Lo Clasico y Lo Romantico en Schubert
Lo Clasico y Lo Romantico en Schubert
Lo Clasico y Lo Romantico en Schubert
SCHUBERT
por
Vicente Salas Viu
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PRIMERAS SiNFONAS
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Avanza con mayor seguridad por el camino recin abierto, pues, como
hemos dicho, la Cuarta y la Quinta fueron escritas a distancia de unos
meses. Tambin la beneficia el pi forzado del pequeo conjunto, sin
timbales, clarinetes ni trompetas, para el que fue compuesta. Quiz,
como se cree con algn fundamento, Schubert la rehizo despus de la
nica vez en que pudo escucharla. Tovey se funda en ella sobre todo
cuando defi,ende a Schubert de la imputacin que de continuo se le hace
sobre su torpeza, su falta de tcnica para organizar las grandes formas.
Ex'presa Tovey que estas deficiencias, indudables en sus dos ltimas
sinfonas, no se deben a ,falta de oficio, como demuestran las Sinfonas
Cuarta y Quinta, sino a que Schubert no alcanzara en forma convincente
la extensin que busc de la Sonata para sus composiciones postreras.
El carcter de los distintos tiempos es muy semejante en las dos
sinfonas. El :primero de la Quinta es el mejor resuelto como forma. El
primer tema, esencialmente rtmico, mantiene la extraordinaria animacin de todo el Allegro. El segundo tiempo es un nostlgico lied, una
cancin de Schubert finamente orquestada. Es curioso en el Scherzo el
recuerdo del Minu de la Sinfona en Sol menor de Mozart, tal vez
deliberado, y perceptible aunque sea ms vivo el tempo. Sobre el Final
gravita en cambio la sombra de Beethoven. En sus contrastes dramticos, en su tensin ininterrumpida de principio a fin. Tiene un m:petu
slo comparable al del primer tiempo de la Gran Sinfona en Do mayor,
all refrenado por las excesivas, agobiantes repeticiones de uno y otro
fragm~nto.
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director de la Viena Gesellschaft der Musikfreunde. Supo que Httenbrenner posea ,aquel manuscrito y, para solicitarlo, realiz un viaje a
Gratz. Como 'tema no encontrar mucho inters en que se le entregase,
comenz por pedir a Httenbrenner una de sus oberturas para estrenarla junto con la SinfonJa de Schubert. As fue hallada y se intel1pret
por primera vez en 1865. Herbeck cumpli su palabra y la obertura de
aquel insignificante compositor figur en el mismo programa.
El destino de la Gran Sinfona en Do mayor, compuesta en marzo
de 1828, el ao de la muerte de Schubert, fue semejante al de la Inconclusa. Esta vez el descubridor fue Roberto Sclmmann. La encontr en
1838 entre los manuscritos que conservaba Fel1llando Schubert, junto a
otras obras de la misma o mayor importancia, como el Cuarteto de "La
muerte y la doncella". Schubert la escribi para el Musikverein de Viena. Se puso en estudio, pero no pas de los primeros ensayos. iLos msicos
la encontraron excesivamente larga y complicada. Schubert, que aprovech aquellas lecturas para corregir su partitura, se avino a que fuera
sustituida por la Sinfona en Do mayor de 1817, la Sexta. La deuda que
Viena dej impaga, gracias al entusiasmo de Schumann fue cubierta por
Leipzig. En el famoso Gewandhaus se interpret la ltima sinfona de
Schubert, dirigida por Mendelssohn, en 1839.
El ensanchamiento de la ,forma emprendido en la Inconclusa es extremado en esta Sinfona. Los problemas formales planteados en las
anteriores ahora se proyectan resueltamente hacia una solucin que IPretende ser definitiva: el establecimiento del nuevo tipo de sonata orquestal que reclamaba el espritu de la poca y que exiga el desarrollo de la
msica ms all de hasta donde lo llev el genio de Beethoven. Quizs
Schubert, bajo el presentimiento de una muerte cercana que agobi sus
ltimos aos, quiso realizar un esfuerzo supremo, crear la gran sinfona,
en todos los sentidos grande, que coronara su labor. Lo hasta entonces
realizado por l como sinfonista debi parecerle de muy escaso valor
ante los prQPsitos que le animaban. Ya desde el primer tiempo de la
Sinfona Dcima se advierte que la realizacin ha sido exigente, laboriosa.
Como las grandes sinfonas de Beethoven, se Lnicia sta por una
introduccin dramtica y de proporciones desmedidas. Es una cancin
tripartita, con repeticiones de dos de sus elementos. Presentados el primero, segundo y tercero, reaparece el segundo, con variantes, y se cierra
con la repeticin del tercero. Tiene as realmente cinco lPartes. El Allegro de Sonata subsiguiente, desde el punto de vista formal presenta
semejanzas con el de la Inconclusa, pero an ms extendidas sus tres
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LA MSICA DE CMARA
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Baste decir que la derivacin hacia la nueva muslca que suponen los
Cuartetos en La menor, Re menor y Sol ma'yor de Schubert se desvincula de la herencia clsica con mayor audacia que los tres del Op_ 59 de
Beethoven_ Forman as una etapa, en cierto modo intermedia, de entraiamiento romntico entre esos Cual'tetos y los que siguen a la Opus 95.
El Cuarteto en La menor de Schubert es el ms equilibrado de los
tres que comentamos. !Lo hemos comparado con la Sinfona Inconclusa
y en lo que ms se asemeja a ella es en este sentido de lo formal y en su
riqueza de invencin armnica, alterando las normas tradicionales_ Como la Sinfona, conserva una frescura, una espontaneidad inmarcesibles.
Advirtiendo que el lirismo del segundo movimiento de la Inconclusa
fluye por igual en todos los del Cuarteto y que el parentesco de stos
es ms estrecho, 'por tatlto, con el Andante de la Sinfona que con el
Allegro.
En el Cuarteto en La menor, como ya antes en el Quinteto de "La
Trucha", Schubert elabora uno de los tiempos sobre motivos extrados
de su lied "Die Goter Griechenland". El Cuarteto siguiente, en Re menor, compuesto en 1826, presenta el tema con variaciones sobre "La
muerte y la doncella". Es la obra maestra de Schubert, aparte del sill
fin de obras maestras recogidas en sus lieder? La amplitud del discurso,
sin merma de lo excelente de l de principio a fin; el vigor sinfnico
con que estn tratadas las partes; la invencin meldica, rtmica, armnica inagotables, sitan al Cuarteto en Re menor en una altura que
slo los ltimos de Beethoven, como hemos repetido, sobrepasan. Y
ese maravilloso Andante del.que emanan todos los matices de la melancollal
El ltimo Cuarteto, en Sol mayor, Op. 161, tambin de 1826, rene
las mismas cualidades. Para muchos estudiosos de la obra de Schubert
incluso es la cima que yo creo ver en el de "La muerte y la doncella".
Es difcil pronunciarse sobre qu reinos de mayor belleza se logran en
uno u otro. Para m, si en algo desmerece de su contemporneo, es en
que la densidad del Cuarteto en Sol ya tiende, aunque en ocasiones,
hacia la pesantez de la Gran Sinfona en Do mayor. Pero entre ambos
cuartetos slo existe una diferencia de matiz, que puede hacer ms grato,
por simple va emocional, al contenido del uno sobre el del otro. La
obra reputada igualmente valiosa que estas dos, pero que, indudablemente, queda por bajo de ellas para nuestra sensibilidad, es el Quinteto con
dos violoncellos Op. 163. Fue escrito en 1828 y, como la Sinfona a que
acabamos de aludir, traduce el cansancio de aquel ao postrero en la
vida del msico y plantea problemas que no se resuelven en forma arts-
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tas, contando las tres grandes sonatas pstumas, en Do menor, La mayor y Si be-
mol mayor.
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De una parte las Sonatas y Fantasas, de otra los Impromptus y Momentos Musicales, contienen lo ms representativo de la ,produccin
pianstica de Schubert Los Valses Nobles, los Valses Sentimentales, los
de Gratz, los Uindler, Escocesas y otras danzas, ms las numerosas composiciones para piano a cuatro manos, tienen menos valor o un valor
ms circunstancial, aunque no les falten cualidades sobresalientes de su
estilo.
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masculino~.
ner el Rond a la hngara, para piano a cuatro manos, o usar de elementos rtmicos y modales de la msica hngara o de la po.pular alemana en muchas de sus composiciones, lo hace como Haydn emple esos
mismos elementos; como puros ingredientes musicales, asimilndolos a
su estilo_ Es la misma posidn universalista, de msico que slo obra
como msico, sin acicates literarios, !pintorescos, ideolgicos o de cualquiera otra mala ndole, repito, de Haydn, de Beethoven en sus Cuartetos con temas rusos de la Op_54, de Mozart en "La flauta mgica", de
J - S_ Bach en los comienzos del gran siglo_ Posicin contraria a la del
ya latente morbo nacionalista del arte romntico, no slo el de la msica, que har a MendeIssohn componer tantas canciones de gondoleros
y dems msica "caracterstica" al filo de la produccin de Schubert y
que inunda, con un sentido nacional alemn popularista, las creaciones
de ms bajo nivelo los momentos ms episdicos de las peras de Weber,
su contemporneo_
No debe pasar inadvertido este rasgo entre todos los excelentes del
lied de Schubert, quien se encamin sin vacilacin, y de~de sus obras
de adolescente, hacia el lied de hondas races humanas, tan universal y,
si se quiere, tan austraco unive-rsal cmo el sinfonismo de Haydn, Mozart y Beethoven, la sagrada trinidad de la msica supernacional del
Clasicismo del siglo XVIII. A la que se opondrn los dioses menores y
los iddlillos de diversos colores y ,pelajes, altas y bajas categoras estticas, de los mltiples nacionalismos y regionalismos que brotan en los
das romnticos, crecen en el ocaso del siglo y se prolongan hasta el nuestro. Decidi as Schubert, tambin en este sentido, la gran ruta del lied
romntico por donde marcharn Schumann y Brahms, para citar tan slo
a los que mejor .pueden equiparrse'le.
Ninguno de los compositores de lieder a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX ya citados, ni los que podran agregarse a ellos, tuvieron una apreciable influencia sobre Schubert. !La que ejerciesen sigui
una va tan indirecta como la que el propio Volkslied tuvo en su arte.
Schubert no recogi sino rasgos generales de la cancin popu'lar. No recurri a ella como a modelo deliberadamente adoptado. El nico de los
liederistas precedellltesque, como seala Alfred Einstein en su "Music
in the Romantic Era", influy en UlW de los a~pectos d'C! arte de SclJ.ubert, en las Baladas, fue Johann Ruddlf Zunsteeg (1760-1812). Incluso
Beethoven, con todo lo que de prerromntico se encuentra en sus canciones, no guarda con Schubert una relacin ms cercana que la de aquellos otros msico. Ni siquiera los lieder sobre poesas de GeIlert ni el
cido "An die Jerne Geliebte" tienen una vinculacin con el estilo de
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poesa cantada, vuelta msica por la voz y el .piano, del lied a que SChubert di vida.
La prodigiosa carrera de Franz Schubert como creador de lieder
comienza en su adolescencia, con las canciones escritas entre 1810 y 1811,
a los catorce aos, como "Vatermorder" y "Bagar Klage". ,Lo insuficiente de su formacin tcnica le indujo a volcar el lirismo de que rebosaba en la forma ms accesible para l. As puede eXiplicarse que cuando
en los dems gneros musicales, 'por entonces y en los aos siguientes
hasta 1820, se muestre vacilante, sometido a mltiples influencias, sin
acertar ms que en remedos de los clsicos, en cuanto al lied aparezca
en seguida ,pleno de maestra, con una personalidad !nconfundible. El
"Erlkonig", "Gretchen am Spinrade", el "Heidenroslein", el "Wanderer
Nachtlied" y otras muchas obras maestras, los compone entre los dieciocho y 'los veinte aos.
Ya en los lieder primeros, como el "Lamento de Agar" citado, la
originalidad de Schubert se impone en el tratamiento de la meloda y
en el ambiente credo por el p,ianQ. Tambin entonces el piano contribuye en igual medida que la parte cantada a plasmar el contenido .potico. El va:lor lrico o dramtico de la meloda, que recoge el ms sutil
matiz del texto; la funcin del piano, que no es simple acompaamiento
nunca en Schubert, sino comentario, subrayado ~el texto, interpolacin
de lo inexpresable con palabras. dilogo a veces CQn la lnea vocal; se
ofrecen ~on la misma importancia y calidad potico-musical del primero
al ltimo de los seiscientos seis lieder que compuso. Y, sin embargo.,
dentro de stos'y otros caracteres sustanciales del lied de Schubert, hay
una cierta evolucin 'en su estilo. Cada vez ms concentrado y profundo,
enriquecido en variedad rtmica y armnica, en flexibilidad de la meloda, en contenido psicolgico..
En 'las primeras canciones alternan los pasajes en arioso o en recitativo, ambos no estrictQs. Schubert se muestra ya como un maestro en
hacer uso de ambos estilos de canto, segn las necesidades del texto literario y rpara impedir toda posible monotona. En las baladas de estos
aos, como el admirable "Erlkonig", su dramatismo de nuevo cuo., la
capacidad de caracterizacin de los personajes y de los episodios, que el
poema relata, superan todo lo que hasta entQnces pudo hacerse, los artificios de escuela o el talento de lQS msicos que buscaron diversas ma- '
neras de resolver el problema que tan extenso tipo de cancin planteaba.
En los lieder de la madurez, la mayor concentracin de todos los
elementos musicales es paralela a una cada vez ms rigurosa unificacin
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En la produccin de Schubert, como en la mayora de la romntica, figuran buen nmero de canciones corales para 'Voces solas -nos resistimos
a usar el trmino Ha Clllppella"-, o con acompaamiento instrumental.
Schubert sigue la tradicin de los Liedertafel, con sus canciones de carcter armnico y una gran simplicidad de escritura, en sus coros para voces
iguales, masculinas o femeninas. Mayor inters tienen aqullos en que
se hace presente un lirismo vecino al de los lieder con piano. Igual ocurre con las canciones para coro mixto.
00 la :poca de Schubert y, en .forma ms pronunciada, entre sus sucesores, la cancin coral empieza a ramificarse en dos direcciones 'Principales: la fielmente vinculada a los Liedertafel y las grandes sociedades
corales de fines del siglo XVIII, con su carcter patritico y nacionalista, y la puramente lrica, versin coral del Volkslied o del Kunstlied.
Schubert sigue ya con mayor abundancia la segunda de :estas corrientes,
por donde marcharn a su vez Mendelssohn, Schumann y Brahms. Aunque haya canciones corales de Schubertque va1dra la pena sacar del
olvido en que yacen, el conjunto no presenta un relieve e~pecial, como
tampoco en los otros msicos que acabamos de nombrar.
OLa edicin de loo lieder de Schubert se
inici hacia 1820. Fue tan lenta y espordica que, doce aoo despus de la muerte
del msico, slo se hablan impreso cien de
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Con la msica litrgica de Schubert ocurre algo muy parecido. Escribi siete Misas. Las primeras, con grandes deficiencias tcnicas, a las
que no sal~a :por completo su impulso lrico. Las dos ltimas, en La bemol (1822) yen Mi bemol (1828), acusan el progreso y la madurez acelerada a que tanto nos hemos refer~do al hablar de los aos que transcurren en su obra a partir de 1820. Son excelentes ejemplos de la Misa
romntica, con sus cualidades, 'pero tambin con su blandura meldica,
su poca profundidad religiosa. En estas dos misas, Schubert no oIvida
las de Mozart y aun las de Beethoven. Siendo tanto ms subjetivo en la
med~da en que ms parece haber querido seguir a sus modelos.
La Misa Alemana ("Deutsche Messe") de 1827, puede compararse
con aquellas otras? En cualquier caso es una interesante manife&tacin
del espritu que llev a Bra,hms, muchos aos de&pus, a la creacin de
su "Rquiem Alemn", su magna opus en la msica religiosa. Quiz tambin la nica magna opus del romanticismo en esta esfera que pueda
acercar&e al nivel de la Misa Solemne de Beerhoven.
ILas otras composiciones litrgicas de Schubert (Ofertorios, Salves,
Benedictus, Kyries, etc.) participan de las mismas caractersticas de sus
Misas, ms abundantes en su peculiar sentido de lo religioso o, dicho
ms corto, ms supedicialmente religiosas las que pueden ser tratadas
con mayor Jibertaod. A veces no faltan rasgos "a la Rossini".
LA MSICA ESCNICA
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lismo y su amor por los climas extraos, en la abundancia de temas legendarios (de la romantizada Edad Media), espaoles, orientales, etc.
Su vena lrica, su s-entido dramtico, el genio que Liszt, un entusiasta del teatro de SChubert, le reconoca para .encarnar en seres reales el
pensamiento .potico, no le bastaron para crear la pera romntica, a la
que hubiera podido dar vida como pocos msicos de aquel tiempo. Si
en ocasiones se lo propuso, no parece que se entregara a esta labor tan
por entero ni con la ,pasin que le impuls en sus Heder, sus obras para
piano, sus cuartetos o sus sinfonas.
Las obras de menor relieve entre las escnicas de Schubert son la
farsa en un acto "Die Zwillingsbrder", dada con poco xito durante
seis noches en el Kamthnerthor Theater en 1820, ms las operetas "Der
Teufels Lustschloss" y "Der Spiegelritter" y los singspiele "Der Vierjadhrige Posten", "Fernando", "Die beiden Freunde von Salamanca" y "Die
Verschworenen", ninguna de las cuales se interpret en vida de su autor
ni han podido ser sacadas del olvido en sus tardos estrenos de fines del
pasado siglo o en aos muy prximos del nuestro ("DIe beiden Freunde von Salamanca" se dio por primera vez en 1934). A este grupo hay
que agregar los singspiele "Claudina von Villabella" y "Der Minnesanger", no terminados. Dej Schubert tambin inconclusas las peras
"Adrast" y "SakuntaIa" y el melodrama en tres actos "Die Zauberharfe",
cuya obertllra pas a ser la de "Rosamunda"_
Una mayor altura, en una especie de frmula de compromiso entre
el estilo de Schubel't y las -influencias de Rossini y del teatro con danzas,
no menos en boga ya entonces en la capital de Austria, alcanzan las peras "Die Burgschaft", compuesta en 1816 y estrenada en 1827, "Fierabras", "Der Graf von Gleichen" y "Die Salzberwerke", no interpretadas
las tres ltimas hasta fines del siglo.
Por ltimo, la pera en tres actos "Alfonso und Estrella", compuesta en 1822, y la msica de escena para "Rosamunda von Cypern",
.de 1823, son el indicio ms elocuente de lo que hubiera podido ser el
teatro lrico de Schubert con mayor fortuna de la que tuvo en sus das
o con una dedicacin ms entusia&ta del msico a este gnero de composicin.
La partitura de "Alfonso y Estrella" est elaborada con una atencin que Schubert no sola prestar a sus otras obras teatrales. Alienta en
ella el espritu inconfundible de su autor y, pese a los absurdos del libreto, hay una calidad. musical que se impone. La que impresion a
Liszt, el director de su e&treno en Weimar en 1854. La haba escrito
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