lesiones con imprudencia grave.
40
58
ESCOBAR JIMNEZ, R.: Cdigo Penal de 1995 (comentarios y jurisprudencia), Granada, 1998, p.
1551. Seala este autor que el art. 384 CP cuyo precedente art.340 bis. d) haba sido objeto de diversos
enfoques y pronunciamientos en la doctrina y jurisprudencia sobre su carcter doloso o culposo, tiene ya
un claro perfil intencional al no constituir uno de los tipos imprudentes contenidos en el Libro II del CP al
que se refiere el art. 12 del mismo texto.
59
Esta controvertida figura delictiva, producto ms del apasionamiento criminolgico de nuestro
legislador penal que de una autntica necesidad social, fue introducida en nuestro ordenamiento jurdico
punitivo en 1995. MARTNEZ RUIZ, J.: El delito de desobediencia a los agentes de la autoridad en el
mbito de la seguridad vial, en Morillas Cueva, L. (coord.), Delincuencia en materia de seguridad vial,
cit. p. 217.
60
MUOZ CONDE, F.: Derecho Penal. Parte Especial, Valencia, 1999, pp. 649 y 650.
61
Las reformas del Cdigo Penal que se contienen en esta Ley Orgnica se han abordado en el marco de
una revisin parcial, pero sistemtica y coherente, del actual Cdigo Penal. Por ello se ha respetado la
estructura y los principios del mismo, la unidad y el sistema del Cdigo Penal de 1995. Por ello las
modificaciones operadas en un importante nmero de artculos responden exclusivamente a la inclusin
41
42
APARICIO DAZ, L.: Notas sobre el prrafo 381 del Cdigo Penal, en Morillas Cueva, L (coord.),
Delincuencia en materia de trfico y seguridad vial. Aspectos penales, civiles y procesales, Madrid, 2007,
p. 337. As, el 31 de octubre de 2003, el Senador Capdevila i Bas seal: El art. 381 hace referencia a la
conduccin temeraria y en esta punto queremos precisar qu se entiende como tal ().
65
CARBONELL MATEU, J. C.: La reforma del tratamiento penal de la seguridad penal en Morillas
Cueva, L. (coord.), Delincuencia, cit., p. 385.
43
noviembre, del Cdigo Penal en materia de Seguridad Vial, acordndose por el Pleno
del Congreso de los Diputados la toma en consideracin la citada Proposicin de Ley
Orgnica el 27 de junio de 2007.66 La Mesa de la Cmara, en fecha, 6 del julio de 2007,
acuerda encomendar Dictamen por el procedimiento de urgencia a la Comisin de
Justicia y abrir plazo para que los Diputados y Grupos Parlamentarios puedan presentar
las enmiendas que consideren oportunas.
Unos meses despus, el Boletn Oficial del Estado del 1 de diciembre de 2007
publicaba la LO 15/2007, de 30 de noviembre, por la que se modifica le LO 10/1995, de
23 de noviembre, del Cdigo Penal en materia de seguridad vial. El prembulo de la LO
15/2007 justificaba la reforma sealando que entre las resoluciones aprobadas como
consecuencia del debate sobre el estado de la nacin de 2006 se incluye la nmero
diecinueve, en la que se declara entre otros aspectos que el Congreso de los Diputados
considera oportuno impulsar la modificacin del Cdigo Penal, teniendo en cuenta las
distintas propuestas estudiadas por la Comisin de Seguridad Vial del Congreso de los
Diputados, con el objetivo de definir con mayor rigor todos los delitos contra la
seguridad del trfico y los relacionados con la seguridad vial, evitando que
determinadas conductas calificadas como de violencia vial puedan quedar impunes67.
66
Del Proyecto de Ley Orgnica publicado en el BOE de 15 de enero de 2007, de modificacin del
Cdigo Penal que se estaba tramitando en las cmaras y que acabara por no aprobarse, fueron segregados
por acuerdo de los grupos parlamentarios los delitos contra la seguridad vial. Los Grupos Parlamentarios
Socialista, de Convergencia i Uni (CIU), de Ezquerra Republicana (ERC), de Izquierda-Unida per
Catalunya Verds (IU-ICV), de Coalicin Canaria-Nueva Canarias y el Grupo Mixto presentaron el 14 de
junio de 2007 a la Mesa del Congreso la Proposicin de Ley Orgnica de reforma del CP en materia de
Seguridad Vial. Como se desprende de la Exposicin de Motivos de dicha proposicin <<existiendo un
amplio consenso parlamentario en el seno de la Comisin de Seguridad Vial, consideran oportuno
segregar la reforma de estos delitos del Proyecto de reforma general del CP que previsiblemente requerir
una ms lenta tramitacin, al afectar a cuestiones especialmente espinosas y controvertidas, como es la
responsabilidad penal de las personas jurdicas y la regulacin de la imprudencia>>.
67
El Prembulo de la LO 15/2007 mantena adems que <<La reforma sobre los delitos contra la
seguridad vial cuenta con un amplio consenso de los grupos parlamentarios en torno a las propuestas
formuladas ante la Comisin sobre Seguridad Vial. Por ello, se presenta esta Proposicin de Ley
Orgnica de reforma del Cdigo Penal en materia de Seguridad Vial, cuyo contenido bsico persigue, de
una parte, incrementar el control sobre el riesgo tolerable por la va de la expresa previsin de excesos
de velocidad que se han de tener por peligrosos o de niveles de ingesta alcohlica que hayan de merecer
la misma consideracin. A partir de esa estimacin de fuente de peligro se regulan diferentes grados de
conducta injusta, trazando un arco que va desde el peligro abstracto hasta el perceptible desprecio por
la vida de los dems, como ya vena haciendo el Cdigo. Las penas y consecuencias se incrementan
notablemente, en especial, en lo concerniente a la privacin del permiso de conducir, y a ello se aade la
no menos severa posibilidad de considerar instrumento del delito al vehculo de motor o ciclomotor, en
orden a disponer su comiso. Al igual que sucede en el derecho vigente, se ofrece una especfica regla
para salvar el concurso de normas cuando se hubiera ocasionado adems del riesgo prevenido un
resultado lesivo. En tal caso se apreciar tan slo la infraccin ms gravemente penada, aplicando la
pena en su mitad superior y condenando, en todo caso, al resarcimiento de la responsabilidad civil que
se hubiera originado. La negativa a someterse a las pruebas legalmente establecidas para detectar el
44
Con las sucesivas exclusiones y el olvido del delito de omisin del deber de
socorro a la propia vctima, la LO 15/2007, de 30 de noviembre, por la que se modifica
el Cdigo Penal en materia de seguridad vial, se centra exclusivamente, como se referir
a continuacin, en la reforma del art. 47 y del Captulo IV del Ttulo XVII del Libro II
del Cdigo Penal, dejando al descubierto, que el objetivo pretendido por la misma,
grado de alcoholemia o de impregnacin txica, en cambio, pierde su innecesario calificativo de delito
de desobediencia y pasa a ser autnomamente castigada. Una criticada ausencia era la conduccin de
vehculos por quienes hubieran sido privados, judicial o administrativamente, del derecho a hacerlo por
prdida de vigencia del mismo. Cierto que algunos casos podran tenerse como delitos de
quebrantamiento de condena o de desobediencia, pero no todos; por ello se ha considerado ms gil y
preciso reducir todas esas situaciones posibles en un solo precepto sancionador >>.
68
Memoria de la Fiscala General del Estado, Madrid, 2005, p. 533.
45
segn palabras del propio Prembulo es << definir con mayor rigor todos los delitos
contra la seguridad del trfico y los relacionados con la seguridad vial >> algo de difcil
alcance69.
46
En este sentido resulta trascendental que el tribunal que dicta la sentencia pueda
poner en conocimiento de la autoridad administrativa la condena a los efectos de que se
pueda proceder a dejar sin efecto por la Jefatura de Trfico el citado permiso o licencia,
debiendo ser anotado en el Registro de conductores e Infractores71.
71
GUTIRREZ ROMERO, M.: Reforma del Cdigo Penal en materia de Seguridad Vial: Unas breves
consideraciones, en Actualidad Jurdica Aranzadi, n 752, 2008, p. 6. Recurso electrnico disponible en:
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2597528.
72
DE VICENTE MARTNEZ, R.: La Reforma Penal de 2007 en Materia de Seguridad Vial, en
Arangena Fanego, C. y Sanz Morn, A. J. (coords.), La Reforma de la Justicia Penal. Aspectos
Materiales y Procesales, Valladolid, 2008, p. 215.
73
GUTIRREZ ROMERO, M.: Reforma, cit., p. 6.
47
48
urbana o interurbana, siempre adems que dicha conduccin se haga con una tasa de
alcohol en aire espirado superior a 0,60 mg por litro o una tasa de alcohol en sangre
superior a 1.2 gr. por litro. Llama la atencin el hecho de que se haga alusin
nicamente a las tasas de alcohol y que sin embargo, se omita cualquier referencia a la
conduccin bajo los efectos de cualquiera otra de las sustancias a las que expresamente
se refiere el artculo 379, a pesar de que la incidencia de estas ltimas en la capacidad
para conducir puede ser similar e incluso mayor en algunos casos.
GONZLEZ CUSSAC, J. L. y VIDALES RODRGUEZ, C.: Los nuevos delitos contra la seguridad
vial en Vidales Rodrguez, C. y Mera Redondo, A. (coords.), Seguridad Vial (Especial referencia a la
reforma operada en el Cdigo Penal mediante la Ley Orgnica 15/2007, de 30 de noviembre), Valencia,
2008, p. 210.
76
Ibidem.
49
77
GONZLEZ CUSSAC, J. L. y VIDALES RODRGUEZ, C.: Los nuevos..., cit. pp. 212 y 213.
50
78
Ibidem, p. 215.
Ello obedece a una enmienda presentada por el Grupo Parlamentario de Senadores Nacionalistas
Vascos, con el fin de evitar que la dureza de la pena sea desproporcionada en relacin con los resultados
lesivos ms leves. Si bien el propsito podra ser loable, no es deseable la situacin de incertidumbre que
se produce dado que para estas hiptesis, la falta de previsin legal expresa, obliga a tratarlas
dependiendo de las circunstancias concretas que concurran o bien, como un supuesto de conflicto
aparente de normas penales, o bien, en la mayora de las hiptesis, como un caso de concurso de delitos
ideal e incluso, real si el delito de peligro ocasiona varios resultados lesivos constitutivos de falta que de
ser as, haran aplicables las reglas generales de determinacin de la pena y, por tanto, no se evitara esa
desproporcin que se alega.
79
51
52
represiva, sino social cultural, social y econmica han quedado frustradas, pues el
ambicioso proyecto de modificacin de nuestro Cdigo Penal ha quedado reducido a
estos 7 artculos que sustituyen a los previstos con anterioridad en el mismo Captulo IV
del Ttulo XVII, y a una serie de disposiciones transitorias y adicionales de marcado
carcter reglamentario. Sin embargo, no puede obviarse la mejora tcnica de estos tipos
penales en relacin a la regulacin anterior, pues si bien es cierto que se sigue
produciendo una anticipacin progresiva de la intervencin penal en mbitos, hasta
fechas recientes, exclusivos de la potestad administrativa sancionadora, se ha producido
una objetivacin de los tipos penales, eliminado la conceptualizacin indeterminada
para dar paso a lo que Morillas Cueva denomina una interpretacin autntica82 sobre
el alcance de determinados elementos integradores del tipo. Entendemos que la
valoracin global de la nueva regulacin legal en materia de seguridad vial es positiva,
aunque, como tendemos ocasin de ver en este estudio, an existen planteamientos que
son criticables.
MORILLAS CUEVA, L.: Delitos contra la seguridad del trfico: una preocupada reflexin global, en
Delincuencia..., cit., p. 429. Se refiere el autor, concretamente a la interpretacin que a propsito del
delito previsto en el art.380 CP, ofrece el legislador de 2007 sobre el alcance de la conduccin
temeraria.
83
GONZLEZ COLLANTES, T.: Seguridad vial, reformas penales y reeducacin, en Orts Berenguer,
E. (coord.), Prevencin y Control de la Siniestralidad, Valencia, 2011, p. 210.
53
1. Introduccin
El trfico viario, al igual que otras materias medioambiente, consumo, etc. - por
su propia naturaleza constituye una actividad de riesgo cuya trascendencia social y
econmica en las sociedades industrializadas justifica una amplia regulacin no slo en
el mbito del Derecho administrativo sancionador sino tambin en el Derecho penal. En
efecto, la regulacin del trfico vial en s, se realiza en el marco del Derecho
administrativo, su mbito propio como sector del ordenamiento jurdico al que le
compete la reglamentacin de las actividades con un enfoque de gestin de riegos. En
su actividad reguladora apunta Torres Fernndez- la Administracin puede definir
infracciones e imponer sanciones para los hechos que perturban gravemente el trfico y
54
87
trfico y la seguridad vial ha sido objeto de atencin y revisin legislativa en los ltimos
aos, concretamente, la Ley 17/2005, de 19 de julio, introdujo el sistema del permiso o
licencia de conduccin por puntos88, asimismo fue elaborado un nuevo Reglamento
General de Conductores aprobado por el Real Decreto 818/2009, de 8 de mayo, y
84
TORRES FERNNDEZ, M. E.: Reflexiones sobre algunos efectos administrativos del carnet por
puntos, en Morillas Cueva, L. (coord.), Delincuencia, cit., p. 97.
85
En este sentido, Orts Berenguer seala en relacin a la circulacin de vehculos que su uso inmoderado
e incorrecto en particular, representa un riesgo para los bienes mencionados, y por ello se sancionan los
comportamientos que aumentan ese riesgo ms all de lo tolerado, como ilcitos administrativos o como
delitos, ORTS BERENGUER, E.: Delitos contra la seguridad colectiva (y III): Delitos contra la
seguridad vial, en AAVV, Derecho Penal Parte Especial, Valencia, 2011, p. 629.
86
Adems de las disposiciones citadas conviene recordar la vigencia del Real Decreto 317/2003, de 14 de
marzo, por el que se regula la organizacin y funcionamiento del Consejo Superior de Trfico y
Seguridad de la Circulacin Vial, Real Decreto 2822/1998 de 23 de diciembre, por el que se aprueba el
Reglamento General de Vehculos, y Real Decreto 2272/1985, de 4 de diciembre, por el que se
determinan las aptitudes psicofsicas que deben poseer los conductores de vehculos y por los que se
regulan los centros de reconocimiento destinados a verificarlo.
87
RODRGUEZ FERNNDEZ, A.: Plan de Accin de la Fiscala en materia de Seguridad Vial. Inade.
Instituto
Atlntico
del
Seguro.
p.
1
http://www.inade.net/archivos/ponencias/07Presentacion_RODRIGUEZ.pdf
88
La mentada Ley ha operado importantes reformas en el Real Decreto Legislativo 330/, de 2 de marzo,
como su propia Exposicin de Motivos justifica, a fin de dotar de coherencia al sistema y, en cuanto al
rgimen sancionador se refiere, acompasarlo a las exigencias de una nueva modalidad del permiso de
circulacin por puntos, sin instaurar por ello un doble sistema punitivo. En ella se intenta desvalorar, de
manera diferenciada de las concretas infracciones cometidas, la reiteracin de la vulneracin de las reglas
que ordenan la circulacin contribuyendo a incrementar significativamente el riesgo en que sta se
desarrolla para sancionar de manera adecuada la pertinacia en la conduccin arriesgada y atajar la
peligrosidad que de ella se deriva.
55
89
56
91
En este sentido, OLMEDO CARDENETE, M.: Delitos contra la seguridad vial en Morillas Cueva
(coord.), Sistema de Derecho Penal Espaol Parte Especial, Madrid, 2011, cit., p. 838. ALASTUEY
DOBN, C. y ESCUCHURI AISA, E.: Ilcito, cit., p. 9.
92
En este sentido, GARCA ALBERO, R.: La nueva poltica criminal de la seguridad vial, en Revista
Electrnica de Ciencia Penal y Criminologa, 09-11 (2007), pp. 2 y siguientes; en el mismo sentido, Mir
Linares afirma que ya no puede afirmarse que la conducta viaria que infringe el orden regulatorio estatal
sin suponer un peligro para la vida o la salud de las personas constituir tan slo una infraccin
administrativa, y que se traspase la frontera del riesgo se incurrir en responsabilidad penal, MIR
LLINARES, F.: El moderno Derecho penal vial y la penalizacin de la conduccin sin permiso, Indret
3/2009, pp. 5 y siguientes.
93
SILVA SNCHEZ, J. M.: La expansin del Derecho penal. Aspectos de la poltica criminal en las
sociedades postindustriales, Madrid, 2001, pp. 138 y 143.
57
94
58
no produce per se efectos perniciosos, sino todo lo contrario97, lo cierto es que origina
no pocas situaciones conflictivas, dado el solapamiento de la infraccin administrativa
con el correspondiente tipo penal98.
59
El apartado 4 del artculo 65 de la LSV dispone: Son infracciones graves las conductas tipificadas en
esta Ley referidas a: a) No respetar los lmites de velocidad reglamentariamente establecidos, de acuerdo
con lo recogido en el Anexo IV. b) circular en un tramo a una velocidad media superior a los lmites
establecidos reglamentariamente, de acurdo con lo recogido en el Anexo I. c) Incumplir las disposiciones
de esta Ley en materia de prioridad de paso, adelantamientos, cambios de direccin o sentido y marcha
atrs, sentido de la circulacin, utilizacin de carriles y arcenes y, en general, toda vulneracin de las
ordenaciones especiales de trfico por razones de seguridad y fluidez de la circulacin. d) Parar o
estacionar en carril bus, en curvas, cambios de rasante, zonas de estacionamiento para uso exclusivo de
personas con discapacidad, tneles, pasos inferiores, intersecciones o en cualquier otro lugar peligroso o
en el que se obstaculice gravemente la circulacin o constituya un riesgo, especialmente para los
peatones. e) Circular sin hacer uso del alumbrado reglamentario, salvo que el vehculo sea una bicicleta
en cuyo caso la infraccin tendr la consideracin de leve. f) Conducir utilizando cascos, auriculares u
otros dispositivos que disminuyan la obligatoria atencin permanente a la conduccin. g) Conducir
utilizando manualmente dispositivos de telefona mvil, navegadores o cualquier otro sistema de
comunicacin; h) No hacer uso del cinturn de seguridad, sistemas de retencin infantil, casco y dems
elementos de proteccin. i) Circular con menores de doce aos como pasajeros de ciclomotores o
motocicletas. j) No respetar las seales de los Agentes que regulan la circulacin. l) No respetar la seal
de stop o de ceda el paso. ll) Conducir un vehculo siendo titular de una autorizacin que carece de
validez por no haber cumplido los requisitos administrativos exigidos reglamentariamente en Espaa. M)
la conduccin negligente. n) Arrojar a la va o en sus inmediaciones objetos que pueden producir
incendios o accidentes, o que obstaculicen la libre circulacin. ) No mantener la distancia de seguridad
con el vehculo que le precede. o) Conducir con un vehculo que incumpla las condiciones tcnicas
reglamentariamente establecidas, salvo que pudieran estimarse incluidas en el apartado 5.II) siguiente,
as como las infracciones relativas a las normas que regulan la inspeccin tcnica de vehculos. p)
Incumplir la obligacin de todo conductor de verificar que las placas de matrcula del vehculo no
presentan obstculos que impidan o dificulten su lectura e identificacin. q) No facilitar al Agente de la
autoridad su identidad ni los datos del vehculo solicitados por los afectados en un accidente de
circulacin, estando implicado en el mismo. r) Conducir vehculos con la carga mal acondicionada o con
peligro de cada. s) Conducir un vehculo teniendo suspendida la autorizacin administrativa para
conducir o prohibida su utilizacin por el conductor. t) Circular con un vehculo cuyo permiso de
circulacin est suspendido. v) Incumplir la obligacin de impedir que el vehculo sea conducido por
quien nunca hubiera obtenido el permiso o la licencia de conduccin correspondiente. u) La ocupacin
excesiva del vehculo que suponga aumentar en un 50 por ciento el nmero de plazas autorizadas,
excluida la del conductor. v) Incumplir la obligacin de impedir que el vehculo sea conducido por quien
nunca hubiere obtenido el permiso o la licencia de conduccin correspondiente. w) Incumplir las normas
sobre el rgimen de autorizacin y funcionamiento de los centros de enseanza y formacin y de los
centros de reconocimiento de conductores autorizados por el Ministerio del Interior o por los rganos
competentes de las Comunidades Autnomas, salvo que pudieran estimarse influidas en el artculo
65.6.e). x) Circular en posicin paralela con vehculos que lo tienen prohibido. y) No instalar los
dispositivos de alerta al conductor en los garajes o aparcamientos en los trminos legal y
reglamentariamente previstos. z) Circular en posicin paralela con vehculos que lo tienen prohibido.
102
Segn el apartado 5 del artculo 65, Son infracciones muy graves, cuando no sean constitutivas de
delito, las siguientes conductas: a) No respetar los lmites de velocidad reglamentariamente establecidos,
de acuerdo con el Anexo IV. b) Circular en un tramo a una velocidad media superior a los lmites
establecidos reglamentariamente, de acuerdo con lo recogido en el Anexo IV. c) La conduccin por las
vas objeto de esta Ley habiendo ingerido bebidas alcohlicas con tasas superiores a las que
reglamentariamente se establezcan, y en todo caso la conduccin bajo los efectos de estupefacientes,
psicotrpicos, estimulantes y cualquier otra sustancia de efectos anlogos. d) Incumplir la obligacin de
todos los conductores de vehculos de someterse a las pruebas que se establezcan para la deteccin de
posibles intoxicaciones de alcohol, estupefacientes, psicotrpicos, estimulantes y otras sustancias
anlogas, y a de los dems usuarios de la va cuando se hallen implicados en algn accidente de
circulacin. e) La conduccin temeraria. f) La conduccin en sentido contrario al establecido. g)
Participar en competiciones y carreras de vehculos no autorizadas. h) Conducir vehculos que tengan
instalados inhibidores de radar o cualesquiera otros mecanismos encaminados a interferir en el correcto
funcionamiento de los sistemas de vigilancia del trfico. i) El exceso en ms del 50 por ciento en los
tiempos de conduccin o la minoracin en ms del 50 por ciento en los tiempos de descanso establecidos
60
61
2. Otra diferencia considerable viene determinada por la sancin, que en el caso del
ilcito penal es mucho mayor.
5. Por ltimo, una consideracin ajena a la tcnica del Derecho penal: la opinin
del ciudadano medio que ignora y considera poco o nada relevante, que la
106
62
Dado que la normativa gubernativa por parca es amplia hasta grado sumo,
corresponde al Derecho penal establecer la delimitacin entre una y otra modalidad
infractora. Por ello resulta acertado afirmar que en el delito la temeridad ha de ser
manifiesta, esto es notoria y evidente para el ciudadano medio y, adems, ha de generar
un peligro efectivo, constatable, para la vida o la integridad fsica de personas
identificadas o concretas, distintas del conductor temerario108.
De lo que no cabe duda es que las sucesivas reformas habidas en la materia vial,
especialmente aquellas que afectan al contenido y redaccin de las infracciones, influir
notablemente en la determinacin de los criterios que habrn de manejarse en la
delimitacin de ambos tipos de infracciones. Conforme a ello, tradicionalmente, la
jurisprudencia y la doctrina cientfica, establecan la delimitacin atendiendo al carcter
notorio y manifiesto de la temeridad y a la presencia de un riesgo concreto para la vida
107
APARICIO DAZ, L.: Notas sobre el prrafo 2 del artculo 381 del Cdigo Penal, en Morillas
Cueva, L. (coord.), Delincuencia, cit., pp. 349 y 350, se refiere los cinco puntos anteriores si bien
difiere en el primero ya que en el momento en que el autor hizo un anlisis de la cuestin la
reglamentacin administrativa vigente prevea como infraccin muy grave la conduccin con temeridad
manifiesta con lo que la diferencia entre el ilcito penal y el administrativo en lo que a la conducta tpica
se refera era inexistente.
108
QUERALT JIMNEZ, J. J.: Derecho Penal Espaol. Parte Especial, Barcelona, 2010, p. 991.
109
TAMARIT SUMALLA, J. M.: Delitos, cit., p. 1573; DE VICENTE MARTNEZ, R.:
Derechocit., p. 385.
110
MORENO ALCZAR, M. A.: Delitos, cit., p. 85.
111
SANZ-DEZ DEL ULZURRUM LLUCH, M.: Conduccin, cit., p. 149.
63
64
noviembre
[RJ
2006\225]),
conducir
velocidad
excesiva
realizando
Vid. DE VICENTE MARTNEZ, R.: Derecho, cit., p. 554; HORTAL IBARRA, J. C.: El delito,
cit., p. 127.
65
Por otra parte, la doctrina indica con razn que la infraccin de la normativa
administrativa es un indicio de conduccin temeraria, cuya fundamentacin requiere
adems atender al resto de las circunstancias que concurran en el caso concreto, como el
estado de la carretera, la presencia de peatones, las caractersticas mecnicas del
automvil y la aptitud del conductor118. La jurisprudencia ha hecho aplicacin de estos
de estos parmetros, entre otras, en la SAP de Barcelona 262/2009, de 30 de octubre
[ARP 2010\45], aprecia conduccin temeraria en la circulacin a velocidad excesiva
para las condiciones de la va, rebasando varios semforos en rojo y obligando a varios
peatones a saltar para evitar ser atropellados; SAP de Cantabria 122/2008 de 2 de mayo
116
66
67
propone, pues, a falta de resultado de peligro concreto para las personas (y tambin dolo
de peligro), si esta conduccin manifiestamente temeraria consiste en la conduccin a
velocidad excesiva y/o conduccin superando una determinada tasa de alcohol, la
conduccin manifiestamente temeraria deja de constituir una infraccin administrativa
muy grave para pasar a constituir, ope legis, una infraccin penal en la que se pretende
prevenir un presunto peligro abstracto, y para ello se recurrir, no al delito de
conduccin con temeridad manifiesta poniendo en concreto peligro la vida o integridad
personales (artculo 380 del Cdigo penal), sino al delito de conduccin superando una
determinada velocidad y al delito de conduccin superando una determinada tasa de
alcohol (artculo 379.1 y 2).
123
Vase en este sentido las SAP de Granada 179/2009 de 30 de marzo [JUR 2010\14714]; SAP de Santa
Cruz de Tenerife 153/2012 de 12 de abril JUR 2012\219417; SAP de Mlaga 187/2011, de 11 de abril
[JUR 2011\342051].
68
casos en los que existe error vencible de tipo sobre el elemento que da lugar a la
calificacin como manifiestamente temeraria de la conduccin realizada como en los
ejemplos anteriormente propuestos de entrada por error en una autova por direccin
contraria o desconocimiento de fallos mecnicos en el vehculo que dan lugar a una
conduccin peligrosa que genera un riesgo, o supuestos de desconocimiento de la norma
de cuidado infringida-; y los casos en que, existiendo conocimiento sobre la temeridad
de la conduccin, falta la previsin de un posible riesgo para la vida o salud de una
persona concreta y determinada124. Concretamente la jurisprudencia menor ha venido
negando el delito de conduccin temeraria en supuestos de conduccin en sentido
contrario por error o despiste momentneos, apreciando, en estos casos, una infraccin
de trfico pero no del delito del artculo 381 del Cdigo penal al no haberse probado, en
modo alguno, que esa conducta obedeciera a la voluntad consciente del acusado y que
no se trataba de un error ciertamente grave y peligroso para la seguridad vial125.
Por otra parte el Cdigo Penal tipifica como delito distintos supuestos de
conduccin temeraria: en primer lugar, la conduccin manifiestamente temeraria que
ponga en concreto peligro la vida o la integridad de las personas (artculo 380), en
segundo lugar, la conduccin temeraria con manifiesto desprecio por la vida de los
dems (artculo 381.1 y 2). En cuanto a los supuestos de conduccin con temeridad
manifiesta que se regulan en el artculo 381, es evidente que el elemento delimitador de
la infraccin administrativa y la conducta prevista en el artculo 381 tendr que
establecerse en atencin a la exigencia de manifiesto desprecio por la vida de los
dems, amn de que en el apartado primero se requiere asimismo la produccin de un
resultado de peligro para la vida o la integridad de las personas 126. Por tanto, no todos
los supuestos de conduccin en sentido contrario por autopistas o autovas integran de
forma automtica el ilcito penal. Quedan fuera del mbito de este delito los supuestos
124
No obstante, el Tribunal Constitucional tiene establecido que las garantas que rigen la imposicin de
sanciones penales, entre ellas la exigencia de dolo o imprudencia como presupuesto de la pena, se
extienden tambin al mbito administrativo sancionador, de forma que no cabe admitir en este mbito una
responsabilidad objetiva. Por ello, los supuestos de error invencible sobre la circunstancia que determina
la temeridad de la conduccin tampoco podrn ser objeto de sancin administrativa:
La STC 76/1990, de 26 de abril [RTC 1990\76], afirmaba que este principio (responsabilidad subjetiva)
rige tambin en materia de infracciones administrativas, pues en la medida de que la sancin de dicha
infraccin es una de las manifestaciones del ius puniendi del Estado resulta inadmisible en nuestro
Ordenamiento un rgimen de responsabilidad objetiva o sin culpa, GUTIRREZ RODRGUEZ, M.,
GARCA DEL BLANCO, V., MARTN LORENZO, M, SANZ-DEZ DE ULZURRUM LLUCH, M.:
Infracciones, cit., p. 523.
125
Vase a modo de ejemplo la SAP Granada nm. 180/2007, de 16 de marzo [JUR 2007\228743].
126
ALASTUEY DOBN, C. y ESCUCHURI AISA, E.: Ilcito penal, cit., pp. 37 y ss.
69
de entrada por error en sentido contrario a una autova, que, en caso de ser vencible, se
sancionar en el mbito administrativo. Tambin podrn integrar una infraccin
administrativa la conducta prevista en el artculo 381.2, cuando constituya una tentativa
absolutamente inidnea, es decir, cuando por las circunstancias concurrentes, resulte
completamente imposible que ninguna persona entre en el radio de accin de la
conducta peligrosa, est ausente el riesgo concreto que exige el prrafo 1 del artculo
381, sino tambin todo riesgo siquiera potencial para la vida de las personas, pueden
reconducirse a la va administrativa127.
GUTIRREZ RODRGUEZ, M., GARCA DEL BLANCO, V., MARTN LORENZO, M., y
SANZ-DEZ DE ULZURRUM LLUCH, M.: Infracciones, cit., p. 521 y ss.
128
MORILLAS CUEVA, L. y SUREZ LPEZ, J. M.:El delito..., cit. p. 571. Sealan los autores que
es atractivo para el Estado, utilizar los medios punitivos, normalmente ms contundentes que el resto,
para obviar problemas cuyo enfrentamiento inicial pudiera hacerse desde otras perspectivas menos
gravosas para el ciudadano, lo contrario tiene la posibilidad de caminar hacia una excesiva coaccin
estatal sobre el individuo, impropia de un Estado Democrtico y de Derecho. El respeto al principio de
intervencin mnima, una de las orientaciones ms importantes del pensamiento punitivo actual que dirige
el sendero del Derecho Penal racional y moderno y que acta como mecanismos de control y limitacin
del poder punitivo del Estado, exige que el Derecho Penal slo intervenga en los supuestos de ataque muy
graves a bienes jurdicos de especial trascendencia social.
70
principio non bis in idem (por todas, STC 2/2003, de 16 de enero [RTC 2003\2]),
declara la preferencia de la autoridad judicial penal sobre la administracin
sancionadora y la sujecin de sta a los hechos declarados probados por el Juez o el
Tribunal del orden penal, como tendremos ocasin de estudiar ms adelante.
Con semejante panorama, es ineludible, para concluir esta cuestin, hacer una
referencia al principio non bis in idem, como garanta frente a los posibles excesos que
129
71
no se encuentra recogido
72
distintos bienes jurdicos podra no existir identidad de fundamento y, por tanto, cabra
admitir la duplicidad de sanciones134.
DE MIGUEL, C y ASTARLOA. E.: La aplicacin del principio non bis in idem y el concurso de
delitos en los delitos contra el medio ambiente. Actualidad Jurdica Ura & Menndez, n2, 2002, p. 82.
Recurso electrnico disponible: http://www.uria.com/es/actualidad_jurdica/n2/nonbis.pdf
135
ALASTUEY DOBN, C. y ESCUCHURI AISA, E.: Ilcito penal, cit., p. 65
136
MORILLAS CUEVA, L.: Derecho Penal Parte General. Fundamentos conceptuales y metodolgicos
del Derecho Penal, La Ley Penal, Madrid, 2010, pp. 134 a 136.
73
La prevalencia del orden penal consagrada en la anterior sentencia conlleva asimismo la consecuencia
de que los Tribunales de las restantes jurisdicciones y , por supuesto la Administracin, han de estar y
pasar por la valoracin de los hechos que haya llevado a cabo el juez penal, pues si se admitiera lo
contrario podra suceder entre otras cosas, que un rgano del Estado considerara que los hechos no se han
producido o han tenido lugar de manera diferente. DE MIGUEL, C y ASTARLOA, E.: La aplicacin del
Principio Non bis in idem y el concurso de delitos en el delito contra el medio ambiente. Actualidad
Jurdica
Ura
Menndez.
N2
2002,
p.
83.
Recurso
electrnico
disponible:
http://www.uria.com/esp/actualidad_jurdica/n2/nonbis.pdf
74
ALASTUEY DOBN, C. y ESCUCHURI AISA, E.: Ilcito penal, cit., p. 72, recuerdan que antes
de la reforma llevada a cabo a travs de la Ley 18/2009 no se estableca la suspensin de las actuaciones
del procedimiento administrativo; ste continuaba tramitndose hasta que el procedimiento estaba
pendiente de resolucin, momento en el que se acordaba la suspensin.
139
Al hilo de esta cuestin, conviene mencionar que uno de los objetivos de la reforma de la LSV llevada
a cabo por la Ley 18/2009, de 23 de noviembre ha sido la modificacin del procedimiento sancionador.
La Ley establece junto al procedimiento sancionador ordinario, un procedimiento abreviado similar
segn indica el prembulo- a los juicios rpidos del mbito penal. Este procedimiento sancionador
abreviado supone que si se efecta el pago voluntario de la multa (ya sea en el acto de entrega de la
denuncia o dentro del plazo de 15 das naturales) se da por concluido el procedimiento sancionador con
las siguientes consecuencias: a) la reduccin del 50% del importe de la sancin de multa, b) la renuncia a
formular alegaciones. En el caso de que fuesen formuladas se tendrn por no presentadas, c) la
terminacin del procedimiento, sin necesidad de dictar resolucin expresa, el da en que se realice el
pago, d) el agotamiento de la va administrativa siendo recurrible nicamente ante el orden jurisdiccional
contencioso administrativo, e) el plazo para interponer el recurso contencioso-administrativo se iniciar el
da siguiente a aqul en que tenga lugar el pago, f) la firmeza de la sancin en la va administrativa desde
el momento del pago, produciendo plenos efectos desde el da siguiente, g) la sancin no computar como
antecedente en el Registro de Conductores e Infractores, siempre que se trate de infracciones graves que
no lleven aparejada prdida de puntos. Este procedimiento sancionador abreviado no puede aplicarse a
determinadas infracciones entre las que se encuentran la de conducir vehculos que tengan instalados
inhibidores de radar o cualesquiera otros mecanismos encaminados a interferir en el correcto
funcionamiento de los sistemas de vigilancia del trfico, el incumplimiento por el titular o el arrendatario
del vehculo con el que se haya cometido la infraccin de la obligacin de identificar verazmente el
conductor responsable de la infraccin cuando sea debidamente requerido para ello en el plazo
establecido y las infracciones muy graves recogidas en el artculo 65.5
140
ALASTUEY DOBN, C. y ESCUCHURI AISA, E.: Ilcito penal, cit., p. 76.
75
Ibidem.
DE MIGUEL, C y ASTARLOA, E.: La aplicacin, cit., p. 84.
76
Pero cmo solventar aquellos casos en los que la sancin penal es impuesta,
ignorando la previa imposicin de una sancin administrativa? Se pronuncia en segundo
lugar el Tribunal Constitucional en la misma sentencia sobre la prevalencia de la
vertiente sustantiva del principio non bis in idem sobre la vertiente formal o procesal.
En efecto, se plantea la Sala si los tribunales penales al tener conocimiento de la
imposicin de sancin administrativa por los mismo hechos que se estaban enjuiciando,
debieron absolver al acusado para no incurrir en bis in idem o entendiendo que su
primaca judicial no poda ser cedida, podan imponer al acusado las penas privativas de
libertad y pecuniarias. En este sentido, el FJ tercero de la Sentencia 177/1999, de 11 de
octubre [RTC 1999\177] apela al criterio cronolgico para resolver esta situacin al
conceder el amparo por entender vulnerada la garanta contenida en el artculo 25 de la
CE y declara la nulidad de las sentencias penales, confirmando con ello, implcitamente,
la validez de la sancin administrativa indebidamente impuesta en primer lugar con
infraccin evidente de normas legales (sin respetar la prevalencia de la norma penal y
143
Siendo ello as -continua la sentencia- << no puede sostenerse que hubiera una absoluta identidad de
fundamento entre la sancin administrativa y la penal. Aqulla sirvi para sancionar el vertido de aguas
contaminantes carentes de la preceptiva autorizacin administrativa; la condena penal en cambio se
debi a que el elevado grado de toxicidad de esos vertidos ilegales pusieron en peligro grave la salud de
las personas o pudieron perjudicar gravemente las condiciones de la vida animal o vegetal>>
77
la preferencia del proceso penal)144. Declar al respecto, por un lado, que el principio ne
bis in idem, en su vertiente material se configura como <<un derecho fundamental del
ciudadano frente a la decisin de un poder pblico de castigarlo por unos hechos que
ya fueron objeto de sancin, como consecuencia del anterior ejercicio del ius puniendi
del Estado>>, y por otro <<que la preferencia de la jurisdiccin penal sobre la potestad
sancionadora ha de ser entendida como una garanta del ciudadano, complementaria
de su derecho a no ser sancionado dos veces por unos mismos hechos y nunca como
una
circunstancia
limitativa
de
la
garanta
que
implica
aqul
derecho
fundamental>>145.
Esta tesis fue ampliamente criticada por autores como Morillas Cueva para quien
el criterio de esta sentencia lleva inevitablemente a la ruptura de la lnea anterior, a
favor de la subordinacin a la cronolgicamente en el tiempo primera sancin sea penal
o administrativa que deviene firme, con lo que, dado que el proceso penal ser ms
lento como consecuencia de las garantas propias del mismo, la actuacin penal estar
subordinada a la potestad sancionadora de la Administracin, lo que no deja de ser una
conclusin sorprendente y rechazable desde el momento en que de mantenerse esta
hiptesis los infractores suplicarn a la administracin que los sanciones de inmediato
para as evitar la responsabilidad penal146.
PARDO LPEZ, M. M.: Tutela penal y administrativa del dominio pblico hidrulico: especial
consideracin de los aspectos problemticos del principio non bis in idem en la jurisprudencia
constitucional, en Peris Riera, J. (dir.), La tutela penal del agua, Madrid, 2011, p. 134.
145
El argumento de la sentencia sirve de base diversos autores para criticar la solucin adoptada por el
Tribunal Constitucional en el caso que comentamos, al entender que la tesis mantenida en la STC
177/1999 hace tambalearse todo el sistema de garantas procesales y procedimentales, y suscita una
picaresca que en la prctica se traducir en el cumplimiento apresurado de las sanciones administrativas
impuestas cuando se tenga conocimiento de la apertura de procedimientos penales por hechos semejantes
o parecidos a los ya sancionados administrativamente. MARINA JALVO, B.: Non bis in idem y
prevalencia del pronunciamiento de la jurisdiccin penal. Delitos e infracciones administrativas contra el
medio ambiente, Revista Espaola de Derecho Administrativo, n 108, 2002, pp. 607 y 617
146
MORILLAS CUEVA, L.: Derecho, cit., p. 165. El criterio que adopt el Tribunal Constitucional
era el ms inadecuado de todos los posibles. SUREZ LOPEZ, J. M.: La incidencia del principio non
bis in idem ante el ilcito en materia de trfico y seguridad vial, en Morillas Cueva, L. (dir.),
Delincuencia en.., cit., p. 55.
78
constancia de la sancin administrativa por los mismos hechos que estaban enjuiciando
, debieron absolver al acusado para no incurrir en el ne bis in idem o entendiendo que
su primaca judicial no poda ser cedida, actuar de la manera condenatoria reflejada
ms arriba>>, es decir, que a fin de evitar la doble sancin por los mismos hechos, el
juzgado imput al pago de la multa la cantidad previamente satisfecha en la va
administrativa.
Entiende el Tribunal, << que irrogada una sancin, sea sta de ndole penal o
administrativa, no cabe, sin vulnerar el mencionado derecho fundamental superponer o
aditar otra distinta siempre que concurran las tan repetidas identidades de sujeto,
hechos y fundamento. Es este ncleo esencial el que ha de ser respetado en el mbito de
la potestad punitiva genricamente considerada para evitar que una nica conducta
infractora reciba un doble reproche aflictivo>>.
147
79
como pretende el recurrente, requiere siempre que el segundo rgano sancionador deje
de imponer la sancin.
Pero no basta con constatar esa triple identidad, sino que el ncleo esencial de la
garanta material del non bis in idem reside en impedir el exceso punitivo en cuanto
sancin no prevista legalmente. Se trata pues, de analizar si se ha producido la
reiteracin punitiva constitucionalmente proscrita. El rgano judicial tom en
consideracin la sancin administrativa impuesta para su descuento en la fase de
ejecucin de la Sentencia penal <<De este modo no puede sostenerse que materialmente
el recurrente haya sufrido exceso punitivo alguno. En el caso no puede afirmarse que se
hayan impuesto dos sanciones al recurrente, una en va administrativa y otra en va
penal, pues materialmente solo se le ha impuesto una sancin. El hecho de que la
legislacin no prevea expresamente solucin para los casos en que la Administracin no
suspenda el expediente administrativo, estando un procedimiento penal abierto, puede
explicar su actuacin>>.
Por otra parte, se cuestiona si la infraccin del principio non bis in idem se
deriva del seguimiento tanto de un procedimiento administrativo sancionador como un
proceso penal por los mismos hechos. Al respecto, el Tribunal Constitucional sostiene:
<<() la vertiente formal del principio non bis in idem, esto es, la interdiccin
constitucional de apertura o reanudacin de un procedimiento sancionador, cuando se
ha dictado una resolucin sancionadora firme, no se extiende a cualesquiera
81
procedimientos sancionadores sino tan slo respecto de aquellos que, tanto en atencin
a las caractersticas del procedimiento complejidad- como las de la sancin que sea
imposible imponer en l, pueden equipararse a un proceso penal a los efectos de
entender que el sometido a un procedimiento sancionador de tales caractersticas se
encuentra en una situacin de sujecin al procedimiento tan gravosa como la de quien
se halla sometido a un proceso penal>>.
Del artculo 4 del Protocolo 7 CEDH y de nuestra jurisprudencia148, se infiere
que la interdiccin del doble procedimiento sancionador slo se incumple si los dos
procedimientos han sido sustanciados con las debidas garantas, de modo que un
procedimiento tramitado sin respetar la prioridad legal del orden jurisdiccional penal no
impide un segundo procedimiento sancionador.
148
82
PAPIN PULIDO, J. G., PEDREO NAVARRO, L., BAL FRANCS, E.: Los delitos contra la
seguridad vial Anlisis prctico y formularios de aplicacin, Valladolid, 2009, p. 99.
83
ALASTUEY DOBN, C. y ESCUCHURI AISA, E.: Ilcito penal, cit., p. 81. En STC 334/2005,
de 20 de diciembre RTC 2005\334, se reitera de nuevo esta idea: () no cabe apreciar una reiteracin
punitiva constitucionalmente proscrita cuando, partindose de la existencia de la imposicin de una doble
sancin en supuestos de identidad del sujeto, hecho y fundamento, en la ulterior resolucin sancionadora
se procede a descontar y evitar todos los efectos negativos anudados a la previa resolucin sancionadoras,
ya que, dese la estricta dimensin material, el descontar dichos efectos provoca que ene l caso concreto no
concurra una sancin desproporcionada.
84
El Tribunal estima que la imposicin de una multa, por poca que sea su cuanta,
persigue necesariamente un objetivo disuasorio y represivo. En el presente caso, este era
tambin el objetivo de la sancin administrativa que se impuso al demandante. Sin
embargo, el Tribunal no considera que, en el presente caso, este hecho constituyera un
151
El Tribunal seala que el incendio de 5 de julio de 1995 dio lugar a la incoacin de dos procedimientos
contra el demandante: un primer procedimiento considerado administrativo en la legislacin interna, que
culmin con la imposicin de una multa y posteriormente las actuaciones penales cuyo sobreseimiento
fue acordado por la prescripcin de la accin pblica. El Tribunal comenz por determinar si el primero
de los procedimientos en cuestin tena las caractersticas de un procedimiento penal en trminos del
artculo 4.1 del Protocolo nm. 7. A este respecto el Tribunal recuerda que la calificacin jurdica del
procedimiento en la legislacin interna no es el nico pertinente para la aplicabilidad del principio non bis
in idem con arreglo al artculo 4. 1 del Protocolo 7. De lo contrario, la aplicacin de esta disposicin
estara subordinada a la apreciacin de los Estados contratantes, lo que conducira a unos resultados
incompatibles con el objeto y fin del Convenio. Los trminos procedimiento penal empleados en el
texto del artculo 4 del Protocolo nm. 7 deben interpretarse a la luz de los principios generales aplicables
a las expresiones acusacin en materia penal y pena que figuran en los artculos 6 y 7 del Convenio
(RCL 1999, 1190, 1572), respectivamente (Sentencia Sergue Zolotoukhine contra Rusia [TEDH 2009,
23 [GS], nm. 14939/2003, ap. 52, TEDH 2009). Segn constante jurisprudencia del Tribunal, la
existencia o no de una acusacin en materia penal debe apreciarse en funcin de tres criterios
conocidos normalmente por el nombre de criterios Engel. El primero es la calificacin jurdica de la
infraccin en la legislacin interna, el segundo la propia naturaleza de la infraccin, y el tercero el grado
de severidad de la sancin en que incurre el interesado (Sentencia Engel y otros contra Pases Bajos
[TEDH 1976,3], 8 junio 1976, ap. 82, serie A nm. 22). Los criterios segundo y tercero son alternativos y
no necesariamente acumulativos. Esto no impide la adopcin de un punto de vista acumulativo si el
anlisis separado de cada criterio no permite llegar a una conclusin clara en cuanto a la existencia de una
acusacin en materia penal (Sentencias Jussila contra Finlandia [PROV 2006, 266798] [GS], nm.
73053/2001, aps. 30-31, TEDH 2006-XIV y Ezeh y Connors contra Reino Unido [TEDH 2003, 65 [GS],
nms. 39665/1998 y 40086/1998, aps. 82-86, TEDH 2003-X).
152
Sentencia Engel y otros contra Pases Bajos [TEDH 1976, 3], 8 junio 1976, ap. 82, serie A nm. 22.
85
Tras el anlisis de la cuestin se puede deducir que las respuestas dadas por el
mximo intrprete de la Constitucin a algunos de las cuestiones ms sobresalientes del
non bis in idem son oscilantes, pues como se ha podido comprobar, en un periodo
relativamente corte de tiempo153, el Tribunal ha perfilado distintas interpretaciones de
este principio, que en cualquier caso, permiten concluir:
Como bien apunta Pardo Lpez, en un intervalo de apenas cuatro aos, el Tribunal Constitucional ha
generado una amplia literatura sobre este principio en las Sentencias 177/1999, de 11 de octubre [RTC
1999\177], 152/2001, de 2 de julio [RTC 2001\152], y 2/2003, de 16 de enero [RTC 2003\2], PARDO
LPEZ, M. M.: Tutela penal, pp. 134 y ss.
86
87
88
CAPITULO
SEGUNDO.
JURDICO
PROTEGIDO
BIEN
Y
NATURALEZA
89
90
1. Cuestiones generales
En este sentido, conviene recordar que en los ltimos tiempos se adivina una
creciente expansin del Derecho Penal156 que impulsado por la aparicin de nuevos
riesgos, experimenta una disolucin del concepto de bien jurdico que evolucionara,
desde los contornos ms claros de bienes jurdicos perfectamente delimitados y de
intensa inspiracin antropocntrica, es decir de bienes jurdicos individuales tales como
la vida, la salud (...), a los ms vagos e imprecisos de nuevos bienes jurdicos
supraindividuales o de titularidad colectiva, carentes de sustrato material y de perfil
difuso157. En este mbito, se est produciendo el paso de un Derecho reactivo contra
hechos delictivos individualmente delimitados a un Derecho totalmente preventivo y de
gestin de riesgos generales158.
154
91
HEFENDEHL, R.: Debe ocuparse el Derecho Penal de los riesgos futuros? Bienes jurdicos
colectivos y delitos de peligro abstracto, RECPC 04/14/2002, pp. 3 y 4. Para concretar la anterior
definicin acude el citado autor a conceptos tales como no exclusin en el uso y el de no rivalidad en
el consumo. Es decir que el uso o disfrute de ese bien por un individuo A no perjudica ni impide el de
un individuo B.
160
MUOZ CONDE, F. y GARCA ARN, M.: Derecho Penal. Parte General, Valencia, 2010, pp. 59
y 60. La autorrealizacin humana necesita de unos presupuestos existenciales, que en tanto sean de
utilidad para el hombre, se denominan bienes. En relacin a lo anterior se sita la distincin que suele
hacerse en la parte especial de Derecho Penal entre delitos contra las personal y delitos contra la sociedad.
Los primeros atacan bienes jurdicos individuales mientras que los segundos atacan bienes jurdicos
comunitarios.
161
MARAVER GMEZ, M.: Delitos, cit., p. 1257.
162
DE VICENTE MARTNEZ, R.: Derecho, cit., p. 318.
92
estos delitos de un bien jurdico cuya proteccin justifique la intervencin del Derecho
penal que algunos entienden ms propio del Derecho administrativo, invocando el tan
repetido principio de intervencin mnima y el carcter fragmentario y de ltima ratio
del Derecho penal163. Sin perjuicio de la polmica doctrinal acerca de la ubicacin de
estas infracciones en el ordenamiento jurdico, a la que me referir ms adelante, al
igual que en el resto de familias delictivas reguladas en el Cdigo penal, la fijacin del
bien jurdico tutelado en las normas contenidas en el artculo 379 y siguientes, obliga,
de entrada, a hacer una breve referencia a las rbricas del Ttulo y Captulo en que se
hallan inscritas, que, como es sabido, desempean una funcin sistemtica y de
ordenacin de las diversas figuras que encabezan, a la par que delimitan su mbito de
aplicacin y apuntan hacia cual puede ser el bien jurdico protegido.
163
En este sentido, MORILLAS CUEVA, L.: Delitos contra la seguridad del trfico: una preocupada
reflexin global, en Morillas Cueva, L. (coord.), Delincuencia, cit., pp. 412 y 413.
164
DE VICENTE MARTNEZ, R.: Derecho, cit., p. 317.
93
165
94
En efecto, nota comn a todos estos delitos es el carcter colectivo de los riesgos
tipificados. En ellos se castiga, por lo general, conductas que suponen un peligro para
un grupo indeterminado de personas. Lo que resulta caracterstico y especialmente
desvalorado es que el riesgo se dirige a la colectividad en cuanto grupo indeterminado
de personas. Sin embargo, Maraver Gmez matiza y asegura que realmente no se
protege el colectivo como tal, sino a los miembros de ese colectivo. De hecho, aunque la
seguridad colectiva se presenta a menudo como un bien jurdico de carcter
supraindividual, lo que se protege fundamentalmente son bienes individuales como la
vida, la salud o el patrimonio169. En este mismo sentido, Molina Fernndez subraya que
la inclusin de los delitos contra la seguridad vial en el Ttulo XVII del Cdigo Penal,
dedicado a los delitos contra la seguridad colectiva, no debe interpretarse en el sentido
de que slo sean tpicas las acciones que generen un riesgo indeterminado y general
(colectivo), debiendo quedar fuera los casos de peligro individualizado, y ello al menos
por las siguientes razones: la descripcin tpica en estos delitos no menciona tal
restriccin; hay otros delitos en el ttulo que no slo no excluyen los riesgos limitados a
pocas personas, sino que en muchos casos la conducta tpica es habitualmente sta (es el
caso del artculo 361 bis). Otros sin embargo (artculo 365 del Cdigo penal), s
requieren expresamente un riesgo para una colectividad de personas, lo que muestra que
cuando el legislador quiere introducir esa limitacin lo hizo de manera inequvoca170.
En realidad, lo que contempla el Cdigo en estos artculos son delitos de peligro para
bienes jurdicos individuales, vida e integridad fsica de las personas171.
MARAVER GMEZ, M.: Delitos contra la seguridad colectiva, en Molina Fernndez, F. (coord.),
Memento Prctico, Madrid, 2011, pp. 1257 y 1258.
170
MOLINA FERNNDEZ, F.: Delitos contra la seguridad vial, en Molina Fernndez, F. (coord.),
Memento, cit., p. 1343.
171
MONTANER FERNNEZ, F.: Delitos, cit., p. 288.
172
DE VICENTE MARTNEZ, R.: Derecho, cit., p. 317.
95
constantes, no existe sin embargo una definicin satisfactoria de la misma a pesar de los
esfuerzos doctrinales en conseguirla. A partir de un bien jurdico tan genrico, resulta
difcil determinar qu es lo que se protege realmente en estos delitos. Si la seguridad se
define como la ausencia de riesgos, proteger la seguridad colectiva significa
simplemente evitar riesgos que se dirigen contra la colectividad. Por ello, es necesario
examinar los diferentes supuestos indicados para precisar ms exactamente cules son
los riesgos que se pretenden evitar173.
96
97
que el nuevo concepto pueda englobar no slo los delitos cometidos por el conductor
(conduccin a alta velocidad, temeraria, bajo influencia de alcohol u otras sustancias,
etc.) sino tambin por cualquier sujeto que origine un riesgo grave en la seguridad vial
(realizar vertidos en la calzada, inutilizacin de seales de trfico, etc.)182. En sentido
similar, Prieto Gonzlez sostiene que la configuracin actual del bien jurdico
seguridad vial comprende no slo el normal desenvolvimiento de la circulacin
rodada (seguridad del trfico), concepto tradicional, sino tambin la fluidez del trfico,
su adecuada organizacin y gestin atendiendo a criterios socioeconmicos, la calidad
de vida de las ciudades y la preservacin del medio ambiente. As concebida, la
seguridad vial supone no slo que la circulacin discurra sin riesgos para la vida, la
integridad o el patrimonio sino que adems esta circulacin se haga en condiciones que
hagan sostenible la movilidad en las ciudades desde todos los puntos de vista incluido
tambin el socioeconmico183.
Mantiene, POLAINO-ORTS, M.: Delitos, cit., p. 384 y 385, que el bien jurdico seguridad vial
no es, desde luego, un concepto ptimo: por una parte, al ser ms amplio que el anterior es tambin un
concepto ms difuminado que lo mismo se puede aplicar a ataques substanciales a bienes jurdicos que a
puras infracciones formales de normas reglamentarias; no en balde, no pocos nuevos delitos introducidos
en esta materia por la reforma de 2007 son meras infracciones administrativas que el legislador ha
querido elevar un tanto artificialmente a la categora de delito; por otra parte, a pesar de la manifiesta
amplitud y falta de previsin del concepto no logra alcanzar todas las conductas descritas como delito en
el captulo en cuestin. Por ejemplo, el delito de negativa a someterse a las pruebas de alcoholemia o
drogadiccin, es, propiamente, un delito de desacato o desobediencia a la autoridad administrativa, pero
no un delito contra la seguridad vial. En anlogos trminos RUSCA NADAL, J.O: Reforma del Cdigo
Penal: seguridad vial. Aspectos bsicos de la LO 15/2007. Economist $ Jurist. N 117. Recurso
electrnico disponible:
http://www.difusionjuridica.es/HTML/economist_demo/articulo_det.php?id_articulo=1007, seala que:
parece ser que el bien jurdico protegido, en estos delitos, ya no es slo la Seguridad del Trfico, sino
que parece ser la Seguridad Vial. Utilizo el adverbio slo, pues me da la sensacin que la Seguridad
Vial permite -por lo que al bien jurdico protegido se refiere-, una interpretacin ms amplia de las
posibles conductas tpicas. A mi entender, si ya de por si la Seguridad en el Trfico era una bien jurdico
abstracto y amplio, el actual Seguridad Vial es an ms difuminado, abarcando conductas que van ms
all de la Seguridad en el Trfico. Lo que permite, y creo que es lo que se pretende, que la valoracin de
la peligrosidad de la conducta sea ms formal que material. Ello da cabida a un juicio de desvalor penal
de conductas puramente formales, por infraccin objetiva de meros reglamentos, independientemente de
la valoracin de peligrosidad real de la conducta, lo que representa un giro por no decir retrocesoimportante
en
la
concepcin
y
garantas
de
nuestro
Derecho
Penal.
Por ello, esta modificacin penal, ni que sea de forma intuitiva, se me antoja ms peligrosa de lo que
pueda parecer inicialmente, pues se ponen en peligro los logros que se han ido consiguiendo a lo largo del
tiempo, y se corre el riesgo de que estos nuevos planteamientos jurdico-penales se expandan a toda la
regulacin penal en el futuro.
183
PRIETO GONZLEZ, H.: Aspectos comunes a los delitos contra la seguridad vial, en AGERO
RAMN-LLN, E., HIDALGO DE MORILLO JIMNEZ, A., LANZAROTE MARTNEZ, P., y
PRIETO GONZLEZ, H. M., La dogmtica penal sobre el asfalto: un enfoque prctico de los delitos
contra la seguridad vial, Granada, 2012, p. 14.
98
nuevo rtulo y seala que si bien la sustitucin de la rbrica merece una opinin
favorable desde la perspectiva de la coordinacin y unificacin terminolgica entre
ambos ordenamientos sancionadores, penal y administrativo, resulta sin embargo, ms
imprecisa. El concepto de seguridad vial en la legislacin de trfico (vid. Arts. 1 2 c)
y e), 4 a), b) y h), etc., del RD 339/90 por el que se aprueba el texto articulado de la Ley
de Trfico, Circulacin de vehculos a motor y Seguridad Vial), tiene una significacin
ms amplia ya que viene referido no slo a la circulacin de automviles, sino a las
normas sobre control tcnico y de fabricacin, licencias, autorizacin y permisos. Por
otra parte, no parece que la nueva denominacin pueda interpretarse como una mera
novedad terminolgica, sin mayores pretensiones, sino que resulta expresiva de la
apuesta del Anteproyecto por una mayor conexin entre infracciones penales y
administrativas en materia de trfico rodado, como pone de manifiesto la configuracin
de los nuevos tipos penales que introduce el Captulo IV del Ttulo XVII del Cdigo
Penal.
184
99
3. Posiciones doctrinales.
Si bien es cierto que los enunciados que encabezan los Ttulos o Captulos del
Cdigo Penal son tiles como caracterizacin inicial de los delitos que aglutinan, no
pueden entenderse como incuestionablemente indicativos de los bienes jurdicos que se
pretenden proteger con la tipificacin de las conductas contenidas en aqullos185. Si se
aboga por la necesidad de ir ms all de anlisis formales y proceder a otra clase de
juicios interpretativos valorativos o teleolgicos se puede entender que, aunque la
posicin mayoritaria apunta a la seguridad vial como bien jurdico protegido, sin
embargo no puede considerarse una solucin pacfica. Las distintas opiniones vertidas
sobre el particular responden sin duda a la que se ostente sobre la categora genrica del
bien jurdico, y la admisin o no, en el mbito penal, de bienes jurdicos de naturaleza
supraindividual o colectiva junto a los bienes jurdicos personales o de tinte individual
suficientes para legitimar la intervencin penal.
Ibidem, p. 229.
GUTIRREZ RODRGUEZ, M., GARCA DEL BLANCO, V., MARTN LORENZO, M. y SANZDEZ DE ULZURRUM LLUCH, M.: Delitos contra la seguridad vial: cuestiones comunes, en
GUTIRREZ RODRGUEZ, M. (coord.), Proteccin penal de la seguridad vial, Valencia, 2008, p. 27.
En este mismo sentido, PRIETO GONZLEZ, H.: Aspectos comunes, cit., p. 15, sostiene que
tambin se provoc cierto debate en torno al bien jurdico protegido tras la aprobacin del Real Decreto
303/2011, de 4 de marzo, por el que se modifica el RGCir y la LSV, reduciendo el lmite genrico de
velocidad para turismos y motocicletas en autopistas y autovas. La exposicin de motivos de dicho Real
Decreto pareca alejarse intencionadamente del bien jurdico protegido seguridad vial afirmando que
razones diferentes a la relacionadas con la siniestralidad pueden exigir el establecimiento de determinados
lmites de velocidad que permitan conseguir objetivos en otros mbitos o reas no relacionados con la
seguridad vial. Para el Real Decreto ste era el caso del ahorro energtico. No obstante, si bien es cierto
que con la nueva configuracin del bien jurdico protegido por estos delitos no slo se protege la
seguridad del trfico en sentido estricto, sino en ltima instancia tambin que la circulacin se haga en
condiciones que hagan sostenible la movilidad en las ciudades desde todos los puntos de vista incluido
tambin el socioeconmico y que de esta forma podra sostenerse que la reduccin de la velocidad a 110
186
100
sigue reproduciendo la vieja polmica en torno a cul sea el bien jurdico tutelado en los
tipos ubicados en el captulo objeto de anlisis.
De una parte, Molina Fernndez seala que las diversas posiciones pueden
reconducirse bsicamente a dos: i) quienes lo hacen coincidir con el enunciado del
captulo: seguridad vial; y, ii) quienes entienden que debe acudirse directamente al
objeto ltimo de proteccin que se esconde bajo el concepto genrico de seguridad vial:
vida e integridad de las personas que intervienen, activa o positivamente en el trfico187.
Mientras, Hortal Ibarra distingue tres posiciones claramente diferenciadas acerca del
bien jurdico protegido en los delitos contra la seguridad vial: a) primer lugar, los que
contrariamente, sostienen que se protege la seguridad en el trfico viario en s misma,
esto es, de forma autnoma con respecto a los bienes jurdico-penales vida, integridad
fsica y salud188 (posicin colectivista o autonomista); b) en segundo, los autores
que consideran que se protege directamente la vida, integridad fsica y salud de las
personas que participan en el trfico viario (tesis individualista)189; y c) por ltimo, los
que a modo de solucin intermedia, defienden que se protege la seguridad en el trfico
rodado pero no como un inters en s mismo, sino como un instrumento para tutelar la
vida, integridad fsica y salud de las personas que participan en este concreto mbito,
configurando de esta manera los delitos contra la seguridad del trfico como un
adelantamiento de la barrera de proteccin de estos bienes jurdico-penales
individuales190 (posicin intermedia)191.
puede tener por objeto no slo proteger la seguridad del trfico en sentido estricto sino tambin la
seguridad vial en el sentido de atender a criterios socioeconmicos, la redaccin de la exposicin de
motivos del Real Decreto que expresamente excluye a la seguridad vial de su mbito de proteccin
dificulta el entender que en estos casos se vera atacado el bien jurdico seguridad vial.
187
MOLINA FERNNDEZ, F.: Delitos contra la seguridad vial en Molina Fernndez, F. (coord.),
Memento Prctico, Madrid, 2011, pp. 1339 y 1340. Establece el autor una precisin: la decisin por una
u otra concepcin debe situarse en el marco del debate sobre la oportunidad de estimar bienes jurdicos
intermedios que consistan en el mantenimiento de la seguridad de otro bien. Si con la referencia al bien
jurdico intentamos slo aprehender qu realidad valiosa se protege en un tipo penal, entonces lo
razonable es prescindir del bien intermedio y situarse directamente en los bienes individuales que
concretan el contenido de injusto material del hecho. La referencia a la seguridad de un bien no es en
realidad ms que otra manera de decir que dicho bien se est protegiendo anticipadamente mediante la
sancin de comportamientos peligrosos. Pero si la delimitacin del bien jurdico no slo cumple esta
funcin sino adems la de precisar de la forma ms exacta posible la modalidad del ataque, entonces es
razonable introducir una referencia explcita al peligro tpico, que en este caso slo es el que proceda de
conductas peligrosas en el trfico del vehculo a motor.
188
QUERALT JIMNEZ, J.: Derecho Penal Parte Especial, Barcelona, 2010, p. 979.
189
GUTIRREZ RODRGUEZ, M., GARCA DEL BLANCO, V., MARTN LORENZO, M., SANZDEZ DE ULZURRUN LLUCH, M.: Delitos, cit., p. 29.
190
OLMEDO CARDENETE, M.: Delitos, cit., pp. 838 y 839;
101
HORTAL IBARRA, J. C.: El delito, pp. 124 y 125. Esta misma distincin era defendida a
propsito de la anterior regulacin por MORENO ALCZAR, M. A.: Los delitos, cit., pp. 51 y 52.
192
Abogan por esta solucin entre otros, CORCOY BIDASOLO, M.: Delitos contra la seguridad del
trfico en el Cdigo Penal de 1995, TSJAP, 1998, p. 11. QUERALT JIMNEZ, J.: Derecho Penal
espaol. Parte especial. 4 Ed. Barcelona 2007, p. 919. GMEZ PAVN, P.: El delito de conduccin
bajo la influencia de drogas txicas o estupefacientes, 3 Ed., Barcelona, 1998, pp. 94 y 99 MUOZ
CONDE, F.: Derecho Penal. Parte Especial, 15 Ed., Valencia, 2004, p. 687.
193
Por todos, MORILLAS CUEVA, L. y SUREZ LPEZ, J. M.: Tratamiento penal de la conduccin
temeraria, en Morillas Cueva, L. (coord.), Madrid, 2007, p. 298, atendiendo a su ubicacin sistemtica,
su propio contenido, y su evolucin histrica, el bien jurdico amparado en estos delitos no es otro que la
seguridad del trfico; y que si bien es cierto que con l indirectamente se protejan otros bienes jurdicos,
esto tambin sucede en otras figuras delictivas sin que se asevere la concurrencia de varios bienes
194
En este sentido, TAMARIT SUMALLA, J. M.: De los delitos, cit., p. 1552.
102
seguridad en la conduccin, sino tambin la seguridad en las vas de trnsito. Ello hace
que el nuevo concepto puede englobar no slo los delitos cometidos por el conductor
(conduccin a alta velocidad, temeraria, bajo la influencia del alcohol u otras sustancias,
conduccin sin carnet) sino tambin por cualquier sujeto que origine un riesgo grave a
la seguridad vial (realizar vertidos en la calzada, inutilizacin de las seales de trfico,
etc.) 195.
normativamente
garantizadas.
Se
protege,
por
tanto,
el
normal
195
103
Sin embargo, esta defensa de la autonoma del bien jurdico seguridad vial no
est exenta de polmica en la doctrina: i) Para un sector, mantener la naturaleza
199
104
colectiva del bien jurdico en estos delitos supone confundir el verdadero objeto de
proteccin con la tcnica empleada para defenderlo203. De modo que cuando se parte de
la idea de que el riesgo punible es el riesgo para la seguridad del trfico, no para los
bienes personales conectados a aquella, se habla de lesin para la seguridad del trfico,
al que se reputa bien jurdico instrumental respecto de bienes individuales, tales como la
vida e integridad de las personas, cuya importancia justifica el adelantamiento de la
tutela penal a una fase anterior a su efectiva lesin204. Conforme a ello, Lamarca Prez
afirma que en estos delitos no slo la seguridad del trfico en las vas pblicas sino
tambin, y sobre todo, la seguridad de las personas, su vida, su integridad e incluso sus
propiedades, que es lo que se pone en peligro al desarrollar de determinado modo esta
actividad205; ii) de otra parte, se objeta que la seguridad vial, desligada de la proteccin
de bienes jurdicos individuales, parece una materia ms propia de la legislacin
administrativa, cuya finalidad es gestionar los riesgos derivados de la circulacin de
vehculos, garantizando el inters general (mantenimiento de las condiciones de
seguridad); de forma que, si se prescinde de toda referencia a la proteccin de bienes
jurdicos individuales quedara borrada la diferencia entre las infracciones penales y las
administrativas, convirtiendo la normativa penal en un mero refuerzo sancionador de la
legislacin administrativa206; iii) por ltimo, la definicin de un bien jurdico como la
seguridad en el trfico no debe entraar una construccin tan artificiosa y formalista
que lleve a sostener, como ha hecho un sector doctrinal minoritario, que la realizacin
de las conductas tpicas supone la lesin del referido bien jurdico, o incluso a olvidar
que lo protegido no es en ltima instancia algo sustancialmente diverso de la vida, la
salud o el patrimonio de personas concretas, respecto a las cuales la idea de seguridad
en el trfico tiene una funcin meramente instrumental207. De modo que la referencia a
la seguridad vial como inters jurdico protegido en estos delitos puede tener inters
para apelar al bien categorial, precisando no obstante de una mayor concrecin para
poder hablar de un bien jurdico capaz de cumplir con las finalidades que le reconocen
203
GUTIRREZ RODRGUEZ, M., GARCA DEL BLANCO, V., MARTN LORENZO, M., y SANZDIEZ DE ULZURRUN LLUCH, M.: Delitos, cit., pp. 30 y 31.
204
ORTS BERENGUER, E. y FERRANDIS CIPRIN, D.: Elementos comunes de todos o de algunos
de los delitos contra la seguridad vial, en Orts Berenguer, E. (coord.), Prevencin y control de la
seguridad vial. Un anlisis jurdico y criminolgico, Valencia, 2011, p. 230.
205
LAMARCA PREZ, C.: Delitos contra la seguridad vial en Lamarca Prez, C. (coord.), Derecho
Penal Parte Especial, Madrid, 2011, p. 576.
206
GUTIRREZ RODRGUEZ, M., GARCA DEL BLANCO, V., MARTN LORENZO, M., y SANZDIEZ DE ULZURRUN LLUCH, M.: Delitos, cit., pp. 27 y 28.
207
TAMARIT SUMALLA, J. M.: De los delitos, cit., p. 1552.
105
208
106
210
107
Esta segunda posicin doctrinal pone en tela de juicio la autonoma del bien
jurdico colectivo seguridad vial para erigirse en el inters jurdico protegido y aboga
por la defensa del carcter personalista o antropocntrico de este sector del Derecho
penal. En la doctrina alemana se cuestiona la autonoma de ciertos valores jurdicos para
erigirse en objeto de tutela penal. Hefendehl seala que determinados bienes jurdicos
de los llamados colectivos o universales como la salud pblica nos permiten afirmar
que sta no es ni ms ni menos que la salud de todos los miembros de la sociedad. No se
trata pues de un bien jurdico colectivo sino de la suma de bienes jurdicos
individuales214. Este mismo argumento utiliza el citado autor para desenmascarar lo que
denomina bienes jurdicos aparentes entre los cuales sita la seguridad del trfico.
En su opinin, no es ms que la proteccin que se dispensa determinados bienes
jurdicos individuales (como la vida, la salud, etc.) de los participantes en el trfico
automovilstico. No es pues un bien jurdico supraindividual215.
214
HEFENDEHL, R.: Debe ocuparse..., cit. p. 9. Este descubrimiento tiene efectos decisivos, puesto
que sobre un bien jurdico individual puede el propio titular del mismo decidir y disponer. La decisin de
una persona de llevar una vida insana no justifica la intervencin del Derecho Penal.
215
Ibidem, p. 9. Seala el autor, que un uso correcto del concepto de bien jurdico ha de conducirnos a
desenmascarar aparentes bienes jurdicos que en realidad no lo son. Tendramos que ser prudentes en este
punto e intentar en la medida de lo posible la erradicacin del orden penal de los bienes jurdicos
aparentes. Siempre que se oiga que un tipo delictivo debe proteger la validez del ordenamiento jurdico, la
seguridad colectiva o el orden pblico, debera colocarse junto a ellos una luz roja de alarma y
preguntarnos si es realmente el derecho penal un instrumento idneo, necesario y proporcionado para la
proteccin de este aparente bien jurdico.
216
GANZENMLER ROIG, C., DE LAMO RUBIO, J., ROBLEDO VILLAR, A., ESCUDERO
MORATALLA, J. F., FRIGOLA VALLINA, J.: Delitos, cit., p. 43. Si en los delitos contra la seguridad
del trfico se hubiera erigido a sta en el objeto de tutela, slo sera vlida dicha alusin en sentido
formal, ya que en los arts. 379 y siguientes se protege de modo inmediato la vida y la integridad de las
personas.
108
intenso, para la vida y/o la integridad de las personas217. As, frente a la opinin
mayoritaria en la doctrina, aquella que cifra el bien jurdico protegido en la genrica
seguridad vial, no faltan autores que defienden que en los delitos contra la seguridad
colectiva, y concretamente en los delitos contra la seguridad vial no se protegen otros
bienes que los individuales, vida e integridad fsica, de los participantes en el trfico
viario, que son los que constituyen el autntico valor o inters protegido, mientras que
la seguridad del trfico cumple la funcin de delimitar la modalidad de riesgo frente a la
que se protegen estos bienes218.
Esta parece ser tambin la opinin de Carbonell Mateu, para quien, con la
importante reforma del Cdigo Penal en esta materia llevada a cabo por la Ley Orgnica
15/2007 los tipos que componen actualmente <<los delitos contra la seguridad del
trfico>> pasaran a denominarse <<delitos contra la seguridad vial>>, no porque se
produzca modificacin alguna en el objeto de proteccin que por cierto es la vida e
integridad de las personas, sino para indicar claramente la unidad que debe existir entre
la legislacin administrativa y la penal219. En sentido similar, Orts Berenguer y
Ferrandis Ciprin sostienen que el bien jurdico protegido en los delitos contra la
seguridad vial se contrae a la vida e integridad de las personas. Y que aunque de estos
bienes se ocupan de forma especfica otros ttulos del Cdigo Penal, aqu la tutela
aparece como avanzada complementaria vinculada al fenmeno del trfico rodado. De
manera que no se solapan las de los delitos de homicidio y los contra la seguridad vial;
pues, como es obvio, las muertes o lesiones que puedan producirse a causa de una
conduccin temeraria o suicida o de un obstculo, etc., han de castigarse con arreglo a
los Ttulos I y III del Libro II, en los cuales se castiga la causacin o los intentos de
causacin de muertes y/o menoscabos a la salud, en cualesquiera circunstancias, sea con
dolo sea con imprudencia grave, mientras que en los artculos 379 y siguientes se
castiga la creacin para dichos bienes en el mbito del trfico de vehculos a motor y
217
Sin embargo, ORTS BERENGUER, E. y FERRANDIS CIPRIN, D.: Elementos, cit., p. 233,
establecen algunas matizaciones, sobre todo por la incorporacin de nuevos tipos penales al captulo
comentado, como los contenidos en el artculo 384, pues si en ellos se castiga conducir en los casos de
prdida de vigencia del permiso por la retirada de los puntos asignados legalmente, de privacin cautelar
o definitiva de aqul por decisin judicial o sin haberlo obtenido nunca, sin que ni por asomo se haya
puesto en peligro la vida ni la integridad de nadie, y se haya conducido con la mayor atencin, la mayor
pericia y la mayor prudencia.
218
GUTIRREZ RODRGUEZ, M., GARCA DEL BLANCO, V., MARTN LORENZO, M., SANZDEZ DE ULZURRUN LLUCH, M.: Delitos, cit., p. 29.
219
CARBONELL MATEU, J. C.: La Reforma..., cit., p. 389.
109
ciclomotores. Por tanto, con estos delitos, como se ha repetido hasta la saciedad, se
amplan los contornos de la proteccin de la vida y de la salud, desde su puesta en
peligro hasta su efectiva lesin220.
Para los autores que defienden esta posicin, la seguridad vial carece de un
contenido propio y distinto de los bienes jurdicos individuales, cumpliendo tan slo una
funcin delimitadora del mbito en el que deben verse afectados dichos bienes. De esta
forma, el concepto de seguridad vial, y ms ampliamente, el de seguridad colectiva
alude a la evitacin de situaciones de riesgo generalizado para bienes jurdicos
personales y, por tanto, el ttulo XVII del Cdigo Penal que regula los delitos contra la
seguridad colectiva y ms concretamente su captulo IV dedicado a los delitos contra la
seguridad vial no protegen bienes jurdicos de naturaleza colectiva sino bienes jurdicos
individuales a los que se ha otorgado un marco de proteccin complementario222.
Prueba de ello es que el propio Prembulo de la LO 15/2007 advierte que el objeto de la
reforma es: << () definir con mayor rigor todos los delitos contra la seguridad del
trfico y los relacionados con la seguridad vial, evitando que determinadas conductas
220
ORTS BERENGUER, E. y FERRANDI CIPRIAN, D.: Elementos, cit., pp. 232 y 233.
GUTIRREZ RODRGUEZ, M., GARCA DEL BLANCO, V., MARTN LORENZO, M., SANZDIEZ DE ULZURRUN LLUCH, M.: Delitos contra la Seguridad Vial: Cuestiones Comunes, en
GUTIRREZ RODRGUEZ, M (coord.), Proteccin Penal de la Seguridad Vial, Valencia, 2009, p. 32.
222
CARBONELL MATEU, J. C.: La Reforma del tratamiento penal de la seguridad vial, en Morillas
Cueva, L. (coord.), Delincuencia, cit., p. 385.
221
110
la
En esta lnea se pronuncia Orts Berenguer al sealar que si en los delitos contra
la seguridad del trfico se hubiera erigido a sta en objeto de tutela tendramos un bien
que se nos escurrira de las manos por la dificultad de concretarlo226. Precisamente por
ello y porque la seguridad del trfico slo tendra razn de ser en sentido material, llega
a afirmar que en los artculos 379 y siguientes del Cdigo penal, se protege de modo
directo e inmediato la vida y la integridad de las personas, es decir los bienes que en
definitiva resultan en peligro cuando se efecta alguna de las conductas tipificadas, y sin
que ello signifique, sin embargo, que no puedan resultar comprometidos otros intereses
tales como el transporte de mercancas, el ocio, etc., pero siempre en un segundo plano.
223
GUTIRREZ RODRGUEZ, M., GARCA DEL BLANCO, V., MARTN LORENZO, M., SANZDIEZ DE ULZURRUN LLUCH, M.: Delitos, cit., p. 31.
224
ALCCER GUIRAO, R.: Embriaguez, temeridad y peligro para la seguridad del trfico.
Consideraciones en torno a la reforma de los delitos contra la seguridad del trfico, La Ley Penal, n 10,
2004, p. 10.
225
MORENO ALCZAR, M. A.: Los delitos, cit., p. 66.
226
ORTS BERENGUER, E.: Delitos, cit., p. 630. Seala el autor que evidentemente al legislador le
preocupa que el trfico de vehculos con todas sus implicaciones socio-econmicas, culturales, de ocio y
sobre todo, en cuanto representa un riesgo para las personas se desarrolle de la forma ms segura. Y por
ello es lgico el establecimiento de una regulacin para dicha actividad, con sanciones para los
infractores. Ello no significa que el objeto de tutela en los delitos comprendidos en el captulo que
analizamos sea, en ltima instancia, uno distinto de la vida e integridad fsica de las personas.
111
Cuando se dice que la seguridad vial entendida como una parcela de la seguridad
colectiva constituye el inters jurdico protegido en estos delitos esa referencia puede
tener inters para apelar al bien categorial, precisando no obstante de una mayor
concrecin para poder hablar de un bien jurdico capaz de cumplir con las finalidades
que le reconocen la doctrina y la jurisprudencia. Por ello, la seguridad vial viene
referida a concretos valores dignos de proteccin como la vida e integridad fsica o la
salud pblica227.
En efecto, esta tercera posicin representada entre otros autores por Tamarit
Sumalla, mantiene que aunque la seguridad del trfico es el bien jurdico colectivo que
resulta directamente tutelado en estos tipos, ste no se protege como un fin en s mismo,
sino con carcter instrumental, es decir, como medio para la proteccin de otros bienes
jurdicos individuales, como son la vida y la salud de las personas, cuya tutela
justificara en ltimo trmino la intervencin penal en materia de trfico. El bien
jurdico estara dotado de una doble dimensin, individual y colectiva228. En sentido
similar, Olmedo Cardenete sostiene que con esta regulacin el legislador pretende
salvaguardar de forma inmediata el correcto y adecuado funcionamiento del trfico
rodado que discurre a travs de las vas pblicas, persiguiendo aquellas conductas que
comprometen gravemente la seguridad de quienes se ven implicados (conductores,
acompaantes y peatones). Sin embargo, tras ese inters colectivo, la intencin
inequvoca del legislador es la de proteger mediatamente la vida y salud de las personas,
pues con la actividad circulatoria diaria de los vehculos a motor y ciclomotores se
desarrollan actividades que son notablemente peligrosas o lesivas para las personas. De
acuerdo con ello, la seguridad del trfico viene a ser un bien jurdico intermedio de
carcter colectivo, autnomo y con sustantividad propia, instrumentado hacia la tutela
de bienes jurdicos individuales que, aunque protegidos de forma mediata por los delitos
de trfico, disponen de unas normas de proteccin especficas en el mbito del trfico
rodado de vehculos a motor y ciclomotores229. Esto es, se trata un bien jurdico de
carcter intermedio, en la medida en que se encuentran en una relacin de medio a fin
con los bienes jurdicos individuales (). Los delitos contra la seguridad vial, por tanto,
otorgan una proteccin inmediata a las condiciones de desarrollo de los bienes jurdico227
SUREZ-MIRA RODRGUEZ, C., JUDEL PRIETO, A., PIOL RODRGUEZ, J. R.: Delitos,
cit., p. 449.
228
TAMARIT SUMALLA, J. M.: De los delitos, cit., p. 1552.
229
OLMEDO CARDENETE, M.: Delitos, cit., pp. 838 y 839.
112
individuales, de manera que los ltimos obtienen una proteccin mediata () se trata de
un bien jurdico colectivo que complementa la tutela de los bienes jurdicos
individuales230. A este mismo razonamiento lleg la Audiencia Provincial de Guipzcoa
en Sentencia 79/2005, de 20 de abril [JUR 2005\194280]: << () la seguridad del
trfico constituye un bien jurdico colectivo de carcter intermedio, en la medida que se
encuentra en una relacin de medio a fin con los bienes jurdicos individuales (vida e
integridad fsica). De esta forma puede sostenerse que se trata de un bien jurdico
colectivo que complementa la tutela de los bienes jurdicos individuales. Esta tutela
complementaria se logra a travs de dos funciones: - la funcin de garanta de
seguridad, centrada en la conservacin de los bienes jurdicos complementados
mediante la creacin de espacios de contencin de riesgos para los bienes jurdicos
individuales; - funcin de garanta de promocin, abocada a la promocin del uso y
disfrute de los bienes jurdicos complementados a travs del diseo de espacios dctiles
para el desenvolvimiento de los bienes individuales>>.
Cardona Torres mantiene esta misma posicin si bien con ciertos matices: en su
opinin, los delitos relativos a la seguridad vial se refieren, de una parte, al bien jurdico
comn de defensa de la colectividad con el fin de asegurar el trfico ordenado de
vehculos evitando el riesgo de comportamientos ilcitos o temerarios y, de otra, de
modo conexo, directo y con carcter finalista se protegen los bienes concretos de la vida
e integridad de las personas231. En otras palabras, evidentemente, al legislador le
preocupa que el trfico de vehculos se desarrolle de la forma ms segura, pero hablar
de la seguridad del trfico a secas es hablar de un bien jurdico ms que difuso,
escurridizo donde los haya, por la dificultad de concretarlo. Por ello, y porque
solamente tendra sentido la trada a colacin de la seguridad del trfico en su dimensin
material, no parece aventurado afirmar que en los artculos 379 y siguientes se protege
de modo inmediato la vida y la integridad de las personas, es decir los bienes que son
puestos en peligro (de forma ms o menos directa) cuando se efecta alguna de las
conductas tipificadas, los bienes cuya puesta en peligro ha de ser verificada para la
aplicacin del tipo correspondiente sea legtima. El Cdigo penal castiga algunas
conductas con la pretensin de conseguir una mayor seguridad en el trfico vial a fin de
230
RODRGUEZ RAMOS, L.: De los delitos contra la seguridad vial, en Rodrguez Ramos, L. (dir.),
Martnez Guerra, A. (coord.), en Cdigo Penal (comentado y concordado con jurisprudencia) y Leyes
Especiales y Complementarias, Madrid, 2011, p. 1449.
231
CARDONA TORRES, J.: Derecho Penal. Parte Especial, Barcelona, 2010, pp. 447 y 448.
113
proteger la vida y la integridad de las personas; por lo que cabe concluir que, en ltima
instancia, son estos los bienes jurdicos protegidos (lo que no significa que no haya
otros bienes jurdicos comprometidos como el transporte de las personas y mercancas y
su enorme importancia econmica, el disfrute del ocio, etc.) 232. En este sentido, la STC
2/2003, de 16 de enero [RTC 2003/2], afirmaba que la seguridad del trfico es un valor
intermedio referencial y la vida e integridad fsica de todos son los bienes referidos; en
parecidos trminos, aunque insistiendo en la seguridad del trfico, la STC 137/2005, de
23 de mayo [RTC 2005\137].
Por lo dems, no pocos de los delitos incriminados en esta sede son delitos
mixtos, en los que junto al bien jurdico colectivo (esto es, la seguridad vial, en tanto
bien abstracto o inters difuso) se protege tambin un bien jurdico individual, como
puede ser la vida, la integridad fsica o la salud de los ciudadanos. En este sentido, se
trata de tipos mixtos o pluriofensivos233. Esto es, el bien jurdico protegido, con carcter
general, es la seguridad vial para proteger la vida y la integridad fsica de las
personas234. En efecto, el bien jurdico protegido mediante estos preceptos es en
principio la seguridad vial. Sin embargo, aunque en estos delitos se exige una lesin
de la seguridad vial, lo que indirectamente pretende protegerse son bienes jurdicos
individuales, como la vida y la integridad fsica de las personas. Por tal motivo debe
afirmarse que, en realidad lo que contempla el Cdigo en estos artculos son delitos de
peligro para los bienes jurdicos mencionados. As, cabe afirmar que el bien jurdico de
estos delitos es el mantenimiento de la seguridad del trfico como presupuesto de
proteccin de la vida e integridad fsica de las personas235.
ORTS BERENGUER, E.: Delitos contra la seguridad vial, en AAVV, Derecho Penal Parte
Especial, Valencia, 2010, p. 630.
233
POLAINO-ORTS, M.: Delitos, cit., pp. 384 y 385.
234
SERRANO GMEZ, A. y SERRANO MAILLO, A.: Derecho Penal Parte Especial, Madrid, 2011, p.
740.
235
MONTANER FERNNDEZ, F.: Delitos, cit., p. 288.
114
colectivo seguridad vial, que resultar lesionado. Se estar entonces ante delitos de
lesin de bienes jurdicos colectivos, si bien la conducta descrita en el tipo implicar un
menoscabo, aunque sea mnimo, para bienes jurdicos individuales236. Se configura as
una estructura dual para este bien jurdico que junto a la dimensin colectiva presenta
otra individual. No es que para este grupo de autores la seguridad vial no tenga su
propia entidad y autonoma como bien jurdico, sin embargo, lo que justifica la
intervencin del Derecho penal y lo que ellos denominan la anticipacin de la respuesta
punitiva es que la proteccin de la seguridad vial es necesaria para garantizar la
proteccin de la vida e integridad237.
Por ello, no es de extraar que los defensores del carcter antropocntrico del
Derecho penal cuestionen la autonoma del bien jurdico colectivo en general, y de la
seguridad vial en particular, para erigirse en inters jurdico penalmente protegido al
que atribuyen ms bien una funcin delimitadora de la modalidad de riesgo frente a la
que se protegen otros bienes individuales; esto es, la vida o la integridad fsica de las
personas238. Argumentan que con estos delitos se amplan los contornos de la proteccin
de la vida y salud, desde su puesta en peligro hasta su efectiva lesin, en un contexto
236
GRACIA MARTN, L.: La modernizacin del Derecho penal como exigencia de la realizacin del
postulado del Estado de Derecho (social y democrtico), Revista de Derecho Penal y Criminologa, 3
poca, n 3, 2010, pp. 67 y ss.
237
PRIETO GONZLEZ, H.: Aspectos comunes, cit., p. 12.
238
GUTIRREZ RODRGUEZ, M., GARCA DEL BLANCO, V., MARTN LORENZO, M., SANZDEZ DE ULZURRUM LLUCH, M.: Delitos, cit., p. 29.
115
social concreto del que emanan diversos y determinados riesgos como es la seguridad
vial239.
Parece que el texto punitivo haya optado por esa posicin, ya que las expresiones
que contienen muchos de los tipos las personas, los riesgos de la circulacin- inclinan
a considerar que la seguridad vial es un bien jurdico colectivo y supraindividual. Pero,
lo cierto es que a la seguridad colectiva se le puede objetar que no es susceptible de
lesin material, pues como sealan Surez-Mira Rodrguez, Judel Prieto y Piol
Rodrguez, en el momento en que se concreta el riesgo estamos ya ante bienes
jurdicos particulares. Ello no obstante, entiendo que si bien existen bienes jurdicos de
carcter individual como la vida, la integridad corporal, etc., en los que es fcilmente
perceptible los efectos de la conducta sobre el sustrato fsico del mismo: la lesin del
bien jurdico no plantea pues problemas. Pero a medida que el bien jurdico adquiere
perfiles difusos y pierde soporte emprico resulta difcil precisar la produccin de tal
lesin. Esta circunstancia lleva a los autores en cita a adoptar una postura claramente
personalista del bien jurdico, en la que obviamente en los delitos contra la seguridad
vial no se protege otra cosa que la seguridad de los individuos, de todos y cada uno de
los que componen la colectividad. De esta opininson Serrano Gmez y Serrano Mallo,
para quienes el bien jurdico protegido en el artculo 380 es la vida e integridad fsica
de las personas a diferencia del 379 en el que s se protege la seguridad vial240. No
239
ORTS BERENGUER, E., y FERRANDIS CIPRIN, D.: Elementos, cit., pp. 232 y 233.
SERRANO GMEZ, A. y SERRANO MAILLO, A: Derecho Penal, Parte Especial, Madrid, 2011,
p. 725.
240
116
obstante, como bien expresan Jescheck y Weigend, cualquiera que sea la titularidad de
un bien jurdico, individual o colectivo, la lesin de aqul, significa el menoscabo de
la pretensin de validez de un valor ideal mientras que por el contrario, el injusto del
resultado consiste en la lesin o puesta en peligro del objeto material del delito241. As
pues, como ya apuntara Carmona Salgado un planteamiento puramente formal no
impide entender que la seguridad del trfico puede aparecer como tal lesionada, siempre
que se evite permanecer anclado en ese sentido estrictamente gramatical, relativo a la
destruccin real en que la lesin consiste y se atiende a una nocin menos material y
ms teleolgica de dicha seguridad242. Conforme a lo anterior, a pesar de esta
dificultad, la postura mayoritaria distingue entre un bien jurdico primordial, que sera la
confianza en que el riesgo inherente a una concreta actividad peligrosa no se incremente
de forma innecesaria, y un fin teleolgicamente conectado, que se concretara en los
bienes que en ltima instancia pueden verse afectados por los comportamientos de
riesgo ilcito243.
241
JESCHECK, H. y WEIGEND, T.: Tratado de Derecho Penal. Parte General, Granada, 2002, p.
275. La doctrina ms moderna, con razn, pone de relieve que los bienes jurdicos no deben ser
comprendidos como bienes materiales, sino que se trata de relaciones de las personas con los intereses
con los intereses reales, as sucede, por ejemplo con la facultad de disposicin de las cosas propias.
242
CARMONA SALGADO, C.:De los delitos contra la seguridad del trfico, en Cobo del Rosal, M.
(dir.), Derecho Penal Espaol Parte Especial, Madrid, 2004, p. 775. Ello no obstante, comparte la autora
la opinin de aquellos autores que niegan que el concepto de trfico seguro sea un fin en s mismo.
Mndez Rodrguez y as lo expresaba en su anlisis genrico de los delitos de peligro, indicando que en
supuestos como la conduccin temeraria artculo 340 bis a) 2, y siguientes, al incorporar el legislador
junto a bienes colectivos la necesidad de puesta en peligro de bienes individuales, lo hace movido por la
dificultad de determinar la lesin de un bien jurdico colectivo, y tratando de zanjar la cuestin de la
ofensividad del tipo al exigir una puesta en peligro de bienes jurdicos individuales, MENDEZ
RODRGUEZ, C.: Los delitos de peligro y sus tcnicas de tipificacin, Madrid, 1993, pp. 225.
243
SUREZ-MIRA RODRGUEZ, C., JUDEL PRIETO, A., PIOL RODRGUEZ, J. R.: Delitos
contra la seguridad vial, en Surez-Mira Rodrguez, C. (coord.), Manual de Derecho Penal, Tomo II.
Parte Especial, Navarra, 2011, p. 449.
117
Por otra parte, la tesis de la autonoma del bien jurdico colectivo que defiendo
parece encontrar respaldo de un lado, en la nueva regulacin del los delitos contra la
seguridad vial, donde se acenta el carcter general y colectivo del objeto de tutela
penal al aclarar el propio legislador, en la Exposicin de Motivos de la LO 15/2007, que
la finalidad de la ley es el mantenimiento de las condiciones de seguridad colectiva en el
mbito de la circulacin; y, de otro, en la solucin concursal adoptada en el artculo 382
del Cdigo penal. En efecto, materialmente se ha acogido la frmula de determinacin
del pena propia del concurso ideal-medial de delitos (artculo 77.2 primer inciso) en
aquellos supuestos en que con la conduccin temeraria se ocasionare adems del
riesgo prevenido, un resultado lesivo cualquiera que sea su gravedad, en la medida en
que los Jueces y Tribunales apreciarn tan slo la infraccin ms gravemente penada,
aplicando la pena en su mitad superior. Esta clusula permite tomar en consideracin el
desvalor derivado de la puesta en peligro de la vida y/o integridad fsica de las personas
que, no habiendo resultadas efectivamente lesionadas, es encontraban en el radio de
accin de la conduccin peligrosa. En caso de aplicar el concurso de normas, el peligro
adicional dimanante de la conduccin temeraria que despliega su eficacia antes de la
produccin del resultado lesivo, en mi opinin, identificable con el riesgo prevenido
al que alude la norma, no sera valorado. De este modo, si el bien jurdico protegido se
cifrase en la vida o integridad fsica de las personas, en caso de resultado lesivo, la
aplicacin del tipo de resultado no debera producir el desplazamiento automtico del de
peligro, pues como acertadamente advierte Olmedo Cardenete, en primer lugar, no
debe olvidarse que los delitos de peligro recogidos en estos preceptos atentan contra un
bien jurdico de otra naturaleza colectiva como es la seguridad vial, con lo que la pena
que pudiera resultar de aplicacin ante el contenido de injusto del correspondiente delito
244
En este sentido, MENDEZ RODRGUEZ, C.: Los delitos..., cit. p. 40; CORCOY BIDASOLO. C.: Los
bienes, cit., p. 215, quien considera que las reticencias para aceptar que los bienes jurdico-penales
supraindividuales tambin penales pueden ser lesionados proviene del origen del concepto de bien
jurdico, a partir de una visin causal-naturalista del mundo propia del siglo XIX, segn la cual el dao
debe definirse como resultado perjudicial para los intereses vitales de los perjudicados o de la
colectividad, habr que redefinir el concepto de dao cuando se hace referencia al principio de lesividad
aun cuando se hace referencia a la lesin o peligro par el bien jurdico en realidad se toma como
referencia su substrato materia, la lesin del objeto del delito como resultado material.
245
MUOZ CONDE, F.: Derecho, cit., p. 301.
118
III.
NATURALEZA
JURDICA
DEL
DELITO
DE
CONDUCCIN
1. Cuestiones generales
246
247
119
120
252
121
MUOZ CONDE, F.: Derecho Penal Parte General, Valencia, 2010, p. 302.
MATA Y MARTN, R. M.: Bienes jurdicos intermedios y delitos de peligro, Granada, 1997, p. 49.
260
Los delitos de peligro abstracto al no requerir la verificacin del peligro para el caso concreto puede
llegarse a entender que el injusto se agota en un puro desvalor de la accin con exclusin radical del
desvalor del resultado. Pese a ello la doctrina suele exigir la presencia de un desvalor, al menos de
259
122
No obstante lo anterior, conviene resaltar que cada vez adquieren mayor fuerza
las lneas de investigacin que abogan por la superacin de la clsica distincin entre
delitos de peligro concreto y delitos de peligro abstracto. Se propone pues la
reformulacin del delito de peligro abstracto y se inclina la doctrina por el
mantenimiento del mismo pero se distinguen las siguientes subcategoras: los delitos de
peligro presunto, o de peligro abstracto strictu sensu, delitos que en mi opinin van
contra toda lgica penal al establecer sanciones jurdicas que se deducen
matemticamente de la mera realizacin formal de las acciones tpicas sin someter, ni
siquiera la peligrosidad de la accin a la necesaria verificacin judicial261, y los delitos
que Schrder denomina de peligro abstracto- concreto, supuestos donde la peligrosidad
de la conducta sin llegar a comprometer concretos objetos portadores de los bienes
protegidos, s que se encuentra incorporada al tipo mediante la descripcin de los
elementos que la hacen apta para entraar ese riesgo en el caso concreto262 y que por eso
se le han llamado en Alemania de aptitud o de idoneidad, mientras que en Espaa,
Toro los catalog de peligro hipottico y los defini como delitos de peligro abstracto
en los que la posibilidad del peligro se deduce de la realizacin de una accin que en
relacin al bien jurdico, es idnea para producirlo 263.
carcter potencial, de resultado en los comportamientos constitutivos de un hecho punible no lesivo para
el bien jurdico. Los autores que patrocinan esta teora sealan con reiteracin, como presupuesto
insoslayable de la imputacin del hecho la peligrosidad objetiva de la conducta para el bien jurdico.
261
BUSTOS RAMREZ, J.: Los delitos de peligro, control social y sistema penal. Barcelona,1987, p. 137
262
SCHRDER, H: Abstrakt- konkrete Gefhrdugdsdelikte, J Z, 1967 p. 522, citado en RODRGUEZ
MONTAES.: Delitos de peligro dolo e imprudencia. Madrid, 1994 pp. 269 y ss.
263
TORO LPEZ, A.: Los delitos de peligro hipottico. ADPCP. 1981, p. 828. Parte el autor, en su
construccin de los delitos de peligro hipottico de la concepcin de Binding y de la formulacin que en
su teora de las normas ofrece respecto del peligro y precisamente de ella extrae su rechazo a los delitos
de peligro abstracto.
264
MORILLAS CUEVA, L. y SUEREZ LPEZ, J. M.: El delito, cit., p. 564, sealan que se suele
afirmar que los delitos contra la seguridad del trfico son de peligro, calificativo al que se le suele
aadir el carcter de comn. En el mismo sentido, CARMONA SALGADO, C.: Delitos, cit., p.
776.
123
de delitos caracterizados porque el peligro que les es inherente afecta a una colectividad
o grupo genrico e indeterminado de personas. Para Tamarit Sumalla, la creacin de
estos tipos penales responde a una opcin poltico-criminal a favor del adelantamiento
de las barreras de proteccin penal265; para Mata Martn, muchos de los supuestos que
van a presentar un bien jurdico intermedio se encuentran entre los delitos de peligro
comn o delitos contra la seguridad colectiva (Ttulo XVII del Libro II del Cdigo
penal de 1995) en los que destaca ms que un nico bien jurdico que permita su
agrupacin sistemtica, la potencialidad del comportamiento para amenazar a una
pluralidad de bienes que puedan poseer diversa naturaleza266. En esta lnea, Muoz
Conde afirma que hay supuestos en los que el peligro a que se refiere el delito va
directamente referido a bienes jurdicos colectivos inmateriales tales como la seguridad
en el trfico automovilstico, salud pblica, o el equilibrio de los sistemas naturales. En
estos casos se trata de prevenir un peligro general que afecta a la seguridad colectiva y
slo indirectamente a bienes jurdicos individuales, cuya puesta en peligro concreto
queda fuera de la configuracin tpica, aunque en algunos casos se aluda tambin a la
puesta en peligro de estos bienes jurdicos sin especificar si es una puesta en peligro
concreto o abstracta267. Doval subrayaba que, adems de las notas de pluralidad de
sujetos expuestos al riesgo y la concurrencia del nimo de poner en peligro y no de
lesionar, lo caracterstico de los delitos de peligro comn o general es la
indeterminacin de los sujetos expuestos al riesgo, en el sentido de que el autor de la
conducta no haya escogido especialmente a los sujetos a exponer al peligro
(indeterminacin subjetivo)268.
TAMARIT SUMALLA, J. M.: Delitos, cit., p. 1926. La creacin de estos tipos penales de
peligro da lugar a la configuracin de bienes jurdicos espiritualizados, de naturaleza supraindividual,
como es el de la seguridad del trfico.
266
MATA Y MARTN, R. M.: Bienes..., cit., p. 33.
267
MUOZ CONDE, F.: Derecho, cit., p. 303.
268
DOVAL PAIS, A.: Delitos de fraude alimentario anlisis de sus elementos esenciales, Pamplona,
1996, pp. 288 y ss.
124
269
125
en los bienes jurdicos de los que son titulares, en este caso la vida o la integridad fsica.
El concepto de peligro a que se refiere el artculo 380, requiere que la conduccin
temeraria coloque a determinada o determinadas personas en una situacin de riesgo
cierto, prximo y constatable para su vida o integridad fsica, sin que sea necesario que
se produzca el resultado lesivo, toda vez que la pura exigencia de que se produzca un
resultado de peligro concreto para la integridad fsica es constitutiva ya, por s misma de
la infraccin penal. Y, as se ha manifestado reiteradamente nuestra doctrina
jurisprudencial272, al decir que el dolo de este tipo penal exige el conocimiento y, por
tanto, acreditacin de que con la anmala conduccin se crea un concreto peligro para la
vida o la integridad de las personas y la voluntad de ejecutar o proseguir con la
temeraria forma de conducir.
Vid., por todas, SAP de Madrid 527/2010, de 2 de septiembre de [JUR 2010\335076]; SAP de Mlaga
89/2010, de 5 de octubre [JUR 2010\393133].
273
Vase a ttulo de ejemplo la SAP de Madrid 62/2007 de 4 de mayo [JUR 2007\170511]; y, la SAP de
Islas Baleares 48/2011 de 10 de febrero [JUR 2011\146423].
126
los particulares, de modo que el bien social que se sita en un estado previo ha resultado
ya lesionado. Quien invade el carril izquierdo de la calzada con su vehculo o se salta un
semforo rojo, de modo que su accin repercute en otras conductas, su conducta no solo
posee capacidad para comprometer bienes particulares de algunos participantes en el
trfico rodado (peligro para la vida o integridad fsica de las personas), sino que
simultneamente se han alterado las condiciones generales establecidas para el
desarrollo del trfico el cual discurre dentro de los mrgenes admitidos de riesgos
(lesin de la seguridad del trfico). Una vez superado el riesgo general inherente al
trfico, ste como bien jurdico debe entenderse lesionado, haciendo entonces posible el
peligro para otros bienes274. Tesis acogida reiteradamente por la jurisprudencia menor,
concretamente por la SAP de Valladolid 18/2006, de 15 de junio [JUR 2006\191792],
<<Se trata de un delito de peligro concreto, por lo que la simple conduccin temeraria
que de por s entraa una conduccin peligrosa- no es suficiente para completar el
tipo>>; la SAP de Pontevedra 239/2011, de 20 de diciembre [JUR 2012\11631],
subraya que << el tipo del delito no requiere ms que la acreditacin de este peligro
concreto, esto es, simplemente la prueba de que esa conduccin irregular del acusado
puso en riesgo a alguna persona determinada>>; y la SAP de Santa Cruz de Tenerife
153/2012, de 12 de abril [JUR 2012\219417], advierte que <<El concepto de peligro
concreto tiene unos perfiles ciertamente indefinidos, si bien ha de afirmarse su presencia
cuando una o varias personas hayan entrado en el radio de la accin de la conducta
peligrosa del agente, de manera que no pueda excluirse la eventualidad de una lesin>>.
Sin embargo, la SAP de Mlaga 187/2011, de 11 de abril [JUR 2011\342051], condena
por delito de conduccin bajo la influencia de drogas txicas y declara la inexistencia
del delito de conduccin con temeridad manifiesta por falta de prueba sobre la
produccin de peligro concreto a persona alguna con la atolondrada conduccin. Y en el
mismo sentido, la SAP de Mlaga 89/2010, de 5 de octubre [JUR 2010\393133], al no
constar la puesta en peligro concreto a los dems usuarios o, la SAP de Madrid
311/2009 de 19 de noviembre, [JUR 2010\62749] al no concretarse hecho alguno que
ponga de manifiesto la existencia de un constatable, efectivo y concreto peligro para la
vida o la integridad de otros conductores o peatones. La SAP de Girona 172/2008, de 20
de febrero [JUR 2008\136010], recuerda, sin embargo, que la conduccin con temeridad
274
127
manifiesta que genera un riesgo abstracto o potencial, sin peligro concreto para otros
usuarios de la va no constituye delito de conduccin temeraria.
Adems, es obligatorio para el juez probar dicho extremo. Al igual que en los
dems delitos de peligro concreto, la peligrosidad se comprueba con arreglo a un juicio
ex post, mediante el cual se constata que en las circunstancias del caso concreto se ha
producido una situacin de riesgo para un objeto de la realidad identificable con el bien
275
128
129
individuales280. Segn esta opcin, no basta pues, con que el conductor ponga en peligro
su vida o su integridad, sino que se requiere que con la conduccin ponga en peligro
bienes individuales ajenos.
Desde mi punto de vista la configuracin del tipo del artculo 380 del Cdigo
penal exige que en el supuesto concreto, el bien jurdico protegido seguridad vial haya sufrido un riesgo de lesin: el delito exige la presencia del peligro en el tipo
pusiere en concreto peligro la vida o la integridad de la personas-, y la necesaria
verificacin del mismo que en cada caso habr de realizar el Juez mediante un juicio ex
post en el que se tendr en cuenta no slo los elementos tpicos sino tambin los hechos
reales en atencin a las circunstancias particulares concurrentes en el caso concreto:
estado de la calzada, condiciones climticas, etc., de manera que pueda apreciarse la
presencia real y constatable de dicho peligro.
3. El nuevo supuesto delictivo del prrafo 2 del artculo 380 del Cdigo
penal.
Con este nuevo delito, al menos aparentemente, el Captulo IV del Ttulo XVII
vena a contener dos figuras tpicas en las que la situacin de peligro estaba
determinada, en todo o en parte, por la realizacin de una conduccin bajo la influencia
del alcohol o drogas txicas. Por una parte, el delito del artculo 379 del Cdigo penal,
en el que se tipificaba una figura de peligro abstracto, en el que el injusto se
280
130
GUREZ TRICARICO, P.: Influencia del alcohol y conduccin peligrosa en los delitos contra la
seguridad del trfico: algunas consideraciones, en La Ley, N 6338, p. 8.
282
STC de111/1999 de 14 de junio [RTC 1999\111] (ponente Julio Diego Gonzlez Campos). Aunque
dicha taxatividad, apoyada por toda la doctrina, encuentra al menos una excepcin: la presuncin iuris et
de iure sobre a ausencia de consentimiento del art. 181.2 CP. La STS 476/2006, de 2 de mayo [RJ
2006\3106], sostiene: <<Al tratarse de menores de 13 aos, el art.181.2 CP (RCL 1995, 3170 y RCL
1996,777) establece una presuncin iuris et de iure sobre la ausencia de consentimiento por resultar los
supuestos contemplados incompatibles con la consciencia y libe voluntad de accin exigibles. Hay
presuncin porque efectivamente se eleva a verdad jurdica lo que realmente es slo posible, y siendo
iuris et de iure, no se permite en principio, indagar las condiciones del menor para confirmar la existencia
de esa capacidad que al Ley considera incompleta ()>>. En el mismo sentido la STS 411/2006, de 18
de abril [RJ 2006\3312]: <<() el Cdigo, en el art. 181.2 CP establece una presuncin iuris et de iure
sobre la ausencia de consentimiento por resultar los supuestos contemplados incompatibles con la
consciencia y libre voluntad de accin exigibles (STS 22.10.2004 [RJ 2004,7173], 25.10.2001 [RJ
2001,9690], 15.02.2005 [RJ 2005,3255]) y lo que implica que dicho menor es incapaz de
autodeterminarse respecto del ejercicio de su libertad sexual (). El Tribunal Constitucional seala en
Sentencia 87/2001 que <<en ningn caso el derecho a la presuncin de inocencia tolera que alguno de los
elementos del delito se presuma en contra del acusado, sea con una presuncin iuris tantum sea con una
presuncin iuris et de iure>>. A juicio del Tribunal, las razones por las que no cabe en el mbito del
Derecho penal tales instituciones son: 1. La presuncin iuris tantum, <<no es admisible
constitucionalmente y que, como declar la STC 105/1988, produce una traslacin o inversin de la carga
de la prueba, de suerte que la destruccin o desvirtuacin de tal presuncin corresponde al acusado a
travs del descargo, lo que no resulta conciliable con el art. 24.2 CE>>. 2. Y la presuncin iuris et de iure,
<<tampoco es lcita en el mbito penal desde la perspectiva constitucional, puesto que prohbe la prueba
en contrario de lo presumido, con los efectos, por un lado, de descargar de la prueba a quien acusa y, por
131
nmero 2 del artculo 381 CP, vendra a equiparar, a efectos de penalidad, una
modalidad de peligro abstracto de nueva creacin con el delito de peligro concreto del
381.1. Esta interpretacin planteaba problemas de legitimidad y proporcionalidad que a
juicio de Gurez Tricarico, tenan que ver, por una parte, con la opcin polticocriminal a favor de tipos de peligro abstracto puramente formales y por otra con la
propia coherencia del legislador en su opcin por una determinada concepcin de los
delitos de peligro en el mbito de la seguridad del trfico283.
otro, de impedir probar la tesis opuesta a quien la defiende, si es que opta por la posibilidad de probar su
inocencia, aspectos ambos que vulneran el derecho fundamental a la presuncin de inocencia>>.
283
GUREZ TRICARICO, P.: Influencia..., cit., p. 9.
284
STC 22/1988, de 18 de febrero [RTC 1988\22] :<< no basta, pues, para subsumir el hecho
enjuiciado en el tipo penal, comprobar el grado de impregnacin alcohlica sino que, aunque resulte
acreditada esa circunstancia mediante las biolgicas practicadas... sera necesario comprobar su influencia
en la conduccin>>.
132
285
133
289
GUARDIOLA GARCA, J.: Artculo 380, en Orts Berenguer, E. (coord.), Prevencin, cit., pp.
302 y303.
290
QUERALT JIMNEZ, J.: El nuevo derecho..., cit. p. 67. La diferenciacin que hace el precepto
entre vas es poco respetuosa con el bien jurdico seguridad vial que pretende proteger.
291
GONZLEZ CUSSAC, J. L. y VIDALES RODRGUEZ, C.: Los nuevos delitos..., cit., p. 211. Lo
que se pretende es penalizar con mayor rigor un peligroso combinado de alcohol y velocidad que parece
estar detrs de un alto porcentaje de muertes y/o lesiones en accidentes de trfico.
134
manifiesta adopta diversas formas, dos de las cuales son las tipificadas en el artculo
379, pero hay ms, como las que se contemplan en la SAP de Salamanca 2/2011, de 19
de junio [ARP 2011\1026], contempla conduccin temeraria en aqulla que consiste en
subir y bajar repetidamente con su coche por una calle a elevada velocidad consciente
del peligro de atropellar a alguno de los peatones que de forma desordenada invadan la
carretera; la conduccin a gran velocidad en sentido contrario obligando a un ciclista a
apartarse para evitar ser atropellado en SAP de Valencia 86/2012 de 30 de marzo [JUR
2012\132686]; la incorporacin a la va de servicio a gran velocidad, incumpliendo las
normas de trfico exigibles, SAP de Zamora 59/2012 de 11 de octubre [JUR
2012\393425]; circulacin en un polgono industrial, a velocidad elevada e invadiendo
el carril contrario, entrando en varias rotondas en contradireccin, SAP de Madrid
418/2012, de 23 de julio [2012\928]. En definitiva lo que se est haciendo es atribuir la
calificacin de temeridad manifiesta a ciertos supuestos cuya concurrencia hay que
292
135
Sin embargo algunos autores como Hortal Ibarra muestran su desacuerdo con el
mantenimiento en la LO 15/2007, de la presuncin sobre temeridad incorporada por la
reforma de 2003 y ello por tres motivos: a) en primer lugar porque siendo cierto que el
exceso de velocidad y la conduccin habiendo ingerido elevadas cantidades de alcohol
constituyen dos de los factores que ms incidencia tienen en la accidentalidad vial, no
es menos cierto que tambin la tienen la conduccin prolongada sin respetar las horas de
sueo, la conduccin habiendo ingerido medicamentos susceptibles de producir
somnolencia, etc., y no por eso se han incluido en el tipo, b) en segundo lugar porque al
295
296
136
Tambin se muestra crtico Hortal Ibarra con la inclusin del nuevo delito de
conduccin a velocidad excesiva. No comparte el autor el que se construya una
infraccin penal sobre la base de la superacin de los ndices de velocidad legalmente
establecidos, no slo porque con ello se dificulta sobremanera la necesaria
diferenciacin con el correspondiente ilcito administrativo ( que de mantenerse se
fundamenta en un criterio meramente cuantitativo), sino, especialmente porque carece
del mnimo contenido de lesividad imprescindible para justificar la imposicin de una
consecuencia jurdica limitadora de derechos fundamentales como es la pena de
prisin298.
HORTAL IBARRA, J. C.: El delito de conduccin..., cit., p. 154 y 155. En anlogos trminos se ha
expresado CORCOY BIDASOL, M.: Lmites objetivos y subjetivos a la intervencin penal en el control
de riesgos, en Mir Puig, S y Corcoy Bidasolo, M. (dirs.), en Poltica Criminal y Reforma Penal, Madrid,
2007, p. 53, nota 27, quien califica en general de ilegtimas las presunciones iure et de iure de que una
infraccin administrativa per se constituya delito, poniendo precisamente como ejemplo la presuncin de
temeridad manifiesta introducida en la LO 15/2003.
298
HORTAL IBARRA, J. C.: El delito..., cit., p. 150 y 151. En anlogos trminos se expresa DE
VICENTE MARTNEZ, R.: La reforma penal en curso en materia de siniestralidad vial, en Derecho
Penal y seguridad vial, EDJ (114), Madrid, 2007, p. 9, para quien la criminalizacin del denominado
delito de velocidad excesiva comporta un mayor adelantamiento de la intervencin punitiva, lo cual en
ltima instancia se traduce en un desgaste de los principios de ofensividad e intervencin mnima del
Derecho Penal y en una mayor dificultad de deslinde con el Derecho Administrativo.
299
MORILLAS CUEVA, L.: Delitos, cit., p. 430.
137
300
138
139
140
141
142
I. INTRODUCCIN
301
MAQUEDA ABREU, M.L. y LAURENZO COPELLO, P.: El Derecho Penal en Casos. Parte
General. Teora y Prctica, Valencia, 2011, p. 39.
302
MORILLAS CUEVA, L.: Derecho, cit., p. 173.
143
El primer elemento del injusto tpico es el sujeto activo del delito, es decir, la
persona que realiza la conducta descrita en la Ley penal. Morillas Cueva lo define como
aqul que realiza la accin tpica y advierte que no ha de ser identificado con el autor
del delito, a pesar de las indudables similitudes que presentan: sujeto activo es un
elemento de la formulacin tpica de potencial comisin abstracta del tipo- mientras
que el autor se manifiesta en la realizacin concreta del tipo lleva a cabo todos los
elementos configuradores del delito, objetivos y subjetivos, que generan la
responsabilidad que requiere el artculo 27 del Cdigo Penal- 303.
Sin embargo, esta separacin no supone, ni mucho menos, que sujeto activo y
autor se presenten ajenos totalmente uno del otro, por el contrario, la conexin entre
ellos es manifiesta y necesaria, pues aqul indica el mbito de los posibles autores
supeditados a los requisitos exigibles para ser inicialmente sujetos del delito304. Si como
apuntan Cuello Contreras y Mapelli Cafarena, el autor es el sujeto genuino del
comportamiento, aqul que domina el hecho, sin cuya presencia el resultado no se
habra producido305 y sujeto activo del delito es el que realiza conducta tpica, en el
caso del delito de conduccin temeraria ambos coinciden en la misma persona: el
conductor.
En efecto, del tenor literal de artculo 380 se desprende que sujeto activo del delito
de conduccin temeraria es el conductor. Indica Queralt Jimnez que la nocin de
conductor es una nocin material, no jurdica306. Para dotar de contenido a esta
expresin tpica hemos de acudir a la normativa administrativa en la materia,
concretamente al apartado primero del Anexo I del RDL 339/1990, de 2 de marzo, por
el que se aprueba el Texto articulado de la Ley sobre Trfico, Circulacin de Vehculos
a Motor y Seguridad Vial. De acuerdo con dicho Anexo, se entiende por conductor
aquella <<persona que, con las excepciones del prrafo segundo del apartado 2 de este
artculo, maneja el mecanismo de direccin o va al mando de un vehculo, o a cuyo
cargo est un animal o animales. En vehculos que circulen en funcin de aprendizaje
303
Ibidem, p. 159.
Ibidem, p.160.
305
CUELLO CONTRERAS, J. y MAPELLI CAFFARENA, B.: Curso de Derecho Penal. Parte General,
Madrid, 2011, pp. 136 y 137.
306
Mantiene el autor que es conductor quien va a los mandos del vehculo; no parece que ello pueda
plantear mayores problemas, QUERALT JIMNEZ, J. J.: Derecho, cit., p. 982.
304
144
No obstante esta aparente sencillez, el instituto del sujeto activo merece algunas
reflexiones:
a) Naturaleza del tipo atendiendo al sujeto activo. Mantiene Dez Ripolls que la
mayor parte de los tipos penales se configuran sin ms exigencias respecto del sujeto
activo que las dimanantes de que sea un ser humano309. Estaramos as apunta Cobo
del Rosal y Vives Antn en presencia de un sujeto activo genrico e indiscriminado y,
por tanto, la realizacin del tipo podra ser llevada a cabo por cualquiera310. Esta
apreciacin es, en principio, aplicable al sujeto activo del delito de conduccin
temeraria del artculo 380 del Cdigo Penal, en el que la genrica expresin inicial de la
proposicin legal el que parece sugerir que se trata de un delito de sujeto activo
indiferenciado, lo que revela una total indeterminacin del mismo. Al igual que la
generalidad de los tipos penales no se requiere otro requisito respecto al sujeto activo
que el de que se trate de una persona con capacidad penal. Pero la expresin utilizada en
el precepto penal es el que condujere un vehculo a motor o ciclomotor con lo que la
307
145
311
VIEIRA MORANTE, F. J.: De los delitos contra la seguridad del trfico, en Conde-Pumpido
Tourn (dir.), Lpez Borja de Quiroga, J. (coord.), Comentarios al Cdigo Penal, Barcelona 2007, p.
2784.
312
GMEZ MARTN, V.: Los delitos especiales., Buenos Aires, 2006, pp. 36 y 37.
313
ESCOBAR JIMNEZ, R.: De los delitos contra la seguridad del trfico, en Serrano Butragueo, I.
(coord.), Cdigo Penal de 1995 (Comentarios y Jurisprudencia), Granada, 1999, p. 1552.
314
Vase a modo de ejemplo, GANZENMLER ROIG, C., DE LAMO RUBIO, J., ROBLEDO
VILLAR, A., ESCUDERO MORATALLA, J. F., FRIGOLA VALLINA, J.: Delitos, cit., p, 77.
Mantienen que en cuanto al sujeto pasivo, el tipo penal (refirindose al artculo 379) exige que sea el
conductor de un vehculo a motor o ciclomotor; es decir, se trata de un delito especial o de propia mano;
MUOZ CONDE, F.: Derecho, cit., p. 700.
315
TAMARIT SUMALLA, J. M.: De los delitos, cit., p. 1928. En anlogos trminos
GANZENMLER ROIG, C., DE LAMO RUBIO, J., ROBLEDO VILLAR, A., ESCUDERO
MORATALLA, J. F., FRIGOLA VALLINA, J.: Delitos, cit., p, 77, quien a propsito del delito
previsto en el artculo 379 ( precepto que comparte sujeto activo con el 381 y 384 del Cdigo Penal)
seala que se trata de un delito especial o de propia mano; de modo que quedan excluidos los conductores
de bicicletas y los dems usuarios de la va, en relacin con los que la normativa tambin establece la
obligacin de someterse a las pruebas de deteccin de alcohol y dems sustancias y, por tanto, la
conduccin de bicicletas superando los ndices de tolerancia administrativa en materia de alcoholemia,
podr constituir, en su caso, una infraccin administrativa (art. 12 LSV, art. 21 y ss. y 65.5.a) LSV), pero
nunca un delito contra la seguridad del trfico del 379 del Cdigo Penal.
146
GANZENMLER ROIG, C., DE LAMO RUBIO, J., ROBLEDO VILLAR, A., ESCUDERO
MORATALLA, J. F., FRIGOLA VALLINA, J.: Delitos, cit., p, 78.
317
CALDERN CEREZO. A Y CHOCLN MONTALVO, J. A.: Cdigo Penal Comentado, Barcelona,
2004, cit. p. 839. En similares trminos, DE VICENTE MARTNEZ, R.: Derecho, cit., p. 548;
MUOZ CONDE, F.: Derecho..., cit., p. 700, para quien los delitos recogidos en los arts. 379, 381 y 384
CP, recogen delitos de propia mano en los que no cabe la autora mediata, pero s la coautora (profesor
de autoescuela) o cualquier forma de participacin (por ej., induccin o cooperacin del acompaante).
En este mismo sentido TAMARIT SUMALLA, J. M.: De los delitos p. 1560; GANZENMLER,
G/ DE LA AMO RUBIO, J/ ROBLEO VILLAR, A/ ESCUDERO, J. F/ FRIGOLA, J.: Delitos, cit., p.
78; LAMARCA PREZ, C.: Delitos contra la seguridad vial, en Lamarca Prez, C. (coord.), Derecho
Penal. Parte Especial, Madrid, 2011, p. 576.
318
Ms ampliamente, MOLINA FERNNDEZ, F.: Hecho antijurdico, en Molina Fernndez, F.
(coord.), Memento Prctico Penal, Madrid, 2010, p.129.
319
OLMEDO CARDENETE, M, <<Aspectos prcticos de los delitos contra la seguridad del trfico
tipificados en los artculos 379 y 380 del Cdigo Penal>>, en Los Derechos Humanos. Libro Homenaje
al Excmo. Sr. Luis Portero Garca, Granada, 2001, 681.
147
Cosa distinta es que la propia descripcin legal acote expresamente los medios
comisivos del delito. Como subraya Gmez Pavn una de las especialidades de esta
clase de delitos, es el medio que debe utilizarse para su comisin, que debe ser siempre
un vehculo a motor o ciclomotor322, seran en palabras de Grispigni delitos con
instrumento limitado; esto es, aquellos en los que el sujeto, para satisfacer el tipo penal
debe servirse en su conducta de un determinado instrumento, que en este caso concreto
sera un vehculo a motor o ciclomotor323. Pero ello no muta la naturaleza comn del
tipo en el que sujeto activo o conductor puede ser cualquier persona324.
Siguiendo la lnea marcada por estos autores, entiendo que dado que el texto
penal no requiere de forma expresa, que se den una serie de especiales cualidades en el
sujeto para poder ser conductor a los efectos prevenidos en el precepto de manera que
sin tales especializaciones no puedan ser sujetos activos del delito de conduccin
320
148
temeraria, el tipo presenta pues una estructura de delito comn sin que pueda entenderse
que esta modalidad tpica, de medio comisivo acotado, alberga la condicin de delito
especial. Si bien es cierto que mayora de las sentencias condenatorias por delito de
conduccin temeraria tienen como protagonistas a personas provistas de habilitacin
legal en el mbito vial, sin embargo este dato cuantitativo (estadstico) no comporta una
restriccin de la esfera potencial de sujetos activos. De hecho la experiencia y la
doctrina jurisprudencial nos ilustran con pronunciamientos condenatorios en los que la
negacin de esta cualidad o habilitacin legal no llevara a la absolucin del acusado
sino a su condena por delito de conduccin manifiestamente temeraria en concurso con
un delito de conduccin sin permiso previsto en el artculo 384 del Cdigo Penal, como
lo demuestran por ejemplo la SAP de Burgos 134/2010, de 20 de mayo [JUR
2010\238612]; la SAP de Toledo 23/2010 de 9 de marzo, [JUR 2010\143942]; la SAP
de Madrid 187/2010 de 30 de julio, [JUR 2010\263113]; o la STS 1426/2011 de 13 de
octubre [JUR 2011\369012].
325
149
326
150
la conduccin bajo los efectos de bebidas alcohlicas o drogas, respondera como autor
de un delito contra la seguridad vial, pues en tal caso el responsable directo es el que
tiene a su cargo los mandos del vehculo destinado al aprendizaje de conducir330.
330
CARDONA TORRES, J.: Derecho Penal. Parte Especial, Barcelona, 2010, p. 449.
MOLINA FERNNDEZ, F.: Hecho, cit. p. 132.
332
MORILLAS CUEVA, L.: Derecho, cit., p. 173; COBO DEL ROSAL, M. y VIVES ANTN, T. S.:
Derecho, cit., p. 361.
331
151
anlisis de este apartado va a versar sobre el titular directo e inmediato del bien jurdico
que se va a denominar sujeto pasivo333.
334
; y segn otro, a la
vida e integridad fsica de los usuarios de la va, con exclusin del conductor y, para
algunos autores, tambin los acompaantes que voluntariamente y de modo expreso o
tcito asumen el riesgo335.
333
152
el sujeto pasivo del delito debe identificarse siempre con una colectividad
genricamente considerada y carente de especificacin339.
Por su parte De Vicente Martnez subraya que el sujeto pasivo lo conforman los
usuarios de la va pblica como conductores y peatones; es decir, la conduccin
temeraria debe poner en peligro la vida o integridad de las personas que se encuentren
en la zona por donde se produzca la conduccin, bien como conductores de otros
vehculos o como peatones, quedando excluida del mbito de proteccin tpica la
persona que con su conduccin temeraria genera el riesgo cuyas consecuencias, por
tanto, asume, es decir, el conductor340. En efecto, entre los que cifran el objeto ltimo de
proteccin en el concepto genrico de seguridad vial en la vida e integridad fsica de las
personas que intervienen, activa o pasivamente en el trfico rodado341, existe un
consenso de entrada en afirmar que el sujeto pasivo son las personas que ven puesta en
peligro su vida o integridad fsica a excepcin del conductor temerario y los
acompaantes, aunque estos ltimos, con algunos matices. En efecto, esta solucin no
es pacfica cuando se trata la cuestin relativa a si pueden considerarse sujetos pasivos
del delito de conduccin temeraria a los acompaantes del conductor de vehculo
temerariamente conducido342. Dado que esta ltima cuestin ser abordada ms
profundamente a propsito del peligro concreto como resultado tpico, en este
momento slo se va a tratar someramente las dos situaciones que se pueden plantear: i)
si los acompaantes consienten libremente en someterse a la situacin de riesgo, la
doctrina ms moderna coincide en afirmar que la conducta ser atpica, ya en virtud de
la eficacia supralegal del consentimiento, ya a partir del principio de autopuesta en
peligro como criterio de imputacin objetiva; por lo dems, sera ciertamente
contradictorio considerarlos vctimas del delito y al mismo tiempo inductores del
mismo343; y ii) no dndose dicho consentimiento o aceptacin, la doctrina se muestra
339
RODRGUEZ FERNNDEZ, I.: La conduccin, cit., p. 38. Indica el autor que del mismo modo
que la seguridad del trfico como bien jurdico es un concepto que acota la seguridad colectiva, el sujeto
pasivo (por los propios efectos limitadores del bien colectivo) puede tambin especificarse (sin perder las
notas de colectividad e indeterminacin dentro del espacio acotado) en los usuarios de las vas pblicas,
entendiendo de nuevo stas como espacios abiertos al uso pblico.
340
DE VICENTE MARTNEZ, R.: Derecho, cit., p. 549.
341
SERRANO GMEZ, A. y SERRANO MAILLO, A.: Derecho, cit. p. 749.
342
DE VICENTE MARTNEZ, R.: Derecho..., cit., p. 549.
343
TAMARIT SUMALLA, J. M.: Delitos, cit., p. 1929 y en este sentido, OLMEDO CARDENETE,
M.: Aspectos prcticos..., cit., p. 681, afirma: Quedan excluidos del concepto de conductor los
acompaantes de aqul quienes, sin embargo, podrn en su caso ser hechos responsables a ttulo de
partcipes (inductor, cooperador necesario o cmplice).
153
dividida. As, frente a la asuncin de esa posibilidad por la opinin mayoritaria, pues
siendo la vida y la integridad de las personas los intereses en ltima instancia tutelados
en los delitos contra la seguridad del trfico, debe entenderse que el riesgo generado
para los restantes ocupantes del vehculo tambin debe ser amparado por el precepto344,
otros autores no parece que se comprenda en el delito la conduccin que entraa slo un
riesgo para los acompaantes de quien conduce temerariamente y para este mismo, en la
medida que este delito est pensado para el peligro creado para los dems345.
344
154
peatones o conductores (distintos del temerario) no seran sujetos pasivos del delito de
conduccin con temeridad manifiesta sino sujetos pasivos del peligro concreto generado
por dicha conduccin.
Desde la tesis defendida en este estudio, autonoma del bien jurdico colectivo
protegido y sujeto pasivo comunitario, es especialmente importante en el delito de
conduccin temeraria, la separacin entre sujeto pasivo del delito y de la accin, ya que
al tratarse de un delito en el que el peligro ha de concretarse en la vida o integridad
fsica de las personas, el bien jurdico se materializa siempre en un objeto de la
accin348, pero no debe confundirse con ste.
155
Advierte Mata Martn que sera errneo considerar en estos supuestos sujeto
pasivo a quien sufre la alteracin de cualquier tipo de intereses derivados del delito,
pues sujeto pasivo es el titular del bien jurdico lesionado, y perjudicado quien sufre el
dao, el titular del inters privado quebrantado por el hecho en cuanto ilcito civil354.
351
156
355
En este sentido ANTN ONECA.: Derecho Penal Parte General, 2 ed., anotada y corregida por J. J.
HERNNDEZ GUIJARRO y BENEYTEZ MERINO, J, Akal, 1986, p. 646. De la misma manera, el
vigente Texto Refundido de la Ley de Responsabilidad Civil y Seguro en la Circulacin de Vehculos de
Motor, aprobado por el RD-Legislativo de 8/2004, de 29 de octubre, establece un rgimen especial de
imputacin, valoracin y reclamacin de los daos civiles que se producen con ocasin del uso y
circulacin de vehculos a motor. El artculo 1 de la citada Ley se inicia con una referencia a la
imputacin subjetiva al disponer que: << El conductor de vehculos a motor es responsable, en virtud del
riesgo creado por la conduccin de stos, de los daos causados a las personas o los bienes con motivo de
la circulacin>>; y la Ley de Responsabilidad Civil y Seguro en la Circulacin de Vehculos a Motor,
circunscribe su aplicacin a los daos ocasionados por vehculo a motor y por el hecho de la circulacin.
Ambos conceptos definidos reglamentariamente: el artculo 3 del RD 7/2001, que aprueba el Reglamento
de responsabilidad Civil y Seguro en la Circulacin de Vehculos a Motor, seala que hay que entender
por hecho de la circulacin <<los derivados del riesgo creado por la conduccin de los vehculos a motor
a que se refiere el artculo anterior tanto por garajes y aparcamientos como por vas o terrenos pblicos o
privados aptos para la circulacin, tanto urbanos como interurbanos, as como por vas o terrenos que sin
tener tal aptitud sean de uso comn>>; en su artculo 3.3: << Tampoco tendr la consideracin de hecho
de la circulacin, la utilizacin de un vehculo a motor como instrumento de la comisin de delitos
dolosos contra las personas y los bienes. En todo caso, ser hecho de circulacin la utilizacin de un
vehculo a motor en cualquiera de las formas descritas en el Cdigo Penal como conducta constitutiva de
delito contra la seguridad vial, incluido el supuesto previsto en el artculo 383 del Cdigo Penal>>.
157
158
CAPTULO
CUARTO.
CONDUCTA
TPICA
159
160
1. Conducir
La accin tpica viene delimitada por el verbo conducir, pero la tarea de precisar
su alcance no est exenta de polmica, pues, a pesar de los esfuerzos doctrinales, an
hoy sigue sin estar suficientemente aclarado su significado y contenido. De principio, el
Diccionario de la Real Academia de la Lengua ofrece distintas acepciones del verbo
356
ORTS BERENGUER, E.: Delitos, cit., p. 648; SANZ-DEZ DE ULZURRUM LLUCH, M.:
Conduccin, cit., p. 140; DE VICENTE MARTNEZ, R.: Derecho, cit., p. 553.
161
conducir de las cuales nos vamos a referir a tres: a) llevar, transportar de una parte a
otra; b) guiar o dirigir hacia un sitio, y c) guiar un vehculo automvil. Desde un punto
de vista gramatical denota pues movimiento, desplazamiento, circulacin, etc. En
consecuencia, siguiendo a Domnguez Izquierdo, por conduccin debe entenderse la que
consiste en manejar los mecanismos de la direccin y control de un vehculo hacindolo
ir de un punto a otro en el espacio357.
357
DOMNGUEZ IZQUIERDO, E. M.: El artculo, cit., p. 570. Incide la autora en que es esencial la
idea de desplazamiento, traslacin de un lugar a otro, no siendo suficiente con la simple puesta en marcha
o encendido. En el mismo sentido, SUREZ-MIRA RODRGUEZ, C., JUDEL PRIETO, A. y PIOL
RODRGUEZ, J. R.: Delitos, cit., p. 452, se refieren el manejo de los aparatos de direccin y
velocidad del vehculo desplazndolo por espacios pblicos.
358
Sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra 18/2007, de 8 de febrero [JUR 2007\88289].
359
ORTS BERENGUER, E. y FERRANDIS CIPRIN, D.:Elementos comunes de todos o de algunos
de los delitos contra la seguridad vial, en Orts Berenguer, E. (coord.), Prevencin y Control de la
Seguridad Vial. Un anlisis jurdico y criminolgico, Valencia, 2011, p. 235, sostienen que razones
teleolgicas apoyan esta interpretacin, pues no puede obviarse que es la mayor potencia y dificultad de
control de los vehculos de motor respecto de otros similares, derivadas de su desplazamiento por la
energa del motor con el que cuentan lo que unido a su masiva o cotidiana utilizacin comporta un riesgo
162
singular que justifica la punicin de tales conductas; en el mismo sentido, MAGALDI PATERNOSTRO,
M. J.: Los delitos contra la seguridad del trfico, en Crdoba Roda, J. y Garca Arn, M, (coords.),
Comentarios al Cdigo Penal Parte Especial, Tomo II, Madrid, 2004, p. 1965.
360
ORTS BERENGUER, E. y FERRANDIS CIPRIN, D.: Elementos, cit., pp. 234
361
SUREZ-MIRA RODRGUEZ, C., JUDEL PRIETO, A. y PIOL RODRGUEZ, J. R.: Delitos
contra, cit., p.461.
362
ORTS BERENGUER, E. y FERRANDIS CIPRIN, D.: Elementos, cit., p. 234.
363
TAMARIT SUMALLA, J. M.: De los delitos contra la seguridad vial, en Quintero Olivares, G.
(dir.) y MORALES PRATS, F (coord.), Comentarios a la Parte Especial del Derecho Penal, Navarra,
2011. p. 1560.
364
CRDOBA RODA, J.: Comentarios al Cdigo Penal III, Barcelona, 1978, p. 1244 y en el mismo
sentido, MAGALDI PATERNOSTRO, M. J.: Los delitos, cit., p. 1695, refirindose al artculo 379
en su redaccin anterior, sostiene que el hecho de que la accin tpica se exprese mediante el verbo
conducir conlleva la obligada exclusin del mbito tpico de conductas tales como empujar un vehculo
averiado por la va pblica o deslizarlo por una pendiente manejando la direccin.
163
Pero no toda la doctrina est de acuerdo con este planteamiento. Frente a esta
postura est la de aquellos autores que consideran que en los dos ejemplos anteriores,
los sujetos estn, gramaticalmente, conduciendo, guiando el vehculo de un punto a
otro, y aunque en el ltimo, no lo controlarn de igual manera que cuando el vehculo se
desplaza a impulsos de su motor, s podrn accionar sus frenos o girar parcialmente el
volante a derecha e izquierda, por lo que en definitiva en ambos casos estarn guiando
el vehculo, lo estarn conduciendo. Segn Rodrguez Fernndez si la conduccin est
compuesta por dos elementos esenciales, el manejo de los mandos de direccin por
parte de un sujeto y el desplazamiento, en el caso de un vehculo que transita en punto
muerto, aprovechando la fuerza gravitatoria, concurren ambos elementos, pues existe
trnsito espacial y manejo de los mecanismos de direccin. El vehculo de motor no
deja de ser tal en estos casos, ni el sujeto que lo dirige deja de ser su conductor. La
interpretacin, por tanto, no responde a un criterio de lectura restrictiva de la letra de la
ley, sino a una visin teleolgica de la existencia tpica, que pretende excluir conductas
carentes de entidad lesiva367.
CALDERN CEREZO, A. y CHOCLAN MONTALVO, J. A.: Manual de Derecho Penal. Tomo II.
Parte Especial. Barcelona, 2005, p. 423.
366
En este sentido, DOMNGUEZ IZQUIERDO, E. M.: El artculo, cit., p. 572; DE VICENTE
MARTNEZ, R.: Derecho, cit., p. 357.
367
RODRGUEZ FERNNDEZ, I.: La conduccin cit., p. 44.
164
cuando el vehculo se desplace arrastrado por animales o personas, y sea guiado a travs
del manejo de esta traccin, ya que en este caso se convierte en un carro; b) cuando es
arrastrado por otros vehculos de motor, constituyndose, en este caso en un
remolque368. Argumento sobre el que tambin insiste De Vicente Martnez para quien
dejar deslizar el vehculo por una pendiente acentuada, durante un buen trecho,
manejando la direccin y el motor apagado, integra el comportamiento tpico, ya que el
sujeto habra conducido, al dirigir la trayectoria del vehculo mediante la manipulacin
de los mandos de direccin, pudiendo entraar esta maniobra idnticos riesgos, sino
mayor que un desplazamiento mediante los mecanismos propios del vehculo369.
368
165
ORTS BERENGUER, E. y FERRANDIS CIPRIN, D.: Elementos , cit., pp. 235 y 236.
GMEZ PAVN, P.: El delito, cit., p. 24.
375
VIEIRA MORANTE, F. J.: De los delitos, cit., p. 2784.
376
RODRGUEZ FERNNDEZ, R.: La conduccin, cit., p. 39.
377
LAMARCA PREZ, C.: Delitos, cit., p. 576.
374
166
relevante. Con carcter general, algunos autores como Crdoba Roda entiende que no es
punible el desplazamiento en un corto espacio y durante un tiempo menor378, mientras
que en el plano jurisprudencial, basta ojear las resoluciones judiciales ms recientes
para comprobar los vaivenes los tribunales que en ocasiones se decantan por considerar
que basta con un leve desplazamiento mientras el sujeto activo maneja los mecanismos
de direccin para que exista conduccin del vehculo. As la SAP de A Corua 30/2001,
de 5 de febrero [JUR 2001\23577], considera que existi conduccin en un supuesto en
el que el vehculo se cala tras avanzar dos metros porque <<se accion el sistema de
encendido y se puso en marcha el motor, incluso hubo ligero desplazamiento del mvil
con el sujeto activo manejando los mecanismos de direccin>>; mientras que en otros
condenan slo por tentativa o incluso absuelven por negar la conduccin en supuestos
de desplazamiento mnimo, es el caso de la SAP de Len 19/2001 de 31 de enero [ARP
2001\217].
378
167
Sin embargo, en mi opinin no hay que olvidar que el delito del artculo 380
(tanto en su actual redaccin como en la anterior), exige un plus en la medida que habla
de conduccin temeraria no de maniobras temerarias, lo que parece exigir una cierta
383
Tesis mantenido por DOMNGUEZ IZQUIERDO, E. M.: El artculo, cit., p. 571, a propsito del
delito de conduccin bajo los efectos de bebidas alcohlicas, drogas txicas o estupefacientes.
168
Antes de finalizar este apartado conviene recordar que existen algunos supuestos
ciertamente controvertidos y en los que la jurisprudencia se muestra vacilante. Me
384
169
386
170
apagadas a pesar de la personas que all se encontraban quienes tuvieron que apartarse
(STS 8/2011 de 23 de enero, [RJ 2011\316]).
171
Gmez Pavn entenda que aunque la Ley pareca indicar en su artculo 1 que
los preceptos en ella contenidos eran de aplicacin en cualquier lugar, por lo menos, tal
extensin estara limitada al requisito de que el lugar fuera destinado al trnsito de
vehculos y, por tanto, sujeto a las disposiciones del Cdigo de Circulacin; el que la
ley en este artculo dijera <<carretera, otras vas pblicas y dems lugares
transitables>>, puede interpretarse de otra forma concordante con el artculo 1 del
Cdigo de Circulacin. As la Ley se estara refiriendo a dos clases de vas: 1) la vas
pblicas (carretera, etc.), y que seran aquellas destinadas al uso pblico, pero, adems,
de propiedad pblica; 2) los dems lugares transitables, donde se incluirn todos
aquellos lugares por donde se pudiese circular libremente, sin ms limitaciones que las
del Cdigo de Circulacin, pero de propiedad privada. De esta manera quedaba
subsanado el problema al poner el acento en el uso que del lugar se hiciese y en la
titularidad de su propiedad389.
Por otra parte, aunque el anterior Cdigo Penal al castigar los delitos contra la
seguridad del trfico, salvo en el artculo 340 bis b) que aluda a la va (si bien sin el
calificativo de pblica) al referirse a la alteracin de la seguridad del trfico en los
trminos previstos en el precepto390, omita cualquier referencia al lugar de la accin en
el delito de conduccin temeraria, la opinin generalizada de aquel sector de la doctrina
que se ocup de esta cuestin es que el lugar de comisin del delito ha de ser
necesariamente una va considerada pblica. Para Rodrguez Ramos la va pblica es
387
172
pues el ubi tpico de las conductas que suponen un atentado a la seguridad del trfico y
es definida por el autor en cita como la infraestructura fsica-jurdica del trfico
rodado, refirindose a la misma como todo camino que pueda ser utilizado sin ms
limitaciones que las impuestas en el Cdigo de la circulacin. Camino no es todo
lugar transitable sino ms bien transitado; lo definitivo a estos efectos es el uso pblico
de una zona territorial como camino, independientemente de la calificacin jurdica que
pese sobre dicha zona. Un camino que es transitable por vehculo a motor, sin ms
requisitos que los previstos en la legislacin administrativa sobre trfico rodado, es una
va pblica391.
391
173
uso exclusivo peatonal394. A este respecto, despunta la tendencia doctrinal que recurre
tanto a la penalidad que llevan aparejados los delitos de trfico, como a la interpretacin
sistemtica395 del precepto, para extraer algunas conclusiones acerca de la va pblica
como ubi nico de comisin del delito. A estos dos extremos me refiero a continuacin:
En estos trminos se refiere DOMNGUEZ IZQUIERDO, E. M.: El delito, cit., p. 576, al mbito
espacial determinado al que queda referida la accin de conducir a que se refiere el artculo 379 del
Cdigo Penal.
395
MUOZ CONDE, F.: Derecho, cit., p. 701.
396
El artculo 59 de la LTCVS dispone: <<Con objeto de garantizar la aptitud de los conductores para
manejar los vehculos y la idoneidad de stos para circular con el mnimo riesgo posible, la circulacin de
vehculos a motor por las vas objeto de esta ley queda sometida al rgimen de autorizacin
administrativa previa>>, y el artculo 60 de la LTCSV prohbe conducir vehculos a motor y ciclomotores
sin estar dotado de la correspondiente autorizacin administrativa.
397
El Reglamento General de Circulacin, 13/1992, de 17 de enero, se refiere en su art. 1, al mbito de
aplicacin de las normas de trfico en los siguientes trminos: <<1. Los preceptos de esta Ley sern
aplicables en todo el territorio nacional y obligarn a los titulares y usuarios de la vas y terrenos pblicos
aptos para la circulacin, tanto urbanos como interurbanos, a los de las vas y terrenos que, sin tener tal
actitud, sean de uso comn y, en defecto de otra normas, a los titulares de vas y terrenos que sean
utilizados por una colectividad indeterminada de usuarios 2. En concreto tales preceptos sern aplicables:
a) A los titulares de las vas pblicas o privadas, comprendidas en el primer prrafo del apartado c) de
este mismo nmero y artculo y a los usuarios de las mismas, ya lo sean en concepto de titulares,
propietarios, conductores u ocupantes de vehculos o en concepto de peatones, y tanto si circulan
individualmente como en grupo>> El apartado c) de este mismo artculo enumera de manera detallada las
que se consideran vas pblicas. As alude expresamente: <<c) A las autopistas, autovas, vas rpidas,
carreteras convencionales, a las reas y zonas de descanso y de servicio, sitas y afectas a dichas vas,
calzadas de servicio y a las zonas de parada o estacionamiento de cualquier clase de vehculos; a las
travesas, a las plazas, calles o vas urbanas; a los caminos de dominio pblico; a las pistas y terrenos
pblicos aptos para la circulacin; a los caminos de servicio construidos como elementos auxiliares o
complementarios de las actividades de sus titulares y a los construidos con finalidades anlogas, siempre
que estn abiertos al uso pblico, y, en general, a todas las vas de uso comn, pblicas o privadas. No
sern aplicables los preceptos mencionados a los camino, terrenos, garajes, cocheras u otros locales de
similar naturaleza, construidos dentro de las fincas privadas, sustrados al uso pblico y destinados al uso
exclusivo de los propietarios y sus dependientes>>.
174
398
175
jurdicos protegidos. De modo que la penalidad asignada a los tipos lleva a negar la
exclusividad de la va pblica como lugar de comisin del delito400.
Sin embargo, con una tesis opuesta a la anterior, autores como Ferrandis Ciprin,
sugieren que, cifrado el bien jurdico protegido en los delitos de trfico en la vida e
400
176
En anlogos trminos, Luzn Cuesta sostiene que, los delitos podrn cometerse
en cualquier espacio, abierto o cerrado (como puede ser un aparcamiento), en que sea
fsicamente posible, aunque no lo sea legalmente (como en el caso de zonas peatonales),
404
FERRANDIS CIPRIN, D.: Aspecto fundamentales del delito de conduccin bajo la influencia de
bebidas alcohlicas, drogas txicas, estupefacientes y sustancias psicotrpicas, Valencia, 2006, pp. 390 y
ss.
405
GUTIRREZ RODRGUEZ, M., GARCA DEL BLANCO, V., MARTN LORENZO, M., SANZDEZ DE ULZURRUM LLUCH: Delitos contra la seguridad vial cuestiones comunes en Gutirrez
Rodrguez, M. (coord.), Proteccin Penal de la Seguridad Vial, Valencia, 2009, pp. 43 y 44.
406
QUERALT JIMNEZ, J.: Derecho, cit., pp. 982 y 983
177
la conduccin de un vehculo a motor o ciclomotor, que pueda ser utilizado <<por una
colectividad indeterminada de personas>>, cuya seguridad se protege407. En este
sentido, la SAP de Murcia 19/2003, de 4 de marzo [JUR 2003\123194], admiti la
conduccin temeraria en el supuesto de un cuadriciclo que circulaba << por el interior
de un recinto vallado y de uso exclusivo para peatones que se haba habilitado en la
localidad...como recinto ferial con motivo de las fiestas>>, y ms recientemente, la SAP
de Barcelona 345/2009 de 27 de marzo [JUR 2009\394573], especifica que el parking
no es un lugar sustrado al trfico rodado. Y tampoco lo es necesariamente una nave
industrial.
LUZN CUESTA, J. M.: Compendio de Derecho Penal. Parte Especial, Madrid, 2011, p. 278.
OLMEDO CARDENETE, M.: Delitos, cit., p. 841.
409
ORTS BERENGUER, E.: Delitos, cit., p. 597.
410
GANZENMLER, G., DE LA AMO RUBIO, J., ROBLEO VILLAR, A., ESCUDERO, J. F. y
FRIGOLA, J.: Delitos, cit., p. 82.
408
178
Berenguer aclara que del mismo modo que varios de los delitos analizados se comenten
an cuando la persona cuya vida se ve arriesgada no intervenga en el trfico
motorizado, los textos de los delitos de conduccin temeraria, bajo la influencia de
determinadas sustancias, con manifiesto desprecio por la vida de los dems, pueden
cometerse en cualquier espacio abierto al uso pblico411.
Quiz, sobre esta cuestin el dato determinante no debe ser tanto la diccin de la
rbrica sino la de cada tipo delictivo412. As, mientras en algunos supuestos es claro que
el riesgo se circunscribe a la va, es el caso del artculo 379.1 que tipifica la conduccin
bajo la influencia de drogas txicas, estupefacientes, sustancias psicotrpicas o bebidas
alcohlicas, y del artculo 385 a propsito del grave riesgo originado en la circulacin
por la colocacin de obstculos imprevisibles, derramamiento de sustancias deslizantes
o inflamables, mutacin, sustraccin o anulacin de sealizacin (), pues se alude a la
va aunque sin el calificativo de pblica; el delito de conduccin temeraria del artculo
380 prrafo primero adopta una frmula ms amplia que no da lugar a tal gnero de
restricciones. De modo que el delito puede cometerse en espacios que tengan la
consideracin de vas pblicas, entendiendo por tales todos los espacios a los que se
aplica la reglamentacin sobre trfico (artculo 2 de la Ley sobre Trfico, Circulacin de
vehculos a motor y Seguridad Vial); vas y terrenos pblicos aptos para la circulacin,
tanto urbanos como interurbanos, y los que, sin tener tal aptitud, sean de uso comn
(parques, jardines, aceras, etc.), e incluso los privados que sean utilizados por una
411
412
179
Es ms, algunos autores como Hortal Ibarra, aaden que nada impide la
adopcin de un concepto amplio de va pblica que garantice la relevancia jurdico
penal de las puestas en peligro concreto de personas que se hallan en el interior de un
inmueble o establecimiento mercantil, si se parte de la premisa de que el bien jurdicopenal supraindividual seguridad en el trfico tiene lugar desde el momento en se
conduce temerariamente y el resultado tpico se vincula a la puesta en peligro concreto
de dos bienes jurdico-penales individuales como la vida y la integridad fsica414. Pues
como seala Alccer Guirao, la invasin de estos lugares, salindose de las vas
destinadas al trfico, constituir la mayor y ms manifiesta temeridad415; interpretacin
acogida por SAP de Valladolid 175/2010, de 7 de junio [JUR 2010\25815], al apreciar
conduccin con temeridad manifiesta en la colisin contra vivienda por conduccin a
velocidad inadecuada y notablemente excesiva para las condiciones de la va, la cual se
hallaba limitada a 40 km/h y era tramo curvo.
413
En este sentido, Instruccin II/2008, en relacin con la entrada en vigor del artculo 384.2, de 1 de
mayo de 2008, el Fiscal Delegado de seguridad vial; PAPION PULIDO, J. G., PEDRE NAVARRO,
L., y BAL FRANCS, E.: Los delitos contra la seguridad vial, Valladolid, 2009, p. 41, sealan que la
definicin espacial del concepto de va, cuya seguridad se protege por el Cdigo Penal, dara lugar a
que a los efectos puramente prcticos no debiera considerarse la concurrencia de infraccin penal alguna
en aquellos casos en que la va utilizada no goce de las caractersticas definidas de que sea pblica o de
uso comn o para una colectividad indeterminada de personas. As, si, por ejemplo, alquilamos un
determinado circuito de carreras para nuestra exclusiva utilizacin, no parece que el hecho de conducir
bajo los efectos del alcohol mereciera reproche penal alguno por cuanto no estaramos ante una va en
sentido estricto al faltarle la nota de uso comn o colectivo.
414
HORTAL IBARRA, J. C.: El delito, cit., p.137.
415
ALCCER GUIRAO, R.: El delito, cit., p. 9.
180
casos de alunizaje u otros similares, en los que, de nuevo, falta esa afectacin de las
condiciones de seguridad en el trfico y la peligrosidad abierta que caracteriza a los
delitos contra la seguridad vial. Estos supuestos slo resultarn relevantes desde la
perspectiva de los delitos contra bienes jurdicos de carcter individual (daos o delitos
contra la vida o salud, en su caso).
Por ltimo, si se atiende, una vez ms, al tenor del precepto, conviene recordar
que si bien el apartado primero del artculo 380 del Cdigo Penal no hace mencin
expresa a la va como lugar de comisin del delito, no ocurre lo mismo con el prrafo
segundo en donde la expresa remisin legal al apartado primero del artculo 379 en el
qu s se establece literalmente la diferenciacin del lmite de velocidad que determinar
la tipicidad de la conducta atendiendo a la naturaleza urbana o interurbana de la va,
parece acotar el espacio de comisin del delito. En este caso y dado que slo las vas
pblicas cuentan con lmites generales y especficos de velocidad slo estos lugares,
identificados con aqullos a los que la Ley de Seguridad Vial define como vas pblicas,
constituyen el lugar de comisin del delito. Seala Sanz-Dez de Ulzurrun Lluch que
aunque el delito de conduccin manifiestamente temeraria puede realizarse, con carcter
general, en otro tipo de vas en las que est prohibida la circulacin de vehculos (zonas
peatonales, por ejemplo), la previsin contenida en su prrafo segundo no resultar
aplicable en estos casos, puesto que el precepto exige que se supere los lmites de
velocidad reglamentariamente establecidos, de lo que se deduce que se refiere a vas en
las que la circulacin est permitida y la velocidad reglamentariamente establecida416.
No obstante, Aranguez Snchez sostiene que aunque el legislador se ha referido a la
conduccin por vas en el artculo 379.1, al que expresamente reenva el apartado
segundo del artculo 380, una razonable interpretacin de este precepto aconseja
entender que la conduccin a velocidad excesiva por lugares no habilitados para la
circulacin tambin resulta punible por este precepto. De este modo, si se transita por
una zona peatonal o por la acera con un vehculo de motor o ciclomotor debe
considerase que la velocidad reglamentariamente permitida es cero, por lo que,
tratndose de una zona urbana a partir de 60 kms/h podr apreciarse este delito417.
416
181
Cosa distinta es que la expresa remisin legal al apartado primero del artculo
379 en el qu s se establece literalmente la diferenciacin del lmite de velocidad que
determinar la tipicidad de la conducta atendiendo a la naturaleza urbana o interurbana
de la va, parece acotar el espacio de comisin del delito. En este caso y dado que slo
las vas pblicas cuentan con lmites generales y especficos de velocidad slo estos
lugares, identificados con aqullos a los que la Ley de Seguridad Vial define como vas
pblicas.
permiso administrativo para cortar todo el trfico (de vehculos y peatonal) en una determinada calle en
un polgono industrial que va a reasfaltar, y aprovechando esa circunstancia, un sujeto se dedica a
averiguar cul es el mximo de velocidad que puede alcanzar su motocicleta, como si estuviera en un
improvisado circuito de pruebas clandestino, pero totalmente excluidos al trfico por barreras
custodiadas permanentemente por otros operarios. Tal conducta difcilmente entrara en el tipo del
artculo 379. 1 del Cdigo Penal por exclusin total del riesgo prevenido.
182
Una de las peculiaridades de los delitos contra la seguridad vial es que se acota
legalmente el medio que debe utilizarse para su comisin; esto es, ha de ser siempre un
vehculo a motor o un ciclomotor. En efecto, el principio de taxatividad en la redaccin
de los tipos penales, adquiere singular relevancia a la hora de determinar el medio
comisivo a travs del cual el delito puede fraguarse. En esta materia, la decisin
legislativa ha sido circunscribir la accin descrita a los vehculos de motor y los
ciclomotores, an cuando es fcilmente imaginable la creacin de un riesgo similar
mediante vehculos propulsados por otros medios de traccin ya sea humana o animal,
supuestos para los cuales, y con el acertado propsito de acotar la conducta respetando
una intervencin mnima del Derecho Penal, en pro de respuestas menos gravosas, no se
ha previsto el adelantamiento de la punicin que significan los delitos de peligro,
quedando la atencin penal circunscrita a la correspondiente figura imprudente en caso
de producirse un resultado lesivo418. En consecuencia, se trata, en palabras de Orts
Berenguer y Ferrandis Ciprin, de un grupo de tipos con medios de ejecucin
limitados419 pero, al igual que sucede con el verbo tpico, lo que deba entenderse por
vehculo a motor y ciclomotor, a los fines de proteccin penal de la seguridad vial, ha
sido y es una cuestin ampliamente debatida y sobre la cual an no existe acuerdo
doctrinal.
418
183
184
autobuses430,
autobuses
articulados431,
vehculos
mixtos432,
Vehculo especial concebido y construido para su utilizacin en obras o para realizar servicios
determinados, tales como tractores no agrcolas, pintabandas, excavadoras, motoniveladoras, cargadoras,
vibradoras, apisonadoras, extractores de fango y quitanieves.
424
Vehculo especial autopropulsado, de dos o ms ejes, concebido y construido para arrastrar o empujar
aperos, maquinaria o vehculos agrcolas.
425
Vehculo especial autopropulsado, de un eje, dirigible por manceras por un conductor que marche a
pie. Ciertos motocultores puede, tambin, ser dirigidos desde un asiento incorporado a un remolque o
mquina agrcola o a un apero o bastidor auxiliar con ruedas.
426
Vehculo especial autopropulsado, de dos o ms ejes, especialmente concebido para el transporte en el
campo de productos agrcolas.
427
Vehculo especial autopropulsado, de dos o ms ejes, concebido y construido para efectuar trabajos
agrcolas.
428
Automvil de dos ruedas, con o sin sidecar, entendiendo como tal el habitculo adosado lateralmente a
la motocicleta, y el de tres ruedas.
429
Automvil, distinto de la motocicleta, especialmente concebido y construido para el transporte de
personas y con capacidad hasta nueve plazas, incluido el conductor.
430
Automvil concebido y construido para el transporte e personas con capacidad para ms de nueve
plazas, incluido el conductor.
431
El compuesto por dos secciones rgidas unidas por otra articulada que las comunica.
432
Automvil especialmente dispuesto para el transporte, simultneo o no, de mercancas y personas
hasta un mximo de nueve incluido el conductor, y en el que se puede sustituir eventualmente la carga,
parcial o totalmente, por personas mediante la adicin de asientos.
433
Automvil concebido y construido para realizar, principalmente, el arrastre de un semirremolque.
434
Grupo de vehculos acoplados que participan en la circulacin como una unidad.
435
Conjunto de vehculos formado por un automvil y un semirremolque.
185
436
186
GANZENMLER ROIG, C., DE LAMO RUBIO, J., ROBLEDO VILLAR, A., ESCUDERO
MORATALLA, J. F., FRIGOLA VALLINA, J.: Delitos, cit., p. 79.
441
RODRGUEZ RAMOS, L.: Consideraciones, cit. p. 252. Mantiene el autor que si el vehculo de
motor es aquel que, segn el Cdigo de la Circulacin, precisa de permiso para ser conducido por va
pblica, y tal permiso de conduccin viene a ser una autorizacin (o aprobacin) administrativa, que
faculta a su titular para conducir vehculos por la va pblica, los conceptos de vehculo, permiso y va
estn necesariamente interrelacionados. Fuera de la va pblica no se puede cometer ninguno de los
delitos que tpicamente exigen la presencia del vehculo de motor como instrumentum esceleris, y slo es
vehculo de motor aqul que requiere para su utilizacin en va pblica permiso de conduccin.
442
En este sentido, LUZN CUESTA, J. M.: Compendio, cit., p. 278; OLMEDO CARDENETE, M.:
Delitos, cit., pp. 839 y 840.
187
De acuerdo con esta regulacin, son legalmente considerados ciclomotores los denominados microcar,
que no requieren permiso de conduccin sino tan solo licencia. Tampoco aqu el RDLeg 339/1990 hace
referencia a los vehculos elctricos, pero s la Directiva, que ofrece una regulacin ms pormenorizada
de los vehculos ligeros de cuatro ruedas que cuentan como ciclomotores. Concretamente lo son aqullos
que cumplan las especificaciones del artculo 1. 3 a y b de la Directiva, esto es cuya masa en vaco sea
inferior o igual a 350 kg, no incluida la masa de las bateras para los vehculos elctricos, cuya velocidad
mxima por construccin sea inferior o igual a 45 km/h, y que renan las mismas condiciones de potencia
mxima ya mencionados supra para los triciclos , o bien aqullos otros cuya masa en vaco sea inferior o
igual a 400 kg (550 kg para los vehculos destinados al transporte de mercancas) sin incluir las masas de
las bateras para los vehculos elctricos y con un motor cuya potencia mxima sea inferior o igual a 15
kw y que se considerarn vehculos de tres ruedas.
444
ORTS BERENGUER, E.: Delitos contra la seguridad colectiva (y III), en AAVV, Derecho Penal
Parte Especial, Valencia, 2010, p. 635.
188
Pero la principal cuestin que se suscita cuando estos vocablos son empleados
en los tipos penales, es si han de interpretarse con arreglo a las definiciones que del
mismo suministra el fuero extrapenal, concretamente la normativa administrativa
ordenadora del trfico viario y, en especial, el Anexo de la Ley de Trfico, Circulacin
de vehculos de motor y Seguridad Vial o si por el contrario han de responder a la
finalidad jurdico-pernal del precepto.
445
189
penales que aqu se tratan, siendo preferible una interpretacin fctica por la que se
puede considerar como vehculo a motor todo vehculo dedicado al transporte de
personas o cosas no movido por energa humana o animal. En todo caso, y para que
evitar dudas, en los artculos 379, 380, 381 y 384 se incluye tambin la conduccin de
ciclomotores447. En cualquier caso, se excluyen, aquellos vehculos o medios de
transporte cuyo medio de propulsin no sea el motor; esto es, las bicicletas448 y los
vehculos que se desplazan arrastrados por animales, as como aquellos que utilizan
motores en su desplazamiento no pueden incluirse dentro del trfico viario, pues su
circulacin no puede tener lugar por las denominadas vas pblicas sino por otros
espacios diferentes, como son los ferrocarriles y las aeronaves449. Seala Molina
Fernndez que esta regulacin deja tambin en la indefinicin la naturaleza de las cada
vez ms populares bicicletas elctricas (e-bike)450 y bicicletas de pedaleo asistido
(pedelecs)451 asistidas de motor elctrico y respecto de las que la normativa europea
establece una descripcin especfica y exhaustiva.
447
190
Con lo que se pueden plantear problemas con otros medios de locomocin que
no estn incluidos en ninguna de las dos categoras: es el caso de los minimotos, de
moto de 50cc. de uso infantil apta slo para circuitos o los kart. La SAP de Murcia
20/2009, 12 de marzo [JUR 2009\314318], aclara que se trata de una motocicleta de uso
infantil, y como la generalidad de las denominadas minimotos, de un vehculo que no
est homologado para su utilizacin en las vas pblicas y su uso exclusivo para
circuitos cerrados (o entorno privado). Es decir, la caracterstica de este vehculo es que
siendo vehculo de motor en cuanto que son motos pequeas (la Federacin Nacional de
Motorismo las define como autnticas motos en miniatura al igual que ocurre con otros
vehculos similares como los karts), slo pueden ser utilizados en circuitos cerrados.
Por lo tanto para su utilizacin fuera de la competicin no es necesario carn, permiso o
licencia alguna, sin perjuicio de que, en caso de querer participar en una competicin
federada se est obligado a cumplir las exigencias que estipula la reglamentacin y, a
esos efectos de la competicin, se debe estar en posesin de la correspondiente licencia
federativa. Por consiguiente, la referida accin no puede ser encuadrada en el artculo
384 del Cdigo Penal; lo que no significa que el hecho de circular en esos vehculos por
la va pblica no puede llegar a integrar cualquiera de los delitos contra la seguridad del
trfico de los artculos 379 a 383 del mismo Cdigo, pues, con lo expuesto, el uso de la
minimoto en la va pblica, aparte de significar una infraccin administrativa,
constituye presupuesto objetivo de temeridad; y ello obviamente, siempre y cuando se
cumplan todos los elementos de esos tipos penales (velocidad, consumo de alcohol, o la
creacin de un objetivo peligro concreto para la vida o integridad de las personas).
191
expresin vehculo de motor debe ser considerada como un elemento normativo, cuya
integracin debe hacerse teniendo en cuenta los datos y la finalidad que persiguen las
normas penales que lo usan. En este punto, tomando como referente el bien jurdico
protegido en los delitos contra la seguridad vial, puede concluirse que el trmino
vehculo de motor permite cobijar en su seno a cualquier artefacto destinado al
transporte terrestre de las personas o cosas, dotados de medio de propulsin mecnica
propia, que, por participar en el trfico o compartir la zona por donde discurran con
otros usuarios, puedan generar un peligro penalmente relevante para los bienes
tutelados. Con ello el concepto de vehculo de motor, a efectos penales tendr una
amplitud mayor que la que se asigna en la LSV452.
452
192
definicin jurdica de ese vehculo para configurar el elemento objetivo del tipo
delictivo del artculo 381 del Cdigo penal, lleg a la conclusin de que como establece
la sentencia de instancia se trata de un vehculo <<provisto de motor para su propulsin
y probablemente como una motocicleta>> por lo que <<dado que la naturaleza del
vehculo conducido por el acusado no ha sido suficientemente concretada hemos de
entender que se trata de un vehculo a motor probablemente susceptible de ser definido
como ciclomotor ()>>455. En este mismo sentido, la Circular 10/2011, de la Fiscala
General del Estado, sobre criterios para la unidad de actuacin especializada del
Ministerio Fiscal en materia de seguridad vial, afirma que la prohibicin legal y
absoluta de circulacin de estos vehculos (refirindose a las minimotos o minibikes)
por vas pblicas hace que no les sea de aplicacin el rgimen de autorizacin previa
para la conduccin y circulacin del artculo 60 y siguientes de la Ley de Seguridad
Vial. La formulacin tpica del artculo 384 excluye la subsuncin. En efecto, la
expresin sin haber obtenido permiso o licencia hace referencia inequvoca a la
conduccin de vehculos a motor y ciclomotores respecto de los que cabe la
autorizacin administrativa para transitar por vas pblicas, previo incumplimiento de
los requisitos legales. Sin embargo, al estar ante vehculos de motor en el sentido de la
definicin del apartado 9 del Anexo I LSV, su conduccin por vas pblicas s que
puede dar lugar a los dems delitos contra la seguridad vial de los artculos 379 a 383
del Cdigo Penal.
En lo que a las motos de competicin se refiere, el artculo 1.1 del Anexo 2 del
Reglamento General de Circulacin prescribe que los participantes que circulen fuera
del espacio delimitado para la prueba sern considerados usuarios normales de la va, no
sindoles de aplicacin la normativa especial referida a las pruebas deportivas.
GARCA DEL BLANCO, V.: El nuevo artculo 384 del Cdigo Penal: quebrantamientos,
desobediencias y conductas afines en Gutirrez Rodrguez, M. (coord.), en Proteccin penal de la
seguridad vial, Valencia, 2009, p. 417, se refiere a la minimoto a los efectos del artculo 384 del Cdigo
Penal. La SAP de Crdoba 559/2010, de 6 de julio [JUR 2011/173424], entiende por minimoto una
motocicleta no matriculable, que dicha motocicleta est limitada solo para el uso en circuito cerrado y
absuelve al acusado del delito contra la seguridad vial, concretamente del artculo 384, sobre la base de
que el mentado vehculo no requiere permiso o licencia para su conduccin.
193
2. Temeridad manifiesta.
Como se desprende de la letra del artculo 380 del Cdigo penal, no cualquier
conduccin integra el delito de conduccin temeraria, sino que la misma debe llevarse a
cabo con temeridad manifiesta. La cual, constituye el ncleo esencial del tipo objetivo
de este delito, pese un concepto jurdico indeterminado, cuyo contenido debe ser fijado
por el intrprete456. La ausencia de una definicin jurdico-penal de este elemento tpico
explica el innegable esfuerzo doctrinal y jurisprudencial en dotar de contenido a los
trminos temeraria y manifiesta que adjetivan a la conduccin, pues de la
identificacin de estos calificativos depender que una conducta revista o no los
caracteres del delito de conduccin temeraria457.
2.1. Temeridad
194
La correcta delimitacin del trmino temeridad a los efectos del tipo del
artculo 380 del Cdigo penal exige las siguientes precisiones:
195
del deber omitido en funcin de las circunstancias del caso, debiendo tener en cuenta a
estos efectos el valor de los bienes afectados y las posibilidades mayores o menores de
que se produzca el resultado, por un lado, y por otro, la valoracin social del riesgo,
pues el mbito concreto de actuacin puede autorizar algunos particulares niveles de
riesgo. En todo caso, de acuerdo con la STS 211/07, de 15 de marzo [RJ 2007\2624]
<<para determinar la gravedad de la imprudencia debe atenderse: a) a la mayor o menor
falta de diligencia mostrada por el agente en la accin u omisin desencadenante del
riesgo, atendidas las circunstancias concurrentes en el caso; b) a la mayor o menor
previsibilidad del evento que constituye el resultado; c) el mayor o menor grado de
infraccin por el agente del deber de cuidado segn las normas socio culturales
vigentes. Al respecto se configura la imprudencia grave por la ausencia de las ms
elementales medidas de cuidado causantes de un efecto fcilmente previsible y el
incumplimiento de un deber exigido a toda persona en el desarrollo de la actividad que
ejercita>>.
464
465
196
466
Ibidem, p. 1017.
MORILLAS CUEVA, L. y SUREZ LPEZ, J. M.: Tratamiento, cit., p. 309
468
Seala CARMONA SALGADO.: Derecho, cit., p. 789, que la temeridad sola, por lo general,
equiparse, bajo la antigua normativa al de imprudencia temeraria, equivalente, en consecuencia, al
incumplimiento de los ms elementales deberes de prudencia en la conduccin. Sin embargo, esta
equivalencia no signific, en ningn momento, -ni si quiera ahora-, que nos encontremos frente a un
hecho culposo, como errneamente entiende cierto sector de la doctrina y de la jurisprudencia, puesto que
la naturaleza de la infraccin de peligro que tratamos y la del delito imprudente mismo son bien distintas.
469
GORDILLO LVAREZ-VALDS, I.: Delitos contra la seguridad del trfico en Lamarca Prez, C.
(coord.), Derecho Penal. Parte Especial, Madrid, 2005, p. 525.
470
HORTAL IBARRA, J. C.: El delito, cit., p. 127. A juicio del autor ello explica por qu la
doctrina, de forma unnime, vincula dicho concepto con la denominada imprudencia grave equivalente
a la derogada imprudencia temeraria.
471
Ibidem, p. 127.
467
197
temeraria472, mientras Orts Berenguer asevera que conducir con temeridad manifiesta
equivale a manejar los mecanismos de direccin de un vehculo a motor o ciclomotor
con omisin de la diligencia ms elemental exigible a un conductor medio, debiendo
utilizarse como parmetros las normas que regulan la circulacin vial, con lo que puede
decirse que la temeridad manifiesta equivale a imprudencia grave473; o, Moreno Alczar
para quien con tal referencia a la temeridad se est acotando objetivamente las
caractersticas de la conduccin que poda integrar el delito, caractersticas que, eso s se
correspondern con las atribuidas a la imprudencia para poder calificarla de temeraria
(hoy da grave), en concreto se deber tratar de una conducta en la que se haya faltado a
las normas ms elementales de la lex artis de conducir474.
472
198
C) Precisamente por ello, y pese a ser comnmente admitido que las normas que
disciplinan la seguridad vial constituyen el parmetro de referencia para determinar la
477
199
temeridad, algunos autores, entre ellos Hortal Ibarra, realizan respecto de las mismas
una doble precisin: a) en primer lugar, debe puntualizarse que constituyen un mero
indicio y no el fundamento a la hora de preceder a calificar como temeraria una
conduccin; y b) en segundo lugar, ha de matizarse que es necesario tomar en
consideracin las circunstancias concretas en que tiene lugar la conduccin, por cuanto
es posible que no se haya incumplido norma alguna de trfico y sin embargo la
conducta pueda ser calificada de temeraria atendiendo al contexto en que se desarrolla
(densidad del trfico, estado del pavimento, meteorologa, estado del automvil)481.
En efecto, Tamarit Sumalla482 o Moreno Alaczar483, ponen de relieve lo importante que
es el contexto concreto en el que tiene lugar la conduccin al sealar que para apreciar
la temeridad no basta con la infraccin de las normas de trfico, sino que, del mismo
modo que se pondera el deber de cuidado en la imprudencia, ser preciso atender al
resto de circunstancias que concurren en el caso concreto, como puede ser el estado de
la carretera, la densidad del trfico, los agentes atmosfricos, la presencia de peatones,
las caractersticas mecnicas del vehculo o la aptitud del conductor. Lo relevante es el
comportamiento del autor en relacin con las circunstancias concurrentes. La propia
jurisprudencia recurre al contexto en que se desarrolla la conduccin para calificarla de
temeraria, y as la Audiencia Provincial de Asturias en Sentencia 146/2009, de 1 de
julio [JUR 2009\329704], mantiene que <<la conduccin temeraria requiere una
valoracin minuciosa de las circunstancias concretas que rodean la accin de conducir,
en una valoracin de estricta legalidad, como incumplimiento de los ms elementales
deberes de cuidado y atencin al conducir un medio peligroso como es un vehculo a
motor o ciclomotor>484. Sin embargo, Sanz-Dez de Ulzurrum Lluch, especifica que si
bien es cierto que la infraccin de la normativa es un mero indicio para calificar la
conduccin como temeraria, a tenor del artculo 9. 2 LSV as como de algunos pasajes
del artculo 11 de la propia norma y de los correspondientes preceptos del reglamento
481
200
201
486
202
203
Contina la sentencia <<() pero tampoco puede admitirse que la conducta del acusado deba ser
considerada como una imprudencia leve, y ello porque debe ser considerada imprudencia grave la
conducta de quien se distrae y pierde el control del vehculo que conduce hasta el punto de no percatarse
de que ste invade el carril destinado a la circulacin contraria (por el que es previsible que circulen otros
usuarios) y circula por l hasta colisionar con otro vehculo que circula por dicho carril, conducta que a
juicio de esta Sala supone aquella omisin de las ms elementales normas de precaucin y cautela en la
que la jurisprudencia del Tribunal Supremo sita el elemento configurador de la ms grave de las
imprudencias, debiendo considerar los hechos como dos delitos de lesiones por imprudencia grave>>.
204
del contexto en que tiene lugar la conduccin peligrosa492 de modo que es posible
encontrar en el acerbo jurisprudencial un elevado elenco de supuestos en que la
conduccin es temeraria: perseguir a un ciclomotor durante escasos metros,
aproximadamente ochenta, a una velocidad objetivamente no demasiado elevada, pero
claramente temeraria y peligrosa pues es una calle peatonal muy concurrida a cualquier
hora (SAP de Albacete 127/2010, de 30 de julio [JUR 2010\308641]); conducir a
velocidad inadecuada y notablemente excesiva para las condiciones de la va, la cual se
hallaba limitada a cuarenta kilmetros a la hora y era tramo curvo (SAP de Valladolid
175\2010, de 7 de junio [JUR 2010\257815]; la conduccin en aparcamiento de una
discoteca con escasa iluminacin a gran velocidad y con las luces apagadas, a pesar de
las personas que all se encontraban (STS 8/2011 de 26 de enero, [RJ 2011\316]);
introducirse en calle abarrotada de jvenes a gran velocidad, llegando a atropellar a uno
de ellos (SAP de Salamanca 32/2009, de 23 de octubre, [ARP 2009\1480]); conduccin
a toda velocidad, realizando giros prohibidos y adelantamientos antirreglamentarios
todo ello en zonas pobladas y de actividades deportivas (SAP de Valladolid 327/2010,
de 9 de diciembre, [ARP 2011\277]); y en otros, de la realizacin simultnea de varias
infracciones, cuya combinacin es determinante de la peligrosidad de la conducta para
la circulacin493. As se aprecia conduccin temeraria en casos tan dispares como al
circular en sentido contrario, saltndose varios semforos en rojo e invadiendo paseo
peatonal (SAP de Barcelona 690/2011, de 14 de julio [JUR 2011\317801]); al saltarse
un semforo en rojo, una seal de stop, no respetar un paso de peatones e invadir el
carril contrario de circulacin, (STS 1135/2010, de 29 de diciembre [JUR 2011\39]), o ;
al adelantar en lugar prohibido y sin visibilidad, frenar bruscamente realizando un
trompo, creando las condiciones para que se produzca un accidente (SAP de Alicante
678/2010, de 26 de octubre [JUR 2011\123512]).
205
siendo perseguido por la polica local (SAP de Mlaga 374/2010, 21 de junio [JUR
2010\363455]) ; bien por el propio estado de inseguridad del vehculo: conducir a una
velocidad cercana al doble de la permitida por va urbana, con ruedas delanteras
desgastadas (SAP de las Palmas 179/2011, de 6 de junio [JUR 2011\326551]); por el
espacio en el que tiene lugar la conduccin: paseo peatonal (SAP de Barcelona
690/2011, de 14 de julio [JUR 2011\317801]), etc.
494
El tenor literal de la Sentencia dice: <<() ha de ser considerada como imprudencia grave la conducta
de quien se distrae y pierde el control del vehculo que conduce hasta el punto de no percatarse de que
est invadiendo el carril destinado a la circulacin contraria (por el que es previsible que circulen otros
usuarios) y circula por l hasta colisionar con otro vehculo que circula por dicho carril, conducta que a
juicio de la Sala supone aquella omisin de las ms elementales normas de precaucin y cautela en que la
jurisprudencia del Tribunal Supremo situ el elemento configurador de la ms grave de las imprudencias,
debiendo considerar los hechos como dos delitos de lesiones por imprudencia grave>>.
206
2.2. Manifiesta
No debe bastar con la infraccin de las normas del Cdigo de Circulacin sino
que ello debe ser ostensible para terceros, algo que, dada su visibilidad, imprime a la
infraccin una mayor gravedad desde parmetros preventivo-generales495. En efecto,
para integrar el tipo delictivo contemplado en el artculo 380 del Cdigo Penal no es
suficiente con calificar la conduccin como temeraria sino que es preciso, adems, que
la temeridad de la conduccin sea manifiesta, concepto que la doctrina, casi de forma
unnime, identifica con patente, notoria, y evidente para cualquier ciudadano medio496,
y que Vieira Morante asimila a patente, ostensible, clara, palmaria, evidente, notoria,
perceptible por cualquiera497. Desde un punto de vista jurisprudencial, manifiesto
equivale a apreciable, patente y notorio498; o a descubierto499.
495
207
Tambin para Moreno Alczar tal exigencia probatoria debe ser comn a todo
elemento o requisito del que pueda resultar una sancin o una agravacin de la misma
para el imputado, por lo que nada nuevo aporta a los efectos que el calificativo de
manifiesta pueda tener para la temeridad503, de manera que el trmino manifiesta no
se ha de confundir con probada, sino que se identifica con evidente o apreciable, en
relacin con las reglas que regulan la circulacin (velocidad, maniobras de circulacin
adelantamientos, luces, etc.) por cualquier observador504.
500
208
De cara a la aplicacin prctica de este elemento tpico, Alccer Guirao hace dos
puntualizaciones: i) no implica exigir en el caso concreto testigos presenciales que
505
Por todos, HORTAL IBARRA, J. C.: El delito, cit., pp. 152 y 153, quien sostiene que en este
punto la cuestin que ha suscitado mayor inters en el seno de la doctrina es la relativa al criterio que ha
de tomarse en consideracin para evaluar la concurrencia de este elemento.
506
MORENO ALCZAR, M. A.: Los delitos, cit., p. 89; ALCCER GUIRAO, R.: Embriaguez,
cit., p. 4.
507
Hortal Ibarra seala al respecto que la asuncin de esta perspectiva claramente objetiva adquiere, en
opinin de este sector doctrinal, una notable relevancia en el momento de probar este elemento en el
proceso penal, por cuanto si adoptamos como nico criterio de evaluacin la percepcin que de dicha
conduccin ha tenido el espectador real de los hechos, no podran tomarse en consideracin los datos de
los que slo se tiene conocimiento una vez acaecido el hecho, HORTAL IBARRA, J. C.: El delito,
cit., p. 129.
508
ALCCER GUIRAO, R.: Embriaguez, cit., p. 5.
209
Ibidem.
MORENO ALCZAR, M. A.: La criminalizacin de las conducciones temerarias en el marco de la
nueva reforma penal en materia de seguridad vial, en Vidales Rodrguez, C. y Mera Redondo, A.
(coords.), Seguridad vial (Especial referencia a la reforma operada en el Cdigo Penal mediante la Ley
Orgnica 15/2007, de 30 de noviembre), Valencia, 2008, p. 235; MORENO ALCZAR, M. A.: Los
delitos, cit., p. 89.
510
210
No quiero finalizar este epgrafe sin hacer mencin a la importante labor que
realiza el calificativo manifiesta en la delimitacin del ilcito administrativo frente al
penal. El artculo 65.5 g) calificaba de infraccin muy grave la conduccin con
temeridad manifiesta. De ah que algn autor513 cifrara la delimitacin entre el delito
de conduccin temeraria y el ilcito administrativo en el peligro concreto para la vida o
integridad fsica de las personas generado por la temeraria conduccin. En la actualidad,
tras la entrada en vigor de la Ley 18/2009, de 23 de noviembre, por la que se modifica el
texto articulado de la Ley sobre Trfico, Circulacin de Vehculos a Motor y Seguridad
511
211
514
212
MOLINA FERNNDEZ, F.: Delitos contra la seguridad del trfico, en Bajo Fernndez, M. (dir.),
Compendio de Derecho Penal (Parte Especial) Volumen III, Madrid, 1998, cit., p.728.
516
Segn la redaccin dada por la Ley 17/2005, de 19 de julio, por la que se regula el permiso y licencia
de conduccin por puntos y se modifica el texto articulado de la ley sobre trfico, circulacin de
vehculos a motor y seguridad vial, aprobado por el RDL 339/1990, de 2 de marzo. El citado precepto
administrativo califica como muy grave la conduccin manifiestamente temeraria.
517
HORTAL IBARRA, J. C.: El delito, cit., p. 130. El citado precepto administrativo calificaba de
infraccin muy grave la conduccin manifiestamente temeraria. De ah el autor en cita cifrara la
delimitacin entre el delito de conduccin temeraria y el ilcito administrativo en el peligro concreto para
la vida o integridad de las personas, generado por la temeraria conduccin. En la actualidad, tras la
entrada en vigor de la Ley 18/2009, de 23 de noviembre, por la que se modifica el texto articulado de la
Ley sobre Trfico, Circulacin de Vehculos a Motor y Seguridad Vial, aprobado por el Real Decreto
Legislativo 339/1990, de 2 de marzo, en materia sancionadora, el mismo artculo 65.5 d) califica de muy
grave la conduccin temeraria sin el calificativo de manifiesta con lo que puede sostenerse, como
haba manifestado un sector doctrinal y jurisprudencial, que son los dos elementos sobre los que se
construye la delimitacin entre el delito de conduccin temeraria y el ilcito administrativo, esto es, la
puesta en peligro concreto de la vida o integridad fsica de las personas imputable a la conducta tpica y el
carcter manifiesto de la temeridad exigido en el plano jurdico-penal. En cualquier caso, la aplicacin del
tipo penal requiere que la conduccin peligrosa sea manifiesta y generadora de alarma social, criterio ste
que delimitar lo que sea competencia del derecho penal o, en su caso, del derecho administrativo
sancionador. (Vid. SAP Madrid 225/2010, de 22 de junio [JUR 2010\312348]). En este mismo sentido,
OLMEDO CARDENETE, M: Delitos, cit., pp. 846 y. 847, mantiene que el peligro concreto es la
frontera que delimita la infraccin penal de la de carcter administrativo, pues el artculo 65.5.e) del
RDLeg. 339/1990, de 2 de noviembre, tipifica sin ms como infraccin muy grave la conduccin
temeraria. Al no exigir este ltimo precepto, habr que entender que la normativa de trfico sanciona los
casos en los que la conduccin temeraria no ha llagado a suponer riesgo concreto alguno para terceros y
el eventual concurso de normas se dar, pues esta infraccin administrativa y el delito de conduccin a
velocidad excesiva, cediendo lgicamente la calificacin del hecho a favor de ste ltimo si concurren los
requisitos necesarios para ello.
213
plantean entorno a este resultado de peligro, tratar de: i) concretar el crculo de sujetos
afectados por el peligro que determina la tipicidad del comportamiento; ii) determinar
cundo se ha creado una situacin de riesgo tpico para la vida o integridad de las
personas; y iii) fijar los criterios de imputacin del resultado de peligro a la conducta de
conduccin temeraria.
3.1 Concrecin del crculo de sujetos afectados por el peligro que determina
la tipicidad del comportamiento.
En relacin a esta primera cuestin, el artculo 380 del Cdigo penal se refiere a
la vida e integridad de las personas. Aunque el empleo del plural pudiera sugerir que
la realizacin del tipo reclama un riesgo que afecte a una colectividad de sujetos, si se
atiende a su configuracin estructural, como delito de peligro comn, en el que no se
pretende prevenir un riesgo para una persona concreta y determinada, sino un peligro
abierto que puede afectar ex ante a una pluralidad indeterminada de sujetos
(colectividad indiferenciada), se entiende, apunta Sanz-Dez de Ulzurrum Lluch, que lo
que determina el uso del plural personas no es el nmero de sujetos afectados sino el
carcter colectivo del riesgo al que todos estn expuestos, de modo que la conducta
resulta ex ante idnea para afectar a una pluralidad de individuos, aunque ex post slo
haya afectado a una persona, con excepcin, claro est, del conductor como autor del
delito518. En esta misma lnea interpretativa, Tamarit Sumalla519, o Surez-Mira
518
214
Rodrguez, Judel Prieto y Piol Rodrguez, vinculan el peligro que es inherente a estas
figuras delictivas a una colectividad o grupo genrico e indeterminado de personas520.
Sin embargo, esta tesis no es unnimemente compartida y as, por ejemplo, para Muoz
Conde el delito de conduccin temeraria no es un delito de peligro comn, sino un
delito de peligro individual o de peligro concreto para bienes jurdicos individuales
ajenos521.
Por otra parte, si bien es cierto que la exigencia de una plural puesta en peligro
de personas dotara al precepto de un mayor contenido de antijuridicidad material,
restringiendo su aplicacin a los supuestos ms graves, como contrapartida, dificultara
la aplicacin del mismo, restando eficacia a la intervencin penal en este sector de la
actividad522. La propia Fiscala General del Estado en su Consulta 1/2006, de 21 de
abril, sobre la calificacin jurdico-penal de la conduccin de vehculos de motor a
velocidad extremadamente elevada, advierte que el uso del plural personas empleado
en la frmula legal no significa que deban ser al menos dos las personas puestas en
peligro para afirmar la tipicidad de la conducta523. Tendencia reiteradamente defendida
por la jurisprudencia menor. En este sentido, la Sentencia de la Audiencia Provincial de
Tarragona 219/2006, 15 de junio de 2006 [JUR 2007\18754] al afirmar que << No es
preciso que afecte a una pluralidad de personas, cumplindose el tipo con la puesta en
peligro de la vida o integridad de una sola>>, la de Ourense 2/2007, de 6 de marzo [JUR
2007\173702], dice <<() lo cierto es que la prueba practicada tambin ha acreditado
la concreta puesta en peligro de la vida e integridad de los dems usuarios de la va, y
no de uno solo, lo que bastara para la integracin del tipo, sino de varios ()>>, etc.
519
TAMARIT SUMALLA, J. M.: De los delitos contra la seguridad vial, en Quintero Olivares, G.
(dir.), MORALES PRATS, F. (coord.), Comentarios al Cdigo Penal Espaol. Tomo II, Navarra, 2011,
p. 997.
520
SUREZ-MIRA RODRGUEZ, C., JUDEL PRIETO, A., PIOL RODRGUEZ, J. R.: Delitos
contra la seguridad vial, en SUREZ-MIRA RODRGUEZ, C. (coord.), Manual de Derecho Penal
Tomo II Parte Especial, Navarra, 2011, p. 449.
521
MUOZ CONDE, F.: Derecho, cit., p. 707.
522
HORTAL IBARRA, J. C.: El delito, cit., p. 134. Mantiene el autor: Ciertamente, la autntica
lesividad del delito de conduccin temeraria viene determinado por el hecho de que con esta peligrosa
conducta no slo se crea un riesgo en abstracto para todos aquellos que participan en el trfico viario
(lesin del bien jurdico-penal supraindividual seguridad del trfico), sino porque adems se pone en
concreto peligro la vida o integridad fsica de determinadas personas que interactan en este sector de la
actividad (tentativa imprudente de lesin).
523
Por otra parte, si solamente se pone en peligro la vida del autor o la propiedad ajena (la reforma de
1989 suprimi el trmino bienes que con anterioridad apareca junto a la vida y la integridad de las
personas como objeto posible de peligro concreto desviado de la conducta temeraria) los hechos no sern
subsumibles en esta figura. Consulta 1/2006, de la Fiscala General del Estado Sobre la calificacin
jurdico-penal de la conduccin de vehculos de motor a velocidad extremadamente elevada.
215
Por ello, cuando el vehculo en marcha es utilizado como arma para crear un
riesgo singular a uno o a varios sujetos individualizados, ms all de la materializacin
de un riesgo para la seguridad del trfico rodado, el hecho sera penalmente relevante
pero no a los efectos de los delitos contra la seguridad vial525. Tal y como ha sealado el
Tribunal Supremo en su Sentencia 1148/2011, de 8 de noviembre [JUR 2011\404895],
se tratara de supuestos en los que no se condujo con temeridad manifiesta sino con dolo
directo de causar lesiones o atropellar lo que determinara la inexistencia de conduccin
temeraria por absorcin por comportamiento doloso con el vehculo con intencin de
causar lesiones. Ello obliga a deslindar aquellos casos en que el peligro que la temeraria
conduccin queda agotado en el resultado lesivo que a la postre se produce, en cuyo
524
DE VICENTE MARTNEZ, R.: De los delitos contra la seguridad vial en Gmez Tomillo, M. (dir.),
Comentarios al Cdigo Penal, Valladolid, 2010, p. 1457.
525
En este sentido la SAP de Segovia 6/2011, de 16 de febrero [JUR 2011\159856], condena por delito de
atentado del nmero 1 del artculo 552, el hecho de embestir a un agente de la autoridad utilizando como
medio un vehculo a motor.
216
caso no habra a lugar a condenar por delito de conduccin temeraria, y si, en su caso,
por tentativa del eventual resultado lesivo o, en su caso, homicidio, sera el caso de la
sentencia citada, de aquellos otros en que el riesgo prevenido excede del resultado
acaecido, de suerte que si slo se condenase por el delito de resultado quedara una parte
de injusto impune.
acometimiento. Dado que esta materia excede del objeto de este epgrafe, ser abordada
en profundidad a propsito del elemento subjetivo del delito.
En otro orden de cosas, admitido que la descripcin tpica en modo alguno exige
que el riesgo deba recaer al menos sobre dos las persona para afirmar la tipicidad de la
conducta, lo que s resulta indiferente, y as lo rubrica la doctrina ms destacada526, es
que la persona o personas afectadas participen en el trfico como conductor o peatn, o
se vea amenazada con el peligro en razn de su proximidad a las vas pblicas o porque
el vehculo se sale de la va invadiendo espacios reservados a peatones527. Esta
afirmacin conecta de una parte, con la plural calidad de los participantes en el trfico
viario, afirmando Orts Berenguer que de hecho el que conduce temerariamente puede
poner en peligro la vida o integridad: a) de otros conductores, b) de los acompaantes de
dichos conductores, c) de quienes acompaen al conductor temerario, d) de personas
que se hallen en las proximidades del lugar de los hechos (en este apartado cabe incluir
a los peatones, pero tambin a las personas que estn a la puerta de su casa charlando, o
en la acera con un vecino, etc. e) los conductores y usuarios de otros vehculos incluidos
los de traccin animal. En definitiva la vida o integridad de cualquier persona sobre la
que se cierna el peligro concreto528; y de otra con el ubi de la conducta tpica, es decir la
va pblica destinada al trfico rodado. Se trata de determinar la amplitud que hay que
otorgar al concepto de va pblica a los efectos de incluir o no las puestas en peligro
de personas que transitan por zonas no destinadas al trfico de vehculos.
Hortal Ibarra distingue tres grupos de casos: a) los supuestos en que la persona
puesta en peligro concreto transita por una va pblica en sentido estricto (por ejemplo,
se dispone a cruzar la calle respetando la luz de su semforo y casi es atropellado por un
conductor que, a gran velocidad, se lo salta en fase roja); b) los supuestos en que si bien,
formalmente dicha persona no transita por una va destinada al trfico de vehculos (
vas urbanas e interurbanas y terrenos privados utilizados por una colectividad
indeterminada de usuarios), fsicamente se encuentra en una zona de uso comn
526
218
limtrofe con la primera (por ejemplo, peatn que pasea por una plaza en la que
confluyen varias travesas); c) los supuestos en que la persona o personas puestas en
peligro por la conduccin temeraria, fsicamente no se encuentran ni en una va
destinada al trfico rodado ni en una zona abierta prxima a la misma (como por
ejemplo personas que toman un aperitivo en el interior de un bar, o las personas que
habitan en el interior de un inmueble). Entiende el autor que en los tres supuestos se ha
creado una puesta en peligro concreto de la vida o integridad fsica de las personas
relevante a los efectos de imputacin del delito de conduccin temeraria529.
529
219
7 de junio [JUR 2010/287515]. En todos estos casos lo que parece evidente es que
aunque se ponga en peligro a varias personas slo hay un delito532. Siguiendo esta
pauta, la doctrina jurisprudencial533 declara que tanto en el caso del delito de
conduccin con temeridad manifiesta como la llevada a cabo con consciente desprecio
por la vida de los dems entraan una unidad delictiva en el sentido de que existir un
solo delito con independencia del nmero de vidas despreciadas o puestas en peligro.
532
SERRANO GMEZ, A y SERRANO MAILLO, A.: Derecho, cit., p. 750 y tambin SANZ- DEZ
DE ULZURRUM LLUCH, M.: Conduccin, cit., p. 173.
533
Vase a modo de ejemplo la STS 1464/2005, de 17 de noviembre [JUR 2006/225].
534
En anlogos trminos, RODRGUEZ FERNNDEZ, I.: La Ilegtima equiparacin de peligros
concreto y abstracto- en los delitos contra la seguridad del trfico. La interpretacin del nuevo subtipo de
conduccin temeraria, en La Ley n 6469, 2006, p. 7; y la SAP de Mlaga 45/2003, de 12 de febrero,
[JUR 2003/209141], al observar que: << () difcilmente puede concebirse temeridad ms manifiesta
que la de quienes, con desprecio de la vida e integridad fsica de las personas que confiada y
despreocupadamente transitan por las aceras, las convierte en carreteras o calles de acceso al trfico
rodado. El alarde de desprecio al prjimo que conlleva tal proceder determina su alto grado de rechazo
social>>.
535
CONDE-PUMPIDO FERREIRO, C., BENEYTEZ MERINO, L., COLMENERO MENNDEZ, M.,
CONDE PUMPIDO, T. C., HERNNDEZ HERNNDEZ, R., SNCHEZ-JUNCO MANS, J., DAZ
220
221
infraccin penal pues el hecho de que ciertos peatones, que caminaban por la acera,
tuvieran que apartarse al ver al acusado circular con el ciclomotor, as como el hecho de
que otros conductores no identificados que circulaban por otras calles se vieran
obligados a detener su marcha, no es suficiente para la apreciacin del delito como
especific la SAP de Cdiz 112/2003, de 25 de abril [JUR 2003/210784], en otros,
cambi su rumbo interpretativo y admiti que el tipo se integra igualmente en aquellos
supuestos en los que por la propia dinmica de los hechos no se ha producido dicha
identificacin, criterio que avalan, entre otras, la STS 2251/2001 de 29 de noviembre
[RJ 2002\1224], al afirmar que <<la aplicacin del tipo exige comprobar que en el
mbito de eficacia causal del vehculo infractor hubo al menos una persona expuesta al
peligro que aqul representaba, aunque no haya podido ser identificada en el proceso
()>>; la SAP de Granada de 13 de diciembre de 2003 [ JUR 2003/82432] <<(...) el
acusado puso en peligro la seguridad de los usuarios de la va, pues a estos efectos
conviene recordar que el concreto peligro para la vida o la integridad de las personas
que exige el tipo penal de referencia no alude a personas concretas y determinadas, sino
a usuarios de la va generalmente a quienes ni siquiera ser posible identificar por la
propia dinmica de los hechos>>; o, la SAP de Barcelona de 5 de diciembre de 2003,
[JUR 2003/120981] al indicar que << No se trata por tanto de identificar a la persona
concreta sino de probar que haba personas y que existi para ellas un concreto peligro
derivado de una concreta conducta>>; la SAP de Barcelona de 5 de diciembre de 2002
[JUR 2003\120916], <<El previsto en el art.381 es un delito de peligro concreto (...).
Pero ello no quiere decir que hayan de individualizarse las personas que vieran puesta
en peligro su integridad fsica por la conducta del acusado, ni la conducta concreta que
dio lugar a esa puesta en peligro. Slo es necesario que quede probado que hubo alguna
persona que vio puesta en peligro su vida o integridad fsica>>. Actualmente se sigue
produciendo esta dicotoma jurisprudencial a propsito del artculo 380 y, as, si bien la
SAP de Albacete 44/2010, de 18 de marzo [JUR 2010/164220], y la SAP de Mlaga
576/2010, de 11 de noviembre [JUR 2011/271793], han vinculado la existencia de este
requisito a <<un peligro efectivo, constatable, par la vida o integridad fsica de personas
identificadas o concretas distintas del conductor temerario>>, la SSAP de Madrid
62/2011, de 15 de febrero [RJ 2011/160204], recuerda que <<Una cosa es que la figura
se mueva en el mbito del peligro concreto, y que para su punicin deba afectar a
personas concretas, y no slo a potenciales usuarios de la va pblica, y otra distinta es
que el conocimiento de la identidad personal de stas sea condicin necesaria para la
222
539
223
En anlogos trminos, SANZ-DEZ DE ULZURRUN LLUCH, M.: Conduccin, cit., p. 159, para
quien la exigencia legal se cumple desde el momento en que se puede probar en el proceso, por cualquier
medio de prueba declaraciones del propio sujeto puesto en peligro o declaraciones de terceros- , que el
riesgo afect a personas concretas, pero resulta irrelevante que stas hayan sido o no identificadas.
541
Consulta 1/2006, de 21 de abril de la Fiscala General del Estado, Sobre la calificacin jurdico-penal
de la conduccin de vehculos de motor a velocidad extremadamente elevada.
542
Ibidem, p. 160.
224
A esta distincin se refiere HORTAL IBARRA, J. C.: El delito, cit., p. 137; SANZ-DIEZ DE
ULZURRUN LLUCH, M.: Conduccin, cit., p.160. Esta autora aade un apartado c) el
acompaante/ que anima/n o incita/n al conductor a realizar o continuar la conducta peligrosa o ambos
actan de comn acuerdo.
544
En este sentido, TAMARIT SUMALLA, J. M.: Delitos, p. 1458; MAGALDI PATERNOSTRO,
J. M.: Delitos contra, cit., p. 1718.
545
Consulta 1/2006 de la Fiscala General del Estado. En este sentido, ALCCER GUIRAO, R.:
Embriaguez, cit., p. 4.
546
MORILLAS CUEVA, L.: Derecho, cit. p. 207, en el mismo sentido se manifiesta el autor a
propsito de los delitos contra los derechos de los trabajadores, en los que el bien jurdicamente protegido
no es el trabajo individual sino de los derechos de los trabajadores como inters autnomo tutelado. En la
mayora de estos supuestos se produce un consentimiento viciado que, obviamente, no tiene eficacia de
atipicidad. ORTS BERENGUER, E. en AAVV: De los delitos contra la seguridad vial, Valencia, 2004,
pp. 827 y 828; el mismo autor ORTS BERENGUER, E.: De los delitos contra la seguridad vial, en
Vives Antn (coord.), Comentarios al Cdigo Penal de 1995, Valencia, 1995, pp. 1718 y 1719 se refera
a esta cuestin apuntando que por la propia naturaleza del precepto, la afectacin de la seguridad no debe
alcanzar a los acompaantes; ORTS BERENGUER, E. en AAVV: De los delitos contra la seguridad
colectiva, Derecho Penal, Parte Especial, Valencia, 2011, p. 609, mantiene que si a quien se pone en
peligro es al acompaante del conductor habr que distinguirse segn que el primero estuviera conforme
o no con la forma de conducir el segundo: si estuviera en desacuerdo y as lo manifestara, el conductor
cometera el delito de conduccin temeraria (en concurso con unas posibles detenciones ilegales, si el
acompaante le insistiera en que le permitieses apearse del coche y aqul hiciera caso omiso y le retuviera
contra su voluntad). Si bien, consentir el riesgo no eximira al conductor del delito de homicidio
imprudente si sufriese un accidente que se cobrase la vida del acompaante.
225
GARCA ALBERO, R.: La nueva poltica criminal de la seguridad vial. Reflexiones a propsito de la
LO 15/2007, de 30 de noviembre y del Proyecto de Reforma del Cdigo Penal, en Revista Electrnica
de Ciencia Penal y Criminolgica, n 09-11, 2007, p. 11:14.
548
FEIJOO SNCHEZ, B.: Cuestiones bsicas de los delitos de peligro abstracto y concreto en relacin
con el trnsito en Revista Ibero-Americana de Ciencias Penais, Ao 1, n 0, mayo-agosto, 2000, p. 171.
Para SANZ-DEZ ULZURRUN LLUCH. M.: Conduccin, cit., p. 167, ello no significa que el
consentimiento carezca de toda eficacia en los casos expuestos. La existencia de consentimiento de una
persona que asume voluntariamente correr un riesgo para s mismo, modifica el contexto en el que hay
que valorar la conducta peligrosa en relacin con ese sujeto. Los intereses que estn en juego no son ya
los que se protegen a travs de los delitos contra la seguridad vial: proteccin de bienes jurdicos
individuales de todos y cada uno de los participantes en el trfico viario, frente a comportamientos que
lesionan las condiciones de seguridad de estos bienes, generando un foco de riesgo que afecta a un
colectivo de personas. El inters que est en juego es la vida y la integridad fsica de un sujeto individual
que, por su propia decisin, asume un riesgo, tambin individual, para s mismo: que el riesgo derive de la
circulacin de un vehculo resulta anecdtico. En este sentido, se puede entender que si, como se ha
indicado, los supuestos en los que el autor individualiza el riesgo, utilizando su vehculo para generar un
peligro dirigido contra una persona concreta y determinada, se valoran desde la perspectiva de los delitos
de lesin, que protegen bienes jurdicos individuales, y no desde la perspectiva de los delitos contra la
seguridad vial, por exigir stos la presencia de un peligro comn y abierto; los supuestos en los que la
vctima individualiza, por su propia voluntad, el riesgo para s misma pueden recibir el mismo
tratamiento. E decir, que lo que habra que valorar no es la responsabilidad por un riesgo individual
consentido por la vctima y creado a travs de una conducta imprudente realizada por un vehculo a
motor. Y este hecho constituye una tentativa imprudente consentida y, en consecuencia impune. Todo
ello con independencia de que la conducta pueda resultar constitutiva de alguno de los delitos de peligro
abstracto previstos en el artculo 379; y tambin con independencia de la eficacia que pueda tener ese
226
Seala Alccer Guirao que ni el sentido literal del tipo as lo impone, ni hay por
lo dems razones de fondo para excluir el riesgo generado a los acompaantes del
mbito de aplicacin del precepto. Podra entenderse que con dicha conducta, en tanto
no menoscabe la seguridad del resto de los vehculos o peatones, no podra afirmarse
una merma en la seguridad del trfico; pero si esa seguridad del trfico se concibe no
como la realidad social a proteger, sino slo como el contexto social de ordenacin del
que emanan diversos y determinados riesgos para la vida y la integridad fsica de las
personas, siendo stos los intereses en ltima instancia tutelados, tambin el riesgo para
los acompaantes del conductor debe ser amparado por el precepto551.
227
evitar todo dao, propio o ajeno, cuidando de no poner en peligro, tanto al mismo
conductor como a los dems ocupantes del vehculo y al resto de los usuarios de la va,
parece indicar que las normas de cuidado recogidas en la Ley estn orientadas a la
proteccin de todos los sujetos que intervienen en el trfico, incluidos los acompaantes
del conductor y el propio conductor. Sin embargo la exclusin de ste ltimo como
posible sujeto de referencia del peligro en el delito de conduccin temeraria resulta
obligada, al objeto de no incurrir en la incoherencia de estimar que una misma persona
es vctima y autor del delito, pero no tiene por qu extenderse a otros sujetos protegidos
por la citada normativa, entre los que se incluyen los ocupantes del vehculo552.
552
228
Muoz Conde afirma que en el caso de que se produzca la muerte o las lesiones
de los acompaantes, si estos han sido inductores, o de cualquier modo partcipes de la
conduccin temeraria, no debe imputrsele al conductor, pues como ya vimos, la
asuncin voluntaria de riesgos permite excluir del mbito de intervencin del Derecho
penal los resultados lesivos o mortales que sufran quienes asumieron el riesgo; se
tratara de un caso de asuncin voluntaria del peligro que quedara fuera de la
tipicidad560.
556
229
En efecto, si, como apunta Olmedo Cardenete bajo la rbrica Los delitos contra
la seguridad vial, se incriminan una serie de conductas con el fin de salvaguardar el
correcto y adecuado funcionamiento del trfico rodado que discurre a travs de las vas
pblicas, persiguiendo aqullas que comprometen gravemente la seguridad de quienes
se ven implicados en el mismo sean conductores, acompaantes o peatones561 entiendo
que el riesgo singular que recae sobre los acompaantes del conductor del vehculo que
circula temerariamente es suficiente para llenar el tipo del art. 380, pero ello no implica
que los mismos sean sujetos pasivos del delito en s, pues ya adelantaba que en los
delitos en que se protege bienes jurdicos colectivos sujeto activo slo puede ser el
titular del bien jurdico protegido y el carcter colectivo o supraindividual del mismo
excluye por definicin un sujeto pasivo individualizado, sino como personificacin de
la colectividad afectada por el conducir temerario562. De este modo los acompaantes
estn incluidos en el mbito de proteccin del tipo pero no como sujetos pasivos del
delito de conduccin con temeridad manifiesta sino sujetos pasivos del peligro concreto
generado por dicha conduccin.
230
565
231
Conforme a lo anterior,
rotunda al afirmar que el concepto de peligro concreto tiene unos perfiles ciertamente
indefinidos, si bien ha de afirmarse su presencia cuando el objeto de la accin portador
del bien jurdico, en este caso una o varias personas, haya entrado en el radio de accin
o en el mbito causal de la conducta peligrosa del agente, de manera que no pueda
excluirse la eventualidad de una lesin. Tesis respaldada por la ms autorizada doctrina
del Tribunal Supremo en Sentencia 1187/2011 de 2 de noviembre, [RJ 2012\1388].
232
233
234
235
236
Ibidem, pp.161 y 162. Seala la autora que el resultado de peligro concurre cuando existe un peligro
objetivo idneo ex post para el bien jurdico individual, el resultado es la amenaza para el bien jurdico
que se encuentra en el mbito de riesgo creado por el comportamiento.
586
En este mismo sentido, SANZ-DEZ DE ULZURRUM LLUCH, M.: Conduccin, cit., p. 173;
CORCOY BIDASOLO, M.: Delitos, cit., p. 163.
587
TAMARIT SUMALLA, J. M.: De los delitos, cit., p. 1017.
588
CORCOY BIDASOLO, M.: Delitos, cit., pp. 163 y 164, entiende que segn el criterio del fin de
proteccin de la norma, la prohibicin de crear situaciones de peligro concreto est dirigida a evitar que
se creen riesgos graves para el bien jurdico no controlables por el autor. De este modo, si el resultado de
lesin no se ha producido como consecuencia del control sobre el riesgo ejercido por el autor, el resultado
de peligro no le ser imputable a su comportamiento peligroso y no ser responsable por el delito de
peligro, puesto que la norma no prohbe riesgos controlables por el autor (supuestos de pericia del
conductor); en sentido contrario, existir relacin de riesgo y el resultado ser imputable al conductor,
cuando la circunstancia que ha evitado que el riesgo se materialice en un resultado lesivo queda fuera del
dominio del autor (actuaciones de terceros, de la propia vctima, o circunstancias procedentes de la propia
naturaleza).
589
TAMARIT SUMALLA, J. M.: De los delitos, cit., p. 1571.
237
exclusin del resultado de peligro a aquellas situaciones en las que el conductor evita la
lesin mediante una maniobra normal de proteccin; es decir, mientras mantenga un
control seguro sobre el riesgo. Estas situaciones resultaran equiparables a una tentativa
imprudente inacabada en la que existe desistimiento. Sin embargo, subraya la autora en
cita, que no se puede negar la existencia de un riesgo imputable al autor, cuando el
conductor in extremis realiza una maniobra extraordinaria que, finalmente, evita la
lesin. En este caso se habr producido una situacin equiparable a una tentativa
imprudente acabada, en la que la que el resultado de riesgo ya se ha producido y un
eventual desistimiento activo de la conducta peligrosa, afectara a la lesin, pero
resultara irrelevante respecto al delito de peligro que ya ha quedado consumado590.
Para Hortal Ibarra concurre este peligro concreto cuando, habiendo perdido el
autor del riesgo el control o dominio sobre el mismo, no se menoscaba la vida y/o
integridad fsica de quienes participan en el trfico gracias a la actuacin in extremis de
la propia vctima o de un tercero592. En los casos en que el autor del riesgo no pierde el
control sobre la conduccin de su vehculo a motor no se puede afirmar que se ha
creado dicho peligro concreto y, consiguientemente, no se le puede imputar el delito de
conduccin temeraria, pudiendo responder en todo caso del ilcito administrativo
previsto en el artculo 65.5 e) RDL 339/1990593.
590
238
En cuanto al criterio jurisprudencial seguido conviene indicar que una vez ms,
no es unidireccional: en ocasiones, las Audiencias Provinciales afirman el peligro
concreto cuando la lesin se evita bien por maniobras de esquive de la propia vctima o
terceros595, o cuando el riesgo de lesin qued salvado por su pericia al volante596. Sin
embargo, en otras, se afirma la inexistencia de conduccin temeraria en aquellos
supuestos en que no se produce ninguna situacin de peligro concreto debido al
meritorio actuar de los agentes de la polica597; o, de acuerdo con la SAP de Pontevedra
concreto a dichas personas, por cuanto en todo momento ha mantenido el control y el dominio sobre la
situacin.
2. Javier, que carece del preceptivo carn de conducir, decide darse una vuelta con el nuevo todo-terreno
de su madre a fin de experimentar la sensacin de la conduccin. Debido a su falta de pericia al volante
pierde el control del vehculo accediendo a una calle peatonal a alta velocidad. Toms, que ha observado
la maniobra realizada por Javier coge rpidamente a su nieto en brazos evitando as que sea arrollado
junto al cochecito. En este supuesto Javier ha puesto en concreto peligro la vida del nio, quien no ha sido
efectivamente lesionado gracias a la rpida y diligente intervencin de su abuelo, intervencin con la que
no poda contar el conductor del vehculo que ya haba perdido el control sobre la direccin del automvil
que pilotaba.
3. Jess, que acaba de comprarse un rpido deportivo, decide junto a dos amigos darse una vuelta por su
populoso barrio a fin de probar las prestaciones de su nueva adquisicin. En una de las intersecciones que
se encuentra a su paso, Jess decide pasarse a gran velocidad el semforo en rojo sin observar que, en ese
momento, cruza por el preceptivo paso de peatones Jos, quien gracias a su destreza y buena forma
fsica, consigue esquivar el vehculo dando un fuerte salto hacia la acera. Jess con su temeraria
conduccin ha puesto en peligro la vida o integridad fsica de Jos, quien, de forma inesperada, ha evitado
el seguro impacto con el automvil.
594
MORILLAS CUEVA, L. y SUREZ LPEZ, J. M.: Tratamiento, cit., p. 311.
595
La SAP de Mlaga 576\2010, de 11 de noviembre [JUR 2011\271793], condena al conductor que al
introducirse en el aparcamiento de su vivienda oblig a una mujer que transitaba por la acera a detener en
seco la marcha para evitar ser atropellada, de tal modo que si dicho peatn no se hubiera percatado de lo
que suceda o no hubiera tenido los reflejos suficientes, si hubiese dado un paso ms al frente,
posiblemente hubiera sido atropellada);
596
SAP de Murcia 155/2009, de 27 de julio [JUR 2009\374603], si bien la sentencia fue absolutoria para
el acusado por entender que no se cumple el tipo penal en el aquellos casos en que al maniobra infractora
constituye el acto inicial de la conduccin.
597
SAP de Barcelona 659/2009, de 22 de octubre [JUR 2010\46308], mantiene que << () gracias a la
meritoria actuacin policial no se produjo ninguna situacin de peligro concreto pues para eso hubiera
sido preciso que precisamente por la falta de respeto en los cruces y dicha conduccin paralela algn o
239
240
601
CANCIO MELIA, M.: Aproximacin, cit., p. 437 Seala el autor que bsicamente se trata de
comprobar que haya en realidad vctima y autor. Aunque el trmino vctima se utiliza en al
presente contexto en sentido impropio sencillamente por comodidad y economa- como persona puesta
en peligro, al igual que autor se utiliza para referirse a conductor temerario.
602
SANZ-DEZ ULZURRUN LLUCH, M.: Conduccin, cit., p.176.
603
Adecuacin de la velocidad a las circunstancias (artculo 45), prioridad de paso de ciclista y peatones
(artculo 46), obligacin de los dems conductores de facilitar la maniobra de incorporacin a la
circulacin (artculo 73), etc., todos ellos del Reglamento General de Circulacin (Real Decreto
1428/2003, de 21 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento General de Circulacin para la
aplicacin y desarrollo del texto articulado de la Ley sobre Trfico, Circulacin de Vehculos a Motor y
Seguridad Vial, aprobado por el Real Decreto Legislativo 339/1990, de 2 de marzo.
604
Seala SANZ-DEZ ULZURRUN LLUCH, M.: Conduccin, cit., p. 177, que el problema es
similar a los supuestos de concurrencia de culpas en el delito imprudente, con la diferencia de que en
este caso lo que se plantea es la cuestin sobre la imputacin del resultado lesivo, mientras que en el
delito de conduccin temeraria el problema es la imputacin del resultado de peligro. La solucin
tradicional del Tribunal Supremo para la concurrencia de culpas ha sido la degradacin de la
imprudencia grave a imprudencia leve. El delito del artculo 380 exige una conduccin manifiestamente
temeraria, es decir una conducta calificable de imprudencia grave. Si en virtud de la imprudencia de la
vctima, se calificara la conducta del conductor como imprudencia leve, faltara el primer requisito del
tipo con la consecuencia de la impunidad.
241
En inicio, en el proceso de imputacin del resultado compiten dos riesgos por ser
identificados como los decisivos respecto del resultado como posibles explicaciones.
Siguiendo a Cancio Meli cabe identificar un primer sector de supuestos en los que ya
desde un principio parece claro que el riesgo creado por el autor carece de relacin con
el resultado producido, pues, aunque existe una conducta tpica por parte del autor, el
riesgo que se realiza en el resultado es otro distinto, cuestin que puede abordarse
frecuentemente atendiendo al fin de proteccin de la norma de cuidado. Sera el caso de
un sujeto que conduce un turismo a 110 km/h en va interurbana, casi desierta,
atendiendo una llamada de mvil, llevando un pasajero dormido, y que, a causa de un
desprendimiento, choca con una roca que atraviesa la carretera. Se tratara de un
accidente atribuible a un riesgo vital. Es decir el riesgo creado por el autor no est
relacionado con el mbito en que se produce el resultado.
Por otro lado, puede que el riesgo creado por el autor est relacionado con el
mbito en que se produce el resultado, pero este no se realice porque la conducta de otro
sujeto, en este caso la propia vctima, introduce un riesgo nuevo distinto del creado por
el autor. Es bastante evidente, por ejemplo en el caso que describe el mismo autor de un
automovilista que circula que circula por el lado izquierdo de la va -infringiendo su
deber de hacerlo por la derecha- cuando un peatn se abalanza de modo repentino sobre
la calzada; no cabe establecer conexin entre la infraccin del conductor y el resultado
producido. Cancia Meli opina que en caso de conducta inadecuada de la vctima (o de
un segundo sujeto actuante), la calificacin de su conducta afecta, como es lgico, a su
responsabilidad penal, pero no puede influir en el juicio de atribucin del primer
sujeto605. En el mismo sentido, Jakobs advierte que tambin la vctima puede ser
corresponsable de un riesgo que se realiza, sin que por ello deba desaparecer la
imputacin al autor y pone como ejemplo: quien caminando por la franja central de una
carretera nacional resulta lesionado a causa de la falta de atencin de un automovilista,
debe tambin imputarse la lesin a s mismo- sin perjuicio de la responsabilidad del
605
242
GNTER JAKOBS.: Concurrencia de riesgos, curso lesivo y curso hipottico en el Derecho Penal,
en ADPCP, T.XLII, Fasc.III, septiembre-diciembre 1987, p. 1055.
607
CORCOY BIDASOLO, M.: Delitos, cit., p. 93.
608
SANZ-DEZ DE ULZURRUN LLUCH, M.: Conduccin, cit., p. 177.
609
En el caso concreto que en esta Sentencia se enjuicia, aparecen intervenciones simultneas del autor y
la vctima con resultado de muerte para sta ltima de modo que determina la citada sentencia que <<
() es l quien con su incorrecta maniobra (no realiz el stop de la forma que viene establecida en la
Ley) se introduce en la va principal ocasionando tan lamentable accidente, y siendo indiferente a los
efectos de la valoracin realizada, el que el conductor de la motocicleta circulara ms pegado a la parte
derecha de su carril que a la parte izquierda, o que circulara a una velocidad superior a la permitida en la
va (). Si bien, en este supuesto, la culpa penal del acusado no puede ser degradada, s puede ser tenida
en cuenta la actuacin del conductor de la motocicleta en cuanto a la culpa civil, atribuyndole un
porcentaje de la misma>>.
243
610
CORCOY BIDASOLO, M.: Delitos, cit., p. 163; CANCIO MELI, M.: Teora, cit., p. 439.
SANZ-DEZ ULZURRUN LLUCH, M.: Conduccin, cit., p. 178.
612
Ibidem, p. 180.
611
244
613
245
246
esa temeridad y desprecio que, aquel da, el conductor acusado mantena respecto de las
reglas ms elementales de la circulacin en una va urbana. Aunque quepa la posibilidad
de que alguno de los testigos pudiera haber participado conscientemente en aqul
pique automovilstico, eso no hara decaer, en absoluto, la propia responsabilidad del
acusado en el delito de conduccin temeraria ni, por ende, degradara la gravedad de la
imprudencia que trajo como consecuencia la muerte de una tercera persona. Del mismo
modo, la SAP de Zaragoza 297/2009, de 31 de marzo [ARP 2009\634], condena por
delito de conduccin temeraria al acusado por establecer una competicin con el
conductor de otro vehculo, cuya identidad no ha quedado determinada, circulando en
muchos tramos a la par y a gran velocidad, cambiando ambos de carril, poniendo con
ello en peligro a los restantes usuarios de la va pblica, concretamente al conductor de
un ciclomotor, y a su acompaante, los cuales fueron rebasados por ambos vehculos a
gran velocidad.
Sin embargo, cuando el riesgo slo recae sobre el otro partcipe, se plantea si el
mismo es imputable al otro conductor a los efectos de apreciar el delito del artculo 380
del Cdigo penal. A juicio de Sanz-Dez Ulzurrun Lluch, los piques entre conductores
constituyen un claro supuesto de conduccin manifiestamente temeraria no slo por las
infracciones realizadas durante la conduccin, sino por la desatencin a las
circunstancias del trfico que implica el comportamiento del conductor que va
pendiente de su particular competicin. Respecto al riesgo creado, habr que
imputarlo al conductor que realiza la maniobra peligrosa. Si el resultado de riesgo se
produce como consecuencia de la propia temeridad (un conductor intenta adelantar al
otro vehculo en una curva cerrada, perdiendo el control del vehculo, y sale del arcn),
el riesgo creado ser imputable al conductor que ha realizado la maniobra peligrosa y no
se podr exigir responsabilidad penal por el delito de peligro al conductor temerario. Si
por el contrario, el sujeto afectado por el riesgo es el conductor del otro vehculo, (es
ste quien se sale de la curva), el primer conductor, que ha realizado la maniobra
peligrosa, responder por el delito previsto en el artculo 380 del Cdigo penal617. Sin
embargo, en la jurisprudencia menor, concretamente en la SAP de Barcelona 275/2010,
de 15 de febrero [JUR 2010\168192], se encuentra un ejemplo de condena a los dos
acusados que incurrieron en una conduccin manifiestamente temeraria que supuso un
617
247
concreto peligro para la vida o integridad fsica de los usuarios de la va, si bien el
peligro slo se materializ al perder el control del coche que conduca uno de ellos,
invadir el carril contrario y chocar frontalmente con el coche que vena por el mismo,
que qued siniestro total, resultando heridos varios ocupantes del automvil. Como se
puede observar, en este caso, a pesar de que el riesgo generado y el resultado lesivo
finalmente sufrido por la vctima, son atribuibles a uno de los participantes, la Sala, sin
embargo, condena a ambos participantes por delito de conduccin con temeridad
manifiesta. Y en el mismo sentido, la SAP de Zaragoza 297/2009, de 31 de marzo [ARP
2009\634], condena por delito de conduccin temeraria del artculo 381 del Cdigo
Penal (en su anterior redaccin) por participacin en una carrera ilegal en plena va, o al
menos, indicios de pique entre conductores, en el que si bien el vehculo conducido
por el acusado no dej huellas fsicas de frenada, ni impact con el vehculo Nissan
Micra, la testifical es clara en expresar la peligrosa forma de conducir, as como que el
acusado conduca a una velocidad superior a la permitida, estando bastante pegados los
dos vehculos implicados, con el consiguiente peligro para los dems usuarios de la va
y el riesgo de accidente que, en este caso se concret, en el impacto del Citroen pilotado
por el otro participante con el Nissan, si bien el juez a quo no ha estimado que exista
relacin causal en orden a la fijacin de responsabilidad civil.
Seala TRAPERO BARREALES, M. A.: Los delitos contra la seguridad vial, Valencia, 2011, p. 219,
que entrarn en juego todas las circunstancias concurrentes durante la realizacin de esta conducta a
efectos de diferenciar entre los artculos 379 a 381 del Cdigo Penal, o en su caso tentativa de homicidio
(artculo 138 del Cdigo Penal): si es autova o autopista o carretera, ancho de la va, pavimentacin y
estado de la va, etc.
248
Dispone el artculo 65.5:<< Son constitutivas de infracciones graves cuando no sean constitutivas de
delito las siguientes conductas: g) Participar en competiciones y carreras de vehculos no autorizadas>>.
249
peligro la vida o integridad fsica de los espectadores o participantes, pero sin embargo,
no alude a la posibilidad de sancionar la convocatoria no autorizada620.
250
En lo relativo al peligro generado sobre los participantes en la contienda, SanzDez Ulzurrun Lluch, entiende que se aplicar la misma solucin prevista para los casos
de persecuciones o piques entre conductores. De manera que el riesgo que la propia
competicin genera para los conductores no ser imputable a los dems a los efectos de
completar la exigencia de puesta en peligro concreto del artculo 380 del Cdigo
penal. Subraya la autora citada que aunque la participacin en una carrera
automovilstica ilegal implica per se un riesgo no permitido, ese riesgo por la
participacin en la misma lo genera cada conductor para s mismo. No obstante, si en el
transcurso de la competicin ilegal se producen situaciones de peligro derivadas de
maniobras irregulares o arriesgadas, en estos casos, el resultado de peligro slo se podr
imputar al conductor contrario, si la situacin de riesgo se genera a raz de una maniobra
efectuada por ste; y no, si el riesgo deriva de la ejecutada por el propio conductor
afectado por el peligro: por ejemplo, el conductor pretende adelantar en una curva muy
pronunciada, cerrando a su contrincante, y pierde el control del vehculo hasta salir de la
va623.
622
623
251
624
252
625
GRIMA LIZANDRA, V.: Los delitos contra la seguridad vial, en Orts Berenguer, E. (coord.)
Prevencin, cit., p. 127.
253
254
para concretar la velocidad de la que hay que partir para determinar si el exceso sobre la
misma es o no punible, sin que se exija adems ningn otro criterio limitador en
atencin a la naturaleza del bien jurdico protegido, como sera la valoracin de las
circunstancias objetivas concurrentes629. El exceso es inferior en las vas urbanas por el
mayor incremento de los riesgos de colisiones o atropellos a peatones630.
La Circular 10/2011 advierte que los supuestos de mayor complejidad son sin
duda las travesas. El apartado 64 del Anexo las define como el tramo de carretera que
discurre por poblado, con la excepcin de los que dispongan de una alternativa viaria a
la cual tiene acceso. El artculo 77 las excluye expresamente de la consideracin de va
urbana y a este criterio normativo hay que atenerse. Excepcionalmente podran
considerarse urbanas, con atenta ponderacin de todos los criterios referidos, cuando se
trate de tramos de una clara conflictividad viaria y peatonal que los asimile o asemeje a
calles del municipio635.
629
255
siendo posible apartarse de este criterio en los casos de inexistencia o manifiesta inadecuacin de la
sealizacin. Las travesas, de conformidad con el apartado 77, se reputarn vas interurbanas pero
excepcionalmente, en casos de clara conflictividad viaria y peatonal, podrn proponer la aplicacin de los
lmites de velocidad de las vas urbanas.
636
De conformidad con la Circular 10/2011 de la Fiscala General del Estado, vas urbanas son las
situadas geogrficamente entre las seales de entrada y salida de poblado e interurbanas las dems. La
calificacin de poblado, de lo urbano a efectos del tipo, se hace depender de la colocacin de seales de
entrada y salida (S-500 y S-510, artculo 162 del Reglamento General de Circulacin). En los casos de
manifiesta inadecuacin o inexistencia de la sealizacin debe llevarse a cabo una interpretacin
integradora de los preceptos mencionados. Como criterios de anlisis, hay que prestar atencin a la
existencia de edificios o ncleos urbanos y su entidad, configuracin de la ciudad y del suelo,
valoraciones de riesgo, extensin del trmino municipal, conexin con el trfico urbano, titularidad de la
va, agentes policiales encargados de su vigilancia y control y concretas frmulas de coordinacin y
reparto de competencias entre las autoridades administrativas del territorio. Cuando tras el debido
esfuerzo hermenutico, persistan dudas razonables que generalmente sern fcticas o de valoracin de
realidades administrativas-, es obligado pro reo computar el exceso de velocidad en la va interurbana.
637
OLMEDO CARDENETE, M.: Los delitos, cit., p. 841.
638
As: A) Segn lo dispuesto en el artculo 50 del Reglamento General de Circulacin, por regla general,
la velocidad mxima dentro de las poblaciones, es decir, en las que se denominan vas urbanas y en las
travesas est fijada en 50 kilmetros por hora, salvo para los vehculos que transporten mercancas
peligrosas, que deben circular como mximo a 40 kilmetros por hora. Estos lmites pueden ser
modificados a travs de la correspondiente sealizacin. Se prev tambin una limitacin especfica para
las autovas y autopistas que se encuentren dentro de poblado, pues en este caso los vehculos que por
ellas circulen no podrn superar los 80 kilmetros por hora. Por remisin a lo establecido en el artculo
48.1 b) del Reglamento, se establece una reduccin de 10 kilmetros por hora respecto de lo sealado con
carcter general. B) Por lo que se refiere a las vas interurbanas, del tenor del actual artculo 48 del mismo
Reglamento se deriva la determinacin de distintas velocidades mximas en funcin del tipo de va
interurbana y del vehculo de motor que se maneje. En atencin a estos extremos se establecen estas
distinciones: 1. Turismos y motocicletas, 120 kilmetros en autopistas y autovas, 100 kilmetros en
carreteras convencionales (ya estn sealizadas o no como vas para automviles), 90 kilmetros para el
resto de vas fuera de poblacin; 2. Vehculos derivados de turismos y vehculos mixtos adaptables, 100
kilmetros en autopistas y autovas, 90 kilmetros en carreteras convencionales, 80 kilmetros en el resto
de vas fuera de poblacin; 3. Camiones, tractocamiones, furgonetas, autocaravanas y remolques hasta
750 kilogramos, 90 kilmetros en autopistas y autovas, 80 kilmetros en carreteras convencionales y 70
kilmetros en el resto de vas fuera de poblado; 4. Otros automviles con remolque, 80 kilmetros en
autopistas y autovas, 80 kilmetros en carreteras convencionales y 70 kilmetros en el resto de las vas
fuera de poblado; 5. Vehculos de tres ruedas y cuadriciclos, 70 kilmetros en cualquier va por la que
puedan circular. Se encuentra prevista una reduccin de las velocidades anteriores en 10 kilmetros por
hora, para los vehculos que realicen transporte escolar y de menores o transporten mercancas peligrosas.
256
257
b) del Reglamento General de Circulacin), todo ello de conformidad con las normas
referidas, que debern ser examinadas e interpretadas para su precisa aplicacin al caso
concreto.
La velocidad mxima est regulada en los artculos 48, 50, 51 y 52, (ste ltimo define la velocidad
prevalente entre las mximas) del Reglamento General de Circulacin. A su vez una y otra pueden ser
genricas (en funcin de la clase de vas, tipo de vehculo y conductores) y especficas: a) Las genricas
se encuentran reguladas en los artculos 48 (en vas fuera de poblado) y 50 (vas urbanas y travesas) sin
que puedan sobrepasarse en ningn caso por cuanto estn previstas directamente ex lege. En estos casos
no hay una decisin particular o variable de la autoridad titular sobre el lmite de velocidad de la va sino
una previsin normativa general con valor de reglamento y apoyada en la remisin expresa del artculo
19.1 de la Ley de Seguridad Vial. Junto a ello se encuentran las referidas a adelantamientos en carreteras
convencionales o vas rpidas (artculo 19.4 de la Ley de Seguridad Vial y 51 del Reglamento General de
Circulacin), servicios de urgencia (artculo 25 de Ley de Seguridad Vial y 67 Del Reglamento General
de Circulacin) y vehculos en pruebas (artculo 48.1.g del Reglamento General de Circulacin); b) Las
velocidades especficas estn previstas en los artculos 19.2 de la Ley de Seguridad Vial y 47.1 del
Reglamento General de Circulacin cuando estn plasmadas en sealizaciones fijas y en los artculos 19.2
de la Ley de Seguridad Vial y 40, 41, 139 y 144 del Reglamento General de Circulacin cuando lo estn
en sealizacin variable establecida en funcin de las contingentes necesidades del trfico. En ltimo
lugar, hay lmites de velocidad especficos derivados de circunstancias personales del conductor pro
deficiencias psico-fsicas (artculo 52.1.b) del Reglamento General de Circulacin en relacin con el
artculo 46.2 y 3 del Reglamento General de Conductores aprobado por RD 818/2009 de 8 de mayo y su
Anexo 4.
640
En el mismo sentido, la SAP de Santa Cruz de Tenerife 300/2010, de 29 de junio [JUR 2011\13628],
seala que el acusado circul a una velocidad notablemente inadecuada y excesiva por ser muy superior a
la reglamentariamente prevista para la va de carcter urbano por la que circulaba (que era la genrica de
50km/h), velocidad que no ha podido ser determinada pericialmente pero los testigos han sido
258
Sea como fuere, queda claro, indica Guardiola Garca, que la temeridad aqu
declarada deber concurrir temporalmente con la generacin del peligro concreto para
que pueda aplicarse el delito del artculo 380. Si en el 379 es cuestionable que la
estimacin del ilcito pueda condicionarse a la persistencia del exceso de velocidad
durante un periodo ms o menos prolongado de tiempo, en el artculo 380 es por el
contrario obvio que los distintos elementos tpicos debern concurrir simultneamente
contundentes describiendo la elevada velocidad a la que circulaba el vehculo y calificaron de gran
velocidad. Por su parte del atestado policial y de las declaraciones de los agentes que participaron en su
confeccin no cabe sino concluir en igual sentido, sin que el simple hecho de que stos carecieran de los
medios materiales necesarios para establecer con exactitud la velocidad a la que circulaba el acusado,
determinase que no deba considerarse excesiva.
641
En este sentido, ARNGUEZ SNCHEZ, C.: El delito, cit., p. 26.
642
De acuerdo con lo establecido en la Orden ITC/3699/2006, de 22 de noviembre, esos errores mximos
dependen de instalacin fija o mvil del cinemmetro y de la velocidad del vehculo sujeto a medicin,
pero tambin debe tenerse si el modelo ha sido aprobado antes o despus del 30-10-2006 y si ha sido
reparado o modificado y la fecha de reparacin o modificacin.
643
OLMEDO CARDENETE, M.: Delitos, cit., p. 842. En este mismo sentido, ARNGUEZ
SNCHEZ, C.: El delito, cit., p. 26, aade que cabe la posibilidad de que se acredite que un
determinado conductor ha realizado un desplazamiento en un tiempo que resulta imposible cubrir
respetando los lmites de velocidad. Por ejemplo, un sujeto que va pasando por diferentes controles de
una autopista de peaje, pagando con su tarjetea de crdito, quedando as acreditada su identidad y la hora
de las operaciones. En cualquier caso pareces que este tipo de supuestos son ms propios del laboratorio
de idea que de la prctica de nuestros Tribunales.
259
para que quepa estimar probada la infraccin. Ahora bien, en cuanto al exceso de
velocidad, es preciso considerar que los cinemmetros instalados en las vas miden
habitualmente velocidades puntuales, que no ser fcil relacionar con el momento de
generacin del concreto peligro (salvo que la proximidad espacial sea tal que pueda
asumirse), se estar, pues normalmente, bien a la acreditacin testifical por parte de
otros conductores, que difcilmente podrn precisar tales niveles de exceso salvo que
confiesen, a su vez, haber integrado el delito previsto en el artculo 379 o estar cerca de
haberlo hecho; salvo, claro est, los supuestos de cumplimiento del deber por parte de
los agentes de la autoridad que persigan al infractor, bien a la pericial correspondiente
cuando huellas de frenado, impactos o grabaciones de imagen permitan practicarla644.
2. Conduccin etlica del inciso final del apartado segundo del artculo 379
del Cdigo penal.
El inciso final del apartado segundo del artculo 379, al que tambin remite el
nmero 2 del artculo 380 dispone que ser castigado en todo caso el que condujere
con tasa de alcohol en aire espirado superior a 0,60 miligramos por litro o con una tasa
de alcohol en sangre superior a 1,2 gramos por litro. Esta solucin legislativa no es
novedosa en el derecho comparado, donde es frecuente la configuracin, por razones de
seguridad jurdica, de delitos objetivadores de la influencia del alcohol. As, en
Luxemburgo y Portugal la tasa tpica es de 0,6 mg/litro de aire espirado, en Francia se
reduce a 0,4 mg/litro y en Italia an ms a 0,25 mg/litro. En Alemania el tipo de
influencia se complementa con la tasa jurisprudencialmente consolidada y vinculante
para los Tribunales inferiores de 0,55 mg/litro645.
644
GUARDIOLA GARCA, J.: Artculo 380, en ORTS BERENGUER, E. (coord.), Prevencin, cit.,
p. 306.
645
Circular 10/2011 de la Fiscala General del Estado, de 17 de noviembre, p. 25.
260
Circulacin, y es, con carcter general, de 0,5 gramos por litro de sangre o de 0,25
miligramos por litro de aire espirado.
En efecto, en este ltimo inciso del precepto se articula un concepto legal, o una
presuncin iure et de iure de afectacin de las facultades por ingesta de alcohol a partir
de una cantidad fijada en la norma penal: tasa de alcohol en aire espirado superior a
0,60 mg por litro de sangre o una tasa de alcohol en sangre superior a 1,2 gramos por
litro (artculo 20 del Reglamento General de Circulacin); constatando su presencia
mediante la correspondiente prueba de deteccin alcohlica en aire o en sangre, sin
necesidad de que exista constancia de la influencia del alcohol en la conduccin648. La
razn a la que apela la ley de reforma, en su prembulo, es la certeza de que con esas
646
GRIMA LIZANDRA, V.: Los Delitos, cit., p. 129. Entiende el autor que tanto en el supuesto de
conduccin a velocidad excesiva del artculo 379.1 como en el de conduccin etlica del artculo 379.2,
inciso segundo, el tipo penal requiere que la conducta ponga en peligro concreto la seguridad del trfico.
No basta con el peligro abstracto que deriva de la superacin de los lmites de velocidad o de las tasas de
alcohol. El recurso a la sancin penal slo queda justificado si la conducta en concreto supone un peligro
para la seguridad vial.
647
ORTS BERENGUER, E.: Delitos, cit., p. 647.
648
Sin embargo, MORILLAS FERNNDEZ, D. L.: La influencia directa del alcohol como elemento
integrante del artculo 379 del Cdigo Penal, en Morillas Cueva, L. (coord.), Delincuencia, cit., p.
183, seala a propsito de este de delito (conduccin bajo la influencia de alguna de estas sustancias) que
debiera tratarse de un delito de peligro concreto en el que ha de verificar y exteriorizarse la influencia del
alcohol en el conduccin del sujeto a travs de parmetros indiciarios explcitos suficientes que permitan
validar no slo la ingesta de alcohol, sino tambin la citada incidencia en la capacidad del sujeto para
conducir y la potencialidad lesiva de su accin; influencia que, sin embargo, no habr que probar en el
caso de la conduccin tpica del apartado segundo del artculo 380 del Cdigo Penal.
261
649
Seala GMEZ PAVN, P.: El delito, cit., p.89, que aunque el Cdigo penal no dice nada al
respecto, la tasa de alcohol en sangre o aire espirado slo podra realizarse por alguno de los medios
previstos legalmente y con las formalidades previstas en los artculos 22, 23, 24 y 26 del Reglamento
General de Circulacin.
650
CARBONELL MATEU, J. C.: La reforma del tratamiento penal de la seguridad vial, en Derecho
Penal y Seguridad Vial. Pamplona, 2007, p. 65.
651
MORILLAS FERNNDEZ, D. L.: La influencia directa del alcohol como elemento integrante del
artculo 379 del Cdigo Penal, en Morillas Cueva, L. (coord.), Delincuencia, cit., p. 208.
652
BARQUN SANZ, J. y LUNA DEL CASTILLO, J. D.: Etilmetro, consumo moderado de alcohol y
seguridad del trfico en Cuadernos de Poltica Criminal, n87, pp. 281 y ss.
262
del conductor, peso, etc. En definitiva, hasta ahora lo realmente importante no era la
ingesta en s de alcohol sino la influencia que dicha ingesta realizaba sobre la
conduccin del vehculo o ciclomotor, promoviendo la bsqueda de indicios que
acreditaran que se estaba llevando a cabo una conduccin peligrosa para la seguridad
vial653. Si bien en todo caso habr que probar el peligro concreto para la vida o
integridad de las personas.
263
Tal como afirma Gutirrez Rodrguez, con esta nueva regulacin, la figura de la
conduccin etlica otorgar una nueva y definitiva importancia a las pruebas de
deteccin alcohlica ya que son las nicas capaces de fundamentar una sentencia
condenatoria, siempre y cuando la prueba se lleve a cabo con todas las garantas
formales exigidas legalmente, y deber acreditarse el correcto funcionamiento del
aparato de medicin656. Las pruebas de alcoholemia se han de realizar con los
etilmetros evidenciales oficialmente aprobados, siendo indispensable la incorporacin
al procedimiento de los correspondientes certificados de verificacin a los efectos de
comprobar el margen de error normativo657. Conforme a los artculos 23 a 26 del
Reglamento General de Circulacin, la llamada prueba de alcoholemia est integrada
por las dos espiraciones en el aparato, debiendo practicarse la segunda en un plano no
inferior a diez minutos desde la realizacin de la primera para una mayor garanta y a
efectos de contraste. En ambas espiraciones ha de arrojarse una concentracin de
alcohol en aire superior a la establecida en el delito examinado658. De conformidad con
lo establecido en la citada Circular 10/2011, por regla general, slo procede el ejercicio
de la accin penal cuando las dos tasas obtenidas con el alcoholmetro superen el lmite
de 0,6 mg fijado en el tipo. De hecho las Audiencias Provinciales vienen exigiendo un
resultado superior a la tasa objetivada en ambas pruebas para subsumir la conducta en el
inciso 2 del artculo 379.2. As, por ejemplo la SAP de Gerona 52/2011, de 28 de enero
655
264
El parentesco que media con el tipo del nmero 1 del artculo 379 hace que las
esbozadas objeciones hechas al primero sean reproducidas aqu. Bsicamente que el tipo
del inciso final del nmero 2 est concebido de forma que puede dar pie a que los jueces
lo apliquen sin pararse a pensar en si ha habido alguna traza de peligro para el bien
jurdico. De manera que se ha creado la tentacin para caer en una aplicacin formalista
del precepto de difcil coexistencia con los principios de presuncin de inocencia y de
proporcionalidad659; por otra parte, no deja de sorprender, en relacin a este supuesto, el
hecho de que se haga alusin nicamente a las tasas de impregnacin alcohlica y que,
en cambio, se silencie toda referencia a la conduccin bajo los efectos de bebidas
alcohlicas, independientemente de la tasa de impregnacin o cualquier otra droga
txica, estupefaciente o sustancia psicotrpica pese a que la afectacin a la capacidad de
conducir puede ser similar. Lo se pretende es penalizar con mayor rigor un peligroso
combinado de alcohol y velocidad que parece estar detrs de un alto porcentaje de
muertes y/o lesiones en accidentes de trfico660. Aunque, a juicio de De Vicente
Martnez, no perece que ello se argumento de peso suficiente como para que sirva para
discriminar penalmente entra la conduccin bajo los efectos del alcohol, donde resulta
requisito nico la superacin de una tasa de alcohol, y la conduccin bajo la influencia
de drogas txicas, donde resulta requisito bsico demostrar que se conduce bajo la
influencia de estas sustancias661.
659
265
Como se puede observar, no cabe duda que la actual redaccin del artculo 380.2
es preferible a la anterior pero an as no deja de ser confusa y su contenido algo
deficiente. Doctrinalmente se plantean dudas interpretativas y algunas objeciones a las
que me refiero a continuacin.
QUERAL JIMNEZ, J. J.: El nuevo derecho penal vial: generalidades crticas, en Mir Puig, S. y
Corcoy Bidasolo, M. (dirs.), Cardenal Montraveta, S. (coord.), Seguridad Vial, cit., p. 67. Aade el
autor que an pasando por alto esta nada balad objecin, la diferenciacin entre vas es poco respetuosa
con el bien jurdico, la seguridad vial, en una zona urbana restringida (zona escolar por ejemplo) no sera
constitutivo de delito pese a su evidente peligro y, por el contrario, circular por autopista de peaje, de da
y seco a 220 km/h podra no generar peligro alguno.
663
SANZ-DEZ ULZURRUN LLUCH, M.: Conduccin, cit., p. 192.
266
el prrafo segundo de este precepto, para los que conducen en estado ebrio o con exceso
de velocidad superando los lmites legalmente establecidos, este delito debe entenderse
aplicable igualmente a otros posibles supuestos de conduccin temeraria, cuando se
haya puesto en peligro la vida o la integridad de personas, conforme se deduce del
prrafo primero del mismo artculo; por ejemplo, el que conduciendo a 130 kilmetros
por hora lleg a ocupar el arcn y circular por l, zigzagueando entre otros automviles
con evidente riesgo para sus ocupantes664.
664
267
Este parece ser el sentido de la inicial formulacin que reciba el Proyecto de Ley Orgnica de
modificacin del Cdigo penal de 1995, de 15 de enero de 2007, en el que se estableca: << A los efectos
del presente precepto se reputar manifiestamente temeraria la conduccin en la que concurriere
cualquiera de los supuestos previstos en el artculo anterior>>. Con ello se inclua adems de los citados,
la conduccin bajo la influencia del alcohol y otras sustancias, prevista en el artculo 379.2 inciso
primero. Pero la redaccin que finalmente ha recibido el precepto procede del Dictamen de la Comisin
de Justicia y aparece en el primer texto aprobado por el Pleno del Congreso de 11 de octubre de 2007. El
texto definitivo ya no hace referencia a todas las conductas previstas en el artculo 379, sino slo a la
conduccin a alta velocidad y a la conduccin con altas tasas de alcohol previstas en el inciso segundo del
precepto, con exclusin de la conduccin con exceso de alcohol prevista en el primer inciso.
667
En este mismo sentido, TAMARIT SUMALLA, J. M.: De los delitos, cit., p. 1019; SANZ-DEZ
ULZURRUN LLUCH, M.: Conduccin, cit., p.192; CARBONELL MATEU, J. C.: La Ley, cit.,
p.190, para quien la redaccin dada a este prrafo segundo vuelve a incidir en el viejo error en que ya
incurri el viejo 381.
268
segn los datos estadsticos668, preceden a un alto porcentaje de muertes y/o lesiones en
las carreteras espaolas.
como
la
densidad
del
trfico,
condiciones
de
visibilidad,
Segn los datos suministrados por la Nota de Prensa del Fiscal de Sala Coordinador de Seguridad Vial,
de 20 de febrero de 2013, recurso electrnico disponible en: www.fiscal.es : el nmero de procedimientos
incoados por delitos contra la seguridad vial, incluyendo diligencias previas y diligencias urgentes
ascendieron en 2011 a 14.650 de las cuales 84.352 fueron por delitos del artculo 379.2 y 1.063 por
delitos del artculo 379.1 del Cdigo penal. En relacin a los accidentes con resultado de muerte se
detecta un elevado porcentaje estimativo y provisional en torno al 40% en el que la causa determinante es
el consumo de alcohol y drogas unidos casi siempre a excesos de velocidad y maniobras incorrectas. A la
hora de valorar la velocidad como factor de riesgo, los Fiscales tienen en cuenta como prev la Circular
10/2011- el artculo 19 de la LSV que establece la obligacin del conductor no solo de respetar los lmites
de velocidad de cada va sino tambin a tener en cuenta sus propias condiciones fsicas y psquicas, las
caractersticas y estado de la va, del vehculo y la carga, las condiciones meteorolgicas, ambientales y
de circulacin y en general cuantas circunstancias concurran en cada momento, a fin de adecuar la
velocidad del vehculo a las mismas de manera que siempre pueda detenerse dentro del campo de visin
ante cualquier obstculo.
669
QUERALT JIMNEZ, J.: Derecho, cit., p. 931.
670
SANZ-DEZ ULZURRUN LLUCH, M.: Conduccin, cit., p. 194.
671
En esta lnea, TRAPERO BARREALES, M: Los delitos, cit., pp.170 y 171; A juicio de SANZDEZ ULZURRUN LLUCH, M.: Conduccin, cit., p. 194, el tenor literal del texto de la ley: A los
efectos del presente precepto, se reputar, no impone esa lectura. El sentido de la expresin es
establecer que si en una conducta concurren las circunstancias previstas (exceso de alcohol y exceso de
269
velocidad, superando las tasas y lmites del artculo 379), entonces esa conducta debe calificarse como
manifiestamente temeraria. Pero la letra de la ley ni obliga, ni, a mi juicio, permite, invertir los trminos
del razonamiento, concluyendo que nicamente estas conductas son constitutivas de conduccin
temeraria. A este argumento aade que, de admitirse esta interpretacin, habra que llegar a la conclusin
de que la nueva ley destipifica la mayora de las conductas que, bajo la regulacin anterior, se venan
calificando como conduccin temeraria a efectos de sancin penal, como conduccin en sentido contrario
por autopistas, adelantamientos en cambio de rasante a velocidad excesiva Por otra parte, desde una
perspectiva sistemtica, la pretendida restriccin del concepto de temeridad manifiesta no slo afectara a
la conducta prevista en el artculo 380, sino que habra que proyectarla sobre el delito tipificado en el
artculo 381 (conduccin con manifiesto desprecio), que remite expresamente para definir su tipo objetivo
a la conducta prevista en el artculo 380.
672
TAMARIT SUMALLA, J. M.:De los delitos, cit. p. 1019, para quien el prrafo segundo no
pretende agotar por entero el concepto de conduccin manifiestamente temeraria, reduciendo as su
mbito conceptual, que tradicionalmente ha venido gravitando sobre el desprecio de las ms elementales
normas de precaucin en la conduccin.
673
Vanse las SSTS 561/2002, de 1 de abril [2002\6758], y 1464/2005, de 17 de diciembre, [RJ
2006\225].
270
alcohol en sangre superior a 1,2 gramos por litro, pero sin excluir la subsuncin en el
apartado 1 de otros hechos distintos que impliquen la indicada imprudencia en grado
extremo>>; y ms recientemente, la SAP de Albacete 15/2013, de 25 de enero [JUR
2013\55854], subraya que el artculo 380.2 del Cdigo penal no supone el
establecimiento de un numerus clausus en los supuestos de conduccin temeraria . No
quiere decir que solo hay temeridad manifiesta cuando concurra la conduccin con los
excesos de velocidad punible y con la tasa objetivada de alcohol a los que se refiere el
artculo 379. La intencin del legislador es, desde esta perspectiva, aclarar que la
conduccin en la que concurre la conducta del artculo 379.1 y la del artculo 379.2
inciso 2 del Cdigo penal es ya, por su peligrosidad intrnseca, una conduccin con
temeridad manifiesta.
De no ser esta la intencin del legislador, lo razonable hubiese sido ubicar esta
incriminacin en el artculo 379 del Cdigo penal como un supuesto agravado para el
supuesto de produccin de un resultado de peligro concreto para la vida o integridad de
las personas. En mi opinin, el papel de la disposicin contenida en al segundo prrafo
del precepto, es establecer una presuncin iuris et de iure de conduccin
manifiestamente temeraria cuando confluyen el requisito de superacin de los lmites de
alcohol y velocidad legalmente sancionados, al margen de cualquier otra circunstancia,
lo que supone no desplazar la necesidad de prueba ms all de lo que fuese la puesta en
peligro concreto de la vida o integridad de las personas.
674
273
678
274
<<1. Ser castigado con la penas de prisin de dos a cinco aos, multa de
doce meses a veinticuatro meses y privacin del derecho a conducir vehculos a motor
por tiempo superior a seis y hasta diez aos, el que con manifiesto desprecio por la vida
de los dems, realizare la conducta descrita en el artculo anterior. 2. Cuando no se
hubiera puesto en concreto peligro la vida o la integridad de las personas, las penas
sern de prisin de uno a dos aos, multa de seis a doce meses y privacin del derecho
del derecho a conducir vehculos a motor y ciclomotores por el tiempo previsto en el
prrafo anterior >>.
275
derogada. Los elementos de las dos figuras son coincidentes, a excepcin, claro est, de
la exigencia de resultado de riesgo681.
DEZ-SANZ DE ULZURRUN LLUCH, M.: Conduccin con manifiesto desprecio por la vida de los
dems, en Gutirrez Rodrguez, M. (coord.), Proteccin Penal de la Seguridad Vial, Valencia, 2009, p.
225.
682
Ibidem, pp. 225 y 226; en el mismo sentido, Orts Berenguer, E..: Delitos, cit., p. 652
276
Entre los que defienden la primera tesis, Molina Fernndez afirma que ambos
tienen en comn la misma accin tpica conduccin de un vehculo de motor con
temeridad manifiesta-, y pueden compartir un mismo resultado creacin de un concreto
peligro para la vida o integridad de otro-, en tanto las diferencias se encuentran,
principalmente, (aunque no slo) en el elemento subjetivo: mientras la conducta del
artculo 380 entraa la creacin de un peligro para la vida o integridad fsica
concurriendo imprudencia grave respecto del eventual resultado, el tipo del 381
presupone un dolo eventual una tcita aceptacin- del resultado que pueda
producirse684.
277
686
Ibidem, pp. 331 y 333; en sentido similar, ORTS BERENGUER, E.: Delitos, cit., p. 653, afirma
que conducir con manifiesto desprecio significa que el sujeto ha de manejar los mandos de un vehculo en
marcha de tal manera que, con arreglo a la experiencia general, sea evidente para cualquiera que su forma
de hacerlo representa un grave y claro peligro para la seguridad de los usuarios, que es muy probable que
de resultas de su conducta pueda producirse un accidente mortal o que menoscabe la integridad de otros
personas. Y, verdaderamente, conducir as supone aceptar que alguno de los citados resultados lesivos se
produzca, porque por fuerza el que acta de ese modo ha tenido que representarse la posibilidad de que
sucedan y pese a ello no ha variado su comportamiento; y ha tenido que representrselo porque si su
conducta es a todas luces peligrosa para cualquiera tambin ha de serlo para l. Por lo que bien puede
afirmarse que ha asumido que el reiterado resultado se produzca, aunque no lo busque ni lo desee; esto es,
que acta con el llamado dolo eventual.
278
687
Vanse las SSTS 890/2010, de 8 de octubre [RJ 2010\7827] y 1019/2010, 2 de noviembre [RJ
2010\8197].
279
No obstante lo anterior, es obvio que los tipos contenidos en este precepto son
idnticos a los de su predecesor, el artculo 384, con la nica salvedad de que se ha
sustituido la expresin consciente por manifiesto ambas referidas al desprecio por
la vida de los dems con el que deba desarrollarse la temeraria conduccin. Sin
embargo, lo que queda patente es que el legislador introduce en la LO 15/2007 un
parmetro objetivo, de forma que el desprecio por la vida de los dems no tiene que
medirse ya acudiendo a determinadas instancias subjetivas del autor, sino a un juicio de
experiencia. As segn Gonzlez Cussac y Vidales Rodrguez, manifiesto parece
referirse a que el desprecio por la vida de los dems ha de ser patente, evidente, grave,
atendiendo a la experiencia general (espectador objetivo) y no conforme a la
representacin del conductor (consciente)688. En sentido similar apunta Olmedo
Cardenete- , la modificacin operada por la LO 15/2007 ha venido a dar la razn a la
tesis que situaba en el plano objetivo la distincin entre ambas figuras delictivas en la
medida que la vigente redaccin del artculo 381 del Cdigo penal ya no habla de
consciente sino de manifiesto desprecio por la vida de los dems. Con ello la norma
prescinde de una referencia a la conciencia del sujeto activo, al aspecto cognitivo de su
comportamiento peligroso, para situarse, ms adecuadamente, en al carcter
manifiesto de su desprecio por la vida de los dems, elemento normativo que sin duda
trae a colacin un juicio de valoracin objetiva que el juzgador debe hacer sobre la
temeridad de la conduccin689.
688
280
<< en ambas infracciones se produce una culpa consciente>>, lo que como seala el
citado autor, no es siempre cierto respecto del primer delito y, desde luego, nunca
respecto del segundo, en la STS de 25 de octubre de 1999 (RJ 1999/7586), seal que
esta figura << constitua una posicin intermedia entre el delito de riesgo y la tentativa
de homicidio>> de manera que pareca contemplar como posible un tertium genus
entre los delitos de peligro ( de mera actividad y de resultado) y la tentativa de un delito
de lesin (de resultado material).
peligrosidad objetiva y resultan idneas para integrar el elemento objetivo del delito
ms grave691 incluyendo supuestos distintos al clsico de las conducciones en sentido
contrario en autopistas y autovas para las que fue concebido el antiguo artculo 340 bis
d) del Cdigo penal anterior y la Reforma llevada a cabo por la LO 3/89 del que
procede y entre otras muchas SSAP Barcelona 504/2008, de 20 de junio [JUR
2008\265463] y Huesca 2/2011, de 19 de enero [JUR 2011\119001], y STS 1019/2010
de 2 de noviembre [RJ 2010\8197]. La evolucin de la realidad social del trfico ha
llevado al mbito del actual artculo 381 casos diversos, como los piques en los que
dos o ms conductores en zonas urbanas con trnsito de personas emprenden
agresivamente competicin de velocidad, conduccin a muy elevada velocidad en zonas
peatonalizadas, carreras ilegales, etc. En relacin a stas ltimas, la calificacin del
Ministerio Pblico ser la del artculo 380 en funcin de la menor peligrosidad objetiva
de la conduccin y cuando el dolo se proyecte sobre el peligro y no sobre el resultado.
Es el caso de la SAP de Alicante 168/2012, de 5 de marzo [JUR 2012\250098], en la
que se contempla conduccin temeraria en la circulacin en paralelo durante mucho
tiempo a elevada velocidad, de noche y con niebla; y en el mismo sentido, la SAP de A
Corua 321/2010, de 16 de julio [2010\363230].
a) El delito del artculo 381 del Cdigo penal se configura como una modalidad
agravada del delito de conduccin temeraria692 que alcanza una posicin intermedia
entera el delito de riesgo y la tentativa de homicidio, valoracin que explica su
particular tipificacin y la pena que se establece693.
282
f) Se debe limitar la aplicacin del actual artculo 381 del Cdigo penal a
supuestos de especial peligrosidad de la conducta de conduccin con temeridad
694
283
manifiesta, pero en los que no exista dolo de matar o lesionar, porque para aquellos
casos en los que concurra y puede demostrarse el dolo de matar el tipo penal que habr
de ser apreciado ya no es este delito contra la seguridad vial, sino el delito de homicidio
o lesiones, consumado o en grado de tentativa697. De hecho la jurisprudencia menor
declara no haber conduccin temeraria por absorcin por comportamiento doloso con el
vehculo a motor con intencin de causar la muerte en SAP de Ciudad Real 12/2012, de
24 septiembre [RJ 2012\9077], o con intencin de causar lesiones en STS 1148/2011, de
8 de noviembre [RJ 2012\1515].
Para finalizar, conviene sealar que a pesar de que tras la reforma operada por la
L.O 15/2007 se mantiene el delito de conduccin suicida, en el artculo 381 CP, y la
697
698
284
699
285
286
287
288
I. INTRODUCCIN
Una vez afirmada la tipicidad del caso real concreto; es decir, comprobado que
es subsumible en el supuesto de hecho del tipo de delito previsto en la norma penal, el
siguiente paso, en orden a la averiguacin de si ese caso puede acarrear responsabilidad
penal, es la determinacin de la antijuridicidad; esto es, la constatacin de que el hecho
producido es contrario a Derecho, injusto o ilcito700.
289
704
MUOZ CONDE, F. y GARCA ARN, M.: Derecho, cit., p. 342. Aunque la doctrina no coincide
unnimemente en cul es la naturaleza del consentimiento.
705
RODRGUEZ RAMOS, L.: Compendio de Derecho Penal, Madrid, 2010, p. 143
290
Pinsese en el supuesto de un sujeto que circula por autova perseguido por otro
vehculo cuyo conductor, al situarse en paralelo, efecta varios disparos que no
consiguen alcanzar al primero. Ante la inminencia de la agresin ilegtima y con el fin
de impedir que el agresor consiga el objetivo de hacer blanco en su cuerpo, el conductor
agredido emprende huida a 200 kms/h adelantando en una curva cerrada a otro vehculo
que tiene que desplazarse al arcn para evitar el contacto lateral. En cuanto que se
produce una agresin ilegtima, real e inminente como son los disparos, la necesidad de
huir a toda velocidad como nico medio de impedir el ataque a su persona y la falta de
provocacin por parte del agredido que conduca, de forma adecuada, hacia su
domicilio, se podra considerar la posibilidad de aplicar la causa de justificacin de
legtima defensa? Con carcter general, no se apreciara la legtima defensa en aquellos
casos en que el sujeto pudiese huir706 como medio de evitar la agresin ilegtima y en
ese caso huye aunque a gran velocidad y poniendo en peligro la vida de otros
706
291
707
292
problemas ya que nos moveramos en el marco del mal menor que caracteriza las
situaciones tpicas del estado de necesidad708.
Sin embargo, esta declaracin es opinable. Son varias las cuestiones a delimitar:
aunque la letra de la ley se limita a exigir que la agresin sea ilegtima, del segundo
elemento fundamentador de la legtima defensa, la necesidad de defenderse, se deriva la
exigencia de que la agresin sea tambin actual. En efecto, si el Cdigo penal exige que
se acte en defensa de la persona o derechos, ser necesario que, como apunta Mir Puig,
haya o todava haya posibilidad de defensa, o lo que es lo mismo, de evitar la lesin del
bien jurdico amenazado710. La ausencia de agresin ilegtima o cuando esta no es
708
293
Para Mir Puig faltar la agresin actual cuando la vctima ha sido objeto de la
agresin perseguida y es tarde ya para evitarla. Es precisamente el requisito de
actualidad lo que nos permite distinguir la defensa de la venganza. Sin embargo, opina
que cabe an legtima defensa frente al ladrn que huye con el botn, pues an existe
posibilidad de defender los bienes arrebatados712. Con lo que tambin desde el plano
doctrinal se justifican y refrendan los trminos del Auto del Tribunal Supremo
2103/2000, de 26 de julio [RJ 2000\7495], a pesar de que personalmente considero que
tanto el castigo como la recuperacin del bien sustrado es una cuestin reservada al
Estado.
Por lo dems slo resta decir que la jurisprudencia no contempla ningn caso en
que se haya apreciado la causa de justificacin de legtima defensa en relacin a un
supuesto de temeridad manifiesta en la conduccin. De lo que no cabe duda es que
tampoco es invocable la legtima defensa contra actividades peligrosas que se
mantengan dentro del cuidado exigible en el trfico (riesgo permitido), mientras s cabe
defenderse si exceden del cuidado exigible713. En esta lnea, s que se encuentra en la
prctica judicial alguna sentencia en la que se aprecia la exencin de responsabilidad
penal por concurrir legtima defensa frente al conductor temerario. As lo admite la SAP
agresin actual e inminente (poner Sentencias). Contra agresiones pasadas no cabe legtima defensa que
constituir venganza aunque podra valorarse el estado de ofuscacin a efectos de la atenuante 3 del
artculo 21 del Cdigo penal. La defensa requiere nimo de defensa y se completa con la necesitas
defensionis, cuya ausencia da lugar al llamado exceso extensivo o impropio, excluyente de la legtima
defensa, incluso como eximente incompleta.
711
FERNNDEZ MOLINA, F.: Hecho, cit., p. 174.
712
MIR PUIG, S.: Derecho, cit. p. 445.
713
FERNNDEZ MOLINA, F.: Hecho, cit., p. 176.
294
295
ordenamiento. Ello lleva habitualmente a una nica solucin del conflicto: para
cualquier afectado, la ponderacin arroja el mismo resultado, lo que se podra
denominar justificacin no personal. Aunque sta es la situacin habitual, en algunos
conflictos las circunstancias personales de los implicados son objetivamente relevantes
segn la propia valoracin del ordenamiento, de manera que lo que para unos est
justificado para otros no lo est debido a la asimetra de derechos y deberes. Ello se
percibe muy bien en el requisito tercero del estado de necesidad que el necesitado no
tenga, por su oficio o cargo, obligacin de sacrificarse-: la conducta frente al fuego que
es lcita para un ciudadano normal puede no serlo para el bombero, y as en otros
muchos casos (tripulacin de un braco, mdicos, etc.). Existira entonces una causa de
justificacin personal (o personalmente condicionada), debido a la existencia de deberes
o derechos que pueden corresponder slo a algunos de los implicados en el conflicto716.
Dado que este aspecto ser tratado a propsito de la siguiente causa de justificacin a
examinar, el cumplimiento de un deber o ejercicio legtimo de un derecho, oficio o
cargo, basta decir que en este apartado slo se trazarn las directrices del la actuacin
en estado de necesidad de particulares.
716
296
297
720
298
299
724
Contina la SAP de Valladolid 74/2009, de 13 de marzo [JUR 2009\208260], <<As pues, los
requisitos esenciales de dicha circunstancia, que deben en todo caso concurrir, son: 1 La amenaza de un
mal que ha de ser actual, real y efectivo, imperioso, grave e inminente y tambin justo e ilegtimo. 2 La
necesidad de lesionar un bien jurdico o infringir un deber para soslayar aquella situacin de peligro. 3.
Que el sujeto que obre en ese estado no haya provocado intencionadamente dicha situacin y que ese
mismo sujeto, en razn de su cargo u oficio, no est obligado a soportar los efectos de ese mal. 4 La
imposibilidad de poner remedio a la situacin de necesidad recurriendo a vas lcitas, siendo preciso que
el necesitado no tenga otro medio de salvaguardar el peligro que le amenaza que el de infligir un mal al
bien jurdico ajeno; es decir, que en la esfera personal, profesional, familiar y social haya agotado todo los
recursos o remedios existentes para solucionar el conflicto antes de proceder antijurdicamente>>.
725
FERNNDEZ MOLINA, F.: Hecho, cit., p. 191.
726
Ibidem.
300
301
Seguridad del Estado (persecucin policial)729. Sin embargo, y dado que en materia de
seguridad vial la normativa administrativa, a la que ineludiblemente hay que remitirse,
hace un estudio unitario de las normas y lmites a que estn sujetos los conductores de
los vehculos prioritarios, as como de las facultades que se les conceden, con
independencia del origen y contenido legal de su habilitacin (funcionario pblico,
personal facultativo, etc.), a los casos anteriores se les va a dar una solucin unitaria, sin
perjuicio de las particularidades especficas dignas mencin.
Pero con carcter previo al estudio de los permisos o facultades que se conceden
se impone la necesidad de delimitar lo que debe entenderse por vehculos prioritarios
para pasar, a continuacin, a analizar las facultades que se conceden a los mismos en
situaciones de emergencia. Bajo la rbrica Facultades de los vehculos prioritarios el
artculo 68.2 del Reglamento General de Circulacin dispone:
CORDOBA RODA, J.: Comentarios al Cdigo Penal. Tomo I, Barcelona, 1972, p. 360. Por lo pronto
conviene recordar que hay quienes sostienen que el artculo 20.7 del Cdigo penal acoge en realidad dos
causas de justificacin: el cumplimiento de un deber y el ejercicio legtimo de un derecho pues la
referencia al oficio o cargo no supones ms que un referente para determinar la existencia de derechos o
deberes-derechos.
302
303
304
oficio se realice dentro de los lmites que lo hacen legtimo. No obstante, si se produce
una actuacin no ponderada quiz se pueda valorar la posibilidad de apreciar una
eximente incompleta o una atenuante analgica. La SAP de Huesca 152/2011, de 24 de
octubre [JUR 2011\401138], conden al conductor de una ambulancia por delito de
conduccin temeraria por efectuar adelantamiento mltiple sin seales acsticas o
luminosas que alertaran al resto de usuarios de la va de que su proceder se debiera a
una situacin de emergencia. Sin embargo, en relacin a un asunto referente al
fallecimiento de una persona a causa de la conduccin de dos ambulancias que
cumplan la normativa especfica de vehculos prioritarios en caso de emergencia (el
conductor de la ambulancia llevaba activadas las seales pticas y acsticas
preceptivas), el Auto del Juzgado de Instruccin n 18 de Madrid, de 3 de diciembre de
2008, acord el sobreseimiento provisional de las actuaciones si bien, el Dictamen
5/2011, del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid de 19 de enero de 2011
reconoci el derecho a la indemnizacin a los familiares del fallecido por
responsabilidad patrimonial de la Administracin al entender que, an cuando el
servicio se hubiera desarrollado normalmente, la ambulancia haba creado una situacin
de riesgo que, desgraciadamente haba causado el fallecimiento de una persona, sin que
su familia tenga la obligacin legal de soportar, por suponer un sacrificio no slo
desproporcionado al servicio dispensado, sino individualizado en una persona concreta.
305
fuentes no escrita, siempre que tengan valor jurdico: la costumbre o los usos sociales pueden tener una
importancia esencial en la delimitacin de los deberes y derechos. Ello se percibe especialmente bien en
el caso del ejercicio de una profesin, que no siempre est formalmente reglada, o slo la est de modo
muy general, pero s cuenta con reglas consuetudinarias de ejercicio, diligencia, etc., que deben tenerse en
cuenta. Si faltan los presupuestos bsicos del deber jurdico (por ejemplo, por no ser titular del cargo) o
de la posicin de derecho no habr eximente completa ni incompleta (as, para el caso particular de las
Fuerzas y Cuerpos de seguridad, constante jurisprudencia, entre otras: ATS 21-9-99, 25-04-03, 2-6-10,
28,12-06).
735
En este sentido MIR PUIG, S.: Derecho, cit., p. 460.
736
De esta opinin, MOLINA FERNNDEZ, F.:Hecho, cit., p. 196; MORILLAS CUEVA, L.:
Derecho, cit., pp. 309 y ss.
306
complitud, ya que rene todos los elementos que conforman la estructura de una causa
de justificacin737.
V. CONSENTIMIENTO
307
ocasiones el consentimiento del sujeto pasivo sobre bienes disponibles, de los que es
titular- excluye a veces la tipicidad y, otras, enerva el carcter antijurdico de la
conducta742, se puede decir que la figura del consentimiento cobra relevancia como
causa de exclusin de la tipicidad, all donde su presencia enerva o hace irrelevante la
lesin o puesta en peligro del bien jurdico, y como causa de justificacin all donde
subsistiendo dicha lesin, recae, formalmente, el consentimiento justificante que otorga
a quien realiza el hecho tpico el derecho a obrar de ese modo743. Sin embargo, para
Roxin, en los casos de atipicidad se produce una restriccin general de la facultad de
disposicin efectuada por el legislador; mientras que en las causas de justificacin se
atiende a la necesidad de intervencin en una situacin de conflicto concreta744.
Morillas Cueva afirma con rotundidad que el consentimiento acta en el Derecho Penal
espaol como causa de atipicidad745.
necesariamente con la capacidad civil, pero que, igual que sta, exige unas facultades intelectuales para
comprender el alcance y significacin de sus actos por parte de quien consiente. 3) Ausencia de vicios:
cualquier vicio esencial de la voluntad del que consiente (error, coaccin, engao, etc.) invalida el
consentimiento. 4) El consentimiento ha de ser dado antes de la comisin del hecho y ha de ser conocido
por quien acta a su amparo.
742
PREZ ALONSO, E.: La causa, cit., p. 624.
743
COBO DEL ROSAL, M y VIVES ANTN, T. S.: Derecho, cit., p. 492.
744
ROXIN, C.: Acerca del consentimiento en el Derecho Penal, en La teora jurdica del delito en la
discusin actual. Lima, 2007, p. 275.
745
MORILLAS CUEVA, L.: Derecho, cit., p. 206, mantiene que no se trata de un permiso singular que
se proyecta sobre una conducta tpica, lo que abocara a la justificacin de tal comportamiento, sino de
una manifestacin de libertad de accin del sujeto que consiente y que conduce a la ruptura del proceso
de valoracin tpica, quedando el proceder activo fuera del tipo por desvinculacin del bien jurdico que
se pretende proteger.
308
No casa con la configuracin de este delito la posible relevancia del consentimiento de terceros,
viandantes o conductores puestos en peligro pues, en la mayora de los casos, ni siquiera sern
identificados por la propia dinmica de los hechos.
747
SANZ-DIEZ DE ULZURRUN LLUCH, M.: Conduccin, cit., p.167.
748
MUOZ CONDE, F. y GARCA ARN, M.: Derecho, cit., p. 343.
309
Pero, si atendiendo adems a las distintas posiciones que pueden ocupar los
acompaantes se puede excluir tambin del mbito tpico al acompaante que es un
autntico partcipe750 en el delito de conduccin con temeridad manifiesta bien sea en
calidad de inductor (si alienta o motiva al conductor a iniciarse o mantenerse en la
temeraria conduccin) o cooperador necesario (si da instrucciones sobre el manejo del
vehculo o informacin sobre las circunstancias concurrente en tramos de la va), en
realidad, la cuestin realmente se reducira a determinar la eficacia del acuerdo entre
conductor y acompaante en la realizacin de la conducta peligrosa (sera el caso de
evasin de la polica) y del consentimiento en sentido estricto en la conduccin
peligrosa. Desde una perspectiva claramente unitaria ambas figuras se configuran como
variables de un mismo todo cuyos efectos repercuten en la falta de tipicidad de la
conducta realizada con el asentimiento del titular del bien jurdico, en su vertiente
individualizada751.
749
310
En este orden de cosas, una vez ms, el valor seleccionado por el legislador
como necesitado de proteccin frente la violencia vial y a las facultades de disposicin
que se conceden a su titular cobran especial inters en la determinacin de la eficacia
del consentimiento del ocupante consentidor en la temeraria conduccin: para aquel
sector doctrinal que defiende la vida e integridad de las personas755 como bienes
jurdicos individuales penalmente protegidos en el artculo 380 del Cdigo penal, se
podra concluir que en caso de consentimiento por parte del acompaante, no existira
riesgo prohibido respecto del mismo, sin perjuicio de la idoneidad de otros como sujetos
del riesgo no permitido; sin embargo, conforme al criterio defendido en este estudio,
basado en el convencimiento de que el bien jurdico protegido no es sino la seguridad
vial, la eficacia del consentimiento libremente prestado para restringir el mbito del
752
311
tipo es muy limitada aunque tendra eficacia, respecto del delito de detencin ilegal o
coacciones756, en los que se protege la libertad ambulatoria, bien jurdico-penal
disponible por su titular.
756
ORTS BERENGUER, E.: Delitos, cit., p. 649, tambin GONZLEZ CUSSAC, J. L.,
MATALLN EVANGELIO, A., ORTS BERENGUER, E., y ROIG TORRES, M.: Esquemas Penal
Especial, 2009, p. 261.
757
En este sentido, MIR PUIG, S.: Derecho, cit., p. 520, pone como ejemplo, el delito de atentado
contra la Autoridad, el consentimiento de sta no podr excluir el tipo porque el bien atacado tiene
carcter pblico y no es susceptible de disposicin por ninguna persona. Por el contrario, en los delitos
contra los particulares debe partirse del principio de la eficacia del consentimiento. Ello resulta evidente
cuando el inters protegido es exclusivamente privado y renunciable, como sucede no slo en los delitos
contra la libertad de voluntad, sino tambin por ejemplo, en los delitos contra la propiedad y en los delitos
contra el honor.
758
MORILLAS CUEVA, L.: Derecho, cit., p. 207.
759
ROXIN, C.: Acerca, cit., pp. 283 y 284.
312
313
las Audiencias Provinciales, ha tenido poca acogida el instituto del consentimiento para
justificar el comportamiento arriesgado del conductor. No obstante, en unos casos se
inclinan por entender afectada la vida o integridad fsica de la personas en aquellos
supuestos en que los ocupantes del vehculo no participaron del proceder del temerario
conductor, es el caso de la SAP de A Corua 321/2010, de 16 de julio [JUR
2010\363230]; en otros entienden que el peligro se concretara en los acompaantes
que insisten u ruegan al infractor que frene en el caso de que el acompaante insiste o
ruega al infractor en que frene, como ocurre en la SAP Soria 65/2003, de 14 de
noviembre de 2003 [RJ 2004\42934]764 y la SAP Burgos, 134\2010 de 20 de mayo [JUR
2010/238612]765 y que adems, el delito contra la seguridad vial entrar en concurso de
delitos con el de detencin ilegal en el caso de retener al ocupante en el interior del
vehculo en marcha contra su voluntad, segn la SAP de Madrid 49/2011, de 26 de abril
[ARP 2011/742]766. La SAP de Valladolid 175/2010, de 7 de junio [JUR 2010\287515
tambin incluye en el mbito de imputacin del resultado de peligro concreto para la
vida o integridad personales al acompaante, sin diferenciar si ha habido o no
consentimiento en el riesgo por parte del sujeto; y la SAP de Madrid 62/2011, de 15 de
febrero [JUR 2011\160204]767, incluso al que con voluntad del ocupante conduce en
condiciones arriesgadas. Mientras, la SAP Jan 87/2009, de 14 de julio [ARP
2009\1361], declara la inexistencia de conduccin con consciente desprecio por la vida
764
314
Aunque esta cuestin excede del objetivo de este trabajo, conviene recordar a
propsito de este enfoque, que Gimbernat Ordeig distingue dos supuestos claramente
diferenciados: la participacin en una autopuesta en peligro, por ejemplo, a instancia de
otro conductor, un motorista acepta competir con aqul en una carrera prohibida por las
normas de diligencia, muriendo o resultando herido el segundo en el curso de su propia
actividad imprudente, el problema que se plantea es el de si la muerte o las lesiones
sufridas por la vctima deben imputrsele a quien gener la autopuesta en peligro, es
decir, al que desafi al motorista muerto o herido al participar en la competicin, o si
por el contrario, la propia imprudencia de la vctima excluye la imputacin objetiva del
resultado a quien, imprudentemente tambin, dio origen a que el sujeto pasivo se
sometiera voluntariamente a una situacin de riesgo; en la heteropuesta en peligro
consentida, la vctima acepta tambin el riesgo de lesin, pero, a diferencia de la
anterior, donde es el sujeto pasivo el que, en ltima instancia, y con su propia actividad,
768
315
Para Corcoy Bidasolo, en caso de que los pasajeros se vean inmersos en una
conduccin imprudente el conductor se le podr imputar la eventual muerte o lesin del
mismo770.Gimbernat Ordeig, partiendo de que la participacin imprudente en un
769
316
317
vctima en la cadena causal, aminorando la responsabilidad del autor del hecho; la SAP
de Mlaga 38/2003, de 21 de enero [JUR 2003\185940], ha tomado en consideracin el
riesgo creado por la vctima exclusivamente en el mbito de la responsabilidad civil;
mientras la SAP de Cceres 64/2005, de 22 de abril [JUR 2005\105839], que tambin
ha afirmado, a propsito de un conductor que colisiona con un vehculo, siendo
colisionado por alcance por otro, la imprudencia del primero no puede ser aducida por
el culpable del segundo, ni siquiera como compensacin de culpas a efectos de
responsabilidad civil.
318
CAPTULO
SEXTO.
VERTIENTE
SUBJETIVA
319
320
I. IMPUTABILIDAD
1. Introduccin
Desde este punto de vista, quien carece de esa capacidad, bien por no tener la
madurez suficiente, bien por sufrir trastornos mentales, no puede ser declarado culpable
y, por consiguiente, no puede ser responsable penalmente de sus actos, por ms que
stos sean tpicos y antijurdicos. El concepto de imputabilidad o de capacidad de
culpabilidad es, pues, un tamiz que sirve para filtrar aquellos hechos antijurdicos que
pueden ser atribuidos a su autor y permite que, en consecuencia, pueda responder de
ellos776. En definitiva, como especifica la SAP de Badajoz 23/2007, de 22 de febrero
[JUR 2007\249756], en todos aquellos casos en que el autor, aunque haya llevado a
cabo una accin tpica y antijurdica, sin embargo se encuentre privado totalmente de
sus facultades volitivas e intelectivas y por consiguiente haya sido declarado
inimputable, no ser considerado como culpable y no ser sancionado como autor de
aqul delito.
Conforme a lo anterior, puede definirse la imputabilidad, siguiendo a SurezMira Rodrguez, Judel Prieto y Piol Rodrguez como el juicio de valor, expresado
sobre la base de la existencia en el individuo de un conjunto de requisitos psicolgicos y
normativos, que permite la atribucin subjetiva de una infraccin penal al mismo por
poseer las condiciones mentales adecuadas y no existir impedimento legal alguno para
poder formular contra l el reproches por haber actuado en contra de las exigencias del
775
JESCHECK, H. y WEIGEND, T.: Tratado de Derecho Penal, Parte General, Traduccin de Miguel
Olmedo Cardenete, Granada, 2002, p. 437.
776
MUOZ CONDE, F. y GARCA ARN, M.: Derecho, cit., p. 361.
321
Derecho pese a haber comprendido la ilicitud del hecho y poder haber actuado
conforme a dicha comprensin777.
3. Causas de inimputabilidad.
777
MIRA-SUREZ RODRGUEZ, C., JUDEL PRIETO, A., PIOL RODRGUEZ, J. R.: Manual,
cit., p. 180.
778
CUELLO CONTRERAS, J. y MAPELLI CAFFARENA, B.: Curso, cit., p. 110, sostienen que la
inimputabilidad es fraccionable, en el sentido de que el mismo sujeto puede ser tenido por inimputable
respecto de uno de los delitos que comete y no respecto del otro; en el mismo sentido, MAQUEDA
ABREU, M. L. y LAURENZO COPELLO, P.: El Derecho, cit., p. 193, afirman que la capacidad de
comprensin del autor no debe valorarse en abstracto, respecto de cualquier infraccin, sino en relacin
con el concreto hecho realizado y con su licitud.
779
FRIGOLS BRINES, E. y MARTNEZ GARAY, L.: Imputabilidad y causas de inimputabilidad, en
Molina Fernndez, F. (coord.), en Memento Prctico, Madrid, 2010, pp. 214 y 215. Sealan los autores
que histricamente la ciencia penal defina la imputabilidad como capacidad de entender y de querer, pero
se trataba de una nocin excesivamente amplia, que describa en realidad el requisito mnimo de voluntad
consciente necesario ya para la presencia de una accin en sentido jurdico-penal. De ah que se haya
terminado imponiendo el concepto antes aludido que, ms all de la conciencia ya exigible para la
identificacin de una accin humana, cifra lo propio de la imputabilidad en la capacidad de comprender
que aquello que se realiza es una conducta antijurdica, as como en la valoracin de la capacidad del
sujeto para haberse abstenido de realizarla (STS 175/2008, de 14 de mayo [RJ 2008\3096]).
780
CUELLO CONTRERAS, J. y MAPELLI CAFFARENA, B.: Curso, cit., pp. 104 y 111, afirman que
la imputabilidad hay que comprobarla en el momento del hecho.
322
Pero, como seala Martnez Garay entre la perfecta salud mental, que es la base
de la imputabilidad y de la culpabilidad, y la completa enajenacin, que da lugar a la
inimputabilidad y por tanto a la exencin de la responsabilidad penal, no existe una
781
MAQUEDA ABREU, M. L. y LAURENZO COPELLO, P.: El Derecho, cit., p.184, sugieren que
el Cdigo Penal formula la capacidad en trminos negativos, esto es, a travs de la enumeracin de las
causas que la excluyen y que impiden atribuir el hecho declarado ilcito a su autor.
782
FRIGOLS BRINES, E., y MARTNEZ GARAY, L.: Imputabilidad, cit., p. 214. Con todo ello, se
puede decir que, aunque no de forma explcita, la redaccin legal de estas eximentes s contiene una
suerte de definicin legal de la imputabilidad, cuando, al enumerar como causas de exencin las
anomalas psquicas, la intoxicacin plena por ingestin de sustancia y el sndrome de abstinencia
(artculo 20. 1 y 2), el legislador exige para que pueda operar la exencin de responsabilidad que el
sujeto no pueda comprender la ilicitud el hecho o actuar conforme a esa comprensin. Tambin el Cdigo
contiene en al apartado 3 una referencia a la imputabilidad, cuando alude a que el sujeto tenga alterada
gravemente la conciencia de la realidad.
783
MAQUEDA ABREU, M. L. y LAURENZO CAPELLO, P.: El Derecho, cit., p. 186.
784
En el mismo sentido, SSTS 1170/2006, de 24 de noviembre [RJ 2007\33]; 258/2007, de 19 de julio
[RJ 2007\4869]; 936/2008, de 26 de diciembre [RJ 2009\1379]; 90/2009, de 3 de febrero [RJ 2009\443];
983/2009, de 21 de septiembre [RJ 2009\5515]; y 914/2009, de 24 de septiembre [RJ 2009\7435], entre
otras.
323
clara solucin de continuidad, sino una sucesin infinita de grados. De modo que el
Cdigo penal contempla la posibilidad de la responsabilidad cuando, estando presente
algn trastorno mental, o alguna otra de las situaciones que son presupuesto de las
eximentes contenidas en el artculo 20.1, 2 y 3, ste no elimine por completo la
comprensin del ilicitud de la conducta o la posibilidad de comportarse de acuerdo con
dicha comprensin, pero s la dificulte de modo relevante. Las vas a travs de las cuales
se puede alcanzar este resultado son: i) la aplicacin de una eximente incompleta del
artculo 21.1, en relacin con el 20.1, 2 o 3; ii) de alguna de las atenuantes que segn
concepcin mayoritaria se fundamentan en la disminucin de la imputabilidad (artculo
2.2 y 3). Adems existe tambin la posibilidad de aplicar la atenuante analgica
(artculo 21.7), bien en relacin con el artculo 21.1 y ste a su vez con el artculo
2.1, 2 y 3-, o bien en relacin con el artculo 21.1 y 3. Se habla en estos casos de
que el sujeto es semiimputable, o de que tiene la imputabilidad disminuida785.
324
788
MUOZ CONDE, F. y GARCA ARN, M.: Derecho, cit., p. 371, sealan que resulta evidente
que ni al legislador, ni al juez les resuelve los problemas una terminologa psiquitrica cambiante y
bastante controvertida entre los propios psiquiatras. Por ello estos autores ven con acierto que el Cdigo
Penal utilice conceptos que nada tienen que ver con la psiquiatra. Los trminos de anomala o alteracin
psquica o trastorno mental transitorio son realmente desde el punto de vista cientfico poco precisos,
pero esa misma vaguedad permite al juez poder incluir en la respectiva eximente a personas que se
encuentran en situaciones tan diversas como la del oligofrnico o la del esquizofrnico paranoico. En
conceptos tan amplios como el de anomala o alteracin psquica o el de trastorno mental caben, pues,
todas las diversas formas de enfermedad mental, tales como psicosis, y neurosis, pero tambin, aquellos
defectos o alteraciones del proceso de socializacin relevantes en la determinacin de la imputabilidad de
un individuo, aunque no sean estrictamente reconducibles al concepto de enfermedad mental.
789
SANZ-DEZ DE ULZURRUM LLUCH, M.: Conduccin, cit., p. 210.
325
326
Los hechos declarados probados de la sentencia recurrida narran que el acusado el da 11 de marzo de
2007, se incorpor a una autova en sentido contrario, situacin en la que mantuvo su marcha durante
aproximadamente 40 kilmetros, lo que produjo que los dems usuarios de la va, que circulaban
correctamente, tuvieran que realizar maniobras evasivas de emergencia, ante el pnico de esta situacin.
793
Vanse por todas, las SSTS 143/2009, de 17 de febrero [RJ 2002\1775]; y 1369/2009, de 10 de
diciembre [RJ 2010\2042].
327
794
328
posible aplicacin de una medida de seguridad de conformidad con el artculo 104.1 del
Cdigo Penal. Si la capacidad de comprensin y actuacin conforme a tal comprensin
est totalmente anulada, el sujeto debe ser tratado como inimputable a efectos penales, y
absuelto conforme a lo dispuesto en el artculo 20.1 del Cdigo Penal. En estos casos, el
Tribunal tiene la facultad de aplicar, si fuera necesario, una medida de internamiento
para tratamiento mdico en establecimiento adecuado o cualquier otra de las medidas
previstas en el apartado 3 del artculo 96 del Cdigo Penal. Las condiciones para este
tipo de internamiento estn contempladas en el artculo 101 del Cdigo Penal y afectan
a la duracin del internamiento que no podr exceder del tiempo que hubiera durado la
privacin de libertad si hubiera sido declarado responsable y a la obligacin de
permanecer ingresado en tanto en cuanto el juez sentenciador no autorice lo contrario795.
Por otra parte, como anunciaba al inicio de este punto, esta exencin de
culpabilidad incluye no slo la alteracin mental permanente sino tambin la transitoria.
Respecto de esta ltima, la aplicacin de la eximente del artculo 20.1 exigir la
completa perturbacin de las facultades intelectivas y volitivas que impida al conductor
hacerse cargo de la ilicitud de su conducta o gobernar su comportamiento segn dicha
comprensin796. La Sentencia del Juzgado de lo Penal n 20 de Madrid, de 14 de febrero
de 2011 [JUR 2011\45845]797, afirma que a diferencia de la enfermedad o alteracin
mental, donde existe una base patolgica previa, el trastorno mental transitorio no tiene
por qu tener causa en un enfermedad psquica, sino que puede existir una afectacin
de la psique como consecuencia de factores endgenos y ms habitualmente exgenos
que provocan una reaccin psicolgica en donde el sujeto no es capaz de comprender la
ilicitud de sus actos.
795
329
ALCCEZ GUIRAO, R.: Embriaguez, cit. p. 18., en relacin con la circunstancia prevista en el
artculo 20.2 y el artculo 379.
799
Vase la SAP de Valladolid 44/2010, 1 de febrero [JUR 2010\125505].
800
Los hechos declarados probados de la sentencia recurrida narran que el acusado el da 11 de marzo de
2007, el acusado se incorpor a una autova en sentido contrario, pese a la existencia de la sealizacin
correspondiente claramente visible y perceptible, cruzndose de este modo con numerosos conductores
que circulaba en el sentido reglamentariamente establecido. El acusado, lejos de aminorar la velocidad o
realizar cualquier otra maniobra, sigui en la misma direccin circulando al menos durante 40 kilmetros
en la creencia de que era l, el que circulaba en sentido lo que produjo que los dems usuarios de la va,
que circulaban correctamente, tuvieran que realizar maniobras evasivas de emergencia, ante el pnico de
esta situacin.
330
ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensin ", sin que aparezca en el texto
de la ley la posibilidad de aplicar la teora de la "actio libera in causa", como as sucede
en las dos situaciones mentales anteriores (enajenacin mental transitoria y eximente de
drogadiccin u otras sustancias anlogas)801.
El nmero 2 del artculo 20 del Cdigo Penal contiene en realidad dos causas de
exencin, de una parte la intoxicacin plena por consumo de bebidas alcohlicas, drogas
txicas, estupefacientes, sustancias psicotrpicas u otras que produzcan efectos
anlogos, siempre que no haya sido buscado con el propsito de cometerla o que
hubiese previsto o debido prever su comisin, y de otra, el sndrome de abstinencia, a
causa de su dependencia de tales sustancias, en la medida que impidan comprender la
ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensin.
801
En el caso concreto, advierte el TS << en todo caso, las situaciones no son equiparables, ya que se
declara en Arsenio un estado patolgico que deriva de una enfermedad mental, y no de un trastorno
mental transitorio>>. Y contina argumentando que <<Es por estas circunstancias, es decir, porque la
teora de la actio libera in causa parte de una previa capacidad de culpabilidad del sujeto que pierde
conscientemente para cometer el hecho, bien por falta de valor para ejecutarlo, bien como consecuencia
de ponerse a cubierto de una posible responsabilidad criminal por su estado de incapacidad mental,
buscndose, como dice el Cdigo penal italiano, "una excusa", es claro que tal resorte no puede ser
aplicado a situaciones como la juzgada de alteraciones o anomalas mentales permanentes, es decir,
enfermedades mentales crnicas o muy cronificables, pues en tales supuestos el sujeto es inimputable con
anterioridad a dar comienzo a la ejecucin del hecho, sin que pueda controlar, o no, su disposicin a
liberar una causa de excepcin a su responsabilidad criminal, lo que no sucede, por el contrario, ni en el
propio trastorno mental transitorio, ni en la drogadiccin o en sustancias de efectos anlogos, razn por la
cual el sistema legal responde a una explicacin cientfica, y por ende, el motivo no puede ser
estimado>>.
331
802
332
del
consumo
de
bebidas
alcohlicas
del
estado
de
Ibidem, p. 15 y 16.
Ibidem, p. 17.
333
334
Por ello, a propsito de este apartado segundo, sigue siendo objeto de discusin
la forma en que se ha de plantear el dolo, con el problema aadido de que cuando se
realiza la conducta tpica, la conduccin del vehculo a motor, el sujeto tiene sus
facultades mermadas como consecuencia de la ingesta de determinadas sustancias,
vindose su imputabilidad disminuida o anulada, por lo que para construir la
responsabilidad penal en esta modalidad delictiva ser preciso hacer aplicacin de la
construccin de la actio libera in causa, plantendose la duda de cmo fundamentar esta
construccin y, derivado de lo anterior, si se exigir o no la presencia de doble dolo para
el pleno respeto del principio de responsabilidad subjetiva (en la fase de
disminucin/alteracin de las capacidades fsicas y psquicas, en el momento de la
ingesta de estas sustancias, y en base a la realizacin del comportamiento peligroso)812.
PAPIN PULIDO, J. G., PEDREO NAVARRO, L., y BAL FRANCS, E.: Los delitos, cit., p.
68, a propsito de la aplicacin de la eximente del artculo 20.2 y atenuante del artculo 21. 1 y 2 al delito
previsto en el artculo 379.2 del Cdigo Penal.
812
TRAPERO BARREALES, M. A.: Los delitos, cit., pp. 110 y 111 a propsito del delito de
conduccin bajo la influencia de alcohol o drogas o superando una determinada tasa de alcohol (artculo
379.2).
813
CRUZ BLANCA, M. J.: Actio, cit., p. 20.
335
814
336
CARDONA TORRES, J.: Derecho, cit., p. 451, (a propsito de la conduccin bajo los efectos de
drogas o bebidas alcohlicas del artculo 379.2) que el dolo va referido al momento en que la persona,
consciente de que va a conducir un vehculo a motor, se droga o ingiere alcohol, de forma que altera su
capacidad para conducir (actio libera in causa); en el mismo sentido TAMARIT SUMALLA, J. M.: De
los delitos, cit., p. 1562.
817
MUOZ CONDE, F.: Derecho, cit., p. 714.
818
QUERALT JIMNEZ, J. J.: Derecho, cit., 991.
819
Seala Alccer Guirao que no es que tenga que ser ese el punto de vista correcto sino que la
jurisprudencia ignora esta cuestin cuando la doctrina mayoritaria parte de la incompatibilidad citada. Y
tambin se declara sorprendido por el radical rechazo a aplicar las citadas circunstancias modificativas de
la responsabilidad penal al delito del artculo 379 como la radical y automtica aplicacin de las mismas
337
338
la ingesta alcohlica forma parte de la descripcin tpica del propio artculo 380 del
Cdigo Penal por remisin expresa del artculo 379. Sin embargo, la SAP de Albacete
257/2010, de 30 de septiembre [JUR 2010\367812]823, condena por delito del artculo
381 del cdigo penal con la circunstancia atenuante de embriaguez la tasa de 0,91
miligramos de alcohol por litro de aire espirado en la primera prueba, y 0,90 miligramos
en la segunda. Hubo, por tanto, conciencia y voluntad de los hechos descritos como
probados, si bien atenuada la culpabilidad por la ingesta de alcohol que, de este modo,
no puede atemperar o disminuir la culpa de determinados reproches, y a la vez
eliminarlas de otros>>; de otra parte, con mayor asiduidad, se recurre a la figura de la
actio libera in causa, considerndose que en los casos de conduccin en estado de
embriaguez el agente previ o pudo prever la posterior conduccin bajo la influencia de
alcohol, no siendo entonces, ex artculo 20.2 in fine, aplicable la circunstancia
modificativa824. En efecto, la jurisprudencia ha hecho un amplio uso de esta figura, esto
es de la consideracin estructura del artculo 380 como un supuesto de actio libera in
causa, para justificar la inaplicacin de exencin o atenuacin de la responsabilidad
penal por intoxicacin etlica. La SAP de Valladolid 281/2008, de 12 de diciembre
[JUR 2009\102372], recuerda que la intoxicacin plena por consumo de bebidas
alcohlicas, drogas txicas (), no producir efectos de exencin de la responsabilidad
cuando hubiese sido buscado con el propsito de cometer el delito o se hubiese previsto
o debido prever su comisin. Ello es reflejo de la doctrina del TS en aplicacin de la
teora de la actio libera in causa proclamando que la embriaguez fortuita es la
ocasionada por mero accidente, exigiendo que su aparicin sea ajena al dolo o culpa del
sujeto activo del delito, excluyndose como circunstancia eximente no solo cuando haya
surgido intencionadamente o con dolo eventual, sino tambin cuando se produce por
culpa, descuido o negligencia. En consecuencia, no habr lugar a apreciar la eximente
cuando el acusado en uso de sus facultades tom la decisin de beber e ingerir drogas
823
Seala la sentencia que <<es cierto que concurre la circunstancia, que se aplica como atenuante, de no
encontrarse en plenas facultades intelectivas y volitivas el acusado (por la ingesta de alcohol), sin
embargo dicha situacin no puede hacer desaparecer el dato objetivo de que supusiera su conducta
desprecio a la vida de los dems ni tampoco incluso que no existiera en la conducta del agente la
suficiente conciencia de que llevaba a cabo la conduccin enjuiciada ni tampoco, en concreto, que no
supusiera que estaba despreciando la vida ajena, cuando aquella situacin de embriaguez no se aplica
como eximente sino como mera atenuante, por lo que ya el propio juzgado concluye que era consciente y
tena voluntad suficiente respecto a los hechos, aunque deba reducirse pero no eliminarse el reproche
culpabilstico en atencin a la merma de su conciencia y voluntad. Es por ello que es contradictorio
considerar que tena suficiente conciencia y voluntad respecto a los hechos (los que conforman la
temeridad y la puesta en peligro concreto)- y al mismo tiempo concluir que no tena ninguna conciencia
ni voluntad sobre otros hechos (como la conduccin continuada en aqullas circunstancias).
824
ALCCER GUIRAO, R.: Embriaguez,, cit. p. 16.
339
825
Aqu ocurre lo propio. Los hechos declarados probados de la sentencia recurrida narran que el acusado
el da 11 de marzo de 2007, se incorpor a una autova en sentido contrario, situacin en la que mantuvo
su marcha durante aproximadamente 40 kilmetros, lo que produjo que los dems usuarios de la va, que
circulaban correctamente, tuvieran que realizar maniobras evasivas de emergencia.
340
delitos de propia mano, los cuales, segn la doctrina mayoritaria, son incompatibles con
esa posibilidad, dado que el injusto propio de estos delitos es conducir, y todava no se
ha iniciado la conduccin cuando el agente genera con la ingesta de alcohol una
situacin de inimputabilidad, que es el momento tpicamente relevante segn el modelo
de la tipicidad826. De forma todava ms tajante, Queralt Jimnez afirma que resulta
prcticamente imposible demostrar el dolo en la ingesta excesiva de alcohol o drogas y
que, adems,
341
830
A tal efecto ser preciso un dictamen favorable de un psiquiatra o psiclogo o de ambos, dependiendo
del tipo de trastorno, AGERO RAMN-LLN, E.: Los delitos de conduccin etlica y de conduccin
bajo la influencia de bebidas alcohlicas, cit., p. 90.
831
AGERO RAMN-LLN, E.: Los delitos, cit., p. 90.
832
Ibidem.
833
GUTIRREZ RODRGUEZ, M.: Exceso..., cit., p. 120.
342
En todo caso, para Agero, sera deseable llevar a cabo una valoracin
individualizada de las circunstancias concurrentes en cada caso concreto de manera que,
si llegara a acreditarse un problema grave de abuso o dependencia al alcohol que
pudiera afectar a la culpabilidad del conductor, con todas las cautelas que impone el
artculo 67 del Cdigo penal y la doctrina consolidada de las acciones libera in causa, se
plantease como posible alternativa reconducir la disminucin de las capacidades
volitivas e intelectivas a las circunstancias atenuantes de la responsabilidad criminal
contempladas en los artculos 21.1, 21.2, 21.6 del Cdigo penal834. Sin embargo, la SAP
de Santa Cruz de Tenerife 258/2009 de 24 de abril [JUR 2009\293779], hacindose eco
de la STS 154/2001, de 6 de febrero [RJ 2001\1663], afirma que el consumo de
sustancias estupefacientes o alcohol, aunque sea habitual, no permite la aplicacin de
una atenuacin. No se puede solicitar la modificacin de la responsabilidad criminal por
el simple hbito de consumo (), los supuestos de adiccin a las drogas que pueden ser
calificados como menos graves o leves, no constituyen atenuacin ya que la adiccin
grave es el supuesto lmite para la atenuacin de la pena por la dependencia a las
drogas. El propio TS ha negado esa cualidad atenuatoria a la dependencia, en Sentencia
8/2011, de 26 de enero [RJ 2011\316], donde consider inapreciable la adiccin a la
cocana y consumo abusivo de alcohol por no quedar probado que en el momento de los
hechos quede acreditado que el acusado estuviera influido por su consumo, adems de
no tratarse de una delincuencia funcional en cuanto el delito no se cometi par
procurarse la droga o el alcohol.
834
AGERO RAMN-LLN, E.: Los delitos, cit., p. 91. En coherencia, si la condena finalmente
impuesta fuera a una pena privativa de libertad, de conformidad con lo dispuesto en el artculo 87 del
mismo texto legal podra acordarse la suspensin de la pena por el plazo y con las obligaciones recogidas
en el citado precepto que incluye la preceptiva finalizacin del tratamiento de deshabituacin
correspondiente. Igualmente, la suspensin de la pena de prisin podra condicionarse a la participacin
en un programa de educacin vial conforme a lo dispuesto en el artculo 83. 1. 6 del Cdigo penal.
835
Concediendo la remisin extraordinaria el Auto nm. 554/2008 de 21 de noviembre de la Audiencia
Provincial de Barcelona.
343
Por ltimo conviene sealar que fuera de estos casos (conduccin bajo la
influencia del alcohol o rebasando las tasas legales) si el resultado de las pruebas de
alcoholemia da una tasa inferior a la objetivada y no quedase acreditada la influencia de
la cantidad de alcohol ingerida en la conduccin, nicamente cabe la remisin de las
actuaciones a la va administrativa conforme a lo dispuesto en el artculo 72.2 de
L.S.V836.
836
344
de aprendizaje impiden a quien la sufre la comunicacin con el mundo externo con serio
entorpecimiento del desarrollo psicolgico en sus valores ticos y principios morales,
que no llegan a ser comprendidos o interiorizados por estar sujetos el individuo a un
aislamiento sensorial. La STS 139/2001, de 6 de febrero [RJ 2001\498], lo explicaba de
modo muy explcito al afirmar que <<la precoz situacin de aislamiento que la norma
define y caracteriza como alteracin en la percepcin estar determinada en la
generalidad de los casos, por un defecto sensorial sordomudez, ceguera, autismo,- o
por una anomala cerebral susceptible de malinterpretar los datos suministrados por los
sentidos, aunque no pueda descartarse por completo que la incomunicacin y
consecutiva falta de socializacin sean efecto de ciertas y graves anomalas del carcter
o de excepcionales circunstancias ambientales capaces de bloquear el proceso de
integracin del individuo en la sociedad>>.
345
844
346
Ibidem, p. 363.
Ibidem, p. 364.
847
SUREZ-MIRA RODRGUEZ, C., JUDEL PRIETO, A., y PIOL RODRGUEZ, J. A.: Manual...,
cit., pp. 190 y 191.
848
El artculo 1.1 de la LO 5/2000, de 12 de enero, dispone: Esta Ley se aplicar para exigir la
responsabilidad de las personas mayores de catorce aos y menores de dieciocho por la comisin de
hechos tipificados como delitos o faltas en el Cdigo Penal o las leyes penales especiales.
849
El artculo 3 de la LO 5/2000, de 12 de enero, seala:Cuando el autor de los hechos mencionados en
los artculos anteriores sea menor de catorce aos, no se le exigir responsabilidad con arreglo a la
presente Ley, sino que se le aplicar lo dispuesto en las normas sobre proteccin de menores previstas en
el Cdigo Civil y dems disposiciones vigentes.
846
347
responsabilidad que tambin se denomina penal, pero que es muy distinto del previsto
en el Cdigo Penal para los mayores; 3) que los menores de 14 aos no estn sujetos a
ninguna clase de responsabilidad penal, sino slo a medidas educativas y/o
asistenciales. Ello permite, al menos, poner en tela de juicio la afirmacin de que el
menor de edad a secas constituya, como antao, una causa de inimputabilidad. La
inclusin de los menores de entre catorce y dieciocho aos en el mbito de aplicacin de
esta Ley significa que se les considera motivables por la norma, que se les presume
capaces de comprender la ilicitud del hecho y de actuar conforme a esa comprensin, y
de hecho, se les conmina con la imposicin de determinadas medidas de naturaleza
penal para evitar la comisin de hechos tipificados como delitos o faltas en el Cdigo
Penal o en las leyes penales especiales850.
SUREZ-MIRA RODRGUEZ, C., JUDEL PRIETO, A., y PIOL RODRGUEZ, J. A.: Manual...,
cit., p. 191.
851
Como es sabido el artculo 4.2 e) del Reglamento General de Conductores (Real Decreto 18/2009, de 8
de mayo) sita en 18 aos cumplidos la edad mnima para obtener el mentado permiso.
348
atropellados al igual que un agente que saltar al cuadriciclo y agarrarse al techo para
evitar ser atropellado. Actualmente, con la nueva regulacin, la SAP de Valladolid
74/2009, de 13 de marzo [JUR 2009\374603], condena el caso de pilotaje de un
vehculo sin tener carnet de conducir, saltndose varios semforos en rojo y circular a
velocidad cercana a 100km/h por tramo urbano haciendo eses para evitar que pasara el
vehculo policial que le dio el alto; la SAP de Madrid 187/2010, de 30 de julio [JUR
2010\363113], el caso de conduccin protagonizada por menor de edad por una zona
peatonal y concurrida a una velocidad considerable y haciendo maniobras propias de un
circuito deportivo; o la SAP de Barcelona 824/2011, de 5 de octubre [JUR
2011\396781]), se aprecia delito de conduccin con temeridad manifiesta en concurso
con el delito de conduccin sin habilitacin legal del artculo 384 del Cdigo Penal.
1. Dolo
852
349
Tras el anlisis de los elementos objetivos del delito se impone el estudio de las
circunstancias subjetivas que determinan la relevancia tpica de la conduccin temeraria
y justifican la imputacin del hecho delictivo a su autor. Se trata de una cuestin
ampliamente debatida y no carente de dificultad.
Como apuntan, con acierto, Morillas Cueva y Surez Lpez, el aspecto subjetivo
de los delitos de peligro constituye una de las cuestiones de mayor complejidad y debate
cientfico en torno a la teora general del delito. Tanto en su planteamiento generalista
como en su concrecin prctica son muchos los puntos a tratar para diferenciar unas
alternativas de otras y seleccionar aqulla que pueda ser ms adecuada a los fines
especficos que se pretenden conseguir853. Sin embargo, el anlisis de estas
posibilidades excedera las pretensiones marcadas para un trabajo de esta naturaleza por
lo que me voy a limitar a tratar algunas de las interpretaciones doctrinales y
jurisprudenciales habidas a este respecto.
853
350
MORILLAS CUEVA, L. y SUAREZ LPEZ, J. M.: El delito..., cit., p. 580. Llegan a esta
conclusin desde el intento de coordinar la conduccin temeraria del 340 bis a) 2 del anterior Cdigo
penal, con las tentativas de homicidio. Consideraban aplicable el delito de conduccin temeraria del
citado precepto cuando, bien el conductor no hubiera sido consciente del peligro generado, o bien cuando
sindolo no hubiera tenido una voluntad dirigida o conformada con el eventual resultado lesivo.
857
CARMONA SALGADO.: Delitos contra la seguridad vial, en Cobo del Rosal, M. (dir.), Curso de
Derecho Penal espaol. Parte especial, vol II, Madrid, 1997, p. 202.
858
Entre otros, LORENZO SALGADO, J. M.: Ttulo XIV. Delitos contra la seguridad colectiva. Cap.
IV De los delitos contra la seguridad del trfico, en Documentacin Jurdica. Monogrfico dedicado a
la propuesta de anteproyecto del Nuevo Cdigo Penal, Vol. 2 enero/diciembre 1983, nms. 37 a 40,
p.104; Muy interesante resulta la opinin de Vargas Cabrera, quien considera que las conducciones
temerarias del artculo 340 bis a) 2 requeran de una conciencia clara de la temeridad con la que se
llevaba a cabo la conduccin, y tambin del peligro creado con ella; conciencia del peligro, que no
obstante, deba ir unida a una actitud de confianzas en que el resultado no sobrevendra; es decir, que
deba proyectarse al nivel de culpa consciente (o con previsin) sobre el eventual resultado lesivo,
VARGAS CABRERA, B.: Homicidios frustrados o en tentativa con dolo eventual: el supuesto de los
conductores suicidas, en Revista del Poder Judicial, nm. 14, junio, 1989, p.7 de la versin informtica
351
artculo 340 bis c) del mismo Cdigo (equivalente a la del posterior artculo 383 y
actual artculo 382 del vigente Cdigo penal). Revelador, en este sentido, resulta el
anlisis de la jurisprudencia del Tribunal Supremo recada en relacin con los supuestos
en que el conductor ocasiona un accidente con vctimas como consecuencia de haberse
dormido mientras conduca859. En todo caso, segn Moreno Alczar, interesa sealar
que, tal y como se desprende de todas las referencias realizadas hasta el momento, las
resoluciones del Tribunal Supremo que calificaron los hechos por el artculo 340 bis a)
2 fueron muy escasas, habiendo encontrado nicamente las Sentencias del Tribunal
Supremo de 27 de marzo de 1970 [1970/1489] y 11 de diciembre de 1982 [RJ
1982/7404], y aunque ninguna se pronuncia expresamente sobre la naturaleza dolosa o
culposa de tal delito, cabe deducir de los hechos en ellas referidos que la conduccin de
ambas fue dolosa, as como el peligro para la vida de las personas generado con tales
comportamientos860.
859
352
unnime, es que el dolo del autor debe abarcar los dos elementos del tipo: el modo de
conducir y el resultado de peligro864.
864
353
354
Los autores proponen incriminar la conducta en su modalidad imprudente, en caso de que se justifique
la anticipacin de la intervencin penal en ese mbito. MORILLAS CUEVA, L., y SUREZ LPEZ, J.
M.: Tratamiento, cit., p. 318.
872
TRAPERO BARREALES, M. A.: Los delitos, cit., p. 157.
873
MOLINA FERNNDEZ, F.: Delitos contra la Seguridad del Trfico, en Bajo Fernndez (dir.),
Compendio de Derecho Penal (Parte Especial) Vol. II, Madrid, 1998, pp.728 y 729.
874
Vase la SAP Pontevedra, de 14 de marzo de 2003, [JUR 2003/158345].
355
El dolo puede ser directo o eventual, debe abarcar tanto la conduccin temeraria
como el riesgo objetivo e idneo que con la misma se crea para la vida o la integridad
de terceros876. El conductor debe querer conducir de la forma, modo y manera
arriesgada en que practica la conduccin. Se comete con dolo genrico, sea directo,
indirecto o eventual, siendo estas dos ltimas modalidades las ms frecuentes877. La
STS 890/2010, de 8 de octubre [RJ 2010\7827], declara que el dolo, segn la definicin
ms clsica, significa conocer y querer los elementos objetivos del tipo penal. En
realidad, la voluntad de conseguir el resultado no es ms que una manifestacin de la
modalidad ms frecuente del dolo en el que el autor persigue la realizacin de un
resultado, pero o impide que puedan ser tenidas igualmente por dolosas aquellas
conductas en las que el autor quiere realizar la accin tpica que lleva a la produccin
del resultado o que realiza la accin tpica, representndose la posibilidad de realizacin
875
356
del resultado. Pero ello no excluye un concepto normativo del dolo basado en el
conocimiento de que la conducta que se realiza pone en concreto peligro el bien jurdico
protegido, de manera que en esta segunda modalidad el dolo radica en el conocimiento
del peligro concreto que la conducta desarrollada supone para el bien jurdico. En el
conocimiento del riesgo se encuentra implcito el conocimiento del resultado y desde
luego la decisin del autor est vinculada a dicho resultado. Se estima que obra con dolo
quien, conociendo que genera un peligro concreto jurdicamente desaprobado, no
obstante acta y continua realizando la conducta que somete a la vctima a riesgos que
el agente no tiene la seguridad de poder controlar y aunque no persiga directamente la
causacin del resultado, del que no obstante ha de comprender que hay un elevado
ndice de probabilidad de que se produzca. Por consiguiente, tal como se aprecia en los
precedentes jurisprudenciales reseados se ha venido aplicando en numerosas
resoluciones un criterio ms bien normativo del dolo eventual, en el que prima el
elemento intelectivo o cognoscitivo sobre el volitivo, al estimar que el autor obra con
dolo cuando haya tenido conocimiento del peligro concreto jurdicamente desaprobado
para los bienes tutelados por la norma penal.
De acuerdo con lo anterior, la nica forma comisiva que respecto del delito de
conduccin temeraria recoge el Cdigo penal es la dolosa tanto directa como eventual
sin que el referido dolo no quede desplazado, en su caso, por el mvil de huida o elusin
de la accin policial de descubrimiento de la participacin en hechos punibles, en los
que la jurisprudencia viene admitiendo limitadamente el principio de autoencubrimiento
impune, como manifestacin del ms genrico de inexigibilidad de otra conducta, pero
constrindolo a los casos de mera huida (delitos de desobediencia) con exclusin de las
conductas que en la fuga pongan en peligro o lesionen otros bienes jurdicos como la
seguridad del trfico o la integridad de las personas878. La ausencia de dolo y la
presencia de imprudencia con causacin de resultados tpicos, impiden la aplicacin de
esta figura a favor de las infracciones imprudentes de resultado, tal como describe la
SAP de Santa Cruz de Tenerife 883/2008, de 5 de diciembre [JUR 2009\116720]879.
878
Vanse, en este sentido, las SSTS 1461/00 [RJ 2000\9146], 168/2001 de 9 de febrero [RJ 2001\2496]
y 1464/2005, de 17 de noviembre [RJ 2006\225], 670/2007, de 17 de julio [RJ 2007\4819].
879
RODRGUEZ RAMOS, L.: De los delitos contra la seguridad vial, en Rodrguez Ramos, L. (dir.),
Martnez Guerra, A. (coord.), Cdigo Penal Concordado y Comentado con Jurisprudencia y Leyes
Penales Especiales y Complementarias, 4 ed., Madrid, 2011, p. 1453.
357
358
Como el desarrollo reglamentario del RDL 8/2004 no se ha producido, habr de seguir aplicndose, en
lo que no se oponga al mismo, el Real Decreto 7/2001, de 12 de enero, por el que se aprueba el
Reglamento sobre la Responsabilidad Civil y Seguro en la Circulacin de Vehculos a Motor, cuyo
artculo 3.3 dice los siguiente: Tampoco tendr la consideracin de hecho de la circulacin la utilizacin
de un vehculo a motor como instrumento de la comisin de delitos dolosos contra las personas y los
bienes. En todo caso, ser hecho de la circulacin la utilizacin de un vehculo a motor en cualquiera de
las formas descritas en el Cdigo Penal (RCL 1995, 3170 y RCL 1996, 777) como constitutiva de un
delito contra la seguridad del trfico, incluido el supuesto previsto ene l artculo 383 del Cdigo Penal).
359
condena no slo por lesiones directas en las que el vehculo es utilizado como
instrumento peligroso sino que los hechos que se declaran probados resultan tambin
constitutivos de un delito contra la seguridad del trfico del artculo 381 del Cdigo
Penal884.
Contina la sentencia: << () ha sido acreditado que en el curso de la persecucin , dejando aqu al
margen las lesiones efectivamente causadas a uno de los agentes de la Guardia Civil, realiz el procesado
en mltiples oportunidades maniobras claramente temerarias, en tanto adems de circular a muy
importante velocidad, incluso en el interior del casco urbano, lo que finalmente produjo que perdiera el
control del vehculo y lo estrellara contra unas viandantes, emprendi en varias ocasiones maniobras de
adelantamiento en lugares prohibidos y de muy poca visibilidad, al punto que varios conductores de los
que circulaban en sentido contrario se vieron obligados a desviarse bruscamente a su derecha, con
invasiones de arcn para evitar la colisin.
360
so pena de incurrir en el mentado delito del artculo 384 (actual artculo 381). La
creacin del peligro pues, ha de ser consecuencia de la conducta gravemente
imprudente, que en tal caso habra de calificarse de temeraria, ms para ser penalmente
punible se exigira adems que se cree un concreto y preciso peligro para la integridad
corporal y la vida de las personas. La SAP de Jan 87/2009, de 14 de julio [ARP
2009\1361] mantiene que <<() No obstante la mencionada progresin que relaciona
los antiguos artculos 381 y 384 del Cdigo Penal, no se ha dejado de subrayar por el
Alto Tribunal que el elemento subjetivo del consciente desprecio por la vida de los
dems que requiere el segundo de los preceptos, supone una alteracin esencial de los
delitos contra la seguridad del trfico definidos en los artculos anteriores del Captulo
IV del Ttulo XVII del Cdigo Penal. En todos ellos, excepcin hecha del artculo 384,
el tipo subjetivo est constituido por la conciencia y voluntariedad de la infraccin de la
norma de cuidado relativa al trfico, a la conduccin de un vehculo de motor o a la
seguridad vial, pero no por la conciencia y voluntariedad del resultado que
eventualmente puede ocasionar aquella infraccin, mientras que en el delito a que ahora
nos referimos el dolo abarca no slo la infraccin de la norma de cuidado sino el
eventual resultado>>.
Distingue Corcoy Bidasolo el dolo alternativo -aplicable en aquellos supuestos en que el sujeto se
plantea la posibilidad alternativa de realizas uno u otro delito, plantendose entonces la solucin de la
situacin concursal resultante- del dolo de peligro alternativo, en los que no existe dolo en relacin a dos
delitos distintos sino respecto de dos modalidades de peligro concreto, descritas en una nica realizacin
tpica. CORCOY BIDASOLO, M.: Delitos..., cit. p. 300.
361
ello, para apreciar el elemento subjetivo del delito basta con que el autor se represente
un posible riesgo para la vida o, alternativamente, un posible riesgo para la integridad,
o, por supuesto, ambas posibilidades886.
362
vehculo a motor infringiendo las normas bsicas de circulacin y que con esta peligrosa
conduccin est creando un peligro concreto para la vida o integridad fsica de las
personas que intervienen en el trfico viario890. Resulta indiferente a tales efectos que el
sujeto confe o no en la produccin de un resultado lesivo para dichos bienes jurdicopenales individuales891. Por su parte, en los supuestos en que el sujeto tiene un
conocimiento siquiera eventual de que con su temeraria conduccin lesionar la vida o
integridad fsica de alguna de las personas puestas en peligro concreto ya no se
plantear la aplicacin del delito contenido en el artculo 381 del Cdigo Penal, sino que
los hechos podrn ser constitutivos de un delito de conduccin temeraria con consciente
desprecio por la vida de los dems (artculo 384 del Cdigo Penal) o un delito de
homicidio en grado de tentativa892.
De la misma opinin son Serrano Gmez y Serrano Mallo893 y De Vicente
Martnez pues recuerda, es la ltima que en el delito de conduccin temeraria, el dolo es
un dolo de peligro que no se refiere al posible resultado lesivo, sino a la accin
peligrosa en s, quedando excluido de su mbito el resultado lesivo que debe ser siempre
imprudente894. En este mismo sentido se pronuncia la jurisprudencia menor895, cuando
afirma que el dolo de peligro viene integrado por el conocimiento de que se estaba
desarrollando una conduccin contraria a las elementales normas de la circulacin y por
la voluntad de ejecutar ese tipo de conduccin tan arriesgada, asumiendo la peligrosidad
890
HORTAL IBARRA, J. C.: El delito, cit., p. 138; en el mismo sentido, CORCOY BIDASOLO,
M.: Delitos, cit., p.295., quien seala que hablar de dolo de peligro tiene sentido, nicamente, en
relacin con los delitos de peligro concreto pero no respecto de los delitos de peligro en general; y , en
este punto, resulta especialmente interesante traer a colacin lo dispuesto en la SAP de Barcelona
435/2005, de 12 de mayo [JUR 2005\173448] en la que se realiza una correcta delimitacin del tipo
subjetivo en el delito de conduccin temeraria: <<En relacin con el dolo, nadie est afirmando que el
acusado quisiera atropellar puesto que el dolo que requiere el artculo 381del Cdigo Penal requiere
exclusivamente que el acusado conociera que su conducta era peligrosa y es indudable que el recurrente
decidi pasar un semforo en rojo cuando un peatn cruzaba y la realizacin de esta conducta peligrosa
para la seguridad del trfico viario, de forma consciente y voluntaria, es, precisamente, el contenido del
tipo subjetivo doloso del artculo 381del Cdigo Penal>>.
891
En este mismo sentido se ha pronunciado CORCOY BIDASOLO, M.: Delitos, cit. p. 301.
892
HORTAL IBARRA, J.C.: El delito de conduccin temeraria (artculo 381 del Cdigo Penal): algunas
reflexiones al hilo de las ltimas reformas, en Revista Jurdica de Catalunya, nm. 1- 2008, pp. 121 y
122.
893
SERRANO GMEZ, A., y SERRANO MALLO, A.: Derecho, cit., p. 750, quienes afirman que
conducta ha de ser dolosa se trata de un dolo de peligro-, pues el sujeto ha de conocer que conduce de
forma temeraria y pone en peligro la vida o integridad de las personas. Es suficiente dolo eventual. En el
mismo sentido, OLMEDO CARDENETE, M.: Delitos, cit., p. 847, quien afirma que estamos ante
una conducta eminentemente dolosa, si bien el dolo es un dolo de peligro referido exclusivamente al
desarrollo de la conducta en s misma y no a un eventual resultado lesivo que s puede ser imputado al
autor a ttulo de imprudencia.
894
DE VICENTE MARTNEZ, R.: Derecho, cit., p. 583.
895
Por todas, la SAP de Valladolid 175/2010, de 7 de junio [JUR 2010/287515].
363
Pero es Corcoy Bidasolo, quien hace un estudio en profundidad sobre los delitos
de peligro, y advierte que el dolo no puede ser distinto en los delitos contra bienes
jurdicos supraindividuales o individuales. El objeto del dolo, en los delitos contra
bienes jurdico-penales supraindividuales es, por tanto, el comportamiento tpico en
cuanto supone un peligro objetivo idneo para el bien jurdico protegido, al igual que en
cualquier otro delito896. Cuestin distinta es que, al tratarse de delitos sin resultado de
lesin, para que exista dolo no es necesario que el sujeto conozca la efectiva
peligrosidad de la conducta, en relacin con la produccin de ese resultado, el
conocimiento de la idoneidad del peligro no requiere el conocimiento de la exacta
eficacia del comportamiento para producir el resultado lesivo897. Este conocimiento
especfico de la idoneidad lesiva s ser necesario subraya la autora en cita en los
delitos de peligro concreto respecto del resultado de peligro. En estos casos, el sujeto
deber conocer que el comportamiento que est realizando es objetivamente idneo para
producir esas consecuencias tpicas898.
Por consiguiente, advierte la autora, que hablar de dolo de peligro slo tiene
sentido en relacin con los delitos de peligro concreto pero no respecto de los delitos de
peligro en general. La diferencia entre dolo de lesin y dolo de peligro adquiere su
significado en relacin con la modalidad de resultado requerido en el tipo de injusto, en
los delitos con resultado de lesin concurrir dolo de lesin y en los de peligro, dolo de
peligro. En los delitos de peligro concreto, al requerir un resultado de peligro y no de
lesin, no se necesita conocer que la conducta tiene una concreta efectividad lesiva sino
nicamente peligrosa, lo que realmente acerca en este punto el dolo a la imprudencia
consciente, por la menor incidencia que, en principio, tendr el error sobre la efectiva
peligrosidad de la conducta para excluir el dolo. Respecto del resultado de peligro, el
896
364
Otros autores como Corigliano, estiman que dolo de lesin y dolo de peligro no
son conceptos idnticos, mientras que el dolo de lesin implica necesariamente dolo de
poner en peligro, puede existir dolo puro de peligro sin dolo eventual de lesionar900.
Aade San-Dez de Ulzurrun Lluch que el lado subjetivo de este delito exige dolo, pero
dolo de peligro, distinto del dolo de lesin: conocimiento de la peligrosidad de la
conducta y previsin del eventual riesgo concreto, con la confianza de poder controlar el
riesgo y evitar un posible resultado de lesin. Desde este punto de vista, el delito de
conduccin temeraria sanciona una tentativa de homicidio/lesiones imprudentes
expresamente tipificada. Por ello, en el supuesto de que como consecuencia de la
temeridad en la conduccin se produzca finalmente un resultado lesivo, el autor
responder por el delito imprudente de resultado que se haya producido, en concurso
con un delito de riesgo901. Por su parte Corcoy Bidasolo y Hortal Ibarra, entre otras en
la doctrina espaola, mantienen la separacin de los conceptos en atencin a dos
posibilidades : a) en los casos en los que el sujeto controla el riesgo o adopta las
medidas necesarias para que se la vctima la que se proteja frente al mismo no caben las
citadas hiptesis de lesin sino slo las de peligro prescritas por el correspondiente tipo,
porque puede valorar errneamente que est poniendo en peligro concreto la vida o la
integridad de otras personas; b) por el contrario, cuando no controla el riesgo o no ha
interpuesto medida alguna para que la vctima lo domine, ya no puede confiar
899
Indica Corcoy Bidasolo que el problema que se suscita es si ese dolo de peligro acerca del resultado
de peligro es idntico o no a un dolo eventual de lesin , en cuanto en ambos casos el sujeto debe conocer
el peligro objetico idneo para afectar al bien jurdico protegido. El dolo de peligro y el dolo eventual
de lesin son diferentes cuando el conocimiento que el sujeto tiene sobre la peligrosidad de su conducta,
en un caso y en otro, es distinto, ello sucede en los supuestos en los que el peligro se mantiene en el
mbito de dominio del propio sujeto que es quien controla el riesgo, por el contrario, cuando el sujeto no
domina el riesgo, el dolo de peligro y el dolo eventual de lesin se aproximan mucho, CORCOY
BIDASOLO, M.: Delitos, cit., pp. 295 y 296.
900
CORIGLIANO, M. E. La frontera, cit., p. 3. La diferencia entre ambos conceptos radica en el
elemento volitivo no entendido por la doctrina en forma mayoritaria como consentimiento, sino como
tomarse en serio o conformarse. Al respecto existen modernas teoras que renuncian a ese elemento de
voluntad, pero exigen en el elemento cognitivo una especial toma de posicin o actitud del autor.
901
SAN-DEZ ULZURRUN LLUCH, M.: Conduccin, cit., p. 198; en el mismo sentido, DE
VICENTE MARTNEZ, R.: Delitos, cit., p. 401.
365
902
CORCOY BIDASOLO, M.: Delitos, cit., pp. 223 y ss.; HORTAL IBARRA, J. C.: El concepto de
dolo: su incidencia en la determinacin del tipo subjetivo en los delitos de peligro en general y en los
delitos contra la seguridad en particular, en ADPCP, 2004, pp. 550 y 551.
903
MORILLAS CUEVA, L. y SUREZ LPEZ, J. M.: Tratamiento, cit., p. 313.
904
ROXIN, C.: Acerca de la normativizacin del dolus eventualis y la doctrina del peligro del dolo, en
La teora del delito en la discusin actual, Lima, 2007, pp. 187 y 188.
366
En realidad, la percepcin consciente por parte del autor de que su hecho entraa
una temeraria peligrosidad para los intervinientes en el trfico, presupone y de forma
inescindible el conocimiento y la aceptacin del posible peligro concreto en que pueda
verse envuelto un sujeto singular. Si adems del conocimiento y aceptacin del peligro
(dolo de peligro) est presente tambin la aceptacin o indiferencia hacia el posible
resultado lesivo derivado de la accin (dolo eventual de lesin), ya no estaremos ante el
artculo del artculo 381, sino ante el hecho ms grave que recoge el artculo 384
(actuales artculos 380 y 381 respectivamente)905.
905
367
Advierte Muoz Conde que el tipo, como materia de prohibicin, en su funcin motivadora slo puede
prohibir aquellos sucesos de la vida desencadenados, dolosa o imprudentemente, por una conducta
humana final. Toda produccin de un resultado que no se deba, al menos, a un comportamiento
imprudente debe estimarse como fortuita y excluirse, por tanto, del mbito de lo penalmente relevante.
MUOZ CONDE, F. y GARCA ARN, M.: Derecho, cit., p. 293.
907
Idea que acoge el propio artculo 5 del Cdigo Penal en el que expresamente se determina que no hay
pena sin dolo o imprudencia.
908
SUREZ-MIRA RODRGUEZ, C., JUDEL PRIETO, A. y PIOL RODRGUEZ, J. R.: Manual,
cit., p. 128.
909
Genricamente, MIR PUIG, S.: Derecho, cit., p. 265.
910
MIR PUIG, S.: Derecho, cit., p. 265.
368
911
369
917
370
En este caso pueden suceder dos cosas: que el error recaiga sobre elementos
esenciales de la conducta y sea vencible o invencible. Error vencible es aqul que
hubiera podido evitarse si se hubiera observado el debido cuidado, podra considerarse
en palabras de Mir Puig error imprudente. Error invencible es, por el contrario, el que
no hubiese logrado evitarse ni aun aplicando la diligencia debida. El primero excluir el
dolo pero no la imprudencia por lo que proceder, de ser punible sta en el delito de que
se trate, la estimacin de la modalidad de imprudencia correspondiente. Ahora bien, el
actual Cdigo penal el delito de conduccin temeraria imprudente no es punible por lo
que el error este sujeto al incorporarse y conducir varios kilmetros en sentido contrario
por la autova determinar su impunidad. Y a la misma solucin nos conduce el error
invencible por parte del temerario conductor pues ste excluir tanto el dolo como la
imprudencia resultando la conducta atpica921.
920
En este sentido, advierte el autor que as, por ejemplo, no ser constitutivo de un delito de conduccin
temeraria la puesta en peligro concreto del peatn que casi es atropellado al perder el sujeto el control del
vehculo como consecuencia de un fallo en el sistema de frenado que l desconoca. De producirse la
efectiva lesin de la vida o integridad fsica del mencionado peatn, la conducta podra ser calificada
como un delito y/o falta de lesiones, por imprudencia, en atencin a la gravedad de la infraccin de la
norma de cuidado incumplida por el conductor (por ejemplo si se demuestra que hace dos aos que no
realiza ninguna revisin voluntaria de su vehculo o ha omitido la obligatoria inspeccin administrativa a
travs de las empresas concesionarias de la ITV).
921
MIR PUIG, S.: Derecho, cit., p. 280.
922
La citada sentencia dice: << (), resulta que efectivamente el mismo circul cincuenta metros en
sentido contrario por el carril de desaceleracin para entrar a la autova Bailn-Motril a la altura del
km.120, y eso es constitutivo de una infraccin de trfico pero no del delito del artculo 381 del Cdigo
penal al no haberse probado, en modo alguno, que esa conducta obedeciera a la voluntad consciente del
acusado y que no se trataba de un error ciertamente grave y peligroso para la seguridad vial. El hecho de
no apercibirse de que realizaba una conducta antirreglamentaria y ciertamente peligrosa para la seguridad
del trfico hasta que no vio el vehculo de frente y el hecho de que inmediatamente intentara rectificar no
es indicativo de que fuera consciente ni del peligro que estaba creando ni de lo temerario de su accin, y
mucho menos de que tuviera voluntad, o siquiera se representara el posible peligro (dolo eventual),
aceptndolo y continuando con su accin, puesto que de hecho no continu con la misma (), no puede
concluirse que el acusado ha cometido el delito doloso que se imputa, pues ningn dato permite concluir
que antes de ver a la furgoneta y reaccionar girando bruscamente, le diera tiempo a tomar conciencia de
371
momentneos, aprecia una infraccin de trfico pero no del delito del artculo 381 del
Cdigo penal al no haberse probado, en modo alguno, que esa conducta obedeciera a la
voluntad consciente del acusado y que no se trataba de un error ciertamente grave y
peligroso para la seguridad vial. La Circular 10/2011 de la FGE concluye que en los
casos de circulacin en sentido contrario por desconocimiento de la configuracin de la
va o por desatencin de las circunstancias se trata de una situacin subjetiva de culpa
sin previsin. El Cdigo penal alemn contempla la comisin imprudente del delito de
conduccin con desprecio a la vida. Al carecer nuestra ley penal de una prescripcin de
este tenor, el comportamiento descrito es penalmente atpico y meramente constitutivo
de la infraccin administrativa muy grave contenida en el artculo 65. 5. f) de la LSV.
Ahora bien, si, una vez realizada la maniobra citada, el conductor se apercibe de la
situacin de riesgo generada y persiste en su marcha en sentido contrario sin realizar
el comportamiento exigible tendente a hacer cesar el peligro-, puede ya desde ese
momento existir una situacin de dolo eventual, quedando cumplido el tipo. Todo ellos
con sujecin a las circunstancias probatorias sobre objetividad del comportamiento y a
las inferencias en torno al tipo subjetivo923. En efecto, en el mismo caso de conduccin
en sentido contrario por una va de conduccin rpida como es una autova, poniendo en
peligro la vida de o integridad fsica de otros conductores que tuvieron que apartarse, la
SAP Albacete 257/2010, de 30 de septiembre [JUR 2010\367812], apreci manifiesto
desprecio por la vida de los dems cuando dicha conducta peligrossima se lleva a cabo
durante mucho tiempo o durante muchos kilmetros, a pesar de las llamadas de atencin
al acusado sobre su arriesgadsima conducta (rfagas de los dems vehculos, etc.).
su indebida circulacin, y decidiera continuar, lo que ya s indicara la concurrencia del dolo del que
hablamos>>.
923
Circular de la Fiscala General del Estado 10/2011, de 17 de noviembre, p. 34.
372
una eventual responsabilidad por imprudencia, y otra distinta que en el caso concreto
exista el conocimiento efectivo requerido por el dolo propio de este delito. Sin embargo,
contina el autor, como la temeridad manifiesta supone el incumplimiento de las
normas ms bsicas y elementales de cuidado exigibles en el mbito de la conduccin,
ser difcil, por lo general que pueda prosperar una alegacin de error sobre la norma
infringida; incluso, podra argumentarse que conducir con el permiso o licencia
oportunos pero desconociendo las reglas ms elementales de trfico, constituye una
forma manifiestamente temeraria de conducir. Pese a ello, no cabe descartar a priori,
toda posibilidad de error relevante, que podr producirse en los casos de modificaciones
legislativas recientes de la normativa administrativa924.
Por otra parte, tambin resulta discutible la eficacia del error en los supuestos en
que el conductor confa en su propia capacidad de evitacin del posible resultado de
peligro. La cuestin es distinta, en los delitos de peligro concreto en los que el sujeto
tiene el dominio del riesgo, en los cuales el problema se suscitara si, en estos casos,
cabra hablar tambin de error sobre la capacidad de evitacin cuando el sujeto est
seguro de que controla el riesgo
peligrosa en abstracto, piensa, en base al dominio que mantiene sobre el riesgo, que no
pone en peligro concreto ningn bien jurdico. Al tratar la imputacin objetiva del
resultado de peligro, veamos que sta queda excluida cuando es el autor el que controla
el riesgo y evita la lesin. La cuestin que aqu se plantea es si, para excluir la
imputacin subjetiva a ttulo doloso, sera bastante el error vencible o invencible, sobre
la capacidad para controlar el riesgo. An cuando no desconozco dice Corcoy
Bidasolo que aceptar esta modalidad de error puede conducir, prcticamente, a la
impunidad en todos los delitos de peligro concreto en los que el autor tenga el dominio
sobre el riesgo, por cuanto, en estos casos, la prueba de que conoca que con su
comportamiento pona en peligro efectivo el objeto protegido es una prueba casi
imposible, pienso que es la consecuencia lgica de exigir la imputacin subjetiva con la
misma intensidad que en cualquier otra clase de delito. Las lagunas de punibilidad no
son tales si pensamos que en todos los delitos de peligro concreto es factible imponer
una sancin administrativa o laboral y, en muchos casos, tambin, cabra exigir
responsabilidad penal por un delito de peligro abstracto o por un delito de peligro
924
373
374
alcohlica y en el artculo 381, prrafo segundo, debe conocer que se supera la tasa
permitida de alcohol en sangre, pero tambin que conduce un vehculo de motor por
vas pblicas. Normalmente, el conocimiento de estos elementos ignora que se
encuentra en una va pblica, desconoce que su conducta esta no es ms que un error
mediato de prohibicin, mientras que ste lo es sobre el conjunto que forman los
elementos del tipo929.
1. Consideraciones generales
375
sino tambin cuando acta en una situacin motivacional anormal a la cual el hombre
medio hubiera sucumbido. Se dice entonces que ha obrado en una situacin de no
exigibilidad, porque se entiende que el Derecho no considera exigible a nadie resistir a
una presin motivacional excepcional que el hombre medio no podra soportar933.
2. Miedo insuperable
376
jurisprudenciales en torno al concepto y al alcance que se han venido dando al miedo insuperable,
incorporando otras que lo sitan en el marco interpretativo adecuado:
1. No puede admitirse, por ejemplo el entendimiento del miedo insuperable como un estado de terror
invencible. As lo defina la anterior jurisprudencia miedo como pavor, terror, pnico. STS de 26 de
octubre de 1982 [RJ 1982\5692]. El miedo se identificaba aqu con criterios de definicin propios de la
inimputabilidad, favoreciendo su confusin con la eximente de trastorno mental transitorio (artculo 20.1
del Cdigo Penal). Las nuevas interpretaciones judiciales se orientan, sin embargo, por el camino
adecuado cuando corrigen la fundamentacin de la eximente. Es en la exigibilidad de otra conducta
donde puede encontrar mejor acomodo, ya que quien acta en ese estado subjetivo de temor mantiene sus
condiciones de imputabilidad, pues el miedo no requiera una perturbacin angustiosa sino un temor a que
ocurra algo no deseado STS 359/2008, de 19 de junio [RJ 2008\5811].
2. La anormalidad motivacional propia de quien acta bajo ese estado de temor se explica entonces
porque se halla sometido a una situacin derivada de la amenaza de un mal temido por insuperable. En
cuanto a la naturaleza de la amenaza, se considera que ha de ser real, seria, inminente y grave. La STS
774/2009, de 10 de julio [RJ 2009\4490] afirma la necesidad de la realidad y efectividad del mal
amenazante que lesiona o pone en peligro bienes de la persona afectada. Y en cuanto a la insuperabilidad
del miedo se abandona un baremo exclusivamente subjetivizante atento a la sensibilidad particular de
cada autor y se toma como base de referencia el comportamiento que ante una situacin concreta se puede
y se debe exigir al hombre medio STS 359/2008, de 19 de junio [RJ 2008\5811].
3. Los resultados de este juicio imparcial permiten apreciar tanto la exencin completa como la
incompleta de la responsabilidad criminal. Si, fruto del examen en el caso concreto, se considera
insuperable el miedo deber apreciarse la eximente, y si, por el contrario existen elementos objetivos que
permiten la posibilidad de establecer un comportamiento distinto, an reconociendo la presin de las
circunstancias, podr aplicarse la eximente incompleta del artculo 21.1 en relacin con el artculo 20.6
del Cdigo Penal. Para apreciarla exige la jurisprudencia la existencia de un temor inspirado en un hecho
efectivo, real y acreditado que alcance un grado bastante para disminuir notablemente la capacidad
electiva (ATS 1608/2008, de 18 de diciembre [JUR 2009\71132], MAQUEDA ABREU, M. L. y
LAURENZO COPELLO, P.: Derecho, cit., pp. 206 y ss.
937
SSTS 340/2005, de 8 de marzo [RJ 2005\2728] y 359/2008, de 19 de junio [RJ 2008\5811].
938
SUREZ-MIRA RODRGUEZ, C., PUDEL PRIETO, A., y PIOL RODRGUEZ, J. A.: Manual,
cit., p. 192.
377
Sealan Muoz Conde y Garca Arn que el miedo al que aqu se alude es aqul
que, an afectando psquicamente al que lo sufre, le deja una opcin, una posibilidad de
actuacin (amenaza, situacin de peligro para la vida, etc.); insuperable quiere decir
superior a la exigencia media de soportar males o peligros939. No se incluye la fuerza
fsica irresistible que acta sobre el cuerpo excluyendo el comportamiento humano, sino
la coaccin que supone para la mente la amenaza de un mal asociada o no a la
violencia fsica efectiva-. Pues el miedo insuperable, como seala Mir Puig, no excluye
la voluntariedad de la accin sino que la priva de la normalidad necesaria para que
pueda imputarse penalmente al sujeto940.
939
378
379
al temor a una
3. Autoencubrimiento impune.
944
380
socioeconmico, etc., respecto de los que las maniobras evasivas del conductor y la
circulacin temeraria ulterior no perseguan otro objetivo que zafarse del cerco policial,
huir a toda costa y eludir as la accin de la justicia, lo que suscita la duda de si esa
conduccin se encuentra o no amparada por lo que se viene denominando
autoencubrimiento impune945.
945
381
destacada949, afirma lo innecesario de la identidad del bien jurdico afectado tanto por el
hecho principal como por el acto posterior. Se considera de esta forma que los hechos
posteriores que estn consumidos en el delito previo, constituyen la forma de asegurar o
aprovechar el beneficio del delito y no se lesiona de esta manera ningn otro bien
jurdico diferente al daado previamente. Si el sujeto particip en el delito previo
(contra la propiedad, la vida, etc., por dar un ejemplo), el hecho posterior, es un acto
posterior copenado en el desvalor del hecho previo950. Tampoco faltan autores que
identifican los hechos descritos con supuestos de no exigibilidad de una conducta
distinta, en la medida que las circunstancias que concurren en su conducta tpica y
antijurdica le impiden determinarse conforme a derecho. La no exigibilidad representa,
pues, una dispensa, otorgada en ciertas situaciones, del reproche personal por el hecho
de injusto realizado951.
Vase por todos, MIR PUIG, S.: Matrimonios ilegales en el Cdigo Penal, en Anuario de Derecho
Penal y Ciencias Penales, 1974, p., 471; en el mismo sentido GONZLEZ RUS, J. J.: en AA.VV.
Compendio de Derecho Penal Espaol (Parte Especial), COBO DEL ROSAL, M. (dir.), Madrid, 2000, p.
650.
950
PINTO, R/ CHEVALIER, O.: El delito de blanqueo de activos como delito autnomo. CICAD. 2006,
p. 38. Recurso electrnico disponible en:
http://www.google.es/#hl=es&source=hp&q=el+delito+de+lavado+de+activo+como+delito+aut%C3%B
3nomo&btnG=Buscar+con+Google&meta=&aq=f&oq=el+delito+de+lavado+de+activo+como+delito+a
ut%C3%B3nomo&fp=8fac31da1d3dbb10
El autoencubrimiento sera un acto impune en cuanto supondra el agotamiento del delito encubierto, de
este modo, se podra argumentar que la accin de huir con vehculo es una accin conexa con la de no
obedecer la orden de parada y conducir a gran velocidad, concatenadas ambas, con unidad de propsito,
para conseguir el fin ltimo: el de lograr no ser detenidos. De este modo, al encontrarnos en una unidad
de accin procede aplicar el concurso de delitos (art. 77 CP), al ser el delito de conduccin temeraria el
medio para cometer la desobediencia. En este sentido, la STS 950/2000, de 4 de junio [RJ 2000/5240],
estima que: << lo esencial de la conexin delictiva radica en la exigencia de una relacin o enlace
medial entre las infracciones, de tal manera que una sea medio necesario para cometer la otra. Si no
concurre esta necesariedad o ineludibilidad de la comunicacin o anclaje entre uno y otro delito, nos
encontramos ante un concurso real que nos lleva a penar separadamente ambas infracciones. Es evidente
que la conduccin temeraria tena como finalidad o propsito huir de la accin de la polica que
pretenda detenerles, pero el comportamiento coetneo o posterior de dirigir el automvil con la
intencin de arrollar al agente de la autoridad, es perfectamente accesible y separable del anterior, por
lo que no se produce absorcin punitiva>>.
951
La conducta de quien acta en situacin de no exigibilidad sigue siendo antijurdica, an cuando sea
excusable. La inexigibilidad no se funda en la ausencia de capacidad para motivarse conforme a la
norma, ni en la falta de conocimiento necesario para adecuar el querer a los requerimientos normativos,
sino en la presencia de circunstancias que determinan la anormalidad del proceso motivador. En las
situaciones de no exigibilidad, la norma prohibitiva o preceptiva no despliega su ordinaria eficacia
motivadora frente al sujeto, porque existe un contramotivo, jurdicamente relevante, determina que no
pueda exigirse al sujeto la realizacin del comportamiento jurdicamente correcto; o dicho con otras
palabras: que el individuo no se halle obligado a llevar a cabo una conducta jurdicamente justa. COBO
DEL ROSAL, M. y VIVES ANTN, T. S.: Derecho, cit., pp. 688 y 689.
382
PALMA HERRERA, J. M.: Los actos, cit., pp. 142 y 143. En opinin del autor, el recurso al
trmino exigir, en el sentido de que no era exigible otro comportamiento al sujeto, debe interpretarse,
ms bien, como revelador de la estrechsima conexin entre hecho principal, y para significar que el
primero llevaba aparejada de suyo el segundo.
383
conductor no fuera atentar contra el principio de autoridad sino escapar y evitar ser
detenido al ser sorprendido in fraganti cometiendo la sustraccin, pero no amparara la
conducta que pone en peligro o lesiona otro bien jurdico como la creacin de un riesgo
para la circulacin, lo que constituye el delito de conduccin temeraria. En el mismo
sentido, la SAP de Girona 501/2010, de 16 de septiembre [JUR 2010\386851], sin
embargo, advierte que no parece que el dolo de que con la anmala conduccin se cree
un concreto peligro para la vida o integridad de las personas y la voluntad de ejecutar o
proseguir con la temeraria forma de conducir, tal y como dice la Consulta 1/2006 de la
FGE pueda quedar desplazado << por el mvil de huida o elusin de la accin policial
de descubrimiento de la participacin en hechos punibles, en los que la jurisprudencia
viene admitiendo limitadamente el principio del autoencubrimiento impune, como
manifestacin del ms genrico de inexigibilidad de otra conducta, pero constrindolo
a los casos de mera huida (delitos de desobediencia) con exclusin de las conductas que
en la fuga pongan en peligro o lesionen otros bienes jurdicos como la seguridad del
trfico o la integridad de las personas>>, citando las SSTS 341/98 de 5 de marzo [RJ
1998\1763], 1461/2001 de 11 de julio [RJ 2003\1056] y 1464/2005, de 17 de noviembre
[RJ 2006\225]. Tambin la STS 845/2010, de 7 de octubre [RJ 2010\7681] confirma
una condena por delitos del artculo 380 del Cdigo Penal cometido en el cuadro de una
huida de persecucin policial.
As la SAP de Girona 598/2020, de 13 de octubre [ARP 2011\323], al sealar que <<() cuando un
sujeto es sorprendido cometiendo un delito o inmediatamente despus de cometido, si es requerido por los
agentes de la autoridad para que se someta a la misma y se da a la fuga, no hace sino buscar su propia
impunidad por el delito cometido, desarrollando la secuencia ltima del delito que gener el
requerimiento, de manera que tal huida es impune salvo que vaya acompaada de ataque, acometimiento
o incluso forcejeo, violencia en suma >>.
384
954
385
resolucin, el Tribunal Supremo absuelve al conductor del delito de desobediencia grave que le era
imputado, manteniendo el pronunciamiento por el delito de conduccin temeraria.
386
CAPTULO
SPTIMO.
FORMAS
387
388
I. ITER CRMINIS
1. Consideraciones generales
Es por ello que, a propsito de los delitos contra la seguridad vial, De Vicente
Martnez afirma que la dinmica delictiva supone el recorrido de un camino
perseverante y continuo, en aras al acceso a la meta propuesta, iter criminis, en el que
cada acto se concatena con los precedentes y subsiguientes, en lgica imbricacin
causal, para, sin interrupcin material, ni voluntad neutralizadora o de desistimiento,
alcanzar el resultado lesivo de bien jurdico, como proyect el autor al definir su
planificada actuacin delictiva, dando as cumplida efectividad a los actos integrantes
del tipo. Ello supone la denominada forma perfecta de ejecucin, frente a la imperfecta
que con la denominacin de tentativa se recoge en los artculos 15 y 16 del Cdigo
Penal959.
957
389
961
Mir Puig resume las teoras que intentan dar respuesta a la distincin entre actos preparatorios y actos
ejecutivos. A) Teora puramente subjetiva: lo decisivo para diferenciar los actos ejecutivos de los actos
preparatorios es la opinin del sujeto acerca de su plan criminal. Sern actos ejecutivos aquellos que para
el sujeto ya constituyen la fase decisiva de su plan. Sin embargo, la adopcin de un punto de vista
puramente subjetivo resulta inadmisible, porque la determinacin del momento a partir del cual sus actos
son punibles no puede dejarse al autor, sino que corresponde a la ley. Mayor acogimiento han encontrado
planteamientos subjetivistas menos radicales, como las teoras dolus ex re y de la univocidad o
equivocidad, que consideran comenzada la tentativa con la prctica de aquellos actos que revelan
suficientemente el propsito delictivo del autor. B) Teora objetivo-formal: la tentativa comenzara con el
juicio de la accin descrita en el tipo en sentido estricto. C) Teora objetivo-material: parte de la
necesidad de acudir a un criterio material que permita delimitar objetivamente el inicio de aqul campo
previo a la consumacin que permite hablar ya de comienzo de la accin tpica en sentido amplio. Segn
una primera formulacin de esta teora son ejecutivos los actos que se hallan de tal forma unidos a la
accin tpica, que segn la concepcin natural aparecen como parte suya. Para concretar cuando se
produce la referida unin la doctrina alemana establece dos conclusiones: a) en la determinacin de
cundo empieza el campo previo en la que ya da comienzo la ejecucin debe tomarse en consideracin
el plan del autor, pero valorndolo desde un prima objetivo (punto de vista objetivo-subjetivo); b) como
criterios objetivos de valoracin del plan del autor se manejan dos: la puesta en peligro inmediata y la
inmediatez temporal. El primer criterio afirma el comienzo de la tentativa cuando se produce ya una
inmediata puesta en peligro del bien jurdico; el segundo cuando se efecta un acto inmediatamente
anterior a la realizacin de la conducta tpica si el tipo describe una sola conducta o en los tipos que
describen varios actos, cuando se efecta un acto inmediatamente anterior a uno de los descritos en el
tipo, MIR PUIG, S.: Derecho, cit., pp. 353 y ss.
962
MAQUEDA ABREU, M. L. y LAURENZO COPELLO, P.: Derecho, cit., p. 107. Slo
excepcionalmente y sobre la base de una decisin legislativa concreta, el Derecho penal puede sancionar
determinados actos preparatorios. Conforme a estos parmetros, ambas autoras, la excepcionalidad en la
punicin de los actos preparatorios lo es en un doble sentido: por una parte porque nicamente son
punibles los actos preparatorios que el Cdigo penal determina, esto es, la conspiracin, lo proposicin y
la provocacin (artculos 17 y 18 del Cdigo penal); y, por otra, porque estos actos preparatorios no se
pueden castigar siempre, sino solo en relacin a los delitos que expresamente lo contemplan.
390
numerus clausus -lo que reduce la posibilidad a los casos previstos especficamente por
la Ley-, me lleva a concluir que no se aprecian actos preparatorios punibles en la
conducta tpica del artculo 380 del Cdigo penal.
391
3. Tentativa
Segn la definicin legal del artculo 16 del Cdigo penal, hay tentativa
cuando el sujeto da principio a la ejecucin del delito directamente por hechos
exteriores, practicando todos o parte de los actos que objetivamente deberan producir el
resultado, y sin embargo ste se produce por causas independientes de la voluntad del
autor. De acuerdo con esta definicin, la tentativa en cualquier delito, incluido el de
conduccin temeraria, pivota, segn Molina Fernndez sobre dos requisitos
fundamentales: desde el punto de vista objetivo, con el comienzo de la ejecucin
exterior, la realizacin total o parcial de los actos que objetivamente deberan producir
el resultado y una ausencia de dicho resultado no debida a la voluntad del autor; desde
un punto de vista subjetivo, el dolo del autor referido al proceso ejecutivo965; elemento
este ltimo al que Cobo del Rosal y Vives Antn atribuyen una doble direccin: el
querer ha de abarcar los actos que se realizan y, adems, ha de hallarse dirigido a la
realizacin de la totalidad de los elementos del delito consumado966.
965
MOLINA FERNNDEZ, F.: Delitos, cit., p. 280. En el mismo sentido, MAQUEDA ABREU,
M. L. y LAURENZO COPELLO, P.: El Derecho, cit., p. 115. CUELLO CONTRERAS, J. y
MAPELLI CAFFARENA, B.: Curso de Derecho Penal. Parte General, Madrid, 2011, p. 128, se refieren
a tres requisitos fundamentales: 1. El autor ha de haber realizado hechos exteriores que representen el
comienzo de la ejecucin del tipo delictivo directamente, lo que excluye la resolucin delictiva sin hechos
exteriores o que stos slo estn muy remotamente conectados con la genuina realizacin del hecho
tpico. 2. Los hechos han de ser objetivamente adecuados para la produccin del resultado, lo que excluye
la tentativa irreal, ya que en ella el autor no se ha representado un curso causal cientficamente adecuado
para producir el resultado. 3. El nexo causal adecuado iniciado por el autor no ha debido desembocar en
el resultado.
966
COBO DEL ROSAL, M. y VIVES ANTN, T. S.: Derecho, cit., p. 727.
392
Dando respuesta a esta cuestin, la doctrina advierte que a diferencia del delito
previsto en el artculo 379, que se configura como un delito de simple actividad, en el
que, aunque tericamente es posible, difcilmente puede hablarse de formas imperfectas
de ejecucin ya que al producirse la consumacin por la realizacin de la conducta sin
ulterior resultado, la tentativa ya constituye consumacin968, los delitos de peligro
concreto, entre los que se incluye, el delito de conduccin temeraria, no presentan en
principio ningn inconveniente en admitir las formas imperfectas de ejecucin969. En
efecto, atendiendo al delito de conduccin temeraria previsto y penado en caso de
consumacin en el artculo 380 del Cdigo penal, el peligro concreto para la vida o
integridad fsica de los participantes en el trfico viario constituye el resultado tpico. Es
precisamente la exigencia de este resultado de peligro lo que facilita la construccin
terica de una tentativa, pues la mera conduccin temeraria que no da lugar a resultado
de peligro concreto constituye un comienzo de ejecucin en el sentido del artculo 16.
No es difcil imaginar el caso de un conductor que, incumpliendo la normativa vigente
967
En opinin de MUOZ CONDE, F. y GARCA ARN, M.: Derecho, cit., p. 415, el fundamento de
esta extensin de la pena, si bien atenuada, a la tentativa no es ms que su complemento: la conculcacin
objetiva del bien jurdico, que en la tentativa slo puede ser la puesta en peligro (criterio objetivo) y la
voluntad de conseguir su lesin tpica (voluntad criminal manifestada, elemento subjetivo).
968
GMEZ PAVN, P.: El delito, cit., p. 170. En este sentido, RODRGUEZ FERNNDEZ, I.: El
delito, cit., p. 109, con un planteamiento marcadamente teleolgico seala que aunque de modo terico
puedan plantearse hiptesis de ejecucin imperfecta esta es incompatible con un delito de peligro
abstracto y de mera actividad que ya de por s exorbita extraordinariamente el campo natural de accin
del Derecho penal.
969
SANZ-DEZ DE ULZURRUM, LLUCH, M.: Conduccin, cit., p. 201; MOLINA FERNNDEZ,
F.: Delitos, cit., p. 1356; QUERALT JIMNEZ, J. J.: Derecho, cit., p. 991, en estos casos la
tentativa podra concurrir con un delito de peligro abstracto que sera prevalente, por ser lex specialis.
393
970
394
973
395
4. Desistimiento
En la fase externa del delito, los actos de ejecucin se inician con vocacin de
xito, que, de alcanzarse, da lugar a su produccin, en tanto la no obtencin del
resultado puede ocasionarse, de una parte por una interrupcin involuntaria o una
ejecucin completa sin xito involuntario, que los Cdigos anteriores denominaban,
respectivamente, tentativa y frustracin y el actual engloba bajo la primera
denominacin; y, de otra, por una interrupcin voluntaria o una ejecucin completa sin
xito voluntario, que puede denominarse desistimiento y arrepentimiento activo,
respectivamente, que el Cdigo contempla en el n 2 del artculo 16977. En efecto, este
precepto exime de responsabilidad penal por el delito intentado a quien evite
voluntariamente su consumacin, bien desistiendo de la ejecucin ya iniciada, bien
impidiendo la produccin del resultado, sin perjuicio de la responsabilidad en que
pudiera haber incurrido por los actos ejecutados, si stos fueran ya constitutivos de otro
delito o falta.
977
396
5. Consumacin
Constituye la plena realizacin del tipo en todos sus elementos981. Se produce
cuando concurren todos los requisitos tpicos que prev la correspondiente figura
delictiva. Se trata de un concepto formal que no depende de la efectiva lesin del bien
jurdico tutelado sino de la realizacin plena del tipo tal como lo contempla la ley
penal982. Conforme a ello, el delito de conduccin temeraria se consuma cuando se
realizan todos los elementos tpicos previstos en el artculo 380 del Cdigo Penal.
980
397
sentido material se corresponde slo con la ltima fase del iter criminis, que coincide
con la lesin del bien jurdico protegido en el tipo983. Conforme a ello, en los delitos de
lesin coinciden consumacin formal y material, pero en los delitos de consumacin
anticipada, que adelantan la punicin a momentos anteriores a la lesin delitos de
peligro y actos preparatorios, o tentativas tipificadas en la Parte Especial- la
consumacin formal del hecho coincide con la realizacin de la accin peligrosa tpica y
no hay consumacin material (ms que como referencia teleolgica del tipo)984. Desde
este punto de vista, en el delito de conduccin temeraria, la consumacin no se produce
con la mera conduccin manifiestamente peligrosa, sino que tiene lugar en el momento
en que el sujeto activo; esto es, el conductor, con su temeraria forma de conducir pone
en concreto peligro la vida o la integridad de las personas985. Y es que a diferencia del
delito previsto en el artculo 379, que se califica de simple actividad, en el que como
afirma Gmez Pavn, lo nico que puede pedirse es que la accin sea adecuada para
ocasionar un riesgo986, en el delito de conduccin temeraria al existir diferencia entre la
accin y el resultado de peligro concreto, se debe considerar que el delito se consuma, al
igual que los delitos de lesin, no por el hecho de conducir un vehculo de motor por las
vas pblicas de forma manifiestamente temeraria sino que precisa un ulterior resultado,
en el sentido de un riesgo concreto para un bien jurdico protegido.
983
MOLINA FERNNDEZ, F.: Formas imperfectas de ejecucin del delito, cit., p. 291
Ibidem, p. 291.
985
DE VICENTE MARTNEZ, R.: Derecho, cit., p. 589.
986
GMEZ PAVN, P.: El delito, cit., p. 168
987
COBO DEL ROSAL, M. y VIVES ANTN, T. S.: Derecho, cit., p. 732; en el mismo sentido
SERRANO GMEZ, A. y SERRANO MAILLO, A.: Derecho, cit., p. 750.
984
398
1. Introduccin
399
obliga a realizar un estudio separado de cada uno de los posibles responsables del
mismo, pero dentro de unas categoras dogmticas bsicas, como son los conceptos de
autora y participacin.
2. Autora.
En efecto, al ser un tipo referido a una conduccin peligrosa plantea las mismas
cuestiones que el artculo 379: en primer lugar, es posible la coautora?; en segundo
cabe la autora mediata? La respuesta a estas dos preguntas viene condicionada por la
992
De esta opinin, DE VICENTE MARTNEZ, R.: De los delitos, cit., p. 548, quien afirma que
nicamente puede tener como autor en sentido propio a quien conduce el vehculo a motor o ciclomotor,
an cuando otras personas puedan responder como partcipes, por ejemplo, en caso de induccin;
GMEZ PAVN, P.: El delito, cit., p. 163, seala, a propsito del delito de conduccin bajo la
influencia de bebidas alcohlicas, drogas txicas o estupefacientes, que es un delito de propia mano en la
medida que autor no puede serlo ms que el que est en situacin de ejecutar inmediata y corporalmente
la accin prohibida. Tesis que se considera extensible al delito de conduccin con temeridad manifiesta
pues en ambos delitos la conducta tpica consiste en el manejo de un vehculo a motor o ciclomotor;
CARDONA TORRES, J.: Derecho, cit., p. 449
993
Es el caso de OLMEDO CARDENETE, M.: Delitos, cit., p. 839, quien defiende la tesis del delito
comn en la medida que el tipo no exige ninguna cualidad especial para ser sujeto activo del mismo;
RODRGUEZ FERNNDEZ, I.: La conduccin, cit., p. 109
400
994
MOLINA FERNNDEZ, F.: Delitos, cit., p.722; en el mismo sentido, QUERAL JIMNEZ, J. J.:
Derecho, cit., p. 989.
995
GMEZ PAVN, P.: El delito, cit., p. 163 y ss. Sin embargo, en opinin de Rodrguez Fernndez,
en el caso de la conduccin bajo la influencia de las sustancias previstas en el artculo 379 del Cdigo
Penal admite como hiptesis de autora medita factible aquella en que se obliga a una persona ebria a
conducir su vehculo contra su voluntad y se conserva en todo momento la posibilidad de hacer cesar la
accin ilcita, siendo el conductor un mero instrumento del querer de otro, RODRGUEZ FERNNDEZ,
I.: El delito, cit., p. 109.
996
GMEZ PAVN, P.: El delito, cit., p. 163.
997
MOLINA FERNNDEZ, F.: Delitos, cit., p.722.
998
GMEZ PAVN, P.: El delito, cit., p. 164, a propsito del artculo 379 del Cdigo Penal.
999
SANZ-DEZ DE ULZURRUM LLUCH, M.: Conduccin, cit., p 204.
401
autora mediata en estos delitos, lo que implica poner en tela de juicio o cuarentena su
cualidad de propia mano. Desde este punto de vista, afirma Snchez-Vera que la
categora de los llamados delitos de propia mano queda vaca de contenido propio, pues
demuestra que algunos de los delitos pertenecientes a esta categora son en realidad
delitos de infraccin de deber1000, y los que supuestamente son de propia mano y no
pueden ser considerados como infraccin de deber, por carecer de deber especial, los
cataloga en un grupo de delitos que denomina delitos fcticamente catalogados,
incluyendo entre ellos los de agresiones sexuales y los delitos contra la seguridad del
trfico. En este caso afirma que el hecho de conducir un vehculo o lo que es lo mismo,
ser conductor, es simplemente una circunstancia fctica transmisible de un hombre de
delante a un hombre de detrs. Por lo que la formulacin de los artculos 379 y
subsiguientes del Cdigo penal el que condujere no se diferencia de la accin tpica
el que matare del artculo 138. Por tanto, desde una interpretacin teleolgica este
autor llega a la conclusin de que la presunta cualidad de propia mano en estos delitos
es simplemente una cualidad fctica que no excluye la posibilidad de una autora
mediata1001.
Desde este punto de vista, se podra apreciar autora mediata en el sujeto que
instrumentaliza al conductor inimputable. Por otra parte, tampoco existe inconveniente
para afirmar la realizacin de estos delitos en coautora, porque conducir es una
conducta divisible en varios actos, o mejor dicho, acciones u omisiones como son
acelerar, frenar o no, cambiar de velocidades, girar el volante de un lado a otro. No slo
pueden realizarse estas acciones por la misma persona, accediendo tambin al
quebrantamiento del bien jurdico seguridad del trfico1002. Estas premisas sern
especialmente viables en supuestos de conduccin compartida. As, por ejemplo, si un
profesor de autoescuela ejerciera su trabajo dirigiendo la conduccin bajo los efectos de
bebidas alcohlicas o/y superando la velocidad tpica, respondera como autor de un
delitos contra la seguridad vial, pues en tal caso el responsable directo es el que tiene a
su cargo los mandos del vehculo destinado al aprendizaje de conducir1003. En esta lnea,
1000
Sobre esta categora de delitos, SANCHEZ-VERA GMEZ TRELLES, J.: El denominado delito de
propia mano. Respuesta a una situacin jurisprudencial, Madrid, 2004, pp. 163, 168, y ss.
1001
SNCHEZ-VERA GMEZ TRELLES, J.: El denominado, cit., pp. 162 y ss.
1002
GMEZ GONZLEZ, O.: Consideraciones sobre la coautora y autora mediata en los delitos de
propia mano en el Cdigo Penal espaol en LETRAS JURDICAS Revista electrnica de Derecho, n 1,
p. 6.
1003
CARDONA TORRES, J.: Derecho, cit., p. 449.
402
En este sentido y a propsito del anterior artculo 340 bis.a.1, Crdoba Roda
afirmaba que tanto quien dirige y controla la marcha de un vehculo a motor a travs de
un individuo que opera como instrumento puede llevar a cabo dicha accin bajo la
influencia de bebidas alcohlicas, drogas txicas o estupefacientes, y en su virtud
1004
403
404
En este sentido, MAQUEDA ABREU, M. L.: Los delitos de propia mano, Madrid, 1992, pp. 23 y ss.
GMEZ GONZLEZ, O.: Consideraciones, cit., p. 6.
405
3. Participacin
La Circular 10/2011 seala que los delitos abordados en esta Circular en los
que la conducta tpica es la conduccin de vehculos de motor son de propia mano en el
sentido de que su naturaleza excluye la coautora y autora mediata y permite las dems
formas de participacin. Como ha sido puesto de manifiesto en el apartado anterior, este
mismo argumento ha sido acogido por el Tribunal Supremo en Sentencia 1209/2009, de
4 de diciembre [RJ 2010\706] al afirmar que en estos delitos slo pueden ser autores,
propiamente dichos, quienes realizan una determinada accin corporal o personal lo que
no impide, sin embargo, cualquier forma de participacin. Su punicin se funda en que
la accin de conducir un vehculo no es una condicin, cualidad o relacin personal del
sujeto activo (artculo 65.3), sino de mera actividad de hecho que no impide trasladar
el injusto de la accin con plenitud al partcipe (artculo 65.3)1012. Se trata de los casos
en que conscientemente se induce, o anima a conducir en los trminos penalmente
1012
406
MOLINA FERNNDEZ, F.: Delitos, cit., p. 1344, indica que cabe la posibilidad de apreciar
estas tres formas de participacin en los delitos contra la seguridad vial; QUERAL JIMNEZ, J. J.:
Derecho, cit., p. 989, se refiere expresamente a la induccin GMEZ PAVN, P.: El delito, cit., p.
166, si bien la autora se refiere a aquellas formas de participacin que no exigen la realizacin de actos
ejecutivos, como puede ser la induccin y la complicidad en sus diversas formas; CARDONA TORRES,
J.: Derecho, cit., p. 449, se refiere a la induccin o cooperacin; DE VICENTE MARTNEZ, R.:
Derecho, cit., p. 430, acepta la posibilidad de las tres formas de participacin: induccin, cooperacin
necesaria y complicidad.
407
excluirse, no obstante, del mbito de aplicacin del tipo las denominadas acciones
neutrales, de modo que no podr exigirse responsabilidad penal a quien, por ejemplo,
fabrica vehculos que tcnicamente pueden superar las velocidades mximas o sirve
bebidas alcohlicas, incluso aunque sepa o pueda saber que los consumidores van a
conducir posteriormente en las condiciones prohibidas1014. As, podr apreciarse
induccin en los supuestos del sujeto que instiga al otro, para que realice el
comportamiento temerario, por ejemplo el acompaante que convence al conductor,
para que conduzca a velocidad excesiva y saltndose las luces de cruce de un semforo,
porque no llega a una importante cita; cooperacin necesaria, por ejemplo, en el
supuesto de que el acompaante acte como copiloto, indicando al conductor las
maniobras que debe realizar, en una carrera ilegal por carretera, o el sujeto que aporta
un vehculo tuneado para competir en una carrera ilegal1015.
408
Por otra parte, la Circular de la Fiscala General del Estado 10/2011, atribuye la
cualidad de cooperador necesario al propietario o conductor habitual de un vehculo que
lo presta a otro sujeto a sabiendas de que carece de la correspondiente habilitacin
administrativa para conducir. Sin embargo, las Audiencias se pronuncian en sentido
contrario por entender que se habla de una participacin de segundo grado, lo que
implica desde luego evidente realizacin de un acto de ejecucin, pero accesorio,
perifrico, secundario o de simple ayuda, distinto de la trascendencia fundamental y
esencial que va embebida en la autora y tales tipos de coejecucin no son predicables
de este tipo delictivo de ejecucin de propia mano y que se consuma por la sola
circunstancia de que el sujeto delincuencial realiza el acto de conducir un vehculo a
motor sin estar en la correspondiente autorizacin administrativa, lo que no es
extrapolable a que exista un coadyuvante, pues, se est en posesin del permiso o no, y
es esa sola circunstancia la que integra el tipo, sin que la conducta tpica pueda
desplazarse a otro para que proceda la ejecucin conjunta. Este es el razonamiento que
ofrece la SAP de Toledo 23/2010, de 9 de marzo [JUR 2010\143942].
Sealaba la citada sentencia: << () es obvio que el hecho de circular el acusado a ms del doble de
la velocidad permitida en la va por la que circulaba, sin respetar la prohibicin de adelantamiento ni de
peligros en la va, compitiendo con el otro vehculo que conduca el conductor fallecido, entra de lleno en
esta conduccin manifiestamente temeraria y cre un peligro concreto para los dems usuarios de la va.
Pero es que adems se produjo un resultado lesivo, a cuya causacin contribuy de forma esencial y
necesaria, puesto que aunque l no colisionara con nadie porque a l no le tocaba adelantar en la alocada
carrera que mantena con el conductor que falleci puesto que dos no compiten si uno no quiere.
409
1019
En trminos generales, MOLINA FERNNDEZ, F. (coord.), en Memento, cit., pp. 308 y ss.
AGERO RAMN-LLN, E.: Los delitos de conduccin etlica y de conduccin bajo la influencia
de bebidas alcohlicas, cit., p. 93.
1020
410
Sanz-Dez de Ulzurrum Lluch afirma que con la nueva regulacin, parece que
la solucin aplicable deber ser el concurso de leyes, dado que los supuestos ms graves
de conduccin bajo la influencia del alcohol (aquellos en los que se superan las tasas
previstas en e l artculo 379. 2 y se genera un riesgo concreto para la vida o la salud de
las personas), estn previstos como una forma de conduccin manifiestamente temeraria
1021
ALCCER GUIRAO, R.: Embriaguez, cit., p. 19; MOLINA FERNNDEZ, F.: Compendio,
cit., 1998, p. 736; DE VICENTE MARTNEZ, R.: Derecho, cit., p. 476; RODRGUEZ FERNNDEZ,
I.: La conduccin, cit., p. 159; QUERALT JIMNEZ, J.J.: Derecho, cit., pp. 985, 989 y 993.
1022
CORCOY BIDASOLO, M.: Delitos, cit., pp. 476 y 477
411
en el artculo 380.2, de forma que, de concurrir los presupuestos que prev esta norma,
el tipo ser el de conduccin manifiestamente temeraria, por expresa disposicin legal.
Por ello podra producirse cierta incoherencia punitiva al concurrir al concurso de
delitos en los supuestos de influencia del alcohol con tasas inferiores a las previstas.
Tambin habr que aplicar un concurso de normas entre el delito previsto en el artculo
380 y la conduccin a alta velocidad en el artculo 379.21023.
412
1026
413
Por otro lado, y visto que el artculo 380.2 del Cdigo Penal no constituye una
normativizacin del concepto temeridad manifiesta lo que no tiene como
consecuencia que no se excluyan otras conductas que puedan ser consideradas
manifiestamente temerarias-, en el caso de que de forma independiente se realizase, y
una conduccin alcohlica (tanto bajo la influencia como por encima de las tasas) o una
conduccin a velocidad excesiva, y siempre que se d adems una situacin de peligro
concreto, nos encontraremos de nuevo con la existencia de un concurso de normas. La
razn se encuentra en que tanto las conductas del artculo 379 como la del artculo 380
del Cdigo Penal atacan el mismo bien jurdico; constituyendo el delito de conduccin
temeraria una progresin de antijuridicidad respecto de las conductas del artculo 379
del Cdigo Penal. As, en sta basta la creacin de un riesgo en abstracto, en cambio, en
aqulla se genera un riesgo concreto el cual abarca las previas conductas de peligro
abstracto1027.
1027
414
415
Agero Ramn-Lln entiende que el tipo del artculo 384 rene en cierto modo,
las caractersticas propias de un delito de desobediencia frente a los dictados de la
autoridad (administrativa o judicial) que exigen que la actividad de conducir se realice
con determinados requisitos legales. Por tanto, y a diferencia de las conductas de peligro
abstracto o concreto descritas en los artculos 379, 380 y 381 del Cdigo Penal, en las
figuras del artculo 394 no se describen conductas especialmente peligrosas contra la
seguridad vial1032.
Seala Garca del Blanco que podra producirse un concurso ideal de delitos si
el sujeto adems de conducir sin permiso o licencia lo hace de forma temeraria, al
tratarse de una nica accin de conduccin en las condiciones mencionadas. En aquellos
casos en los que no coincida temporalmente la conducta de conducir sin carn con la
conduccin anmala (por ejemplo, el sujeto conduce sin crear peligro para la
circulacin pero sin carn y en un momento determinado incrementa la velocidad por
una zona peatonal concurrida), tan slo existir una identidad parcial de la accin; es
por ello que la solucin en estos casos podra ser tambin el concurso real si exigimos
para aplicar el concurso ideal la identidad total de la accin1033. Semejante criterio se
encuentra avalado por las Audiencias Provinciales de Castelln, en Sentencia 442/2010,
de 16 de noviembre [JUR 2011\41386] y de Madrid, 53/2010 de 17 de mayo [JUR
2010\239157]1034.
considerando que el hecho de conducir ha de ser considerado una unidad natural de accin al no poder
desgajarse distintas acciones individuales cuando las mismas se realizan en la globalidad de una nica
conducta espacio temporal y personal, habr que entender que nos encontramos ante un concurso ideal de
delitos.
1032
AGERO RAMN-LLN, E.: Los delitos, cit., pp. 66 y 67.
1033
GARCA DEL BLANCO, V.: El nuevo artculo 384 del Cdigo penal: Quebrantamientos,
desobediencias y delitos afines, en Gutirrez Rodrguez, M. (coord.), Proteccin, cit., p. 475.
1034
Ambas sentencias aprecian concurso real entre el delito de conduccin etlica y el de conduccin sin
permiso.
416
1036
417
lo cierto es que esta afirmacin que creo que es de aplicacin a todos los delitos de
peligro cualquiera que sea el bien jurdico supraindividual protegido, salud, medio
ambiente, etc., curiosamente quiebra en el caso de los delitos contra la seguridad vial
por expresa disposicin legal del 382 del Cdigo penal1037. Este precepto contiene una
regla concursal que resuelve el conflicto entre la aplicacin del tipo doloso de peligro y
el tipo imprudente de resultado lesivo sancionando solamente el delito castigado con
mayor gravedad en su mitad superior. De modo que como apunta De Vicente Martnez
la aplicacin de la misma reposa sobre un doble presupuesto: la previa creacin de un
peligro para la seguridad vial y el desencadenamiento de un dao o lesin, causalmente
unidos. Esta norma contiene una especfica previsin concursal, pero tambin contiene
algo ms. Para que el concurso tenga lugar, es decir, para que quepa agrupar
jurdicamente las penas derivadas de un delito contra la seguridad vial y un delito contra
las personas o las cosas, es preciso que el delito contra la seguridad vial se haya
causado1038. En definitiva, el legislador ahora no slo ordena el juego del concurso de
normas atendiendo a la infraccin ms gravemente penada, sino que obliga tambin a la
imposicin de sta en la mitad superior algo que no haca el precepto con anterioridad a
la LO 15/2007.
1037
Dispone el precepto: << Cuando con los actos sancionados en los artculos 379, 380 y 381 se
ocasionare, adems del riesgo prevenido, un resultado lesivo cualquiera que sea su gravedad, los Jueces o
Tribunales apreciarn tan slo la infraccin ms gravemente penada, aplicando la pena en su mitad
superior y condenando, en todo caso, al resarcimiento de la responsabilidad civil que se hubiera
originado>>.
1038
Esta clusula conlleva que siempre que se produzca un resultado lesivo, aunque por virtud del
concurso de normas que establece el precepto citado se aplique la pena relativa al delito contra la
seguridad vial por ser la infraccin ms gravemente penada, sea siempre de apreciacin la satisfaccin de
la responsabilidad civil, DE VICENTE MARTNEZ, R.: De los delitos, cit., p. 1463.
1039
OLMEDO CARDENETE, M.: Delitos, cit., p. 852.
418
419
peligro a resolver segn la regla concursal del artculo 3821043. Tambin Sanz-Dez de
Ulzurrum Lluch, propone la solucin de comparar, primero, las penas correspondientes
a los delitos de resultado, aplicando la regla del concurso ideal (artculo 77); para
comparar despus, la pena as determinada con la prevista para el delito de riesgo,
seleccionando aquella que resulte ms grave e imponindola en su mitad superior,
conforme a lo previsto en la regla del artculo 3821044. Esta tesis es amparada por la
jurisprudencia menor, concretamente por SAP de Huelva 115/2009 de 15 de mayo [JUR
2009\383533], cuando explicita que << En el presente caso se ha producido una
pluralidad de resultados, generndose un concurso de infracciones imprudentes y que al
haberse presentado en unidad de accin surge un concurso ideal de delitos que debe
sancionarse al amparo del artculo 77, pero que a su vez las infracciones imprudentes se
encuentran respecto del delito contra la Seguridad del Trfico en relacin de concurso
de normas que determina la aplicacin del tan citado artculo 383 y que por tanto son
estos preceptos 77 y 383 los que deben ser tomados como base para imponer la pena,
resolvindose que el concurso de delitos se castiga imponindose la pena en su mitad
superior>>; y respaldada por la Circular 10/2011, de la FGE1045.
1043
Se producira as una doble exasperacin punitiva al aplicar primero el concurso entre los resultados,
aqu con la posibilidad de penar por separado si fuera ms favorable; y despus de nuevo al concursar la
pena obtenida con el delito de peligro aplicando la clusula del artculo 382, AGERO RAMN-LLN,
H.: Otros, cit., p. 243.
1044
SANZ-DEZ DE ULZURRUM LLUCH, M.: El delito, cit., p. 216.
1045
Circular de la Fiscala General del Estado, 10/2011, de 17 de noviembre, p. 38.
1046
ORTS BERENGUER, E.: Delitos, cit., p. 656.
1047
Segn la citada Sentencia: << La regla concursal especfica no se ve alterada en el caso de
concurrencia de varios resultados lesivos, pues la absorcin se producir siempre en la infraccin ms
gravemente penada>>.
420
E) Con el delito de atentado del artculo 550 y ss. Un caso que tambin suele
ser relativamente habitual en el mbito de los delitos contra la seguridad vial es el de
acometimiento a los agentes de la autoridad mediante el uso del vehculo por parte de
un conductor que a su vez realiza conductas encuadrables en la conduccin temeraria
del artculo 380 del Cdigo Penal. En este caso se produce el ataque a dos bienes
jurdicos distintos, la seguridad vial y el principio de autoridad1050.
1048
421
Ibidem, p. 137.
GUARDIOLA GACA, J.: Artculo 380, en Orts Berenguer, E. (coord.), Prevencin, cit., p. 301.
422
es el manifiesto desprecio por la vida de los dems1053. Sin embargo, subraya Sanz-Dez
de Ulzurrum Lluch que lo que no parece posible es la concurrencia del delito contenido
en el artculo 380 con el tipo contenido en el artculo 381.2. Si el autor acta con
manifiesto desprecio por la vida de los dems, como exige este ltimo precepto, y se
genera un riesgo concreto para la vida y la salud de las personas, como exige el artculo
380, el tipo que se habr realizado ser el previsto en el artculo 381.11054. En el mismo
sentido se ha manifestado el Tribunal Supremo en sus Sentencias 706/2012 [RJ
2012\9077], 8/2011 de 22 de enero [RJ 2011\316], y 1019/2010, de 2 de noviembre, [RJ
2010\8197], entre otras.
1. Cuestiones previas
1053
423
2. Circunstancias Agravantes
1057
Ibidem, p. 479.
LUZN CUESTA, J. M.: Compendio, cit., p. 133.
1059
El artculo 22. 1 del Cdigo Penal refiere la alevosa a aquellos casos en que el culpable comete
cualquiera de los delitos contra las personas empleando en la ejecucin medios, modos o formas que
tienen directa o especialmente a asegurarla sin el riesgo que para su persona pudiera proceder de la
defensa por parte del ofendido. Sealan MUOZ CONDE, F. y GARCA ARN, M.: Derecho, cit.,
p. 490, que este apartado reproduce la redaccin del Cdigo penal anterior al entenderla aplicable slo a
los delitos contra las personas, clasificacin que ya no existe en el Cdigo vigente. Sin embargo una
interpretacin histrica empuja a considerar que la reproduccin de dicha definicin pretenda tambin
reproducir su contenido, por lo que afectara a los delitos antes incluidos bajo tal rbrica (hoy, homicidio,
aborto y lesiones.
1060
Se refiere a cualquier ocultacin o desfiguracin del rostro o facciones empleado en la ejecucin del
delito. Sin embargo, no es una circunstancia que no tiene aplicacin prctica en este delito.
1061
El abuso de superioridad se identifica con una situacin objetiva de poder fsico o anmico del agresor
sobre la vctima determinndose as un desequilibrio entre ambos. Dado que en el delito de conduccin
temeraria no existe una vctima individualizada respecto de la que predicar dicha situacin de
superioridad del agresor, entiendo que no sera una circunstancia compatible con la conducta del peligrosa
conductor.
1058
424
2.1. Reincidencia
1062
La doctrina engloba bajo esas condiciones supuestos de ejecucin del hecho en despoblados,
nocturnidad o en cuadrilla, incendio, naufragio, calamidad. Aunque difcilmente el auxilio de otras
personas ser una situacin de la que el autor pueda simplemente aprovecharse, LUZN CUESTA, J.
M.: Compendio, cit., p. 490.
1063
No parece que motivos racistas, antisemitas u otra clase de discriminacin referente a la ideologa,
religin o creencias de la vctima, la etnia, raza o nacin a la que pertenezca, su sexo, orientacin o
identidad sexual, la enfermedad que padezca o su discapacidad dirijan la accin del conductor temerario.
1064
Esta circunstancia tambin llamada ensaamiento requiere para su apreciacin dos elementos: <<uno
objetivo: constituido por la causacin de males objetivamente innecesarios para alcanzar el resultado
tpico, que aumentan el dolor o sufrimiento de la vctima; y otro subjetivo: consistente en que el autor
debe ejecutar, de modo consciente y deliberado unos actos que no estn dirigidos de modo directo a la
consumacin del delito, sino al aumento del sufrimiento de la vctima. (STS 748/2009, de 29 de junio,
[RJ 2009\4346]). Estos requisitos son difcilmente conciliables con el tipo del artculo 380 en el que en
caso de producirse resultado lesivo sera imputable a ttulo de imprudencia.
1065
Se podra plantear el caso hipottico de que un funcionario pblico, concretamente un agente de la
autoridad, un conductor de vehculos oficiales en servicio, utilizase su condicin para conducir de forma
manifiestamente temeraria, sin embargo, como ya se estudi a propsito de las causas de justificacin,
slo el obrar por estado de necesidad o en cumplimiento de un deber o ejercicio legtimo de un derecho,
oficio o cargo, legitima una conduccin omitiendo el cumplimiento de la normativa administrativa en
materia de seguridad vial, siempre que se cumplan las condiciones acsticas y luminosas requeridas en
casos de emergencia. En cualquier otro caso, la conducta del sujeto sera igualmente constitutiva del
delito del artculo 380 si se produce el peligro concreto para la vida o integridad fsica de otra u otras
personas tal y como requiere el precepto.
1066
En cuanto a la circunstancia agravante de obrar con abuso de confianza (artculo 22.6), definida como
una especial relacin entre agente y vctima, no resulta compatible con el delito de conduccin temeraria.
425
1067
AGERO RAMN-LLN, E.: Los delitos de conduccin etlica y de conduccin bajo la influencia
de bebidas alcohlicas, cit., p. 94.
1068
Circular de la Fiscala General del Estado 10/2011, de 17 de noviembre de 2011, p. 77.
426
427
a motor o ciclomotor, lo que es insuficiente para atribuirles una misma identidad desde
la perspectiva de la tipologa.
3. Circunstancias atenuantes
429
1. Atenuante analgica.
El artculo 21.3 del Cdigo penal se refiere al hecho de obrar por causas o estmulos tan poderosos
que hayan producido arrebato, obcecacin u otro estado pasional de entidad semejante. Aunque no es
lo ms comn que sea este mvil el que dirija la conducta del temerario conductor, s que la
jurisprudencia ha tenido ocasin de pronunciarse sobre este particular. Recientemente, el Tribunal
Supremo ha apreciado esta circunstancia atenuante de la responsabilidad criminal en la actuacin
irreflexiva que llev el acusado al arrollar a la vctima con la que previamente haba tenido un altercado.
(STS 733\2012, de 4 de octubre [RJ 2012\9467]).
1075
El artculo 21.4 recoge como circunstancia atenuante la de haber procedido el culpable, antes de
conocer que el procedimientos se dirige contra l, a confesar la infraccin a las autoridades. Se trata de
una atenuante que opera en momentos posteriores a la comisin del delito. La SAP de Madrid de 2 de
noviembre de 2002 no apreci esta atenuante en el caso en que el acusado admiti haber ingerido alcohol
por estimar que eso no significa reconocer la comisin del delito.
1076
La atenuante de reparacin del dao causado a la vctima del delito est contemplada en el artculo
21. 5: La de haber procedido el culpable a reparar el dao causado a la vctima, o disminuir sus
efectos, en cualquier momento del procedimiento y con anterioridad de la celebracin del juicio oral.
Frente a otras circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal que se circunscriben a
situaciones que se conectan temporalmente con el momento en el que han sucedido los hechos objeto de
imputacin ejecutar los hechos bajo la influencia de alcohol, arrebato u obcecacin, etc.- en este caso se
trata de una circunstancia que permite atenuar la responsabilidad por actuaciones posteriores a la
comisin del delito. Como es sabido el delito de conduccin temeraria del artculo 380 del Cdigo Penal
es un delito de peligro concreto que no requiere la produccin de resultado lesivo o daoso para su
consumacin. No obstante, esta circunstancia atenuante s que tendra operatividad respecto del resultado
imprudentemente acaecido. En cualquier caso, la reparacin del dao deber producirse, por imperativo
legal, antes del inicio del juicio oral, en otro caso quedar fuera de la previsin. Si bien en el caso
Farruquito la jueza apreci la atenuante analgica en el caso de consignacin de la cantidad por
indemnizacin una vez abierto el juicio oral. VICENTE MARTNEZ, R.: Derecho, cit., p. 444.
430
1077
431
relacin con el artculo 20.2 del Cdigo Penal1078. No obstante, el Auto del TS de 27 de
octubre de 2000 [RJ 2000\278919], afirma que la consideracin jurdica de la
embriaguez tambin permite ser encajada en la atenuante del artculo 21.6 de anloga
significacin para aquellos supuestos de embriaguez productora de una leve afectacin
de las facultades psquicas. En este sentido, si bien es cierto que la jurisprudencia de
algunas Audiencias Provinciales estiman improcedente la apreciacin atenuante por
analoga en el caso de conductor temerario que circule bajo los efecto del alcohol por
entender que mal puede ser una atenuante una circunstancia que integra el tipo como
por ejemplo, la SAP de Barcelona 735/2011, de 29 de julio [ARP 2011\1174]; SAP de
Navarra 186/2009, de 13 de octubre [JUR 2010\102599]; y la SAP de Valencia 77/2012
de 26 de enero [JUR 2012\252816], ello no ha sido obstculo para que otra corriente
jurisprudencial minoritaria se decante, en estos casos, por la atenuacin de la
responsabilidad ya que no hay impedimento alguno en la aplicacin de la misma en
caso de afectacin de las facultades psquicas sin anulacin total de las mismas, como
hace la Audiencia Provincial de Albacete en Sentencia 257/2010, de 30 de septiembre
[JUR 2010\367812].
1078
432
2. Dilaciones indebidas
1080
433
En este mismo sentido STEDH de 28 de octubre de 2003, caso Gonzlez Doria Durn de Quiroga c.
Espaa [TEDH 2003\59] y STEDH de 28 de octubre de 2003 caso Lpez Sol y Martn de Vargas c.
Espaa [TEDH\60]).
434
435
436
CAPTULO OCTAVO.
CONSECUENCIAS JURDICAS
437
438
I. CONSIDERACIONES GENERALES
instrumento del delito a los efectos de los artculos 127 y 128. Por ltimo, en los
supuestos de imposicin de pena de prisin tratndose de los delitos contenidos en los
artculos 379, 383, 384 y 385, se concede a los jueces la facultad excepcional de
rebajarla en grado atendiendo a la menor entidad del riesgo y de las dems
circunstancias del hecho enjuiciado1082.
1082
440
I.
PENAS
1. Pena de prisin
El Cdigo Penal castiga con pena de prisin menos grave1085 el delito de
conduccin temeraria. La pena privativa de libertad est contemplada en todos los
delitos contra la seguridad vial1086. Se puede decir como afirma Queralt Jimnez que
siguiendo la pauta de la LO 15/2003, se usa y abusa de la pena corta privativa de
libertad. Lo que a juicio del autor no slo es un uso poltico-criminal censurable sino
que se abusa en la certidumbre de que no se impondr1087.
El artculo 33. 3 a) dispone que es pena menos grave la prisin de tres meses hasta cinco aos.
Esta pena de prisin se contempla bien como alternativa de la pena de multa, o a los trabajos en
beneficio de la comunidad (artculos 379, 384 y 385 del Cdigo Penal) bien como conjunta con la pena de
multa (artculo 381) y siempre combinada con la pena de privacin del permiso de conducir vehculos a
motor y ciclomotores, VALEJ LVAREZ, I.: El sistema de penas en los delitos contra la seguridad
vial, Orts Berenguer, E. (coord.), Prevencin, cit., p. 461.
1087
QUERALT JIMNEZ, J. J.: El nuevo, cit., p. 70.
1086
441
TRAPERO BARREALES, M. A.: Los delitos, cit. p. 541. En el mismo sentido QUERALT
JIMNEZ, J. J.: Derecho, cit., p. 921
1089
VALEIJE LVAREZ, I.: El sistema, cit., p. 465, seala el autor que a estos efectos, el artculo
80 del Cdigo Penal dispone que En dicha resolucin se atender fundamentalmente a la peligrosidad
criminal del sujeto, as como a la existencia de otros procedimientos penales contra ste.
1090
El artculo 81 establece que Sern condiciones necesarias para dejar en suspenso la ejecucin de las
penas, las siguientes: 1. Que el condenado haya delinquido por primera vez. A tal efecto no se tendrn en
cuenta las anteriores condenas por delitos imprudentes ni los antecedentes penales que hayan sido
cancelados, o debieran serlo, con arreglo a lo dispuesto en el artculo 136 de este Cdigo. Que la pena o
penas impuestas, o la suma de las impuestas, no sea superior a dos aos, sin incluir en tal cmputo la
derivada del impago de la multa. 3. Que se hayan satisfecho las responsabilidades civiles que se hubieran
originado, salvo que el juez o tribunal sentenciador, despus de or a los interesados y al Ministerio
Fiscal, declare la imposibilidad total o parcial de que el condenado haga frente a las mismas.
442
cuenta las anteriores condenas por delitos imprudentes1091; y otro que la pena o penas
impuestas o la suma de las penas impuestas no sea superior a dos aos. Requisitos
ambos que concurren en el delincuente vial primario cuya conducta sea subsumible en
el artculo 380 del Cdigo Penal.
Apunta Molina Fernndez que razones evidentes de justicia material y de coordinacin sistemtica
apoyan una interpretacin amplia del trmino imprudencia en el artculo 81 del Cdigo Penal, que
comprenda tanto los tipos imprudentes en sentido estricto como los delitos de peligro que entraen
imprudencia respecto de posibles lesiones ulteriores. Por lo que concluye el autor que por ello debe
extenderse el beneficio de la suspensin a casos de la previa comisin de los delitos de los artculos 379,
380 y 385, pero no en el artculo 381, que entraa dolo eventual de lesin. MOLINA FENNDEZ, F.:
Delitos contra la seguridad vial, cit., p. 1345.
1092
Dispone el artculo 88.1 del Cdigo Penal: << Los jueces o tribunales podrn sustituir, previa
audiencia de las partes, en la misma sentencia, o posteriormente en auto motivado, antes de dar inicio a su
ejecucin, las penas de prisin que no excedan de un ao por multa o trabajos en beneficio de la
comunidad, y en los casos de penas de prisin que no excedan de seis meses, tambin por localizacin
permanente, aunque la Ley no prevea estas penas para el delito de que se trate, cuando las circunstancias
personales del reo, la naturaleza del hecho, su conducta y, en particular, el esfuerzo parar reparar el dao
causado as lo aconsejen, siempre que no se consideren reos habituales, sustituyndose cada da de prisin
por dos cuotas de multa o por una jornada de trabajo o por un da de localizacin permanente. En estos
casos el Juez o Tribunal podr adems imponer al penado la observancia de una o varias obligaciones o
deberes previstos en el artculo 83 del este Cdigo Penal, de no haberse establecido como penas en las
sentencia, por tiempo que no podr exceder de la duracin de la pena sustituida.
Excepcionalmente, podrn los jueces o tribunales sustituir por multa o por multa y trabajos en beneficio
de la comunidad, las penas de prisin que no exceden de dos aos de reos no habituales, cuando de las
circunstancias del hecho y del culpable se infiera que el cumplimiento de aqullas habra de frustrar sus
fines de prevencin y reinsercin social. En estos casos, las sustitucin se llevar a cabo con los mismos
requisitos y en los mismos trminos y mdulos de conversin establecidos en el prrafo anterior para la
pena de multa>>
443
a) La pena afecta tanto a los sujetos que poseen el permiso como a los que
carecen de l entendindose en este ltimo caso que tampoco podrn obtenerlo durante
el tiempo de la condena.
Para Trapero Barreales parece razonable que la pena de privacin del derecho a
conducir vehculos a motor o ciclomotores se imponga en aquellos supuestos en los que
el sujeto ha demostrado que no cumple con los requisitos necesarios para realizar esta
1093
1094
444
En cualquier caso, no cabe duda del protagonismo alcanzado por esta pena tras
la reforma aprobada por la LO 15/2007, bien porque se ha incorporado como principal a
nuevas modalidades delictivas, bien porque se han ampliado los efectos de su
imposicin1096: concretamente prdida del permiso o licencia. De acuerdo con el
artculo 47.2, cuando la pena de privacin del derecho a conducir fuera por tiempo
superior a dos aos, comportar la prdida de vigencia1097 del permiso o licencia que
habilite para la conduccin1098. Pues a diferencia del connato proyecto de 2006, y con
peor planteamiento poltico-criminal, no se establece la prohibicin de obtener durante
ese mismo periodo la preceptiva autorizacin administrativa para conducir vehculos
motorizados. De nuevo, otra incongruencia legislativa pone de manifiesto la poca
seriedad que se autoexige el legislador, lo que, a fuer de responsables, no libera a los
intrpretes y operadores de ser a la hora de interpretar y aplicar el Derecho ms pulcros
que el legislador1099.
1095
445
por
la
prdida
total
de
los
puntos
asignados.
446
del derecho a conducir cabe declarar la prdida de vigencia del permiso o licencia que el
requisito temporal de los dos aos se cumpla con la suma de las penas impuestas; y, por
ltimo, si tras haber cumplido la condena a privacin del derecho, entraar
responsabilidad penal la conduccin de un vehculo o ciclomotor sin haber obtenido una
nueva autorizacin administrativa de acuerdo con las previsiones de la disposicin
adicional decimotercera de la LSV1101. En este sentido, la Circular de la Fiscala
10/2011 da cumplida respuesta a estas cuestiones al sealar que el nuevo artculo 47.3
signific un intento de coordinacin de la legislacin penal con la administrativa
(anterior Disposicin Adicional 4 introducida por la Ley 17/2005) en cuanto a las
consecuencias en el mbito administrativo de las condenas de privacin del permiso.
Con las penas de privacin del derecho a conducir superiores a dos aos entra en juego
la norma penal comentada y en la sentencia se impone la prdida de vigencia del
permiso de conducir segn ordena el precepto. Est sometida al rgimen normativo de
la originada por prdida de puntos como se expresa con claridad en el apartado 1 de la
Disposicin Adicional 13 de la Ley 18/2009. A diferencia de los casos del apartado 2,
aqu se trata de una previsin contenida en la norma punitiva, por lo que es preciso
pronunciamiento jurisdiccional. La naturaleza de esta prdida de vigencia es asimilable
a la de las penas accesorias que cuando la pena sea superior a dos aos de privacin de
este derecho, se solicitar en el escrito de acusacin la prdida de vigencia de la
autorizacin administrativa para conducir del artculo 47.3, la misma comunicacin de
la condena y la entrega del permiso una vez cumplida la pena. Tambin la
jurisprudencia ha tenido ocasin de pronunciarse sobre este particular. Sin embargo, en
relacin a esta cuestin, la SAP de Madrid 530/2008, de 19 de noviembre afirma que la
declaracin en el fallo condenatoria de la prdida de vigencia del permiso o licencia no
infringe el principio acusatorio al entender que dicho precepto opera de forma
automtica sin necesidad alguna de peticin expresa de la acusacin. En el mismo
sentido, la SAP de Tarragona 528/2010, de 18 de noviembre [2011\90321], y tambin la
SAP de Murcia 310/2010, de 26 de octubre, declaran que la prdida de vigencia debe
operar ope legis se contemple o no en el fallo de la sentencia y haya sido solicitada o no
por el Ministerio Fiscal.
1101
447
Ahora bien, los problemas los cifra la citada Circular en la segunda cuestin
planteada; esto es, la determinacin del cmputo del tope punitivo, si se atiende a la
pena impuesta por cada delito o a la suma de las impuesta en el mismo o diversos
procesos. Desde la perspectiva del tenor literal, el artculo 47 hace referencia
exclusivamente a la pena impuesta no a la pena o penas impuestas, clusula
recogida en el artculo 81.2 del Cdigo Penal para tenerse en cuenta respecto de la
suspensin de las penas privativas de libertad1102. La comparacin de los textos permite
concluir que, al no contener el artculo 47 sta ltima especificacin, debe atenderse a la
cuanta de cada pena por separado1103, tesis acuada por la SAP de Gerona 507/2008,
de 8 de agosto [JUR 2008\322686]1104 argumentando que si en el artculo 47 no se
especifica dicho extremo, no puede ser interpretado contra reo y debemos entender que
para su aplicacin es preciso que la condena por alguno de los delitos exceda de dos
aos para que comporte la prdida de la vigencia del permiso.
1102
448
449
(artculos 1.2, 6, 20 ltimo prrafo, 95, 101 a 105 del Cdigo Penal). Una medida de
seguridad no privativa de libertad que coincide plenamente, en cuanto a su contenido (el
principal al menos), con la pena de privacin del derecho a conducir vehculos a motor
o ciclomotores1108.
SANZ MORN, A. J.: Las medidas de correccin y de seguridad en el Derecho Penal, 2003, pp. 233
y ss. Se plantea Trapero Barreales si en el caso de un sujeto semiimputable que haya cometido un delito
contra la seguridad vial, al que se le impondrn de manera atenuada las penas previstas para estos delitos,
entre otras la pena de privacin del derecho a conducir vehculos a motor o ciclomotores (pena principal
en los artculos 379 al 383); si se cumplen las condiciones para la imposicin de medidas de seguridad,
tambin se podr imponer una o varias medidas de seguridad (artculo 104) surgiendo la duda de si entre
ellas cabe imponer la privacin del derecho a conducir vehculos a motor o ciclomotores, es decir es
posible que se acumulen una pena y una medida del mismo contenido aflictivo? Desde un punto de vista
terico sera posible la aplicacin conjunta de la pena y la medida de seguridad ya que los fines genricos
de la pena y medida es diferente y el fundamento para su aplicacin tambin es distinto, TRAPERO
BARREALES, M. A.: Los delitos, cit., p. 579.
1109
VALEIJ LVAREZ, I.: El sistema de penas en los delitos contra la seguridad vial, cit., p. 480.
450
contra la seguridad vial, fundamentalmente desde los delitos descritos en los artculos
379 y 381 del Cdigo penal; y, por otro, desde los delitos imprudentes de resultado, que
son el referente de la tipificacin de este delito de peligro concreto: los delitos de
homicidio y de lesiones imprudentes.
TRAPERO BARREALES, M.: Los delitos, cit., p. 176. A propsito de En relacin a la diferencia
penolgica con el artculo 381, las dudas surgen porque en la tipificacin del delito de conduccin con
temeridad manifiesta y manifiesto desprecio por la vida de los dems se hace una remisin expresa al
anterior artculo 380 del Cdigo Penal para describir parte de la conducta tpica, aadiendo un elemento
adicional que sirve para la agravacin de la responsabilidad penal, el manifiesto desprecio por la vida de
los dems, lo que nos podra inducir a pensar que, efectivamente, estamos ante un tipo cualificado, ya que
a los elementos tpicos del que podra ser el tipo bsico, conducir con temeridad manifiesta poniendo en
peligro concreto la vida o integridad personales (artculo 380), se aadira un elemento ms que servira
para la cualificacin, el manifiesto desprecio por la vida de los dems. Pero esta conclusin puede verse
enturbiada por la existencia del segundo prrafo en el que se sanciona la misma conducta cuando no se
produce el resultado de peligro concreto para la vida o integridad personales, lo que distorsiona la posible
tesis de que nos hallamos ante un tipo cualificado pues no se estara cumpliendo el axioma de las
relaciones entre el tipo bsico y el tipo cualificado/privilegiado: que a los elementos del tipo bsico se
aada uno o varios elementos para la formacin del tipo cualificado o el tipo privilegiado. Habra otra
forma de resolver esta posible objecin: considerar que en el apartado segundo del artculo 381 se ha
tipificado la tentativa acabada del delito de conduccin con temeridad manifiesta y manifiesto desprecio
por la vida de los dems, ya que se habran realizado todos los elementos tpicos del apartado primero,
actuando el sujeto con dolo de poner en concreto peligro la vida o integridad de los dems y, sin embargo,
451
tal resultado de peligro no se ha llegado a producir. Desde este punto de vista, las cuestiones relativas a la
diferencia penolgica con el supuesto tipo bsico (artculo 380) y el incremento punitivo introducido con
la LO 15/2007, han de tener a juicio de Trapero Barreales una valoracin claramente negativa. Porque la
pena del tipo cualificado, el delito de conduccin con temeridad manifiesta y manifiesto desprecio por la
vida de los dems, supera con creces la pena prevista para el tipo bsico, ya que el marco penal mnimo
de aqul comienza donde acaba el marco penal mximo del tipo bsico (prisin de dos aos y privacin
del derecho a conducir vehculos a motor y ciclomotores de 6 aos). Seala Trapero Barreales que este
incremento punitivo en la reforma aprobada por la LO 15/2007 ha podido ser la respuesta a la
interpretacin absolutamente mayoritaria del actual artculo 381 del Cdigo Penal como la tipificacin
expresa de la tentativa de homicidio cometida con dolo eventual. Pero si descartamos tal interpretacin, y
si mantenemos que estamos ante un autntico delito de peligro, atendiendo a su ubicacin sistemtica y a
su parece que evidente conexin con el artculo 380 del Cdigo Penal, en tal caso el incremento
penolgico pierde toda justificacin: porque, en comparacin con el delito de conduccin con temeridad
manifiesta poniendo en concreto peligro la vida o integridad personales, ya antes de la reforma se
castigaba ms gravemente la conduccin con consciente desprecio por la vida de los dems (un
incremento punitivo que en relacin con la pena de prisin llegaba hasta lo que podra haberse calificado
como la pena superior en grado a la prevista para el tipo bsico, el de conduccin con temeridad
manifiesta poniendo en peligro la vida o integridad personales), por lo que no resultaba necesario
nuevamente incrementar este marco penal para endurecer la respuesta penal frente a conductas
especialmente graves, TRAPERO BARREALES, M.: Los delitos, cit., pp. 206 y 207.
1111
Entiendo que el lmite inferior de la pena privativa del derecho a conducir vehculos a motor y
ciclomotor debera ser superior en el artculo 380 en relacin al previsto en el artculo 379 para dar
cumplida aplicacin al principio de proporcionalidad.
452
necesario nuevamente incrementar este marco penal para endurecer la respuesta penal
frente a conductas especialmente graves1112.
Alguna duda puede surgir de esta valoracin del delito de conduccin con
temeridad manifiesta desde la perspectiva del principio de proporcionalidad si se realiza
la comparativa con los delitos de resultado lesivo, en particular cuando la comparacin
se hace con el delito de homicidio imprudente y, particularmente, cuando se atiende al
marco penal previsto para la pena de privacin del derecho a conducir vehculos a motor
y ciclomotores. Porque en este caso paradjicamente la pena del delito de resultado, el
homicidio imprudente (cuando la imprudencia es grave, artculo 142 del Cdigo penal)
est sancionado con una pena de privacin del derecho a conducir vehculos a motor y
ciclomotores de la misma duracin (1 a 6 aos) que la prevista para el delito menos
grave, el de peligro concreto (artculo 380, castigado con la pena de prisin de 1 a 6
aos). Como apunta con acierto Trapero Barreales, la lgica nos debera llevar a una
consecuencia diferente: el delito de resultado, por ser un delito ms grave, porque
supone lesin del bien jurdico vida a travs de un comportamiento imprudente, debera
ser castigado con una pena de privacin del permiso ms grave, mientras que el delito
de peligro concreto, por ser un delito menos grave, porque en realidad se trata de una
tentativa imprudente de homicidio, debera ser sancionado con una pena de privacin
del permiso menor. Esta aparente deficiencia puede ser salvada si en la valoracin
realizada en torno al cumplimiento del principio de proporcionalidad a la hora de
establecer los marcos penales del delito de conduccin con temeridad manifiesta y
poniendo en concreto peligro la vida o integridad personales se tienen en cuenta otros
factores externos que han de ser valorados en cumplimiento de dicho principio, como
la frecuencia con la que se comete esta infraccin, adems de factores internos
reveladores de un posible plus de desvalor, como el hecho de que el desvalor de la
accin y de resultado del delito de peligro concreto puede consistir en la puesta en
concreto peligro de la vida ( o integridad personales ) de una o de varias personas1113.
1112
453
1114
454
velocidad y alcohol (en el artculo 380.2 del Cdigo penal), la realidad es que con uno
solo de estos factores ya es posible aplicar la pena prevista para el delito de conduccin
con temeridad manifiesta, siempre y cuando se haya producido el peligro concreto para
las personas ( y el conductor haya actuado dolosamente), por lo que la presencia de los
dos factores no supone una agravacin de la responsabilidad penal. Adems, tambin es
posible aplicar la misma pena, la del delito con temeridad manifiesta poniendo en
concreto peligro la vida o integridad personales, cuando tal patente, manifiesta, evidente
infraccin de normas elementales de cuidado consiste en otras conducciones irregulares
que no sean debidas a la velocidad y/o al alcohol1115.
455
II.
COMISO
GONZLEZ CUSSAC, J. L. y VIDALES RODRGUEZ, C.: Los nuevos, cit., pp. 211.
Vid. la SAP de Murcia 64/2010, de 9 de marzo [JUR 2010/154477], cuando afirma que es el propio
legislador el que viene a descartar la posibilidad del comiso para el vehculo a motor del artculo 379 y
384 pues en la reforma del captulo del cdigo penal relativo a los delitos contra la seguridad vial por Ley
orgnica 15/2007, 30 de noviembre, establece expresa y solamente para los hechos previstos en el artculo
382, referido a la conduccin temeraria con manifiesto desprecio a la vida de los dems que el vehculo a
motor o ciclomotor utilizado se considerar instrumento de delito a los efectos del artculo 127 de este
Cdigo.
1119
HIDALGO DE MORILLO JIMNEZ, A.: Aspectos comunes a los delitos contra la seguridad vial,
en AGERO RAMN-LLIN, E., HIDALGO DE MORILLO JIMNEZ, A., LANZAROTE
MARTNEZ, P., PRIETO GONZLEZ, H. M.: La Dogmtica, cit., p. 44.
1118
456
385 bis del Cdigo Penal. Sin embargo, la extensin de esta medida a todos los delitos
contra la seguridad vial no ha sido una cuestin pacfica, ms bien todo lo contrario, ha
estado siempre una rodeada de una amplia y rancia polmica.
VIZUETA FERNNDEZ, J.: Delitos contra la seguridad vial. El comiso del vehculo de motor o
ciclomotor antes y despus de la Ley Orgnica 5/210 de Reforma del Cdigo Penal, en Revista
Electrnica de Ciencia Penal y Criminolgica, 13.02-2011, p. 2.
1121
Ibiem, p. 14.
1122
En este sentido CEREZO DOMNGUEZ, A. I.: Anlisis jurdico-penal de la figura del comiso,
Granada, 2004, pp. 102 y 103.
457
comiso; lo cual no debera impedir que segn los casos concretos, y por aplicacin de
las previsiones genricas de los artculos 127 y 128 tambin pueda proceder el comiso
de los vehculos con los que se hayan cometido otros delitos contra la Seguridad
Vial1123. Sin embargo, la opinin mayoritaria, refiere el comiso del vehculo a motor o
ciclomotor a los hechos previstos en el artculo 381 del Cdigo Penal (conduccin
temeraria con manifiesto desprecio por la vida de los dems), en cuanto el apartado 3 de
citado precepto lo excluye tcitamente respecto al resto de delitos contra la seguridad
vial1124.
1123
458
ORTS BERENGUER, E.: Conduccin con consciente desprecio por la vida de los dems en Derecho
Penal y Seguridad Vial Estudios de Derecho Judicial, 114 Consejo General del Poder Judicial, Madrid,
2007, pp. 249 a 269. La Fiscala de Seguridad Vial propuso al Fiscal General del Estado que estudiara la
posibilidad de decretar el comiso de los vehculos propiedad de los conductores multirreincidentes que
con sus conductas generen un riesgo importante para la seguridad vial o que se empleen al volante de
forma temeraria. Estas personas, segn la propuesta presentada, perdern la propiedad de su vehculo, que
ser puesto a la venta. La recaudacin obtenida por ese concepto ser destinada a las vctimas de los
accidentes de trfico en todo el pas. L a finalidad del comiso de los vehculos tendr una misin doble.
Por un lado servir como sustitutivo de las penas de prisin y, por otra parte, tendr una labor educativa y
preventiva. En los casos en los que decomisar el automvil resulte desproporcionado se puede adoptar la
decisin de precintarlo y prohibir su uso de forma temporal o introducir modificaciones en el motor para
limitar la velocidad. Cuando el condenado se encuentre en una circunstancia de especial dificultad
econmica, tampoco se decretar el comiso.
1127
VIZUETA FERNNDEZ, J.: Delitos, cit., p. 14.
459
diferencia del comiso especial del artculo 431 que no la contiene y en concordancia con
el del artculo 301.5 que la excluye, cabe interpretar, como hace la Circular 1/2005
FGE, que el principio de proporcionalidad del artculo 128 tiene general vigencia en
todos los comisos especiales. Con el matiz de que, segn la Circular, ello es as sin
perjuicio de la aplicacin preferente de estas normas por razn de especialidad si
existiese contradiccin entre unas y otras. En cualquier caso, los puntos a favor del
comiso del vehculo de motor o ciclomotor utilizados en los delitos contra la seguridad
vial parecen pesar ms que los que abogan en sentido contrario y prueba de ello es que
la actividad del Ministerio Fiscal hace que se dicten distintas resoluciones
jurisprudenciales que empiezan a decretar la medida del comiso1128, como sucede con la
SAP de lava 43/2009, de 12 de febrero [JUR 2009\285557], al subrayar que la
inclusin expresa del comiso en el artculo 381 del Cdigo penal no exclua una
previsin excluyente de manera que este precepto no se solapa con el artculo 127 en
una concurrencia que haya de resolverse por aplicacin del principio de especialidad
(artculo 8 del Cdigo Penal) sino que es una previsin legal que recuerda la
procedencia del comiso como consecuencia accesoria a la condena por determinados
delitos1129; la SAP de Cceres 106/2009, de 15 de junio [JUR 2009\289012]; o la SAP
de Murcia 64/2010, de 9 de marzo [JUR 2010/154477], advierten que es el propio
legislador el que viene a descartar la posibilidad del comiso para el vehculo a motor del
artculo 379 y 384 pues en la reforma del captulo del cdigo penal relativo a los delitos
contra la seguridad vial por Ley orgnica 15/2007, 30 de noviembre, establece expresa y
solamente para los hechos previstos en el artculo 382, referido a la conduccin
temeraria con manifiesto desprecio a la vida de los dems que el vehculo a motor o
ciclomotor utilizado se considerar instrumento de delito a los efectos del artculo 127
de este Cdigo.
1128
460
461
Como pone de relieve Molina Fernndez, este nuevo artculo introduce dos
cambios relevantes en el rgimen del comiso:
1. En primer lugar, lo extiende a todas las figuras del captulo, y no slo a la del
artculo 381 del Cdigo Penal. Seala el autor que esta ampliacin es discutible. El
comiso de los instrumentos o efectos del delito que se regula con carcter general en el
artculo 127, al que remite el artculo 385 bis, se prev solo en los hechos dolosos, por
lo que tena pleno sentido aplicarlo en exclusiva al artculo 381, que es una modalidad
de tentativa de homicidio/lesiones con dolo eventual, y no al resto de delitos, que
aunque sean dolosos como delitos de peligro, no son ms que acciones imprudentes
respecto del eventual resultado lesivo que puedan provocar. El dolo a que se refiere el
artculo 127 no es el dolo de peligro, sino el del resultado lesivo, que est ausente en
estos delitos, con la excepcin precisamente del artculo 381 del Cdigo Penal. El nuevo
artculo 385 bis no tiene en cuenta este dato, por lo que acaba modificando
indirectamente el rgimen general del comiso, que ya no se aplicar slo a hechos
dolosos (con dolo de lesin), sino tambin a hechos cometidos con imprudencia
consciente (dolo de peligro): Esta inadecuada solucin viene propiciada por la
equivocidad del concepto de dolo cuando se aplica a los delitos de peligro
1136
1137
462
Por otra parte, Valeije lvarez realiza dos puntualizaciones respecto a esta
institucin: en primer lugar, dado que el comiso tiene la consideracin de consecuencia
jurdica de carcter accesorio y no imperativa para el Juzgador, es preciso que se alegue
o solicite por las partes acusadoras cuando lo estimen procedente, sin que baste la
genrica peticin de penas accesorias que s son de preceptiva aplicacin. No
habindose formulado peticin por las partes acusadoras, las resoluciones que apliquen
esta consecuencia accesoria vulneran los principios acusatorios y de legalidad.
Concretamente, la SAP de Murcia 11/2010, de 18 de enero [JUR 2010\106106], declara
la improcedencia del comiso del vehculo por falta de peticin del MF ni en la
calificacin provisional ni en la definitiva. No obstante, de acuerdo con la
jurisprudencia del Tribunal Supremo, as como la del Constitucional, la Sentencia
155/09 de 25 de junio [RTC 2009\155]1139, afirma con rotundidad que en virtud del
principio acusatorio <<()en todo caso como lmite infranqueable en el momento de
dictar sentencia al juez le est vedadoimponer una pena mayor que la que
corresponde a la pretensin acusatoria, fijadas las conclusiones definitivas, dado que se
trata de una pretensin de la que no puede defenderse el acusado>>; en segundo,
tampoco puede aplicarse en aquellos casos en los que el vehculo de motor no pertenece
al conductor infractor. Es cierto que esta posibilidad no est contemplada en el artculo
127 del Cdigo Penal que limita la imposibilidad del comiso a los bienes de titularidad
de terceros que los hayan adquirido de buena fe no responsable del delito, pero no sera
razonable privar del vehculo a la empresa que lo pone a disposicin de un empleado o
que lo alquila o a quien lo presta ignorante del mal uso que se va a hacer1140.
1138
463
Anteriormente, el comiso del vehculo slo era aplicable en relacin con el delito
de conduccin temeraria con manifiesto desprecio por la vida de los dems (artculo
381.3, que ha sido suprimido), pero ahora se extiende a todos los delitos contra la
seguridad vial, lo que, como se ver a continuacin, sin duda puede ser excesivo y
contrario al ms elemental principio de proporcionalidad, sobre todo cuando se trata de
un delito de peligro abstracto como es la conduccin sin el permiso reglamentario..
comiso por un valor equivalente de otros bienes que pertenezcan a los criminalmente responsables del
hecho VALEIJE LVAREZ, I.: El sistema, cit., p. 489.
464
En todo caso, el artculo 127 del Cdigo Penal al que se remite el artculo 385
bis, impide expresamente que pueda efectuarse el comiso, en este caso el vehculo a
motor o ciclomotor, cuando pertenezcan a un tercero de buena fe no responsable del
delito () y an as habr de moderarse esta medida con las matizaciones del artculo
128 del Cdigo Penal sobre proporcin de la medida adoptada en relacin a la gravedad
de la infraccin penal. En este sentido la SAP de Tenerife 2/2012 de 11 de enero [JUR
2012\211719], no acuerda el comiso del vehculo por pertenecer a la madre del acusado,
tercero de buena fe no responsable del delito.
1141
465
466
467
Seala la Fiscala General del Estado que el artculo 385 ter, examinando las
enmiendas y tramitacin parlamentaria, ha tenido como objeto la evitacin de los
ingresos en prisin por los tipos penales de los artculos 379 y 384, que alcanzan una
relevante cifra. Siendo la pena tipo de tres a seis meses (con la multirreincidencia del
artculo 66.1.5 puede llegar a nueve), la de extensin ms leve de las previstas en el
Cdigo Penal, el cumplimiento efectivo ha de ser la excepcin, dado adems el espritu
de las normas de los artculos 80-88 del Cdigo penal y en general del Captulo III del
Ttulo III contrario a la ejecucin de las penas cortas privativas de libertad1146.
1145
Dispone el artculo 385 ter que En los delitos previstos en los artculos 379, 383, 384 y 385, el Juez
o Tribunal , razonndolo en sentencia, podr rebajar en un grado la pena de prisin en atencin a la menor
entidad del riesgo causado y a las dems circunstancias del hecho
1146
FISCAL DE SALA COORDINADOR DE SEGURIDAD VIAL.: La reforma penal operada por LO
5/2010 en los delitos contra la seguridad vial. El comiso y el nuevo artculo 385 bis del Cdigo Penal.
Modificaciones en el sistema penolgico, p. 16.
468
concurrentes del hecho1147 para los delitos de conduccin con exceso de velocidad o
bajo los efectos del alcohol, drogas txicas o estupefacientes (artculo 379), para el
delito de negativa a someterse a las pruebas legalmente establecidas para la
comprobacin de las tasas de alcoholemia y la presencia de drogas txicas (artculo
383), para la conduccin sin licencia o permiso (artculo 384) y para el delito de
colocacin de obstculos en la calzada u omisin de establecer la seguridad de la va
originando un grave riesgo para la circulacin (artculo 385). No obstante, esta previsin
legal slo resultar aplicable cuando la pena lo sea de prisin y no en los supuestos en
que la pena que se imponga sea de otra naturaleza1148. Criterio acuado por la
jurisprudencia menor, concretamente la SAP de Madrid 350/2012, de 4 de octubre [JUR
2012\376068], que estim improcedente la aplicacin del mismo en que la conducta del
reo no era de menor gravedad: esto es, una conduccin que puede calificarse como
temeraria y que pone en peligro la vida de los dems.
El precepto, de una parte, supone una menor respuesta punitiva global a estas
conductas. Pese a ello estn dotadas de una relevante gravedad de injusto y se hallan en
la raz de los factores de la siniestralidad (consumo de alcohol, drogas, exceso de
velocidad, falta de aptitudes y de su control para la conduccin). De otra, otorgan
mayores facultades de individualizacin. En realidad ya sin el precepto poda cumplirse
idntica finalidad, pues la reincidencia no obliga a imponer la pena de prisin (esta es la
doctrina jurisprudencial sobre las penas alternativas) y en todo caso no impide la
sustitucin del artculo 88 del Cdigo Penal1149.
Esgrime el legislador la menor entidad del riesgo causado y las dems circunstancias del hecho,
stas ltimas no se detallan y no es fcil saber en qu pueden consistir. En cualquier caso, con la rebaja en
un grado, en algn caso la pena de prisin caera por debajo del umbral (menos de tres meses) a partir del
cual es preceptiva su sustitucin conforme al artculo 71.2 del Cdigo Penal.
1148
VALEIJ LVAREZ, I.: El sistema de penas en los delitos contra la seguridad vial, cit., p. 459.
1149
FISCAL DE SALA COORDINADOR DE SEGURIDAD VIAL.: La reforma, cit., p. 16.
469
parece una buena solucin. Queda excluida la atenuacin en los delitos de conduccin
manifiestamente temeraria de los artculos 380 y 381, lo que tiene todo el sentido
porque dichas figuras requieren la comprobacin por el Juez en el caso concreto de que
la conduccin es temerariamente peligrosa lo que impide apreciar una atenuacin
basada precisamente en la menor entidad de la peligrosidad1150.
1150
470
CONCLUSIONES
471
472
la LO 15/2007 que ha modificado el nomen del Captulo IV, que ha pasado a ser
delitos contra la seguridad vial, se discute tambin en la doctrina si este cambio de
nomenclatura obedece o no a una modificacin en el objeto de proteccin.
Frente a las posiciones doctrinales que con una clara visin antropocntrica del
Derecho penal, cifran en la vida o integridad fsica de las personas el valor jurdico
tutelado en esta norma, y la de aquellos que atribuyendo carcter instrumental al bien
jurdico colectivo advierten que si bien en estos delitos se protege de manera inmediata
la seguridad vial, sta se orienta a la proteccin de los bienes jurdicos individuales
referidos, entiendo que, atendiendo a la ubicacin sistemtica que debe presidir la
interpretacin del todo precepto penal, las figuras delictivas incluidas en este captulo
tienen por objeto la represin de conductas que atentan contra la seguridad vial sin
perjuicio de que exista una finalidad ms o menos remota de tutela de la vida e
integridad fsica de las personas. De modo que con esta regulacin el legislador
pretende salvaguardar el conjunto de condiciones normativamente garantizadas
orientadas al correcto y adecuado funcionamiento del trfico rodado en las vas pblicas
frente a aquellas conductas que comprometen gravemente la seguridad de quienes se
ven implicados en el mismo, ya sea en concepto de conductores, acompaantes o
peatones. Tambin se puede proteger la seguridad y salud de las personas en tanto
colectividad; no se trata, pues, de la prdida o menoscabo de la seguridad o salud
individual o de la vida incluso- pues eso es objeto de proteccin en otros preceptos del
Cdigo penal.
Es frecuente que las crticas a esta clase de delitos vayan vinculadas a la opinin
de que no es posible otorgar a la seguridad vial el carcter de bien jurdico,
considerndola una mera abstraccin conceptual. Sin embargo, en mi opinin, es un
bien jurdico colectivo que responde a la anticipacin de las barreras de proteccin
penal en respuesta a la proliferacin de riesgos penalmente relevantes propios de las
sociedades modernas que, aunque se encuentra fuertemente vinculado a bienes jurdicos
personales, y aunque de forma ms o menos remota tambin desempea una funcin de
garanta de su seguridad, ello no le niega su carcter de objeto de proteccin autnomo.
476
temeraria una conduccin sta debe prolongarse en el espacio y en el tiempo y tener una
cierta entidad o significacin.
Por otra parte, aunque el tipo no hace mencin expresa a la necesidad de que la
conduccin de un vehculo a motor o ciclomotor, en las circunstancias tpicas, se lleve a
cabo por una va pblica, en mi opinin, para el acotamiento espacial de la conduccin
tpica, debe imperar la flexibilidad en la valoracin de los casos concretos y realizar una
interpretacin teleolgica de la norma que extienda su proteccin a aquellos supuestos
en que aceras, parques o zonas peatonales se convierten, improvisadamente, en
carreteras o calles de acceso al trfico rodado con la consiguiente puesta en peligro de
las condiciones de seguridad en que se desarrolle. De hecho, bien podra entenderse que
los supuestos de conduccin en estos espacios de uso pblico, excluidos
normativamente del trfico, ya entraan per se un caso de temeraria conduccin sin
necesidad de rebasar mximos de velocidad o de tasas del alcohol, quedando supeditada
su relevancia penal a la puesta en concreto peligro de otros participantes en el trfico
viario o terceras personas que sin participar en l puedan verse afectadas. Que los
vehculos circulen ordinariamente por las vas al efecto y que las disposiciones legales
estn pensadas para regular ese trfico no son obstculo insalvable para reputar delictiva
la conducta de quien conduce alocadamente o bajo la influencia de drogas o bebidas
alcohlicas por una calle para uso exclusivo de viandantes.
finalidad que persiguen las normas penales que lo usan. En este punto, tomando como
referente el bien jurdico protegido en los delitos contra la seguridad vial, puede
concluirse que el trmino vehculo a motor permite cobijar en su seno cualquier
artefacto destinado al transporte terrestre de las personas o cosas, dotados de medio de
propulsin mecnica propia, que, por participar en el trfico o compartir la zona por
donde discurran con otros usuarios, puedan generar un peligro penalmente relevante
para los bienes tutelados. Con ello el concepto de vehculo de motor, a efectos penales
tendr una amplitud mayor que la que se asigna en la LSV.
Pero para cumplir el tipo del artculo 380 del Cdigo penal es insuficiente que la
conduccin sea temeraria, es preciso que sta sea manifiesta. El carcter manifiesto
remite al parmetro conforme al cual ha de realizarse la valoracin de la gravedad de la
infraccin de la norma de cuidado, de modo que no ha de tomarse en consideracin el
criterio subjetivo del juez o del conductor sino la perspectiva del espectador objetivo
situado en el momento en el que el autor procedi a realizar la maniobra temeraria y con
pleno conocimiento de los hechos; y al mismo tiempo exige que la infraccin de la
norma de cuidado sea evidente o clamorosa, valorable sin ulteriores comprobaciones
segn el baremo del hombre medio. De hecho, la jurisprudencia atribuye la cualidad de
478
Pero para que se cumpla el tipo penal dicho riesgo ha de hallar causa y ser
directamente imputable a la realizacin de la conducta prohibida, de modo que la
imputacin objetiva podra determinarse mediante un juicio ex post a travs del cual
constatar que en las circunstancias del caso concreto estuvo presente un objeto tpico
dentro del radio de la accin vida o integridad de los usuarios- como elemento
determinante de la esfera del riesgo de la que parte el tipo, y que se haya producido un
evidente peligro de afectacin o menoscabo de ese objeto; en segundo lugar se han de
valorar las circunstancias que hayan servido para disminuir, neutralizar el riesgo y evitar
480
1153
482
1154
483
los caso de mera huida con exclusin de las conductas que pongan en peligro o lesionen
otros bienes jurdicos como la vida o la integridad fsica que fundamentara el delito de
conduccin temeraria.
14. A diferencia del delito previsto en el artculo 379, que se configura como un
delito de simple actividad, en el que, aunque tericamente, es posible, difcilmente
puede hablarse de formas imperfectas de ejecucin ya que al quedar consumado por la
realizacin de la conducta sin necesidad de ulterior resultado, la mera tentativa implica
consumacin; el delito de peligro concreto no presenta en principio ningn
inconveniente en admitir formas imperfectas de ejecucin. De modo que la mera
conduccin temeraria que no da lugar a resultado de peligro concreto constituye el
comienzo de la ejecucin en el sentido del artculo 16 del Cdigo penal. Sin embargo,
consideraciones sistemticas y de carcter poltico-criminal abonan la tesis de la
impunidad de la tentativa de delitos de peligro en general y de ste en particular. En la
medida que los delitos de peligro suponen un adelantamiento de la barrera de proteccin
penal respecto a hechos que de otro modo quedaran impunes tentativas imprudentesresultara contrario al principio de intervencin mnima sancionar la tentativa de estos
delitos, adelantando, an ms, la barrera de proteccin penal al extender la punicin a
supuestos de tentativa de tentativa de delito imprudente; de otra parte, el dato
adicional que brinda la comparacin de este delito y el del artculo 381 en el que
expresamente se sanciona con una pena atenuada la conduccin temeraria con
manifiesto desprecio por la vida de los dems cuando no se haya producido el resultado
tpico propio del tipo bsico. La falta de una previsin semejante en el artculo 380
avala la impunidad de la tentativa en este delito.
La consumacin del delito tiene lugar, al igual que en el resto cuando concurren
todos los elementos tpicos; esto es, la conduccin con temeridad manifiesta y el peligro
concreto para la vida o integridad de personas no necesariamente identificadas.
485
De modo que la seguridad vial, bien jurdico con diseo colectivo cuya puesta en
peligro afecta a la comunidad social, ha de ser excluido del mbito del consentimiento,
pues en estos casos no tiene eficacia de atipicidad. En mi opinin, el consentimiento del
ocupante del vehculo distinto del conductor, incluso expresa y vlidamente emitido
slo excluir el tipo si el comportamiento punible; esto es, la conduccin peligrosa,
acaeciese en un espacio en el que por las circunstancias concurrentes hubiese sido
imposible que cualquier otra persona hubiese podido entrar en el radio de la accin
peligrosa. En este caso, quedando enteramente individualizado el peligro respecto del
acompaante del conductor, se podra entender que no queda afectado el bien jurdico
supraindividual indisponible por el particular. Pero incluso en este caso, el
consentimiento tendra limitada su eficacia respecto de las eventuales consecuencias
mortal o lesiva.
16. Es muy frecuente en el mbito de los delitos contra la seguridad vial, al igual
que en el resto, que se haya planteado como argumento de la defensa que precisamente
por el consumo de alcohol y el estado de embriaguez o incluso de alcoholismo crnico
el conductor se encontrara impedido para comprender la ilicitud del hecho cometido.
486
Pero en el caso del delito del artculo 380.2 del Cdigo penal la apreciacin de cierto
grado de impregnacin alcohlica no favorece al sujeto atenuando o eximiendo de
responsabilidad penal sino que sirve para fundamentarla al ser el alcohol elemento
integrador del injusto tpico de la infraccin penal.
La presencia de este factor merece una valoracin distinta segn se trate del caso
del apartado 1 del artculo 380, en el que es perfectamente aplicable la embriaguez
tanto como eximente, atenuante muy cualificada o simple ya que no constituye un
elemento del tipo; mientras que la mayor dificultad conceptual se produce en el
apartado 2, en el que se discute la forma en que se ha de plantear el dolo, con el
problema aadido de que cuando se realiza la accin tpica el sujeto tiene mermadas sus
facultades psquicas como consecuencia de la ingesta de determinadas sustancias, con lo
que para construir la responsabilidad penal en estos casos habr que acudir a la actio
libera in causa. En esta se distinguen dos fases: un acto precedente voluntario y libre
que en el caso de la conduccin temeraria consiste en la ingesta del alcohol a sabiendas
de que posteriormente va a conducir en estado de embriaguez, pero efectiva la
conduccin en estado de inimputabilidad o imputabilidad mermada por la previa ingesta
de alcohol, lo que no resulta fcil es saber si en el momento previo a la ingesta el sujeto
previ o asumi que en el transcurso de la conduccin adems iba a poner en peligro
concreto la vida o integridad de otras personas.
1155
487
del tipo. En caso contrario, si no resultase probado ese extremo, el sujeto podra ser
condenado por el delito de peligro abstracto del artculo 379 del Cdigo penal, si por las
circunstancias del caso como llevar coche propio para desplazarse sabiendo que tendr
de volver al lugar de origen- se puede afirmar que el sujeto previ o debi prever la
posterior conduccin tras el consumo de alcohol.
la
conduccin como el peligro concreto han de ser dolosamente buscados; las conductas
imprudentes o temerarias no quedan englobadas dentro de su mbito de aplicacin. El
dolo, que puede ser tanto directo como eventual, debe abarcar tanto la conduccin
temeraria como el riesgo objetivo e inidneo que con la misma se crea para la vida o
integridad de terceros. Si bien el dolo ha de ser un dolo de peligro referido nicamente
al desarrollo de la conducta en s misma y no al eventual resultado lesivo que s puede
ser imputado a ttulo de imprudencia. De modo que si adems del conocimiento y
aceptacin del peligro (dolo de peligro) est presente tambin la aceptacin o
indiferencia hacia el posible resultado lesivo durante la accin (dolo eventual de lesin)
ya no se tratar de un hecho subsumible en el artculo 380 del Cdigo penal sino ante el
ms grave que recoge el 381.
488
19. Solventada la naturaleza del tipo atendiendo al sujeto activo a favor del
delito comn, el de conduccin temeraria no plantea grandes problemas en sede de
autora. Cuando un sujeto realiza el hecho tpico en su totalidad ser calificado de autor
directo, identificndose el sujeto activo con el conductor. Sin embargo, es posible que
en la dinmica de los hechos se produzcan situaciones algo ms complejas: que un
sujeto introduzca las marchas del vehculo mientras otro acciona los mandos, que se
utilice en la conduccin a un nio o a un sujeto con sus facultades psquicas
profundamente mermadas por la ingesta de alcohol, etc. Conforme a ello, no hay
inconveniente en afirmar la realizacin de este delito en coautora en aquellos casos en
que produzca un reparto de los mandos de direccin y control del vehculo entre
distintos sujetos o en los supuestos de conduccin compartida (vehculos que circulen
en funciones de aprendizaje de conduccin) en que los profesores que pueden ser
tambin de facto sin titulacin alguna- pueden incurrir en este delito, por s solos o
conjuntamente con la persona a la que estuvieran adiestrando en el manejo del vehculo,
cuando ambos tuviesen el dominio funcional del hecho. En definitiva, la coautora es
viable en todos aquellos casos en que los concertados para ejecutar el delito colaboran
con una aportacin objetiva y causal eficazmente dirigida a la realizacin del tipo; e
igualmente cabe admitir la autora mediata en los supuestos en que se dirige y controla
la marcha de un vehculo a motor o ciclomotor a travs de un tercero al que se
instrumentaliza bien porque se encuentra amparado por una causa de justificacin bien
porque se trata de un inimputable.
induccin en los supuestos del sujeto (acompaante o no) que instiga a otro a conducir
en las condiciones tpicas, por ejemplo el ocupante que convence al conductor para que
conduzca a velocidad excesiva, saltndose semforos en rojo, con invasin de carril
contrario para llega a tiempo a una importante cita; cooperacin necesaria en el
supuesto en que el ocupante acta como copiloto facilitando las instrucciones e
informacin necesarias sobre las maniobras que debe realizar en caso de persecucin
por los agente de la autoridad o en el de carrera ilegal. Pero, si por el contrario, el
acompaante ni anima ni incita al infractor, sino que adopta una actitud de resignacin
ante la actuacin peligrosa del conductor, entiendo que se podra calificar de sujeto
pasivo del peligro concreto, suficiente para entender cumplido el tipo del artculo 380
del Cdigo penal.
20. Dentro de las circunstancias que modulan la pena aplicable suscita una
especial problemtica en su apreciacin la reincidencia. Si su fundamento es la mayor
peligrosidad que se acredita en el sujeto por su inclinacin a cometer la misma clase de
delito el plus de punicin se justifica por una razn de prevencin especial orientada a la
reforma de aquella inclinacin, de modo que la exigencia de que ambos delitos no slo
estn comprendidos en el mismo Captulo sino que sean de la misma naturaleza supone
que la forma de ataque al bien jurdico sea idntica. Esto es; se exige una doble
identidad: la del bien jurdico y la del modo de ataque. En mi opinin, si bien es cierto
que esa doble exigencia es perfectamente predicable respecto de los delitos contenidos
en los pargrafos 379 y 380 del Cdigo penal en la medida en que la relacin entre
ambos es de progresin de antijuridicidad del delito de peligro concreto frente al de
peligro abstracto, no se puede afirmar lo mismo respecto del delito sancionado en el
artculo 384 en relacin al contenido en el 380 del Cdigo penal. Pues aunque ambos
son delitos contra la seguridad vial por su ubicacin sistemtica, la accin de ambos
delitos es absolutamente diferente porque en el artculo 380 lo realmente determinante
es la conduccin peligrosa, con infraccin de las normas ms elementales del trfico, o
la conduccin superando los lmites de velocidad o tasas de alcohol penalmente
relevantes, mientras que en el artculo 384, la accin consiste en conducir pero sin la
habilitacin legal correspondiente aunque no suponga vulneracin alguna de las ms
elementales normas de cuidado, de modo que una y otra accin no tienen ninguna
conexin en cuanto a los elementos que incorporan las distintas infracciones salvo lo
relativo a que en ambos es preciso que el sujeto activo conducta un vehculo a motor o
490
delito de resultado al ser un delito ms grave en cuanto supone la lesin efectiva del
bien jurdico vida aunque sea a travs de un comportamiento imprudente, estuviera
sancionado con privacin del permiso de mayor duracin que el delito de peligro
concreto, al ser el ltimo un delito menos grave, identificable con la tentativa
imprudente de homicidio.
Por ltimo, aunque esa pareca ser la intencin del legislador de 2007, no
encuentro justificacin alguna para sancionar con mayor pena la conduccin con
temeridad manifiesta cuando tal forma de conducir consiste en superar los lmites de
velocidad y tasas de alcohol penalmente relevantes frente a otras formas de conduccin
manifiestamente temerarias. De hecho, a pesar de la previsin del apartado 2 del
artculo 380, esta pretensin no se ha conseguido fundamentalmente porque para
apreciar el delito de conduccin temeraria es insuficiente la concurrencia de ambos
factores el exigirse en el tipo la puesta peligro concreto de la vida o integridad de las
personas y porque a pesar de esta previsin, basta la presencia de uno de estos
elementos y el resultado de peligro sobre dichos bienes personales para estimar
cumplido el tipo, por lo que la esta combinacin no supone la agravacin de la
responsabilidad penal. Slo el mayor desvalor de la accin o del resultado podra
justificar la agravacin lo que no ocurre con el recurso al binomio alcohol y velocidad a
pesar de ser causa directa de un considerable nmero de vctimas de la siniestralidad
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